Capítulo 4
Un joven híbrido de aspecto delgado, una estatura promedio y un par de alas sobresaliendo su espalda se encontraba dentro de un callejón obscuro durante una noche de fuertes ventiscas.
Se encontraba temblando debido a los suaves golpes que el aire hacía contra su delicada piel, aquella piel morena que apenas y era cubierta por la delgada tela de sus pantalones rotos, y una manta de franela cubriendo su espalda y parte de su torso. El viento era cada vez más fuerte y sentía como la franela entre sus manos era jaloneada por aquel enemigo invisible, hasta que sus dedos ya no pudieron retenerla, y ésta salió volando por la calle. Trató de correr tras ella, pero sus pies seguían lastimados y cayó.
Sus padres no se iban a preocupar por él, igual, de todas formas hace años que le habían dado la espalda, aquél insecto solo era producto de una infidelidad de su madre con un híbrido de su especie. Cuando el niño de aquel embarazo que la mujer tuvo que soportar por ese error propio, y vio que no era un humano, si no que había nacido como un híbrido, como aquél joven que se había acostado.
Al ver a la horrible criatura recién nacida de entre las entrañas de la mujer, y que tenía otras extremidades aparte de sus brazos, piernas y cabeza; si no que aquella nueva vida tenía en su cuerpo una pequeñas y delicadas antenas sobresaliendo de su diminuta cabeza, y unas alas de color marrón rojizo y tonalidad fuerte detrás de su espalda fueron la razón por la que la pareja de aquella mujer arrepentida se enfadara con ella y pidiera una explicación.
Fue la misma razón por la que ese pequeño niño sufrió hasta que sus padres dijeron que podía subsistir por su propia cuenta. Igual ¿Quién iba a querer a un híbrido? Y con más razón, ¿a una cucaracha buena para nada?
Cuando aquél hombre comenzó a reclamarle gritando frente a todo aquél que trabajaba dentro de ese hospital, ella sólo se limitó a decir: Me violaron.
Aquellas dos palabras, una mentira para salvar su propio pellejo, por que claro, amaba a aquél hombre, pero no la satisfacía sexualmente, y por eso se metió en la misma cama que su supuesto "violador", el cual al ser un híbrido, como era mal visto ante todos, fue encarcelado injustamente.
Aquél supuesto violador, y padre biológico de Kim Taehyung, fue asesinado dentro de las paredes de concreto y barras de hierro puro, y como regalo, un mensaje en la frente diciendo "híbrido asqueroso". Jamás supieron el verdadero nombre de aquél joven asesinado, ni tampoco nadie se interesaba por saber. La muerte de otro híbrido era como la muerte de cucarachas en un mercado. Irónicamente aquel híbrido muerto era un híbrido insecto, un híbrido de cucaracha al igual que su maltratado hijo.
Pobre mocoso que jamás supo la verdad de su padre, y creyó a sus padres que era solamente la "abominación", un "fenómeno", "una aberración" para la sociedad y para su familia. El niño sólo quería ser como sus padres, un humano normal, no una asquerosa cucaracha que le trajera mala fama a su familia, él quería ser bueno, él no quería ser malo de nacimiento, quería ser un niño normal que jugara con carritos.
Pero desafortunadamente para él, no fue así.
Su padre siempre que lo veía con repudio, y dentro de sí mismo con una sustancia desagradable y en exceso, con un aroma fuerte a aguardiente, vómito y sangre encima, se dedicaba a atacar al pequeño engendro que le había traído desgracia a su familia, porque no debían de cuidarlo. Era culpa de aquél híbrido que osó hacer daño a su amada esposa. Ese niño era el fruto de una relación sexual violenta, aparentemente, y por ello, el niño debía pagar por el daño extra que le hizo a su pareja.
Aquél deplorable y pequeño híbrido, inocente e inculpado por una horrible mentira, fue dañado, golpeado y maltratado por su propia familia. Casi perdía sus alas, una de sus antenas había perdido la increíble habilidad de ubicarse en zonas para no perderse, fue una de sus pérdidas mas tristes para ese niño, porque se perdió varias veces. Incluso durante su adolescencia, que cuando lo asaltaron en su camino a casa, lo subieron a una camioneta y luego de al menos cuarenta minutos, a sus dieciséis años de edad, fue aventado a un callejón de alguna zona abandonada de la ciudad, y con sólo una franela rota, y sus pantalones dañados y descocidos, dejándolo abandonado.
Logró encontrar dentro de un compartimiento escondido de sus pantalones un celular, checó en él para revisar si de pura casualidad sus padres lo buscaban, pero nada, la bandeja estaba vacía. Intentó contactarse con ellos varias veces, pero su saldo se había acabado, hacía frío así que se adentró más al callejón para cubrirse un poco del frío, pero nunca llamaron, nunca enviaron mensaje, sus padres nunca lo buscaron, y duró así durante dos semanas.
Sólo, con frío, y hambriento.
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