CAPÍTULO 37

YoonGi estaba en serios problemas, realmente estaba en muy muy malos problemas, había intentado contentar al menor desde la mañana en la que ocurrió ese pequeño incidente. Y es que YoonGi no tenía planeado encontrarse con un viejo amigo de las clases de AMM.
Tampoco se imagino que aquel chico lo abrazaba tan cómodamente e incluso sintiera que le estaba coqueteando, lo peor de todo es que JiMin presenció cada momento.

YoonGi no había tenido alguna otra intención con aquel chico de nombre Jaebeom, solo lo había saludado porque se vería muy descortés de su parte no hacerlo, pero claro que también le había presentado a JiMin como su esposo, y también le había dicho que estaban de luna de miel.

Pero eso pareció no interesarle al chico, por que al contrario, abrazo y coqueteó con YoonGi frente al menor.

Y desde la mañana, JiMin había estado muy distante.

Hoy era su último día en Bali, regresarían a Seoul mañana desde las seis de la mañana, y en casi todo el día no pudo estar con JiMin, por que el menor se encontraba huyendo de él y cuando ambos estaban juntos,  JiMin solo le respondía con un "si" o "no" a lo que le preguntaba.

YoonGi ya había incluso planeado algo. Algo como hablarle al oído, rodearlo de la cintura y dejar muchos besos desde su cuello hasta sus mejillas, pero no había funcionado. JiMin sólo lo había apartado de él y se había encerrado en el baño.

Y es que no estaba así por ver a Jaebeom coqueteando con él, sino por lo que escuchó que dijo.

"Creí que era alguien mejor"

Eso había escuchado salir de los labios de aquel chico, y no fue solo eso, si no la manera en la que lo dijo, esa manera tan descarada e insignificante que hizo sentir mal al rubio, volviendo a cuestionarse así mismo sobre si era suficiente para YoonGi.
Por que Jaebeom lo había dicho con la intención de dañarlo y JiMin se había dado cuenta por la rápida y hipócrita mirada que le había dado después de escanearlo de pies a cabeza.

JiMin no tenía un buen autoestima, y hasta cierto punto nunca le importaba lo que pensaran de él, pero le había dolido, le había dolido por que YoonGi había escuchado la manera en que Jaebeom había hablado de él y ni siquiera lo había defendido, no le había reclamado ni se había enojado.

Cuando en realidad el peli negro siempre creaba una pelea con cualquiera que lo ofendiera.

Podía ser llamado un tonto por sentirse mal por algo como eso, pero para él no era algo tonto, le había dolido por que ya llevaba mucho tiempo cuestionandose sobre si sería la persona ideal para casarse con YoonGi. Por que JiMin nunca se había sentido suficiente para alguien.

Y así como había veces en las que YoonGi lo llevaba hasta el cielo, también había veces en las que caía por lo suelos.

Esa tarde se había escabullido de la habitación y de la vista de YoonGi, quería relajarse un poco y dejar de pensar en eso, así que decidió ir al bar de la parte de abajo del hotel para distraer su mente y tal vez llorar un poco. YoonGi lo debía estar buscando en esos momentos, pero realmente deseaba estar sólo.

Sin embargo, sus planes se vieron afectados en cuánto minutos después de estar tomando una margarita, aquel chico que lo había saludado en recepción el primer día llegó a sentarse con él.

—¿Te molesta si me siento contigo?— preguntó tranquilamente. JiMin negó suavemente y dejó que se sentara, después de todo no tenía nada de malo, Bright pudo notar lo distraído que estaba JiMin, pues solo se dedicaba a ver un punto fijo completamente perdido —¿Estas bien?

JiMin elevó su mirada hasta toparse con la de aquel chico, hizo una mueca y asintió. Realmente no quería hablar con nadie, así que solo pudo hacerle señas mientras Bright hablaba de muchas

—Es un milagro encontrarte solo, siempre estás con aquel chico que da miedo— JiMin dibujo una leve sonrisa en sus labios, YoonGi no daba miedo, YoonGi era una ternura y le gustaba saber que era el único que tenía ese lado de él.

