2.
Dicen que nadie tropieza con la misma piedra dos veces en su sano juicio.
Y tienen razón, yo lo hago intencionalmente.
Después de aquella experiencia extraña donde me quedé aturdido por muchas horas e incluso días, supe que después de eso mi vida no era normal.
No sé cómo puede definirse la palabra normal, pero sin duda mi vida no lo era más.
Al inicio hice lo que cualquier persona normal haría, cosas como buscar en Internet, investigar en libros y más que nada informarme de algún hecho extraño que ocurriera en aquel lugar.
Pero no había nada más que simples leyendas que parecían sacadas de un libro de ficción, o eso es lo que pensé hasta que vi por primera vez aquella noticia que no sabía como catalogar.
Una noticia de primera plana en uno de los periódicos más importantes del país me dio un nuevo sentimiento que no sabía como describir.
En la esquina superior derecha estaba la foto de aquella persona que me había citado a aquella ciudad, pero al lado de la foto de aquel conocido rostro se encontraban un par de letras rojas que decían: "Como causa desconocida se cataloga la muerte del ciudadano encontrado muerto cerca del parque..."
Muerto.
¿Estaba muerto?
Omití muchos más detalles y me fui directo a la información que se brindaba de aquella persona que nunca llegué a conocer más que por chats.
Para mí sorpresa, la verdad se destapó ante mis ojos con un cuadro de texto que decía: "el ahora occiso fue acusado en varias ocasiones por el delito de tráfico de personas, pero se mantenía prófugo de la justicia hasta esa fecha"
Abrí mi boca ante el descubrimiento y cerré la laptop sin la intención de volver a ver la cara de ese tipo ni en fotografías.
Y sé que a estas alturas cualquiera hubiera llorado dando gracias al cielo de que estaba a salvo y que fue rescatado de las garras de un delincuente.
Pero a mi no me importaba, lo que me importaba ahora era saber quien me había salvado.
Así que estaba claro, iba a tropezar una segunda vez y sería muy intencional.
Me levanté corriendo, tomé una mochila y apenas puse adentro algunas cosas necesarias, tomé algo de dinero y salí corriendo rumbo a la estación de buses.
No sin antes asegurarme de usar lentes de contacto esta vez, no quería tener que perderme algún detalle de lo que ocurriera.
Subí al último autobús que iba hacia aquel lugar y pese a que mis manos estaban casi congeladas de miedo y mis piernas temblaban, mi corazón estaba totalmente frenético, lleno de adrenalina por alguna razón.
El tiempo del viaje se me hizo como una eternidad y aunque recibí algún par de miradas extrañas de las pocas personas que iban en el autobús, me bajé casi corriendo.
Seguramente se quedaron pensando que yo era algún tipo de delincuente, urgido por ir a cometer mis delitos.
Pero no había tal delito.
Lo único que quería era llegar a ese maldito parque estaba al otro lado de la calle, así que aprovechando que no habían muchos autos circulando me crucé la calle bajando un poco la velocidad de mis pasos a medida que me acercaba allí.
Quería verlo, tenía que verlo.
Ingresé intentando recordar exactamente el lugar en el que estuve la semana anterior, pero desgraciadamente no presté suficiente atención al entrar y no supe cuándo salí, así que no recordaba nada.
Entonces simplemente decidí pasear por ahí con la esperanza de no encontrarme con algún otro delincuente, sino con mi salvador.
El silencio casi llegaba a ser abrumador y mientras más me adentraba en aquel lugar, notaba que habían menos personas, hasta que finalmente noté que no había nadie.
Por un momento mi corazón comenzó a retumbar tan fuerte que sentía el claro golpeteo en mi pecho.
Tragué saliva con mucha dificultad y comencé a sentir una capa de sudor frío sobre mi frente, entonces me cuestioné a mi mismo sobre si esa había sido una decisión coherente.
