CAPÍTULO 14





JiMin sabía que estaba mal, muy mal, pero no podía quitarle la mirada de encima a ese chico de intercambio que le había hablado hace unos días atrás. Era atractivo, pero no sentía ni pensaba nada más de él.

Hasta cierto punto no lo dejaba de ver porque aquel chico tampoco le quitaba la mirada de encima y lograba intimidarlo.

Sin embargo una culpa enorme calló en sus hombros cuando aquel chico le sonrió coquetamente, él se paralizó en su lugar y sonrió tímidamente mientras escondía su rostro.

Taehyung lo notó.

—Jimin, cálmate — dijo su amigo firmemente.

—Estoy calmado— respondió el rubio mientras miraba a sus dos amigos.

—Tranquilo, nadie lo va a meter a la cárcel por mirar al chico de intercambio — dijo Jungkook a Taehyung quien enseguida lo fulminó enojado.

—Sabes a lo que me refiero— dijo Taehyung ignorando a Jungkook —Jimin, no pueden estarse mandando miraditas coquetas, ya tienes prometido.

Y la sonrisa de JiMin desapareció.

Era cierto, ahora tenía un Min YoonGi como prometido y futuro esposo. La culpa llegó a él inmediatamente,  no podía estarle sonriendo de esa manera a alguien más, principalmente porque esas sonrisitas tenían otro término.
Y él no era ningún infiel, él no quería ser tachado como un tonto que coqueteaba con alguien más teniendo ya un prometido.

—Tienes razón, no lo haré más — dijo Jimin mientras se acomodaba mejor en la silla —Maldita sea, viene para acá — dijo observando como aquel chico se dirigía hacía ellos con una gran sonrisa en su rostro.

—Hola – dijo saludando a los tres chicos pero con su vista en JiMin —Soy Jeon Wonwoo, quería venir a saludarlos.

—¿A nosotros o a JiMin?— preguntó Jungkook divertido.

JiMin lo miró mal y agacho su mirada tratando de no encontrarse con la de aquel chico. No, estaba mal lo que minutos antes estaba haciendo y tenía que parar. A él no le había gustado para nada el malentendido que había tenido con YoonGi hace dos días y no podía pagarle con la misma moneda.

—Bueno, si realmente — dijo sonriendo.

Taehyung lo miró mal mientras que Jungkook se divertía con aquella escena.

—Hola Jimin — saludó aquel chico sentándose justo frente a él.

—Ho...

—Jimin — su cuerpo se congeló al escuchar esa voz tan familiar para sus oídos, sintió como YoonGi se sentaba a su lado en aquella banca.

La sonrisa de Jungkook no podía ser mas grande por la divertida escena que se estaba formando, sin embargo Taehyung lo miraba mal por ver como estaba disfrutando de lo que podría ser una pelea.

—Hoy llega Dahyun, nos quiere ver en la tarde para arreglar lo de la boda— dijo un sonriente YoonGi. Los nervios de JiMin salieron a flote, olvidando por un segundo al chico que se encontraba ahí observándolos atentamente.

—E-eso está bien — dijo tímidamente.

—¿Boda? ¿vas a casarte?— preguntó curioso Wonwoo.

La atención de los cuatro chicos fueron hasta él, YoonGi frunció el ceño, no sabía quien era él y porque estaba ahí, pero pudo notar la intensa mirada que le daba aquel chico a JiMin. Algo molesto, rodeo con su brazo la cintura del menor, logrando ponerlo más nervioso.

—Si.

—¿Con él?– volvió a preguntar el chico apuntando con su dedo a  YoonGi.

—¿Tienes algún problema con eso? — preguntó YoonGi firmemente. Su voz comenzó a ponerse más molesta y eso todos lo notaron.

JiMin lo miró en forma de súplica, cosa que YoonGi no notó. Wonwoo sonrió divertido y lanzó un suspiró.

—Lo siento amigo, creí que estaba soltero.

—¿Y porqué creíste tremenda estupidez? — preguntó el pelinegro con una mirada de molestia.

—Bueno, porque hace unos minutos sentí que estábamos coqueteando— respondió dándole una mirada rápida al rubio que se cohibía cada vez más en su lugar —. Tu sabes, esas miradas que se lanza la gente cuando ves a alguien atractivo.

Jungkook solto en carcajadas llamando la atención de todos en la cafetería, Taehyung se molestó aún más y se levantó bruscamente de su asiento tomando a Jungkook del brazo y comenzar a llevárselo de ahí.

—En fin, creo que fue mi error— dijo Wonwoo —. No los molestó más — se levantó rápidamente de aquel lugar y se fue sin decir nada más pero con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—No hice nada malo, YoonGi te lo juró, solo lo miré es cierto, pero no tenía pensado nada más— explicó rápidamente JiMin, sintiendo los nervios a flor de piel mientras veía el rostro de seriedad de YoonGi.

