「26」
Una fría bruma lo cubría de pies a cabeza, entumeciendo cada una de sus extremidades como si estuviese enterrado en la nieve, siendo completamente cubierto por esta a excepción de su rostro, el cual sentía cálido debido a lo que podía identificar como el sol. Intentaba moverse una y otra vez pero nada parecía funcionar, comenzando a sentir como poco a poco se desesperaba.
¿A caso había muerto? Lo último que recordaba eran los gritos de su madre y Taehyung luego de volver a su forma humana, y sabía que eso había ocurrido pues aun sentía el dolor de sus músculos al desgarrarse, de sus huesos quebrándose para luego comenzar a sanar al finalizar su trasmutación.
Si no había muerto entonces ¿Qué pasaba?
Estaba a punto de resignarse y asumir que había muerto cuando de la nada sintió una carga de adrenalina enorme, como también el intenso dolor en su pecho como si lo estuviesen golpeando una y otra vez, sin parar, provocando que su pecho se contrajera en agresivas contracciones.
Al cabo de uno largos minutos el dolor paro, sintiendo nuevamente su cuerpo adormecido aun cuando las lágrimas debido al dolor se agolpaban en sus ojos molestándole, queriendo deshacerse de ellas hizo el ademan de limpiarse el rostro olvidando completamente que momentos antes no había podido moverse, consiguiendo para su sorpresa tocar su rostro.
Esperanzado intento alzar su otra mano a la par que intentaba abrir los ojos, consiguiendo amabas cosas y quedando sorprendido al ver frente a él dos patas de pelaje negro. Sin esperar más comenzó a mover el resto de su cuerpo aullando por el dolor que sentía al forcejear con la nieve hasta que, al cabo de varios minutos de lucha, logro salir del lugar donde estaba siendo aprisionado, cayendo completamente exhausto en su costado.
Era un lobo, nuevamente estaba en su forma de lobo pero no sentía la presencia de Suga dentro de él, en cambio sentía que solo era él mismo, solo Yoongi, el humano atrapado dentro del cuerpo de un inmenso lobo negro que para su sorpresa no estaba desnutrido como recordaba estarlo antes.
Pero sabía que eso se debía al lugar donde estaba, reconocía esos grandes pinos cubiertos de nieve, el lago congelado que se encontraba a su izquierda y el claro del bosque donde muchas veces en sus sueños, jugo con un lindo lobo blanco.
-No quiero estar aquí... -Gruño decaído siendo ininteligible para cualquier persona, pero no para otros lobos, como el que se encontraba caminando hacia él.
-Somos dos. –Volteando con extremada rapidez se encontró frente a frente con el lobo blanco que tan bien conocía caminar directo hacia él, provocando que girara en su costado para dejar que pasara sin tropezar, pues esos ojos completamente blancos le recordaban su situación.
-¿Qué hago aquí, y que mierda haces tú aquí? –Molesto se colocó de pie a duras penas, arrepintiéndose en el momento que todo su cuerpo dolió, obligándolo a echarse sobre su panza mientras soltaba un alarido de dolor.
-Bájame el tonito, perro... -Al escuchar esa peculiar forma de ser llamado al fin cayo en cuenta que quien estaba frente a él no era Jimin, si no su lobo.- Estoy aquí porque el estúpido del humano con quien comparto cuerpo no me deja tomar el control.
-¿Y para que querrías tu eso...? Oh... -Viendo como el lobo blanco rodaba sus inservibles ojos se sintió avergonzado.- ¿Por eso estoy aquí?
-Por eso estas aquí... -Imitando al lobo negro se dejó caer en la nieve completamente exhausto, dejando ver como la preocupación empañaba sus lobunas facciones.- Tu lobo está peleando por hacer que sobrevivan, y mi humano lucha por matarnos a ambos.
Cerrando los ojos gruño completamente molesto, asustando al lobo frente a él, después de todo seguía siendo un omega y Yoongi estando en su forma lobuna era verdaderamente intimidante, en especial al estar enojado. Pero era entendible, mientras que el sufría todos los dolores de su trasmutación, su lobo peleaba en la superficie para sanar rápido y sacarlos adelante como dijo que haría.
