Sangre y Lágrimas [Capitulo Único. Parte 1 de 2]

«¿Alguna vez han amado a una persona tanto que sientes la necesidad de matar a quien le hace daño?»

«¿No?»

«Entonces mi querido novio era el único que pensaba eso.. como me hubiera gustado decirle que eso no era normal y que por muy acto de amor y protección que fuera, no era bueno»

«Ahora nuestra historia está manchada de sangre y lágrimas; por muy loco que podría parecer, aún cuando nuestra historia fuera la más turbia de todas, para mí fue, es y seguirá siendo la más bellas de todas»

«Con un punto final que jamás aceptaré pero "la vida sigue" y muy a mi pesar tengo que avanzar, aunque, seguiré recordando que un hombre me amó demasiado, tanto, que mató por mi»

«Huí como un cobarde, pero tarde o temprano tengo que regresar con él»

«Regresar de dónde nunca debí salir»

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Marzo del 2012

Baekhyun

Mi estómago dolía por la risa que me inundaba ver a aquel chico de uno ochenta y cinco, intentar sacarme un pequeño peluche de la máquina de juguetes.

Sus intentos fallidos cada vez eran más chistosos, sus bufídos hacían que sus labios se abultaran haciendo un puchero. Se veía tan adorable y hermoso, la necesidad de pellizcarle los cachetes era más grande. Pero me contuve para que aquel gigante no se pudiera desconcentrar en su misión por sacar un peluche.

—Cariño, deberías parar. Se está haciendo tarde y estás gastando mucho dinero. Vamos a casa.

Tomé su mano apartandola de la palanquita en la máquina y lo arrastré directo a la parada de autobuses.

—Sabes que el dinero no es un problema, de verdad quería darte ese peluche de Eevee, se parece demasiado a ti.

Sonreí ante la comparación con aquel pokémon, me puse de puntillas un leve momento, para acariciar la melena grisácea de mi novio.

—¿En serio me parezco a Eevee?— Solté una risita y continúe. —Respecto al dinero, no lo malgastes, tu padre es multimillonario pero en ese negocio puede haber un punto de quiebre. O algo así, no lo sé.

Solté un suspiro y me quedé mirándolo. Mi novio también hizo lo mismo, después de un rato, ya me estaba apretujando en un gran abrazo cálido. Me dió un beso en la coronilla y después apoyó su barbilla en mi cabeza.

—Baekhyunie, ¿qué haré sin ti?. Siempre cuidando de mi y mi estabilidad. Pero no te agobies, estudiaré un montón, me graduaré con honores y me quedaré a cargo de la empresa de papá. Después.. tu y yo nos casaremos y vivirás la vida que siempre debió ser para ti.

Sonreí ante sus palabras, tratando de convencerme de que así sería, Chanyeol y yo éramos de clases sociales demasiado diferentes, mientras él montaba un Mercedes Benz último modelo, yo montaba un autobús público. Chanyeol comía todos los días en lujosos restaurantes de cinco estrellas, mientras yo, solo podía permitirme comer un tazón de ramyon y carne de cerdo, en el puesto cercano a la escuela.

Sabía que sus padres jamás aceptarían, que un chico sin prestigio, sin clase o dinero desposara a su primogénito, pero al escuchar las palabras de Chanyeol me daban esperanzas y cada vez me convencía de que habría una oportunidad para mi, para estar junto a él.

La brisa fresca de la primavera chocaba contra nuestros rostros y movía ligeramente nuestros cabellos, me separé de él en cuanto ví acercarse a el autobús que me dejaría cerca de casa.

—Me iré primero, ten cuidado al volver a casa.

Me comencé a despedir mientras él autobús hacía la parada. Miré su mueca que demostraba su inconformidad, me sentía mal por eso, pero en gran parte lo hacía por él, sus padres no debía vernos juntos, por el momento.. solo quería protegerlo y también evitar un escenario más severo.

No era buena idea que se enteraran de nuestro noviazgo, los señores Park tomaban medidas drásticas si veían que el futuro o bienestar de alguno de sus hijos no iba de acuerdo a sus planes, yo no quería que Chanyeol fuera a parar a un internado en Londres como su hermano menor. No quería que estuviera lejos de mi.

