「24」
A paso rápido Jimin subió las escaleras de su casa, tropezando varias veces e ignorando unas tantas más los llamados preocupados de su madre, incluso ignoro el lacerante dolor que cruzaba su pecho al estar ignorando a su lobo, a su omega, quien le pedía, o más bien le rogaba regresar con Yoongi, con su alfa y su otra mitad.
Sentía como las lágrimas continuaban descendiendo por sus mejillas, varias cayendo en sus labios haciéndole saborear el amargo sabor de su incesante llanto, el cual incremento al estar solo en su habitación, rodeado de su aroma y un poco del de Yoongi, de seguro proveniente del peluche de Kumamon que sabía descansaba en su cama, o de algunas playeras del mayor que reposaban prolijamente dobladas en una silla junto a la ventana.
Sabía dónde estaba todo pues él mismo se había encargado de ordenar cada uno de los muebles, paredes y recovecos de su habitación, intentando arduamente dejar de depender de su madre o de otras personas para buscar sus cosas, queriendo comenzar a independizarse antes de cumplir los dieciocho y terminar la escuela, teniendo en mente irse a vivir a un pequeño departamento con su novio para juntos comenzar la universidad.
Todo esto teniendo en mente que pronto volvería a ver gracias a la marca de Yoongi, de su amado alfa, pero si esto tardaba quería ser lo menos problemático para el mayor. Quería que fuesen una pareja normal, no ser una carga para su novio.
Pero todo eso jamás pasaría, ya no, pues hoy, al darse cuenta que la marca del alfa no le había devuelto la vista ni un poco, ni siquiera había conseguido ver borroso como aquella vez en la playa, entendió que nunca podría tener una vida normal de pareja con Yoongi. Siempre sería un problema, una carga, un estorbo en la vida del mayor.
Y Jimin no quería eso, no quería retener al pelinegro a su lado toda la vida, imposibilitándole de hacer cosas, de estudiar, trabajar tranquilo, incluso no podría tener hijos sin ese constante pensamiento de ser un inservible, dejándole toda la tarea de ser padre a su hyung porque él, siendo ciego, no podría hacer nunca nada.
Pronto comenzaría a olvidar el rostro de su madre, de sus tíos, de su mejor amigo, incluso en algún momento olvidaría el rostro de Yoongi siendo tan solo breves instantes en que pudo visualizarlo con gran esfuerzo. Y si un día tenía hijos jamás conocería sus rostros, el tono de su cabello, el color de sus ojos.
Definitivamente Jimin no quería ser un lastre en la vida de Min Yoongi.
Por eso debía dejar al alfa aun cuando les hacía daño a ambos, sintiendo como su lobo aullaba desconsolado, sabiendo que le estaba haciendo daño al alfa aun cuando era el humano quien estaba controlando todo y si bien el lobo omega también sentía ese pesimismo sobre su vida a un lado del alfa, haría hasta lo imposible por ser el mejor para su pareja, para su compañero de vida.
Pero solo no podía, no si su humano estaba empecinado en encerrarse en esa habitación a dejarse morir, hundido en llanto mientras él solo quería volver con su alfa y consolarlo, hacerle un nido para cuidarlo como se merecía luego de hacerle tanto daño.
-¡No! ¡No, no y no! –Gritaba Jimin mientras se revolvía en la cama, tomando su rubio cabello entre sus manos mientras sollozaba, escuchando los lastimeros y desgarradores aullidos de su contraparte animal, sintiendo como poco a poco el lazo se iba rompiendo cada vez más, soltando un grito de profundo dolor cuando la marca comenzó a quemar.
El alfa lo estaba rechazando tal cual él lo había hecho antes con la gran diferencia que su débil cuerpo de omega, no resistía el dolor como debería, sintiendo como miles de cuchillas se clavaban en todo su cuerpo generando que más y más lagrimas cayeran por sus mejillas.
Pronto la puerta de su habitación fue abierta dejando ver a su madre completamente angustiada y derramando lágrimas al igual que él, más que asustada de ver a su pequeño niño deshacerse en lamentos y llanto por tan grave equivocación. Decidida estaba en consolar a su pequeño que sin importarle nada lo abrazo a su cuerpo, arrepintiéndose al sentir como este se aferraba a su ropa y comenzaba a llorar cada vez más fuerte.