—Sí, quise estar solo unos minutos— respondió dándole un trago a su bebida. Bright lo analizó, iba a comenzar a lanzar insinuaciones y un poco de coqueteó al chico, pero cuando vio su expresión se dio cuenta que no era el mejor momento.

—¿Se pelearon?

JiMin lo miró rápidamente, negó sin decir nada más, su mirada se clavó en alguna parte de la mesa, para que el chico frente él no viera su mirada de tristeza. Pero era evidente el como se sentía en esos momentos, siempre estaba acompañado de YoonGi, cualquiera que lo viera ahora sabría que algo malo había pasado por que cada uno estaba por su lado.

—Uh, supongo que eso a mi no debe importarme...— JiMin rodó los ojos, bueno al menos se había dado cuenta de eso —Pero como no me gusta ver a las personas tristes en su luna de miel, sólo diré que, lo que sea que esté pasando deberías hablaro y no esconderte en un bar.

JiMin mordió su labio inferior al escuchar las palabras del chico, ¿realmente se estaba escondiendo como el cobarde que era? podía simplemente enfrentar todo y decirle a YoonGi lo que estaba pasando, el como se sentía con lo que Jaebeom había dicho y listo, no había necesidad de crear un drama en esos momentos. Pero realmente se había sentido mal, que no pudo evitar actuar así.

—Gracias...— JiMin dijo, mientras le sonreía sinceramente, pues ese chico extrañó le había dado un consejo que raramente seguiría.

Pero todo se complicó en ese mismo instante, cuando Bright dijo algún chiste que a JiMin le pareció tan pero tan tonto que terminó soltando en carcajadas y a lo que a la vista de YoonGi, se veía como si JiMin estuviera disfrutando estar con aquel chico en vez de estar con él, YoonGi llevaba todo el día buscando la manera de arreglar las cosas y estuvo buscando a JiMin en el momento en que se desapareció de la habitación, pero no creyó que su esposo estuviera muy cómodamente hablando con otro chico.

"No es nada, no pienses mal"

Pero se hartó en el momento en que JiMin soltó en más risas y con una de sus manitos golpeó levemente el brazo de aquel chico y lo acarició suavemente. Entonces YoonGi enloqueció, rápidamente pasó la puerta de entrada del bar y caminó hasta llegar a JiMin.

JiMin se dio cuenta en el momento en que YoonGi ya estaba por llegar a ellos y su semblante cambió rápidamente, agachó la vista en ese momento y esperó a escuchar a YoonGi reclamarle.

Pero eso no sucedió, YoonGi no había dicho nada más que tomar su mano fuertemente, JiMin frunció las cejas en forma de queja, pues el agarré en su muñeca se estaba volviendo muy fuerte y comenzaba a dolerle. Se deshizo de su agarré poniendo toda la fuerza de su parte, pero YoonGi volvió a sujetarlo esta vez de los hombros para arrastrarlo con ambas manos.

—Y-Yoongi... sueltame— pidió JiMin en casi un susurro, el agarré de YoonGi comenzaba a ser muy fuerte.

—Tenemos que hablar.

—No, no tenemos nada de que hablar— contestó rápidamente JiMin mientras se sacudía entre los brazos del mayor para ser liberado.

—Sí, si tenemos— habló el peli negro y cuando JiMin soltó un quejido se dio cuenta de lo que estaba haciendo, lo soltó rápidamente haciendo que JiMin se alejará de él, y eso le asustó, se supone que no debía ser así, JiMin se alejó de él  a una distancia considerable, como temiendo a ser tratado de nuevo así.

Y antes de que JiMin se volviera a quejar de algo más o de su comportamiento tan brusco, tomó su mano y entrelazó sus dedos de una manera rápida y suave, algo que pudo desconcertar al rubio y fue cuando aprovechó para jalarlo de la mano y llevarlo fuera de aquel bar.



[🐥]



JiMin entró en aquella habitación completamente irritado, la noche comenzaba a caer y ellos tenían que comenzar a hacer sus maletas. Pero YoonGi no iba a dejar que su última noche en su luna de miel se la pasaran peleando.

