「29」

Observando las frías calles de la ciudad por la ventana del auto mientras entre sus manos llevaba un americano helado que conseguía entumirle las manos, un alfa de oscuro y alborotado cabello suspiraba aburrido, con el corazón encogido y un nudo en la garganta que ni siquiera su bebida favorita lograba disipar. Y es que dejar a su omega solo luego de su rápida y poco romántica propuesta de matrimonio, lo desanimaba demasiado, y esto empeoraba al ver a su madre sentada a su lado con un rostro inexpresivo.

Luego de que las enfermeras entraran y los vieran a ambos llorando mientras reían, su madre había entrado junto a su suegra para pedirle una explicación, siendo Jimin el que grito un emocionado "¡Nos vamos a casar!" que sorprendió a ambas omegas como también a las enfermeras. Su linda suegra solo comenzó a reír mientras murmuraba algo de contarle a su cuñado Baekhyun, mientras que su madre, con el mismo rostro inexpresivo que tenia ahora, le pidió una silla de ruedas a una enfermera para poder llevarlo a casa.

Así que ahí estaba, bajando del taxi con ayuda de su madre, de quien se soltó con un movimiento algo brusco que lo hizo tambalear, caminando con dificultad hasta la puerta de su casa la cual fue abierta por el padre de JiYong quien intento ayudarlo pero, con un movimiento más suave, se negó.

Diferente fue con el beta quien rápidamente se acerco a él, le quito el café helado y sin preguntar nada le paso un brazo por la cintura y lo ayudo a subir la escalera, apoyándolo firmemente contra su menudo cuerpo lo cual agradeció. No tenia la suficiente fuerza para subir solo las escaleras de su casa, pero tampoco tenia las ganas de pedirle ayuda a su madre o a su padrastro, su orgullo era mas grande, como también su rabia.

Y al parecer esto ultimo su hermanastro lo noto pues en cuanto llegaron a su habitación y cerro la puerta, este se dio la vuelta encarándolo con una ceja alzada y los brazos cruzados, esperando que hablara sin necesidad de preguntarle nada.

-¿Quién ordeno mi habitación? -Pregunto antes que nada notando como el nido en el que estuvo durmiendo por tanto tiempo ya no estaba, su cama estaba con mantas limpias y el olor a suciedad había sido reemplazado por un aromatizante a menta.

-Yo lo hice mientras estabas en el hospital, imagine que no te gustaría que alguien entrara y dejara su aroma por todas partes, así que preferí hacerlo yo, después de todo mi aroma casi no se siente. -Asintiendo a las palabras del menor se acomodo mejor en la cama, gateando en esta hasta que pudo acurrucarse entre las almohadas como un cachorro.

Vio al rubio acercarse a su cama y sentarse a su lado sin emitir ninguna palabra, aun a espera de que fuese él quien le contara lo sucedido sin que tuviera que preguntar, y agradecía eso, no estaba para responder preguntas ni mucho menos para dar explicaciones obligado, prefería hablar de todo con calma, a su ritmo, sin presiones.

Luego de varios minutos en silencio en los cuales Yoongi aprovecho para cerrar sus ojos y relajarse, JiYong decidió recostarse a su lado pero con la vista hacia el techo, suspirando de gusto pues, luego de mucho tiempo, al fin sentía algo de paz en compañía de una de sus personas favoritas en el mundo. No se había dado cuenta de cuanto había extrañado a su hermanastro hasta ahora que lo tenia sano y salvo a su lado, emitiendo pequeños quejidos al acomodarse en la cama, o intentando quitarle una almohada para poder abrazarla.

-Le pedí matrimonio a Jimin... -El suave murmullo del alfa por poco y no era escuchado si no fuera por el absoluto silencio que había en la habitación, dejando más que sorprendido al chico junto a él.- Él dijo que si, su mamá se alegro, y mi mamá... -Abriendo los ojos frunció el ceño sintiendo como su pecho se volvía a apretar, molestándolo.- Me saco de ahí a rastras, y cuando estábamos fuera del hospital comenzó a decir que era un irresponsable por hacer algo así.