Mientras que Jimin se estaba rindiendo obligando a su lobo a rendirse también, ambos morían lentamente, dejando al omega, a la parte lobuna sin poder hacer nada pues todo el control lo tenía el humano y mientras este no quisiera mejorar, no encontrara motivos para hacerlo, el lobo jamás podría tomar el control para comenzar a sanar.
Ambos, alfa y omega se acurrucaron al costado del otro, compartiendo la angustia de pensar que una persona tan fuerte como lo había sido Jimin toda su vida, estuviera rindiéndose ahora cuando tenía la posibilidad de salir adelante.
-¿Crees que Suga pueda hacer algo? –Pregunto el pelinegro dejando su cabeza apoyada en la del lobo más pequeño, quien gimoteaba sintiéndose protegido al estar tan cerca del alfa a quien tanto había extrañado, aun cuando el que estaba a su lado era el humano y no el verdadero lobo.
-Si logra acercarse a Jimin, quizás... -Girando su cabeza comenzó a dejar pequeños mordiscos en el cuello del lobo negro, impregnandolo con su frutal aroma, quedando a la vez con el aroma a lluvia y café del alfa.- Aun te amo.
Dejando ir un suspiro que pareció ser más un gruñido bajo, escondió su hocico entre el blanquecino pelo del omega, sintiendo como su corazón se encogía debido a la emoción que escuchar esas palabras le causo. Todo este tiempo creyendo que el rubio omega había dejado de amarlo para ahora, después de todo el sufrimiento que sabia ambos pasaron, fuese la contraparte animal, esa parte que no tenía razones para mentir quien le decía que lo amaba, le llenaba el corazón de un cálido sentimiento.
-También... también te amo lobito... -Avergonzándose de que su voz saliese entrecortada comenzó a mordisquear las orejas del peliblanco, escuchando como este gimoteaba entristecido, arrepentido de no haber hecho algo antes, cuando tuvo la oportunidad, así ninguno de los dos estaría sufriendo ahora.- Te amo demasiado, a ti y a Jimin, los amo.
-L-lo siento tanto... -Entre gimoteos y aullidos intentaba ocultar su rostro en el cuerpo del alfa, sintiéndose demasiado culpable por todo lo que había pasado.- Y-yo quería tu marca, que-quería ser tu omega... -Dejado ir un largo aullido se separó del lobo negro, comenzando a restregar su rostro en la nieve.- P-pero Jimin no quería ser... Ser un estorbo, no quería ser un la-lastre para ti, quería que fueras feliz... y con él no lo serias.
Abriendo sus ojos de par en par se colocó de pie olvidando completamente lo adolorido que estaba, entendiendo al fin el porqué de la actitud del omega ese día, entendiendo al fin que lo que ocurrió no había sido culpa suya, él no había hecho nada mal, solo fueron las grandes inseguridades del rubio las que hirieron a ambos.
Su chico, su omega lo amaba, nunca dejo de hacerlo, lo amaba tanto como para dejarlo ser feliz con alguien más y así no amarrarlo a una vida donde siempre tendría que ayudarlo por su ceguera, una vida que creía él no querría.
Pero que equivocado estaba el omega, porque lo único que el alfa, su alfa quería era pasar lo que les quedaba de vida, y todas las vidas que le siguieran a esta, estando a su lado, amándolo y adorándolo de todas las maneras posibles, diciéndole cuanto lo amaba todos los días, teniendo una familia juntos y morir de viejitos con muchos nietos que los amaran.
Lo único que Yoongi quería era a Jimin a su lado.
-Ven aquí, lobito... -Golpeando con su hocico el costado del peliblanco consiguió que este se sentara, viendo como sus blanquecinos ojos estaban cubiertos de lágrimas, enterneciéndolo.- Esto dolerá pero creo ayudara.
-¿Q-qué cosa? –Sin poder dejar de gimotear se asustó al sentir el hocico del alfa cerca de su cuello, cayendo en la cuenta segundos después lo que intentaba hacer, comenzando a agitar su cola emocionado.- Ha-hazlo.
