「28」

A pasos rápidos YoungJae se precipito hacia el box de procedimientos encontrándose con este completamente vacío, desesperando y preocupándolo a la vez ¿Dónde se había metido ese interno con Yoongi? Si ese mocoso tenia hipotermia, no había tiempo que perder, debían aumentar su temperatura corporal cuanto antes.

Pensando con cuidado analizo las opciones, si el interno no había llevado al alfa a la sala de procedimientos que era la unidad vacía más cercana ¿Dónde podía estar?

-¡Emergencias! -Grito como si de una revelación se tratara, comenzando a correr lo mas rápido que sus pies le permitieron, esquivando gente y mobiliario en el camino.

Saliendo de la unidad de hospitalizados de UCI corrió hasta emergencias, servicio conectado con la unidad en la que trabajaba ya que se encontraba todo el material, equipos y ayuda que pudieran necesitar en, irónicamente, una emergencia. Si su lógica no le fallaba, Yoongi en ese momento estaría en la sala de reanimación si es que esta no se encontraba ocupada.

Y como si de un adivino se tratara allí estaban tanto Yoongi, el interno, y su alfa JaeBum quien de seguro estaba de guardia ese día en la sala de emergencias, algo que en verdad agradeció pues sus conocimientos de trauma y diagnostico le ayudarían demasiado en esa situación.

-¿En que estamos? -Pregunto al entrar mientras se desinfectaba las manos y recibía unos guantes de parte de una enfermera, observando en todo momento al pálido alfa en la camilla.

-Presenta un claro cuadro de hipotermia, su temperatura es de 30,4ºC, su frecuencia cardiaca no varia de los 40 a 60 latidos por minutos, esta completamente inconsciente, no reacciona a estímulos. -Acomodando una manta térmica sobre el delgado cuerpo de Yoongi se volteo hacia su omega, soltando un suspiro cargado de cansancio.- Este chico nos pone las cosas difíciles.

-Continúen con las mantas térmicas, instalen un catéter periférico, administren electrolitos calientes y traigan una maldita estufa... -Acercándose hasta un mueblen el castaño rebusco hasta sacar varias bolsas de suero que entrego a un paramédico y a Hoseok quien observaba todo confundido.- Vayan a la residencia, allí hay dos microondas, metan estas bolsas allí y las traen cuando estén calientes, no demasiado calientes, por favor.

Viendo como los chicos salían de la habitación fijo su vista en la madre del chico en la camilla quien no apartaba los ojos de él, como tampoco la mano que tenia firmemente sujeta entre las suyas, las cuales temblaban debido al llanto que no parecía darle tregua. Sabia que no debía permitir familiares en esa sala, mucho menos cuando exitista la gran posibilidad que Yoongi entrara en paro y debieran usar medidas de resucitación, algo que para cualquier persona era demasiado duro de ver.

Pero no podía sacarla cuando no tenia a nadie que la cuidara, que la sostuviera en un momento tan débil como aquel, pues el hombre que varias veces había visto junto a ella, quien parecía ser su pareja, ese día no había ido con ella ni tampoco el chico beta que siempre rondaba a Yoongi.

Por eso cuando Hoseok y el paramédico volvieron con las bolsas de suero caliente, lo jalo de un brazo hasta colocarlo junto a Chaerin, apartándola con delicadeza del cuerpo inerte de su hijo, consiguiendo que al fin separara sus ojos de él.

-Necesito que se aparte para que podamos trabajar en Yoongi, quédese junto a Hoseok y no se acerque a menos que nosotros se lo permitamos, su hijo esta en buenas manos, lo sabe ¿no? -Recibiendo un pequeño asentimiento por parte de la fémina volvió hacia el chico en la camilla, viendo como ya las enfermeras habían colocado un catéter venoso y pasaban electrolitos tibios por este.

Las bolsas de suero caliente fueron colocadas bajo las axilas del menor, sobre su bajo vientre y entremedio de sus piernas, dejando las que sobraban alrededor de su tórax para que comenzara a entrar en calor con más rapidez. Una estufa eléctrica fue encendida y colocada cerca de la camilla, como también un monitor cardiaco que JaeBum se encargo de conectar al cuerpo del chico, debían controlar su saturación y frecuencia cardiaca.

