「22」

Suaves golpecitos en la puerta del baño en el cual se encontraba lo asustaron, provocando que pequeñas risas abandonaran sus labios pues su audición debido a su ceguera estaba levemente más desarrollada que la de cualquier otra persona, lo cual era algo que en verdad lo ayudaba de vez en cuando.

-¿Quién es? –Pregunto cantarín mientras terminaba de colocarse su pijama, guardando a tientas lo que había ocupado en su pequeño bolso. Luego le pediría ayuda a Yoongi para ordenarlo bien.

-El amor de tu vida, precioso... -Volviendo a reír por las ocurrencias cursis de su novio se acercó a la puerta, abriendo esta y con suavidad comenzó a dejar golpes en el pecho del pelinegro quien solo reía enternecido.- Mamá hizo café y compro galletas de chocolate ¿Quieres que te lea algo mientras comemos? ¿O quizás una película? He mejorado en mi forma de relatarlas, te lo prometo.

Un suave y tierno sonrojo comenzó a notarse en el sonriente rostro del omega, sorprendiendo al alfa al sentir como el suave aroma a frutas que desprendía su novio se incrementaba, envolviéndolo y dejándolo completamente encantado por lo maravillosamente dulce que olía. Aunque meses antes su aroma solía empalagarlo, ya estaba acostumbrado y la verdad, no había aroma que le encantara más que el de su omega.

Y es que Jimin no pudo controlar la emoción que comenzó a albergarlo al escuchar las tiernas palabras de su pareja, enterneciéndolo al saber que aun cuando muchas veces le había dicho que no era necesario, seguía aprendiendo cosas para convivir con él y su ceguera, haciéndolo sentir cómodo, protegido y por sobre todo amado.

Por eso no se contuvo a la hora de abrazar al mayor por el cuello y comenzar a dejar besos por todo el rostro de este, escuchando como se reía y le pedía parar pues su madre los podía ver, sintiéndose avergonzado al ser mimado por su omega. Aunque fuese algo que le encantaba, no quería que su madre tuviese material para burlarse de él.

Por eso una vez que el menor se detuvo lo tomo de la mano y lo encamino hacia su habitación, afortunadamente estaban en el baño del segundo piso por lo que su habitación estaba a tan solo una puerta de distancia, así que rápidamente lo hizo entrar y luego lo acompaño a sentarse en la cama, quitándole su bolso de las manos y, después de ordenar la ropa en este pues ni siquiera se podía cerrar, salió de su cuarto para ir hacia la cocina.

En pocos minutos ya estaba de regreso con una bandeja de madera, en la que llevaba un plato con galletas y dos tazas de café, solo que una era mitad café y mitad leche, como sabía que a Jimin le gustaba.

-Bien Jiminnie, debes elegir... -Dejando las cosas en su mesita de noche se dispuso a abrir la cama, pidiéndole luego a su novio que se metiera bajo las mantas quien, obedientemente lo hizo.- ¿Película, libro o música?

Tomando la taza que su novio le apoyaba en las manos sonrió divertido, volteando hacia el pelinegro recibiendo un pequeño beso en la punta de su nariz, lo que provoco que riera avergonzado.

-Música, quiero que hyung también disfrute... -Tomando un sorbito de su café con leche suspiro. Algo caliente para las noches frías, siempre era bueno.

-No te equivoques, Jiminnie, disfruto leyéndote o relatándote una película, excepto las que están en inglés, me da pereza hacer las dos cosas a la vez. –Escuchando al omega reír sonrió tomando su celular con su mano libre, pues en la otra tenía su café, colocó su lista de reproducción en aleatorio.- Si sale rap, te aguantas.

-Hyung tontito... -Sacándole la lengua se quedó tranquilo, disfrutando de la suave melodía de The Build A Home de The Cinematic Orchestra, la conocía pues veces anteriores ya la habían escuchado juntos.

Así se pasaron el comienzo de la noche, comiendo galletas, bebiendo café y conversando mientras música de diferentes estilos cautivaba sus oídos, algunas veces cantando o bromeando, pero sin dejar esa aura de comodidad y de amor que siempre formaban cuando estaban juntos.