Debido al miedo, mis piernas parecían pesar toneladas y el ruido del viento moviendo los árboles con ímpetu no me hacía sentir mejor.
Giré sobre mis pies con la intención de volver por donde había venido, sin embargo en cuanto lo hice escuché un ruido a mi espalda y me tensé de inmediato.
Las suaves pisadas rompían las hojas secas del suelo y comenzaban a acercarse a mi.
Mi cuerpo entero se aflojó como una gelatina, sin embargo después de reunir toda mi valentía me giré nuevamente para ver en dirección hacía el lugar de donde provenía el sonido.
Entonces pude ver a alguien, al menos su silueta que en cuanto me giré, se detuvo.
Me quedé extrañado por la reciente acción de quien sea que estuviera frente a mi, sin embargo tampoco pude tener una reacción coherente.
Nos quedamos de pie, uno frente a él otro sin poder vernos las caras claramente más que con la luz de la luna, pero después de unos segundos él simplemente se giró y se regresó por donde había venido.
Sin embargo yo sabía que aquella persona era la misma que me había salvado.
No sabía cómo, sólo lo sabía.
— Hey tú... — susurré, pero él no se molestó en voltear y simplemente continuó caminando — ¡Hey!
Lo vi doblar en alguna dirección a través de los arbustos del parque, así que corrí para ir detrás de él pero en cuanto yo giré, precisamente el camino por donde yo había visto que él había ido, estaba despejado.
Fruncí el ceño dejando el miedo de lado y convirtiéndolo en molestia.
Comencé a correr por todos los caminos pequeños aledaños, pero nada, de nuevo el tipo parecía haberse esfumado.
Con mucha molestia salí del parque pensando en lo que podía hacer para que viniera.
Ya me había salvado una vez, lo haría de nuevo ¿verdad?
Bueno, eso es lo que pasaba en las películas de super héroes.
Lancé una mirada rápida hacia aquella tienda donde literalmente vendían de todo y tuve una idea.
Corrí y compré un par de cosas comunes, como golosinas y otras no tan comunes como una pequeña navaja.
Disimuladamente avancé hacia un callejón que había cerca del parque y después de verificar que estaba solo o al menos casi solo ya que parecía haber una pareja caminando por ahí, tomé la pequeña navaja en mi mano.
— Estoy loco... — susurré — estoy muy loco...
Puse el filo de la navaja sobre la sensible piel de mi antebrazo y cerré los ojos.
Entonces sin pensar mucho comencé a hacer un corte superficial sobre mi piel con el que automáticamente comencé a gritar adolorido.
Sentía mi piel arder y mi caliente sangre brotar por la herida que fue más profunda de lo que quería.
Las lágrimas empañaron mi visión y me senté en el suelo maldiciendome a mi mismo por hacer tonterías como esa, miré la herida y pude ver mi sangre brotar lentamente hasta caer en el sucio suelo de aquel callejón.
Sin embargo después de sollozar y limpiar mis ojos, noté algo más que un simple suelo sucio.
Levanté mi mirada para ver desde abajo aquella enorme silueta frente a mi, entonces él se agachó y sus ojos se posaron en mi herida.
— ¿Eres estúpido? — preguntó con severidad.
Sin embargo yo solté una risita entre lágrimas al reconocer su voz.
— Funcionó... — él me miró extrañado y molesto — viniste... Hola...
Sonreí como un tonto y él se apartó de mi inmediatamente.
— Tapa la herida y ve a un hospital, eso te dejará una cicatriz... — susurró metiendo sus manos en las bolsas de su chaqueta y se dio la vuelta para irse.
Yo lo miré aturtido.
¿Simplemente iba dejarme allí?
— Espera... — me arrastré un poco al no poder recuperar el equilibrio para ponerme de pie — ¡Espera! — con el ardor sofocante en mi brazo me puse de pie y tomé su chaqueta con fuerza — ¡He dicho que no te vayas!