-¿Irresponsable, por qué? -Preguntó más que confundido el beta viendo al mayor encogerse de hombros.

-Dijo que somos muy jóvenes, que aun no sabemos nada de la vida, y que no debía tomar decisiones tan a la ligera porque luego me podía arrepentir. -Suspirando se giro en la cama quedando con la vista hacia el techo, viendo allí algunas pegatinas de estrellas que años atrás lo calmaban al brillar en la oscuridad.- No soy mi padre, no me arrepentiré de casarme tan joven porque yo si amo a Jimin, y no tengo hijos con otro omega.

-Oye, no seas cruel...

-No soy cruel, es la verdad... -Sentándose en la cama se giro hacia el menor quien lo observaba con el ceño fruncido.- No soy como el imbécil de mi padre, no hare sufrir a Jimin por irme con otro omega, es a él a quien amo y con quien quiero estar, así que no debería reflejar sus malditos miedos en mi solo porque soy alfa.

Colocándose de pie se acerco hasta su armario para buscar algo de ropa y poder darse una ducha, no recordaba la ultima vez que se había bañado por su cuenta ya que en el hospital varias veces las enfermeras lo habían ayudado a lavarse, pero poder darse una ducha tranquilo en su casa y con sus cosas, era algo completamente distinto.

-Deberías hablar bien con ella, es tu madre. -El tono de reproche con el que su hermanastro le hablo le molesto, aun así no dijo nada, queriendo evitar una discusión con la única persona que le podía hacer compañía en ese momento, después de todo Hoseok le había avisado que pasaría la tarde con Taehyung y no quería molestarlos.

Por otro lado estaban Seokjin y Namjoon con quienes había logrado tener una muy buena relación, pero al estar buscando universidades, no tenían tiempo ni para respirar. Luego estaba Kyungsoo y JongIn, aunque con el alfa no se llevaba del todo bien, el omega era otra cosa, le agradaba pasar tiempo con él en la escuela y estudiar juntos, pero nunca salían uno sin el otro, lo cual era molesto.

Así que su única compañía ahora era JiYong, porque Jungkook estaba demasiado ocupado siguiendo a Yugyeom a todas partes como para venir, aunque eso no evitaba que todos los días le hablara a Taehyung o ahora ultimo a él para saber de su estado y del estado de Jimin.

Tiempo atrás nunca hubiera imaginado tener tanta gente preocupada por él, aunque no pudiera verlos no faltaban los mensajes o las llamadas para saber como estaba, y lo agradecía cada vez que eso pasaba pues sabia que si algo así volviese a ocurrir, no estaría solo. Aunque esperaba nunca tener que estar en un hospital de nuevo, ni que Jimin tuviese que estarlo luego de que le dieran el alta.

-Me bañare. -Aviso al beta que continuaba observándolo desde la cama con una mueca berrinchuda que consiguió molestarlo.- Mi madre esta siendo inmadura, cree que porque soy alfa seré igual a mi padre, que solo quiero estar con Jimin por tener algo seguro en mi vida y no es así.

-Ella tiene miedo...

-¿Y crees que yo no? -Lanzando a su cama la ropa que antes había sacado para cambiarse, camino tambaleante hacia el menor quien rápidamente se levanto para sujetarlo de los brazos.- ¿Crees que no tengo miedo después de todo lo que paso? Después de creer por dos malditos meses que Jimin estaba muerto, después de no sentir absolutamente nada a través del lazo ¡¿Crees que no estuve asustado?!

-Pero el lazo estaba roto... -Murmuró con los ojos más abiertos de lo normal, completamente sorprendido por lo que estaba escuchando y mas aun al ver al alfa llorar.

-Jimin me rechazo, rechazo mi marca pero el lazo continuo intacto, no se si por amor o por otra cosa, pero estuve sintiéndolo en mi pecho hasta que... -Respirando profundamente cerro los ojos, alejándose del rubio al notar que prácticamente este lo estaba sujetando para que no cayera al suelo.- Deje de sentirlo luego del primer paro cardiaco que tuvo.

