Arcan de Pirohead

—Soy Arcan miembro del clan más fuerte de todos, los Pirohead, las personas en nuestra comunidad maneja el elemento de la renovación, el fuego, diferentes clases de técnicas y formas de vivir — se repetía el hombre de melena en llamas, mientras esperaba el momento de ser enviados a la isla — Yo soy el guerrero con el mejor dominio del elemento.

Risas sonaron en la cabeza de Arcan, esto dejo sorprendido al hombre del fuego.

—No es cierto, tu solo eres un estorbo para tus compañeros en el clan —al oírlo se sintió descubierto, como si lo hubieran desnudado frente al resto — mataste a tu propia madre ¿Crees que un prodigio sería enviado a una misión suicida?

Se achicaba la moral del hombre, recordando los murmullos y las palabras de su familia a sus espaldas cuando era niño.

—Ten cuidado, es el de quién te hablé, mato a su propia madre al traerlo al mundo, le habían innivido sus dotes, pero resultó que la afinidad de esté fue desastrosa — Arcan quedó sin habla, su cuerpo temblaba — la quemó desde dentro, ningún método sirvió para salvarla, el bebé salió ileso de entre los restos humeantes.

—Oí que sus lamentos fueron tan desgarradores que incluso tuvieron que matarla para que no sufriera — la respiración le faltaba al pequeño Arcan.

—No.. no puede ser — sus lágrimas resbalaban sus mejillas blancas en aquel tiempo, el fuego brotó alrededor del niño, las personas temerosas huyeron y por justa razón todo ardió consumido por las desesperadas llamas.

—¡Todos huyan! ¡Huyan! ¡El niño descarriado ha dejado salir su fuego! — escuchaba los gritos de advertencia, los cuales solo alentaban el alcance del fuego.

Solo y arrodillado estaba el niño, llorando al escuchar los gritos de terror por el pequeño.

—¡Lo lamento! ¡Lo lamento tanto! ¡No me odien! ¡Por favor! ¡Por favor no me teman! — suplicaba el niño en medio del escenario infernal, completamente solo, sus pedido nunca fue escuchado.

Tras este hecho fue recluido, apartado de todas las demás personas, incluso su padre, quien lo abandono, dejándolo a merced del consejo del clan, quienes le dieron una utilidad a ese fuego descontrolado, siendo usado como niño soldado, siendo llevado a distintos lugares pasando inadvertido por ser un niño, para luego dejar salir sus inestables flamas, consiguiendo destruir villas, pueblos, cuarteles de sus enemigos, trayendo más poder a su clan, de la misma manera el trato hacia Arcan mejoro, tuvo maestros que le enseñarán cómo controlar el fuego dentro de él, incluso le llevaban a su cuarto de juegos a un compañero, su confianza en si mismo fue en aumento.


“Todo fue un engaño. Lo sabes, te vieron la cara haciéndote creer que tenías control, pero eres alguien inestable, propenso al caos, tu existencia es un peligro mismo para tu gente”


Arcan le costaba respirar, se hiperventilaba, recordando el rostro siempre temerosos de sus compañeros de juegos, la garganta le dolía de tanto maldecirse, se sentía más y más asfixiado, sus ojos se humedecían.

—No importa que haga, siempre me temerán — se decía agobiado, pero en medio de tanta desesperanza llegó a él la solución — mi deseo, mi deseo será ese, amor incondicional, todo el mundo, no solo mi clan. ¡Si!

—Pero que asco, fracaso mi plan de utilizarlo como mi títere — musitó una persona entre los quince concursantes.

Tras esto todos cayeron por los portales de Velvet, Arcan llegó a las montañas, de dónde podía ver la isla entera, supo que obtuvo un lugar privilegiado, pocos tendrían su ventaja y dependería de el como usarla.

—Puedo quemar todo, volver todo está isla en un mar de llamas, sin dudas nadie podría escapar, solo debo cuidarme del clan del Ciclo infinito — pensaba sus movimientos antes de que algo ocurriese — iniciaré el fuego en una zona propensa, un sitio que alimente bien mi fuego.

