34.

Aunque quería llamarle, escribirle o dar cualquier señal de alarma, simplemente con ver la fotografía que figuraba en su perfil me detenía y no podía hacer nada más que verla con temor, sentado en la enorme cama del vampiro por el cual empezó el desastre. Aunque... En realidad era mi culpa.

¡Era mi maldita culpa!

Jamás podría eliminar de mi mente el rostro de la persona que estaba a su lado, tan sonriente como lo recordaba de aquella vez en la que rompió mi brazo y juró hacerme añicos en honor a Hoseok, pero ¿por qué tenía que ser él? ¿Por qué Kihyun siempre pagaba mis errores?

Y la verdad era que él realmente no parecía estar sufriendo o siendo forzado. Al contrario, parecía muy feliz y eso era lo realmente extraño de todo.

— ¿Por qué esa expresión? —comentó una conocida voz a pocos pasos de mí, arrancandome un pequeño grito de susto.

— Wonho... —respondí en tono de regaño por asustarme de esa manera, pero apagué el celular a escondidas deseando esconder la evidencia de un problema enorme que se había estado formando a nuestras espaldas en todo ese tiempo que vivimos tranquilamente— no esperaba que llegaras ahora, es decir... Es tu casa pero...

Detuve mis palabras cuando vi al vampiro avanzar hacia mí sin vacilación desde el umbral de la puerta donde había estado apoyado. En ese momento pensé que iba a ir directamente por mi celular y descubrir por su propia cuenta lo que ocurría, pero contrario a mis pensamientos, él simplemente apartó mi ropa lo suficiente como para descubrir mi hombro y verificar la herida que me dejó la noche anterior.

— ¿Duele? —susurró tocando levemente los orificios que sus colmillos habían hecho en mi piel.

Negué y aparté su mano al ver la expresión culpable de su rostro y casi podía ver entre líneas una tristeza sin motivo a causa de su culpabilidad. No podía leer mentes pero no me era difícil saber que su cabeza estaba inundada de pensamientos que lo hacían ver como una bestia y a mí como una víctima, pero en realidad no lo era.

Yo saciaba su hambre, él saciaba mi dolor. Nos necesitabamos mutuamente y la única parte mala del trato es que no había una forma indolora de llevar nuestro ritual a cabo.

— Estoy bien. —le aseguré alzando un poco las comisuras de mis labios, pero sabía que no era suficiente, porque de igual manera se dio la vuelta y trajo de un cajón, un kit de primeros auxilios para tratar las pequeñas heridas.

No quise insistir en el asunto porque sabía que sería muy grosero de mi parte rechazar su ayuda y eso solo lo haría sentirse más culpable, pero tampoco fue tan malo verlo cuidar de mí. Es decir, las heridas que Wonho provocaba en mi piel no eran realmente grandes pero si profundas, por lo que al momento de tomar mi sangre, debía ser cuidadoso de sellar las heridas para que cicatrizaran rápidamente casi sin dejar rastro, pero aún así él se empeñaba en cuidar de ello como si fuera la herida de alguna cirugía o algo.

Aplicó pacientemente el alcohol para limpiarla, después un poco de ungüento natural para acelerar la cicatrización y aliviar el dolor, y por último se sentó, me subió a su regazo y me abrazó, hundiendo su cabeza en mi pecho sin importarle nada, como si mis latidos fueran lo más interesante para escuchar en el mundo.

Y así, después de un momento de estar acariciando sus cabellos dorados como el oro, mi mente no lograba calmarse en absoluto al darme cuenta que de alguna manera estaba llegando a una encrucijada de la cual no podría salir intacto, entonces comencé a preocuparme y a pensar en todas las posibilidades, lo que saldría bien y mal, pero no llegaba a ninguna conclusión, por lo que al final solo me aferré a él y dejé un beso en su cabello para calmarme a mí mismo.

— ¿Qué tal estuvo la visita? —cuestioné en un dulce tono a mi amado.

Él se removió en mi pecho, y si no fuera porque sabía perfectamente que era un vampiro, pensaría que se había dormido.

— Horrible. —susurró con un toque infantil— Estaba cansado de las conversaciones acerca de política, futura familia y futuro en general. El tipo es buena gente, pero no dejaba de ofrecerme a su hija y ella se ve muy poco decente. —gruñó— aparte, tuve que comer mucha comida humana, estoy asqueado.

Sonreí levemente por su respuesta y decidí molestarle un poco.

— Al carajo el tema de la comida humana, ¿acaso estarías considerando a la hija de ese hombre si ella fuera decente? —comenté fingiendo muy bien el enojo, aunque realmente si sentía una fuerte punzada de celos en el pecho por sus palabras tan ambiguas.