El aroma de Yoongi la cubría por completo al haberlo abrazado momentos antes, ocasionando que el lobo de su hijo clamara por el alfa, necesitando de su presencia, de sus cariños y por sobre todo de su protección.
Aun así se quedó allí acariciando y besando el cabello del más pequeño, arrullándolo como muchas otras veces había hecho por alguna pesadilla que lo despertaba a mitad de la noche, clamando por su madre y los cariños que está siempre estaba dispuesta a darle. Pero ese día era diferente.
Ese día eran sus omegas quienes se estaban conectando, quienes intentaban arrullarse mutuamente, refugiarse en el calor del otro. Porque el lobo de Jimin sabía que su madre, más que nadie, entendía el dolor tan cruel que estaba sintiendo.
Y es que el dolor de romper un lazo, de renunciar a una marca, era lo suficientemente doloroso como para morir.
-No te dejare ir, mi amor, claro que no... -Murmuraba Yoora mientras mecía el cuerpo de su hijo una y otra vez, sintiendo como su pecho se oprimía al notar como el aroma de su pequeño cada vez disminuía más y más.- Mami está aquí y te ayudara a salir adelante, eres fuerte mi pequeño omega, mucho más fuerte que yo.
Notando como su hijo comenzaba a removerse entre sus brazos noto lo pálido que su rostro se había vuelto, como también sus manos y su cabello, sorprendiéndose al darse cuenta de lo que pasaba. Rápidamente comenzó a quitar la ropa del menor dejándolo completamente desnudo para el momento en que el menudo cuerpo de un lobo blanco era arrullado en sus brazos.
Había escuchado varias veces que la forma animal cambiaba dependiendo del estado emocional del humano, pero jamás lo había visto, aunque ahora, viendo el pequeño cuerpo de un cachorro de lobo entre sus brazos, podía creer en ello. Su pequeño Jimin se sentía como un niño perdido siendo consolado por su madre, y así mismo se veía su parte animal.
Sin dejar sus caricias y sus palabras de apoyo lo continuo meciendo, dando pequeños besitos al pelaje blanquecino del animal, no pudiendo evitar que nuevas lagrimas llenaran sus ojos al darse cuenta que el dulce aroma de su hijo ya no se sentía, recordando cómo años atrás su propio aromaba había desaparecido al perder a su alfa.
Al pensar en eso la preocupación la asalto, necesitando saber el estado de Yoongi pues hace más de una hora que este había abandonado su casa y aun no recibía una llamada o mensaje del alfa, imaginando lo peor se colocó de pie dejando al pequeño lobo sobre la cama, bajando las escaleras más que rápido fue por su teléfono y se dispuso a marcar el número del pelinegro pero un mensaje proveniente de Taehyung la detuvo.
"Estoy con Yoongi hyung, cuidare de él hasta que llegue Hoseok hyung, usted cuide de Jimin, por favor".
Decía el mensaje dejando mucho más tranquila a la omega, aunque esta tranquilidad poco le duro al escuchar vidrios romperse en la planta superior y como estos caían fuera de casa.
En la habitación Jimin aun en su forma animal comenzó a pasearse por el lugar, chocando con algunos muebles y botando algunas cosas que estaban en las orillas de estos que seguramente el día anterior en su apuro por irse a casa de su novio había dejado mal colocadas.
Al recordar al alfa inevitablemente comenzó a soltar gimoteos que demostraban su llanto y desesperación, queriendo ir cuanto antes con él para pedirle, o más bien rogarle perdón, sintiendo que era lo correcto y creando una mínima esperanza en su pecho de ser perdonado y abrazado por el mayor.
Con ese pensamiento y aun desesperado continuo caminando por la habitación hasta que el tenue aroma a café y lluvia llego a su nariz, acercándose rápidamente al lugar desde donde prevenía, chocando con la silla que se encontraba a un lado de la ventana. Fue una idea fugaz que se cruzó por su mente pero que, ante su desespero, le pareció lo mejor.
Así, más que decidido, se paró en sus patas traseras y se apoyó en la ventana dándose cuenta que estaba cerrada, soltando un gruñido de molestia comenzó a saltar dejando caer todo su peso en sus patas delanteras hasta que después de su quinto intento esta se agrieto, escuchándose claramente el sonido de esta al resquebrajarse.