Vio con culpa como los ojos de su hermano se cristalizaban y los cerraba como si al escuchar su dolor lo sintiese propio, y demonios, no debía sentirse aliviado de que alguien compartiera un poco de sus miedos, de su angustia y su pena, pero saber que no estaba solo en todo aquello, lo aliviaba de cierta forma.

Dando la conversación por terminada volvió a coger su ropa y se metió al pequeño cuarto de baño que su habitación tenia, dejando a JiYong solo en su habitación, aunque esto no duro mucho al escuchar la puerta del cuarto ser golpeada con suavidad, encontrándose con su padre detrás de esta quien en sus manos llevaba dos bolsas repletas de dulces, galletas y bebidas frías que le hicieron sonreír aun cuando sus ojos seguían reteniendo lagrimas.

-Cuida de tu hermano mientras yo hablo con su mamá, no dejes que se sienta solo... -Entregándole las bolsas a su hijo se acerco a la frente de este dejando un pequeño beso que lo hizo sonrojar.- Se bueno, cachorro.

-Ya no soy un cachorro, papá... -Abultando sus labios vio al alfa reír enternecido por la actitud de su hijo.

-Para mi siempre lo serás. -Con eso ultimo dejo la habitación del alfa menor, yendo directamente a la habitación de su pareja donde esta ya lo esperaba sentada en la cama, viendo unas fotografías antiguas que él tan bien conocía.- Si vas a lloras, te quitare esas fotos.

-Ah, Hyukkie... -Dejando el álbum sobre la cama volteo hacia su alfa con un marcado mohín en sus labios que hizo sonreír al mayor quien rápidamente se sentó a su lado para abrazarla.- ¿Crees que cometo un error?

-Por supuesto que cometes un error, mi amor... -Dejando un pequeño beso en la mejilla de la omega sonrió enternecido por el golpe que esta dejo en su pierna.- Yoongi es un buen chico, pronto cumplirá 19 años y terminara la escuela, ira a la universidad y estudiara lo que sea que quiera, y eso no se vera interrumpido porque decidió casarse con un dulce omega ciego que lo ama de la forma más pura y hermosa que ha existido.

Entendía lo que su alfa quería explicarle, pero era justamente eso lo que le preocupaba, que ese dulce omega incapaz de ver pudiera sufrir por culpa de su hijo, y es que si este lastimaba de alguna forma a Jimin, por mucho que fuese su retoño, no podría perdonárselo. No cuando ese omega era la persona más fuerte, cálida y amorosa que había conocido, y por nada del mundo merecía que alguien lo hiciera sufrir.

Jimin merecía lo mejor del mundo y sabia que su hijo podía dárselo, ella misma se encargo de criarlo como un buen alfa que respetase a los omegas, por eso se molesto tanto cuando este le conto como había atacado a su compañera de clase cuando esta molesto al omega rubio. Sabia que tenia motivos pero ni siquiera por eso debía ponerle una mano encima a un omega, ellos debían ser cuidados por los alfas, no lastimados.

Pero no podía evitar temer que su historia se volviera a repetir, quizás Yoongi no dejaría a Jimin por otro omega, pero ¿Qué tal si la ceguera de este lo hacia arrepentirse? Ambos eran muy jóvenes y tenían mucho por lo que vivir aun, su hijo iría a la universidad pero ¿Jimin podría ir? ¿Qué estudiaría si era ciego? 

Al pensar en eso un fuerte sentimiento de culpa la invadió, dándose cuenta que no temía que su hijo fuese un mal alfa, temía que Jimin no fuese un buen omega y todo por su discapacidad, por ser un omega "defectuoso".

-Soy una mala madre... -Murmuró llevando sus manos a su rostro, dejando que amargas lágrimas descendiesen por sus mejillas. ¿En que había estado pensando? Jiminnie es todo lo bueno del mundo y yo pensando cosas malas de él.

