7| Cordero
Había sido un día raro y apenas iba comenzando. Tras haber llamado a Cindy me entere que Dennis estaba listo para enfrentarse a Chris y no solo eso. Él ya estaba con ella.
Cindy llego poco tiempo después de que la llame, recibí asistencia médica antes de desmayarme por la perdida de sangre vital. Sus poderes éran buenos, pero estaban límitados. Pudo curarme solo un poco ya que la herida no era tan grave como se creía, pero la sangre era escandalosa. Siempre lo era.
A pesar del dolor que persistía en mis costillas, ya no podía sentirlo. ¿Por qué? Bueno, mi cabeza se mantenía a flote por los recientes hechos y aún no podía procesar ninguno. Dennis había llegado y yo aún no sabía quién era ni qué era para la vida de Chris, acababa de ser herido y acababa de arruinarlo con Chris al besar a un cambia formas con su rostro. ¿Podía irme mejor? Había tenido un mes de locos y ahora esto tendría que ser mi rutina. Claro que no debía acostumbrarme a sentir esto por Christine...era riesgoso para ella que yo sintiera esto. La última vez que me enamore no salió muy bien que digamos...
—Estás muy tenso—comentó Cindy.
—Ah, perdón—seguí igual de tenso. No podía evitar no estarlo después de esta noche.
—James...
—Perdón, ¡Perdón!
—¿Qué es lo que ocurre?—preguntó bajando mi camisa para que fuera más cómodo para mi. Ella me observo con una mirada seria...Cindy seria daba miedo.
—Bese a un cambia formas con el rostro de Chris—confesé tan rápido como mi lengua me lo permitía. Ella se echó a reír, hasta que analizo mi rostro serio y apenado.
—No es—llevo una mano a su boca sorprendida—¿Es en serio? ¡Joder, James!
—Baja la voz...
—¡Besaste a un cambia formas pensando que era Chris!
—Dejémoslo para después, ¿si?—estaba lleno de vergüenza ahora. Me sentía totalmente devastado con mi comportamiento.
—No te apenes, es una rutina no saber quién es quién...a menos que sí esperarás un beso de la real—trague en seco—¡Estoy jugando!
—Ya entendí cuánto me odias, puedes dejar de jugar con mi mente y decirme quién es Dennis, ¿por favor?
—¿Pero qué dices? ¿No lo conociste en el bar?—me sonrió acomodando sus lentes negros en su nariz.
—Él me conoció a mi, yo no sé nada de él ni que papel tiene.
—¿Por qué no le preguntas a él?
—¿Por qué no puedes responderme tú?—ella me sonrió, dándome un par de palmaditas en la espalda.
—Suerte.
Me echó de la enfermería. ¿Ahora por qué se negaba a responder mis dudas? ¿No se supone que eso tenía que hacer?
Temía de esta frustración...no lleva a nada bueno, termina convirtiéndose en la peor emoción que puede tener el ser humano.
Enojo.
Bien. Está bien, Cindy.
Si tú no me ibas a decir nada, buscaría yo mis propias respuestas.
Decidido y con un muy pequeño dolor en mis costillas, pude caminar. Hasta dónde yo sabía Chris se encontraba en la sala de interrogatorio.
Tenía que enfrentarme a ella algún día, después de lo de anoche, habíamos dejado temas inconclusos. Pero tenía que estar calmado, relajado y poner las cartas sobre la mesa. Todo sea por aclarar...¿Qué tenía que aclarar?
Después del beso ahora no tenía una excusa justa, lo único que quedaba era la verdad, que yo, James Cooper, había sido hipnotizado por los encantos de Christine y termine enamorado de ella. ¿Pero estaba listo para decírselo a ella? Claro que no. No estaba preparado para nada de la verdad...
¿Entonces iba directo a mi propio día del juicio final? Sonaba convincente.
Llegue a la sala de interrogatorio, notando la puerta abierta en esta. Un vidrio interrumpía el contacto entre una sala y otra, a través de ese cristal podía verse a Dennis interrogando a Isaac y al frente mío, estaba ella. Ahora sin ese vestido rojo.
Chris estaba tan distraída con la vista que ni siquiera noto que estaba ahí. ¿Era algo usual en ella perderse tanto?
—Hola extraña—le salude, provocando un pequeño brinco.
—James—ella me dedico una sonrisa, una dulce—. Hola extraño, ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
—Unos minutos. Estabas bastante concentrada—y yo sigo intrigado—¿interrumpo?
—No, no. En realidad no lo estaba—confesó regresando su mirada a Dennis, ¿por qué prestaba tanta atención?—¿Cindy te curo?
—No puede hacerlo de inmediato.
—Ajá—ella seguía centrada en él...
—Curo una parte, al menos no tengo que usar muletas—me acerqué más a ella, quedando a su lado y logrando ver a Dennis también, parecía alguien fuerte...varonil, alguien que sería exacto del gusto de ella, pero no era momento de eso, tenía que sacar la verdad, pero antes saber sobre su estado—¿Estás bien?
