01. 10 meses

Rory no podía respirar, le costaba. Tenía miedo, mucho miedo, llevaba casi dos semanas encerrada allí. Le daba patadas a la pared de cristal, intentando salir. Se desesperaba y empezaba a sollozar. Echaba de menos a los demás, a pesar de que solo los conocía desde hacía diez meses. Reía levemente al recordarlos, y su risa se mezclaba con el llanto. Pensó  que no había llorado tanto desde que había visto Bambi.

Decidió que tal vez podría dormir un poco, en los últimos días apenas había dormido cuatro o cinco horas, sobre todo por los ruidos. No cualquier ruido, ruidos de gente pidiendo ayuda y perdón y acto seguido los gritos de dolor.

Siempre se oía el grito de dolor y después nada. Rory sabía lo que significaba. El silencio significaba que acababan de matar a alguien. Lo sabía de primera mano, hacía años había sido obligada a matar a un hombre inocente solo para no descubrir su tapadera, y desde entonces se había odiado por eso.

En el MI6, la vida era un constante juego de sombras, donde la lealtad se compraba con sangre. Aquel día, la misión había sido clara: infiltrarse en una organización criminal que operaba en Londres. Sus superiores le habían prometido que sería una operación limpia, un simple rastreo de información. Pero la realidad es que, al final, siempre había un precio que pagar.

Recorría las calles de la ciudad con su identidad falsa, y en cada esquina sentía el aliento helado del miedo. Lo que se suponía que debía ser una simple interceptación se tornó en un enfrentamiento brutal. El hombre al que había seguido, un mensajero de la organización, la había descubierto. En ese instante, su corazón se detuvo. Sabía que si no actuaba, él la delataría. La decisión fue instantánea, un cuchillo en la mano y la realidad a sus espaldas.

El grito de dolor resonó en su mente, como una campana que nunca dejaría de sonar. Era un hombre inocente, atrapado en una red de mentiras y secretos, y sin embargo, para ella, era una cuestión de supervivencia. Esa dualidad la consumía. Después de aquel día, el silencio la perseguía, un eco de su culpa. Sabía que nunca podría escapar de ese pasado, que siempre cargaría con el peso de sus decisiones.

Cuando se tocó el hombro y se dio cuenta de que ya no le sangraba, al menos no tanto, intentó sacarse la bala, pero lo único que sacó fue un grito de dolor de su garganta. Se sentó, agotada, física y mentalmente y se acurrucó. 

Empezó a pensar lo que habrían hecho ellos. Angus la habría sacado de ahí con una bomba improvisada, Riley les habría hackeado todo el sistema, Jack les habría dado una paliza y Wilt habría conseguido infiltrarse entre ellos con una de sus máscaras realistas.

Cuando escuchó unos pasos acercándose a su sala, por instinto, se alejó de la puerta y agarró un bastón eléctrico que se habían dejado allí. Idiotas. Cuando dos de los hombre entraron, les golpeó con las pocas fuerzas que le quedaba. Aunque recibió varios puñetazos y una que otra puñalada, la adrenalina del momento la mantenía en pie. Ella conseguía darle patadas en los costados, le costaba, estaba cansada. No, de hecho, estaba agotada. Cuando le dio un puñetazo en la mandíbula a uno de los hombres, vio su oportunidad de escapar.

Corrió en dirección a la puerta de salida, pero cuando oyó un fuerte ruido, supo que ese era su final y lo siguiente que sintió era dolor en su costado. Cayó de rodillas, tocándose la zona afectada. Caliente... Mierda, estaba sangrando, mucho. Se arrastró por el suelo intentando llegar a la salida. El tirador venía hacia ella y le pisó las muñecas, sacándole un grito de dolor.

Miró la puerta y de pronto vió a diez personas entrar disparando, salvo una. Sonrió al reconocerlos. Dos de ellos se acercaron corriendo. La levantaron y la subieron a una camilla de ambulancia, aunque no supo cómo. 

Oía voces, pero no lograba distinguir lo que decían; era algo como "no cierres los ojos. Rory, no cierres tus preciosos ojos verdes. No los cierres". Ella solo quería dormir. Cuando comenzó a reír, sus salvadores se preocuparon mucho, ¿estaba entrando en shock, o se estaba muriendo? Probablemente ambas, pero Rory no pudo evitar reír. Esos imbéciles habían perdido. Les habían ganado... ¿ganado? A costa de qué. A costa de esa chica y a costa de ella misma.

Despertó en una sala blanca. Parpadeó varias veces para acostumbrarse a la luz. Miró a su alrededor y los vió a ellos, a todos. Riley y Jack estaban a su izquierda, Wilt frente a ella y Mac a su derecha. Todos estaban durmiendo, menos Mac. Él estaba dando vueltas por toda la sala. Ella empezó a ponerse nerviosa por el nerviosismo del rubio.

-Angus deja de darme esos sustos.- dijo vagamente. Todos se despertaron y vinieron a por la rubia, que acababa de despertar. Mac fue el primero en ponerse a mi lado.


Gif hecho por la hermosísima: b_naevis te quiero mogollón amor
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Nada que ver pero estoy a punto de terminar Boulevard y amo mucho a Luke Howland aunque ya me sé el final.

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