Así que con sumo cuidado se acercó hasta JiMin, temiendo de que tal vez aquel chico le gritará fuertemente a la cara, sus manos fueron a cada lado de las caderas de JiMin y las acarició suavemente logrando sacarle un suspiró al menor, JiMin se dejó hacer, se dejó tocar por las manos de YoonGi y trató de relajar su mente y no perder la cordura.
Sintió como el peli negro comenzó a dejar besos en su nuca y escondió su nariz en ese mismo lugar.

—¿Podemos hablar? Por favor — la voz de YoonGi retumbó contra su nuca haciendo que su piel se herizara, JiMin asintió aún sin ver al mayor a la cara.

Entonces YoonGi lo giró lentamente hasta poder tenerlo frente a él, sin mucho esfuerzo lo alzó entre sus brazos hasta hacer que JiMin enredara sus piernas en su cintura y pasará sus brazos por su cuello.
Pudo percibir la mirada llena de tristeza y una cierta incomodidad en JiMin, así que sin más se sentó en la cama con JiMin encima de él.

—¿Puedes por favor decirme que esta pasando?— habló el mayor mientras apretaba el agarré en la cintura del rubio, JiMin no hizo nada más que bajar la cabeza.

—N-nada...

Su voz salió tan temblorosa que decidió que no diría nada más, por que estaba seguro de que si decía otra cosa rompería en llanto, se sentía tan estúpido en esos momentos, se sentía como un niño pequeño haciendo un berrinche innecesario, se sentía tan tonto por haber hecho un drama de algo tan barato.

YoonGi entonces quitó una de sus manos de la delgada cintura del menor y con está misma alzó su mentón para hacer que lo viera a los ojos. Entonces notó las lágrimas de JiMin queriendo salir de sus ojitos y la mirada llena de desesperación, y se sintió un estúpido por haber actuado así con él.

Sin poder evitarlo, ambos se abrazaron rápidamente, YoonGi tratando de hacer sentir mejor a JiMin y JiMin tratando de controlar sus emociones, se permitió soltar las lágrimas que estuvo reteniendo desde la mañana. Había huido en vez de hablar con YoonGi sobre lo que le pasaba, y no debió haber hecho eso.

YoonGi pasó una de sus manos desde la espalda de JiMin hasta sus caderas, acariciandolo suavemente mientras escuchaba a su esposo llorar. Comenzaba a sentir su playera mojada y no le molestaba en absoluto, sólo se dispuso a consolar a JiMin mientras él quisiera llorar.
Le prestaría su hombro las horas que quisiera.

JiMin se dejó acariciar por YoonGi, dejó que sus lágrimas salieran de sus ojos. Y se dio cuenta de lo débil que YoonGi lo hacia, por que él no era así, antes no lloraba por nadie, no se sentía mal por nadie, tampoco si las personas hablaban de él, él siempre se mostraba fuerte ante las personas. Pero ahora todo era diferente, en esos momentos recordó la vez que lloró tanto por YoonGi, tanto que no fue a la escuela en toda una semana.

Por ahí dicen que el amor solo vuelve débil a las personas y JiMin lo había comprobado, por que se había dado cuenta de que ahora cualquier mínima cosa, lo hacía sentirse mal si se trataba de YoonGi.

Pero no podía evitarlo, ya estaba completamente enamorado de YoonGi.

—P-perdón, no debí...

—Shhh, tranquilo amor— susurro YoonGi mientras lo seguía acariciando —Ya no importa.

—Sí, sí importa— dijo el menor mientras se apartaba solo unos centímetros de él, limpió sus mejillas llenas de lágrimas y también sus ojitos —Me comporte como un niño tonto, debí haber hablado contigo sobre lo que me pasaba, y-yo no...

—JiMin...

—No debí, no debí haberte evitado todo el día, y-yo tenía miedo, es que...

—JiMin...

—Es que él tiene razón, y-yo no soy suficiente para ti, yo nunca podría ser suficien...

YoonGi se desesperó y como último recurso, reforzó el agarré entre su cintura y lo atrajo a él para besarlo. El menor suspiró entre el beso, sintiendo como todo su cuerpo se relajaba en ese instante, ¿acaso esa era la magia que tenía YoonGi con sus besos? por que siempre que comenzaba a alterarse, YoonGi lo tranquilizaba de esa manera y siempre le ayudaba.

