「11」
Era lunes temprano en la mañana y aun llovía, Jimin había faltado ese día a clases, aun cuando estaban con muchos exámenes y trabajos su madre había decidido llevarlo al medico cuanto antes.
Yoongi se había despertado mucho más temprano que él, yéndose a su casa para preguntarle a su madre si podía acompañar al omega, teniendo a este nervioso. En verdad necesitaba la compañía del mayor, sentir su aroma a café y lluvia lo relajaría, como también ser abrazado lo haría sentir protegido.
Y es que en ese momento mientras escuchaba a su madre pasearse por toda la casa, desprendiendo ese aroma a nerviosismo y miedo, lo ponía tenso, siendo incapaz de hacer otra cosa que no fuera morder la uña de su dedo pulgar.
De repente el característico timbre de su celular avisando de una llamada lo exalto, prácticamente lanzándose sobre este que se encontraba sobre la mesa de centro para atender.
-¿A-aló? -Musitó despacio, escuchando a su madre caminar hasta él para sentarse a su lado.
-Jiminnie, es Yoongi. -Saludo el alfa riendo al escuchar el suspiro del rubio.- Tengo malas noticias, cachorro.
-¿Qué paso, hyung?
-Mamá no me dejo, dijo que no podía perderme el examen de literatura... -Fue turno de Jimin para reír al escuchar los gruñidos disconformes del alfa.- ¿Cómo hiciste para eximirte?
-Yo lo di antes de manera oral, por eso. -Extrañado por el repentino golpe que se escucho seguido de una maldición, frunció su ceño, preocupado por el pelinegro.- ¿Hyung?
-Si te digo que pensé mal ¿te enojas?
-¡Y-Yoongi hyung! -Avergonzado cubrió su rostro, sintiendo como el sonrojo invadía sus mejillas, empeorando al escuchar la gruesa risa del alfa.- ¡Es un tonto!
-¿Osas llamar tonto a tu alfa, cachorro? -Riendo por el tono indignado del mayor, musitó un suave "Si" en respuesta.- Ya te enseñare a respetarme, omega mal educado.
-Es un dramático, hyung.
-¿Estas listo, bebé? -Yoora quien estaba a su lado sonrió en cuanto el omega asintió, colocándose de pie y yendo hacia su bolso, donde comenzó a buscar las llaves de su auto.- Dile a Yoongi si quiere venir a almorzar luego.
-Mamá dice si quiere almorzar con nosotros.
-Claro, deja y le aviso a la mía. -Nuevamente se escucharon las típicas maldiciones por parte de Yoongi cuando la campana de la escuela sonó.- Te voy a extrañar hoy, Jiminnie. -Dijo después de un rato, sonriendo encantado al escuchar la suave risa del rubio.
-Pero nos veremos en la tarde, hyung. -Él también lo iba a extrañar, pero le daba demasiada vergüenza decirlo así como así.
Sintió el suave tacto de su madre en su mano libre, colocándose de pie y siguiéndola aun siendo sostenido por ella. Pronto estuvieron fuera de la casa, encogiéndose entre su gran abrigo por el frío que se sentía a esas horas de la mañana.
-¿Y? Aun asi te extrañare aquí. -Insistió el alfa, mientras risas se escuchaban de fondo las cuales Jimin pudo reconocer rápidamente.
-¡Que cursi eres!
-¡Cállate, negro! -Y ahí estaban los típicos gruñidos del alfa.
-¡Kyungsoo! ¡Me dijo negro!
-Por metido te pasa.
Entre risas subió al auto, dejando que su madre le pusiera el cinturón de seguridad, cerrando la puerta posteriormente para así ir ella hacia la parte del conductor con Jimin de copiloto.
-Bueno hyung, ahora mismo estoy en el auto con mamá.
-Entonces te dejo tranquilo, acaba de llegar la profesora de artes. -Hablo en tono bajo, casi susurrando.- Saluda a mi suegra ¿ya?
-Le diré a mamá que la llamaste así.