-Yoongi no podría tener un mejor omega como su compañero... -La calidad voz del alfa a su lado la alentó a descubrir su rostro, encontrándose con una amable sonrisa que la hizo sonrojar.- Jimin es ciego ¿Y qué? La forma en que ama es aun más sincera por eso, no se enamoro del físico ni la apariencia de tu hijo, se enamoro de él sin conocerlo físicamente, solo escuchándolo, sintiéndolo y teniéndolo a su lado.

-Debo hablar con Yoongi. 

Dejando un sonoro beso en los labios del alfa que causo la risa de este, se limpio las lagrimas y salió de su habitación, caminando con rapidez hasta el cuarto de su hijo donde se encontró la puerta entreabierta, sintiéndose algo culpable al quedarse allí y escuchar que pasaba, pero no quería interrumpir a los menores si estaban conversando, sabia que su pequeño estaba enojado con ella.

Para su sorpresa las suaves risas de su hijo la sorprendieron, atreviéndose a mirar dentro de la habitación y viendo a este con su celular en el centro de la cama, con JiYong sonriendo mientras comía unas frituras  y de vez en cuando reía por lo que escuchaba a través del celular, que no era nadie más que Jimin.

-Pero hyung, deje de reírse y responda mi pregunta... -Pudo ver como su hijo se frotaba los ojos secando las lagrimas que la risa había causado, aunque esta aun no parara.

-Jiminnie, si te quieres casar con vestido como las mujeres betas y omegas, hazlo, seguirás siendo hermoso. -Sonriendo enternecido volteo hacia su hermano quien reía con la boca llena de fritura, causando que él mismo volviera a reír.- En serio, como sea que te vistas, te veras precioso para mi.

-Jum... -Se escucho por parte del omega quien se encontraba sentado en la cama del hospital, sosteniendo entre sus temblorosas manos el celular de su madre quien escuchaba todo con una gran sonrisa en sus labios.- ¿Cómo hare para elegir la ropa si no puedo ver? ¿O la decoración de la boda? Y las flores ¿Cómo las elegiré?

-Tal cual me elegiste a mi como tu alfa, con ayuda de Taehyung. -Sonriendo enternecido por la desesperación que escuchaba en la voz del omega, le recordó que no estaba solo en esto.

Tenia a Taehyung, a su madre, a Seokjin y Namjoon, incluso a Jungkook para que le ayudaran en todo, hasta Hoseok lo podía ayudar si se sentía inseguro respecto a algo, tenían todo un grupo de amigos, una familia, que podía ayudarlo en lo que necesitara, ahora y siempre.

Sabia que aun era pronto para hablar sobre una gran boda con muchas decoraciones, ropa de etiqueta y comida muy costosa para servir a los invitados, pero conversar de eso con su futuro esposo, con su prometido, le quitaba el peso que sentía en los hombros desde que había discutido con su madre. Su omega siempre conseguía distraerlo y llenar su pecho de un cálido sentimiento.

-¿Hobi hyung será su padrino? -La pregunta del omega lo saco de sus pensamientos, volteando rápidamente hacia su hermanastro que distraído peleaba con una bolsa de gomitas.

-Si tenemos una gran ceremonia, debemos tener tres padrinos o damas de honor. -Al escuchar eso JiYong levanto la cabeza mirando sorprendido al alfa quien ya lo estaba mirando con una leve sonrisa en sus delgados labios.

-¿Tres? ¿Y dama de honor? -Más que confundido pregunto ignorando completamente a la enfermera que entraba a su cuarto y que lo había saludado, solamente la noto cuando comenzó a conversar con su madre nombrando algunos de los aparatos que tenia conectados a su cuerpo.

-Por supuesto, cachorro, hay tres personas que quiero estén conmigo ese día... -Posando una mano sobre la rodilla del beta, dio suaves palmadas emocionando a este.- Hoseok, JiYong y mi hermana.

Al escuchar esto ultimo la enfermera que antes había entrado dejo de hablar, llamando la atención de Jimin quien giro su rostro hacia donde había escuchado antes las voces, recordando que su madre le había contado que la enfermera que iba a verlo a veces, era la media hermana de su alfa. Y que además, luego de que esta se presentara con él una vez desperto, también había sido la chica que lo ayudo a llegar a la casa de su hyung cuando decidió ir solo.

