CAPÍTULO 01

Eran las 6:30 de la mañana, JiMin como buen hijo que era se preparaba para ir a sus clases, nunca necesito de una alarma para levantarse, era algo que hacía por instinto. A sus dieciocho años ya tenía una vida organizada, no necesitaba que nadie lo guiará, era una buena persona, muy bondadoso y buen amigo, su padre era un gran CEO y estaba acostumbrado a su buena vida.

Sin embargo, JiMin nunca fue un niño mimado, a veces quería experimentar cómo se sentiría trabajar por tus propios méritos.

—Hoy será un gran día— Canturreo emocionada su hermana menor, la pequeña Park Geunmi —¡Hoy habrá una gran fiesta! ¿lo sabías?

JiMin sonrió feliz.

—Si pequeña, llevas recordándoles desde la semana pasada.

Geunmi soltó unas risitas traviesas escondiéndose bajo la manga de su suéter.

—Mami dijo que bajaramos a almorzar, llegaremos tarde a la escuela. — Dijo de nuevo la menor y jaló con sus pequeñas manitas a su hermano.

Cuando bajaron las escaleras para sentarse en aquel comedor vio a la encargada de la cocina poniendo su desayuno.

—Buenos días señora Go. — Saludó con educación el mayor.

—Buenos días corazones, sus desayunos ya están

Antes de que alguno pudiera responder, su madre entró por la puerta gritando hacia él.

—¡Hijo!— Escuchó a su madre entrar en la cocina —. Hoy debes ir con Taemin a traer tu traje, no debes olvidar recogerlo después de clases.

—¿Un traje? ¿pediste otro?— preguntó.

—Así es,  para la gran fiesta de hoy — chilló emocionada su madre —. Por favor, que no se te olvide, el traje es el más elegante y lindo que pedí, hoy tienes que lucir muy bien.

El rubio hizo una mueca mientras sentía las manos de su madre acomodar sus cabellos con cariño.

—Mamá es una simple fiesta como todas las demás. — Dijo sin prestarle mucha importancia.

Escuchó una risita de parte de las dos mujeres que se encontraban en la cocina.

—Ay hijo, eso crees tú... Pero ya verás.

¿Ya veré que? Pensó el menor.

El claxon de un carro se escuchó en la parte de enfrente de la casa.

—Debe ser Taemin, coman rápido que llegarán tarde a la escuela.

Ambos chicos terminaron su desayuno y cada uno le dio un beso a su madre en la mejilla,  Taemin era su chofer y un excelente cómplice para JiMin. Conocía muchas cosas de él y le agradaba no ser juzgado por aquel honorable chico.

[ 💍 ]

Cuando las clases comenzaron, todos los alumnos corrieron a sus respectivos salones, los pasillos estaban completamente vacíos cuando JiMin llegó, algunos otros apenas iban a sus clases en el edificio superior.

Sin preocuparse tanto, caminó tranquilamente hasta llegar a su salón, él era uno de los chicos de nuevo ingreso, su segundo semestre en la universidad había comenzado hace una semana.

Conocía a la mayoría de los estudiantes, de 1000 estudiantes conocía al 50% pues todos aquéllos eran hijos de importantes CEOS que tenía que saludar o encontrarse en las fiestas de negocios que hacían. Y aunque no tuviera mucho interés en ellos, con el tiempo se dio cuenta de que su cerebro era realmente bueno para recordar y reconocer personas.

Particularmente a Taehyung, su mejor amigo desde que tenía 5 años, la familia Kim siempre fue muy unida con su familia, pues eran prácticamente vecinos.

—¡JiMiniee!— Escuchó la voz de su reconocido amigo acercarse, miró a su ahora peliplata amigo.

—Tae, ¿también vienés llegando?— preguntó viéndolo de lejos.

—No, no tenemos la primera clase así que ni te molestes en ir al salón— dijo Taehyung —. Mejor vamos al estadio, los de segundo año están jugando fútbol americano.

Jaló de la mano de su mejor amigo llevándoselo con él, Taehyung era un chico muy agradable, a pesar de que su padre era un gran empresario y su familia era muy conservadora, el peliplata era muy divertido.

