CAP. 22 - RAIS


(New York -Laboratorios Biotech)

La prueba de reconstrucción celular a través de implantes de piel en ratas, fue un éxito. Las lesiones en la piel eran escaneadas y reconstruidas a partir de un mapa celular y estructural del cuerpo de la rata, reconstruyendo la piel lesionada a través de implantes que contenían células madre sobre microtúbulos y centriolos que formaban un especie de malla o micro esqueleto artificial moldeable según las necesidades. No importaba el tipo de lesión, la piel sería reconstruida sin dejar huella. Para llegar a la reconstrucción biomecánica de órganos, debíamos empezar por lo más básico y sencillo por así decirlo. Habíamos tenido éxito en todas las pruebas. Las regulaciones para empezar las pruebas en humanos conllevaban un largo proceso administrativo y legal, no había tiempo para esperar a la burocracia. Si no daba el ejemplo quién podría seguirme o respetarme. Me quemé adrede el brazo para probarlo en mí mismo, al carajo con las regulaciones. Usé un ácido que obviamente no duele, solo desprende la piel y el músculo. Mientras lo hacía recordé el por qué lo estaba haciendo. Amor o trabajo, no puedes tener ambos, si amas tan locamente tu trabajo no tendrás tiempo para el amor romántico, descuidarás a tu pareja y terminarás separándote. Si quieres ser mediocre entonces sí, amor y trabajo debe ser lo tuyo. En este mundo había que tomarse decisiones difíciles. Recordé cuando en aquella conversación me dije a mí mismo que no podría separarme de Björk, la verdad es que sí podía, lo decidí y ya está; aún éramos amigos o al menos eso quiero pensar, nos comunicábamos rara vez, y siempre me dolía cuando sucedía. Para no pensar en ello, me obsesioné más con mis proyectos y experimentos. ¿Qué otra cosa podía hacer?, aunque era socio-accionista y podía darme unas vacaciones indefinidas, ¿qué podía hacer con Björk?,  después de su graduación su trabajo estaba alcanzando grandes alturas. Pienso que al igual que yo, eligió el trabajo antes que el amor. Así debe ser, así son las cosas en este país.

De regreso a casa, era impresionante mi desplazamiento, fui escoltado con un coche adelante y otro atrás. Tenía mucho personal de seguridad. Me sentía bastante divinizado por Biotech. Cuando entré a mi piso, Sarah me estaba esperando, había preparado una cena especial, según ella celebrábamos el trágico día que nos conocimos. La cena estuvo buena, y no me regañó por lo del brazo, ella sabía lo que esa herida significaba para mí. Nos besamos suavemente y nos fuimos a la cama. Ella calentaba mi alcoba casi todas las noches, no le interesaban las etiquetas sociales, "Solo lo haces y punto, si te gustó bien y si no, entonces no lo vuelvas a hacer", es lo que solía decir. Las cosas con ella no eran complicadas, me gustaba su forma práctica de ver las cosas y de cómo adaptarse. Creo que la quería, no la amaba pero la quería. Es más de lo que se puede pedir para mi estilo de vida. Amor o trabajo, no hay más.

Aquella noche no podía dormir, mientras admiraba el escultural cuerpo Sarah durmiendo a mi lado, recordé a Asbeel, nunca más lo volví a ver, ni volvió a hablarme en la mente, tampoco lo invoqué ni tuve sueños extraños.

Me volví hacia balcón, encendí un cigarrillo y recordé a Blue Lotus, aún sentía añoranza por ella, la invoqué en una imagen mental lo más perfecta que pude, cerré mis ojos e intenté con todas las fueras de mi corazón comunicarme con ella, le enviaba mis sentimientos de añoranza y gratitud. Era estúpido lo sé, pero qué más da. Sin saber, lo que estaba haciendo era practicar el ejercicio más básico de comunicación mental que se enseña a todo ciudadano de las Ciudades de la Luz. No pude comunicarme con ella, pero abrí conexiones a otras fuerzas de las que no era consciente. Mientras mantenía los ojos cerrados una esfera pequeña de color dorado salió de mi pecho, y se mantuvo a unos 10 centímetros de mi corazón. En ese momento mi mente fue trasladada a otro lugar.

