「27」
Lo que YoungJae, el medico de UCI, había dicho el día anterior no podía haber sido más real pues, con el paso de la semana, Jimin dejo de necesitar los antibióticos de amplio espectro que le estaban administrando debido a una empiema contraída al momento de colocar el drenaje pleural que necesito cuando su pulmón colapso, sumándole la neumonía que la intubación de emergencia provoco.
Por esta última habían obligado a Yoongi a ocupar mascarilla cada vez que estuviera dentro de la habitación del omega, lo cual era siempre ya que al notar como con su presencia el rubio chico, aunque su cabello comenzaba a verse castaño debido al tiempo sin tinturárselo, comenzaba a mejorar cada vez más, habían permitido que el alfa pelinegro visitase a su pareja cuando quisiera.
Tal cual ese día en el cual le daban el alta a Yoongi quien inmediatamente después de cambiarse a su ropa habitual corrió a duras penas hasta la UCI, siendo reprendido por varias enfermeras en los pasillos, aunque muchas ya lo conocían y entendían el entusiasmo del joven alfa al poder estar con su pareja sin tener que regresar a su propia habitación cada noche. Pero aunque ahora tuviera la libertar de ir y venir las veces que quisiera, los médicos no le permitirían desvelarse cada noche al lado del omega, no dejarían que volviese a deteriorarse por no saber cuidarse.
-Buenos días, Yoongi. –Fue el alegre saludo del médico omega quien monitorizaba junto a una enfermera los vitales de Jimin.- Veo que hoy llevas tu propia ropa ¿JaeBum ya te dio el alta?
-Sí, y también me dijo que le recordara no llegar tarde. –Al notar como el rostro del médico se sonrojaba sonrió divertido. Se hacía una idea de lo que esos dos médicos se traían entre manos, provocando que extrañara esas noches en las que se desvelaba con su rubio omega hasta altas horas de la noche escuchando música y comiendo frituras y dulces.
-Ese alfa sin vergüenza... -Escucho murmurar al castaño provocando que tanto el alfa como la enfermera rieran, avergonzándolo aún más de lo que ya estaba.- Ya, mocosos, debo informarte del estado de Jimin. –Hablo dirigiéndose al pelinegro que tomaba asiento en la silla a un costado del menor.- Hoy amaneció con más color en su rostro, sus pulmones están mejorando mucho más rápido desde que vienes a verlo, y el neurólogo vino temprano para un electroencefalograma.
-En español, por favor. –Pidió al no entender lo último, viendo como el joven médico rodaba los ojos divertido.- Es mi amigo Hoseok quien quiere ser médico, no yo.
-Un electroencefalograma sirve para detectar algún tipo de trastorno en el cerebro, en el caso de Jimin se utilizó para saber si había algún daño en su cerebro por la lesión con la que llego.
-¿Pero eso no debieron hacerlo cuando recién fue hospitalizado?
-Se hizo, y se visualizó una hemorragia debido a la lesión traumática que le fue provocada en el accidente. –Al notar el rostro sorprendido del pálido entendió que eso no había sido explicado antes por la madre del joven en la camilla. Con delicadeza se acercó hasta el pequeño omega y levanto su cabeza, dejando a la vista una gasa siendo sujeta por un pequeño vendaje que se escondía entre su cabello, aunque la zona en la que estaba el vendaje recién estaba creciendo pelo castaño.
Un largo suspiro abandono los delgados labios del alfa a la vez que sujetaba con fuerza la pequeña mano de su pareja, sintiendo como su cuerpo se estremecía al imaginar el dolor que debió haber sufrido con todas esas lesiones, todas las cirugías y las curaciones a las que fue sometido en ese largo tiempo estando hospitalizado. Y ahora al saber que la lesión en su cabeza había sido verdaderamente grave al punto de necesitar cirugía, temía no volver a ver los blanquecinos ojos de su dulce omega, no volver a escuchar su melódica voz al cantar, o su dulce aroma envolverlo por completo.