Yoongi se sentía tranquilo y en paz al ver a su omega sonreírle tan cálida e inocentemente, no pudiendo evitar recordar lo que esa tarde luego de almorzar, les había contado a él y a su madre, y es que no lograba que entrase en su cabeza el cómo podía ser tan bueno, tan puro luego de haber vivido algo tan horrible.

Sabia por la madre de Jimin que el padre de este era un hombre bueno, fiel y sobreprotector con ella y con su hijo, protegiéndolos incluso cuando su vida estuvo en peligro, perdiéndola. Le dolía imaginar todo lo que aquella omega y el Jimin de esa época tuvieron que afrontar, todo el dolor que tuvieron que pasar y el cambio drástico por el que debieron pasar al mudarse a Seúl.

El tan solo pensar que algo así pudiera ocurrirles a ellos, que personas horribles atentaran contra la integridad de su omega y que él no pudiese hacer nada para protegerlo, le hacía doler el pecho como si un puñal se hubiese clavado allí.

Pero eso nunca más volvería a pasar, juraba por la Diosa Luna y por todo el amor que sentía por Jimin, por su madre y por sus amigos que nunca, jamás permitiría que algo malo le ocurriese a su adorado omega, mucho menos a sus hijos si en algún momento decidían tener.

Él iba a ser un hombre, un novio, un esposo y un padre bueno y digno de admirar, no como su propio padre.

Cerca de las doce de la noche, alfa y omega decidieron ir a dormir, haciéndolo luego de dejar las cosas sucias en la cocina, lavarse los dientes y dejar su ropa lista para el día de mañana. Así, una vez listos, se arroparon en la cama, siendo Yoongi quien abrazaba al menor, quedando este como la cuchara pequeña lo cual a decir verdad le encantaba.

Poder ser rodeado por el calor y el aroma de su alfa, recibir pequeños besos en su cabello o cuello y, lo que más le gustaba, sentir los apresurados latidos del corazón del mayor golpear en su espalda delatando lo emocionado, o quizás nervioso que se encontraba de tenerlo allí.

Y así, luego de un pequeño y tierno beso de buenas noches, se durmieron rodeados del aroma del otro.

Nueve de la mañana en punto sonó la alarma de su celular, haciéndolo gruñir y quejarse mientras intentaba girarse y apagarla, pero el peso en su pecho y los suaves quejidos que comenzó a escuchar lo hicieron sonreír. Jimin comenzaba a despertar debido al movimiento que Yoongi había hecho, causándole una inmensa ternura a este al verlo fruncir el ceño y abultar los labios en un mohín que no se tardó en besar.

-Buenos días, mi bello durmiente... -Murmuró abrazando con completo cariño el menudo cuerpo del rubio quien, aun adormilado, se abrazó a su cuello.- Ya debemos levantarnos si queremos tener nuestra cita.

-Cinco minutos más. –Restregando su rostro en el cuello del pelinegro provoco las risas de este, como también que los brazos a su alrededor lo apretaran más.- Necesito... -Bostezando al fin se separó del cuello del mayor, alzando su adormilado rostro aun con los ojos cerrados.- Un supresor.

-¿Qué? –Confundido Yoongi se acercó al cuello del omega, olfateando en busca de signos del celo o de excitación, pero solo se encontró con la fragancia normal del chico.

-Si saldremos necesito un supresor para que mi aroma no sea tan fuerte... -Sentándose en la cama comenzó a quitarse las mantas de encima, pasando luego sus manos por su cabello y despeinándolo más de lo que ya estaba.- Desde que me marco cuando estoy cerca de usted mi aroma aumenta.

-¿Qué tiene de malo eso? –Un involuntario mohín se formó en los labios del mayor y es que amaba el aroma de su novio ¿Para qué lo ocultaría?.

Viendo como Jimin comenzaba a quitarse su pijama quedando solo en ropa interior, se apresuró en ayudarlo pasándole la ropa que ese día ocuparía, pues la noche anterior ya se habían duchado para no salir demasiado tarde de casa.

-Gracias hyung... -Sonriendo termino de abrocharse sus pantalones, yendo a sentarse luego a la cama para colocarse sus calcetas.- Mi aroma es muy empalagoso para otras personas, como también llamativo, y la marca ha comenzado a desvanecerse... -Jalando el cuello de su sudadera amarilla dejo ver que efectivamente ya casi no se notaba.

-¿Entonces? –Pregunto Yoongi mientras se vestía.