—Sí, eso creo.
No parecia convencida...¿Cómo esperaba convencerme cuando su rostro era de mera preocupación?
—¿Del uno al diez?
—Sí, bueno...—se detuvo unos segundos algo divertida—, no soy de las personas que le pone números arbitrarios a las cosas.
Parecía un argumento que me deja sin habla.
—¿Lo conoces?—me atreví a interrogar, si ella no sabía su estado emocional, tal vez yo podía hacerselo entender.
—Más de lo que me gustaría—golpe sutil, ¿lo odiaba o lo amaba?
—¿Quién es? No me dijiste nada al salir de allá.
—Dennis Chambers.
—¿Dennis?—hasta ahora caigo en cuentas de que sonaba igual a una canción en español...—Ja, cómo en la canción.
Me reí un poco de mi propia broma, era más un ligero ataque mental a la presencia del hombre. Afortunadamente, a ella también le dio gracia, soltando otra de sus bellas risas.
—Él fue quién me ayudo a entrar a esta agencia, es un hombre lobo y tu jefe también—bien, eso era algo que debía apuntar.
—¿Otro superior?
—Exacto—solté un "mhm" acompañado de una duda que se hacía más presente en mi mente.
Y es que no podía dejar de pensar en que Dennis pudo ayudar a lo que sea que le haya hecho Haziel. Él pudo evitarlo...¿no? ¿Qué había ocurrido entre ellos dos para llevar tan alta la tensión?
—Si es quién te ayudo, ¿por qué lo conozco hasta ahora?—mi pregunta hizo que se resignará al silencio. No podía quedarme con el cotilleo a medias. Poco a poco me acerque a su vista al frente, asomando mi rostro con una sonrisa—¿me contarás?
—Dennis se fue hace cinco años de la agencia.
—¿Por qué?—ella se encogió de hombros con un rostro desinteresado—¿y ha vuelto hasta ahora?
—No sé porque volvió, no sé si volvió de verdad o solo es algún tipo de juego. No sé nada, en realidad—parecía frustrada...terriblemente frustrada.
—No pareces muy alegre por su regreso.
—No, lo estoy—la vi con duda, sus palabras denotaban cierta incoherencia—¿Qué?
—Nada, nada—no quería cuestionarla de nuevo, menos en ese estado—. Deberías hablar con él lo más pronto.
—Eso haré, sí.
¿Por qué no hacerlo ahora? Era tan fácil cómo entrar a la habitación e interrumpirlo. Si yo fuera Chris, no podría perdonar a Dennis.
No sé exactamente que fue lo que ocurrió entre ellos dos, pero era tenso, tan tenso que mantenía inquieta a Christine y ahora me mantenía intranquilo a mi. Sentía...cosas raras ante la presencia del hombre. Tenía una sensación rara que me impulsaba a acercarme más a Chris.
—¿Ocurre algo, James?—me pregunto ante mi notable silencio. No pude evitar mirarla.
—¿Hablaremos de lo que pasó ayer?—tenía que hacerlo.
—Te atacaron. No siento que haya mucho que hablar—otra vez lo evadía.
—Tú sabes a que me refiero.
—James...—su mirada denotaba la pasión, el deseo, me miraba fijamente y era imposible no notarlo, esos ojos que antes me mostraban tristeza, ahora me mostraban algo más anhelado que paz, ¿Qué era eso?—Creo que alguien te esta buscando.
Lleno de duda me giré, solo para toparme a Ceci en la puerta.
—James...
—Deberías ir con ella, debe estar preocupada—me murmuro. ¿Debía dejar mi confesión para otro momento? Uno más...¿privado?
—Esto no ha terminado—creo que sonó muy agresivo, ¿lo hizo? Mierda, no debí de haberlo dicho. Intenté tocarla por una última vez, algo que ella rechazo. Estaba bien...ella no quería, yo respetaría.
Le sonreí a Ceci al llegar con ella, quién me tomo del brazo y me jalo hacía ella. Estaba preocupada y podía sentirlo. De hecho...aún no le decía a Cecilia sobre mi poder.
—Me entere que te dañaste, ¿estás bien? ¿Qué pasó?
—Hey, Ceci, estoy bien—le sonreí, ella me sonrió devuelta.
—Me alegra, fortachón.
—¿Tú estás bien? ¿Cómo te encuentras?—le pregunté intentando formar una amable conversación entre ambos. Eso emociono a Ceci.
—Bien, bien. Me alegra que preguntaras.
Seguimos caminando por los pasillos de la agencia. Estar con Cecilia me daba un ligero respiro de todo lo que ocurría, de todos los sentimientos que florecían cada vez más en mi cuerpo y corazón.
Tal vez yo tenía una forma muy...romántica de ver mi vida y sobre todo el romance, solo me parecía lindo y desastroso y esa combinación era el último golpe. Romantizaba el romance, por lo que veía. Solo me gustaría dejar de pensar tan seguido cómo lo hacía.