Temía que ese día en la playa haya sido la primera y última vez que toco su cuerpo, que le demostró lo mucho que lo amaba, que lo hizo completamente suyo. Seria esa la única vez en la que pudo marcarlo mientras le hacia el amor.
-¿Crees que despierte? –Pregunto sin dejar de acariciar la suave mano de Jimin, aguantando las lágrimas que el pesado sentimiento en su corazón le causaba.
-Según los estudios de hoy, es muy probable. –Teniendo la mirada del menor sobre él sonrió intentando darle ánimos, intentando trasmitirle el entusiasmo y el optimismo que él tenía.- El hematoma que tenía hace unas semanas ya no está, su cerebro se desinflama poco a poco, el neurólogo recomendó que comenzaras a hablarle.
-¿Me puede escuchar? –Ilusionado fijo su vista en el dormido rostro del rubio, sintiendo una inexplicable carga de energía recorrer todo su cuerpo.
-A veces los pacientes comatosos al despertar luego de un largo tiempo, afirman haber escuchado las voces de sus familiares hablarles, y por cómo va la recuperación de Jimin, si sus pulmones continúan mejorando y sus infecciones no vuelven a surgir, podremos despertarlo.
Llevando la mano del rubio hasta sus labios dejo un pequeño beso, apoyando su frente en ese lugar para poder sentir algo de su calor, aunque ya sentía la calidez envolver su corazón luego de tanto tiempo de sentirse a la deriva, al fin tenía algo de esperanzas de volver a forjar una relación con el omega, de hacerle entender que lo amaba a pesar de todo y que siempre estaría a su lado.
-Debes mejorar, mi amor, para que podamos estar juntos, para que vayamos al bosque con los chicos... -Alzándose de su silla se recargo sobre las barandas de la cama, acercando su rostro hasta el del omega para dejar pequeños besos en su frente, mejillas y labios, quedándose varios segundos en estos.- Sé que puedes, cachorro.
De repente del pitido de la maquina detrás del alfa lo asusto, alertando a YoungJae y a la enfermera quienes habían estado en silencio respetando el momento íntimo de la pareja, pero al ver como los vitales del joven en la camilla aumentaban, se espantaron. Aunque poco duro esto cuando Yoongi con palabras dulces le pedía al omega que se calmara, acariciando su frente y cabello, consiguiendo que la maquina dejara de sonar y los vitales volvieran a la normalidad.
-Por la Diosa Luna... -Murmuro completamente sorprendido el médico, volteando hacia su compañera quien cubría su boca asombrada.- Continua hablándole.
-¿Se alteró por mi culpa? –Al ver como el medico asentía con una gran sonrisa en su rostro, no pudo evitar reír como hace tiempo no lo hacía, viendo en el monitor cardiaco como los latidos de Jimin aumentaron en el momento que comenzó a reír.- ¿A caso te puse nervioso, cachorro? –Pregunto acercandose nuevamente al rostro del menor, consiguiendo que la frecuencia cardiaca volviera a aumentar, haciendo sonar la máquina.
-No lo pones nervioso tú, sino la palabra que dices. –La risueña voz de Yoora llamo la atención de Yoongi, notando recién en ese momento que las horas de visitas habían comenzado, por eso la presencia de la madre del omega.- Jiminnie siempre me dijo que cuando lo llamabas "cachorro" sentía un cosquilleo en el estómago.
-Así que es eso... -Bajando la baranda se permitió sentarse en la cama, recargando todo su peso en su brazo derecho para así quedar cerca del menor, acariciando son su mano libre el rostro y el cabello del rubio.- Aunque ya le quede un año para ser mayor de edad, para mi sigue siendo un cachorro.