-Su aroma ya no está en mí, por lo que para cualquier otro alfa, estoy soltero.

-Mamá tiene neutralizadores de aroma, espera aquí. –Saliendo prácticamente corriendo de su habitación no pudo evitar avergonzarse al escuchar a su novio reírse de él.

Y es que ni muerto dejaría que un alfa desconocido se acercara a su omega e intentara algo con él, pues era suyo, completamente suyo y nadie se lo podría quitar. Y no se refería a él como un objeto, claro que no, pero esa su novio, su pareja y el amor de su vida.

Así, una vez ya desayunados y Jimin listo con el neutralizador, salieron de casa encaminándose a la parada del autobús, siendo el omega el más nervioso pues no tenía idea a donde irían ya que los planes de ir a la cafetería habian cambiado, solo sabía que su hyung llevaba un bolso con que sabe que cosas y que primero harían una parada antes de ir al lugar de su cita.

Confiando completamente en el mayor dejo que este lo guiara, conversando trivialidades en el autobús, riendo de vez en cuando por los bruscos movimientos del vehículo, provocando que chocaran entre ellos o que Yoongi intentase sujetar al rubio para evitar que cayera.

Luego de lo que Jimin calculo unos quince minutos, al fin bajaron del transporte, siendo rápidamente tomado de la mano lo que hizo que sonriera más que enamorado, pues con cariño el pelinegro había entrelazado sus dedos, haciéndolo sentir pequeño y avergonzado.

Cinco minutos más de caminar y se detuvieron, el omega recibiendo el bolso del mayor mientras este hacia quien sabe qué cosa, pero lo supo cuando escucho el tan conocido rugir de una motocicleta, asustándolo y sorprendiéndolo a la vez.

-¿Hyung? –Pregunto estirando una de sus manos en busca del mayor quien rápidamente la tomo, acercándolo a su cuerpo.

-Iremos en mi moto, espero no te incomode. –Analizando el rostro del rubio lo vio pensar mientras fruncía su ceño, sonriendo luego al verlo asentir, aunque muy poco convencido.

Apresurándose en cerrar el conteiner donde guardaba su moto junto con varias cosas de su antigua vida en Daegu, se acercó nuevamente a su novio, colocándole la mochila y luego el casco gris que Hoseok solía ocupar cuando salían en la moto.

-Necesito que te subas detrás de mí ¿podrás solo? –Pregunto preocupado porque si dejaba que Jimin se subiera primero, probablemente la moto se caería y podría hacerle daño, y eso sí que no dejaría que pasara.

Sonriendo con nerviosismo el omega asintió, escuchando como el mayor se subía y encendía la moto, provocando que sus nervios aumentaran por el potente sonido del vehículo. No pudo evitar el pequeño salto que dio en su sitio al sentir el calor del tubo de escape ceca de sus piernas, imaginó que Yoongi acerco la moto a él para que no tuviese que buscar a tientas donde estaba.

-Pasa tus manos por mis hombros, luego levanta tu pierna derecha y pásala por encima de la moto... -Atento y preocupado que el rubio no cayera o se quemara con el tubo de escape, se inclinó hacia él con moto y todo, sintiendo como se sujeta de sus hombros y viéndolo levantar su pierna, bastante alto en su opinión lo cual lo sorprendió.- Tienes mucha elasticidad, Jiminnie.

-D-de pequeño bailaba... -Apoyando su pierna en el asiento de la moto, se ayudó de los hombros del mayor para darse impulso y subir, abrazándose inmediatamente a la cintura de este.- L-listo.

-Sujetate bien, mi amor... -Acelerando la moto la hizo ronronear, sintiendo como los brazos entorno a su cintura se apretaban, provocando que sonriera y, una vez bajo el visor de su casco negro, la echó a andar.

Jimin jamás imagino que el sentir la velocidad, el aire en sus manos y parte de su cara, el cuerpo de su novio pegado a su pecho y el ronronear de la moto, le podría gustar tanto, pero así fue. Quedo completamente enamorado de esa motocicleta, el miedo ya no existía y es que no pudo sentirlo pues Yoongi se encargó todo el camino de acariciar sus manos cada vez que se detenían en un semáforo en rojo.