Varios minutos pasaron en los que solo quedaron Chaerin, Hoseok, los dos médicos y un enfermero dentro de la sala, dejando que el resto del personal volviera a sus labores en emergencias, después de todo mientras el alfa pelinegro no entrara en paro, solo debían esperar a que su cuerpo entrara en calor.

-Su temperatura es de 34 grados... -Informo el enfermero Park mirando el termómetro, dirigiendo luego su vista al monitor cardiaco y sonriendo.- Frecuencia cardiaca de 78 por minuto.

-Este chico es un alfa fuerte y de sangre pura, seria estúpido que muriera de frío. -El confianzudo comentario el alfa mayor provoco la risa de todos incluida la madre del pelinegro, quien hace varios minutos había detenido su llanto al ver como su pequeño comenzaba a recuperar un poco de color en su rostro.

-¿Es un alfa de sangre pura? ¿Algo así como un líder? -Pregunto YoungJae mientras se levantaba de la silla en la que estaba sentado y se acercaba a revisar la bolsa de electrolitos que ya estaba terminándose.- JinYoung, trae otra bolsa tibia, por favor. -Le pidió al enfermero quien asintió sonriente, abandonando la sala con rapidez.

-La familia de mi ex esposo se constituye de alfas solamente, la única omega de esa familia era mi suegra e incluso era la única omega de su propia familia, pues sus dos padres eran alfas... -Explico Chaerin mientras observaba a su hijo con una tenue sonrisa, completamente orgullosa de él.- Mi pequeño siempre a tenido un aura, una presencia mucho más fuerte que su propio padre, desde niño odiaba ver como sus compañeros se aprovechaban de otros más débiles, muchas veces se metió en peleas por eso.

-Una vez intente pelear con él y con una simple mirada sentí que me orinaba en los pantalones. -Riendo por sus propias palabras Hoseok sonrió al recordar esos momentos cuando eran unos simples críos.- Soy alfa pero muchas veces me han dicho que tengo una personalidad más hogareña y tranquila, pero Yoongi trasmite esa inexplicable aura de protección y respeto que pocas veces he visto en alguien tan joven.

Abriéndose la puerta de la sala entro el enfermero con una bolsa más de electrolitos que comenzó a cambiar de inmediato, yendo a sentarse luego de desechar la anterior en una silla más apartada, pero desde donde tenia una buena vista hacia el monitor cardiaco. Mientras que YoungJae revisaba que tanto el catéter como los electrodos estuviesen bien colocados, queriendo tener todo bajo control.

Luego de escuchar las palabras de Chaerin y Hoseok muchas cosas tuvieron sentido, en especial el hecho de sentir cierta sumisión al estar en presencia del alfa pelinegro, o lo mandón que era al preguntar cosas acerca del estado de Jimin, queriendo saber constantemente todo de este, aunque no entendiese mucho los aspectos médicos que luego pedía le explicara en "palabras mortales" como solía decir.

Sus instintos eran cuidar a sus seres queridos aunque de esto dependiera su fuerza o su intelecto, esforzándose por ser el mejor en ambos aspectos, queriendo entender todo acerca del estado de Jimin, de los exámenes que le hicieran, las posibles secuelas con las que pudiera quedar y en lo que él podía ayudar si esto último era grave.

Más que ser un alfa preocupado por su omega, era un líder cuidando de los suyos.

Y lo demostró cuando luego de dos largas horas pasando electrolitos tibios, mantas térmicas sobre su cuerpo y la estufa encendida, el monitor cardíaco comenzó a sonar rebelando una taquicardia y el aumento de la presión arterial, delatando que comenzaba a despertar.

Poco pudieron hacer cuando Yoongi abrió los ojos de golpe y se sentó en la camilla dejando ver el tono amarillo en sus orbes, demostrando que el lobo estaba en la superficie. Mirando a su alrededor observo a cada uno de los presentes, deteniéndose en JaeBum quien por respeto inclinó la cabeza al igual que Hoseok cuando su amigo fijo la vista en él. No sabían si estaban tratando con un alfa enfurecido o con el alfa que había estado cuidando de su omega.

Pero esto fue respondido en cuanto el pálido chico hablo a la vez que intentaba bajarse de la camilla.

-¿Jiminnie esta bien? -Fue todo lo que pregunto con una voz rasposa debido a las horas que estuvo inconsciente, siendo retenido por el enfermero cuando quiso levantarse.- Suélteme, debo ir por Jimin. -Pidió apresurado pero con respeto, provocando la risa del enfermero JinYoung.