-Para mí también. –Colocándose del lado opuesto del alfa comenzó a dejar pequeños mimos en el estómago de su hijo, sonriendo al notar como el rostro de su pequeño comenzaba a tomar color, dejando atrás esa tonalidad pálida y enferma que tenía desde el momento que fue hospitalizado.
Por ese día solo serían ellos dos los que estarían con el omega ya que los chicos por ser día de semana debían trabajar, otros estudiar para la universidad o, en el caso de Hoseok y Taehyung, prepararse para la prueba de admisión a la universidad. Algo que el día anterior el castaño omega se habia encargado de contarle a Jimin con la esperanza de que lo escuchara, había estado mucho tiempo sin poder hablar con su mejor amigo, y aunque este no le pudiera responder, se sentía correcto continuar haciendolo parte de su vida.
Con el accidente del rubio omega los más afectados después de Yoora habian sido Taehyung y Yoongi, pero este último apesar de sentir que estaba perdiendo al amor de su vida, sabía que no podia comparar su dolor con el del omega, no cuando este casi perdía a su mejor amigo, a su hermano, a su alma gemela y también al amor más grande que tendria en su vida.
Jimin era esa persona que aunque pasaran años, aunque estuvieran molestos, era esa persona que apesar de no hablarle por mucho tiempo sabia que siempre estaría ahí para lo que necesitara, para apoyarlo, para regañarlo, incluso para golpearlo si cometía algún error.
Yoongi sabía que si Jimin hubiera muerto ese día del accidente, no se habria llevado solamente una parte de él, se habría llevado a Taehyung por completo.
Porque era más que obvio que esos chicos sin la presencia del otro, no sabían como vivir.
-¿Cómo te has sentido? -La dulce voz de quien era su suegra lo saco de sus pensamientos, encontrandose con esta acariciando el rostro de su hijo con cariño y delicadeza.- ¿Te cuidas?
-Si señora, me estoy cuidando. -Al ver como el rostro de la mujer se contraia en una mueca de completo desagrado, se sintio avergonzado.- Lo siento.
-Me doy cuenta que aun no dejas volver a mi yerno. -Le quito importancia con un ademán de su mano, siendo consciente que la persona frente a ella no era exactamente Min Yoongi, o no completamente.
-No puedo, yo estoy aqui cuidando de Jimin, él debe cuidar a su lobo y a si mismo. -Acomodandose en la camilla paso su brazo por detras de la almohada, abrazando el menudo cuerpo del omega.- Si dejo que vuelva ahora, no se si Jimin continue estable.
-No quieres arriesgarte. -Una negativa fue toda su respuesta, comprendiendo las intenciones del lobo alfa. Él solo quería cuidar de todos de la forma que fuese, y si para eso debía continuar en la superficie de la consciencia, dejando a su lado humano en el "limbo", lo haría.
-Dejare que el humano vuelva cuando él habra los ojos. -Dejando un pequeño beso en la frente del chico entre sus brazos dio enfasis a sus palabras, gruñendo de manera territorial.- Siento dentro de mi que pronto lo hara.
-Esperemos que si... -Sonriendo casi con cansancio se permitio tomar una silla del rincón de la habitación y tomar asiento.- Sé que mi cachorro es fuerte, pero temo que esto sea más fuerte que él.
Asintiendo en comprensión el alfa guardo silencio, dejando que la mujer frente a él tuviera un momento de tranquilidad en esa tormenta que parecia no querer menguar a pesar de que los días para su hijo comenzaban a ser mas claros, ella seguia atrapada en una bruma de preocupación y angustia, alerta a todo lo que pudiera pasar a su alrededor.
Tenía motivos para querer continuar así, con esperanzas reducidas y sin ilusionarse, pues fueron varias las ocasiones en las que tuvo que ver como reanimaban a su bebé, a su único hijo. Fueron demasiadas veces para una vida los sustos que paso al ver como poco a poco perdía lo único que le quedaba de su difunto alfa, como el fruto del amor que alguna vez vivieron se iba dejandola completamente sola.