-¿Juntos para siempre? –Pregunto risueño sintiendo como poco a poco el dolor que sentía en todo su cuerpo comenzaba a disminuir, sintiéndose cada vez más fuerte, más estable y más lúcido.
-¡Si, alfa! –Sin más una fuerte mordida fue dejada en su cuello provocando que dejara escapar un aullido de dolor, sintiendo como la sangre bajaba a través de su pelaje y de las fauces del lobo negro.
Fue cuestión de segundos para que alfa y omega sintieran las fuertes emociones del otro, esa calidez inexplicable tan característica del lazo que los hacía sentir felices, completos, que los hacía sentir uno. Nuevamente estaban enlazados y aunque fuese un lazo incompleto era suficiente para que ellos se sintiesen amados por el otro.
Y también fue suficiente para que Jimin, después de tantos días, comenzase a rechazar el tubo endotraqueal que lo tenía conectado al respirador artificial, alertando a enfermeras y médicos que el paciente ya podía respirar por su cuenta.
Poco a poco salía de la inconsciencia en la que había estado flotando por horas, sintiendo cada vez más vívidamente las vías y cables que tenía conectados en su cuerpo, incomodándole el saber que agujas perforaban su piel, administrándole medicamentos que sabia necesitaba pero con cada minuto que pasaba su cuerpo comenzaba a rechazarlos, alertando a las enfermeras que estaban monitorizándolo al escuchar como la máquina que visualizaba sus signos vitales comenzaba a sonar.
-¡EunBin, llama al médico! –Una delicada pero alterada voz lo molesto, gruñendo con desagrado a la vez que alzaba una de sus manos para cubrir su rostro de la molesta luz de la habitación, abriendo poco a poco sus ojos hasta que por fin logro visualizar a la chica pelinegra frente a él.- E-estas despierto...
-Lo estoy... -Su rasposa voz salió baja al sentir como su garganta estaba completamente seca, esto siendo notado por la enfermera quien rápidamente le tendió un vaso con agua para que tomase desde la pajilla.- Gracias.
El sonido de la puerta siendo abierta con rapidez espanto al alfa quien nuevamente gruño esta vez mucho más fuerte y verdaderamente molesto, intimidando a los presentes, en especial a las dos enfermeras omegas que rápidamente se escondieron detrás del médico que había operado al pelinegro, quien también se había asustado. Después de todo no se trataba de un simple alfa, si no de uno líder.
Intentando evitar alterar aún más al joven alfa en la cama el medico bajo la cabeza, demostrando que conocía su posición y que no era una amenaza para él ni para las omegas, lo cual pareció servir al notar como poco a poco el pesado ambiente en la habitación del paciente iba disminuyendo.
-Veo que está estable, joven Min. –Murmuro el medico alzando poco a poco la cabeza, encontrándose con el pelinegro intentando quitarse las vías venosas.- ¡Joven Min, no debe hacer eso!
-Quítenme esto, me enferma. –Guardando la compostura espero que el médico o algunas de las enfermeras se acercara a quitarle esas molestas agujas, asintiendo satisfecho al ver como la omega que antes le había dado agua, se acercaba para quitárselas con cuidado.- ¿Ya estoy bien? –Pregunto al alfa mayor quien asintió algo extrañado.
-La operación salió bien, debes estar con antibióticos para evitar cualquier tipo de infección, por eso no quería que te quitaras las vías.
-No las necesito. –Una vez sus manos y brazos se vieron libres de las agujas alzo el típico camisón que daban en los hospitales, dejando a la vista su abdomen, exactamente donde estaba el apósito que cubría la incisión de su cirugía.- Adelante, vea.
Con cautela el medico se acercó hasta la cama mientras se colocaba guantes para así quitar con cuidado la gasa con pequeñas gotas de sangre, sorprendiéndose al ver como la incisión que debería estar de un color rojizo y apenas haciendo costra, estaba en la última etapa de la cicatrización, dejando la piel de un color rosáceo. El cuerpo del alfa había logrado una semana de curación en apenas unas horas.