Tomé su rostro entre mis manos y le dí una sonrisa calidad para que supiera que estaba bien con lo que yo hacía. Se agachó para quedar a mi altura, me tomó de la cintura y sin dejar el contacto mutuo, juntamos nuestros labios. El sabor a menta nunca dejaba de gustarme a pesar de tanto tiempo estar probándolo.

El autobús ya tenía un rato parado, me separé de mi novio y me apresuré a subir para que no insistiera en irnos juntos como la última vez, si insistía otra vez ya no había poder y voluntad humana para negarme.

Al abordar recibí muchas miradas, unas coquetas, unas llenas de desprecio y otras, desinteresadas. No les tomé importancia, tomé asiento y por la ventana comencé a decirle adiós con la mano a mi novio, él con su carita en un estado de felicidad y tristeza mezclada también comenzó a decirme adiós con la mano. El bus comenzó a andar y cada vez podía verlo menos.

Si tan solo Chanyeol hubiera nacido como una persona de mi clase social todo hubiera sido más fácil, o si bien, yo hubiera nacido en cuna de oro podríamos estar juntos sin esas barreras a la que día con día nos estábamos enfrentado.

Pero no podía ser así, él nació con el apellido Park, él era heredero a la fortuna del poderoso empresario Kim YeolSun, dueño de múltiples hoteles lujosos. Mientras que yo, nací con el apellido Byun, hijo de Byun DaeIn, un pescador que después se convirtió en el chófer personal del padre de Chanyeol. No había poder místico que cambiara eso.

Suspiré derrotado y cuando vi mi parada me levanté e indiqué mi bajada, al bajar del autobús el aire primaveral me pegó de lleno en el rostro y parte del cuello, acomodé mi chamarra negra y emprendí rumbo a la casa de los Park, eran tres cuadras las que debía recorrer pero no importaba, papá de seguro estaría esperándome con fideos de frijol o un tazón de ramyon barato, mi favorito.

El camino cada vez era más corto y la vista de la casa Park se ampliaba más, esa enorme casa gris, de al menos cuatro pisos, con inumerables habitaciones y baños y una terraza amplia. Esa casa la había visto desde que tenía nueve años; cuando mamá falleció de neumonía, papá y yo búscamos una oportunidad en esa casa y tras varias horas, papá ya era el chófer de un niño de mi edad, aquel niño regordete y pulcramente vestido poco a poco se convirtió en mi amigo pese que se nos prohibió acercarnos.

Chanyeol, se colaba al pequeño cuarto que nos dieron a papá y a mi, para jugar conmigo, a veces me llevaba caramelos caros o algún juguete que ya no le gustaba, gracias a la madre de Chanyeol, comencé a ir a la misma escuela que él, pero ahí, yo solo era el sirviente personal de Chanyeol, nadie debía cambiarlo.

Mientras creciamos juntos, un sentimiento diferente a la amistad surgía entre los dos. A nuestros cortos trece años nos dimos cuenta que estábamos enamorados, un año más tarde comenzamos a salir. Aún recordaba nuestro primer beso, fue desastroso pero inocente, ninguno de los dos sabía que hacer, tuvimos que ver un tutorial en YouTube para darnos un pico, luego de eso ninguno de los dos volvió a intentarlo, hasta que cumplimos dieciséis.

Lo nuestro comenzó a una edad temprana pero aún así era maravilloso, jamás en mi vida, había imaginado tener una relación de casi cuatro años con un chico multimillonario.
Llegando a casa seguí mi camino hasta la puerta trasera y entré a nuestra pequeña habitación, apenas ingresé, mi padre se me abalanzó, me tomó por los hombros y comenzó a sacudirme cómo si fuera de trapo.

—Hijo. En la oficina del señor Park está el señor Oh, el señor Oh es un ídolo. —El señor Oh, dueño de el equipo de béisbol, los Reyes de Seúl. Mi padre era aficionado de ese equipo y cada que el señor Oh venía el se volvía un Fanboy.