Que pequeño era el mundo.

-¿Quiere que SeungHee noona también vaya? -Luego de preguntar alejo el celular de su cuerpo, estirando su temblorosa mano para que la enfermera también escuchara, sintiendo las delicadas manos de esta sujetar su brazo para que no se cansara.

-Se que no tenemos una relación de hermanos, mucho menos como amigos, pero ella no tiene la culpa de nada, al igual que yo fue un peón en el juego de nuestro padre, además... -Encogiéndose de hombros le dio un empujón a JiYong quien no había dejado de sonreír desde que lo había nombrado como su padrino.- Nos cuido a ambos en el hospital, y enfrento a mi padre cuando supo donde estaba, quiero que esté en la boda para así tener a mi media hermana, a mi hermanastro, y a mi hermano del alma.

-Me parece lindo, también quiero que vaya. -Sintiendo una suave caricia en el brazo que la omega sostenía, sonrió de esa manera que a todos enternecía, escuchando la suave risa de su mamá detrás de la enfermera.- ¡Yo quiero a TaeTae, JungKookie y Seokjin hyung! 

-¿Y NamJoon? -Pregunto recordando al torpe alfa a quien por un momento dejan fuera.- ¿Qué lleve los anillos?

-¡Si! Así le doy el ramo a SeokJin Hyung para que vuelvan a estar juntos. 

Riendo por las palabras del omega dieron por finalizada la llamada, siendo interrumpidos por la voz de SeungHee quien les contaba que ayudaría a Jimin a comer para ver si podían retirarle la sonda nasogástrica, algo que emociono al alfa como también le avergonzó saber que su hermana lo había estado escuchando.

Luego de escuchar a su omega definitivamente su día había mejorado, ni siquiera ver a su madre entrar a su cuarto arruinaría su humor, no cuando lo único que había en su cabeza era el hecho que se casaría con el chico, con el hombre más hermoso y de alma inocente que había podido llegar a su vida. Si bien no se casarían pronto, lo harían en algún momento, y ya con poder llamarlo su prometido era más que feliz.

Con la misma sonrisa que Jimin había dejado en su rostro recibió a su madre quien amablemente le pidió a JiYong que dejara la habitación, el cual luego de alborotarle el cabello húmedo al alfa y robarse dos latas de refresco, dejo el cuarto yendo al living donde se sentó junto a su padre a ver la televisión.

Mientras tanto en la habitación del alfa menor, Chaerin había tomado la toalla que se encontraba colgada en la silla del escritorio de su hijo y se la coloco en la cabeza a este, comenzando a secar su cabello mientras Yoongi revisaba su celular, riendo de vez en cuando por lo que pudo ver eran mensajes de un grupo, algo que la dejo curiosa.

-¿Con quien hablas? -Preguntó con cautela, esperando que no se lo tomara a mal, pero fue todo lo contrario.

-Hoseok y Taehyung me están mandando fotos de algunos esmoquin, y Jin hyung de anillos que dice le gustaran a Jimin, pero yo creo que le gustan a él, si Jimin no lo vera... -Riendo por esto ultimo negó con la cabeza, mostrándole luego las fotos a su madre quien sonrió enternecida.- Aunque yo también elegiría un anillo que pudiera gustarle.

-No porque sea ciego elegirás algo que solo te guste a ti ¿Cierto? -Al ver como su hijo negaba comprendió que para él la ceguera de Jimin nunca había sido un impedimento, todo lo contrario, estaba dispuesto a explicarle con lujo de detalles lo que el omega quisiera.- Mi amor... 

Levantando su cabeza se quito la toalla de encima, fijando su felina mirada en los delgados ojos de su madre quien lo observaba con una mueca que no supo descifrar, aunque esto poco duro cuando la omega se agacho hasta su altura y lo envolvió entre sus brazos, dejando un pequeño beso en una de sus mejillas que lo hizo sonrojar.