-Es Yoongi... -Murmuro Hoseok acercándose a su amigo y obligándolo a recostarse, usando algo de fuerza que el pelinegro le regreso en un manotón a la cara.- ¡Oye!

-Aléjate feo, ya dije que iré a ver a Jimin. -Siendo esta vez detenido por el alfa mayor bufo exasperado y se desparramo en la camilla, demasiado agotado como para pelear.- Esto es uso de fuerza desmedida, o inapropiada, no se como es.

-En este caso no es ninguna de las dos, quédate quieto para que te revisemos, de nuevo casi te mueres ¿así planeas cuidar a tu omega? -Al escuchar la critica en la voz de JaeBum el tono amarillo en los ojos del joven alfa se desvaneció, dejando esa tonalidad café rodeada por un halo negro en cambio, color que caracterizaba al humano. Aunque el color fue levemente opacado por las lagrimas retenidas.

Nadie dijo nada más luego de eso, ni siquiera Chaerin quien se había acercado a su hijo para darle un abrazo, murmurando palabras cálidas y amorosas en su cabello, limpiando las rebeldes lágrimas que habían caído por sus mejillas cuando el alfa rubio se disculpo por lo que dijo.

Al fin era el humano quien estaba en la superficie, vulnerable y preocupado, sintiendo que había fallado como alfa al estar tanto tiempo lejos de su omega, sin saber que había pasado esos días en los que el lobo estuvo en la superficie, creyendo que lo que él había hecho estando en "el otro lado" no había sido más que su imaginación al estar en la inconsciencia.

¿En verdad había marcado al lindo lobito blanco o solo lo había soñado? ¿Algo de lo que paso cuando estuvo inconsciente, en realidad ocurrió? Recordaba tan vívidamente la suavidad del pelaje del lobo, su dulce aroma siendo cubierto parcialmente por el suyo a café y lluvia, el frio invernal que penetro en todo su cuerpo cuando volvió a su forma humana. Todo fue tan real que le costaba trabajo creer que lo había imaginado.

Pero ahora al verse rodeado por los doctores, el enfermero, su mejor amigo y su madre, estando conectado a un monitor y su desnudez siendo cubierta por mantas calientes, lo llevaba a replantearse si algo de lo que paso fue mentira. Pues recordaba muy bien volver a ser humano estando frente al cuerpo inerte de Jimin en la camilla mientras el frio devoraba su cuerpo, adormeciendo sus músculos que parecían ser cortados por el mas afilado cuchillo.

-¿Qué me paso? -Pregunto luego de varios minutos en los que le habían quitado el monitor cardiaco y los electrolitos, dejando el catéter venoso en su brazo en caso de emergencia, agradeciendo que no se encontrara en el pliegue del codo, sabia perfectamente lo molesto que era.

Fue su madre quien respondió, explicándole todo lo que había pasado en esos días que el lobo estuvo en la superficie cuidando tanto de Jimin como de sí mismo, volviéndose cada vez más fuerte con la intención de proteger a su pequeña "manada" y ser digno del omega, ayudando a las enfermeras y doctores cada vez que podía, pidiendo que le enseñaran como cuidarlo una vez despertara, incluso varias veces fue él quien le proporciono un baño en cama para ayudar en algo.

Actos como esos muchas veces provocaron los suspiros de enfermeras, enfermeros y médicos omegas, ver un alfa tan enamorado cuidar de su pareja en coma, bañándolo, lavándole el cabello, cambiando sus vendajes, cepillando sus dientes, cambiando las sabanas de su cama sin pedirle ayuda a nadie, siendo completamente dedicado a quien era el amor de su vida, era algo que todos quisieran tener.

Escuchar todo lo que su madre le decía mientras lo ayudaba a vestirse lo dejo completamente sorprendido pues sabia que tanto él como su parte animal adoraban a ese omega, dedicarían su vida a él, pero que fuese justamente su parte animal, esa parte salvaje quien haya cuidado tan delicadamente de Jimin, lo tenia anonadado, como también orgulloso.

-Somos buenos alfas... -Murmuró para si mismo mientras abotonaba la camisa blanca que su madre le había entregado mientras esta le ataba las zapatillas. Al escuchar el suave murmullo de su hijo no pudo evitar sonreír enternecida, asintiendo al estar de acuerdo.