Me perdía en todas esas emociones nuevas que revoloteaban en mi cómo alas de mariposa y era horrible.
Seguí hablando con Cecilia. Una singularidad que obtenía gracias a mis años encerrado en una casa, era la de escuchar. Cualquier sonido o palabra era nuevo para mi, por eso era fascinante.
Ceci me contó muchas cosas. Me dijo que cumplía un diez de agosto y que su helado favorito era el de fresa. También me contó cómo paso de ser una niña normal a descubrir que tenía antecedentes de brujería en su familia. Yo aproveche la pequeña oportunidad que tenía para explicarle mi poder, algo que ella admiro y me pregunto más sobre el tema. Jamás alguien me había preguntado tanto algo sobre mi. Se mostraba el interés, uno que era mutuo.
Nos sentamos en la cafetería a hablar, paso cómo media hora ahí, solo los dos charlando de cosas tan ambiguas cómo a la hora en que ambos nos recostábamos para dormir. Ella dijo 10:30 p.m, yo dije que no dormía. Pocas veces lo hacía...una de las oportunidades que me otorgaba mi poder y la sangre de ángel en mi, era lo poco que requería de necesidades básicas para una persona. Dormir, lo necesitaba, pero no tanto. Comer, era lo mismo.
Claro que no le dije eso a Ceci.
—Novato—intenté ignorar esa voz, siendo sincero, no sabía que me hablaban a mi aún siendo un novato—¡Novato!
—Creo que te hablan—contestó Ceci.
—¿A mi?—me giré ante esa voz, una algo ronca, topándome con el hombre detrás de mis grandes dudas.
Dennis Chambers.
—Novato, ven.
¿Estoy en problemas tan pronto?
—Deberías ir—suspire.
—Eso haré, nos veremos luego—dije sonriéndole, levantándome de la mesa y yendó hasta dónde Dennis estaba, que no era muy lejos de ahí.
—Wow—exclamó—, yo pensé que eras gay.
¿En serio? Esto me recordaba a algo.
Segundo año en secundaria:
—¿Eres gay, Cooper?
Tercer año en secundaria:
—¿Tú no eras gay?
Primer año de preparatoria:
—Pensé que eras gay.
¿Por qué todos pensaban eso de mi? ¡Dennis solo me había visto ebrio ese día y termino con esa conclusión!
—¿Por qué?—me resigne a hacer preguntas. Suspirando lleno de frustración.
—No lo sé, lucías femenino—"Femenino". ¡¿"FEMENINO"?!
—¿Qué pasa?—pregunté evitando el tema.
—James Cooper, hace tiempo no hablábamos—me sonrió, una sonrisa casi insultante.
—Ajá...
—Tenemos mucho de que hablar—bueno, eso sí me interesaba.
—¿Está dispuesto a responder mis dudas?—otra sonrisa acompaño mis preguntas.
—Sígueme, niño.
Ahora me sentía insultado por él y me pedía que lo siguiera, ¿mi suerte algún día estaría a mi favor? Solo una vez.
No era algo nuevo que me confundieran con gay...tampoco es cómo si no generaran una duda en mi por años, pf, claro que no.
En realidad sí.
Por muchos años cuestione mi sexualidad por los rumores de otros, hasta llegue a pensar que era gay por un tiempo, todo porque mi actitud era demasiado "femenina" o no "masculina". Creo que las personas tienen un muy poco adecuado concepto de lo que tiene que ser masculino...
Mi padre también tenía ese pensamiento y cada vez que notaba la forma en que yo me comportaba o hablaba, me decía que me portará cómo hombre. Pero yo siempre le preguntaba de regreso: "¿qué es ser hombre?", nunca supo responderlo.
Los compañeros de mi secundaria nunca me vieron con una novia o con chicas, por lo tanto empezaban a burlarse de mi. Sus comentarios homofóbicos no me insultaban solo a mi, también a todos los que sí eran parte de la comunidad, no era gay ni soy gay, solo me gustaba mi doctora. Algo...vergonzoso de admitir ahora que tengo la edad suficiente para razonar.
Claro que en esos tiempos nunca negué que lo era, si así podían dejarme en paz por un tiempo deje que me pusieran una etiqueta que no me conformaba. Aunque gracias a esa etiqueta errónea tuve a mi primera amiga, una chica amable y dulce, todos la juzgaban mal por ser lesbiana y esa etiqueta fue por mucho tiempo la única cosa por la que la escuela la definió. Tal vez si las personas no notarán tanto las preferencias románticas o sexuales se dieran cuenta de que tan fantásticas pueden ser las personas.
—Por acá—escuché a Dennis. Por pura inercia ante mis recuerdos y reflexiones, me encontraba siguiéndolo. Estábamos llegando al estacionamiento.
—¿Adónde vamos?
—Tenemos que revisar el resto de archivos y la mansión de Isaac.
—¿Por qué no vas con Chris?—él no contesto. Solo se dirigió a uno de los autos y; de manera autoritaria y superior me hizo entrar en el asiento copiloto.
