SOPLANDO LA VELA
14 de Septiembre de 2018
Renato se encontraba en su casa, faltaban minutos para que sea su cumpleaños, y estaba acompañado por toda su familia.
Siempre que llega el dia de su cumpleaños Renato siente una felicidad plena, no solo por cumplir un año más, sino también por compartir junto a todos sus seres queridos que ama y lo aman.
Pero este año habia algo en particular que lo tenia entusiasmado. Este año habia conocido gente nueva, gracias a Simona, gente maravillosa habia ingresado a su vida. Pero aunque la lista era larguisima, lo mas importante de todo, es que ahora lo tenia a el.
Gabriel habia llegado a su vida hace 5 meses, 5 meses compartiendo momentos con ese rizado de ojos verdes, que aunque le costara admitirlo, lo tenia completamente loco.
Faltaban exactamente dos minutos para las 00:00, su casa era puro gritos, silbidos y canticos de todo tipo. Renato irradiaba felicidad, la locura de su familia le encantaba.
-DOS MINUTOS DE SILENCIOOOO - escuchó que una persona comenzó a cantar- PARA BOCA QUE ESTA MUERTOOO - los demas invitados se le sumaron al canto, junto con saltos y silbidos. Renato estalló en una risa, al imaginar a cierta persona fanática de Boca, en aquel momento.
Llegaron las 00:00, todo el lugar comenzó a cantarle el Feliz Cumpleaños, para luego acercarsele para saludarlo junto con algun que otro tirón de oreja.
Pasado un rato, y aunque su cara no lo demostrara, Renato comenzaba a inquietarse. Muchos de sus amigos, específicamente sus ex compañeros de "o11ce", lo habian llenado de saludos, excepto el. El siempre era el más puntual en todo, le parecia rarisimo que todavia no le haya mandando ni siquiera un mensaje.
Estuvo asi durante toda la noche, aunque su sonrisa no se borro en ningún momento, ya que estar rodeado de tanta gente completamente eufórica, lograba distraerlo.
A la mañana al despertar, lo primero que hizo fue revisar su celular. Nada. Solo más amigxs y familia. Pero algo llamó su atención, no era el único del elenco de Simona en no saludarlo.
Siempre, en todos los cumpleaños de alguien del elenco, siempre a primera hora el grupo de WhatsApp que compartian estallaba en mensajes. Pero esta vez nada.
Estuvo todo el dia pensando en eso. Le parecia totalmente extraña la situación, ni siquiera un mensaje de Fausto, que es su mejor amigo, ni Angela, que vive subiendo cosas a las redes.
A la noche, habia acordado con sus amigos de toda la vida juntarse en su casa, hacer una previa al estilo Quattordio y luego salir a algun boliche.
Comenzaron a caer uno por uno, algunxs traían el alcohol, otros algo para picar, entre otras cosas, que solian usar siempre que se juntaban. Pasado el rato, llegó Fausto, Renato se sorprendió al ver a su amigo.
-Bue chabon pense que no venias - le reclamó apenas abrió la puerta.
-¿Por qué no vendria wachin? Sos mi mejor amigo. Feliz Cumple - le contestó dandole un besito y una palmadita en la mejilla, para luego ingresar a la casa
-Si, tan mejor amigo que no te dignaste a mandarme ni un miserable mensaje en todo el dia. - respondió indignado cruzandose de brazos.
-Bue no te enojes, me conoces. No soy muy del mensajito sentimental, prefiero venir y pasarla bien con vos. - el cumpleañero suspiró rendido. Tenia razón.
Tipo 3:00 Fausto recomendó que salieran, le habian recomendado un boliche a pocos kilometros, donde si alguno cumplia años, no les cobraban.
Renato aceptó entusiasmado. Durante el viaje, comenzó a sentir una especie de nervios. No sabia el por qué, pero luego de analizarlo bien, no creia al 100% en las palabras de Fausto.
Al llegar al lugar misterioso, le pareció totalmente raro no ver a gente esperando afuera, ni música retumbando afuera, y ni siquiera se veian luces.
-Boludo, ¿estas seguro que esta abierto? - comentó Renato aún inspeccionando el lugar.
