SABORES
Era medianoche, Blas y Junior eran las últimas personas que se encontraban en su bar. Como era miércoles, cerraban temprano, ya que los dias de semana la clientela era muchisimo más tranquila y en menor cantidad que los fines de semana.
Junior terminaba de ordenar las mesas mientras Blas contaba la plata que habian recaudado en el dia.
-Bueno ya termine de contar, 3500 hoy. - le contó a su novio que estaba muy concentrado haciendo su trabajo.
-Buenaaa. Es muy bueno para ser miércoles. Estoy muy orgulloso de nosotros. - le contestó acomodando la ultima silla para luego acercarse a el.
-Yo la verdad que también. Logramos superar todo y aca estamos, manejando nuestro bar - el bartender aprovechando la cercania, le rodeo la cintura con sus manos.
-Nuestro Bar. Que lindo suena eso - respondió rodeando su cuello con sus brazos y depositando un pequeño beso.
-Bueno, vamos a casa. - le recomendó soltandolo, aunque el menor no se lo permitió, aferrandose más a el.
-Quedemonos un ratito más. No aguanto a casa - le susurró contra los labios y bajando su vista hacia estos.
-Bebé no da. Aparte tenemos que levantarnos temprano mañana. - le explicó esquivando su rostro y su mirada. Si lo veia no aguantaría las ganas.
-Ufaaaa - se quejó el menor - bueno vamos. - sentenció rendido y luego de darle un corto beso, salió del bar.
El viaje a casa fue muy silencioso. Junior no podia creer que su novio se negara a que lo hicieran en el bar, como si fuera la primera vez que sucediera.
-¿Junior podes dejar de ser un chiquilin? No podes pasar toda la vida sin hablarme por esta pavada. - le reclamó indignado apenas llegaron al departamento que compartían.
-No se que queres que te diga la verdad. Me jodio que quieras que vengamos tan rápido. Pareciera que no queres estar conmigo - respondió indignado cruzandose de brazos.
-Amor, no seas exagerado. Solo no queria que lo hagamos en el bar porque no es lo más comodo que digamos. Jamas me negaria a estar con vos. - le explicó acercandose y juntando sus frentes.
-Demostramelo - le pidió suspirando sobre sus labios.
-¿Eh?¿Como? - preguntó extrañado el bartender.
-No se, hace lo que quieras. Pero hacelo. - el mayor se quedó unos segundos pensativo, hasta que una idea se le vino a la cabeza.
Fue hacia el cuarto, dejando a un Junior totalmente confundido ante su reacción. Al volver, lo hizo con un pañuelo en sus manos.
-¿Para que es eso Blas? - preguntó tragando saliva nervioso.
-Shh. Sentate - le pidió señalando una de las sillas alrededor de la mesa. - y disfruta - finalizó susurrandole en el oido.
El menor se estremeció al imaginarse las miles de opciones de lo que su novio podia llegar a hacer.
-Mi amor, ¿me podes decir que vas a hacer? Me da miedo.
-Tranquilo que no es nada ilegal. -lo tranquilizó divertido ante el nerviosismo de su pareja. - ¿Conoces el juego de los sabores? - el menor negó - Bueno, el juego consiste en que uno tenga tapados los ojos, mientras que el otro le hace probar diferentes tipo de cosas para que adivine.
-Ojo con lo que me metes a la boca Blas eh - le advirtió con doble sentido a su novio antes de empezar con el juego.
El bartender fue en busca de lo que necesitaba, mientras tanto Junior se moria de curiosidad por lo que sea que le hiciera probar.
-Bueno, empiezo con algo tranqui. Abri la boca - le pidió dirigiendo la cuchara con la sustancia hacia su boca. El menor obedeció y saboreo un par de veces, hasta terminar de darse cuenta de que era.
-Mmm... Es algo que sabes que no me gusta, asique tengo miedo a lo que se pueda venir. - comentó divertido antes de finalizar su veredicto - Mostaza.
-Muy bieeeen. A ver si adivinas esta - lo desafió. Junior mordió y automaticamente supo que era con facilidad.