Y cuando no escucho más la urbanidad de la ciudad, supo que su hyung lo estaba llevando a un lugar especial pues lograba sentir en el leve aroma que se filtraba hasta su nariz que el pelinegro estaba nervioso, enterneciéndolo y poniéndolo curioso a la vez.

Pero no importaba adonde lo llevara, tenía la certeza que esa sería la mejor cita de su vida, y es que ya había empezado bien con ese viaje en moto, siendo el primero de muchos más que vendrían con el tiempo.

Luego de casi una hora de viaje la moto por fin se detuvo, provocando que un emocionado Jimin intentara bajarse a toda costa de la motocicleta, queriendo saber dónde estaban pero, las risas y la mano de Yoongi que sujetaba su brazo se lo impedían, provocando en él un mohín en desacuerdo. Quería bajarse cuanto antes pero el alfa no se lo permitía, diciéndole una y otra vez que esperara y es que no quería esperar, la intriga lo carcomía por dentro.

-Jiminnie, si sigues forcejeando te caerás y no te ayudare a levantarte. -Consiguiendo que al fin el chico se quedara quieto sonrió divertido.- Ahora, cachorro problemático, necesito que te bajes con cuidado porque justo frente a nosotros hay una bajada muy inclinada y si tropiezas te iras rodando.

Obedeciendo al mayor se afirmó de los hombros de este pasando su pierna derecha por detrás de su cuerpo hasta sentir que tocaba el suelo, soltándose así del mayor y bajando por completo de la moto, esperando tranquilamente con sus manos juntas y balanceando su cuerpo a que el alfa le dijera otra cosa o se acercara a él.

-Mira, si quieres puedes bajar mientras yo escondo la moto y la encadeno a algún árbol... -Jimin asintió estirando sus manos y dándose la vuelta, buscando a tientas con que guiarse.- A tu derecha, Jiminnie... -Obedeciendo camino lentamente y con pasos pequeños hacia su derecha, tocando al fin un tronco recostado a la altura de su cintura.- Es un pasamanos, hay una escalera de troncos frente de ti, baja con cuidado y me esperas abajo.

-No tardes, hyung. –Girándose solo un momento para hacerle una seña de despedida, se dispuso a bajar tomando con ambas manos el pasamano, no sin antes afianzar su bolso a su espalda, amarrando incluso las correas de este a su cintura.

Paso a paso tanteaba con su pie los escalones de madera, notando la forma irregular de estos y entendiendo porque su novio le había insistido en tener cuidado. Si hubiera conseguido bajar de la moto antes, de seguro habría caído por la escalera y el golpe que se hubiera dado seria horrible, arruinando así la cita porque estaba segurísimo que Yoongi habría querido volver a la ciudad si se hacía daño.

Sintiendo como sus pies al fin tocaban una superficie plana quito las manos del barandal, dando aun así unos cuantos pasos más hacia el frente asegurándose que había llegado abajo y, una vez completamente seguro, se giró hacia donde suponía estaban las escaleras, esperando paciente al mayor.

Fue cuestión de minutos para que Yoongi llegase a su lado respirando algo agitado, divirtiendo al menor quien suponía había corrido para reunirse con él. Algo verdaderamente tierno y divertido.

-Bien, ya estamos listos, ¿no? –Recibiendo un asentimiento por parte del rubio tomo una de las pequeñas manos de este y comenzó a caminar, jalando la unión entre ellos.

Fueron varios minutos en los que caminaron, riendo y bromeando entre ellos, sintiendo esa calidez que siempre se formaba cuando estaban uno al lado del otro, esa burbuja que se creaba a su alrededor provocando que se olvidaran de todo y de todos, siendo solo ellos en el mundo, en sus mundos.

Mientras que Jimin se sentía más que seguro y protegido al lado del alfa, sabiendo que este no dejaría que nada malo le sucediera, es más, sabía que el alfa era capaz de hacer hasta lo imposible por su bienestar y, aunque su lado lógico le decía que eso no era bueno pues el alfa también debía cuidar de sí mismo, su omega estaba más que feliz de saberse querido, amado y adorado por ese magnífico alfa de oscuro cabello.

Y bueno, Yoongi estaba más que loco por el lindo omega que sonreía tomado de su mano aun cuando ya se habían detenido, y no podía importarle menos pues desde el primer día que tuvo el privilegio, o más bien el placer de tocar las manos del menor, de tocar su suave y tersa piel, se había vuelto adicto a ese contacto, por más simple que fuera, amaba poder hacer lo que nadie más tenia permitido hacer. Y eso era amar a Jimin.