Fue cuestión de segundos para que retrocediera con una valentía que jamás había sentido antes, intentando calcular en su mente la altura de la ventana y la distancia de esta con la cama, pensando en que sería una caída bastante fea pero que valdría la pena con tal de estar a Yoongi.
Sin más conto hasta tres, siendo demasiado tarde cuando su raciocinio le dijo que eso era mala idea pues, con la adrenalina adueñándose de su cuerpo, tomo impulso dando un pequeño salto mientras agachaba su hocico dejando que su cabeza y patas delanteras dieran con la quebradiza ventana, terminando por romper esta mientras el caía hacia el otro lado, fuera de la casa.
El dolor al enterrarse pequeños cristales en sus patas no se comparó al que sintió cuando su menudo cuerpo cayó y rodo por el césped, deteniéndose por los grandes tarros de basura con los que choco. Aun así, sin importarle nada, sacudió sus patas intentando deshacerse de la mayor cantidad de cristales posibles, colocándose de pie y sacudiendo su pelaje al tiempo que escuchaba la puerta de su casa siendo abierta.
Sabiendo que su madre iría por él intento avanzar hasta la calle, alzando el hocico para sentir el aroma de su alfa, esperando que aun continuase allí aunque fuese un poco, ignorando completamente la hora y media que había pasado desde que el pelinegro se había ido.
Sin percatarse de donde estaba continuo oliendo el aire hasta que la tenue fragancia a café llego a su nariz, alentándolo a correr ignorando los llamados de su madre escuchándolos cada vez más cerca, hasta que la escucho gritar su nombre con desesperación.
Aunque esto fue lo último que escucho antes de sentir el fuerte impacto contra su costado y luego, no sentir nada más.
Más de un mes había pasado desde la separación de Jimin y Yoongi donde los mejores amigos de ambos habían cuidado de este último, incluso pasando las tardes después de clases con este para hacerle compañía e intentar que se animara un poco, solo consiguiendo que los mordiese y gruñera por lo insistentes que estaban siendo al intentar ayudarlo, desesperándolo.
Y es que Min Yoongi, luego de que el lazo se rompiera una semana después de su separación con el omega, no había vuelto a su forma humana en ningún momento, preocupando tanto a su madre como a sus amigos, razón por la que ese día Hoseok había salido temprano del trabajo, el cual había conseguido días después de volver a clases, y se dirigía a la biblioteca pública, esperando averiguar algo ese día.
Cada vez que podía acudía a la biblioteca en busca de libros sobre medicina, historia sobre sus ancestros e incluso sobre rituales antiguos, esperando conseguir aunque sea un poco de información para ayudar a su amigo y que este al fin dejara su forma animal. Si seguía así llegaría el momento en que solo quedaría el animal y el que alguna vez había sido su mejor amigo, desaparecería.
Esperaba poder evitar aquello cuanto antes, siendo su motivación para estudiar como nunca antes lo había hecho, y todo por recuperar a su hermano del alma.
Muchas veces Taehyung lo acompañaba a leer esos grandes libros, buscando también en internet y en artículos científicos, incluso Kyungsoo y Jongin, con quienes se encontraron un día de camino a la biblioteca, y luego de explicarles la situación, los habían ayudado quedándose hasta bien entrada la noche con ellos, invitándolos luego a un café para recuperar fuerzas.
Y ese día no era la excepción pues, bastante puntuales, su novio y Kyungsoo se encontraban fuera de la biblioteca con tres cafés y una bolsa de papel con pastelillos que de seguro comerían a escondidas de la bibliotecaria.
Luego de darle un pequeño beso a Taehyung y un corto abrazo a su bajito amigo entraron al lugar, yendo a sentarse como siempre lo hacían a las mesas más alejadas del lugar donde, ya conociendo la rutina, Hwasa ordenaba en la mesa los libros que a ese trio de amigos les faltaba por leer, agregando otros tantos que ella misma, como ayudante de la bibliotecaria, había pedido para ellos desde otras bibliotecas.