Reí ante su emoción y me safé de su agarre, dejé la mochila en su sitio y quite mi chamarra, papá la tomó y aún estando emocionado la colgó en el perchero. Luego de un rato, sacó un bento¹ de la pequeñísima alacena, lo dejó en la pequeña mesita y se sentó con una cara seria.

También tomé asiento y esperé a que papá sacará toda la comida, cuando terminó su labor, me dió unos palillos y me indicó que comiera, extrañado por su comportamiento y por toda esa comida casera, comencé a comer los rollo primavera lentamente, ante su mirada nerviosa.

—Papá, tienes algo que deci-..

—Tendré una cita con la secretaria Choi

Su ojos comenzaron a ver todo menos a mi, dejé los palillos en la mesa y terminé de tragar.

—Papá, tiene casi siete años que mamá falleció. Yo creo que. De echo.. te tardaste demasiado en ir a una cita.

Me miró con los ojos llenos de lágrimas, gateo hasta llegar a mi lado y comenzó a lloriquear exageradamente.

Aigoo², ¿Cuándo fue que mi hijo se volvió todo un adulto?.
Aigoo, ya no es un niño, ahora es todo un hombre.

Negué ante su comportamiento y comencé a comer de nuevo, mientras él se aferraba a mi alardeando lo orgulloso que estaba de mi comportamiento. Después de un rato al ver que estaba acabando la comida golpeó mi hombro y comenzó a comer de prisa.
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Sonreí como un bobo ante el décimo sexto mensaje de mi novio, todos decían lo mismo, que me extrañaba. Yo también lo hacía pero en su casa éramos jefe y empleado, no había más. Ya era de noche y papá había salido a su cita hace poco, tardaría por lo mucho tres horas, tal vez más. Así que en el pequeño cuarto me sentía un poco solo. Aún apagando las luces y con una sola lámpara, el cuartito se sentía enorme y algo solitario para una sola parsona.

Me arriesgué al mandarle un mensaje a Chanyeol diciéndole mi condición, pero parecía que no le tomó importancia, vió el mensaje pero no contestó. Apagué y dejé el celular en su sitio y quité mi playera con la intención de cambiarla por una pijama de seda blanca, que me regaló Chanyeol, pero antes de poder lograrlo mi puerta fue abierta por mi novio.

Por instinto tapé lo más que pude mi torso, pero a él no le importó, observó por unos minutos mi poca desnudes y se acercó a mi, tomó mi mejilla con una mano y con la otra tomó mi cintura, acercándome a él, sin dejar espacio alguno.

—Estoy aquí Baekhyunie, ya no te sentirás solo, estoy aquí contigo.

Su voz grave me pareció más sexy que otras veces, su aliento mentolado llegaba hasta mi nariz y esa colonia varonil se impregnaba a mi piel. Gracias a la única lámpara que yacía prendida pude mirar esos ojos brillosos y redondos, observarme con devoción.

La diferencia de estatura no era un problema entre los dos, luego de mirarnos el uno al otro, él se agachó y yo alcé la cabeza para poder unir nuestros labios, el simple toqué fue electrizante, pero los dos necesitábamos más, lo que comenzó con un tierno beso poco a poco fue subiendo de nivel.

Mis manos abandonaron mi torso y las posicioné en el pecho de mi novio. Mientras que la mano de mi novio en mi mejilla pasaba a estar en mi nuca y la otra mano en mi cintura pasó a estar en mi espalda baja tratando de pegarme más de lo que ya estaba a él.

Por instantes nuestros dientes chocaban por aquel beso fogoso, la lengua de mi novio se coló en mi boca y para seguirle el paso yo lamí como pude su viperina lengua. La respiración me faltaba con forme pasaban los minutos, pero no quería parar, mi cara se sentía caliente, así también se sentía mi cuerpo, el hormigueo que sentí subirme desde los pies hasta la cabeza ahora se estaba concentrando en unas zonas en concreto.

El cuello, las orejas, los pezones, el abdomen y mi pene los sentía demasiado sensibles. Como si una pluma estuviera en cada punto, haciéndome ligeras caricias. Mi novio se separó de mi y nuestras respiraciones estaban agitadas por todo el jaleo del beso.