-¿Cómo es esto posible? –Alzando la vista hasta el rostro del menor se percató de los amarillentos ojos de este, sintiéndose inexplicablemente intimidado.- Tú no eres Min Yoongi.
-No. –Acomodándose en la cama dejo que el medico terminara de quitar la gasa y limpiara la sangre que había alrededor, siendo ayudado por una de las enfermeras.- Soy su parte animal, y necesito que me haga un favor.
-Mientras no sea algo imposible... -Retirándose los guantes desecho todo lo que había utilizado al momento de retirar la gasa post operatoria, aprovechando de limpiar correctamente lo que ahora era una cicatriz, estando aun sorprendido de lo rápido que podía llegar a ser la regeneración por parte de un alfa líder.
Fueron varios minutos en los que Yoongi hablo con JaeBum, su médico, mientras las enfermeras EunBin y SeungHee lo ayudaban a asearse y controlar sus signos vitales, siendo ahora ellas las sorprendidas al ver como estos últimos estaban en rangos normales, cuando apenas hace unas horas atrás el joven alfa había necesitado reanimación, con lo cual su corazón debería estar delicado, pero no era así.
La más sorprendida y alegre de que el pelinegro se estuviese recuperando tan rápido era SeungHee, quien se encontraba ansiosa por salir y hablar con la madre y amigos del alfa, para así informarles de lo bien que se estaba recuperando y que una vez lo trasladaran a medicina general, podían estar con él todo lo que quisieran, ella se encargaría de convencer a los médicos que alargaran el tiempo de visita para su medio hermano, aunque estaba segura que este no la reconocía, después de todo nunca habían hablado, ella misma solo había visto a Yoongi en fotos.
Pero eso era lo que menos importaba pues honestamente prefería que el alfa no supiera que ella era una de las razones de que su padre abandonara a Chaerin, dejándola como una joven madre soltera, sabiendo que esto pudo haber restringido muchas de las cosas que la rubia omega quiso hacer siendo joven.
El repentino pellizco que sintió en su brazo izquierdo la asusto, volteando molesta hacia su compañera quien le indicaba con la mirada que pusiera atención, percatándose recién en ese momento que los dos alfas de la habitación la observaban atentamente.
-Le decía, señorita Min, que ayude a la señorita Kwon para llevar al Joven Min hasta la UCI, ya está estable y podrá visitar a su amigo. –Repitió a sabiendas que la pelinegra no lo había escuchado. Tomando un lápiz comenzó a escribir en la ficha clínica del joven alfa todo lo que había sucedido en esos minutos dentro de la habitación, firmando un consentimiento para que no tuviese problemas al estar rondando el hospital.
-Es su pareja. –Llamando la atención de las tres personas allí presentes se sintió avergonzada, bajando la cabeza al tener tanta atención sobre ella.- El joven que está en la UCI, Park Jimin, es su pareja, no un amigo.
-Veo que ya está informada, por esa razón lo llevara usted. -Anotando las ultimas cosas en la ficha le entrego está a la omega castaña, volteando un breve momento hasta el alfa en la camilla.- Si quiere ir a la UCI deberá permitir que las enfermeras vuelvan a conectar las vías a sus brazos, no necesita los antibióticos pero si necesita la hidratación y la alimentación parenteral.
-Sí, señor. –Acepto Yoongi dispuesto a cualquier cosa con tal de ir con el omega rubio, si era necesario podían ponerle todas las agujas que quisieran, el sería un buen chico con tal de ver a Jimin.
Esperando que el pelinegro fuese responsable y obedeciera todo lo que las enfermeras y el mismo le habían dicho, abandono la habitación rumbo a la UCI, iría personalmente a informar la visita de su paciente a uno de cuidados intensivos, y de paso podría echarle un vistazo a su pareja, debía aprovechar que el día estaba yendo bien.
Mientras tanto en la habitación del post-operatorio Yoongi les hacía caso en todo lo que decían las dos enfermeras, ayudándolas a pasarlo a la silla de ruedas pues, aunque su herida estuviera sanando perfectamente, toda su energía se había ido en ello, en ayudarse a sanar sin problemas, quedando con su cuerpo débil al punto de no poder mantenerse en pie por más de un minuto.
