1.

La primera vez que lo vi... lo definí como un chico lindo, quizá alguien muy tranquilo con una linda sonrisa.

Nada más, ninguna sospecha y mucho menos de algo extraño.

Me senté en el asiento que estaba cerca del suyo, pues aquel parque donde estábamos no me era muy confiable, al menos no para mi.

Estaba medio lleno o medio vacío, depende del punto de vista en que se viera.

Medio lleno pero de personas que no me parecían tan confiables y medio vacío pero me daba miedo estar solo.

Cualquiera en su sano juicio me preguntaría: "Oye Hyungwon ¿que hacías a esas horas de la noche en un lugar como ese, en una ciudad donde no conocías a nadie?"

Pues bueno, soy un tonto, debo admitirlo.

Pero ¿Quién no ha hecho nunca una locura por amor?

La locura que yo hice fue específicamente escaparme de mi trabajo muy temprano con la excusa de que me sentía enfermo, fui a casa, preparé una pequeña maleta y salí a tomar un autobús con rumbo a otra ciudad.

¿Por qué?

Porque la persona que me gustaba me había prometido que iba a esperarme, ese día nos conoceríamos en persona y que todo sería muy lindo.

Y si, era una de las típicas personas que conoces gracias al Internet.

Lastimosamente el mundo en el que vivimos es muy cruel con los ilusos como yo y todo aquello resultó ser una enorme farsa donde lo único que obtuve fue una perdida de dinero en pasaje, tres horas esperando en la estación de autobuses y una persona que jamás llegó a recibirme.

Aún con todo eso mi esperanza estuvo activa por mucho tiempo, pero en cuanto el sol se escondió, supe que había sido engañado y que sinceramente fui un torpe.

Después de darme cuenta de mi error quise devolverme a mi ciudad, sin embargo la empresa me advirtió que no habían autobuses de regreso a esas horas, tendría que esperar hasta la madrugada para poder volver y ser igual de miserable que era antes de creer en la farsa que esa estúpida persona me pintó.

Tuve que salir de la estación en búsqueda de algo para comer porque mi estómago rugía y debido al poco dinero que traía conmigo, simplemente me conseguí un par de snacks y una botella con agua.

Después de salir de aquel extraño lugar donde compré lo único que probaría en esa noche, divisé al otro lado de la calle un pequeño parque, no era ostentoso ni nada por el estilo pero al fin de cuentas seguía siendo un parque y quizá podía encontrar algo bueno por ahí en qué distraerme mientras comía.

Y entonces fue cuando lo vi.

Estaba en una zona alejada del resto, rodeada por un par de arburtos que debido a la oscuridad de la noche no podía notar si tenían flores o no, pero si pude verlo a él, parecía no notar mi presencia o al menos si lo hizo pareció no importarle ya que no me miró, simplemente sonreía hacia su celular.

Aparté mi mirada de él pues tampoco tenía la intención de incomodar a un extraño y simplemente me senté.

Nuestros asientos estaban a unos cuantos pasos de distancia, sin embargo no me atreví a entablar ni siquiera una conversación básica debido a que mi corazón seguía roto por la persona que me había engañado y mi mente muy preocupada por la misma razón.

Así que simplemente comencé a comer aquellas porquerías que sabían horrible, quizá por mi mal rato o quizá porque de verdad estaban feas, sin embargo no murmuré.

Después de un rato las dejé de lado y comencé a tomar mi botella de agua, pero me fue inevitable pensar en lo horriblemente miserable que debía verme en esa situación, aunque ninguna de esas personas supiera lo que estaba pasando realmente.

Mis ojos se humedecieron ante mis propios pensamientos, así que aparté mis gafas y tapé mi rostro con ambas manos, dejando la vergüenza de lado para poder desahogarme.

Al parecer a él no le importó mi llanto y mucho menos el motivo, pero en cierta parte lo agradecía porque no quería dar explicaciones y contarle lo patético que era.

Nunca fui de las personas que buscan beneficios de lástima a través de victimizarse cada que vez que cometen una cagada, así que no quería palabras alentadoras de nadie.

— ¿Tortuguita? — susurraron cerca de mi, así que levanté mi rostro al escuchar el apodo que solo aquella persona me decía — ¿de verdad eres tú? Por fin te encuentro...