-Tsk, ella me ama. -Alardeo el pelinegro con fanfarronería.- Cualquier cosa me llamas, cachorro. Recuerda que en el número tres esta agendado mi contacto.
-Lo se, Yoonie, no te preocupes tanto...
-Me llamaste Yoonie... -Murmuró el alfa enternecido haciendo sonrojar a Jimin. Pero antes de que alguno de los dos pudiera decir otra cosa, la gruñona voz de la profesora de artes los interrumpió.
-¡Señor Min! ¡Corte ese teléfono ahora!
-Hablamos mas tarde, hyung.
-¿Qué? No ¡no cort-
Risueño guardo su celular en el bolsillo de su pantalón, escuchando a su mamá reír a su lado lo que lo hizo voltear, esperando que hablara.
-¿Qué te decía Yoongi? -Pregunto curiosa mirando de reojo a su hijo.
-Que su madre no lo dejo por el examen de literatura, también que me extrañaba y le mando saludos a su "suegra". -Ambos rieron divertidos por lo último, en especial Yoora.
Ese chico en verdad se había ganado su confianza en esos meses, como también el corazón de su hijo viéndolo con los constantes sonrojos de éste, o las risas a mitad de la noche causadas por las llamadas que mantenían hasta tarde.
Hace mucho que había querido ver a su cachorro feliz, de verlo comportarse como un chico normal de su edad, y junto a Yoongi lo había conseguido. Admitía que aun estaba reacia a dejarlo salir con el pelinegro, pero al ver al alfa yendo a buscar muy temprano en la mañana a su hijo, quedándose a desayunar varias veces con ellos, se convencía sobre el sincero cariño que ambos se tenían.
Aunque después de lo sucedido ayer, dudaba que fuera simple cariño.
Media hora más tarde se encontraban sentados frente al escritorio del doctor Wang, esperando por este quien buscaba el folder con los datos de Jimin, después de todo hace años que no veía al chico.
-Lamento la tardanza. -Se excuso en cuanto entro a su oficina y consultorio, dejando una carpeta sobre su escritorio para posteriormente sentarse detrás de este.- Buenos días, Yoora, Jimin.
-Buenos días, doctor. -Musitaron ambos haciendo sonreír al mayor.
Estuvieron unos minutos en silencio en cuanto el hombre de ya avanzada edad revisaba la carpeta, sacando varios papeles ya inútiles e ingresando otros nuevos, teniendo en todo momento la atención de Jimin en los sonidos que provocaba.
-Bueno, Jimin ¿Podrías quitarte las gafas? -Algo reacio el omega se quito los lentes de sol, los que usualmente usaba cuando salía a la calle.
Él se aceptaba completamente, desde su dientecito torcido hasta sus blanquecinos ojos, jamás tuvo problemas con su autoestima pues no lograba verse para juzgarse a su mismo. Pero que otras personas vieran sus inservibles ojos, o hablaran de su cuerpo como lo habían hecho sus compañeras omegas, provocaba en él una enorme inseguridad por la cual prefería cubrir esas partes, como sus ojos.
Satisfecho el doctor se levantó y camino hasta quedar frente al chico, acuclillándose a su lado para tomar delicadamente su rostro y girarlo hacia él. Saco una pequeña linterna de su bolsillo guiándola hasta los ojos blanquecinos del rubio, comprobando sus reflejos, sorprendiéndose cuando sus dañadas pupilas tuvieron una pequeña reacción, contrayéndose levemente por la luz.
-Esto es... -Negó confundido, volviendo a guiar la luz hasta los ojos de Jimin, dejándola unos segundos más directo en su ojo derecho, viendo como este se alejaba de su tacto por la incomodidad que comenzó a sentir.-Vaya...
-¿Qué sucede, doctor? -Preocupada Yoora llamo su atención, viendo como el beta volvía a su asiento, comenzando a revisar papeles.- ¿Tiene algo malo mi hijo?