La guapa omega de cobrizo cabello había simpatizado demasiado bien con los chicos, creando una linda amistad en poco tiempo en especial con Hoseok quien, luego de haber estudiado por tantos días sobre medicina, se había enamorado de esta área teniendo muy en claro que estudiaría una vez terminara la escuela, teniendo suerte que la omega estuviera cursando su segundo año de medicina en la Universidad Nacional De Seúl, orientándolo cara vez que al alfa le surgía alguna pregunta sobre la universidad.
-Hoy les tengo dos libros nuevos. –Les aviso mientras alzaba los dos grandes libros frente a ella, moviéndolos levemente de un lado a otro.- Les advierto que no son de aquí, son de la universidad así que por favor, cuídenlos.
-Como hueso santo... -Murmuró Hoseok mientras sacaba el cuaderno en el cual llevaba todas las anotaciones que sacaba de cada libro, notándose varios post-it sobresaliendo de las hojas, como también papeles sueltos que solía imprimir de algunas revistas médicas.- Hoy debo irme antes, mi hermana viene de visita por lo que debo volver antes a casa.
-No te preocupes hyung, Namjoon hyung vendrá por mí, puedo decirle que dejemos a Kyungsoo en su casa. –El nombrado solo asintió mientras leía uno de los libros, anotando en una pequeña libreta lo que le llamaba la atención, siendo ayudado por Hwasa quien estaba apoyada a un lado de él, leyendo por encima de su hombro.- Noona, ¿quiere irse con nosotros? –Pregunto risueño causando una linda sonrisa en la omega.
-Me encantaría, cariño, pero debo quedarme a cerrar la biblioteca con mi tía... -Un pequeño mohín se formó en sus labios pintados de burdeo, causando la sonrisa de la pareja. Hoseok estaba seguro que si no hubiera conocido a Taehyung, la pelirroja habría llamado su atención.
Así se pasaron la tarde-noche entre libros, café y pastelillos, comentando entre ellos algo interesante que pudiesen encontrar, siendo de vez en cuando ayudados por la omega quien aprovechaba de estudiar con ellos y explicarle un poco de la universidad al alfa, este estando más que entusiasmado de terminar la escuela pronto para estudiar junto a su nueva amiga.
Para cuando dieron las nueve de la noche ninguno se había percatado de lo tarde que era, no hasta que Taehyung alzo la mirada emocionado al sentir el almizclado aroma a menta y cigarrillos que desprendía su primo, entusiasmado por volverlo a ver ya que, desde que había terminado la escuela, este se había encerrado en su casa a averiguar sobre universidades y a estudiar para los exámenes de ingreso, igual que su Seokjin quien estaba a un lado de él, caminando hacia ellos con una expresión algo entristecida.
Al notar esto último rápidamente se puso de pie, ignorando a Namjoon quien solo le quito importancia, sentándose donde antes estaba el castaño para saludar a los allí presentes.
-Hola hyung... -Saludo con suavidad Taehyung recibiendo una pequeña sonrisa por parte del rubio.- ¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo con mi primo?
-Ay, Tae, mi relación con tu primo nunca funciono, solo somos amigos... -Al fin sonrió con sinceridad, aun así se notaba su mirada triste, o más bien preocupada.- Me entere de lo sucedido con Yoongi y Jiminnie.
-Uh, si ¿Por eso estas así? –Seokjin asintió haciendo suspirar a Taehyung quien volteo hacia la mesa, ladeando su cabeza pensativo mientras veía a sus amigos allí, aun inmerso en los libros con su primo ayudándolos.- Fue todo muy sorpresivo.
-Sí, solo espero Jiminnie se recupere... -Ante las palabras del mayor el castaño volteo, observándolo interrogante. La verdad desde que había pasado todo aquello no se había contactado con su mejor amigo, teniendo noticias de este por la madre del omega, está siempre diciéndole que estaba bien.- ¿No lo sabes?
-¿Saber qué? –Pregunto sintiendo como todo su cuerpo se estremecía, un gélido frio bajando por su columna, y para cuando Jin hablo, Taehyung se había desmayado.
-Jimin está en coma inducido hace un mes.
Taehyung aun recordaba la primera vez que había visto a Jimin, un niño tímido de cabellos castaños, pequeños ojos risueños y unas grandes gafas que lo hacían ver aún más tierno de lo que ya era, llevando en su espalda una pequeña mochila amarilla mirando todo con ojos llorosos por el miedo de estar rodeado de niños desconocidos. Sabía que el pequeño y tímido cachorro estaba asustando, por eso cuando vio que se sentó a su lado quiso jugar con él, quería alejar el miedo de esos bonitos ojos que parecían brillar cuando le ofreció jugar a la princesa y al dragón.