Limpié mis lágrimas rápidamente e intenté aclarar mi nublada visión lo más que pude para poder identificar el rostro de la persona que me hablaba.

Entonces palpé sobre el asiento en busca de mis gafas pero no las encontré.

— ¿Chico lindo? — pregunté buscando una confirmación a mi suposición, entonces sentí como tomaba mi mano — espera, no encuentro mis gafas, ayúdame a buscarlas...

De pronto mi otra mano fue apresada con un poco más de fuerza de la necesaria.

— Oh no te preocupes por las gafas, te comparé otras mañana... — tiró de mi, sin embargo me rehusé — ¿que haces? ¿Acaso quieres seguir en este lugar? Aquí da muy mala espina... Vamos al lugar en que habíamos quedado.

¿Lugar que habíamos quedado? Sólo hablamos de pasar la tarde en una cafetería, no quería pasar la noche a su lado.

Volvió a tirar de mi, sin embargo volví a rehusarme mientras luchaba porque mi borrosa visión definiera algo más que simples sombras.

Pero no podía y la poca iluminación tampoco ayudaba.

— He dicho que necesito mis gafas... — tiré con fuerza y liberé mi muñeca derecha — además... Me has dejado esperando aquí por mucho tiempo y ahora te apareces como si nada ¿que te hace pensar que iré contigo?

Sentí como mi muñeca derecha era apresada nuevamente.

— Oh precioso... — mi muñeca izquierda fue liberada y su mano se posó con suavidad sobre mi rostro — ya viniste hasta acá por mi, Hyungwon... Un retraso lo tiene cualquiera.

Frunci el ceño.

¿Hyungwon? ¿Quién le dijo mi nombre real?

Me estremecí por completo al escucharlo.

— Mira, sé que vine... — susurré intentando parecer tranquilo — pero nuestro trato creo que ya expiró... — suspiré — además... ¿Cómo sabes mi nombre?

Tiré con fuerza para liberar mis muñecas del fuerte agarre e intentar correr, sin embargo fue inútil.

— ¡Me estas cansando! — me inmovilizó por completo y aprisionó mi pecho contra la banca — vendrás conmigo...

En ese momento algún tipo de tela cubrió mi rostro y comencé a forjecear sin poder gritar debido al trozo de tela que me cubría con intención de casi asfixiarme.

Sin embargo, a pesar de ser un miserable iluso, también soy un terco que nunca se rinde.

Me levanté como pude lo golpeé con el codo, dando directamente en su estómago logrando que él perdiera un poco de fuerza.

Entonces la tela resbaló de mi cara y respiré desesperado por la reciente falta de oxígeno y en ese momento recordé que había alguien cerca de mi momentos atrás.

¿Seguía allí? ¿Estaba viendo todo?
¿Debía gritar y pedir ayuda?

Lastimosamente sin mis gafas no podía responder a las primeras dos primeras preguntas, pero me apresuré a responder a la tercera y grité desesperado mientras seguía forcejeando por evitar que mi cara fuera cubierta por aquella tela nuevamente.

Pero entonces frente a mí pude ver algo, sin mis gafas no era nada más que una sombra en movimiento pero en medio de mi desesperación eso fue muy esperanzador.

Quise gritar para llamar la atención de quien sea que fuera aquella sombra, sin embargo, mucho antes de que pudiera gritar aquella sombra ya estaba frente a mí.

Un par de fuertes brazos me envolvieron por delante y fui arrancado de los brazos de aquella persona que quería dañarme, lo hizo sin él mínimo esfuerzo.

— ¡¿Qué demon...?! — me alerté al escuchar el grito de aquella persona.

Sin embargo no entendía la situación y ni siquiera sabía si estaba a salvo o no.

— ¿Por qué? — susurró la persona que me tenía entre sus brazos — ¿por qué él?

Comencé a llorar desesperado.

A esas alturas lo único que deseaba era estar en mi incómoda cama, jugando a algún juego en línea o simplemente pensando con el tormento de mi insomnio.

Sin embargo estaba en los brazos de alguien a quien no conocía, no podía huir porque ni siquiera miraba un poco y la otra persona presente había intentado secuestrarme momentos atrás.