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(En un sótano enorme, lleno de luz blanca)

Estaba desnudo, acostado en una plataforma blanca, no era el único, yo era el último de una fila de 40 niños, mi pecho estaba abierto, se podían ver mis órganos, pero no tenía miedo. Un señor que aparentaba tener unos 60 años se me acercó y puso sus palmas de la mano una sobre mi frente y la otra en mi vientre. Yo no sentía absolutamente nada. Al paso de un tiempo me retiró los cientos de agujas que tenía en todas las partes de mi cuerpo. La mirada de este anciano era de una profunda compasión, incluso pude ver algunas lágrimas brotando de sus ojos. Al cabo de un tiempo, cerró la piel de mi pecho, me suturó y cerró los ojos dando un aire de profunda concentración. Puso sus manos en mi pecho y no pude sentir absolutamente nada. Era la primera vez en mi vida que veía a alguien con esa apariencia, su traje era totalmente negro, haciendo relucir significativamente su fino rostro, su barba plateada, su cabello plateado y ojos azules con un aro plateado en el iris que rodeaba sus pupilas, dándole una presencia angelical. En ese momento lo había confirmado, ¡LOS ÁNGELES EXISTEN!, no era una mentira.

La primera vez que me visitó un ángel fue cuando tenía 5 años, apareció en mis sueños y me explicó los nueve trabajos, me dijo que pase lo que pase tenía que confiar en seguir las 9 normas, si lo seguía tal cual, llegaría el momento en que me guiarían hacia ella. Nadie creyó en mis sueños, ya que en mi pueblo la competencia por los recursos para subsistir era absoluta. Estábamos bien posicionados, teníamos fuentes de agua y un pequeño bosque en donde sembrábamos y criábamos animales para el consumo. La gran parte de hombres se dedicaba a defender el pueblo de los invasores o de pueblos vecinos, a veces había paz, otras veces guerra, dependía de los acuerdos comerciales y de intercambio con los vecinos, pero siempre debíamos estar preparados para la guerra. Ese era el estilo de vida de mi pueblo natal. Luchar para sobrevivir, a nadie le importaba temas como la autorrealización personal el bienestar emocional o cosas por el estilo, solo importaba ser fuerte, luchar y sobrevivir. Nunca habíamos escuchado cosas como "Ciudades de la Luz" o los "Meca", nunca hubiéramos imaginado que el mundo estaba dividido en tres tipos de humanos: los habitantes de la luz, los meca y los llamados foráneos o externos. Después del Caos, miles y miles de guerras, grandes y pequeñas arruinaron el planeta, la contaminación en el aire, agua, tierra, redujo la vida planetaria a un nivel sin precedentes. Lo más valioso siempre serían los recursos para vivir.

En un lapso de media hora, mis heridas en el cuerpo y el pecho habían desaparecido, como si nunca me hubieran herido, me sentía bien y sobre todo muy tranquilo. El anciano me dijo que se llamaba Rais, tenía 343 años y se había autoexiliado de Olimpo, nunca había salido al exterior, claro que sí vivió unas temporadas en una ciudad llamada la Rama Exterior, pero siempre dentro del domo. Él había vivido refugiado en un ambiente maravilloso. Cuando cumplió 300 años la vida ya no tenía sentido ni color, sabía que el exterior era un infierno. Toda su vida lo dedicó a la investigación médica. Cuando salió al exterior y empezó a vagar por el mundo, no tenía la tecnología ni los equipos básicos para hacer las intervenciones quirúrgicas o de cualquier otra de índole intrusiva, así que utilizaba su energía psíquica para sanar heridas graves, cuando lo hacía, su energía vital se reducía, incluso su aspecto envejecía. Me dijo que cuando cumplió 300 años, su aspecto era como el de un chico de 21, pero cuando se autoexilió, el ambiente en el exterior, la contaminación, y los sentimientos negativos de miedo, odio, venganza y dolor eran tales, que podían sentirse como ráfagas de viento. Todo esto afectaba su constitución física, y sobre todo su apariencia. Poco a poco su aspecto fue envejeciendo, y el proceso se aceleraba cuando usaba su energía psíquica para sanar a otros. Esto lo agotaba mucho y no le importaba en lo absoluto. Nunca en sus más de 300 años se había sentido tan feliz por ayudar a otros, era un médico consagrado a su trabajo. Él sabía que tarde o temprano iba a morir ya sea por enfermedad, vejez o asesinato. El precio de su felicidad lo valía. 