-Eres un buen alfa, deja de separar tu mente de la del lobo y sean uno... -Colocándose de pie abrazo al pelinegro sintiendo como este estrujaba su cuerpo en el cálido contacto, necesitando ese abrazo.- Humano y lobo son uno, ambos aman a Jimin, lo adoran, así que deja de separarte de tu parte animal, sean uno y juntos cuiden a ese hermoso omega que los espera en su habitación.

-¿Nos espera? ¿A que te refieres? -Separándose del abrazo miro fijamente el rostro de su madre, encontrándose con una sonrisa de encías tan similar a la suya que lo avergonzó.

-Jiminnie despertó. -Respondió Hoseok acercándose con una silla de ruedas y una mueca sonriente.- Así que Romeo, vamos a ver a tu Julieto.

Las escandalosas risas de Hoseok se escuchaban por todo el pasillo del hospital que los dirigía a la Unidad de Cuidados Intensivos, siendo acompañadas por unas risas más leves por parte de la madre del alfa en la silla de ruedas, a quien los médicos YoungJae y JaeBum habían amarrado a la incomoda silla con vendas y tela adhesiva para evitar que saliera corriendo para ver a su omega.

Yoongi aun se encontraba delicado luego de su episodio de hipotermia y cualquier esfuerzo innecesario podía provocar que se desmayara, y por nada del mundo la pareja de médicos lo querían ver de nuevo inconsciente en un camilla. Como había dicho el alfa rubio, ese chico le ponía las cosas difíciles.

Por la misma razón, con ayuda del enfermero JinYoung, lo habían amarrado de manos y pies a la silla de ruedas, aun cuando gritaba que eso era maltrato infantil, uso de fuerza inapropiada, que infringían sus derechos como paciente y un montón de cosas más que hasta su madre ignoro. Ni siquiera ella permitiría que su atolondrado hijo volviese a desmayarse por ser un descuidado.

Así que ahora, mientras Hoseok empujaba la silla de ruedas sin dejar de reír debido a la cinta adhesiva que él mismo le había colocado en la boca a su mejor amigo después de escuchar las mil y un formas de mandarlo al diablo, le fue imposible no reír con aun más ganas al ver a su omega parado fuera de la habitación de Jimin, con las manos en el estomago mientras reía junto a la media hermana de su amigo.

-¿Por qué hyung esta así? -Preguntó el castaño omega aun riendo al ver tan maniatado al "intimidante" alfa en la silla.- ¿Se quiso escapar?

-En cuanto le dijimos que Jimin estaba despierto intento escapar de la sala de urgencias, si no fuera por un enfermero omega que lo empujo hacia el Doctor JaeBum, no lo habríamos podido detener. -Explicó el alfa pelirrojo recargado en la silla, ignorando como Yoongi intentaba mirar hacia el interior de la habitación de su omega.

Lo tenían allí, a pasos del amor de su vida, y no lo dejaban pasar, si no fuera porque estaba demasiado cansado, habría transmutado a su forma lobuna para poder romper las vendas y cintas que lo ataban a esa maldita silla. Pero en cambio se quedo allí, escuchando como la parejita conversaba mientras la pelinegra enfermera se mantenía observándolo a un lado de Taehyung.

De repente breves recuerdos de haber conversado con ella martillaron su cabeza, comprendiendo que eran recuerdos que su lobo le estaba otorgando, creándole cierto malestar en la boca del estomago al reconocerla como su media hermana, aunque este mal desapareció a medida que más recuerdos junto a ella esos días que su parte animal estuvo en la superficie, llegaban a su cabeza.

Con un pequeño ademan de cabeza le pidió a la pelinegra que se acercara, indicando con sus ojos que le sacara la cinta adhesiva de la boca, lo cual la omega hizo con mucho cuidado, haciendo muecas de dolor como si fuese a ella a quien le sacaban esa molesta cinta.

-Gracias... Noona... -Algo incómodo y avergonzado musitó aquel honorífico que jamás pensó tener que utilizar en alguna mujer, pues le incomodaba tratar con estas, pero ahora que estaba frente a su media hermana, aquella que su padre oculto por años, creía correcto tratarla con respeto. 