Por esa razón aunque pareciera pesimista prefería no ilusionarse antes de tiempo, pues aun existía la posibilidad de que su hijo, su Jiminnie, no puediera con esta lucha.
-No puedes dejar que se rinda... -Murmuró aun en sus pensamientos, mirando un punto fijo en la habitación pero teniendo toda la atención del alfa.- Si Jimin se rinde, yo... yo...
-Si Jimin se rinde, seremos varias personas las que no sabriamos como vivir sin él... -Mirando a la omega con una intensidad casi salvaje acerco aun más el menudo cuerpo del rubio hacía él.- Él no se va a rendir, estoy aquí, estamos aquí... -Extendiendo su mano libre hasta Yoora espero que esta la tomara, apretandola con fuerza, intentando trasmitirle apoyo.- Nadie aqui se rendirá, Jimin no lo hara y mucho menos nosotros dos.
Porque el alfa en el fondo, muy en el fondo de si mismo sabía que teniendo a las personas que más quería a su alrededor, pudiendo escucharlas y sentirlas, Jimin continuaría dandole pelea a esto, a la enfermedad y a la muerte. Porque en el fondo el alfa sabía que Park Jimin jamás se permitiría bajar los brazos cuando la salud y la vida de otras personas dependían de él.
Continuaría siendo el niño valiente que su padre y madre se encargaron de criar y proteger, de educar y amar. Seguiría siendo el pilar de la vida de su madre y el compañero de la vida de su alfa, como también seguiría siendo el apoyo incondicional de su mejor amigo.
La suave brisa invernal congelada la nariz y orejas del enorme lobo negro que dormitaba entre la hierba alta, siendo el lugar donde descansaba lo único que la nieve no lograba cubrir gracias a los frondosos árboles sobre su cabeza, y también debido a las altas temperaturas que su cuerpo junto al del pequeño lobo blanco acurrucado a su costado, desprendían.
Desde que ambos se habían sincerado el uno con el otro no volvieron a alejarse por varias horas, aunque eso era en su "mundo" pues en la superficie, en el hospital, habían pasado varios días desde que tanto Jimin como el alfa habían comenzado a mejorar juntos, y todo por la interacción que Yoongi estaba teniendo con el omega de su novio.
Al principio no entendía por qué su demandante y terco lobo había decidido dejarlo a él, a la parte humana, en ese mundo de nieve eterna donde nunca, ni ahora ni en los cientos de sueños que había tenido en ese lugar, había logrado ver un ápice del sol como si este no existiera, pero sabía que si lo hacía pues en ese momento poco a poco comenzaba a oscurecer.
Sería su primera noche entre grandes árboles, blanca nieve y el exquisito aroma a frutas que desprendía el omega a su lado, aunque el aroma que más predominaba en ese momento en la lobito era el café y las moras. Su esencia y la de la persona que amaba mezcladas, no había nada que lo enorgulleciera más.
-¿En qué piensas? –Escucho la dulce pero ronca voz del peliblanco en su cabeza, mientras que en sus oídos se oyó un claro gruñido bajo y primitivo, de la forma que fuera le gustaba oírlo tan cerca suyo.
Era extraño pero mientras más horas pasaban, más cerca de ese gruñón lobo se sentía en especial después de haberlo consolado y haber secado sus lágrimas a lamidas y toques algo bruscos de sus patas delanteras. Ansiaba volver a su cuerpo humano cuanto antes, estaba seguro que su alfa estaba disfrutando de estar en la superficie caminando en sus pies en vez de estar a cuatro patas.
-Pienso en porque este lugar siempre tiene nieve... -Girando en su costado se dejó caer en la hierba, enfocando sus castaños ojos en los blanquecinos del omega, notando la tristeza viajar en estos generándole cierta preocupación que aumento al ver como este le daba la espalda, quedando en posición de "cucharita", algo graciosa al ser lobos.