—¿Sabes cual es mi parte favorita del fútbol americano?— dijo Taehyung al rubio, JiMin negó —. Cuando se comienzan a quitar el uniforme por el calor.

JiMin río por lo que su amigo había dicho, rodó los ojos sin tomarle tanta importancia, era muy evidente que su amigo gustaba de los hombres y no era para nada raro.
Al contrarió, su familia lo sabía y lo aceptaban sin ningún problema, incluso hubo un tiempo en donde la señora Kim pensó que Taehyung y él tenían algo y no dejaba de molestarlos.

JiMin siempre se avergonzaba cuando recordaba como la mamá de Taehyung y la suya les hacían cumplidos y comentaban cosas acerca de cómo sería la boda de los dos chicos, eso hacía a JiMin sentirse extraño.

Aunque no culpaba a su familia, la familia Kim ya tenía a su primer heredero casado con un hombre, Kim Namjoon, el hermano mayor de Taehyung.

Aquel chico de tez morena que cautivaba a cualquier chica o chico, incluso a JiMin. Porque sí, hace dos años JiMin asumió que sentía cosas por el hermano mayor de Taehyung, pero nunca hizo nada al respecto  como tal, sólo lo admiraba y listo.

—Por cierto, ¿las cosas con Jungkook se arreglaron?— Preguntó JiMin viendo como Jungkook ahora entraba al campo de fútbol para comenzar a jugar.

Taehyung gruñó y negó lentamente.

—Él no quiere hablar de eso y no soy quien para rogarle.

JiMin río bajito, su amigo podía ser muy muy orgulloso algunas veces.

—Tal vez sólo es una amiga o una prima.  — Contestó JiMin.

—Ah, ¡no estoy seguro! — bufó enojado el peliplata —. Lo único que me inquieta es que no me lo dijo, ¡soy su mejor amigo también, debió decírmelo!

—Sí, seguro es por lo único que estas enojado, no seas bobo— dijo JiMin —Evidentemente te gusta.

Taehyung hizo una mueca.

—No, no me gusta.

JiMin rió burlándose de su amigo, miró hacía el estadio y vio como todos aquellos chicos jugaban rudamente, se estaban divirtiendo, pues no estaban jugando como se supone que va el juego.

Una cabellera negra llamó su atención, Min YoonGi estaba jugando con ellos, pero eso no era lo extraño, lo extraño es que aquel chico de ojos felinos tenía una leve herida en su mejilla.

Peleó de nuevo. Pensó el menor y rodó los ojos.

Es más, ni siquiera debía parecerle extraño, era casi normal.

—¡Oh mira! Es YoonGi— chilló Taehyung —. Mierda, Min está como quiere, no me sorprende porque todas esas niñas están aquí viendo el fútbol.

JiMin miró en dirección contraria, viendo como un grupo de chicas miraban enamoradas y emocionadas el partido. Y como no, si todos los chicos guapos y aclamados de la universidad estaban en el equipo de americano. Honestamente, la mayoría de los estudiantes de aquella escuela eran... llamativos, por alguna extraña razón, parecía ser un requisito esencial el ser millonario y guapo al mismo tiempo.

—No es para tanto — dijo JiMin —. Es sólo Min YoonGi, no es la gran cosa.

Por supuesto que era la gran cosa, pero no lo admitiría en voz alta, sobre todo con Taehyung a su lado.

Su amigo río divertido.

—¿Por qué no te cae bien?

—Si me cae bien, pero... No lo sé, me intimida mucho — respondió, claramente no era así, al menos no tanto —. No me refiero a que me moleste pero, cuando estoy con él siento un aura pesada.

Taehyung soltó una carcajada.

—JiMin, si yo fuera tú, comenzaría a acostumbrarme.

—¿Eh? ¿De qué hablas?

—Nada — dijo rápidamente el peliplata —. Por cierto, ¿estas listo para esta noche? — Preguntó Taehyung comenzando a caminar junto con JiMin, alejándose lentamente de aquellas gradas.