-Ehh no se... Me dijeron que si a mi. Entremos - respondió abriendo la puerta y empujando al menor hacia adentro.
El lugar estaba completamente oscuro, Renato no entendia nada. Y para ser sincero, se estaba pudriendo de que lo boludeen.
-Dale chabon, vos me estas jod... - unas luces encendiendose, seguido de un conjunto de gritos lo interrumpió.
-SORPRESAAAAAAA! - gritaron al unisono en todo el lugar, dejando a un Renato Quattordio totalmente sorprendido.
-NOOOO! JODEME. ¿Que es todo esto? - respondió entre sorprendido y feliz, acercandose a los invitados.
-Una pequeña sorpresita que te hicimos. - le contestó Angela acercandose para saludarlo - Feliz cumple pibe - finalizó dandole un beso, dirigiendose hacia otro lado para que alguien mas lo saludara.
-Feliz Cumpleaños Renatito - le dijo Gaston acercandose y colocandole una gorra de River en la cabeza, causando una leve risa del menor.
Pasado un ratito, la noche habia dado un giro de 180 grados. Al contrario de cuando habian llegado, ahora estaba todo ilusiminado por luces de diferentes colores, la mayoria de la gente ya estaba en pedo y algunxs, incluyendo al cumpleañero, tenian glitter por toda la cara.
-Viste boludo, desconfiaste de mi y te cerre el orto. - le comentó Fausto apoyado sobre la barra tomandose un trago.
-Bue, ¿que querias que haga? Me ignoraron todo el dia, ni un mensajito en el grupo. Pense que no me querian ya - dijo medio cabizbajo tomando de la bombillita de la bebida que tenia.
-No seas gil, te amamos. No queriamos que nadie arruine la sorpresa. Nada más eso. - le aclaró sonriendo para luego retirarse dejando a un Renato pensativo.
Suspiró hondo, analizando a toda la gente, sonriendo al darse cuenta de lo afortunado que era al estar rodeado de tanta gente que lo quiere y que lo banca.
Sonrisa que se desvaneció al instante, cuando volvió a notar la ausencia del mayor. Era el unico que no lo habia saludado en toda la noche. La preocupación volvio a el.
Un toquecito en la espalda lo sacó de sus pensamientos. Se giró para ver quien era, encontrandose justo con la persona que más queria ver en el mundo.
Gabriel le sonreia de una manera que a Renato lo dejaba sin respiración, y con el corazón latiendo a dos mil por hora. Ninguno decia nada, y aunque ya estaban acostumbrados, siempre lo hacian estando solos, incomodandolos un poco ahora al tener tanta gente alrededor.
-Ehh hola...-rompió el silencio Tato, tragando saliva debido a los nervios.
-Feliz cumpleaños Tatito - por fin habló Gabi acercandose hacia el y abrazandolo - Te quiero mucho. - lo saludo finalmente, acariciandole la espalda, logrando que el menor le corresponda el abrazo. Se aferro mas a el totalmente relajado, como cada vez que estaba entre los brazos del otro.
-Muchas gracias. Pense que no habias venido - le comentó al romper el abrazo, sacando una cara de confusión de parte del mayor - Es que como no viniste a saludarme, pense que no habias venido - soltó una risita nervioso.
-Ah... Es que tuve problemas con el auto y llegué tarde. Queria estar aca para cuando llegaras pero lamentablemente no pude - agachó la cabeza, logrando que el menor se le acercara, tomandolo de la barbilla levantandole la cabeza con su mano.
Estaban tan cerca, sus labios se encontraban a centimetros, sus miradas bajaban desde sus ojos hasta sus labios.
Se encontraban completamente en su mundo, nadie mas existia en aquel momento, solo ellos dos.
Antes de que Renato lograra romper la distancia que los dividia, Gabriel reaccionó y se fue. Dejando a un Renato totalmente confundido y perdido.
Las ganas de llorar lo invadieron, y lo único que se le paso por la cabeza fue ir corriendo al baño. No queria que nadie lo vea de aquella forma. Al llegar allí se dio cuenta que fue mala idea hacerlo.
Gabriel se encontraba lavandose las manos, totalmente concentrado en lo que estaba haciendo, que ni notó la presencia del menor.
