Final
Al intentar responder a esa pregunta me di cuenta que habían demasiados matices entre un sí y un no. Después de todo, no había motivos correctos o incorrectos por los cuales debería quedarme con el vampiro que tenía frente a mí, asi que no dije nada. En cambio, me puse de pie abandonando la cómoda posición de estar con él y finalmente empecé a caminar con una dirección en específico, bajo su atónita mirada.
— ¿Hyungwon? —me llamó viniendo detrás de mí, seguramente preocupado de que quisiera huir de él.
Yo no dije nada, lo único que hice fue buscar el pomo de la puerta principal de la cabaña y entrar sin problemas, ya que la puerta parecía no tener ningún tipo de seguridad activada, pese a ser supuestamente de alguien más.
— ¿Qué haces? —preguntó extrañado pero sin dejar de seguirme— ¿Acostumbras a entrar en casas desconocidas así con tanta tranquilidad?
Noté el tono burlesco en su voz, quizá anhelando ver alguna reacción de culpa en mi cara, sin embargo no mostré nada más que una sonrisa victoriosa cuando me detuve frente a él con los brazos cruzados.
— Dijiste que la comprarías para mí, asi que puedo suponer que ya es mía y como el nuevo dueño, entonces puedo entrar sin problemas, ¿no es así? —alcé una ceja manteniendo la expresión burlona en el rostro— ¿Piensas mentirme el resto de la vida?
Él se cruzó de brazos también y me observó directamente a los ojos con su profunda mirada rojiza que aparecía de vez en cuando, en aquellas ocasiones donde se emocionaba demasiado.
— ¿Me tomas por mentiroso? —susurró.
Asentí levemente.
— Si tienes alguna razón para objetar contra mi percepción, entonces explícame como entraste a este lugar sin que el dueño te lo permitiera. —expresé sagazmente esperando su reacción.
Fue una tontería de la cual me acordé en el momento justo y realmente estaba preparado para recibir a cambio una carcajada y una breve explicación acerca de por qué podía hacerlo, y ni hablar de la gracia que le causaba escuchar los mitos humanos, pero nada de eso llegó.
— Bien, tú ganas. —comentó con una sonrisa tonta en los labios— Es verdad, es mía.
No pude ocultar la sorpresa que sufrí al recibir una respuesta como esa, ya que era más que inesperada.
—¡¿De qué demonios estás hablando?! —pregunté agarrando con fuerza su ropa— De todos los mitos en el mundo acerca de los vampiros, ¡¿ese es el único verdadero?!
Él se encogió de hombros sin entender el porqué de mi conmoción y finalmente asintió.
— ¿Qué tiene de malo? Es parte de nuestra cultura naturaleza no irrumpir en lugares privados. —fruncí el ceño en medio de querer llorar y reír— A ver, podríamos decir que tiene cierta explicación cientifica, mas o menos... —susurró tomando mis manos— Las casas son el lugar seguro de los humanos, y bueno... Un humano en su propio hogar tendría una sensación de seguridad psíquica y confianza en su entorno, esto provocaría un fuerte campo psíquico que evitaría que el vampiro rompa los límites del hogar. Al menos por razones de prevención. —volvió a encogerse de hombros y yo seguí frunciendo el ceño sin poder articular ni una sola palabra— Diciéndolo de otra forma... No nos gusta formar escándalos.
Y finalmente una frase que pudiera entender.
— Qué tontería. —comenté antes de romper el calmado ambiente con una carcajada— Asi que, ¿para ti es menos escandaloso literalmente teletransportarte a través de las paredes de mi apartamento que abrir la puerta y entrar como cualquier persona normal?
Él hizo un puchero.
— Si lo dices de esa manera me haces sonar como un tonto... —susurró molesto.
No lo soporté más.
Fue justo ahí en ese instante en el que dije, “a la mierda todo, quiero quedarme a su lado” y me abalancé sobre él para besarlo de la forma que deseaba hacerlo, y para sentirlo como si pudiera reclamarlo como mío. Entonces sus traviesas manos no perdieron el tiempo y me cargaron sin dificultad, guiándome hacia una espaciosa cama que estaba en la habitación principal del lugar que apenas pude apreciar.
Debido a que estuve inconsciente por mucho tiempo, no sentí una verdadera distancia entre el fatídico día y el día de mi despertar, sin embargo mi cuerpo reclamaba la presencia del vampiro que hacía que la sangre ardiera en mis venas como una llama sofocante, demostrando claramente lo necesitado que estaba de él. Fue así que en medio de los fogosos besos sentía como sus dedos rozaban mi piel, provocándome un par de escalofríos y sobresaltos hasta lograr arrancarme la ropa.
