CAP. 12- SARAH
(En el Hospital de New York)
―Maldito Edward, ahora lo recuerdo. ―Abrí los ojos adolorido.
―Tranquilo muchacho te pondrás bien, en serio que tienes una suerte impresionante. Dale gracias a Dios que tenías puesto semejante placa de oro, detuvo la bala, claro que te fracturaste el esternón, pero sigues entre nosotros. ―(Médico 1)
―Tienes indicios o pistas de alguna persona que quiera hacerte daño. ―(Policía 2)
―Me dispararon... Yo no soy un peligr... He sido muy imprudente, muy imprudente. ―(Sese)
Si la información de la amenaza en las negociaciones se filtraba a la competencia, Biotech lo perdería todo, y ni qué decir sobre mi vida o la de algún miembro del equipo. Comentar sobre las negociaciones ha sido el peor error de mi vida, pero no hay pruebas que vinculen a la competencia con una amenaza verbal.
―Nos alegra que esté casi ileso Sr. Cicarelli somos los abogados de Biotech, según las cláusulas 137, 138 y 139 del precontrato que firmó ayer por la mañana, ante cualquier eventualidad que ponga en peligro su vida, seguridad física o legal frente a terceros, tenemos pleno derecho de representarlo y utilizar toda la fuerza legal que nuestra compañía ofrece a sus más distinguidos miembros, su seguridad lo es todo. No se preocupe, nosotros nos encargaremos de los detalles, no tiene que declarar ante nadie, aún no por el momento, primero tiene que recuperarse. Descanse bien. Estos señores cuidarán la entrada y salida de personas, son parte de la seguridad que Biotech le ofrecerá mientras se incorpora a nuestra sede y laboratorios.
De pronto entró la chica con la que me crucé después de salir del baño en la convención, Sarah Whiteman, una belleza sexy y dominante, fue la estrella en la CAAC-2016. Ambiciosa, inteligente, luchadora; es el tipo de chica que hace lo sea que se tenga que hacer para ganar. Cuando salía del baño con mis aires de famoso, le guiñé el ojo con mucha seguridad, entonces ella me miró de pies a cabeza; me tomó por sorpresa cuando sentí que me jalaba de la mano para luego observar mi palma detenidamente como una especie de gitana exótica cuando te va a hablar sobre tu futuro, entonces me dijo "vaya, pero si tu novia es muy suave, si sabes a lo que me refiero. No juegues con fuego que te puedes quemar pequeño". Mi confianza de estrella de Rock cayó al suelo como atraído por la fuerza de gravedad. En ese mismo momento al ver mi reacción, sonrió inocentemente, me empujó al baño y me dijo: "veremos de lo que estás hecho Sese Cicarelli", mientras pegaba su cuerpo junto al mío. Estas cosas nunca me habían sucedido, estaba muy nervioso, entonces solo atiné a decir:
―Bueno no tengo novia aún, pero estoy saliendo con alguien que me interesa mucho.
―Qué afortunada mujer, deberías cuidarla y no andar coqueteando por ahí con cualquiera... ¿no lo crees? ―Sarah no tenía intenciones de separarse de mi cuerpo, mientras me miraba fijamente a una distancia de no más de 15 centímetros.
―Si lo sé, la respeto mucho, es solo que estos días ¡vaya que han sido muy locos!
―Ni me lo digas. Toma, te doy esto como un regalo, es un amuleto para la buena suerte. ―Sarah se quitó su collar que era realmente precioso, tenía una placa de oro en forma de hoja, me la puso alrededor del cuello, luego aflojó mi corbata y la metió dentro de mi camisa. Me arregló el cuello, puso la corbata en orden y listo, me dio unas palmaditas en el pecho mientras me miraba inocentemente. ¿Les dije que era dominante no?
―No debiste hacerlo. ―Se lo dije algo avergonzado.
―En este mundo no hay debes o no debes. Solo lo haces y punto. Ahora ve y lúcete en el estrado.―Me lo dijo casi susurrando y con una mirada de confianza absoluta.
Fue gracias a este encuentro imprevisto que estoy vivo, quién pensaría que la sexy Sarah me salvara la vida. Cuando entró intempestivamente los tipos de seguridad trataban de sacarla.
―Yo la conozco, déjenla en paz.
―Sese ha sido terrible, yo no sabía que mi collar... no sabía que algo así pasaría, yo... ―Sarah trataba de ocultar, algo avergonzada, algunas lágrimas que brotaban de sus bellos ojos azules, entonces me apretó la mano con fuerza y con la otra se limpió las lágrimas.
―Estoy vivo gracias a ella. ―Le dije a los presentes―. El collar era suyo, me lo dio como amuleto ―añadí.
―Debe ser el destino, Sr. Cicarelli considérese afortunado, no todos tenemos a un ángel para cuidarnos. ―Me guiñó el ojo―. Por ahora necesita descansar, su lesión no es grave, el corte que tiene en el pecho es superficial, ya de por sí es el mejor resultado posible, si tenemos en cuenta las probabilidades estadísticas, usted sería uno en cien mil. Se recuperará pronto, aunque tiene fracturado el esternón, yo diría que se recuperará en unas 8 a 10 semanas. ―(Médico 1)
―Parece que soy tu ángel oficial, solo espero no causarte problemas con la afortunada con la que sales, es bueno que no tengas novia. Como ya me aseguré de que estás bien, tengo que regresar al mundo real, volveré para cuidarte en par de horas.
―No creo que tengas que preocuparte mucho, podemos comunicarnos más adelante si te parece, por ahora no creo que debas venir a cuidarme.
―Está bien, pero prométeme que saldremos a cenar, yo invito, estoy de local después de todo.
Sarah me pidió mi número, cuando se lo di inmediatamente llamó para comprobar la veracidad del mismo, como había extraviado mi teléfono la operadora le contestó, pensó que le estaba dando uno falso; así que solo atinó a darme su tarjeta. Se despidió dándome un beso en la mejilla.
Mientras salía del Hospital, Sarah sonrió ligeramente. "Esto fue pan comido", inmediatamente cerró los ojos y pensó: "Asbeel, Asbeel, Asbeel".
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