Renato pasó por atras de el, para imitar lo que estaba haciendo y comenzar a lavarse las manos el también. La tensión dentro del menor aumentaba, junto con las ganas de llorar.
Giró a verlo de reojo, encontrandose con esos ojos verdes que tanto lo mataban. Una lágrima amenazo con escapar, haciendo que el menor le quitase los ojos de encima rápidamente, para que no lo notara. Estaba por salir del baño cuando Gabriel lo agarró del brazo, obligandolo a verlo.
-Para, Tato para. - lo detuvo para que no se vaya del baño - ¿podemos hablar? - le rogó mirandolo fijamente a los ojos.
-No tenemos nada que hablar - trató de soltarse de su agarre, pero era en vano, ya que el mayor tenia mas fuerza que el.
- Si tenemos. Perdón por irme asi hace un rato, pero... - se quedó callado, no se animaba a decirlo.
-¿Pero que? Dios Gabriel habla - le gritó frustrado el menor, ya estaba colmando su paciencia.
-Es que me dio medio. Nunca pense que ibamos a estar en una situación asi y arrugue. - agachó la cabeza nuevamente avergonzado.
-¿Miedo a que? - le preguntó imitando la acción de hace un rato, pero esta vez acercandose directamente a sus labios.
-La verdad que ya no me acuerdo - le contestó acortando más la distancia. Hasta que se percató de algo, alejandose un poco - Sacate eso. - le pidió el, menor lo miro confundido - que te saques esa gorra mugrosa. - El menor soltó una carcajada ny negó con la cabeza. - hablo en serio Renato - le dijo seriamente mirandolo a los ojos.
- Sacamela vos si te animas - lo desafío mientras se mordia el labio provocativamente.
El mayor acercó sus manos a la cabeza del menor, pero antes de lograr su objetivo, el menor unió sus labios ferozmente, haciendolo olvidar de todo.
Dirigió sus manos a su cuello, profundizando el beso, dando lugar a explorar sus bocas por completo. El menor que agarraba su cara con sus manos, lo acariciaba suavemente, haciendolo soltar pequeños suspiros de satisfacción.
Al separarse por falta de aire, se miraron totalmente sonrojados, para luego volver a besarse. Gabriel en un movimiento rápido, logró sacarle la gorra, sin recibir ningun tipo de queja, y hundiendo finalmente sus dedos entre su pelo.
El ruido de la puerta, seguido de esta misma abriendose, hizo que se separen.
-Uhh.. Perdón... Tendria que haber preguntado. - se disculpó Gaston al notar los pelos desordenados de ambos junto con sus labios humedos.
-Esta bien, estabamos hablando... Hablando nada mas - mintió Gabriel nerviosamente girando a ver a Renato.
-Claro, claro hablando. Chicos conmigo no, pero no voy a decir nada, no se preocupen - les sonrió haciendolos sonrojar a ambos. - pero si no quieren que sospechen tenemos que ir ya para alla. Te vine a buscar porque Angela esta densa con que soples la vela y bueno me mando a buscarte.
Los dos chicos soltaron una risita para luego dirigirse hasta la pista de baile. En el centro de esta ya se encontraba una mesita, con una mega torta de color roja y blanca encima, y una vela en el centro preparada para ser encendida.
El menor se acercó sonriente hacia la torta. Comenzó a visualizar a todos los invitados, y no pudo contener la sonrisa al cruzar su vista con los del mayor. Comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños, mientras el pensaba en sus tres deseos.
Al momento del tercer deseo levantó la vista, buscandolo a el. No necesitaba decir nada, el ya sabia que estaba pidiendo. Sopló la vela y el lugar se inundó en aplausos y saludos.
El momento de que lo salude el llegó, junto con los nervios del menor.
-Feliz Cumpleaños Tatito-lo abrazo depositando un beso sobre su cuello mientras le acariciaba la cabeza. - que todos tus deseos se cumplan.
El menor solo pudo sonreir ante ese comentario, porque sabia que queria lo mismo que el. Sabia que su deseo era poder estar juntos. Sin ningun tipo de atadura que se los impida. Sin miedo. Solo disfrutando del uno y del otro. Siendo ellos mismos y dandole lugar a lo que sienten.
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