-¿No lo recuerdas? –Preguntó en voz tenue, casi como un gimoteo lastimero aumentando la preocupación en el mayor quien negó en voz baja, enterrando su hocico entre las orejas del omega para comenzar a hacerle mimos.- La última vez que estuvimos juntos fue en este lugar.
-¿Cómo? ¿Nosotros o tú y Suga? –Curioso se apegó aún más al cuerpo del lobo blanco, recargando casi todo su peso en ese contacto, sonriendo en su interior al ver como el menudo cuerpo se acurrucaba buscando calor.
-Suga y yo, aunque en ese tiempo nos llamábamos de otra forma... -Removiéndose bajo el cuerpo del gran lobo negro logro girarse en su lugar, quedando frente a frente con el otro animal haciendo sentir a este como si lo mirara fijamente.- Cinere y Luna eran nuestros respectivos nombres antes de... antes de morir.
-Creía que ustedes nunca se conocieron... -Musitó sumamente confundido al recordar sus vacaciones en Busan cuando junto a Jimin conocieron a Youngmin, aquella bruja blanca que les había contado sobre sus antepasados, un gamma bendecido por la Luna y un Alfa líder de linaje puro.
-Eso es lo que dicen las leyendas, pero Cinere y yo si nos conocimos aunque nunca pudimos estar juntos... -El fuerte y almizclado aroma a café y tierra húmeda que sintió de un momento a otro logro calmarlo, agradeciéndole con pequeños mordiscos en el cuello al alfa por dejar salir su aroma al querer tranquilizarlo.- Nos conocimos por casualidad y nos enamoramos de inmediato, un amor efímero que acabo cuando a ambos nos comprometieron... Pudimos haber luchado por nosotros pero era nuestro deber cuidar de nuestras manadas.
-Entonces se conocieron aquí, en una época fría, en un bosque cubierto de nieve y un lago congelado, donde nunca se ve el sol y el cielo en las noches es un manto de estrellas... -Asintiendo el dulce lobo se acurruco aún más en su pecho haciendo desear a Yoongi el tener su cuerpo humano para poder rodearlo con sus brazos.- ¿Qué significa "Cinere"?
-Cenizas, en ese tiempo su pelaje era gris tal cual las cenizas, y sus ojos eran azules como el océano, ¿aún son azules? –Pregunto esperanzado dejando que el gran lobo negro viera su rostro el cual demostraba toda la ilusión que albergaba en su interior.
-Ahora son amarillos, casi naranjas... -Al ver la desilusión en el bonito rostro del lobo lamio con cariño la mejilla de este, viendo como mostraba los dientes por eso.- Los tuyos son azules, demasiado azules, ese día que JiMin logro verme por primera vez pude notar su color.
Asintiendo volvió a esconder su rostro entre el oscuro pelaje ansiando el volver a sentir a su alfa, sabía que Yoongi también era su pareja pues lobo y humano eran uno, pero la autoritaria presencia que el lobo, que el lado animal desprendía, lo hacía sentir demasiado protegido, más que el chico frente a él quien en ese momento lamia su pelaje entre sus orejas.
Su alfa, su Cinere o ahora llamado Suga, le trasmitía protección, seguridad y por sobre todo amor al igual que Yoongi, pero la diferencia, la gran diferencia era que el lobo le hacía sentir que podía hasta matar por él, y era ese lado "oscuro" lo que le hacía posible diferenciarlo, y sabía que Jimin también los diferenciaba por eso.
Un lobo salvaje y un humano apacible, aunque no demasiado pues sabía que la parte humana también podía llegar a lastimar a quien dañara a su omega, eran las dos caras de una misma moneda.