El silencio se formo en el auto, él solo se resignaba a quedarse callado con una actitud seria. ¿Christine habrá aprendido de él? Había sido su mentor, ¿no? Tal vez eso explicaba muchas cosas respecto a ella.
¿Ambos sabían la impresión que daban al ver su seriedad imposible de corromper?
—¿Qué tanto me ves?
—Dijiste que responderías mis dudas.
—Suéltalas.
Bien, era mi oportunidad. Dejaría caer la bomba de preguntas sobre él.
—¿Quién eres?—el se rio.
—Soy Dennis, nos presentamos en el bar.
—Sé tu nombre, ¿pero quién eres?—eso borró su sonrisa.
—Soy Dennis Chambers, jefe del departamento paranormal en Francia.
—¿Departamento paranormal?
—¿Cindy y Chris no te han enseñado?—negué con mi cabeza, él soltó un suspiro—La agencia se divide en departamentos según los casos que llegan, esta el paranormal que se concentra en conductas divinas y fantasmas. Por otro el departamento mágico que es todo lo que tenga que ver con Ponys y Unicornios. También está el departamento médico y criminología.
—¿Tengo que entrar a uno?
—Sí, pero más adelante, ahora solo eres un asistente—solté un "oh" ante esa explicación. Ahora entendía mucho mejor el funcionamiento interno de la agencia.
—¿Por qué de Francia y no aquí?—pregunté. Él soltó otro suspiro.
—Larga historia.
—El viaje es largo—entrecerró sus ojos.
—Eres un jodido cordero, ¿lo sabías?
—¿Cordero?—ese apodo es nuevo, pero ahora entendía de dónde venía también esa manía por poner apodos de Chris.
—Un cordero. Luces cómo uno tan inocente, pero no lo eres, ¿o si?—eso me hizo ponerme nervioso—Sé más de ti de lo que crees.
—¿Qué está pasando con Haziel?—me anime a preguntar—¿Qué relación tiene conmigo?
—Haziel era un conocido de tu padre, él ayudo a tu experimento.
—¿Cuál era el motivo del experimento?—llegue a preguntar, él se encogió de hombros.
—Eres un ángel artificial gracias a ello, pero los motivos por los cuáles fue realizado son desconocidos para mi—era muy formal al hablar...¿intentaba sonar así?
—¿Qué le pasó a mi padre?
—¿De qué?—cuestionó.
—Mi padre falleció después de recibir una carta respecto a actos ilícitos y que lo iban a investigar o algo así...
—La agencia no le hizo nada a tu padre, si eso crees. Nosotros no hacemos eso.
—¿Entonces qué le pasó?
—Se dio un tiro, James. Es hora de que lo afrontes—me crucé de brazos, giré mi vista a la ventana.
Mi padre no tuvo ninguna enfermedad, no fue asesinado, no murió por viejo...se había dado un tiro. No quería pensar eso. ¿Qué culpa pudo haber tenido él para hacerlo? Después de todo lo que me hizo él jamás dudo, él jamás...
—Eso te molesta, ¿no?—¿Quién estaba interrogando a quién?
—¿Por qué a mi, Dennis?—regrese mi vista a él, estaba frustrado y hasta cierto punto, irritado—¿Por qué me mandaste a esta agencia sabiendo que él pertenecía a ella? ¿Por qué me ayudaste? ¿Cómo estás tan seguro de que no estoy del lado de Haziel y voy a joderlo todo?
—¿Estás de lado de Haziel?—era solo una pregunta hipotética...no es cómo si mañana fuera a entregar a Christine a Haziel para quién sabe que cosas. No estaba de su lado, no apoyaba lo que hacía y de hecho ni siquiera sé que está haciendo.
—Ni siquiera sé que sucede...
—Exacto—Apretó un poco el agarre del timón en sus manos—, James, tú conoces muy poco sobre la agencia y todos los mundos que le conforman. No sé con que te extorsiono Haziel, pero tengo certeza de que tú sabes que no planea nada bueno.
—¿Cuál es su plan...?
—No lo sé. Pero no es nada bueno si se trata de Christine—¿por qué ella?
—Chris...
—¿Chris? ¿Te llevas bien con ella, cordero?
—No es el punto. ¿Por qué Chris? ¿Qué hizo?
—Nada—me observo de reojo, si solo pudiera tocarlo para saber si mentía...—, es mejor si ella te cuenta más.
Era su vida privada...espera, ¿lo era? ¿Ella había tenido algo con ese ángel?
—¿Qué relación tiene Haziel con Chris? ¿Por qué la busca?—eso hizo acelerar un poco más el auto, haciendo que ante tal miedo de salir volando por el parabrisas, me colocará el cinturón.
—Vincent—contestó—, su nombre era Vincent y era muy unido a Christine. Pertenecía a la agencia, pero intento hacerle daño.
—¿Hacerle daño...?—temía lo peor—¿Qué intento?