La primera vez que los castigaron aun siendo unos cachorros por rayar las paredes del salón con crayones y pintura, alegando que no quedaban más hojas para colorear cuando en verdad había un montón en la mesa de la profesora. Eran muy traviesos estando juntos consiguiendo castigos casi todos los días, pero no les importaba, después de todo se hacían compañia.
Algo que nunca se le iba a olvidar era su inicio en el segundo ciclo de la escuela elemental, cuando Jimin le había comentado que casi no lograba ver, pidiéndole ayuda para ciertas cosas a lo que Taehyung aceptaba gustoso, feliz de ayudar a su único amigo desde que habían comenzado la escuela.
Esa misma semana fue cuando aun siendo un niño de apenas ocho años se había escapado de la escuela cargando a su amigo en la espalda, llevándolo hasta la casa de este siendo guiado solo por sus escasos recuerdos de cuando había pasado en auto por fuera de la casa, un día que su padre había ido por él a la escuela.
Ese fue el día que formo un antes y un después en la vida de ambos niños, uno quedando completamente ciego y el otro, jurando por el gran cariño que le tenía a su amigo que lo cuidaría y protegería de todo y de todos.
Por eso en el momento que Seokjin le informo del estado de Jimin sintió como algo dentro de él se rompía, adormeciéndolo al punto de desmayarse y para cuando despertó, lo único que podía hacer era llorar en los brazos de su novio, rogando para que lo llevaran al hospital y así poder quedarse el resto de su vida junto a su mejor amigo, junto a su alma gemela.
-Mañana puedes ir, ya es muy tarde para que vayas, TaeTae... -Intentaba convencerlo Namjoon mientras conducía a la casa de su primo, sintiendo como su corazón se rompía al escucharlo llorar con tanto dolor, como si le hubieran arrebatado lo más preciado de su vida.- Te prometo que mañana a primera hora vendré por ti y te llevare al hospital, por hoy debes descansar.
-¡L-le prometí que... que lo c-cuidaría! –Grito entre su llanto sintiendo como Hoseok lo apretaba más contra su cuerpo, compartiendo su dolor, sintiéndolo propio, queriendo trasmitirle tranquilidad su aroma pero era en vano.- L-le falle...
-No le fallaste, su madre cometió el error de no decirte nada y tu cometiste el error de no ir a visitarlo... -Musitó Kyungsoo quien en todo momento se había mantenido a su lado sujetando su mano mientras dejaba suaves caricias. Si bien nunca habían compartido como grandes amigos, o no desde que habían entrado a la secundaria, le tenía un gran cariño tanto a él como a Jimin.- Ella te dijo que cuidaras de Yoongi y tú le hiciste caso, fue la mamá de Jimin quien erró al no decirte nada aun cuando tú le preguntabas por el estado de Jimin todos los días.
-Pero si hubiera insistido-
-Si hubieras insistido quizás ella te hubiera dicho, pero ¿eso qué? ¿Habrías evitado que se lanzara por la ventana y un auto lo atropellara? ¿Lo hubieras hecho? –Insistió al ver que Taehyung solo guardaba silencio, recibiendo solo una negativa por parte del castaño, suspirando con resignación.- En el momento que eso pasó tú estabas en otra parte, haciendo otras cosas, preocupándote de otra persona, y eso no te hace un mal amigo.
-Estabas siendo un gran amigo al cuidar de Yoongi mientras yo llegaba... -La suave voz de Hoseok le hizo levantar el rostro, sintiendo su corazón estrujarse al notar las lágrimas en los ojos de su alfa.- Yoongi ese día estaría solo, su madre iría con el papá de Jiyong, sé que si no hubieras llegado él... –Pasándose una mano por la cara suspiro abatido, notando como Seokjin, quien se había mantenido en silencio en el asiento del copiloto, lo miraba con los ojos repletos de lágrimas.- Yoongi me dijo que si no hubieras llegado, habría hecho una estupidez.