Después de todo ella no tenia la culpa de las equivocaciones del hombre con el que compartían sangre, aunque con este era un caso completamente diferente, a él si que jamás le perdonaría que le ocultara a su madre la existencia de una niña de tres años cuando él apenas había nacido.

Supo que la chica frente a él jamás habría esperado ser llamada así ni ahora ni nunca, pero la tenue sonrisa que adornaba sus delgados labios le daba a entender que no le molestaba, al contrario, parecía enternecida al ser llamada de esa forma. 

-Vamos a ver a Jimin-ssi. -Sacando una tijera de su bonito uniforme celeste, comenzó a cortar las vendas y la cinta, liberando al fin el cuerpo del alfa quien se lo agradeció con una pequeña sonrisa.- Jimin-ssi ahora esta dormido, estuvo despierto lo más que pudo para esperarte, pero estaba muy cansado.

-¿Solo duerme? -Pregunto algo nervioso mientras SeungHee lo ayudaba a levantarse de la silla, siendo consciente recién en ese momento de lo mal que estaba su cuerpo, sentía que en cualquier momento caería dormido.

-Solo duerme, cuando fui a controlar sus signos vitales despertó algo asustado, pero volvió a dormirse a los minutos. 

Más calmado permitió que la omega lo guiara hasta una silla al lado de la cama del joven rubio, sentándose con pesadez, siendo cubierto por una manta que su madre recibió de parte de Yoora, quien observaba a su yerno con una sonrisa cargada de emociones que logro trasmitirle al feliz alfa. En verdad su omega se veía con más vida en su rostro, como si todo el mal hubiese abandonado su cuerpo, dándole una apariencia de estar descansado plácidamente, ignorando que estuvo más de dos meses en coma.

Su pequeño Jimin ya estaba mejor, y fue ese pensamiento el que le permitió relajarse, apoyando sus brazos sobre la cama del menor recargo su rostro en estos, permitiéndose cerrar los ojos y dejar ir todo el cansancio que el estrés y la preocupación le habían provocado.

Mientras tanto en la habitación solo quedaron las madres de ambos chicos, haciendo caso por fin a la regla de la UCI que no permitía mas de dos visitas por pacientes, dejando que Hoseok y Taehyung se fueran y pudieran descansar, el omega había podido conversar con su mejor amigo por unos minutos y con eso ya estaba más que feliz. Su pequeño amigo recordaba bastante bien todo, lo cual le demostraba que no tenia daño neurológico, ahora solo faltaba que los médicos revisaran si podía caminar y comer por si mismo.

Los tubos que aun tenia conectados a su tórax que liberaban el exceso de liquido pleural, los cables conectados a electrodos en su pecho y abdomen que iban hacia el monitor cardiaco, la sonda nasogástrica que lo alimentaba, los catéteres venosos por donde se administraban líquidos y medicamentos, el saturómetro en su dedo que mostraba en el monitor su oxigeno en sangre, la naricera que le administraba el oxigeno que su cuerpo necesitaba. Cada una de esas cosas opacaba la etérea belleza de la cual el omega era dueño, como también lo ayudaban a mantenerse vivo para así salir adelante y volver a los brazos del alfa que ahora se encontraba a su lado.

La acogedora fragancia a lluvia y café, ese aroma que lo hacia sentir en casa, rodeado de seguridad y amor, queriendo quedarse allí por el resto de su vida. Ese aroma a alfa que tanto amaba lo tenia completamente rodeado, de pies a cabeza, incentivándolo a despertar cuanto antes para poder acercarse aun más a esa esencia que tanto había extrañado.

Abriendo sus ojos tomo una gran bocanada de aire llamando la atención de las dos mujeres que amenamente conversaban frente a él, sintiendo las delicadas manos de su madre sujetar su mano, mientras que suaves caricias fueron dejadas en una de sus piernas, agudizando su olfato logro sentir el dulce aroma a avellanas y tierra húmeda que la madre de Yoongi emitía, sintiéndose demasiado a gusto al estar con ambas omegas.

El leve movimiento a su lado izquierdo llamo su atención, volviendo a sentir el aroma que tanto amaba con intensidad, pero no como se sentía al estar en celo, era una intensidad diferente, como si el alfa lo hiciera inconscientemente, marcándolo poco a poco con su aroma, intentando protegerlo.