—Mira, cordero. No me incumbe a mi contarte la vida de Christine, no sé muy bien que pasó, pero la puso en peligro. Pensé que había acabado...pensé que él había muerto, pero no, esta de regreso y busca tu cabeza y la de tu amada Chris.
Mi mirada se torno en una poco más seria. Ante la velocidad, el temor de chocar se afirmaba, no obstante mi cabeza estaba en otra parte.
¿Qué se atrevió a hacerle Haziel a Chris? ¿Por qué a ella y por qué yo? Preguntas llenaban mi mente al mismo tiempo y todo era tan confuso. Todo era borroso...
—¿Qué relación tienes con Christine?—no quería admitirlo.
Muchas veces el sentimiento de celos era muy fuerte y ahora no era la excepción. No me gustaban sentirlos, era asegurar y confirmar que eras inseguro. Era también un sentimiento de posesión hacía una persona cómo si se tratará de la última barra de cereal en la alacena. Eso no era justo y ninguna acción cometida bajo este sentimiento era justificable.
—¿Qué tanto te interesa ella?
—¿Responderás?
—Soy un viejo compañero.
—¿Qué tan viejo?—sonreí burlón. Podía decir desde ese preciso momento que la rivalidad entre Dennis y yo había comenzado.
—Cordero mojigato.
—Lobo engreído—solté.
—¿Quién crees qué es el verdadero lobo entre los dos?—lo vi de reojo. ¿Por qué tenía el presentimiento de que él sabía algo que yo no?—Eres solo un lobo con piel de cordero, algún día tus mentiras van a caer.
Alcé una ceja, ¿por qué me decía esto a mi? ¿Qué sentido tenía?
—¿Por qué dices eso...?
—Pretendes ser alguien que no eres, alguien inocente. ¿No es así?
—Jamás he pretendido...
—Lo eres. Lo haces, eres un jodido ser perfecto de luz, pero estás podrido por dentro—Apreté un poco mi puño. Sus palabras parecían aturdirme lo necesario para tomarme desprevenido—¿No me equivoco verdad?
—No es..
—Vamos. Ten confianza, ¿mataste a alguien? ¿Acosaste a alguien? ¿Dañaste a alguien que querías?—ahora tenía ganas de llorar—¿Cuál es tu oscuro secreto?
—Detén el auto.
—¿Qué?
—¡Qué te detengas el puto auto!—la forma en que Dennis piso el freno fue muy repentina, tanto que si no hubiera tenido el cinturón hubiera salido volando de mi asiento. Al frente de nosotros un ciervo se detuvo, pero termino huyendo al vernos. Era una carretera en medio del bosque, ¿Qué podía esperarse?—De nada.
—No contestaste—¿en serio? ¿En serio eso le importaba en ese instante? Me giré a verlo incrédulo, suspire y con algo de rapidez me quite el cinturón—¿Ahora qué haces?
—Me voy.
—¡No puedes irte! Se supone que vas a ayudarme—exclamó asomándose a mi, mientras yo intentaba a toda costa salir del auto.
—Olvídalo.
—¡Soy tu jefe!—me grito ahora desde el auto, puesto que yo ya había salido.
—¡No lo eres! Christine es mi jefa, no tú.
Dennis se resigno en el silencio, yo cerré la puerta del auto y me aleje de este.
¿Cuál era el propósito de Dennis al provocarme así?
Mi ira...no tenía ninguna excusa ni justificación, no me gustaba y que Dennis dijera todas esas cosas volvía peor mi malestar.
Fui caminando a la orilla de la carretera de regreso a la casa abandonada que abarcaba la entrada de la agencia subterránea. Habíamos avanzado bastante en el camino, sería una caminata un tanto larga, pero no me molestaba. Lo contrario, me serviría para calmarme.
Distraer mi mente de estos ataques de ira era lo mejor que podía hacer, no quería dañar a nadie más, nadie otra vez...Dennis...tenía razón en eso, tal vez. Tal vez solo era un lobo vestido de cordero, una doble cara que a menudo dejaba ver su lado más sincero cuándo explotaba. ¿Eso era así...? ¿Yo era una mala persona?
No quiero ser una mala persona. De verdad no quiero...jamás estaba pretendiendo ser algo que no quería y menos alguien inocente, porque no lo soy. Soy de todo menos una persona inocente. Hice daño, mucho daño y ahora esto...
No pude evitar llorar. Mi cara se convirtió en una salada mientras más pasos daba en la carretera. Estaba tan frustrado, tan perdido. ¿Por qué simplemente no podía dejar a un lado mi pasado? Intentaba ser mejor...lo hacía. Yo ya no quería ser ese niño asustado que me atormentaba día y noche. Intento canalizar mi ira con un estúpido diario y un trabajo, voy a un psicólogo cada dos días de la semana para no interrumpir a nadie con mis estupideces. ¿Sigo siendo una mala persona? ¿Sigo siendo aquella persona que odio? ¿Lo soy?