-Al contrario... -Dejando de lado la carpeta se centro en los omegas frente a él, sonriendo en dirección a Jimin aunque este no lo pudiera ver.- Las retinas de Jimin siguen igual de débiles y dañadas, pero extrañamente sus pupilas comienzan a tener cierta función, reacción y recepción. ¿Ocurrió algo para que esto sucediera?
Jimin se removió incomodo, comenzando a jugar con sus manos y el dobladillo de su camisa, llamando la atención de ambos adultos, aunque su madre ya sabia la razón de ese nerviosismo, sonriendo de manera divertida al ver a su pequeño de esa forma.
-¿Jimin? ¿Algo que debas decirme? -Insistió el beta con voz calmada.
-B-bueno... Ayer y-yo... -Respiro profundo intentando calmarse, sintiendo la necesidad de gimotear en ayuda, de llamar a su alfa aunque este no estuviera ahí.- Ayer p-pude ver por... Por unos segundos.
-¿Cómo paso eso, pequeño?
-Estaba con mi... Mi alfa... -Musitó nervioso y avergonzado, escuchando a su madre reír a su lado, lo que provoco que frunciera el ceño.- Mamá...
-Ayer Jimin estaba con su novio en su habitación, se estaban besando y por lo que me dijo el chico, ambos tenían sus lobos demasiado despiertos. -Explico mejor que su hijo viendo a este sonrojarse.- Entiendo que pase eso, son parejas destinadas, están demasiado conectados.
-¿Parejas destinadas? -Yoora asintió viendo al doctor sonreír ampliamente.- Nunca había escuchado de parejas destinadas tan jóvenes.
Los adultos continuaron hablando mientras Jimin se encogía en su silla cada vez que su madre decía algo para avergonzarlo. Ya no estaba nervioso, pero la vergüenza que su madre insistía en hacerle pasar lo estaba enfadando.
Después de un rato sintió una fuerte mano colocarse en su hombro, sorprendiéndose por la tranquilidad que ese suave gesto le provoco. Alzo su rostro en dirección al beta, haciendo un pequeño mohín cuando este despeino su cabello.
-Escucha Jimin, no quiero crearte falsas ilusiones, esto es solo una vaga suposición ¿esta bien? -Asintiendo puso toda su atención en la voz del hombre.- Es muy probable que fuera tu lobo quien estaba viendo ¿Entiendes? -Asintió algo dudoso, ladeando su cabeza para demostrar su confusión.- Según lo que me cuenta tu madre, ese chico afirmo que tus ojos eran de un fuerte celeste, no blancos como los veo yo ahora.
El omega volvió a asentir, dándole a entender al Doctor que lo escuchaba atento, intentando comprender lo que le decía de la mejor manera, pues si en algún momento volvería a ver, quería saber que debía hacer para que esto pasara.
-Hace un tiempo llego a mi consulta un chico que era sordo, producto de un accidente. -Continuo hablando el hombre de manera calmada, aun cerca del rubio.- Hice todo lo posible por ayudarlo pero fue en vano. Un día llego nuevamente a verme y ¿con que me encontré? -Jimin expectante frunció su ceño esperando que continuara.- El chico podía escuchar perfectamente, le pregunte como había pasado, y lo único que me dijo fue: "Volví a mi forma animal, el hizo todo."
-¿Quiere decir que Jimin debe volver a su forma animal para poder ver? -Pregunto Yoora demasiado confundida.
-Solo es una suposición. -Recalcó.- Pero hay un pequeño detalle de todo esto que les conté.
-Creo saber que es. -Musitó Jimin extrañamente serio.- Para que eso funcione debe ser junto a mi alfa ¿No? -El doctor asintió aun cuando Jimin no podía verlo, pero no fue necesario para continuar hablando.- Y mi alfa debe marcarme tanto en nuestra forma humana como animal ¿verdad?
-Así es ¿Cómo lo sabias? -Pregunto en verdad curioso el beta, notando como la madre del omega estaba igual que él.
Jimin suspiro sacando su celular cuando este vibro, sabiendo que se trataba de Yoongi por el divertido timbre que le había colocado. A pesar de sus ganas de hablar con él le colgo, volteando hacia el doctor y volviendo a suspirar.