El bosque lucía bien ante esa idea, dándole grandes ánimos para hacerlo. Bajar de las montañas era algo bastante fácil, pero en su alegría no pudo ver cómo el hombre pálido con los ojos vendados se metía en una cueva de la montaña.

—Tengo la ventaja, nadie se esperara verse atrapado por un sinfín de fuego, morirán calcinados y los pocos que lleguen a la montaña se mataran entre si, yo solo esperaré escondido en el fuego, para dar el golpe final — sentía tener la victoria absoluta en sus manos, desconociendo que llamo la atención de otro competidor, el hombre con uniforme de artes marciales, no estaba muy cercas pero lo seguía con cautela.

En su camino notó el tremendo estruendo de los arboles cayendo a montón, sé detuvo por un momento, meditando si su intervención era necesaria o no.

—Puede que encuentre al clan del Ciclo infinito — musitaba preocupado, pero su optimismo salió a flote — la probabilidad debe ser menor a estás alturas.

Cambio de dirección para entrar en combate, sin imaginar que estaba rodeado, al llegar notó con alivio que solo era un debilitado del clan Unión y otro del clan Escudo, todos ellos estaban por debajo de su clan Pirohead.

—Tome la decisión correcta, los mataré, iniciando mi plan que me llevara a la victoria — se llenaba la cabeza de ideas, saliendo a campo abierto con un exceso de confianza.

Arcan provocó al guerrero del Escudo y ambos se atacaron, dejando al guerrero plateado al rojo vivo, pero sin perjudicar su integridad física, el laser por el contrario al fuego si daño al hombre de Pirohead, el laser le arrebato ambas piernas, pero la potencia misma del arma hizo que se cerrará la herida en el acto.

—¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mis piernas! ¡Mis piernas! ¡¿Esto es una pesadilla?! ¡Debe serlo! ¡No es posible! ¡No! ¡No! ¡NO! — vociferaba ante su pérdida, el suelo a su alrededor se tornaba al rojo vivo, el vapor lo rodeaba, el fuego estaba por salir disparado.

Sin decir una sola palabra el hombre de hojalata apunto con su brazo que poseía una pieza filosa, disponiéndose a ejecutar a Arcan.

—¡No, no puedo morir así! — sus ojos aún brillaban pese a tener lágrimas en ellos, su corazón no se rendía a perder su deseo.

El brazo plateado salió en dirección al hombre moreno, este a sabiendas que su fuego no podía derretirlo libero de igual manera una llamarada, originada desde la parte interior de la tierra, levantando un pedazo de tierra, la cual choco contra el brazo encadenado al hombre de hojalata, pero fue capaz de atravesarlo, solo desviando su trayectoria original, golpeando la mitad del rostro del hombre de Pirohead. El imparable sujeto plateado miro en dirección a Gilbert, pero este huyó en medio de la intervención de Arcan, su brazo regreso gracias a las cadenas. El tipo que siguió a Arcan optó por retirarse, no deseaba encarar a semejante enemigo por el momento.

—No te lo pondré fácil — decía el ahora tuerto guerrero de fuego — ¡Usaré está técnica! ¡No deseaba usarla al inicio, pero..!

Junto sus manos concentrándose, las fue separando, dejando un pequeño sol, el cual iba creciendo exponencialmente, a su vez levantaba el vuelo. El silencioso guerrero apunto con su brazo de plata nuevamente al herido.

—Aunque me mates el sol ya es autosuficiente, ya nada lo parará — festejaba con una sonrisa.

El bosque se secaba, la madera empezaba a prenderse en llamas, parecía que daría inicio el plan de Arcan después de todo, el sol seguía creciendo, envolviendo el bosque en su mortal fuego.

—Mientes — hablo por primera vez el sujeto de acero, disparando su laser oculares contra el pecho de su enemigo.

El sol poco a poco fue desapareciendo, el guerrero supo que solo blofeaba.

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