Hice una cosa terrible...hice cosas horribles, ya no quiero ser yo. Ya no quiero compartir este cuerpo con lo que se encuentra dentro. Ya no más...
Dios, ¿Qué tengo que hacer para ya no ser quién soy?
Tal vez si fuera más fuerte, tal vez si fuera más libre. Tal vez si solo pudiera volar...
Observe mi espalda de reojo en mi camino. Por más que intentará evadir mi pasado y quién era, el mundo parecía recordármelo. ¿Era lo que yo merecía después de todo?
Después de todo ese remordimiento...
Podía hacer una lista de cosas por las que me odio a mí mismo, pero una cosa que siempre esta presente es ese odio y remordimiento...no me gusta sentirlo, no me gusta odiar a nadie. Pero odiaba a mi padre...
Por años abuso de mi, me golpeo, castigo y sometió a muchos tratamientos dónde mi cuerpo creció y mis huesos dolían en cada movimiento. Todo para...¿esto? Ni siquiera sé quien soy, dónde estoy o para qué me convirtió en esto. Lo odiaba por eso, había convertido de mi en el peor monstruo y me odio por eso.
Me odio por eso.
Me odio por eso.
Me odio por eso...
Y siempre me odiaré.
Me odio por odiarlo...me odio por ser quién soy, me odio por amar, me odio por lastimar, me odio por ser esto que no puedo remediar.
Me gustaría ser diferente...no a veces, todo el tiempo...
Llegue a la agencia mucho rato después. Fui a mi cuarto a descansar un poco, no había dormido en todo el día, en varios días, para ser claros. Y es que otra cosa que no quería tocar ni quería hablar era el constante deseo que sentía por Chris. Se sentía mal ocultar mi enamoramiento por ella y mi terrible deseo que estaba consumiendo toda mi mente cómo un parásito. ¿Esta vez sí me volvería loco? Esperaba que no.
Era lo que menos quería...
Mierda. ¿Qué día es hoy?
Vi mi teléfono, al parecer no tenía tiempo para descansar. Tenía una cita con un psicólogo y no podía rechazarlo.
Puedo decir que me ha ayudado bastante ir a un psicólogo, deje de lastimarme, es el primer paso. Solo que me ha costado mucho aún intentar evadir los comentarios negativos que tengo hacía mi mismo. Y ahora que había cambiado de psicólogo, pues, era algo un poco más complicado.
Corrí hacía el ascensor, eso podría despertarme. La clínina mental estaba en la misma área de atención médica. Un buen paso que daba la agencia era acostumbrar a dar citas a los agentes después de cada misión, ellos entienden el gran problema que puede ocasionar una enfermedad mental y más el tipo de criaturas con las que lidian cada día.
—¡Doctor!—detuve la puerta al verlo de lejos. Mi doctor se llamaba Sam, era de un metro ochenta, más o menos, piel de color y cabello algo largo. No lucía cómo un psicólogo si me dejaban opinar.
—¡James! Es un gusto, pensé que ya no vendrías—contestó sonriéndome, esta vez sujetandose de la puerta.
—Lo lamento, tuve una misión y estoy algo cansado—le comenté apenado—¿Puedo pasar?
—Claro, claro—abrió la puerta para dejarme pasar. El lugar era cómodo, dos sillones, una estantería de vidrio y una pecera acompañando las paredes verdes. Podía decirse que era cómodo...
—Okey...—murmure un tanto nervioso, sentándome y jugueteando con mis dedos.
¿Qué podía decir? Por más que se tratará de un psicólogo yo seguía sintiéndome apenado. Hablar de mis problemas siempre me resultaba difícil.
—¿Hay algún tema en específico del que quieras hablar hoy?—me pregunró sentándose al frente mío.
—Nop, no.
—Entonces, ¿Cómo te sientes hoy?—eran clásicas preguntas, sí. Podía sentirse algo rutinario, pero era bueno hablarlo. Se supone que sí.
—Yo...—me recosté en el sillón, tenía que imaginar lo que hacía de niño, era como...hablarle a la pared—me siento mal.
—¿Por qué?—imaginar funcionaba, era cómo hablar con una voz en mi cabeza y no con una persona de verdad.
—Besé por error a un cambia formas con el rostro de mi jefa—quería sonar cómico, solté un bufido gracioso—, no fue exactamente un error, pensé que era ella.
—¿Ella te gusta?
—Mucho—afirmé.
—¿Por qué eso te hace sentir mal?
—No sé si a ella le gusto, ni siquiera me gusto a mí mismo y eso dice mucho.
—James, ya hemos hablado de ello—baje mi mirada.
—¿Cómo puedo amarme, Sam? Lo único que puedo hacer es arrepentirme y eso solo trae más remordimiento en mi.
—¿No el arrepentimiento es la mejor forma de pedir disculpas?—cuestionó, alcé mi vista ante esa pregunta—James, dime algo. ¿Por qué estás aquí?
—¿Qué?
—Estás aquí, en una cita terapéutica aún sabiendo que puede ser de lo más tedioso y aún así, aún a pesar de todo, estás aquí. ¿Por qué?