Sus pasos se detuvieron y en fracción de segundos se giró, me agarró por el cuello y me estampó contra la pared del callejón, sumándole un dolor más a mi cuerpo.
— ¡Sólo aléjate! — me gritó enfurecido y casi podía jurar que el color de sus ojos se tornó en un rojo carmín.
No sabía como sentirme, una parte de mi estaba asustado, otra se sentía traicionado y otra simplemente quería volver a casa, igual que la primera vez que estuve en ese lugar.
Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas ante la falta de oxígeno y toqué sus manos desesperado porque me soltara.
Él soltó un largo suspiro y finalmente me soltó.
Entonces caí al suelo y comencé a toser frenéticamente mientras él retrocedía un par de pasos como si yo fuera un bicho raro del cual no quería estar cerca.
Tosí una vez más y lo miré con rabia sintiendo un horrible dolor en la garganta, siendo el tercer dolor que sentía en esa misma noche.
— Sólo quería conocerte... — mascullé con rabia — pero ahora me doy cuenta que mi salvador es un cretino.
Volví a toser y cubrí mi herida con mi mano libre intentando ponerme de pie, entonces él me vio fijamente y sus manos parecían temblar.
— No soy un salvador... — susurró — tampoco soy un superhéroe y esto no es una película... — en cuanto di un paso, el retrocedió un paso ante mi extrañada mirada — y si así lo fuera... Yo sería el villano.
Lo miré desconcertado, el mismo tipo que casi me había asfixiado contra aquella pared, estaba frente a mi, cubriéndose el rostro con una mano y parecía temblar.
Fruncí el ceño ante la imagen y di un paso hacia él, pero rápidamente él retrocedió.
— ¿Q-qué tienes...? — él negó levemente — ¿estas bien?
Despegó su mirada del suelo y la clavó en mi.
— Estoy hambriento... — susurró con la voz temblorosa.
Entonces mi corazón se estremeció ante esas dos palabras.
¿Era un indigente? No lo parecía.
— Tengo un par de galletas allí... — susurré mientras señalaba la mochila — tómalas y deja la mochila allí, debo buscar algo para vendar esta her...
— Quiero de tu sangre... — susurró provocandome un escalofríos que me estremeció de pies a cabeza.
Retrocedí rápidamente.
— ¿Qué? — lo miré asustado, sin embargo él no se movió — ¿Qué dices, loco? Me voy...
Tomé mi mochila con la intención de irme, sintiendo mis pelos de punta, sin embargo su voz volvió a escucharse en aquel vacío callejón.
— Me llamó Wonho... — susurró y agachó la cabeza — no soy un superhéroe ni un salvador, bebí la sangre del tipo que quiso hacerte daño hasta no dejar ni una gota en su cuerpo... — mis ojos se abrieron con terror — no lo hago usualmente pero estaba molesto...
Me quedé paralizado ante su confesión y por algún motivo sentía que correr no servía de nada, yo me había metido a la boca del lobo.
— ¿Qué? — dejé caer mi mochila al suelo — tú...
Él asintió.
— Si, soy lo que piensas y creo que es un buen motivo para que te vayas y no vuelvas nunca más a cruzarte conmigo... — susurró cabizbajo.
Lo miré incredulo y luego miré mi propia herida de la cual seguía brotando sangre y supe que usé el método más efectivo pero más peligroso para hacer que viniera.
Pero algo no encajaba.
— ¿Por qué no me has hecho lo mismo? — pregunté con firmeza — ¿Por qué me adviertes en vez de matarme? ¿Por qué me llevaste a mí casa la otra noche? Además... — di dos pasos hacia él — ¿Cómo sabías donde vivía? ¿Me conoces? ¿Cómo llegaste tan rápido?
Él levantó su mirada y simplemente asintió a la lluvia de preguntas.