—Supongo, no sé qué tiene de emocionante esta noche, sólo es otra típica fiesta de negocios —respondió el rubio —. Todos hablan de la fiesta como si alguien fuera a casarse.

Taehyung negó riendo mientras casi se ahogaba con su propia saliva, su amigo no tenía ni idea. Y eso le hacía sentir mal de cierta forma.

—Bueno, es cierto, nadie se va a casar... aún — respondió Taehyung.

—¿A qué te refie…— el menor no pudo terminar de hablar, pues el balón había aterrizado en su cabeza.

—¡JiMin!

El grito de su amigo angustió a todos los presentes, los chicos que jugaban fueron hacía el menor, quien sobaba su cabeza rápidamente, el golpe dolía mucho.

—Mierda, lo sentimos — habló Namjoon disculpandose cuando al fin llegó a su lado.

—No hay problema.

— ¿Estas lastimado? — Sintió aquella pálida mano que ya conocía tocar su hombro y ayudar a levantarse del suelo, miró en dirección al chico.

—N-no. Estoy bien. — respondió el menor desviando la mirada de aquel chico.

—Lo siento, fui yo quien lanzó el balon, no creí que te fuera a golpear.

La ronca voz de YoonGi resonó por sus oídos, su tacto en su brazo quemaba. Lo cual hizo que se removiera incómodo.

—No te preocupes, estoy bien. — Dijo JiMin, apartándose de YoonGi lentamente.

—De acuerdo, y lo siento un última vez — habló y tomó el balón en sus manos, comenzando a caminar de nuevo hacía la cancha.

JiMin suspiro aliviado, temía que YoonGi escuchara lo rápido que latía su corazón cuando se acercó, sí, YoonGi lo ponía nervioso, pero era sólo porque le intimidaba su apariencia, sólo por eso.

Una vez que JiMin llegó a su casa, aventó rápidamente todas sus cosas en su habitación y corrió a bañarse, se le había hecho muy tarde, cuando sus clases terminaron el director de la universidad lo llamó, pues su beca había llegado y tenía que avisarselo, se preguntaran ¿una beca para el hijo de un CEO? Pues sí, era una beca de movilidad que JiMin ansiaba demasiado.

Cuando Taemin lo llevó a recojer el traje, la señora que lo atendió tardó más de una hora en encontrar aquel traje, cuando por fin lo tuvo ni siquiera lo observó, tampoco se lo probó, pues ya era demasiado tarde, con mucho esfuerzo solo llegaría a arreglarse a su casa y de nuevo saldría corriendo para llegar al salón de fiestas.

Así que aquí se encontraba un JiMin levemente sudado y apresurado, había llegado un poco tarde pero al menos había conseguido llegar.

Pudo observar a muchas familias, la dos familias Kim estaban ahí, los Min, los Jeon y muchos otros más amigos de sus padres. Suspiró un poco cansado, él sólo quería estar en su casa cenando un plato de cereal y viendo sus series dramáticas.

No se sentía tan genial estando ahí, a pesar de que sus amigos también lo acompañaban, él no se sentía para nada bien.

—¡Hijo! Ven aquí. —Habló su madre tratando de calmar su voz preocupada. JiMin se acercó rápidamente hacía donde estaba su familia y pudo darse cuenta que los Min estaban sentados en la misma mesa.

—Perdón por tardar tanto, la entrega del traje se retraso. —Dijo rápidamente un poco avergonzado.

—No te preocupes cariño, siéntate rápido— respondió su madre, dándole una suave sonrisa.

Los minutos pasaron lentamente, había conversado un poco con Taehyung y Jungkook, pero estos dos seguían sin hablarse mucho, vio llegar a Namjoon junto con su prometido SeokJin, eran la pareja del momento, todos los admiraban mucho, y quien no, si ambos eran chicos ejemplares.

Todo era sumamente aburrido para JiMin, eso de la fiestas no era su actividad favorita, al menos no mucho. Había compartido un par de miradas indiscretas con YoonGi, pero trataba de ignorarlo, aunque el mayor no ayudaba de mucho, vestia un traje color vino y su cabello negro estaba levemente desordenado. Ahora que lo recuerda, nunca le prestó atención a lo que se había puesto.