El silencio se hizo dueño del auto por el resto del camino a casa de Taehyung mientras que este no paraba de pensar en las palabras de su novio, sintiendo un gélido frio en todo su cuerpo al pensar que si no hubiera llegado con el alfa pelinegro este habría cometido el error más grande de toda su vida, mientras que Jimin lo habia cometido al arriesgarse sin siquiera pensar en su ceguera quedando ahora en coma por todo el dolor que sentía.
De repente una fugaz idea se cruzó por su mente robándole el aliento mientras que una extensa sonrisa se formaba en sus labios a la vez que comenzaba a llorar preocupando a todos en el auto, pero cuando estos preguntaron que pasaba Taehyung solo negó pidiéndole a tu primo que aumentara la velocidad para llegar pronto a casa y poder dormir.
Queria que la noche pasara rapidamnete para poder ir con su mejor amigo y pedirle perdón todas las veces que fuesen necesarias aunque no lo pudiera escuchar, estando listo para pedírselas de nuevo una vez despertara, porque si de algo estaba seguro era de que Jimin despertaría.
Debia despertar.
A la mañana siguiente como Namjoon habia prometido lo habia pasado a buscar bien temprano, llevando con él dos cafés y unos pastelillos para hacer la mañana de su querido primo más llevadera, despues de todo iria a ver a su mejor amigo en coma y quien sabe con que se encontrarían, algo que lo tenia verdaderamente preocupado pues no sabia como reaccionaria Taehyung al ver al pequeño omega conectado a monitores y extrañas maquinas de las cuales Seokjin le habia hablado.
Aun no podía creer lo que el amor había causado en una pareja tan linda como lo eran Jimin y Yoongi, despues de todo habia presenciado con sus propios ojos el amor y la devoción que este ultimo le tenia al omega, estando completamente loco de amor por este, dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de verlo feliz y sonriendo de esa manera tan linda que hacia desaparecer los ojitos del rubio.
Eran apenas unos adolescentes con su primer amor pero que para todos los que estaban a su alrededor, se veía duradero, despues de todo eran pareja destinada, sus lobos se conocian de vidas anteriores, buscándose una y otra vez para poder estar juntos una vez más.
-¿En qué piensas? –La aterciopelada voz del omega a su lado lo saco de sus pensamientos, volteando tan solo unos segundos para verlo, encontrándose con una pequeña sonrisa surcando sus labios.
-En que Yoongi y Jiminnie deberían estar juntos toda la vida... -Murmuró con la vista al frente, divisando el hospital a tan solo unos metros, viendo como algunas ambulancias entraban y salían con rapidez.
Solo escucho al castaño suspirar antes de darle la razón, y es que sabia que la tenia, una pareja como ellos, que habían afrontado algo tan difícil como las inseguridades, no podían romper solo por una inseguridad más, debían superarla juntos y no haciéndose daño ellos mismo, consiguiendo dañarse mutuamente también.
En cuanto Namjoon estaciono el auto el omega se bajo con rapidez, corriendo hacia el hospital mientras leía el mensaje que esa mañana Seokjin le habia mandado, deciendole que habian llevado a Jimin a terapia intensiva luego de una recaida la noche anterior. Sin querer saber más solo le habia pedido que le diera las indicaciones de como llegar allí, sabia que si le pedia a Yoora que lo fuese a buscar a la entrada del hospital esta se negaría. Despues de todo ya le habia ocultado el estado de Jimin.
Completamente decidido se interno entre los pasillos del lugar, saludando cortésmente a las enfermeras que lo quedaban mirando con curiosidad, y no era de extrañar si parecia querer salir corriendo en cualquier momento pero claramente por respeto al hospital no lo hacia.
En cueston de minutos se encontró frente al pasillo de terapia intensiva, observando por las ventanas de las puertas de cada habitación hasta que visualizo a la omega y, despues de soltar un largo suspiro y secar las palmas de sus manos en sus pantalones, abrió la puerta notando como la mujer se exaltaba al sentir su aroma.
-Taehyung ¿Qué-? –Antes de que pudiera seguir hablando el omega alzo una mano, pidiéndole con ese simple gesto que guardara silencio, todo mientras observaba el amoratado rostro de Jimin.
-Mi Jiminnie... -Murmuró llevándose ambas manos a la boca, no soportando las lagrimas que abundantes bajaban por sus mejillas a medida que se acercaba a la camilla y posaba una de sus manos en las frias del rubio.- Mi hermanito... -Con cuidado dejo un pequeño beso en la frente del mayor, reposando luego la suya allí, sollozando sin poder evitarlo.