Tomando una gran bocanada del relajante aire del bosque soltó la mano del menor provocando que este inmediatamente volteara en su dirección, regalándole una sonrisa de labios cerrados que Yoongi no se tardó en besar escuetamente, causando que ahora sonriera en todo su esplendor, mostrando ese diente chueco que el alfa amaba y cerrando sus ojitos hasta formar dos tiernas líneas.

Sin decir más comenzó a sacar las cosas que llevaba en el bolso que Jimin cargaba, dejando una manta grande en el césped para poder sentarse, agarrando de las manos al omega para que lo hiciera y, una vez estuvieron sentados uno al lado del otro, el alfa comenzó a sacar varios recipientes con frutas y uno con cuatro sándwich cortados en forma triangular.

También saco una botella de refresco y otra con limonada, dejando todo en la manta frente al menor a quien, tomando nuevamente de las manos, lo ínsito a que tocara a tientas lo que tenía enfrente, viéndolo sonreír con un suave sonrojo adornando sus mejillas.

-Nuestra cita de hoy es un picnic a las afuera de la ciudad, en un bosque que rodea un lago el cual ahora mismo está frente a nosotros... -Lanzando una pequeña piedrecilla hacia el lago causo que el agua salpicara y por ende sonara, notando los ojos levemente más abiertos del menor.- Imagínalo como muchos árboles rodeando en un círculo imperfecto un lago repleto de peces y vegetación, acompañado de grandes rocas en varias partes cubiertas de moho verdoso, además de varios pájaros en las copas de los árboles que de repente vuelan sobre el agua.

-Me encanta... -A tientas busco la delgada mano de su hyung y, una vez la tuvo entre las suyas, la llevo a sus labios dejando un pequeño beso allí.- La tranquilidad de la naturaleza, el aroma de los árboles y el fresco aire que se produce por el agua... -Suspirando dirigió sus ojos hacia el mayor, haciendo sentir a este que lo observaba, poniéndolo inexplicablemente nervioso.- S-sentir tu aroma a mí a-alrededor... -Una pequeña y nerviosa risa abandono sus labios haciendo sonreír a Yoongi por la repentina timidez que albergo al menor.- Lo amo.

-Y yo te amo a ti, mi amor.

Luego de ese momento cargado de sentimientos se dispusieron a comer todo lo que Yoongi junto a su madre habían preparado para ese día, compartiendo la comida entre una amena conversación donde se contaban lo que esperaban del futuro, tema que varias veces había surgido entre ellos, siendo obvio el anhelo que ambos tenían de estar en el futuro del otro.

Ya sea terminar su último año de escuela juntos, empezar la universidad y posteriormente irse a vivir juntos, quizás incluso compartir un departamento con sus mejores amigos, todo eso querían hacerlo juntos. Y quien sabe, en un futuro un poco más lejano el poder casarse y comenzar a formar una familia.

Yoongi no lo admitiría en voz alta pero formar una familia con el omega era lo que más deseaba aun y cuando apenas tenía 18 años.

Cuando cayó la tarde y ya se habían terminado tanto la fruta como los sándwiches Jimin insinuó volver a casa, pues comenzaba a oscurecer y no quería que su hyung tuviera que manejar en la oscuridad.

-Está bien, pero primero... -Jimin se sentó con sus pierna entrecruzadas esperando a que el alfa terminara de hablar, solo consiguiendo el sonido de ropa siendo removida y los tirones de la manta debajo de él debido al movimiento.

Frunciendo su ceño estaba por preguntar qué pasaba pero el sonido característico de los huesos al tronar le hizo callar, ampliando sus ojos al creer saber que pasaba frente a él. Pero sus suposiciones fueron confirmadas en el momento en que Yoongi en forma de lobo choco su nariz en su regordeta mejilla, humedeciéndola.

-¿Hyung? –El gran lobo negro gruño en afirmación, continuando con su toqueteo en la mejilla del menor, empujándolo levemente.- Uh... -Llevando sus manos algo dudoso al rostro del animal, comenzó a esparcir suaves caricias consiguiendo un nuevo gruñido pero este era de satisfacción.