―Pase lo que pase, será una buena muerte ―dijo.

Rais me explicó que fue guiado por Dalia para llegar hasta aquí. Dalia era uno de los Ancianos Pilares de Olimpo, su especialidad era la telequinesis, telepatía y control de la energía en todas sus formas. Cuando estaba vagando por el mundo exterior Dalia se comunicó telepáticamente con Rais le dio unas coordenadas no muy claras con dirección hacia el noreste, le había encomendado encontrar a niño foráneo que tenía una maravillosa sintonía con las frecuencias mentales de los ciudadanos de Olimpo. Fue así que su viaje sin rumbo encontró un destino. Cuando llegó a una ciudad de foráneos, pudo sentir entre las olas de vibración mental negativa un punto de esperanza inquebrantable que brillaba como un punto de luz en la oscuridad, rápidamente irrumpió en unas instalaciones subterráneas encontrándose con una banda de traficantes y cultivadores de órganos. La pequeña luz se estaba quebrando así que no pudo guardar sus formas y arremetió con violencia. Todos fueron aniquilados, era médico y como tal sabía dónde cortar, usó su energía psíquica para cortar las arterias cerebrales de sus oponentes causándoles una muerte inmediata, nunca los tocó físicamente, bastaba que entren en su rango de visión dentro de un radio de 20 metros, ni siquiera hubo lucha u oposición. De entre los 40 cuerpos que estaban cosechando, solo uno tenía esperanza de recuperarse. El monstruo de médico que se encargaba de cosecharlos, amaba ver los rostros de terror de los niños cuando los abría para que sean conscientes de lo que estaba pasando, en este caso, el último en llegar había pasado por la tortura psicológica sin mostrar miedo o terror, y es por eso que no habían tenido el tiempo de inyectarle "Neurotelosphimetarona", también llamada terroríficamente como "vida ecológica"; era una sustancia que destruía la neocorteza y otras zonas del cerebro de forma selectiva, dejando solo las que servían para mantener al cuerpo en un estado vegetativo. Una vez que el cuerpo quedaba en estado vegetativo, podrían ser cultivados como plantas para producir diferentes órganos y extraer hormonas que eran usadas para la fabricación de drogas.

Rais me examinó y se dio cuenta que mi equilibrio emocional y mental estaban en un nivel óptimo, no había rastro de ningún pensamiento o emoción negativa. A pesar de haber vivido y experimentado la brutalidad del exterior, estaba al mismo nivel de estabilidad y control de un Anciano Pilar. Era la primera vez que encontraban un foráneo con tales capacidades, era prácticamente un milagro que un niño sin el entrenamiento, ni la educación, sin los cuidados y sobretodo en peor ambiente posible mantuviera la más alta sintonía positiva. Rais estaba impactado, su viaje sin rumbo le había dado la última misión, la más importante, encontrar a semejante prodigio. 

―Este niño tiene que vivir sin importar qué ―se dijo así mismo―. Tengo que llevarlo a la rama exterior de Olimpo lo más pronto posible.

Mientras viajábamos por las estepas de camino de retorno, Rais se emocionó más al saber que su protegido practicaba las 9 normas, sobretodo se emocionó al saber que Dalia había sido quien lo había encontrado a tales distancias, guiándolo desde tan corta edad y a través de los canales psíquicos. "¡Esto es imposible!, tal vez no para los exaltados Ancianos Pilares". Rais se sintió profundamente conmovido y tocado en lo profundo de su ser, su original vacío existencial se había llenado con el más profundo amor y gratitud por la vida. Pasaron 4 años viajando camino a la rama exterior de Olimpo. Cuando vimos la ciudad a la distancia, Rais se encontraba bastante cansado y con signos de enfermedad pulmonar.

