PLAY(ROOM)
Los hermanos Guerrico se encontraban junto a sus amigos en el salón de juegos de la mansión familiar. Habian organizado un campeonato de fútbol en la play, que solian hacer una vez por año.
La final habia quedado entre Blas y Dante, los dos mejores eran super competitivos, más cuando se trataba de un partidito de play entre sus equipos favoritos: Boca y River.
- ¡AMOR! Ya se que dijiste que no querias jugar, pero por favor dejame jugar tranquilo a mi. - lo retó Blas a su novio que se encontraba sentado sobre su regazo impidiendole manejar correctamente el joystick.
-Pero si sos el número uno mi amor. Hasta con los ojos cerrados podes ganarle a este gil - respondió señalando a su hermano para luego darle besitos poe toda la cara al mayor, impidiendole la vista al televisor.
-GOOOOOOL!! - gritó sorpresivamente Dante junto los amigos que aún se encontraban allí, asustando a la pareja que se separó bruscamente.
-Uy sos un boludo, te esta ganando ahora. - le reclamó el menor a su novio indignado.
-¿Me estas jodiendo Junior? No me dejaste ver, obvio que me iba a meter un gol. - le respondió enojado por lo que acababa de decir.
-Bueno, bueno pero no te enojes. - trató de convencerlo dandole besitos en la mejilla, para luego acercarse a su oído - si ganas, te prometo que festejamos juntos. - le susurró haciendolo sonrojar por completo.
-Bueno viejo, me empalaga tanto amor, ¿podemos seguir jugando tranquilos? - se quejó Dante. El menor rodó solo los ojos levantandose de encima de su novio. .
-Bueno, bueno me voy a ver que estan haciendo las minas, que seguro debe ser más entretenido que esto. Suerte amor - se acercó al bartender para darle un último beso. - y no olvides lo que te dije. - le susurró nuevamente para luego guiñarle el ojo y salir de la habitación.
Luego de casi una hora y media jugando, Blas logró ganarle a Dante 3 a 2. El bartender se encontraba muy feliz, pero no solo por la victoria, sino por la promesa que le habia hecho el menor de festejar juntos.
-Bueno hermano ganaste, te felicito- Dante abrazo a su amigo, que no podia ocultar la sonrisa de lo feliz que estaba.- che, ¿vamos arriba? Le pedimos algo a Javiera o Lucre para morfar porque no quedo nada - lo invitó observando la mesa totalmente desordenada y vacia.
-Ehhh no, yo ahora voy no te preocupes. Tengo que buscar unas cosas que me olvide el otro dia... - se excusó para que lo dejaran solo.
-Okay... - contestó no muy convencido el hermano del medio de los Guerrico, para retirarse junto con sus amigos hacia la sala de la casa.
Cuando estuvo completamente solo, se dejo caer sobre el sillón. Se puso a visualizar todo el lugar. Ese mismo lugar donde todo habia comenzado. Tantos recuerdos se le venian a la mente, y no pudo evitar sonreir.
-¿Me extrañaste? - una voz en su oido, junto con dos manos tapando sus ojos lo sacaron de sus pensamientos.
Cuando sus ojos fueron destapados, se levanto del sillón girandose a ver a la persona que se encontraba en frente. Su sonrisa se ensancho más al ver lo producido que estaba y comenzo a acercarse a el.
-Veo que ganaste - rompió el silencio Junior, a medida que su novio se acercaba a el.
-Y bueno, tuve un muy bueno amuleto de la suerte - comentó el mayor acercandose cada vez mas hacia el.
-¿Ah si? ¿Y puedo saber cual fue? - lo interrogó acortando más la distancia y rodeando su cuello con sus brazos.
-No se decime vos - ni siquiera lo dejó responder cuando se le tiró a sus labios para besarlo apasionadamente.
El beso estaba totalmente subido de tono. Se trataba de una perfecta sincronizacion entre sus cabezas, dando lugar a que sus labios se unieran como un rompecabezas mientras sus lenguas chocaban entre si.
Cuando el aire los obligo a separarse, Junior empujó a Blas contra el sillon, dejandolo tumbado a este contra el mismo. Se ubico encima de el, haciendo sonreir al recordar que aquella posición era la misma de cuando se besaron por primera vez en la fiesta de la primavera. Pero esta vez la situacion era totalmente distinta.