—Baek, dime qué me detenga, dímelo ahora porque si no lo dices, seguiré hasta el final.

Yo no quería que se detuviera, tenía tantas ganas de tener mi primera vez con él que no pensé tanto las cosas y negué ante lo que dijo. Y para que continuara comencé a repartirle besos húmedos en el cuello, sus jadeos me parecían hermosos, sentí como sus manos abandonaron sus sitios y pronto las sentí tocar descaradamente mis nalgas.

La ropa comenzó a estorbar y cuando porfin quedamos desnudos frente a frente, la vergüenza mezclada con la tensión sexual, nos volvía torpes y necesitados. La nula experiencia nos jugaba en contra, luego de un par de minutos, Chanyeol comenzó a tocar mi cuerpo, su toqué me quemaba la piel, cerré los ojos disfrutando la nueva sensación, se sentía caliente, delicado y me daba cosquillas, los vellos se me erizaron en cuanto tocó la punta de mi pene y un gemido ahogado salió de mi garganta.

—Baek, date vuelta.

Con los ojos aún cerrados, hice caso a su pedido y me estremecí cuando comenzó un camino de besos por mi hombro derecho hasta llegar detrás de mi oreja, me estaba costando respirar con normalidad, por esa sensación tan nueva que tenía.
Una de sus manos gigante recorrió desde mi costilla, pasando por mi abdomen y pelvis, hasta llegar a mi zona íntima; envolvió mi miembro y entonces comenzó un ritmo de sube y baja por toda mi longitud, mientras que con las yemas de la otra se dedicó a pellizcar, tocar y estirar uno de mis pezones.

En mi espalda baja podía sentir lo duro y caliente que se sentía el pene de Chanyeol, por breves segundos me imaginé una escena tan erótica y sucia dónde, el miembro de mi novio estuviera dentro de mi boca allanando parte de mi garganta, aquella imagen en mi cabeza, sumando los besos, las caricias y la masturbación, sentí mi cuerpo temblar, mi pene palpitar y una sensación abrumadora, cuando abrí los ojos, miré mi miembro chorrear ese líquido espeso de color blanco.

Con pena por haberme corrido tan rápido, me aparté de mi novio, tapé mi caliente rostro y me hice bolita en el piso.

—Baek, ¿Qué sucede?, ¿Hice algo malo?, ¿Te lastimé?. Por favor dime algo.

Negué frenéticamente y me armé de valor para susurrar el porqué de mi actuar. Escuché la risa de mi novio y pronto sentí sus tersos labios en mi hombro.

—Baek, cariño, mírame. —ordenó y obediente le hice caso—. No te preocupes por esa banalidad, para ser sincero, te veías tan erótico que solo con verte ya estaba por venirme también. No importa que tengas un orgasmo rápido, lo importante es que lo hayas disfrutado.

Asentí sumiso y pronto volvimos a unir nuestras bocas, el leve empujón que me dió Chanyeol decía una sola cosa, que debería recostarme sobre el futón³, lo comencé a hacer mientras que él poco a poco se iba poniendo encima mío.

Seguí sintiendo aquellas plumas por todo mi cuerpo cuando Chanyeol atacaba de lleno parte de mi cuello y mis clavículas. La sensación era espléndida, me gustaba demasiado, queriendo más contacto, me atreví a tomarlo de la cabeza y jalarlo a mi cuerpo.

Sentía su erecto miembro pincharme parte de mi entrada y las bolas, ese ligero toque ya no era suficiente, quería más, necesitaba más.

—Chan.. po-por favor, ha-hazme, tuyo.

Enrollé con mis piernas su cadera y gemí cuando aquel duro pene se posicionó en mi entrada y lo sentí palpitar contra mi piel. Chanyeol me miró con ese brillo en los ojos que me fascinaba, parecía que todas las estrellas del cielo habían bajado de ahí para quedarse dentro de sus ojitos. Nos dimos otro pico y luego de eso sentí como poco a poco mi entrada ardía por la intromisión que sufría.