-Porque conozco a ese chico.
Alrededor de las dos de la tarde Yoongi llego a casa de su novio, aun vistiendo el uniforme de la escuela, su mochila en los hombros y dos cuadernos en sus manos, cortesía de Kyungsoo.
Como Jimin no había ido a clases y ese día tenían el taller de canto y el de arte, el mayor como hyung responsable se dedico de escribir todo lo que habían pasado en esa clase, como también de grabar en la clase de canto lo más importante. Mientras que Jongin al estar en la clase de artes hizo lo mismo que su omega, anotar todo para que Jimin no se atrasara en esas materias.
Y ahora era Yoongi quien llevaba esas cosas y quien le ayudaría leyéndole como también lo ayudaría con las materias que ese día debían compartir.
Arreglándose un poco su desordenado cabello y aflojando la corbata que parecía ahorcarlo, golpeó la puerta de manera suave, jugando con los espirales de los cuadernos mientras esperaba que la puerta fuera abierta.
Esperaba pacientemente que fuera su novio a recibirlo, pero en cambio el chico de imponente figura que se presento frente a él lo hizo gruñir.
¿Quién era ese alfa y que hacia en casa de Jimin?
-¿Quién eres? -Pregunto el chico con desconfianza recargándose en el marco de la puerta, frunciendo su nariz al sentir el aroma de Yoongi.
-Eso debería preguntarlo yo... -Gruñendo en defensa intento ver dentro de la casa, pero el alto cuerpo del chico se lo impidió.- ¿Qué haces en la casa de mi omega?
Como si el chico acabará de entender la situación, abrió sus ojos sorprendido, haciéndose a un lado para dejar ver un lindo chico de ojitos curiosos caminar hacia ellos, al llegar junto a los alfas se abrazo al costado del alto pelinegro quien comenzó a acariciar la cintura del chico castaño.
-Cariño ¿Puedes ir por Jimin? -Algo confundido Yoongi vio como el alfa hacia pequeñas señas con una de sus manos al hablar, mientras que el omega lo observaba de hito en hito.
-Esta bien...
Ahora si no entendía nada ¿Quiénes eran esos chicos y que hacían en casa de su novio?
-Lo siento, pasa. -Haciéndose nuevamente a un lado dejo que Yoongi entrara, cerrando la puerta detrás de él para seguir al bajo pelinegro quien aun desconfiado dejo los cuadernos sobre la mesa de centro para sentarse en una de los sofás, dejando su mochila en el suelo.
El alto chico se sentó frente a él, sonriendo amistosamente lo cual relajo de alguna forma al más bajo quien solo se cruzo de brazos acomodándose en el mueble, esperando por los dos omegas que seguían arriba, lo sabia por las risas que lograba escuchar.
-Mi nombre es Minho. -Se presento el chico frente a él estirando su mano la cual fue inmediatamente estrechada por Yoongi.
-Min Yoongi, un gusto. -Con un ultimo apretón se soltaron, girando hacia las escaleras cuando se escucharon risas cada vez más cerca.
Con cuidado Jimin bajaba las escaleras siendo ayudado por el otro omega quien lo sujetaba firmemente de la cintura, ocasionando que suaves risas escaparan del rubio por las cosquillas que aquello le causaba. Al llegar abajo fue Yoongi quien se acerco al menor, siendo inmediatamente abrazo por este a lo que no se negó estrechando entre sus brazos a su novio, dejando un pequeño beso en su mejilla que lo hizo sonrojar.
-Hola, bebé. -Tiernamente el pálido tomo el rostro del rubio besando esta vez sus abultados labios, haciendo reír al chico.
-Ho-hola, hyung. -Nervioso por la mirada que seguramente los otros dos en la sala tenían en ellos, se separo del mayor, tomando su mano y haciéndolo girar para que quedara frente a sus amigos.- Él es Yoongi, mi... Mi alfa... -Más que alegre el mencionado tomo la cintura del omega abrazándolo.- Hyung, ellos son Minho y Taemin, amigos de hace mucho.
