[19] FLASHBACK, PT.2

A la mañana siguiente, Lara fue a buscar a Rosie a la casa en la que se había quedado con sus amigos. Se encontró con Michonne y un par de personas más en la puerta, sonriendo a modo de saludo.

—Hola —dijo Lara.

—¿Otra pijamada? —preguntó Aaron.

—Sí —dijo Michonne—. A Judith le encantan.

Lara subió los escalones del porche de su antigua casa y llamó a la puerta. Cuando no recibió una respuesta, compartió una mirada con Michonne antes de intentar abrirla. Estaba abierta, así que entró y lo primero que le llamó la atención fue lo silenciosa que estaba.

—¿Hola? —dijo Lara.

—¿Joss? —preguntó Michonne.

—¿Judith? —gritó Lara, su pánico aumentando—. ¿Rosie?

—¿Marcus? —preguntó Scott.

La casa estaba vacía.

Lara sintió una oleada de pánico que la golpeó como un tren de carga—. ¿Dónde diablos están?

Salió corriendo de la casa con los demás, calle abajo mientras se separaban para cubrir más terreno. En el camino, llamó a gritos a Rosie, Judith y los demás niños, pero no obtuvo ninguna respuesta.

—¡Judith! —gritó Lara—. ¡Rosie! ¡Esto no es divertido!

—¡Michonne! —escuchó gritar a Scott—. ¡Lara!

Corriendo hacia Scott, notó que la puerta del garaje que conducía a la tienda de alimentos estaba abierta, y cuando se detuvo junto a Scott y vio el cuerpo en el suelo, se quedó sin aliento.

—Algo anda mal —dijo Frankie, corriendo hacia ellos—. El dispensario fue saqueado.

Lara giró en un círculo completo, buscando algo que pudiera decirle dónde estaba su hija, y sus ojos se posaron en la tapa de la alcantarilla abierta—. Michonne...

—No —jadeó Michonne—. No, no, no. Joss, no.

—¿Qué hacemos? —preguntó Scott.

Lara apretó los puños—. Tienen que quedarse aquí en caso de que los niños regresen. Voy a buscar a Daryl e iré tras ellos, ¿de acuerdo?

—No irás sola —dijo Michonne.

—Realmente no creo que sea una buena idea —dijo Lara.

—Iré contigo —insistió Michonne—. Y no vas a detenerme.

Lara suspiró—. No tenemos tiempo para discutir. Vamos.

Les tomó tal vez veinte minutos reunir sus suministros, y Lara llenó su mochila con comida y agua en caso de que encontraran a los niños en mal estado. Tenía su espada atada a su espalda, cuchillos en su cinturón y el arma de Rick atada a su muslo. Encontró a Michonne en las puertas y juntas localizaron a Daryl.

Fue relativamente fácil, porque en su estado de preocupación por la seguridad de su hija a Lara no le importaba cuántos caminantes atraía mientras gritaba el nombre de Daryl una y otra vez. Todavía no estaba muy segura de dónde estaba acampando, ya que le resultaba difícil navegar, por lo que rezó para que los gritos funcionaran.

Cuando escuchó movimiento en los árboles, su mano fue hacia su cuchillo antes de ver a Daryl emerger de detrás de un árbol, luciendo bastante preocupado.

—¿Qué pasa? —preguntó Daryl—. ¿Está todo bien? ¿Encontraron algo?

—No —dijo Lara, y ver a Daryl de pie frente a ella fue como si le dieran un puñetazo en el estómago—. Daryl, es Ro... Rosie, Judith y los otros niños...

—¿Qué pasó? —preguntó Daryl.

—Los secuestraron —dijo Lara con lágrimas en los ojos.

—¿Los secuestraron? —repitió Daryl—. ¿Quién?

—Una mujer —respondió Michonne—... una vieja amiga, Joss. La acogimos.

—Daryl, se llevaron a nuestra bebé —sollozó Lara—. Se la llevaron y no sé dónde está.

Daryl dio un paso adelante y abrazó a su esposa—. Todo estará bien. Los vamos a encontrar, lo prometo.

Partieron de nuevo, rastreando a los niños lo mejor que pudieron. Eventualmente, Daryl pidió que se detengan para darle a Michonne un descanso, señalando un viejo columpio.

—Sé que quieres estar aquí —dijo Daryl—. Pero tienes un bebé, ¿sabes?