Con suavidad levanto su mano izquierda intentando posarla sobre el cuerpo recostado a su lado, siendo ayudado por su madre hasta que entre sus dedos sintió el esponjoso cabello de su hyung, comenzando a dejar suaves caricias que poco a poco despertaron al alfa quien, en cuanto sintió esa pequeña mano entre sus hebras, se sentó con rapidez en su silla fijando sus emocionados y felinos ojos en los blanquecinos del omega, quien le estaba sonriendo con suavidad.

-Hola, hyung... -Murmuró con una voz tan dulce y cargada de amor que, cuando no sintió nada por parte del alfa comenzó a preocuparse, estirando su mano hasta que logro tocar la frente del mayor, bajando con un tacto suave hasta las mejillas de este, sintiendo humedad en ese lugar.- Ay, hyung...

-Les daremos privacidad. -Escuchó que su madre decía, oyéndose segundos después una puerta cerrándose.

Fueron varios minutos en los que solo se escuchaban los tenues sollozos por parte del alfa mientras que el rubio omega acariciaba con suavidad las mejillas del mayor, rozando de vez en cuando sus parpados o sus labios, sintiéndose inexplicablemente bien al poder consolar a su alfa aun sin la capacidad de ver, comprendiendo en silencio lo que el mayor necesitaba.

Con la misma suavidad de sus caricias alejo su mano del rostro de Yoongi, usando toda la fuerza que tenia en su delgado cuerpo se movió en la cama, dejando un pequeño espacio a su lado el cual palpo con una de sus manos para que el alfa se recostara, haciendo un pequeño puchero cuando no escucho ni sintió nada por parte de este.

-Alfa, ven aquí... -Musitó con algo de dificultad, haber hecho esa fuerza al moverse lo había cansado demasiado, pero necesitaba sentir a su alfa aun más cerca, para así poder consolarlo adecuadamente.

Escucho atenta y pacientemente como el mayor movía algunas cosas, comprendiendo luego que eran los cables y vías conectadas a su cuerpo las cuales le hacían algo difícil acatar la petición del menor, pero aun así logro mover todo de tal manera que el espacio en la camilla que Jimin había dejado lograba ser lo suficientemente cómodo para poder recostarse, procurando que las vías, naricera y cables del monitor cardiaco, quedaran hacia arriba, pasando por debajo de la almohada del menor.

Agradecía que el tubo torácico que el omega tenia para ayudar a sus pulmones estuviera del otro lado, de otra manera no podría estar junto al chico como estaba ahora, recostado de lado para poder observarlo, con un brazo sobre el plano abdomen del rubio mientras su otra mano se pegaba a su propio pecho, intentando controlar el llanto que aun lo atormentaba.

Aunque este comenzó a menguar al ver como Jimin cerraba sus ojos y calmaba su respiración, intentando trasmitirle calma a través de su silencio, lo cual en verdad lo ayudo, deteniendo su llanto hasta que solo eran pequeñas lagrimas las que caían por sus mejillas. Verlo con los ojos abiertos, sentir como acariciaba su cabello, escuchar su dulce voz llamarlo, había sido tanto en tan poco tiempo que su corazón no había aguantado, desatando un llanto que nunca antes había tenido.

Tomando una gran bocanada de aire suspiro dejando ir toda la pena y los sollozos que aun lo azotaban, acurrucándose en el hombro izquierdo del omega, quien abrió los ojos mientras inclinaba su cabeza hasta posarla sobre la del alfa, siendo ahora él quien comenzaba a llorar en completo silencio, sintiendo un gran alivio de estar vivo para poder sentir nuevamente el aroma, el cabello y la piel de la persona que tanto amaba.

-Lo siento... -Aguantando un sollozo cerro sus ojos y arrugo su pequeña nariz en una mueca de dolor, aguantar el llanto le había provocado una sacudida a su cuerpo que le había dolido hasta el alma.- Y-yo no quería... no quería q-que pasara todo e-esto.

-Lo se, cachorro. -Fue toda la respuesta del alfa quien había cerrado sus ojos para poder descansar, estar rodeado del dulce y empalagoso aroma del menor lo tenia demasiado relajado.- Lo siento por no quedarme ese día y pedirte una explicación.