De pronto escuché un par de pasos y la voz temblorosa del desgraciado que había intentado hacerme daño.

— Y-y-yo... Yo... Yo solo... — fruncí el ceño al escucharlo tartamudear — ya me voy, ya me iba...

De pronto escuché el golpeteo de los pasos de aquel tipo mientras corría por el angosto camino del parque hacia algún sitio.

De pronto sentí como aquellos fuertes brazos me soltaron con cuidado y me depositaron en un asiento que asumía que era el mismo en el que había estado minutos atrás.

Quise preguntar acerca de lo que estaba pasando, sin embargo la otra persona simplemente pareció desaparecer o al menos eso fue lo que mi borrosa visión captó con la poca luz nocturna.

Y el silencio reinó.

Me quedé allí sin saber cómo reaccionar a la situación.

¿Qué se supone que debía hacer?

Ya no simplemente estaba en otra ciudad donde no conocía a nadie, ahora también acababa de casi ser secuestrado, defendido por una persona que no conocía, sin gafas y sin tener noción del tiempo.

Miserable, miserable, miserable.
Es la única palabra que habitaba mi mente.

Limpié mis incesantes lágrimas y me levanté del asiento palpando por todo el lugar en busca de mis gafas pero no estaban por ningún lado.

No planeaba quedarme allí por más tiempo, así que guiándome por la poca luz que había en el lugar y por mi memoria, decidí buscar la salida de aquel espantoso lugar.

Tropecé en un par de ocasiones, me sostuve de algunos arbustos e intentaba ponerme en contexto para avanzar.

Lo único que quería era llegar a la estación, pero por segunda vez en aquella noche sentí el tacto de aquellos fuertes brazos rodearme.

Entonces me alteré e intenté soltarme del agarre.

— Tranquilo... — susurró dándome espacio — ibas a tropezar, solo quise ayudar...

Sollozé desesperado.

— Llévame a la estación de autobuses... — susurré entre el llanto — solo quiero ir a casa...

Me tapé el rostro cuando sentí que mi llanto estaba desbordandose nuevamente.

Y aunque no lo pedí, sus brazos me rodearon una vez más, pero esta vez como un abrazo real, uno de consuelo.

En un momento en específico su abrazo se hizo un poco más fuerte y sentí como si me levantaba del suelo, quizá solo fue un pensamiento mío o quizá si lo hizo, incluso ahora no lo sé.

— No llores... — susurró soltandome — ya no... — sus suaves manos se posaron en mis mejillas y limpiaron mis lágrimas con mucho cuidado — todo está bien, lo prometo...

No sé por qué, pero de alguna manera creía en sus palabras.

Asentí y me quedé allí de pie sollozando sin saber qué más hacer o decir, pero a los pocos segundos sentí como estaba colocando en mi rostro un par de gafas.

O más bien, mis gafas.

Me quedé sorprendido ante su acción y más aún me sorprendí al ver su rostro con más claridad.

Era él, el mismo chico de la banca de al lado.

Me quité las gafas una vez más para poder limpiar mis lágrimas con mi camiseta.

— ¿Quién eres? — coloqué mis gafas rápidamente.

Sin embargo, aquella hermosa persona que parecía irreal ya no estaba allí.

Volteé a ver a mi alrededor con incredulidad, nadie podía haberse ido así de rápido.

Pero más grande fue mi sorpresa cuando al prestar más atención a mi alrededor me encontraba frente a mi casa y no en el parque de otra ciudad.

— ¿Qué demonios? — di un par de pasos hacia atrás y de pronto pisé una pequeña bolsa — ¿Qué?

La pequeña bolsa contenía justo las porquerías que había comprado en aquella tienda, así que todo fue real.

Pero...

¿Cómo lo hiciste?
¿Cómo es posible?
¿Qué era todo eso?

Pero más importante...
¿Quién eres salvador mío?

-----🖤-----

Buenaaaaas

Ya sé que técnicamente tienen que releer y re votar los one shots nuevamente pero ya saben que es el inicio de la historia y los que no han leído los one shots deben comprender de qué va esto también.

Asi que bueno, aquí el primer cap.

Pronto se vendrá el segundo, no olviden votar que me motiva mucho.

Hasta pronto
🖤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top