-Vamos Jimin, solo han pasado siete años desde la ultima vez que te visitamos.
-Y en ese tiempo aun eras sordo. -El lindo castaño sonrió avergonzado aun cuando su amigo no lo veía.
-Esperen... ¿Cuántos años tienen? -Pregunto Yoongi refiriéndose a la pareja en el sofá.
-Pronto cumpliré 28. -Musitó Taemin acariciando las manos de su alfa.- Y Minho cumplirá 32.
-¿Y de donde se conocen? -Si, estaba muy curioso, pero le seguía pareciendo raro que chicos tan mayores fueran amigos de Jimin.
-Nos conocemos por el tío de Jiminnie. -Fue Minho quien contesto.- Chanyeol es un gran amigo nuestro y siempre nos negamos a que Jimin nos llamara "Tíos ".
Bien, seguía sin entender pero Jimin estaba cómodo así que él también lo estaría. Sin mas juntos se sentaron frente a los mayores quienes entusiasmados comenzaron a hablar con su lindo rubio, quien estaba igual de emocionado queriendo saber todo lo que sus mayores habían hecho en esos años que no supo de ellos.
Mientras tanto Yoongi escuchaba desinteresadamente la conversación que mantenían, sacando de vez en cuando su celular para hablar con Hoseok. También, como una pequeña travesura le sacaba fotos a Jimin, acción notada solamente por el otro alfa que aguantaba las ganas de reír, compartiendo sonrisas cómplices con el chico.
Estaba tan ensimismado viendo las fotos que le había sacado a su novio que, cuando el aroma a frutas de este llego a su nariz se puso alerta de inmediato, asustando a Minho que al igual que él había comenzado a ignorar a los omegas, o más bien la platica que mantenían.
Noto como la nariz del alfa más pequeño se arrugaba, olfateando el aire con notable incomodidad, o mejor dicho preocupación que él también comenzó a sentir cuando el dulce aroma del omega menor cruzo por su nariz.
Intentando ser lo más disimulado posible Yoongi se recargo en el respaldo del sofá, acercándose lo suficiente al rubio como para sentir el fuerte aroma a feromonas que había comenzado a liberar de manera inconsciente, provocando que su lobo se removiera inquieto.
-Ahm... Jiminnie... -Sonriente su novio se volteo, comenzando a desvanecerse esa linda sonrisa al sentir el aroma a nervios del mayor.- Sabes que te quiero mucho y quiero tu bien siempre ¿verdad?
-S-si... -Preocupado intento tomar la mano del pelinegro, sintiendo una fuerte presión en su pecho cuando Yoongi se alejo.- ¿H-hyung?
-¿Tienes supresores? -Confundido por la pregunta negó despacio, intentando nuevamente a tientas buscar la mano del alfa, siendo nuevamente evitado.- ¿Neutralizadores de olor? -Otra vez negó sintiéndose cada vez peor.- ¿Ni siquiera en té?
-No, hyung, no tengo nada de eso. -Molesto se cruzo de brazos viéndose demasiado tierno a ojos de los mayores, pero sabían que no era momento de distraerse con la ternura del menor.
-¿Por qué? -Aguantando la risa que el adorable gruñido del rubio le causo, pregunto curioso, pues el dulce aroma del omega comenzaba a marearlo.
-Porque para eso esta usted ¿no?
La escandalosa risa de Minho avergonzó a la pareja frente a ellos, en especial a Jimin quién al darse cuenta de sus palabras rápidamente se puso de pie y, ayudándose de la pared se fue a la cocina donde se quedo varios minutos, aun escuchando la risa del mayor de todos allí.
Taemin, a comparación de su alfa, cubría su boca intentando ser lo mas comprensible posible con el pequeño alfa quien no cabía de la vergüenza, quedándose de brazos cruzados y haciendo un berrinche demasiado adorable para un alfa.
-Ve con Jimin. -Su dulce voz llamo la atención de Yoongi quien no pudo evitar sonreírle.- Nosotros ya nos vamos ¿si?