Y los amaba a ambos por igual, le había costado muchísimo hacerlo pero ya no podía imaginarse una vida sin Yoongi, sin el dulce humano y el salvaje lobo. Eran ese "algo" que por mucho tiempo busco. Pues esa no era la primera vida que tenia el privilegio de vivir, como tampoco era la primera en la que se encontraba con su alfa, pero si era la primera en la cual ambos lograban encontrarse sin pareja, sin problemas y sin muerte.
O eso esperaba.
-Jimin saldrá de esta... -La adormilada voz del lobo frente a él le incentivo a sacar su rostro de su lugar preferido, sintiendo como inesperadamente unas grandes manos acariciaban sus orejas a la vez que un cuerpo mas pequeño que el suyo buscaba de su calor.
-¿YoonGi? -Olisqueando el cuerpo del humano entre sus patas se alarmo, preocupado de que este se congelara debido al frío que hacía y a la desnudez que sentía en su húmeda nariz- No, no, no ¡Vuelve a ser un lobo!
-¿Un... Lobo...? -Abriendo a duras penas sus felinos ojos intento enfocar al lindo lobo blanco frente a él, sintiendo como un penetrante dolor atravesaba sus pies y sus manos. Sus extremidades comenzaban a congelarse.
-¡Yoongi! -Alarmado intento refugiar el menudo cuerpo del pelinegro bajo el suyo, rodeándolo con sus patas y su cola, restregando su cabeza en el rostro, cuello y cabeza del humano.- N-no... No qui-quiero perderte a ti... Aquí n-no...
-Frío... -Murmuro mientras llevaba sus manos y rodillas hasta su pecho, haciéndose un pequeño ovillo y dándole más acceso al blanquecino lobo para poder rodearlo.- M-mucho frío...
Comenzando a gimotear debido al miedo el lobo intento proteger de la fría noche a Yoongi, deseando ser más grande para poder cubrirlo completamente sin la necesidad de estar sobre él y así darle todo el calor que su cuerpo humano necesitaba. Y es que sentir como temblaba violentamente mientras se apegaba a su cuerpo le estaba partiendo el alma, maldiciendo al que haya incentivado al alfa en la superficie para usar justo en ese momento su cuerpo animal.
Pues que Yoongi se encontrara en su forma humana se debía únicamente a que el alfa, aquel que cuidaba de un dormido Jimin, estaba lo suficientemente enojado, alarmado o asustado para hacer uso de su fuerza lobuna para proteger al chico en coma.
Y era justamente la ultima opción la que tenia al salvaje alfa en sus cuatro patas frente a la cama de su pareja, gruñendo territorialmente para alejar al canoso hombre que de manera seria lo observaba de pies a cabeza.
Su padre, o mas bien el padre de Yoongi estaba frente a ellos exigiendo ver a su hijo, quien lastimosamente le temía, trasmitiendo este miedo a su contraparte animal. Humano y lobo le temían al hombre que tanto daño les había hecho a ellos y a la mujer que les dio la vida, quien en ese momento se encontraba abrazada a Yoora estando detrás del espeluznante y gigantesco lobo negro.
Había prometido cuidar de su manada a toda costa, y si debía dejar sus propios miedos de lado lo haría, como el alfa líder que era. Nada ni nadie dañaría ni a su madre, a su suegra o a su amado omega.
-Cálmate, muchacho, yo no te eduque así. -La indiferente y decepcionada voz del hombre en la puerta causo un nuevo gruñido por parte del lobo.- Para con eso, asustas a las omegas.
Al escuchar eso volteo hacia las dos mujeres abrazadas a sus espaldas, sintiendo como su miedo era reemplazado con la ira, ninguna de las dos estaba asustada de él pues ambas observaban con miedo al hombre de bata que estaba en la puerta de la habitación de Jimin. Incluso SeungHee, a quien reconocía como su media hermana, no sentía miedo de los gruñidos del lobo pues no estaban dirigidos hacia ellas.
El lobo gruñía únicamente para advertir a su padre que no jugaba, si daba un paso más dentro de la habitación de su novio estaba dispuesto a cualquier cosa.