Pero YoonGi no dijo nada, sólo se levantó de ahí y se fue.

YoonGi se sentía mal por dos cosas, uno; No le había hablado a JiMin en todo el día, y dos; se sentía decepcionado. El sabía que para JiMin era difícil aceptar su amor por él, que lo estaba intentando y que trataba de adaptarse lo más posible a su compromiso dándose una oportunidad, pero en estos momentos YoonGi no estaba seguro de esto.

Él estaba intentando ganar el corazón de Jimin, había dejado de ser una persona cien por ciento fría a todo un risueño y solo para que JiMin se sintiera a gusto.

¿Acaso no era lo suficiente para JiMin?

Sabía que no debía hacer un drama sobre algo tan tonto como eso, pero no podía evitarlo, que alguien más apareciera como si nada y se llevara las miradas y sonrisas del menor sin esfuerzo alguno era injusto y doloroso para él. Principalmente porque estaba tratando de luchar por esas sonrisas y miradas.

Estaba tratando de conseguir su amor.

Tal vez, no era buena idea seguir con todo esto.

La tarde había llegado, se reunieron con Dahyun una amiga de su mamá quien era organizadora de eventos y su familia la había contratado para la boda de ambos chicos. Así que ahí estaban, ambos chicos se encontraban en aquel salón en donde sería su gran boda, aunque Jimin quisiera algo sencillo sabía muy bien que su familia no lo aceptaría así.

JiMin tenía esperanzas de que en ese encuentro YoonGi y él hablaran, pero no fue así. A pesar de que estuvieron juntos todo el rato, YoonGi ni siquiera lo miró y cuando él intentaba hablarle no lo hacía caso. JiMin se sentía culpable, demasiado culpable.

Quería hacer algo para arreglarlo.

—Bien chicos, entonces los vere dentro de dos meses para terminar estos asuntos ¿de acuerdo?— dijo Dahyun dándoles una gran sonrisa a ambos.

—Muchas gracias Dahyun— dijo YoonGi despidiéndose con un apretón de manos.

—Adiós Dahyung— Respondió Jimin felizmente, aquella chica se fue de ahí dejándolos completamente solos.

YoonGi rascó su cabeza y sacó su celular mandándole un mensaje a Hoseok, sin embargo, cuando estaba escribiendo el mensaje una llamada apareció.
Suspiró y contestó rápidamente alejándose de JiMin.

El menor lo observó mientras se alejaba y la tristeza volvió a invadirlo. No podía   simplemente no sentirse mal, él sabía que había hecho algo malo, y la manera en la que lo dijo Wonwoo delante de YoonGi había sonado muy feo.

Suspiró triste y decidió sentarse en una de las sillas del salón. Jugo con sus manos un rato más mientras pensaba que iba a hacer para remediar eso, hasta que sintió un toqué en su hombro, volteó rápidamente encontrándose con YoonGi.

—Te llevaré a tu casa— dijo firmemente.

JiMin se emocionó, al menos le había hablado. Asintió feliz y se levantó rápidamente siguiendo los pasos de YoonGi, aún tenía que hablar con él y arreglar sus problemas. Cuando ambos estuvieron en el auto de YoonGi que esta vez había decidido traer el mayor, el silencio los inundó y fue cortado por JiMin.

—Hyung...

—¿Mmh?

Fue todo lo que dijo YoonGi.

—Y-yo... quería disculparme con usted, no fue correcto de mi parte actuar así, entonces de verdad, lo sien...

—¿Puedo preguntarte algo?— dijo YoonGi cortando su disculpa.

JiMin tembló en su lugar, asintió rápidamente mientras veía como YoonGi conducía casi llegando a su casa.

—¿Tu quieres esto? — dijo YoonGi, la pregunta lo tomó por sorpresa —Me refiero, ¿a que si deseas la boda o aún te sientes obligado a casarte conmigo?

Pero JiMin no contestó, no porque tuviera dudas, sino por el hecho de que YoonGi le estaba preguntado algo como eso, le hacía pensar que YoonGi se estaba arrepintiendo de su compromiso. ¿De verdad quería terminar con él?

—Eso creí — volvió a decir YoonGi mientras estacionaba su auto fuera de la casa de JiMin —Te veré mañana.

—Y-YoonGi...

—No hace falta que digas nada, lo comprendo, no debí obligarte— dijo el mayor mientras se inclinaba para abrir la puerta del lado de JiMin —Quiero ir a casa y descansar, puedes hacer lo mismo.

Y JiMin sintió algo quebrarse en él.

—Hyung...— su voz se cortó, quería decirle que no, que no lo estaba obligando y que realmente quería casarse con él.

—Adiós JiMin.





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top