Pero no importaba, valía la pena el cansancio, el dolor e incluso las molestas agujas que perforaban su piel con tal de poder ver después de un largo tiempo a su omega, a ese chico de rubio cabello que tanto amaba y que tanto daño le había hecho pero que ahora, gracias a la parte humana que descansaba dentro de él, sabía que todo había sido un mal entendido. Un horrible mal entendido que los daño a ambos.
Agradecía que Yoongi, el lado humano, estuviera tan lastimado física y mentalmente como para dejarle el control a él, al lobo quien se encargaría de sacarlos adelante como había prometido, ayudándolo a sanar y a reencontrarse con su Jimin, porque sabía que en el "otro lado" el humano cuidaría del lobo del omega.
-Escuché mientras dormías que le quitaron el respirador. –La dulce voz a sus espaldas lo saco de sus cavilaciones, volteando levemente la cabeza para mirar de reojo a la enfermera Min.- A tu omega, le quitaron el tubo.
-¿Eso qué significa? –Pregunto de manera seria, no porque no le interesara, porque le interesaba muchísimo saber eso, pero no podía evitar estar alerta y a la defensiva en un lugar que no conocía.
-Significa que puede respirar por su cuenta, está mejorando poco a poco. –El ánimo que la pelinegra trasmitía en sus palabras hicieron sonreír al alfa, alegrándolo al saber que la marca temporal que Yoongi había hecho estaba funcionando. Su omega sabía que estaba con él.
-Mi omega es fuerte. –Musitó con orgullo, inflando su pecho debido a esto, consiguiendo hacer reír a la joven que empujaba la silla de ruedas.
-Había oído de lobos que solo querían a la parte animal de su pareja ¿es eso verdad? –Completamente curiosa pregunto estando frente al ascensor, recordando como muchas veces había visto personas en el hospital que al morir su pareja parecían no estar afectadas, pero internamente en su parte animal, estaban destruidos.
Por otro lado también había visto parejas que querían estar juntas pero no podían debido a que sus lobos amaban a otras personas, impidiéndoles estar juntos pues su corazón ya pertenecía a alguien más desde mucho tiempo antes de conocerse, algo que le parecía verdaderamente triste. Tener que compartir un cuerpo con una "entidad" que piensa por sí misma, que si no está de acuerdo contigo te puede llegar a lastimar.
-Al principio mi omega solo me amaba a mí, al lobo, y Jimin amaba al humano... -Viendo como las puertas del ascensor se abrían se acomodó en su silla, algo incómodo de subir a esa trampa mortal de metal.- Debo admitir que yo también estaba enamorado solo del lobo, pero mi parte humana siempre los amo a ambos, siempre amo a Park Jimin por completo, humano y lobo, y ahora yo lo hago también.
-¿Y tú omega? ¿Aun te ama solo a ti?
-Si te digo que ese lobito acepto la marca de Yoongi, del humano ¿tú que crees? –Volteando hacia SeungHee la vio sonreír sonrojada, dándole una apariencia tierna e inocente.- Humanos y lobos, nos amamos como si fuésemos un todo, no puedo vivir sin la ternura de Jimin y la altanería del omega, y sé que este no puede vivir sin la caballerosidad de Yoongi y mi salvajismo.
-Quiero un amor así... -Murmuró abultando los labios consiguiendo que el alfa riera, enterneciéndola al notar como los ojos de este empequeñecían, tal cual lo hacia su padre al sonreír.
En cuestión de minutos se encontraban frente a la entrada de la UCI viendo como el medico JaeBum hablaba con un médico más joven quien indicaba hacia una de las habitaciones de UCI, pareciendo algo eufórico al gesticular, haciendo sonreír al alfa.
Sin esperar más la omega arrastro la silla hasta pasar las puertas de la unidad y llegar a un lado de los médicos quienes al verlo sonrieron alegres, dejando confundido al joven alfa quien estaba por preguntar que sucedía hasta que un conocido aroma cruzo su nariz, haciendo que volteara con rapidez hacia su derecha, buscando la fuente de ese fresco aroma.