Oh...

Grave error, llevaba el mismo traje que YoonGi, era de color vino, solo que con unos cuantos detalles plateados.

Parecía un traje de parejas.

Cuando el reloj marcó las 9 de la noche, escuchó como su padre tomaba levemente su copa para hacer un poco de ruido y que le prestaran atención.

Estaba por dar su discurso motivador, pues seguramente la venta de la empresa había sido muy exitosa. Y claro que lo había sido, pues la familia Min había contribuido con su padre. A la gente le encantaba escuchar a su padre tirar aceite, JiMin ya estaba un poco harto de eso, pero era casi como una tradición que el anfitrión de las fiestas diera sus largos y asquerosamente aburridos discursos.

—Me siento realmente feliz de que todos estemos reunidos aquí el día de hoy — la voz del señor Park se escuchó haciendo eco por todo el gran salón —. Es un placer tener a tan grandes invitados en esta ocasión, especialmente a la familia Min, quienes han sido como una segunda familia para nosotros. Por eso, hoy es una noche especial para ambos, pues me complace anunciar algo muy grande en nuestras vidas. Durante años la familia Min ha sido nuestra mano derecha y eso se lo agradeceremos siempre.

JiMin miraba sin expresión alguna a su padre, no etendía lo que pasaba.

—Una gran familia, excelentes señores e hijos. Es por eso que la familia Min y la familia Park hemos decidido anunciar el compromiso de nuestros dos chicos — una gran sonrisa se extendió por todo su rostro —. Hijo, Park JiMin, te presento ante Min YoonGi... como su prometido.

¡¿Qué?!

JiMin sintió como un balde de agua fría caía sobre él, su padre, su propio padre, lo estaba comprometiendo sin su consentimiento.

Los aplausos no tardaron en escucharse por todo el salón, los gritos de felicidad y buenos deseos que la gente daba hacía esas dos familias.

—¡Excelente!–. Escuchó chillar a su mejor amigo. —¡JiMin, estas compremetido!

Tenía que sonreír, actuar normal.

—Geniaaal, ¡por fin sucedió!

Tenía que fingir y luego explotar en privado. No podía avergonzar a toda su familia.

—¡Me siento feliz por ti!

Tenía que actuar muy bien, pero... no podía hacerlo. No cuando no estaba mentalmente preparado para esta noticia.

JiMin no podía prestarles atención, no cuando él no se sentía feliz. Su hermana, sus padres y todos los demás estaban gozando del momento. Como si fuera un motivo para estar feliz.

—¿JiMin?— le llamó su madre.

—¡¿Pero qué mierda?!— gritó el rubio azotando sus manos en la mesa logrando callar a todos los invitados.

Taehyung y Jungkook lo miraron sorprendidos, casi igual que todos los demás.

—¡¿Porqué no me lo dijeron primero?! Y-Yo... No soy un maldito costal de papas que puedan vender, ¿cómo se les ocurre sin siquiera preguntarme? — reclamó el menor sin importar quien lo escuchará.

Debía actuar, pero honestamente él nunca sabía actuar ante la gente.

—¡Park JiMin! — regañó su madre.

—¡No! Basta... no quiero estar aquí — dijo, sintiendo la bola de nervios por todo su cuerpo.

Corrió fuera de aquel gran salón, casi tropezaba debido a la torpesa de sus pasos, no se sentía bien, cayó de rodillas ante el patio trasero de aquel salón.

Sus lágrimas no salían, no podía derramar lágrimas en lo absoluto, aunque quisiera no podía. Incluso sentía su estómago resolverse, en cualquier momento vomitaría.

Sintió una mano tocar su hombro derecho y chilló asustado.

—T-Taehyung, dejame solo por favor...

—No soy Taehyung.

Su corazón se congeló y sentía que la respiración le faltaba, conocía esa voz, era él. Sorbió su nariz y miró lentamente a la persona que se encontraba justo detrás de él.

—¿Y-YoonGi...? — murmuró levemente —¿P-por qué...?

—Levántate.

