II
Daichi abrió los ojos con fuerza levantándose de inmediato con su respiración agitada, por el esfuerzo que hizo en la cama donde se encontraba termino por caer directamente al suelo dándose un buen golpe, soltando un quejido por el dolor.
Miro a su alrededor tratando de regularizar su respiración parpadeando en repetidas ocasiones tratando de enfocar el lugar, lo último que recordaba era un par de ojos rojos profundos mirándole fijamente, lo que le causó un escalofrío que se paseó por su columna vertebral.
Se tomó la cabeza con fuerza masajeando el área donde se había golpeado con el mueble que estaba a un lado de la cama, jadeo un poco le había dolido de nueva cuenta al contacto de su mano en el área afectada.
Al poder ver con claridad en donde estaba no tardó nada en identificar de inmediato el lugar dónde se encontraba, era la habitación de Suga, la reconocería hasta con los ojos cerrados.
No podía recordar que estaba ocurriendo, o como había llegado hasta allí. Unos pasos por el pasillo lo sacaron de sus pensamientos, a la vez del sonido de la puerta abrirse
— ¡Oh! Ya despertaste. –Se escucho una dulce voz que le hablo desde el otro lado de la habitación, al girar su mirada pudo encontrarse con su mejor amigo mirándole con una de esas tiernas sonrisas que solo el podía otorgar.
Lo miro sorprendido, ¿Que rayos había pasado anoche? Solo recordaba un par de ojos rojos demasiado profundos, junto a unos caninos bastante afiliados que lo miraban como si se lo fueran a comer, el rostro que podía recordar estaba demasiado borroso para reconocerlo en su mente.
— Suga... ¿Que ocurrió? –cuestiono el mayor poniéndose de pie caminando en dirección del menor acorralando sus pálidas mejillas entre la palma de sus manos, sus ojos parecían normales, y su sonrisa se veía igual de perfecta que siempre, no había rastro de colmillos– ¿Que paso anoche?
— Apenas llegaste y te abrí la puerta, te desmayaste. –Le explico Koushi dulcemente con una sonrisa, se enternecío por dentro así que todo había sido una horrible pesadilla.— ¿Te sientes mejor? –Un adorable sonrojo decoro las suaves mejillas del Armador, seguramente por el tacto del Opuesto.
— Sí... Yo no recuerdo que pasó... Solamente que venía caminando a tu casa, y recuerdo haber pasado por el callejón... –Su cabeza dolía, y solo podía sentir como las imágenes de lo poco que había pasado en esa noche le pasaban por la mente como una película recortada.
Solamente podía recordar cuando paso por el callejón, y aquel extraño vampiro que ahora que lo pensaba se parecía a Koushi, pero nada que ver aquel ser con el ángel que era el armador, se sentía realmente confundido no podía recordar con claridad que había pasado pero ya entendía que lo que tenía que ver con el supuesto "vampiro" había sido sueño.
Más ahora con lo que le había informado su mejor amigo de que si había llegado a la casa de él.
— Te veías muy cansado ayer Daichi, ¿Estuvo muy duro el entrenamiento? –pregunto el de ojos miel mientras ayudaba a al mayor a revisar el buen golpe que se había dado, ya que cuando iba camino a la habitación escucho el escándalo y camino lo más pronto que pudo, tenía levemente dijo.
El moreno negó con la cabeza— No exactamente. Quizá fue porque no desayuné. –El mayor trataba de unir las piezas del rompecabezas pero los ojos rojos le hacían temblar cada vez que los volvía a imaginar, por lo que decidió que sería mejor dejarlo en que había sido un sueño, uno muy aterrador.
— Entonces, toma una ducha, ya tengo listo el desayuno, ya casi es hora de irnos así que date prisa –Le brindo una sonrisa angelical mientras salía de la habitación dejándolo solo al de ojos profundos.
— Sí, Suga... –asintió con la cabeza como un idiota enamorado mirando embobadamente al chico retirarse de la habitación y dejarlo sólo— Demonios, si me gusta muchísimo... –suspiro cuando se aseguró que su mejor amigo estaba lo bastante lejos para que no le fuera escuchar lo que dijo, para por ir dejando de lado el tema del vampiro con el que había soñado, ya debía dejar de ver tantas películas.
Se concentro más en el hermoso chico de cabellos plateados que lo estaba esperando abajo con un desayuno listo.
•~•
Minutos más tarde, ambos amigos ya se encontraban caminando juntos a la Preparatoria, después de haber desayunado algo delicioso preparado por parte del Sub-Capitán.
Iban hablando de temas triviales y fue cuando Daichi descubrió que Suga no había asistido a la escuela por ese día porque había salido de la ciudad con sus padres de visita con sus abuelos desde el viernes en la noche, y al querer volver el domingo una fuerte lluvia no los había dejado, por lo que tuvieron que esperar hasta el lunes para volver, añadiendo que en aquel lugar no había señal por lo que explicaba porque no contestaba las llamadas ni los mensajes.
No tardaron mucho en llegar a la escuela, saludando en la entrada a Tsukishima y Yamaguchi que se encontraban entrando justo a la vez que ellos, en el camino también se encontraron con Asahi, a quien le explicaron rápidamente la situación antes de irse a clases.
Sawamura ingreso en el aula, y se sentó justo al frente del escritorio donde se había sentado su mejor amigo, llegando a su primera clase, mientras que Koushi más que prestar atención a lo que estaba diciendo el maestro más bien admiraba la amplia espalda de su Capitán, notando como aún con las mangas del uniforme sus músculos se definían por sobre este, sin poderlo evitar llevo su mano al cabello corto de este y acariciar un poco los mechones con suavidad.
Pudo ver cómo el moreno se encogió ante su tacto, y no pudo evitar sonreír ante la reacción de su mejor amigo, recordando lo que había dicho el moreno cuando salió de la habitación.
Tu también me gustas mucho, Daichi...
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