—Porque quiero mejorar, ya no quiero ser mala persona, no quiero...
—¿No crees que el hecho de que estés aquí ahora demuestra un cambio significativo entre el James de antes y el James de ahora?
Guarde silencio.
Mucho silencio.
¿Qué podría decir ante esa lógica? No tenía más juego, solté una ligera risa. Una baja.
—Muero de miedo.
—¿Por qué? ¿A qué le tienes miedo?—mi vista se dirigió a su rostro, claro que yo no veía el rostro...solo veía la pared que imaginaba. Esa barrera con la que evitaba contactarme.
Paso un rato y no pude responder. Mi psicólogo decidió hablar de otra cosa, comentando antes que si no estaba listo para hacerlo, habría más oportunidades. La sesión siguió con normalidad. La próxima cita sería en varios días, así que aproveche para desahogarme lo suficiente.
La sesión termino, yo me encargue de buscar algo de comer después, estaba muriendo de hambre y tal vez era porque denote un poco de poder anteriormente...
Cuándo me enojo tiendo a ser muy impulsivo, tanto que se activa mi fuerza. Lo que gasta mis energías y solo hace que tenga más hambre y sueño de lo usual. Al llegar solo me tope con Christine y Dennis, ellos conversaban de lejos, cerca de aquella barra de comida dónde uno podía servirse, había olvidado el nombre desde secundaria. Estaban hablando...pero Chris parecía estar molesta por algo. ¿Él le habrá dicho algo?
Me fui acercando poco, escuchaba muy pocas palabras. Pero hablaban de alguien. No quería entrometerme mucho, pero en la última parte, en la última palabra, todo estalló. Chris preparo un puño y la fuerza en que ella golpearía, estaba decidida a golpear a Dennis justo en el rostro.
—¡Chris! ¡detente!—en un par de horas ya sabía lo fastidioso que podía llegar a ser Dennis, pero temía que se metiera en problemas por golpear a Dennis. Tampoco es como si fuera una solución...
Mi grito había alarmado a todos en la cafetería e hizo detener el golpe. Pero ella seguía furiosa, se acerco a Dennis y yo me acercaba un poco a ellos.
—¿Sabes cuál es tu problema? Tu egoísmo no deja que te calles cuándo es suficiente, ni deja que te quedes cuándo alguien te necesita—¿Por qué nadie podía responder mi maldita pregunta? ¿Qué había ocurrido entre ellos dos?
—¿Sabes cuál es el tuyo?—la mirada de Dennis se torno más rojiza—Tú alejas a todas las personas de tu lado por más que las quieras porque eres una horrible persona que no puede mantener una relación con alguien.
—¡Cállate! ¡Solo cállate!—Chris rogaba por el silencio de Dennis y a este punto yo también lo hacía. Estaba haciéndole daño.
—¡Entonces dime porque! ¡¿por qué te esmeras tanto en alejar a todos de ti?! ¡¿Por qué me alejaste de ti?!
—¡Porque no quiero verte morir!—eso me dejo boquiabierta—¡Ya vi a todos morir! ¡Todos se encuentran bajo tierra y lo sabes, un día estarás hay también!
—Chris...—estaba más cerca. Christine parecía furiosa e histérica por las palabras de Dennis. Se veía al borde del llanto.
—¡Y no quiero eso! No lo quiero...—seguía negando, esta vez dejo escapar un poco de esos balbuceos, lo que llevo a que se tapará la boca.
Ella salió huyendo del lugar, se dio media vuelta y apresuro su paso hasta el ascensor. Quise correr detrás de ella, pero Dennis me detuvo.
—Déjala.
—¿"Dejarla"? Creo que ya ayudaste suficiente, Dennis—quité su mano para pasar, lo que hizo que él otra vez me sujetará. Pude sentir algo, aunque no preste atención gracias a mi propia ira.
—Iré con ella.
—¿Después de eso? ¡Le hiciste daño!—me giré a él molesto—¿Por qué estás haciendo esto? Ella no te ha hecho nada, nada.
—La quiero, James—confesó.
—¿Entonces por qué...?—él cambió la expresión de su rostro por una un poco más suave, una que era nueva en mi memoria. Él...se sentía mal por lo que hizo, la emoción de arrepentimiento era obvia en su anterior contacto conmigo.
—Iré a hablar con ella.
Él corrió hasta el ascensor, quería ir yo tras él, detenerlo para que no llegará a hacerle más daño a Chris. Ya no quería verla así, era la primera vez que la veía tan enojada, tan llena de furia. No quería verla así más.
Otro agarre me detuvo. Esta vez de Cindy. Ella tomo suavemente mi mano y me negó con una sonrisa.
—Es necesario que ellos hablen. Vamos—ella estaba algo feliz, ¿por qué?
Ella me llevo hasta la enfermería, dónde se encargo de darme un poco de té de menta. No era mi favorito, pero por lo que veía sí era el de Cindy.