-Padre, es mejor que te vayas... -La dulce voz de la pelinegra enfermera hizo voltear a Ju-Hong alarmado, pues la forma en la que había sido llamado podía causar la furia del lobo en la habitación.
-Mi hijo ya sabe todo... -La temblorosa pero firme voz de Chaerin llamo la atención del alfa mayor.- Sabe que su hermana es tres años mayor, que me engañabas mucho antes de que él naciera y que nos dejaste cuando supiste que él seria un alfa y podía cuidarse por su cuenta.
-Sabes que eso no es así. -Debido a la rabia no pudo evitar dar un paso hacia su ex mujer, olvidando completamente a su inestable hijo quien sin pensarlo se lanzo hacia él para morderlo.
Y lo hubiera conseguido si un cuerpo delgado con aroma a miel no se hubiese parado frente a él con los brazos abiertos, atrapando en un fuerte abrazo el cuello del lobo negro, sintiendo los afilados dientes de este justo a un lado de su oreja.
-Te vas a calmar o juro que te sacamos a rastras del hospital. -Al escuchar el "sacamos" dirigió su mirada hacia la puerta donde momentos antes estaba su padre, encontrándose con NamJoon y el doctor JaeBum listos para arremeter contra él.
Que este hombre se vaya ¡Ahora!
El fuerte gruñido que dejo escapar junto al extraño vapor que comenzó a desprender su hocico asustaron incluso a los alfas, pero gracias a la conexión que ambos, Yoongi y Hoseok tenían, había logrado entenderle.
-Saquen al doctor Min de esta habitación ahora, no tiene porque estar aquí, Jimin no es su paciente y mucho menos trabaja en la UCI. -La voz firme del alfa pelirrojo fue clara, siendo acatado inmediatamente por el doctor JaeBum quien tomo del brazo al canoso hombre, intentando sacarlo de ahí.
-¡Pero este chico es mi hijo!
-¡Dejo de ser tu hijo el día que nos dejaste sin siquiera despedirte de él! -La furiosa voz de la rubia omega se hizo escuchar, ya no había ni un poco de miedo en sus palabras.- Dejo de ser tu hijo cuando te olvidaste de él al punto de ni siquiera llamarlo para sus cumpleaños.
-Yoongi no es tu hijo. -Respaldando a la madre de su medio hermano ayudo a JaeBum a sacar a su padre de ese lugar, notando como era observaba con sorpresa por los demás.- No tienes el derecho de llamarlo "hijo" cuando la señorita Chaerin lo crio y lo convirtió en el hombre que es hoy.
Dejando sin palabras a Ju-Hong los tres abandonaron la habitación, dejando dentro de esta únicamente a las madres de la pareja, a Hoseok y a un cabreado lobo negro que comenzaba a desesperarse al estar aun en brazos de su mejor amigo.
-Iré por unas bebidas... -Musitó NamJoon desde la puerta recibiendo un asentimiento por parte de las omegas.
Mientras que Hoseok sin confiar mucho en su amigo lo comenzó a soltar, notando como este inmediatamente se acercaba hasta Jimin para rozar su húmeda nariz en la mejilla del aun dormido chico, causando que su frecuencia cardíaca aumentara.
Sin mas comenzó a trasmutar nuevamente a su forma humana, siendo cubierto por una sábana que su madre se encargo de arrojarle, quedando de esa forma cubierto de pies a cabeza una vez volvió a la normalidad. Pero fue cuestión de segundos para que cayera de bruces al suelo, asustando a todos los presentes incluido a YoungJae quien en ese momento entraba a la habitación luego de haber ido él mismo por JaeBum para que lo ayudara con el lobo.
-¡Traigan una camilla! -Grito hacia las enfermeras e internos que se encontraban en los pasillos de la UCI, corriendo luego hasta el problemático alfa para revisarlo, sorprendiéndose.- Esta congelado...