Michonne lo fulminó con la mirada y Daryl levantó una mano como si estuviera disculpándose por lo que dijo. Lara se sentó en el columpio junto a Michonne mientras Daryl estaba a su lado, con una mano en su hombro para tranquilizarla.

—Las encontraremos —dijo Daryl—. Lo haremos.

—No puedo creer esto —dijo Michonne—. Ella era una amiga. Una de verdad. Pasamos muchas cosas juntas; decidiendo quiénes íbamos a ser, desilusiones amorosas, la pérdida de mi madre... quería que ella volviera a ser eso, ¿sabes? Lo necesitaba. Bajé la guardia y ahora...

—Oye, esto no es tu culpa —dijo Daryl—. Ni un poco.

—Debí saberlo, Daryl —espetó Michonne—. Debería haber sospechado algo.

—No lo hiciste porque no eres como ella —respondió Daryl—. Algunas personas tienen mucha maldad en su corazón y la esconden como si estuvieran usando una máscara o algo así. No, esto es su culpa, y pagará por ello. Las encontraremos. Lo haremos.

Michonne asintió y se puso de pie—. Deberíamos continuar.

Llegaron a un edificio, el mismo edificio en el que habían encontrado a Joss el día anterior, y se separaron. Lara fue por un lado con Daryl mientras que Michonne fue por el otro, y mientras los dos caminaban juntos, Lara miró a Daryl.

—Lo siento —dijo Lara—. Debería haberlo sabido. Debería haber estado allí para detener esto.

—Oye, no es tu culpa —dijo Daryl en voz baja—. La encontraremos, ¿de acuerdo?

—¿Y si no la encontramos, Daryl? —preguntó Lara, deteniéndose a mirarlo con lágrimas en los ojos—. ¿Qué pasa si llegamos demasiado tarde? Ella no se merecía esto. Nada de esto. Se merecía tener padres que estuvieran juntos, criándola juntos, cuidándola. ¿Fallé como madre?

—No, por supuesto que no —respondió Daryl—. Eres la mejor mamá que cualquier niño podría tener, y ella tiene suerte de tenerte.

Lara se secó los ojos—. La quiero de vuelta, Daryl. Si le pasa algo...

—Todo va a estar bien —dijo Daryl—. La encontraremos.

Besó la frente de Lara tranquilizadoramente antes de escuchar la voz de Michonne gritando desde lejos. Los ojos de Lara se abrieron con sorpresa cuando sacó su cuchillo y echó a correr, atravesando el agujero en la cerca de tela metálica antes de entrar corriendo al edificio con Daryl pisándole los talones.

Estaba oscuro cuando entraron, Daryl con su ballesta levantada. Caminaron a través de un salón de clases antes de que un ruido en el pasillo los hiciera salir por la puerta con las armas levantadas.

—¿Michonne? —dijo Lara al ver a su amiga parada frente a un grupo de niños.

—¿Dónde están mis niños? —exigió Michonne.

—Suelten las armas —ordenó un chico.

—Solo dime que están a salvo —dijo Michonne.

La niña con el arco se movió y Daryl empujó a Lara a un lado, recibiendo la flecha dirigida hacia ella, en el hombro. Lara dejó escapar un grito cuando Daryl cayó al suelo y se arrodilló a su lado—. Dios mío, Dios mió, Dios mío.

—Dije que las soltaran —le ordenó el chico nuevamente.

—Daryl —susurró Lara—. Daryl, Dios mío.

—Estoy bien —gimió Daryl—. Estoy bien —sacó la flecha y volvió a gemir cuando Lara presionó su mano sobre la herida—. Mierda.

Los niños noquearon a Michonne antes de avanzar hacia Daryl y Lara. Ignorando las protestas de Daryl, Lara se puso de pie y se plantó frente a su esposo de manera protectora, mirando a los niños que se acercaban a ella.

—Pueden ser niños, pero no crean que no voy a pelear y matar a tantos como pueda —espetó Lara—. ¡¿Dónde diablos están mis niñas?!

—Suelta el arma —exigió el chico—. O dispararemos de nuevo.

Lara se agachó como si fuera a bajar el cuchillo antes de tirarlo hacia arriba y cortar la mano de la niña que sostenía el arco. Dejó escapar un siseo y lo dejó caer mientras el resto de los niños se tiraban sobre Lara. Empujó a la mayoría de ellos, arrancándoles las armas de las manos, antes de que algo le golpeara la nuca y el mundo se oscureciera.

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