-¿Es... es eso Olimpo?, ¿ahí está Dalia?

-No es Olimpo, es solo su rama exterior. Olimpo está en el mar, a tres mil setecientos metros de profundidad. La rama exterior se encarga de comerciar y adquirir recursos necesarios, también es el bastión que enfrenta a sus enemigos. La rama exterior también entrena a los ciudadanos del exterior en los valores y estilos de vida de los ciudadanos de la Luz, es como una academia donde los mejores y más sintonizados con la armonía de Olimpo son elegidos para vivir en su ciudad. Nadie del exterior ingresa a Olimpo o a cualquiera de las otras Ciudades de la Luz, necesitan desarrollar la sintonía adecuada al estilo de vida, valores y frecuencias psíquicas para no causar perturbaciones innecesarias. Muchas familias se entrenan por generaciones en los valores de Olimpo que se reducen a 9 normas o trabajos, si los practicas diariamente crecerá tu sintonía y te ganarás el derecho a entrar en él. Son pocos los que en una generación logran ganarse ese derecho, pero los hay. Elysium y Olimpo reciben a esas excepciones, las otras ciudades son más estrictas, no reciben foráneos recién aceptados a la rama exterior, solo a sus descendientes de cuarta generación y en adelante, y no de forma inmediata, sino después de unas exhaustivas evaluaciones.

Faltaba varias decenas de kilómetros para llegar a la gran ciudad de la rama exterior, era enorme, tenía edificios impresionantes, nunca había visto semejantes construcciones, la forma de la ciudad era circular, en el centro de la misma se encontraba un domo gigantesco que encerraba una decena de kilómetros de diámetro. En el camino, Rais empezó a sanar a una mujer y su hijo que mostraban signos muy graves de enfermedad, sin su intervención hubieran muerto antes de llegar a la ciudad, para entonces sentí un aroma frío y salado; también se podía observar la inmensidad del mar a la distancia. Nunca había visto el mar, cerré los ojos y respiré ese aire característico, me sentí feliz de llegar a mi destino.

―Es un paisaje hermoso verdad, solo espera entrar a Olimpo, te dejará sin aliento. ―(Rais)

―Ya estoy sin aliento. ―Sonreí con inocencia.

Cuando regresé a mirar a Rais, él estaba sentado en posición meditativa. Rais ya estaba muerto. Le agradecí desde lo más profundo de mi corazón, él me salvó la vida, fue un médico consagrado a consolar a los sufrientes, aunque eso le costara la vida. Momentos después llegaron unas aeronaves muy bonitas, descendieron cinco sujetos que me llevaron amablemente con ellos, también se llevaron el cuerpo de Rais, pero antes de eso le rindieron sus más sinceras reverencias.

Las imágenes se fueron como si estuviera saliendo de un túnel.

La luz dorada que tenía originalmente en mi pecho se había desvanecido, en ese momento desperté conmocionado.

―Otra vez... otra vez un sueño en ese horrible mundo, ¿qué está pasando?, yo no estaba dormido, esta vez estaba totalmente despierto. ¿Qué es todo esto?, ¿Cómo pudo haber pasado?, ¿quién era este Rais que aparentemente me salvó la vida? Por qué anhelaba tanto ir a una ciudad en el fondo del océano, y lo mejor era esta ciudad conocida como la Rama Exterior, bella, increíblemente bella; New York no le llega ni a los talones en belleza. ―(Sese)

―¿Sucede algo cachorrito?, ¿por qué estás ahí?, ven... no me dejes sola.―(Sarah)

Lo decía mientras ella caminaba hacia mí y me abrazaba por la espalda. Me besó el hombro y notó que mi corazón estaba muy acelerado.

―No es nada, solo estaba soñando despierto y vaya que fue un extraño sueño, uno muy muy loco. ―(Sese)

―¿Soñaste con las Ciudades de la Luz?―(Sarah)

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FIN DE LA PRIMERA PARTE


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