-¿C-cómo es eso posible? -Siendo abrazada por la madre de su yerno, Chaerin aguantaba las lágrimas, cubriendo su boca mientras Yoora intentaba trasmitirle calma a través de su aroma a moras.
-No tengo idea... -Siendo ayudado por un interno subieron a Yoongi a una camilla, asegurando la sabana sobre su desnudo cuerpo.
Estaban por abandonar la habitación cuando el monitor cardíaco del omega en coma comenzó a sonar, delatando una subida de presión y la alteración de su frecuencia cardíaca. Rápidamente el médico se acerco para monitorearlo, pero a nada estaba de tocarlo cuando su mano fue fuertemente sujeta por una mas pequeña.
-N...no... -Jadeando completamente sorprendida ahora era Yoora quien lloraba, cayendo de rodillas mientras sus manos se sujetaban de las barandas de la cama de su hijo.
-¿Pero qué...? -Intentando mantener la calma saco una pequeña linterna de su bolsillo y la dirigió a los ojos del chico en la cama, abriendo sus párpados para verificar la actividad en sus ojos, viendo como estos se movían despacio, como si buscaran algo.- Esta despertando.
Sacando ahora un estetoscopio comenzó ha auscultar el pecho del omega, escuchando sus latidos y su respiración, ambas estando alteradas consiguiendo preocuparlo, pero al escuchar al interno avisarle que llevaría a Yoongi a otra habitación, siendo secundado por el agarre de Jimin a las mantas de la cama, entendió lo que pasaba.
-Si me escuchas necesito que aprietes mi mano con fuerza. -Tomando la mano del menor sintió como este reforzaba el agarre, esperanzándolo.- ¿Puedes hablar?
-S...si... -Su voz salió rota y temblorosa como también muy ronca debido al largo tiempo sin usar sus cuerdas vocales.
-Dime tu nombre. -Pidió observando con una sonrisa a la madre de su paciente quien no podía parar de llorar debido a la felicidad y al alivio que lleno su cuerpo en cuestión de segundos.
-Ji...Jimin...
-¿Sabes que te paso?
-Cho-Choque... -Poco a poco comenzaba a hablar mejor y a abrir sus ojos, teniendo sus parpados pesados, costándole toda su fuerza esa simple acción.
-¿Sabes por qué ocurrió? -Esta vez fue Hoseok quien pregunto mientras grababa con su celular, sabia que Taehyung lloraría al ver ese video como también se enojaría al no estar en el momento que su mejor amigo despertaba luego de un largo tiempo.
-Yo... -Abriendo en totalidad sus ojos intento levantar su mano, siendo inmediatamente sujeta por el médico.- Yoongi, fui por Yoongi... ¿D-dondé...?
-Esta justo aquí, pero no esta bien, necesito llevarlo a otra habitación y revisarlo... -Asintiendo hacia el interno dejo que este se lo llevara, siendo seguido por Hoseok y Chaerin.- Pronto vendrá para estar contigo, pero necesito que estés calmado, ahora mismo tu alfa depende de eso.
-Cal...mado... -Soltando la mano del médico volvió a cerrar los ojos y acomodo su cabeza de tal manera que su rostro quedaba en dirección a su madre, sabiendo que estaba ahí por el dulce aroma a moras.- Muy... Calmado...
-Buen chico. -Acariciando su cabello se dirigió esta vez hacia la omega que ahora se encontraba sentada en una silla.- Cualquier cosa, por mas mínima que sea, llámame, tienes mi número.
Recibiendo un rápido asentimiento por parte de la mujer abandono la habitación, corriendo hacia el box de procedimientos donde sabia estaría el interno con Yoongi. Al fin había despertado el dulce omega de castaños cabellos teñidos de rubio, solo esperaba que lo que le pasaba a Yoongi tuviera una rápida solución.
Odiaría ver a esos dos separados por más tiempo.
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