Abrí mis piernas para él sin pudor alguno y no se tardó en mojar y dilatar la zona que ansiaba tenerlo, y así fue como después de varios minutos de una intensa estimulación que amenazaba con romper hasta lo último de mi cordura, me levantó obligándome a quedar de rodillas sobre la cama mientras que él me besaba el cuello por detras y sus manos se envolvían en mi abdomen acariciando con la humeda punta de los dedos mi abdomen bajo, llegando hasta mi entrepierna sin siquiera tocar correctamente, provocando que anhelara su tacto más que nunca.
— Wonho... —le llamé en forma de queja, ya que su abrazo mantenía aprisionados mis brazos también, y por ende tampoco podía brindarle atención a esa zona.
Y mientras posaba mi mirada en sus desvergonzadas y tortuosas caricias, jadeaba desconsolado deseando la fricción que me liberara de mi sufrimiento, entonces empujé mi cuerpo hacia atrás hasta pegar mi espalda en su pecho y poder sentir su erección contra mi zona baja, así que no dudé en moverme tanto como su firme abrazo me lo permitía, pero entonces sentí que mi mandibula era sostenida por una de sus manos, obligándome a levantar la mirada y encontrarme con un enorme espejo de pared.
Agradecí al cielo de que existieran los malditos espejos de aluminio en cuanto noté su fija mirada sobre mi cuerpo, porque gracias a ello pude observar algo que me dio escalofríos.
En el reflejo que tenía delante podía ver mi cuerpo desnudo, siendo aprisionado por esos musculosos brazos que eran traviesos y gentiles conmigo, pero que al mismo tiempo me tenían sometido fácilmente a su merced. Su cara estaba medio escondida entre mi hombro y mi cuello, rozando mi piel desnuda con sus labios. Y mientras yo estaba ensimismado apreciando cada detalle de aquella erótica imagen, inesperadamente empezó a penetrarme con una lentitud tortuosa.
Automáticamente mi cuerpo se encogió sobre sí mismo debido a las sensaciones, pero él volvió a obligarme a mirar al frente, donde ahora el reflejo dejaba ver mi boca entreabierta, mis mejillas sonrojadas, el ceño fruncido y una fina capa de sudor que había aparecido sobre mi piel. Él continuó con la tarea lentamente, entrando apenas un poco y volviendo a salir para repetir la acción una vez más.
Por mi parte debía admitir que estaba sufriendo y mucho, pues aunque intentaba profundizar el contacto, él no me lo permitía. Pero después de tanta tortura, cuando mis jadeos eran incesantes y parecía desesperado pude sentir por fin el placer que anhelaba, combinado con un escozor en el hombro que me provocó escalofríos.
Mientras mi cuerpo temblaba por la repentina ola de emociones que sentí, levanté la mirada hacia el reflejo una vez más y noté como degustaba cada gota de la sangre que brotaba de mi cuerpo, mientras me daba placer y me escudriñaba fijamente a través del reflejo.
Fue hasta ese momento que decidí que por fin tenía una respuesta a su pregunta.
Sus llameantes ojos rojizos casi brillaban, y la inamovible mirada podría hacer que cualquiera tuviera miedo al punto de la locura, pero en realidad sólo un loco como yo era capaz de poder ver la gentileza y el amor que desbordaba esa mirada.
— Wonho... —le llamé girando la cabeza hacia él para poder juntar mi rostro con el suyo— Si quiero... —susurré con una sonrisa tonta pintada en los labios.
Pude notar la confusión y la emoción que sintió cuando respondí de forma tan vaga, y en recompensa me embistió una y otra vez, dejándome experimentar todo el placer que tanto anhelaba.
Y mientras seguía viendo nuestro reflejo en el espejo, sólo podía pensar que aunque su boca estuviera manchada de mi sangre y sus manos me aprisionaran sin escapatoria, estaba más que seguro que quien no quería irse nunca de esa carcel, era yo.
Elegí su amor, a precio de sangre.
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[ Fin ]
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¡Hola! Muchas gracias por acompañarme a lo largo de esta historia. Ha sido una larga trayectoria pero por fin puedo darle un cierre que endulce los corazones de todos.
Dejo esta pequeña nota para avisar que en lugar de un epílogo como normalmente se hace, esta historia tendrá una SideStory (historia secundaria corta) acerca de la segunda pareja y su desenlace, la cual será publicada más adelante.
¡No se lo pierdan!
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