Allí, completamente inmóvil, se encontraba su hemano del alma, conectado a dos maquinas que emitían ruidos raros y a otra que tenia dos tobos que subían y bajaban, esta estando conectada a otro tubo delgado que entraba por la boca del omega. Sin contar con tres bolsas con liquidos raros que estaban conectadas por agujas al brazo del chico, aunque una bolsa era claramente sangre.
Sin decir nada tomo la silla que se encontraba apartada de la camilla y la acerco a esta, sentando en el mismo silencio y, luego de dejar un beso en el dorso de la pequeña mano del rubio, apoyo su rostro cerrando sus ojos mientras dejaba que las lagrimas continuasen bajando.
-Lo siento... -Escucho la voz rota de Yoora quien se habia acercado a él, sentándose en otra silla mientras llevaba una de sus manos a la espalda del castaño quien, al sentir su tacto, se alejo.- Tae...
-La odio... -Musitó con los dientes apretados, frotando su nariz sobre las mantas de la cama, enrojeciéndola.- Odio el día que por su cabeza paso el ocultarme el estado de Jimin.
-Pero Taehyung...
-Pero Taehyung nada ¡Es mi mejor amigo! –Alzando el rostro se volteo hacia la mujer, sin soltar la mano del rubio.- Desde los siete años lo estuve cuidando, ayudándolo en la escuela, defendiéndolo de todos los que querían aprovecharse de él por ser ciego, escribiendo sus tareas, estudiando con él... -Tomando aire se quito las lagrimas de los ojos, observando con rencor a la omega.- Fui yo quien paso horas hablando por telefono con él cuando usted llegaba tarde del trabajo, y fui yo, Yoongi hyung y Hoseok hyung quienes lo defendimos de las omegas que le provocaron inseguridades estupidas cuando es el omega más lindo, tierno y atractivo que he conocido.
Una vez termino de hablar volvio a sollozar, cubriendo su rostro con sus brazos a la vez que recargaba estos en la cama, esta vez dejando que Yoora acariciase su espalda con cariño y consuelo mientras ella misma aguantaba las lagrimas pues sabia que todo lo que el castaño habia dicho era verdad. Habia cometido el error de prohibirle a la persona que siempre habia estado con su hijo, cuidarlo en el momento que más lo necesitaba.
-Lo siento tanto, sabia que Yoongi estaba mal, no quería que todos se preocuparan por Jimin y lo dejaran solo, él tambien necesita que lo cuiden, debe estar tan mal...
-¿Mal se refiere a que no ha vuelto a su forma humana en un mes? -Al ver la mueca sorprendida de Yoora negó con cansancio, fijando nuevamente la vista en su amigo.- Algo en Yoongi se rompió cuando la marca lo hizo.
-La marca... -Observando a su hijo noto la cicatriz blanquecina que descansaba en su cuello, habia perdido todo el brillo que tenia cuando recién habia sido hecha.
-Creo que... -Abultando sus labios observo a su amigo, pensando bien en si decir su teoría o no. Después de todo lo habia pensado toda la noche.- Creo que Yoongi no ha vuelto a su forma humana porque cree que Jimin murió.
-¿Cómo? ¿A qué te refieres con eso?
-Seokjin me dijo que tuvieron que reanimarlo dos veces, una después de la cirugía y otra cuando sus pulmones colapsaron... -Frunciendo el ceño miro la máquina que tenia los tubos que subian y bajaban, como un acordeón. Era el respirador.- La cirugía la tuvo después de las nueve de la noche, a esa hora yo estaba con Yoongi hyung, él tuvo una crisis de pánico y de repente cambio a su forma lobuna.
-Quieres decir que... -Cubriendo su boca observo a su hijo, sintiendo una pequeña esperanza de que mejorara después de días en que lo unico que hacia era empeorar.
-Quiero decir que Yoongi hyung esta en su forma de lobo para aguantar el dolor de la perdida de su pareja, mientras que Jimin... -Volteando hacia su amigo sonrio con tristeza, sintiendo una gran opresión en su pecho al verlo tan pálido.- Jimin esta empeorando por la falta de su alfa.
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