JiMin no le hizo caso, sólo se quedó en el mismo lugar. Yoongi suspiró y con las pocas fuerzas que le quedaban, levantó a JiMin del suelo rápidamente.

—E-espera...— dijo JiMin apartándose de él —. Que se supone que acaba de pasar, ¿en serio tú y yo...?

—No creí que te molestara tanto — dijo él mayor sin expresión alguna —. Si te molesta, pediré que lo anulen.

—Deberían hacerlo, es algo en lo que no estamos de acuerdo...— respondió con sus mejillas infladas.

YoonGi lo miro con los ojos entre cerrados.

—¿Quién dice que no estoy de acuerdo? — Escuchó la voz del mayor, sintiendo de nuevo aquellos nervios envolver su cuerpo.

—Que cosas dices...— murmuró —¿Porqué deberías estar de acuerdo?

YoonGi lo miro seriamente por largos segundos.

—Me gustas.

¿Eh?

—¿Qué has dicho?

—Que me gustas, eso he dicho.

—Y-Yoongi, pero... Sólo hemos sido amigos y compañeros de escuela.

—¿Eso debe impedirmelo? — el menor sintió su rostro enrojecer, YoonGi era muy muy directo.

—N-no... Pero...

—Si tú no estas de acuerdo pediré que lo cancelen, no te preocupes.

Tan frío, como siempre. Pensó el menor.

YoonGi le dio la espalda comenzado a caminar de regreso al gran salón. Solo pasaron unos segundos y sintió una pequeña mano temblorosa en su brazo.

Miró al menor que se encontraba a su lado sosteniéndose del brazo ajeno.

—No preguntes, solo entremos y digamos que lo arreglamos —. Murmuró el menor.

—No lo harás a la fuerza — dijo YoonGi.

—E-esto...— su voz se apagó con timidez y un poco de duda —. No es a la fuerza.

Sí, lo era, pero era mil veces mejor enfrentar esto que sentenciar a su familia a ser el centro de burlas de toda una generación, amaba a su familia, incluso si ellos habían hecho esto sin su consentimiento, pero no era capaz de imaginarse la vergüenza que traería si se rehusaba a aceptar esto.

Fingiría por el momento.

—P-pero... — lo había escuchado tartamudear, por primera vez.

—Agh, ¡si sigues molestando entonces sí me rehusaré! Sólo... entremos ¿de acuerdo? — exclamó el menor mirándolo con algo de fastidio.

YoonGi sintió algo parecido a un golpe en su pecho, y asintió. Ambos chicos entraron de nuevo a aquel salón, con los nervios a flor de piel y miles de emociones nuevas.

JiMin sólo había aceptado por compromiso, sólo para no hacer quedar mal a su familia, después de todo, en algun momento esto se podría anular y evitaría casarse con aquel chico, porque los nervios que YoonGi ponía en él no significaba que sintiera algo más que amistad ¿o si?

No, solo lo hacía por su familia, estaba seguro.

Sería esposo de Min YoonGi, eso no podía ser peor ¿verdad?


ACLARACIÓN.

Antes que nada, debo decir que estoy subiendo esto con mucha vergüenza, verdaderamente. Este fanfic fue creado por ahí del 2015/2016, así que sí, no esperen nada que no de cringe, debo admitir que incluso lo vuelvo a leer y me da una pena ajena. Pero es que, en aquellos años amaba esta temática, y todavía no sabía expresarme correctamente para escribir historias, así que sí,  este fanfic está un poco patas para arriba, pues ya he corregido algunas cosas, como errores ortográficos y algunas cosas que no tenían coherencia.

Por otro lado, lo subí porque hay una cantidad enorme de personas que me han pedido que lo suba de nuevo, incluso hubo alguien que dijo que me compraba la historia en formato word con tal de volver a leerla. 😭

Me impresiona de cierta forma lo mucho que a algunos les gustó este fanfic, es gracioso porque a mi también me gusta, pero también me da cringe, es una clase de amor-odio.
En fin, espero que disfruten de nuevo de esta historia, y para los nuevos lectores, sobre aviso no hay engaños. 👀💗

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