— Tu sangre... — señaló mi herida — huele demasiado bien... Podría reconocerte y ubicarte aunque estuvieras a kilómetros de mi... — suspiró y tapó su nariz — eso me ha hecho desearte desde que sentí tu olor llegando en ese autobús por primera vez, estaba esperando por ti — retrocedí sintiendo miedo al escuchar su confesión — pero luego.. — suspiró — vi lo que ese tipo planeaba hacerte, escuché lo del engaño y me molesté... Así que lo maté, volví por ti y recordé la ruta del autobús en que llegaste... — volvió a agachar su cabeza — lo demás fue sencillo, tu casa rebosaba de tu olor.
— Querías matarme... — susurré totalmente en shock — de verdad ibas a hacerlo...
Él negó levemente.
— Solo... Solo quiero un poco... — relamió sus labios — me es inevitable, lo siento... — se dio la vuelta nuevamente — es mejor que te vayas...
Lo miré ir hacia algún sitio, cabizbajo seguramente por estar hambriento y me pregunté a mi mismo cuanta diferencia había entre nosotros.
Marginados, con poca suerte, destinados a vidas totalmente lamentables que no pedimos tener.
¿Qué podía perder?
— He perdido mucha... — él detuvo sus pasos ante mi voz — ¿Prometes tomar solo la necesaria y no matarme?
Se giró sorprendido por mis palabras.
— ¿Qué? — susurró.
Entonces llené mis pulmones de aire para poder decir la locura que estaba a punto de salir de mi boca.
— Bebe de mi sangre si lo necesitas... — él seguía paralizado frente a mi — pero no debes excederte y luego... — suspiré sintiendome un tonto — luego debes ayudarme a curar esto y a llegar a mi casa...
Avanzó hacia mi lentamente como si pensaba que estaba jugandole una broma muy cruel.
— ¿Estas seguro? — levantó sus cejas mirando mi brazo como si fuera un banquete.
Me encogí de hombros, no estaba seguro, tampoco sabía que era lo que estaba haciendo, pero por algún motivo sentía que debía hacerlo.
— Solo... Solo hazlo y cumple... — extendí mi brazo hacia él y con mi mano libre cubrí mi rostro.
Sí, estaba exponiendome a que un vampiro me dejara seco como una pasa.
Pero ¿que más daba?
Él me miró atónito y se acercó a mí con cautela, con su mano izquierda tomó mi brazo y su mano derecha me envolvio por la cintura.
No tenía miedo, ya había estado en sus brazos antes quizá por motivos distintos, pero confiaba en él.
De repente sentí el suave roce de sus labios sobre mi herida piel y siseé por el ardor, pero repentinamente sentí un fuerte dolor agudo en el mismo sitio que me obligó a gritar.
Aparte mi propia mano de mi rostro y miré aquel acto que me dejó atónito, sus ojos estaban cerrados, su boca estaba sobre mi herida y literalmente sentía que estaba vaciandome.
— Wonho... — susurré y toqué su suave cabello, desesperado — me estas matando... — revolvía su cabello nuevamente sintiéndolo entre mis dedos como suaves hilos de seda — Wonho...
Mis rodillas flaquearon y mi peso entero se desplomó sobre su brazo que me sostenía por la cintura.
Sus rojizos ojos se clavaron en los míos, lo miré suplicante, sin embargo no se separó de mi y yo no tenía fuerzas para empujarlo.
Y así a merced de un vampiro comencé a caer en la inconsciencia sin la certeza de que verdaderamente estaría bien.
E ironicamente ahora era yo el que quería que se alejara, pero... Mientras caía en la inconsciencia a causa de mi debilidad, sus rojizos ojos me escudriñaban con calma como si quisiera darme confianza.
Y eso era muy cínico...
O quizá no.
-----🖤-----
Bueeeenaaaaaas
Dioh esto está fuerte...
Ahora si empieza lo chido wuuu
Hasta pronto
🖤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top