Cambia...

Escucho en su cabeza, sabiendo que era su omega quien se comunicaba con él, entendiendo que tanto su omega como el lobo de su hyung querían tener su momento también, y la verdad eso lo emocionaba. Después del pequeño accidente en la playa no había vuelto a convivir en su forma lobuna y, volverlo a hacer con su novio, lo emocionaba demasiado.

Así que sin esperar comenzó a despojarse de su ropa, quedando únicamente en ropa interior pero, luego de pensarlo bien, se la quitó. Después de todo estaban completamente aislados en ese lugar y su alfa ya lo había visto desnudo antes.

Aun así no pudo evitar sonrojarse pero eso poco importo cuando, cerrando sus ojos hizo lo mismo que ese día en la playa. Se concentró en el lazo que compartía con su omega y, una vez lo pudo visualizar moviendo la cola emocionado por salir a la superficie, comenzó a cambiar.

Alfa y omega estaban juntos otra vez, frente a frente, y aunque solo el lobo negro pudiese ver a su pareja, no importaba, porque Jimin sabía que estaba ahí, que Yoongi estaba ahí para cuidarlo y amarlo hasta que no pudiesen más.

Sintió en su forma animal como Yoongi se acercaba a él, olfateándolo y reconociéndolo, comenzando a marcarlo con su propio aroma mientras mordisqueaba las orejas del omega quien gruñía bajo, casi como un ronroneo, disfrutando de la atención de su pareja.

Pronto el lobo blanco se encontró echado en la suave manta, estirando su cuello para su alfa, recibiendo en este suaves lamidas y pequeños mordiscos que le hacían gimotear más que a gusto de estar allí, bajo el dominio de su alfa.

-¿Puedo? –Escucho en un bajo gruñido, sabiendo a que se refería el alfa cuando sintió como comenzaba a subirse sobre su cuerpo, aguantado todo su peso en sus cuatro patas para no aplastar el pequeño cuerpo del lobo blanco. El cual solo gimoteo en respuesta, inclinando más su cabeza y dejando completamente expuesto su cuello.- ¿Jimin?

En su inconsciencia la parte racional, la parte humana del omega logro escuchar y entender que pasaba, sintiéndose más que feliz de saber que el alfa de su hyung pensara en él también para decidir si aceptaba su marca en su forma lobuna o no.

-Sí, alfa, márcame... -Suave, así se escuchó la voz del omega en la cabeza del lobo negro quien, permitiendo que tanto humano como lobo compartieran conciencia, aulló feliz de tener el consentimiento de su pareja.

Sin más una fuerte y dolorosa mordida rompió la piel del cuello del omega, causando un sonoro alarido debido al sorpresivo dolor que le causo tal acción por parte del mayor y es que no pensó que al estar en su forma lobuna y sin la excitación del celo la marca sería tan dolorosa.

Pero eso no importaba, al fin portaba tanto en su forma lobuna como humana la marca de su alfa, de su novio, de su pareja de vida. Y aunque la marca en su forma humana no fuese permanente, sabía que en algún momento lo seria y eso lo llenaba de una felicidad inexplicable.

Sintiendo como el hocico del lobo se alejaba de su cuello comenzó a cambiar a su forma humana, llevando inmediatamente su mano hasta su cuello aun con los ojos cerrado, respirando agitadamente por la emoción y el dolor del momento. Bajo su tacto sintió la viscosidad de la sangre y la forma de los colmillos del lobo causándole una sonora carcajada de emoción.

-¿Duele? –Pregunto Yoongi ya en su forma humana y comenzando a vestirse, pasando su brazo por su boca, sintiendo la saliva y sangre mezclada en su mentón.- Jimin... -Acercándose al menor lo tomo por el rostro, ignorando su desnudes.- ¿Puedes... Puedes ver? –Pregunto recordando la conversación que hace tiempo atrás había tenido con el rubio, donde este le decía que su doctor creía que, realizando la marca tanto en su forma humana como en su forma lobuna, volvería a ver.

Recordando esa situación Jimin abrió los ojos esperanzado y con una gran sonrisa adornando sus labios, sonrisa que poco a poco comenzó a desvanecerse asustando al mayor. Pero el miedo pasó a preocupación en el momento que gruesas lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas del omega junto a desgarradores sollozos que causaban que su alfa quisiera salir nuevamente para consolarlo.