Se alejó sólo un poco, aún dejando que sus labios se rozaran fácilmente.

YoonGi volvió a dejar un casto beso en los labios abultados del rubio.

—Amor...— murmuró el mayor sobre sus labios —, tu eres exactamente todo lo que necesito, no necesitó de nadie más que tú, tú y sólo tú eres quien me hace sentir feliz, nunca te sientas insuficiente. Para mí nunca serás insuficiente.

—P-pero él dijo que...

—Es un idiota, importa una mierda lo que él haya dicho, eres tú quien lo tiene que entender.

—¿R-realmente lo creés?— preguntó haciendo un leve puchero. Comenzaba a sentirse de nuevo mejor, YoonGi era esa persona que lo hacía sentir mejor con cualquier cosa y comenzaba a sentir miedo por eso.

—Dios, Min JiMin. Eres perfecto, no me cansaré de repetirlo, puedo decirlo toda la vida si es necesario. Pero te juro, te juro que realmente tu eres todo lo que siempre quise, y lo sabes.

JiMin entonces sonrió, sonrió mostrando su hilera de dientitos y aquel pequeño dientito chueco, ¿cómo podía una persona hacer sentir tan bien a alguien con sus palabras? ¿acaso YoonGi venía de otro planeta? Y mientras JiMin se cuestionaba sobre eso, YoonGi solo podía pensar en lo perfecto que era ese chico.

Desde la primera vez que lo vio, supo que aquel niño de mejillas gorditas y labios esponjosos iba ser su perdición.

Entonces YoonGi lo recordó, recordó el como lo había lastimado hace unos instantes en el bar y sin pensarlo más, comenzó a quitar la playera del menor, JiMin se asustó en un segundo pero se tranquilizo cuando las manos del mayor tocaron su cintura desnuda, YoonGi elevó su toqué hasta los hombros del menor y ahí vio su piel y como sus dedos aún quedaban marcados en ese lugar.

YoonGi se sintió  mal.

Se acercó mucho más al menor y antes de que JiMin pudiera decir algo, dejó un beso en su hombro, sobre aquella huella que aún se alcanza a ver por la rudeza de sus dedos, JiMin se dejó ser besado por el pálido, sintió toda la piel de sus hombros ser tocados por los labios del mayor y se sintió tranquilo una vez más.

Sintió la mano del mayor tomar una de las suyas,  la elevó hasta la altura de sus labios y de nuevo beso su muñeca en aquel lugar en donde lo había agarrado fuertemente provocándole dolor.

—Lo siento, yo no debí tomarte así...

—Yoonie...— susurró sobre sus labios —Me has dejado marcas peores — dijo liberando una sonrisa de sus labios, YoonGi le devolvió la sonrisa un tanto avergonzado.

—Lo sé, pero esas marcas han sido hechas con amor, y en esos momentos yo actué bruscamente y no debí...

Esta vez JiMin fue quien lo calló con un beso, un beso nuevo, un beso con ganas de recibir más y más por todo su cuerpo. YoonGi recordó las inmensas veces en las que había dejado marcas en el cuerpo de JiMin, desde su cuello hasta sus piernas, a veces eran marcas muy pequeñas que no se alcanzan a ver, pero en cambio había veces en las que dejaba marcas por todo su pecho y espalda tan rojas que parecía que se había golpeado.

Pero YoonGi sería incapaz de ponerle una mano encima al rubio de esa manera.

Jamás se atrevería a lastimar a su pequeño esposo, por que como lo había dicho, JiMin era un tesoro que había prometido cuidar con su vida. Y eso es lo que haría.

Sintió al menor separarse a escasos centímetros de sus labios y lo escuchó susurrar:

—Puedes dejarme todas las marcas que quieras.

Mientras volvía a unir sus labios, esta vez con un deseó diferente, un deseó de ser poseído por YoonGi y dejar que el pálido marcará su cuerpo, dejar que sus manos lo corrieran de pies a cabeza y que lo tomará con tanto amor, como siempre lo hacía.

Las maletas podían esperar y el vuelo de regresó a Seoul también.  Pero ellos no, no podían esperar ni un segundo más. 

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