Las moras, las frambuesas y la menta se sentían muy tenues, pero allí estaban, llamándolo, alentándolo a ir, lo cual intento hacer al levantarse de la silla de ruedas, y hubiese caído de bruces al suelo si no fuera por unos conocidos brazos que lo sujetaron desde la cintura, apegándolo a un delgado cuerpo.
-Ten cuidado, no quiero verte en una camilla otra vez. –Un pequeño beso fue dejado en su coronilla, haciéndolo sentir querido y protegido por quien era su hermano del alma, el chico de dulces sonrisas que había estado a su lado desde que tenía memoria.
-Lo siento... -Bajando la mirada se permitió recargarse en el cuerpo de su mejor amigo, dejando que este lo envolviese completamente en un cálido y fuerte abrazo, sintiendo como en la zona de su hombro la tela de la camisa comenzaba a humedecerse.- Hoseok, estoy bien.
-T-te vi morir, im-imbecil... -Sorbiendo la nariz separo su rostro del hombro del mayor, mirándolo directo a la cara, notando recién en ese momento los amarillentos ojos del pelinegro, ojos que estaban brillantes por las lágrimas.- Te estoy haciendo llorar, alfita.
-Cállate, idiota. –Intentando empujar al alfa pelirrojo dejo que este lo volviese a sentar en la silla, sintiendo un suave apretón en uno de sus hombros por parte de SeungHee. Dejando ir un largo suspiro fijo su vista en la puerta de la habitación desde donde provenía el tenue aroma a frutas.- Ahora llévame con mi omega.
Cambiando de posiciones con la media hermana de su mejor amigo, Hoseok tomo la silla arrastrando con cuidado esta hasta la habitación de Jimin donde Taehyung ya los esperaba con la puerta abierta, dejando ver que dentro se encontraban las madres de ambos y el médico que antes había estado hablando con JaeBum quien se había escabullido mientras se abrazaba con su amigo.
Pero todas esas personas no le importaron en el momento que el pálido rostro del rubio omega estuvo frente a él, intentando ponerse de pie de nuevo fue detenido por el alfa menor, quien sin esperar más lo acerco a la camilla, dejándolo a una distancia prudente pues debido al respirador que habían decidido dejar allí por precaución, no podía acercarse más.
-Ahora que estamos todos, presentare... -La dulce voz del médico de UCI resonó en la habitación, llamando la atención de Min.- Park Jimin, omega de diesiciete años, ingreso por accidente automovilístico, el auto gano... -Ignorando la mirada de reproche de JaeBum, su alfa quien lo observaba desde la puerta, continuo.- Lleva exactamente 64 días hospitalizado, 45 días ocupando respirador debido a un pulmón colapsado, pero se le fue quitado esta tarde al comenzar a respirar por su cuenta, sus vitales han mejorado con el paso de las horas y hace exactamente 30 minutos comenzó a liberar su aroma después de semanas sin tener rastro de este.
-¿Qué quiere decir que libere su aroma? –Pregunto Yoora observando con una leve sonrisa a su hijo, sintiendo como algo en su pecho le decía que desde hoy, todo comenzaría a ir bien.
-Significa que me llama. –Fue Yoongi quien respondió, importándole poco la casi caída de antes intento colocarse de pie de nuevo, sujetándose de las barandas de la cama antes de que sus piernas le fallaran, logrando llegar al lado del omega, permitiéndose después de tanto tiempo acariciar su rostro.- Está llamando a su alfa.
-El Joven Park ha decidido comenzar a luchar. –Sonriendo emocionado el medico se acercó por el otro lado hasta su paciente, tomando la pequeña mano de este y dejando una suave caricia.- Y sé que con este jovencito aquí... -Musitó indicando a Yoongi quien ya sin poder evitarlo había dejado escapar varias lagrimas sin perder la sonrisa de al fin estar junto a la otra parte de su alma.- Con él aquí, este pequeño omega mejorara rápidamente, ya lo verán.
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