-¿Jimin...? ¡AH! –Un fuerte dolor en su pecho lo mando al suelo, cayendo de rodillas frente al menor quien a tientas buscaba su ropa sin dejar de llorar.- ¿Amor? ¿Qué...?.

-No debí... -Entre sollozos logro articular, colocándose su ropa interior con dificultad debido a los espasmos del llanto preocupando aún más al alfa quien comenzaba a llorar debido al dolor que en su pecho se formaba, mientras que su lobo aullaba en su interior de manera lastimera.

-Jimin ¿Qué d-dices? –Poniéndose de pie intento acercarse al menor quien terminaba de colocarse su playera y chaqueta. Al sentir la presencia del alfa cerca de él se alejó varios pasos aun estando descalzo, lastimándose los pies con las piedrecillas del lugar al ya no estar sobre la manta.- ¿Mi amor...?

-Lle-llevame a casa... -Viendo como el omega llevaba una de sus manos hasta la marca y fruncía su ceño, entendió la situación.

-Jimin, p-podemos hablarlo, solo... -Vio con desesperación como el rubio recogía a tientas sus zapatillas y se las calzaba, comenzando a caminar con cuidado por donde creía que debían volver. Rápidamente el alfa guardo todo lo que habían usado en el bolso a pesar del fuerte dolor que lo hacía doblegarse, se calzo sus zapatos y se puso su chaqueta, corriendo hacia el menor y, esperando este no se apartara, lo tomo de la manga de la chaqueta, jalándolo hacia donde debían ir.- Jiminnie...

-S-solo llévame a m-mi casa, Yoongi... -Sorbiendo la nariz bajo la cabeza, siendo jalado todo el camino hasta la motocicleta por el mayor, no pudiendo rehusarse al contacto porque simplemente no podía. Seguía siendo un omega ciego e inútil, o así lo pensaba él.

En todo el trayecto hacia casa del rubio Yoongi no pudo evitar llorar, teniendo que detenerse varias veces en mitad de la carretera porque las lágrimas no le permitían ver, entristeciendose más cuando cada vez que aceleraba para adelantar algún auto, Jimin se abrazaba a su cintura para, una vez se estabilizara la velocidad, soltarlo y agarrarse de la parte trasera del asiento.

En ningún momento el lobo del mayor dejo de aullar, intentando en vano llamar la atención del omega pues Jimin, aislándose completamente, impedía que su contraparte lobuna saliera a flote, ignorando completamente los llamados del lobo de su novio.

Una hora de agonizante dolor después al fin habían llegado a la casa del menor donde este sin esperar la ayuda de Yoongi se bajó de la moto, tropezando y cayendo estrepitosamente, soltando un quejido que asusto al pelinegro pero cuando este se bajó intentando ayudarlo, para su dolorosa sorpresa Jimin se colocó de pie dándole un empujón, aguantando las ganas de llorar.

-A-adiós, Yoongi.

Sin más entro a su casa trastabillando varias veces en el camino a la puerta, desde donde salió su madre al escuchar a su hijo correr por las escaleras hacia su habitación, y estaba por cerrar la puerta si no hubiera escuchado los sollozos del alfa mientras se subía a la moto.

-¿Yoongi? ¡Mi niño! ¡¿Qué pasa?! -Corriendo hacia el menor lo envolvió en un cálido abrazo de madre, quitándole el casco de paso para poder ver su rostro.- Pequeño, ¿Qué...?

-M-me rechazo... -Sollozando desgarradoramente se abrazó a la omega, no pudiendo evitar el grito que soltó siendo amortiguado en el hombro de esta. Yoora sin poder evitarlo comenzó a dejar suaves caricias en la espalda del alfa y besos en su cabello.- J-Jimin, mi J-Jimin, no... No quiere... No quiso... -Sorbiendo su nariz y separándose de la mujer la observo a los ojos, frunciendo su nariz al querer sollozar otra vez.- No pudo v-ver y solo... Él solo... Me rechazo...

-¿A qué te refieres, cariño? -Alejando al menor de su cuerpo lo tomo de los hombros, intentando ver su rostro.

-L-lo marque como lobos y... -Sollozando cubrió su rostro, negando una y otra vez.- Rechazo... Rechazo mi m-marca.











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