40.

Mi cuerpo se desplomó lentamente, deslizándose por el tronco del árbol hasta caer al suelo. Me dolía el pecho, no podía respirar y estaba ahogandome con mi propia sangre, pero aún así todo lo que quería hacer era gritar y llorar al ver el pequeño cuerpo que yacía delante de mí.

Sólo podía ver su espalda, pero no hacía falta ver más para saber que se trataba de Kihyun. Incluso llevaba puesto el abrigo que le regalé en uno de sus cumpleaños.

A diferencia de mí que boqueaba como pez fuera del agua, su cuerpo estaba inmóvil.

Había sonidos de fondo, palabras que en ese momento resultaban para mí un completo mar de cosas sin sentido debido al aturdimiento, pero mis ojos no podían apartarse de aquel cuerpo inmóvil incluso aunque yo no pudiera mover ni un dedo para hacer algo por salvarlo.

Quería llorar pero ya no podía, ni siquiera podía reaccionar al dolor emocional. Mi cuerpo estaba luchando instintivamente por sobrevivir, pero mi corazón ya no podía más.

No supe en qué momento, aquellas personas a quienes consideraba mis suegros, llegaron al lugar. Lo supe cuando mis ojos pudieron enfocar a la rubia con aquella cara de preocupación gritando cosas que no entendía, mientras le hacía cosas a mi cuerpo, actuando desesperadamente.

Moví los ojos en medio de mi agonía sólo para poder ver que el Wonho malherido era sostenido por su padre, quien le estaba mordiendo el brazo en un intento desesperado por acelerar su poder de regeneración a través del veneno de un vampiro puro.

La rubia paseaba sus ojos entre Kihyun y yo, una mano en su pecho, una mano en el mío, transfiriendo un cálido poder de curación que no estaba siendo efectivo en ninguno de los dos. Y a su lado, el vampiro que hasta hace unos momentos lucía como un demonio, se había quedado petrificado como una estatua, viendo al cuerpo de mi mejor amigo.

Habían muchas cosas que todavía quería decir y hacer antes de morir.

Quería decirle a la rubia que me sentí muy amado por ella, su instinto maternal humano siempre me dio calidez, por eso quería poder darle un abrazo grande y darle las gracias porque a pesar de todo, me recibió en su casa, en su familia y en su corazón. Si es que tenía.

A quien fue mi suegro, quería pedirle perdón y decirle que no importaba cuantas veces me corriera de su casa, si antes no me corría del corazón de su hijo, y a él del mío, no habría manera de separarnos porque no era un capricho. Aunque de todas formas lo comprendía, y sabía que por más que actuara rudo, amaba a su hijo y haría por su bien lo que fuera. Me hubiera gustado decirle que también estaba en mi corazón aunque muy probablemente eso no fuera recíproco.

A mi jefe me habría gustado darle las gracias por ser un padre para mí. Por ser la persona que con todo y mis torpezas creyó que sería una persona de provecho y me contrató pese a mis múltiples faltas al trabajo por chequeos médicos. También recordé que no le había pedido perdón por las hirientes palabras que le dije antes de irme. No quería hacerlo.

Al chico que me dio el golpe de muerte, me hubiera gustado golpearlo y quitarle esa cara de aturdimiento que tenía mientras veía a Kihyun. Quería decirle que sólo un idiota no se daría cuenta de que él era su pareja destinada. Siendo un vampiro tan viejo debió saber y olvidar lo que me explicaron con tanto detalle acerca de las parejas destinadas.

“Encontrarse con la pareja destinada es realmente un peligro, sentirás la intención de matarla por instinto. No hay forma de que un vampiro acostumbrado a alimentarse de sangre humana lleve una vida tranquila y coexista con los humanos. Al único al que tolerará tener cerca será a su pareja destinada, y luchará día a día con ambas caras de la moneda, siendo el protector pero también el villano... Muchos se enteran de esto hasta que han cometido una atrocidad irreversible” fue lo que me explicó mi suegra cuando le cuestioné acerca de eso.

Lamentablemente tenía razón.

A Wonho me hubiera gustado decirle más veces aquellas palabras con tanto significado. Le gritaría que lo amo, que en mi vida él había sido lo mejor que me había ocurrido. Que cada vez que pensé en el futuro pensé también en él y que no importaba cuanto tiempo fuera, quería quedarme junto a él y conocer muchas cosas nuevas a su lado, aunque probablemente ya no fuera posible. Quería decirle que viviera bien y que si en un futuro encontraba la felicidad en alguien más, que fuera feliz sin remordimientos porque yo estaría feliz por él.

Y finalmente, antes de que alguien me cargara en brazos y mis ojos se cerraran por completo miré a Kihyun una vez más.

De todos los presentes, a él es a quien más tenía cosas para decirle. Y pensaba en que quizá, si le hubiera explicado todo lo que ocurría, él hubiera entendido y se habría alejado silenciosamente pensando que estaba loco, o tal vez si lo hubiera encerrado en algún sitio antes de hacer todo lo que planeaba hacer, él estaría bien. De todas formas no había pensado en que vendría a mi casa y me seguiría hacia ese lugar. Pensé que si no decía nada, él simplemente lo olvidaría, pero creo que lo subestimé.

Cuando la situación se dio y tuve que idear un plan para tratar de enmendar toda la situación y querer protegerlos, pensé sólo en dos escenarios posibles: el primero, que todo saldría de acuerdo a lo que yo esperaba y después sólo tendría que lidiar con algunas lágrimas y explicaciones. El segundo, que todo fuera mal y yo muriera en el acto. No me importaba morir en absoluto, y para cuando ellos lo supieran, yo ya no estaría. Pero nunca pensé que Kihyun se cuestionaría mi actitud al punto de salir en medio de la noche para ir a verme y verificar que todo estuviera bien.

Tal vez él se preocupaba por mí más de lo que debería, al igual que Wonho.

En ese momento mi dolor físico era inmenso, pero más lo era mi dolor emocional al saber que las dos personas que más amaba, salieron perjudicadas por mis actos.

Y así mientras sentía un dolor punzante en varias areas de mi cuello, pensé en una frase que quise decir pero no tuve la oportunidad.

“Perdón por no poder protegerlos.”

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