Ardía, dolía, pero de cierta forma me gustaba, el aire comenzó a faltarme y cuando mi novio estuvo completamente dentro de mí, expulse el poco oxígeno que me quedaba, sentía su miembro palpitar y hacerse más grande en mi interior, no se movió después de eso, estaba dejando que me acostumbrara a su tamaño.

Nuestras miradas volvieron a conectar, nos sonreímos y antes de seguir, Chanyeol llenó mi cara de besos para distraerme un poquito, la risa que se me escapó fue remplazada por un quejido cuando sentí que mi novio comenzaba a moverse.
El mete y saca era doloroso, pero el placer iba ganando terreno y los alaridos ya no eran por el dolor, eran porque la sensación me encantaba, sentirlo expandir mis paredes, sentir ese calor emanar de nuestros cuerpos y escuchar los gemidos de mi novio.

Estaba abrumado, cada vez el ritmo de mi novio era más rápido, mi interior ya estaba más que acostumbrado a él, pero aún así tenía un ligera punzada de dolor por ser mi primera vez, nuestra primera vez.

Afuera

Dentro

Afuera

Dentro

Nuestros gemidos se escuchaban por toda la habitación, nuestros cuerpos se movían al mismo tiempo, las gotas de sudor en nuestros cuerpos nos hacía brillar, el inmenso placer que sentía fue aumentando y se instaló de mi cadera para abajo, ya no podía respirar, sentía que me estaba asfixiando, tomé el rostro de mi novio pidiendo ayuda, pero él estaba igual o peor que yo, sus ojos estaba cerrados y las gotas de sudor en su frente comenzaban a caer por su rostro para después caer en mi pecho.

Cuando la sensación fue difícil de seguir soportando, apreté fuertemente la cintura de Chanyeol con mis piernas y grité de éxtasis por mi segundo orgasmo, mi novio dió otras cuantas estocadas, su pene se endureció mucho más de lo que estaba y me rellenó de su semilla caliente cuando al fin tuvo su orgasmo.

Sin salir de mi, junto nuestras sudorosas frentes, su nariz rozaba con la mía y su aliento se mezclaba con el mío, nos costaba respirar y las palabras no salían de nuestras bocas, mi garganta estaba seca y de seguro me dolería al hablar, así que decidí callar, aún tenía el rostro de mi novio entre mis manos, pero mi impulso hizo que éstas fueran a parar en su mojada cabellera platinada, acaricié su cabeza como lo haría una madre a su hijo y después de un rato Chanyeol salió de mi, se agachó para darme un pico y después bajó su cuerpo para que su cabeza puediera descansar en mi pecho.

Relajé mi cuerpo y seguí acariciando la melena de mi novio, justo cuando Morfeo estaba acogiendome en sus brazos, la voz de Chanyeol me espabiló tantito.

—Baek, te amo tanto. Quiero estar junto a ti toda la vida, te voy a amar siempre, voy a darte la vida que mereces, voy a cuidarte de todo y de todos, no dejaré que nadie te haga daño. Soy capaz de dar la vida por ti, incluso de quitarla. En pocas palabras, mataré a quién te dañe. Prometo estar siempre para ti.

Asentí y sonreí ante lo que dijo Chanyeol, yo también quería prometerle muchas cosas, quería prometerle una vida feliz y prospera pero ¿quién era yo?, No tenía un peso en mi cuenta bancaria, ni influencias, prestigio o clase social. Con algo de melancolía besé su cabeza y lo abracé para sentirlo más cerca de mi, entonces, me quedé dormido.

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¹.Bento. Tipo de Lonchera
japonesa.
².Aigoo. (¡Dios mío!), Expresión
coreana que denota sorpresa
o algo increíble
³.Futón. Es un estilo de cama
tradicional japonesa, consiste
en un colchón y una funda unidas
y plegables.

•••

Hola, aquí la autora diciendo que la segunda parte ya está disponible  ( ꈍᴗꈍ)

Si les gustó la primera parte, voten o comenten :)) por favor (?..

Baekhyun era tan tierno, no como en Quiz ksjjsj por qué será?? 🤔..

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