Lo escuché soltar una risita y lo sentí dar un delicado beso en mi pecho.

— Sí, como cena de año nuevo. —susurró y finalmente se rió.

— Aún si es así, significa que quieres tocar su piel de igual manera... —respondí molesto al recordar la forma en la que él y yo hacíamos las cosas, por lo que lo actuado estaba dejando de serlo para convertirse lentamente en real— esto es realmente...

De repente su cabeza se apartó de mí y por fin se dignó a mirarme a la cara con una expresión de sorpresa que no entendí a la primera, hasta que sus ojos brillaron con un brillo extraño y su sonrisa se ensanchaba poco a poco.

— ¿Hyungwonnie está celoso? —preguntó emocionado, tanto que si fuera un perro, su cola estaría moviéndose rápidamente de un lado a otro sin parar— ¿es eso? —ante el énfasis de su pregunta, desvié la mirada y negué con la cabeza, pero ya era tarde para retractarme, entonces sus fuertes brazos me envolvieron y comenzó a mecernos de un lado a otro con emoción— ¡Hyungwonnie está celoso! ¡Hyungwonnie cela a Hoseok! —cantaba con tono bastante infantil, provocando que me sonrojara.

— Claro que no. —gruñí con la intención de quitarme de su regazo, pero apenas con intentarlo, él me detuvo y antes de que supiera qué había pasado, ya me tenía debajo suyo, presionado contra la cama.

Miré su constante sonrisa y no pude evitar sentirme más nervioso que antes.

— Mentiroso... —susurró dando un ligero beso en mi cuello para finalmente volver a mirarme— solo admite que tu corazón está así de acelerado por mí...

Involuntariamente solté un suspiro sin dejar de verlo. Wonho era como un imán para mi, sin importar lo que hiciera o donde estuviera, lo buscaría simplemente para estar cerca de él, y aunque su padre haya dicho que yo no tenía nada que ver con la preciosa conexión del tic-tac que experimentaban los vampiros, no lograba encontrar una explicación coherente para aquello que yo sentía.

Lo malo de todo esto es que al descubrir lo de Kihyun, sentí el peso de la responsabilidad de enmendar mis errores, pero sin involucrar a Wonho. Ya no estaba dispuesto a dañar a nadie más.

— De nuevo esa expresión... —susurró acariciando mi rostro, con una mirada profundamente preocupada— ¿vas a decirme qué ocurre?

Le sonreí sin poder decir una palabra.

— He visto muchas películas melancólicas y el encierro me pone un poco loco... —mentí— además, has estado muy ocupado últimamente así que ahora que estás aquí, deberíamos hacer alguna actividad juntos.

De nuevo aquella luz de emoción inocente brilló en sus ojos y me robó un corto beso de los labios.

— ¿Qué quieres hacer hoy? Vamos a hacer todo lo que quieras y a ir a donde digas. —comentó el cachorrito moviendo su cola imaginaria justo antes de besarme de nuevo— ¡Hoy tú mandas!

Su cuerpo relativamente frío estaba sobre el mío, su cuerpo no carecía de fuerza o vigor, esa criatura fácilmente podría destrozarme, hacerme añicos, vaciarme, destruir mi existencia y seguir adelante como si nada hubiese pasado, pero no lo hacía. Él había elegido estar encima de mí, envolviéndome entre sus brazos, robándome besitos de los labios, preguntando mi opinión para salir juntos en lo que parecía una cita improvisada, mientras esperaba pacientemente una respuesta, sonriente, como un perrito adiestrado.

Esta persona, este vampiro, esta criatura... Eligió amarme.  Y aún más importante; yo también lo amaba a un nivel donde no había retorno, donde no había forma de separarme de él sin romperme.

Entonces supe que por más que amara a Kihyun, jamás podría salvarlo sin romperme primero. Y no sabía si sería capaz de tolerar el dolor esta vez.

— ¿Hyungwon? —de nuevo su mano estaba acariciando mi rostro— decide pronto, hoy salió el sol, pero no durará demasiado tiempo antes de que vuelvan las nubes grises, así que es mejor que nos demos prisa.

Sonreí por lo irónico que sonó en mi cabeza su comentario y asentí.

— Lo se. —suspiré— Llévame a donde quieras, necesito conocer todos los rincones bonitos de este lugar, antes de que el tiempo se acabe y las nubes grises vuelvan...

Él asintió muy emocionado, pero antes de ponerse en marcha, decidió que lo mejor sería una lluvia de besitos por mi cara que, a pesar de mis pensamientos abrumadores, disiparon un montón de tristeza de mi corazón.

Kihyun, ¿puedo ser feliz solo un poco más?
Por favor espera, no tardaré demasiado.

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