-Perdóname por lo que dije antes... -Separándose del cuerpo del menor llevo sus manos hasta el rostro de este, dejando suaves caricias en las sonrojadas mejillas.- Eres un buen alfa, no como tu padre, y me hace muy feliz que quieras casarte con Jimin, se que lo harás muy feliz y que el hará lo mismo contigo.

-En serio lo amo, mamá... -Murmuró abultando sus labios en un tierno mohín que la mujer se encargo de pellizcar.

-Lo se, mi amor, lo que dije fue un error... -Colocándose de rodillas en el suelo quedo de frente al alfa quien seguía sentado en la cama, sonriendo al sentir las manos de este jugar con su largo cabello como lo hacia de bebé.- Temía que Jimin al ser ciego no fuese el omega para ti.

-Al principio no pensé que llegaríamos a tener una relación seria por lo mismo... -Admitió sorprendiendo a su madre quien lo observo más que atenta, avergonzándolo.- Creí que como no podía verme, seria complicado estar con él, pero no fue así... -Sonriendo con timidez observo sus manos enredadas entre el largo cabello de la omega, gustándole esa sensación.- Aprendí braille por él, leo libros que nunca imagine leer solo para él, ordene mi habitación de tal manera que Jimin supiera donde estaba todo y así no necesitara mi ayuda, porque si algo es cierto es que odia pedir ayuda.

-Pero a ti no te importa ayudarlo.

-No me importa en lo más mínimo, es un honor ser quien lo ayuda, porque conmigo no se avergüenza, no le da pena pedir algo, al contrario, le gusta que este ahí para él... -La linda sonrisa de encías que su hijo mostraba en ese momento era la imagen más bella que alguna vez podría haber visto, sintiendo como su corazón se aceleraba al ver a su cachorro tan feliz.- Me gusta saber que soy necesario para Jimin, pero que aun así el decida hacer las cosas por su cuenta, me hace sentir orgulloso.

Estaba completa e irremediablemente enamorado de ese omega de castaño cabello teñido de rubio, de ojos blanquecinos, pequeños y sonrientes, con mejillas regordetas tintadas de carmín, labios gruesos y muy, pero muy besables. Amaba su piel de una tonalidad más oscura que la suya, su delgado pero firme cuerpo debido al ejercicio que le gustaba hacer, sus pequeñas manos que encajaban tan bien entre las suyas, como si hubiesen sido hechas para acoplarse.

Amaba a ese hermoso, inteligente, tímido y dulce omega, desde la cabeza a los pies, le gustaba que sacara su lado más cursi como también su lado más sobreprotector, que lo volviese un alfa cariñoso a la espera de su atención, o un lobo salvaje dispuesto a dar la vida por él.

Jimin sacaba sus mejores rasgos a relucir, pero aun así el omega amaba todo de él, lo bueno y lo malo, sus mañas o sus berrinches, sus buenas y malas mañanas, cuando lo único que quería hacer era quedarse en la cama, ahí llegaba Jimin, a recostarse con él para compartir el sueño o para acariciar su cabello y hacerlo dormir.

Se lo había dicho ese día en el hospital, ya no podía vivir sin él ni quería hacerlo, su vida era junto al rubio omega ahora y siempre, en esta vida y en las siguientes pues ya en sus vidas pasadas no habían podido estar juntos, y no podía imaginar lo devastador que pudo haber sido eso para sus antepasados.

Yoongi se encargaría de que esa historia no se volviera a repetir, estaría junto a Jimin hasta el final de sus días e incluso después de estos, ya sea en el cielo, en el infierno o en otra vida. Como humanos, como lobos o como rocas si es que era posible. 

Su lugar era junto a Jimin, junto a su omega, junto al hermoso lobo blanco quien por tanto tiempo espero reencontrarse con el suyo, aunque en el pasado su pelaje no fuese negro si no gris, seguía amando a ese albino lobo.

Definitivamente no dejaría que la historia de Luna y Cinere se volviera a repetir, aun cuando no sabia los detalles y que los llevo a separarse en ese bosque de invierno eterno, quien sabe después de cuantos años ahora podían estar juntos, y eso era lo que importaba, nada más.
















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