—No entiendo...—murmuré. Ella se sentaba al otro lado de la mesita que estaba en la enfermería, tomando un poco del té con una sonrisa. Se dispuso a dejar la taza en la mesa y se preparo para hablarme.
—Dennis y Christine eran muy buenos compañeros—empezó a hablar.
Mientras yo solo podía imaginármelo todo...tenía una imaginación muy eficaz desde pequeño.
"Ellos eran mejores amigos, desde que Christine entro a la agencia. Ambos eran muy unidos, hasta que pasó el incidente de Haziel...después de eso Dennis quedó muy mal mentalmente. Christine fue herida gravemente y Dennis no pudo imaginar un futuro sin su mejor amiga. Ambos eran tan unidos hasta ese momento...cuándo Christine mejoro, solo encontró una carta de despedida de Dennis. Ambos pasaron de ser amigos a completos desconocidos por el error de alguien más. Desde entonces no se hablan y ahora..."
—Ahora tienen la oportunidad de arreglarse, de ponerse al día.
—Dennis estuvo mal al hacerlo...
—Lo sabe y por eso va a disculparse—sonrió levemente—, él investigo por años el paradero de Haziel, no sabía que estaba vivo, pero siempre lo sospecho.
—¿Él investigo?
—No quería que Christine pasará por algo igual, así que estuvo años buscando una respuesta a lo que ocurrió.
—¿Qué fue lo que ocurrió entre Haziel y Chris?—me anime a mí mismo para averiguar más.
—No lo sé—tomó otro sorbo de té—, Dennis no quiso contarme.
—Pensé que llegaría a saberlo...—respondí tomando esta vez yo del té, cabizbaja y desanimado por quedar inconcluso.
—Ella te importa, ¿no es así?—me preguntó Cindy, a lo que casi escupo el té.
—Es mi jefa.
—Te importa más cómo una amiga...¿o es acaso algo más?—me sonrojé.
—¡No es cierto!
—¡Claro que lo es!—respondió soltando una risa, una que era totalmente sincera y única.
—¡¿Y?! ¡¿Qué hay de tú y el lobo después de todo?!—ella se calló, aunque no dejaba de sonreír.
—¡Somos amigos!
—¡Oh! ¡Mentirosa! Veo tus ojitos cuándo hablas de él, estás enamorada.
—Shh—me hizo callar con su dedo índice, yo ladeé mi cabeza con una sonrisa. A ella parecía agradarle más que todos.
—¿Cómo se conocieron ustedes dos?
—Yo era bailarina de ballet—dejo la taza otra vez en la mesa—, iba muy seguido a recitales y obras de teatro. Una vez gané un viaje en crucero y ahí lo conocí, claro que ambos estábamos acostumbrados a la idea de esta agencia.
—No puedo imaginar a un hada y a un lobo juntos—me burlé.
—¡Oh, cállate! Yo no me imagino a un ángel con una humana—reí, pero pronto una caja hizo que ambos nos calláramos.
Una caja cayó al suelo, haciendo que ambos lleváramos nuestra vista al lugar de dónde provenía el ruido. Encontrando a Cecilia en la puerta.
Mi cara palideció.
—¿Ángel?—Cindy apretó sus labios nerviosa, yo la observe con temor.
Se supone que debía ser un secreto.
—¡Los dejo solos!—se puso de pie rápido con su taza de té, saliendo de la enfermería.
—¿No eres humano?—entrecerró sus ojos. Parecía molesta.
Y un pequeño spoiler, lo estaba.
—Ceci, yo...
—Pensé que éramos amigos, pensé que me hablabas de ti siendo honesto—se llevo una mano a su pecho, se sentía herida. Me puse de pie y me acerque a ella con mucha pena en mi. ¿Cómo podría explicárselo?
—Cecilia, no es eso—rasqué mi nuca.
—¿Entonces qué?
—Soy un ángel...—suspiré—y no me agrada serlo.
—¿Por qué?—su cara cambió a una triste.
—No soy un ángel caído del cielo, fui hecho en un laboratorio, pensé que sería mejor si ocultaba mi identidad por ahora...pero hey, tú eres la primera persona aparte de Cindy en saberlo, nadie más tiene que saberlo, ¿si? O me veré arruinado.
—Sí...
—Lo siento, ¿vale? Perdóname por no decírtelo antes, pero te lo digo ahora y te lo explicaré mejor después si gustas.
—Me debes un café ahora—al menos ya no estaba molesta, yo asentí con una sonrisa.
—Te la debo.
—¡James!—entro de nuevo Cindy—Es nuestro jefe, te está buscando a ti y a Chris.
—Mierda—después de lo de mi prueba, no quedaba alguna duda. Él ya sabía que nos había ayudado. Observe a Cecilia con algo de miedo.
¿Ahora sería desaparecido cómo en esas conspiraciones de gobierno? Esperaba que no. Sobre todo, esperaba que nada le pasará a Chris...
Todo era cuestión de espera...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top