-Ay Blas, son gomitas. Si va a ser así de fácil es re aburrido. - se quejó haciendo un puchero.
-Bue, bue, bue, tranquilo. Esta vez hace trompita. - Junior levantó las cejas - Dale amor haceme caso. - Junior lo hizo, sintiendo como algo se depositaba sobre sus labios, que sin dudarlo lamio.
-Uy este si que es más complicado. Creo que es c... - Blas sin poder evitarlo se acercó a sus labios y deposito un besito. - ¿Qué fue eso? - preguntó sonriente.
-Ay perdón. Es que te veias tan lindo con la crema en la boca, que no me aguante. Sigamos - respondió buscando lo siguiente. - Abri la boca y chupa. No muerdas hasta que yo lo diga- le indicó y asi lo hizo.
Verlo asi, chupando con cierta inociencia pero a la vez provocación, lo volvia loco. Si fuera por el mandaria el juego a la mierda y lo haria suyo ahi mismo.
-¿Puedo morder ya? No logro descifrar que es - le pidió Junior sacandolo de sus pensamientos con la aceituna entre sus dientes.
-Eh si si. - el menor lo hizo y pudo adivinar de lo que se trataba. Festejó entusiasmado causando una sonrisa de parte del mayor.
Blas aún atontado por lo sucedido hace segundos, decidió repetir la acción con otra cosa.
-Mmm... No se - respondió luego de morder el nuevo alimento. - dame otro y asi capaz logro adivinarlo. - pidió y el mayor obedeció.
Junior esta vez siguiendo el juego de su novio, comenzó a chupar con provocación, sacandolo y metiendolo en su boca reiteradas veces, no solo estimulandose a si mismo, sino provocando cosas inexplicables bajó el vientre del otro. - Pepinitos - finalizó el juego para terminar de masticar y tragar.
Ya sin poder aguantar más la situación, Blas decidió que era hora de finalizar el juego de la mejor manera. Agarró el alimento en cuestión y lo acercó a la boca del menor.
-Aaaay Blas. Esto pica como la concha de la lora. - se quejó apenas mordió la pimienta roja que su novio le habia dado.
El calor lo invadió automáticamente en todo el cuerpo, específicamente en su entrepierna.
-Perdón, pero queria terminar el juego de la mejor manera. Toma este último asi se te pasa. - acercó su dedo indice a su labios.
-Mmm cacao... Aaay si me calmó un poco. Gracias - dijo sacandose finalmente el pañuelo de los ojos y recuperándose del ardor en su boca.
-Perdón bebe. - se disculpó nuevamente - No queria lastimarte.
-Esta bien Blas. Es parte del juego, que por cierto me encantó. Más que nada porque gane. - respondió victorioso con una sonrisa de oreja a oreja.
-Si, si. Felicidades. - lo felicitó aplaudiendolo. - Pero ya que no jugue yo. ¿Queres saber que sabor me gusta mucho? - preguntó acercandose a el.
-No- negó el menor serio ante la intimidación que le provocaba su novio.
- Me gusta mucho, pero mucho, el sabor de tu boca- el menor soltó una carcajada ante su respuesta. - En serio te digo tonto.
-¿Ah si? ¿Y que sabor tiene? - indagó relamiendose los labios para quitar el resto de cacao que le quedaba en la boca.
-Mmm...-dudó acercandose y dandole pequeños besos y lenguetazos sobre sus labios - No se, un sabor único y especial. Inexplicable.
Junior se quedo analizando lo que le acababa de decir, con sus rostros a centimetros del otro, mirandose fijamente a los ojos. Sin más, se abalanzo sobre sus labios, deborandolos apasionadamente.
Sacandose todas las ganas acumuladas desde que estaban en el bar, hasta el jueguito que se le habia ocurrido a Blas, terminaron haciendo el amor desesperadamente. El placer que sentian era mucho más fuerte que todas la veces anterior que lo habian hecho. Prometiendose asi, volver a jugar aquel juego todas las veces que sean necesarias.
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