-Esta bien. -Cortésmente los acompañó a la puerta, prometiendo despedirlos del menor cuando se le pasara la rabieta que estaba teniendo en la cocina.- Vayan con cuidado.
-Tu ten cuidado con esa bola de ternura. -Se burlo Minho recibiendo un empujón de Yoongi seguido de sus risas.- Hasta luego YoonYoon. -Lo apodo el mayor recibiendo una mueca por parte del pelinegro.
-Hasta luego Minho-ssi, Taemin-ssi.
Con un suspiro cerro la puerta, dándose la vuelta para seguir el fuerte aroma de su omega, sintiéndose impaciente por la fuerte tristeza que sentía en este. A veces le gustaría no sentir con el simple aroma del menor sus emociones, luego recordaba que era una característica esencial al ser destinados y esa idea se le iba de la cabeza. Después de todo lo mejor que le pudo haber pasado era tener a tan lindo chico como pareja de vida.
En silencio ingreso a la cocina, viendo a Jimin sentado en la mesa que se encontraba dentro de la habitación, con sus brazos sobre esta y el rostro escondido en el hueco que dejaban sus brazos.
De un momento a otro su lobo desesperado comenzo a rasgar sus entrañas, pidiéndole entre lloriqueos que consolara al entristecido omega.
-Cachorro... -Musitó bajo, de un modo suave, evitando a toda costa alterar aun más el estado del menor. Al ver que este no respondía se acuclillo a su lado y con la misma suavidad con la que hablaba, acaricio su espalda.- Jiminnie...
-V-vete... -Con la voz congestionada logro hablar, haciendo sentir aun peor al alfa al darse cuenta que estaba llorando.
-¿Quieres que me vaya? -Un pequeño asentimiento fue toda la después que recibió.- ¿En serio quieres eso? -Nuevamente asintió.- ¿No quieres darme un abrazo mejor?
Y como si estuviera esperando esas palabras Jimin se volteo, rompiendo el corazón del alfa en cuanto dejo ver sus mejillas bañadas en lágrimas, un pequeño puchero en sus labios y sus ojitos rojos al igual que su nariz. Sumándole que extendía sus bracitos esperando por el mayor, era una imagen demasiado adorable y lastimosa a la vez.
Sin esperar más en la misma posición en la que estaba rodeo la delgada cintura del omega, hundiéndose en su pecho mientras Jimin escondía su rostro en el esponjoso cabello del mayor. Pequeños sollozos escapaban de la garganta de Jimin, mientras que Yoongi suavemente lo mecía, arrullándolo a la vez que pequeños "shh" salían de sus finos labios.
-H-Hyung m-me a-ale-jaba... -Aun lloriqueando Jimin hablo, queriendo golpear al mayor, pero en vez de eso aspiro su fuerte aroma a café para tranquilizarse.
-No lo hice con la intención de lastimarte, mi amor... -La forma tan íntima de llamarlo le hizo sonrojar, escondiendo aun más su carita en el cabello del alfa.- Sabes que jamás te haría daño.
-¿E-entonces? -Más calmado se separo del abrazo, claro que solo él, ya que Yoongi aun lo tenía bien sujeto de la cintura.- ¿Hyung?
-Ah... Estas entrando en celo, cachorro. -Nuevamente avergonzado bajo su cabecita intentando esconderse de la mirada del pelinegro quien no pudo evitar reír.- ¿No te diste cuenta?
-N-no... -Pensando un poco en todo lo transcurrido esa mañana se encogió de hombros, creyendo saber el porque de su celo.- Q-quizás el aroma de Minho hyung me afecto.
-¿Qué? -El gruñido acompañando a esa simple pregunta intimidaron al menor, encogiéndose entre los brazos del pálido.- Repítelo.
Pasando saliva levantó su rostro, moviendo sus ojitos hacia todas partes por lo nervioso que estaba. A pesar de no poder ver sabia que los ojos del alfa estaban fijos en él, aumentando sus nervios.
-Q-quizás el aroma d-de hyung m-me afec-¡AH!
