43.

Lo estreché entre mis brazos con toda la fuerza que me permitió mi débil cuerpo, él todavía era mas bajo que mí, pero cuando me devolvió el abrazo sentí que me podía romper, y al mismo tiempo que estaba uniendo los pedazos fragmentados del yo que conocía.

— ¿Por que tienes esa expresión tan tonta en la cara? —preguntó apartándose de mí y aprentando mis húmedas mejillas— ¿no te da vergüenza llorar enfrente de toda esta gente?

Miré a mi alrededor y los vampiros tenían sonrisas leves en sus rostros por el comentario de Kihyun, entonces sonreí con lágrimas en los ojos y asentí hacia él, dándole la razón. No debía estar triste porque él seguía ahí, de una u otra forma. Sabía que todavía necesitaba hablar con él y aclarar muchas cosas, pero había tiempo, esta vez de verdad había mucho tiempo, así que no tenía ningún motivo para ser impaciente.

Esa tarde compartí con un grupo de vampiros quienes me hablaron de muchas de las cosas que ocurrieron mientras no estaba, pero la parte que más me intrigaba era la de aquel vampiro quien a pesar de querer matarme, no fue capaz de dejar morir a quien consideraba mi hermano. Sentía que en algún momento tendría que buscarlo y agradecerle por lo que había hecho, pero la verdad es que nadie parecía saber su paradero.

De entre todas las cosas que me dijeron, realmente muy pocas se me quedaron en la mente porque había tanta información que me sentía saturado, entonces Wonho me salvó de tal sufrimiento excusándose con que yo debía descansar ya que probablemente todavía necesitaría recuperarme. Entonces me tomó del brazo y antes de que cualquier persona rechistara, ya nos habíamos esfumado del lugar.

Para cuando abrí mis ojos de nuevo, estaba sentado un cómodo sillón, en el balcón de una cabaña en algún lugar del mundo, a las orillas de un lago. A mi lado tenía a un calmado Wonho de ojos cerrados, recostado en el sillón y apoyando su cabeza en mi regazo, luciendo bastante cómodo.

— Tú sí sabes a donde ir para escapar del estrés... —comenté acariciando su cabello— No sabía que tenían una cabaña a la orilla de un lago, de haberlo sabido hubiera preferido vivir aquí desde el principio.

Él abrió un ojo y me miró con diversión.

— En realidad no la tenemos. Vi que estaba vacía así que te traje para no desperdiciar esta hermosura de vista. —señaló hacia el atardecer— Pero si gustas puedo comprartela.

Me reí y le dejé un golpecito en la frente.

— Eso se llama invasión de propiedad privada y es un delito penal por el cuál podríamos estar entre cinco a diez años en la cárcel. —informé— Tú realmente...

Antes de que pudiera seguir quejándome, se levantó lo suficiente como para atrapar mis labios entre los suyos dejando una leve mordida que me provocó más cosas de las que quería sentir. Y cuando se separó de mí, me vio a los ojos y acarició mi mejilla.

— ¿Tienes miedo? —preguntó directamente, provocándome un estremecimiento en el corazón— Tienes miedo de que ahora no puedas actuar como un humano conforme a las leyes terrenales, y también de todo lo que conlleva una vida larga, ¿no es así?

Bajé la mirada y asentí levemente.

— Creo que antes no había pensado en la magnitud de todo esto. —respondí sinceramente— Cuando todo empezó tenía miedo de morir, cuando te conocí y me gustaste sentí que vivir era bonito, cuando me dejaste creí que era mejor morir y ahora, no sé qué pensar. —suspiré todavía teniendo su mirada fija sobre mí— Me gustas mucho, Wonho. Yo... Realmente te amo. Nunca había amado a nadie de esta manera, y no sé que hacer con todo esto. —fruncí los labios reuniendo la fuerza para seguir hablando— Después de lo que pasó con Kihyun, y pensar en que debe pasar mucho tiempo antes de que pueda perdonar a la persona que le hizo daño, empecé a tener miedo de pensar en que si nos lastimamos, inevitablemente tendremos que vivir con eso por mucho tiempo, y que los recuerdos del dolor siempre serán tan vívidos como la primera vez. Además, ni siquiera sé cuánto tiempo me queda de vida. Podría vivir mil años o sólo dos más.

Él unió su frente a la mía, entonces ambos cerramos los ojos.

— Yo también tengo miedo... —susurró, sorprendiéndome al instante— Yo tampoco sé que nos espera el futuro, y no sé cuánto tiempo más nos quede. Pero si hay algo que tengo seguro es que yo también te amo, y no pienso dejarte solo nunca más... —sus manos acunaron mis mejillas— Hyungwon... Quiero decirte algo.

Abrí los ojos y me separé de él un poco para mirar su cara, que mantenía una expresión seria y muy poco común en él.

— Más vale que lo que tengas que decir ahora sea algo bueno. —reclamé— Y si lo que piensas decir es una tontería o algo que nos puede herir, que mejor lo guardes para ti y que pienses mejor si es tan necesario decirlo, por favor.

Él asintió y guardó silencio un par de segundos, pero a pesar de mi petición, sus intenciones de hablar eran demasiado claras, así que no me quedó más opción que enfrentar mis miedos y escuchar lo que sea que él tuviera para decirme.

— Realmente siento que llegué a ti por pura casualidad del destino. —susurró delineando mi mejilla— Pude ver esas redondeadas mejillas tuyas tiñendose de rojo por el llanto, suplicando alimento a tu madre cuando eras un bebé. —mis ojos se abrieron en sorpresa al escuchar esa frase— Cuando pasé de nuevo por esa ciudad, estabas aprendiendo a montar en bicicleta y terminaste con ambas rodillas lastimadas, me contuve de no cometer una atrocidad y beber hasta la última gota de tu sangre. Tuve que irme al otro lado del mundo para contenerme. —susurró hundiendo su cabeza en la piel de mi cuello, dejando un par de besos— Así, cada vez que estaba cerca y olía tu sangre, iba tras de ti como un niño desamparado en busca de su madre. Sin embargo, no sabía la razón.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas mientras seguía viéndolo.

— Tú me conocías... —susurré con la voz temblorosa— Estuviste ahí todo el tiempo...

Él asintió.

— Pensé que sólo era casualidad. —se sinceró— He tenido tiempo suficiente como para conocer a casi cada humano que ha pisado la tierra en el último siglo, pero sólo contigo ocurría eso. —suspiró— Esa necesidad de tenerte cerca, de protegerte y al mismo tiempo de destrozarte con mis propias manos. Realmente es algo que no sé explicar. —me abrazó y se sentó girándome para que quedara sobre su regazo— Hyungwon, nunca te lo pedí formalmente, pero ahora quiero decirlo... ¿Quieres quedarte conmigo lo que dure nuestro “para siempre”?

El nudo en mi garganta se intensificó.

— ¿Eso es lo que dicen los vampiros en sus propuestas? —pregunté entre risas, limpiandome las lágrimas— Que original.

Él rió conmigo y besó mis empapadas mejilas una y otra vez como si aquella acción haría que las lágrimas se detuvieran. Pero él no era capaz de saber todo lo que sentía en mi interior. Seguía siendo un simple humano, eso me lo demostraba mi corazón rebosante de sentimientos que parecía querer salir de mi pecho después de haber escuchado esas palabras.

¿Acaso merecía la oportunidad
de una eterna felicidad junto a él?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top