-N-no, hyung, yo no debí rechazar su marca, debí... Debí decirle como me sentía, solo me callé y arruine todo. -Formando un pequeño puchero en sus labios intento acercarse aun más al cuerpo del alfa, soltando un pequeño alarido por el dolor que el tubo en su pecho le causo.

Con delicadeza el pelinegro lo mantuvo quieto, arrullándolo con su gruesa voz para poder calmarlo, liberando a la vez su aroma que sabia tendría más efecto que su voz, pero fue la mezcla de estas dos cosas lo que consiguió calmar por completo tanto el llanto como el dolor en el cuerpo del chico, dejando solo un pequeño malestar que con ayuda de los medicamentos comenzaba a menguar.

Con extrema suavidad subió la mano que tenia en el abdomen del menor hasta su rostro, comenzando a acariciar la piel que no estaba cubierta por parches que sostenían ya sea la sonda nasogástrica o la naricera, las cuales recordaría cambiar cuando pudiera ayudar a bañarlo, ya estaban algo sucias debido al sudor que de vez en cuando descendía por el rostro del rubio.

También debía recordar traer un pequeño parlante, ahora que Jimin estaba despierto estaba seguro que le gustaría escuchar algo de música para no aburrirse, o algún audio libro que le pudiera gustar, también le traería su peluche de Kumamon para que tuviera algo con su aroma y así no se sintiera solo.

Un pequeño suspiro abandono sus delgados labios acompañado de una sonrisa que demostraba toda la felicidad que tenia contenida, su pequeño y dulce omega estaba despierto y eso era todo lo que importaba, ya sabia porque había rechazado su marca, sabia que Jimin lo continuaba amando igual o más de lo que él mismo lo amaba. Ahora solo debían esperar a que los médicos le informaran los siguientes pasos en su recuperación, en lo que él ayudaría en todo, absolutamente todo lo que pudiera.

Nada ni nadie lo separaría de su amado omega ahora que por fin podían volver a estar juntos.

-Siempre vas a ser tú, Jimin... -Volteando hacia el alfa sintió el delicado beso que fue dejado en sus labios, sonrojándolo y provocando que el monitor cardiaco sonara por un momento.

-Hyung... 

-Si algún día muero, se que volveré a buscarte en mi siguiente vida, y en la que le siga a esa, porque siempre serás tu... -Nuevamente lo beso, siendo esta vez más duradero, pero sin intensificarlo debido a lo agrietados que estaban los gruesos labios del menor, pues no quería lastimarlo.- Si me vuelvo a enamorar, se que va a ser de ti, así que por favor, no me rompas el corazón, cachorro.

-Nunca más, hyung... -Sonriendo de esa manera que hacia a sus ojos desaparecer estiro sus labios esperando recibir otro beso, riendo al sentir los labios del mayor en su frente, sus ojos, sus mejillas y por ultimo sus labios.

-No me rompas otra vez, porque no puedo vivir sin ti.

Y no mentía, definitivamente era incapaz de volver a vivir sin Jimin en su vida, sin sus dulces sonrisas, sus cálidos ojos blanquecinos, sin su dulce aroma a moras, frambuesa y menta. Era incapaz de vivir sin ver esas pequeñas manos siendo sostenidas por las suyas mas grandes, definitivamente no quería tener que sentir nuevamente la incertidumbre de estar lejos del chico, del hombre que le había robado el corazón hasta enamorarlo completa y perdidamente.

Sintiendo un arrebato de adrenalina llenarlo por completo sujeto con ambas manos el rostro del omega y lo beso una y otra vez, escuchando las dulces risas ser amortiguadas por sus besos, deteniéndose solo cuando escucho un pequeño quejido por parte del rubio, dejando un ultimo beso en su frente donde permaneció por más tiempo, soltó lo que tanta presión hacia en su pecho, en su corazón.

-Al terminar la escuela... -Murmuró alejándose poco a poco de la piel del omega, observando fijamente los blanquecinos ojos que tan enamorado lo tenían, notando como estos estaban fijos en él, haciéndole sonreír.

-¿Al terminar la escuela...? -Lo animo a seguir, confundido por el repentino ataque de amor que había recibido. Pero cuando el alfa volvió a hablar, las enfermeras tuvieron que entrar al escuchar como el monitor cardiaco volvía a sonar delatando su frecuencia cardiaca fuera de control, encontrándose con una tierna escena.

-Al terminar la escuela ¿Aceptarías casarte conmigo? 












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