El fuerte tirón en su cintura le hizo soltar un quejido por el susto, desvaneciendo este al sentir el aliento del mayor en su rostro, como también como rozaba peligrosamente sus labios, poniéndolo ansioso como también nervioso.
¿Miedo? Nunca, jamás le tendría miedo a Yoongi, pero si le intimidada la cercanía de sus rostros.
-El único aroma que te afectara es el mío. -Gruñendo furioso volvió a jalar al omega, sonriendo satisfecho al ver como inclinaba su cabeza hasta enseñar el lado izquierdo de su cuello, justo donde debería ir una marca. Su marca.- Eres mío.
-Alfa... -Toda su rabia se vino abajo al escuchar el suave llamado del omega, sintiendo sus piernas temblar se arrodillo nuevamente frente al menor, descansando su frente en el pecho de este.- ¿H-Hyung?
-L-lo siento... -Cerrando sus ojos con fuerza volvió a gruñir, lamiendo sus labios al sentir como sus colmillos sobresalían exigiendo morder algo.- D-debo irme ya. -Intentando levantarse se separo del menor, siendo jalado por este segundos después.- ¡Te puedo lastimar, suéltame!
-¡Hyung dijo que nunca me haría daño! -Grito preocupado poniéndose de pie cuando Yoongi lo hizo, abrazando la delgada cintura de este, escuchando como un grave gruñido brotaba de su pecho.- Y yo le creo a hyung.
Frustrado intento separarse del omega, pero con solo pensar eso un fuerte dolor le atravesó el pecho, seguido de un nuevo gruñido acompañado de un pequeño lloriqueo.
¡Mi omega! ¡MIO!
Claro, justo ahora debía aparecer su lobo a exigir lo obvio.
-En serio, Jimin, es mejor que-
-Que se quede en silencio y me siga. -Ordeno el rubio sorprendiendo al mayor quien sin más fue jalado fuera de la cocina y escaleras arriba.
Al darse cuenta de las intenciones de su novio comenzó a poner resistencia, intentando bajar las escaleras, agarrándose al pasamanos y tirando de Jimin hacía abajo. Sorprendentemente este se resistió igual o más que él, y para cuando se pudo dar cuenta ya estaba encerrado con el omega en la misma habitación.
Con el chico en celo, en una habitación y ambos sin supresores.
Esto... Es malo.
-¿En serio? -Susurro para si mismo, viendo a Jimin sentarse en su cama y palmear el lugar a su lado.- Jimin, estas en celo y mi lobo vuelto loco, en serio creo que es mejor que vuelva mañana.
-Usted mismo dijo, estoy en celo y no tengo supresores. -Haciendo un adorable puchero se dejo caer de espaldas a la cama.- Su aroma me calma.
-Justo ahora lo que menos hará mi aroma será calmarte.
-¿Por qué?
Rodando los ojos se acerco a la cama del rubio, sentándose a su lado para luego dejarse caer de espaldas igual que él, quedando ambos a la misma altura, de esa forma podrían acercarse sin problemas, aunque para Yoongi el estar cerca del omega estaba siendo todo un problema.
-Intenta olerme. -Musitó bajo queriendo que entendiera el porque no debían estar juntos en ese momento, suspirando rendido al escuchar como después de olerlo el menor jadeaba en sorpresa.- Así es.
-E-esta...
-No lo digas.
-P-pero usted...
-No.
-¡E-esta excitado!
Lo dijo. Se escuchó en lo más profundo de su cabeza junto a un gruñido de parte del lobo en su interior.
-Lo dijiste. -Sonrojado cubrió su rostro con ambas manos, avergonzándose al escuchar como su novio reía en una mezcla de nervios y diversión.- Eres un omega malo.
-Usted es un alfa tonto. -Apretó sus labios al escuchar el gutural gruñido del mayor, risueño por como se estaba comportando el alfa, siendo todo una nueva faceta a conocer.- Tonto y celoso. -Murmuró en un tono bajo, sabiendo que aun así seria escuchado.
-¡No estaba celoso! -Como si hubiera presionado un interruptor se sentó en la cama nuevamente furioso, mirando como poco a poco el rubio se iba arrastrando hasta quedar apoyado en el respaldo de la cama.- ¿crees que es muy lindo para un alfa que su omega insinúe que le atrae el aroma de otro alfa?
-Y-yo no dije eso.
-Eso diste a pensar.
En absoluto silencio se sentó en la cama, comenzando a gatear hasta Jimin y quedando nuevamente a centímetros de él, tal cual lo había hecho en la cocina, solo que esta vez estaba sobre su cuerpo, dejando completamente acorralado al menor.
Nervioso poso sus pequeñas manos en el pecho del alfa, gimiendo bajito al sentir las vibraciones del gruñido que lastimaba la garganta del pelinegro al intentar retenerlo para no asustarlo, pues se notaba por lo tenso de su cuerpo que ese gruñido seria aterrador.
Se sentía tan pequeño, tan vulnerable, que el único pensamiento en su cabeza era complacer al mayor, a su alfa, y lo único que se le ocurrió para hacerlo fue enseñarle su cuello en muestra de sumisión, sintiéndose derretir al escuchar el fuerte gruñido de Yoongi justo en esa sensible zona.
-Tan lindo... -Ahogando un gemido cubrió su boca con ambas manos, sintiendo su rostro arder por la suave caricia de la nariz de Yoongi en la curvatura de su cuello y hombro.- Tan dulce... -Otra caricia fue dejada seguida de un beso que hizo estremecer al cuerpo debajo de él.- Y tan mío.
La gutural y estimuladora voz de mando que el mayor emitía, erizaba para terminación nerviosa del omega, llevándolo a liberar su aroma con cada caricia que recibía, sintiéndose extraño pues esas sensaciones, ese nerviosismo, jamás lo había experimentado con nadie.
Con una delicadeza impropia del alfa, recorrió las caderas y cintura de Jimin, subiendo hasta su espalda, levantando esta levemente para poder abrazarlo, causando que el más bajo subiera sus bracitos hasta el cuello del pelinegro formando así un cálido abrazo que los hizo suspirar a ambos.
-Alfa... -La suave y aterciopelada voz del rubio tranquilizó al lobo de Yoongi, invitándolo a recostarse nuevamente en la cama, sin dejar de abrazar el cuerpo más pequeño, quedando ambos de costado, con sus piernas entrelazadas, respirando el dulce aroma del otro.
Las delgadas y grandes manos del pálido bajaron hasta la cintura del menor, jalándolo lo suficiente para que sus pechos quedaran juntos y sus rostros en el cuello del otro, de esa forma se sentían tan cálidos, tan queridos, anhelando nunca tener que separarse.
Suavemente Yoongi levanto su rostro, encontrándose de frente con el dulce chico que cada día, cada hora, minuto y segundo rondaba su cabeza, deseando tenerlo entre sus brazos cada noche a su lado, justo como debía ser.
La sonrisa más dulce surco sus labios, desvaneciéndose poco a poco al ver como el rostro de JiMin se mantenía igual, con la única diferencia del movimiento de sus ojos, "observando" de un lado a otro.
-Si tan solo pudieras ver... -Fue un pensamiento fugaz que inevitablemente escapo de sus labios.- Si tan solo... -Un tembloroso suspiro escapo de sus labios a la vez que cerraba fuertemente sus ojos y recargaba su frente en la ajena, sintiendo el ceño fruncido del menor.
-¿Si tan solo...? -Lo alentó Jimin con voz suave, sorprendiéndose al no titubear como lo habría hecho en cualquier otro momento, pues que la persona que quería mencionase una de las inseguridades más grandes que tenía, era aterrador.
Yoongi nuevamente suspiro, abriendo sus ojos y alzando una de sus manos hasta acariciar la tibia mejilla del omega, viéndolo recargarse en su tacto, como si necesitará esa suave caricia para no desmoronarse.
-Si tan solo fuera como en los sueños.
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