Junior le dio un pequeño beso, como el de aquella vez, pero luego se dirigió directamente a su cuelllo, mientras que con ambas manos se dirigia hacia el borde de su remera, con intención de sacarsela.
-Para, para amor. Puede entrar alguien - lo separó mirandolo fijamente a los ojos.
- Shh tranquilo. Cerre la puerta con llave. No voy a dejar que nadie nos interrumpa. - le informó levantandose de encima.
Rodeó el sillon, haciendo que el mayor se incorpore mejor en este. Blas estiró los brazos a lo largo del respaldo del sillón, expectante de lo que sea que iba a ser el menor.
Junior se sentó sobre el regazo de su novio, haciendo que el mayor suelte un quejido debido al choque provocado entre ambas erecciones.
Prosiguió a sacarle la remera volviendo hasta su cuello, besandolo y mordisquiendolo suavemente. Bajó la mano hacia la entrepierna del bartender, masajeandolo y apretandolo por encima del jean.
Se levantó de sus piernas arrodillandose en frente de el. Llevó sus manos hacia el cierre del pantalón bajandolo lentamente.
-Ha... Hacelo Junior -le suplicó respirando cortadamente debido al placer, logrando sacar una sonrisa maliciosa de parte de su novio.
-Ansioso que sos, todo a su tiempo che - respondió acercandose a su pecho, dejando pequeños besos por todo este y enfocándose más que nada en las partes que lo hacian retorcerse de placer. .
Volvió a bajar, esparciendo besos por las caderas del mayor, volviendolo completamente loco, a medida que sentia su respiración cada vez mas cerca de su zona mas sensible.
Luego de un rato de juego, el menor por fin le bajó el boxer, dejando libre su gran ereccion que se encontraba casi en el limite.
Con una mano comenzó a masajear el miembro del mayor, mientras se estiraba para seguir repartiendole besos por todo el pecho, dejando marcas por todo este.
-Dale pendejo que no aguanto más - le pidió casi ordenandole, con la voz totalmente ronca.
Lo soltó, abriendole aún más las piernas, ubicandose entre ellas. Dirigió su boca hacia el miembro comenzando a jugar con su lengua en la punta de este, para luego meterselo completamente. Chupó y lamió lo mas que pudo, con la ayuda de su novio que hundía sus dedos en su pelo para ayudarlo a controlar lo movimientos.
Luego de aquella acción, se paró para sacarse toda la ropa el mismo, no sin antes agarrar del bolsillo de su pantalón el lubricante y un preservativo. Le hizo una seña al mayor para que se recostará y luego se subio encima de el.
-¿Estas seguro? Osea nunca... - el menor lo cayó con un beso en forma de aprobación.
-Yo se que vos siempre quisiste esto aunque nunca me lo hayas dicho. Y yo lo quiero tanto como vos. - le respondió mirandolo fijamente a los ojos para que le creyera. Volvió a unir sus labios de una forma totalmente salvaje.
A ciegas, se esparció el lubricante por tres de sus dedos, para luego dirigirlos hacia la entrada del mayor. Masajeo suavemente la misma con su pulgar, para acto seguido ingresar el primer dedo.
El mayor soltó un quejido, que fue reemplazado rapidamente por un gemido al sentir el ingreso de un segundo dedo en su interior.
-Ya est....ya estoy listo..-suplicó moviendo sus caderas contra los dedos del menor.
El menor retiró ambos dedos, abriendo ahora, el paquetito de preservativo y poniendoselo.
-¿Estas seguro? Nada nos apura amor- le dijo citando las palabras que le dijo el mayor cuando tuvieron su primera vez.
El mayor solo soltó una carcajada para luego besarlo en forma de aprobación. Ahogó un gemido en los labios del otro al comenzar a sentirlo adentro suyo. Junior aunque sea un inexperto en esto, sabe perfectamente que tiene que darle tiempo a que el otro se acostumbre.
Fue el mismisimo Blas el que inició el movimiento, empujando sus caderas hacia arriba. Asi fue como Junior comenzó a moverse, primero movimientos lentos que fueron aumentando de velocidad a medida que el mayor se lo pedia.
Luego de varias embestidas, junto con caricias por todo el cuerpo del otro, y muchisimos besos, terminaron llegando casi al mismo tiempo al orgasmo, dejandolo conpletamente exhaustos.
Junior se bajó de encima de el para que el mayor pudiera sentarse mejor. Cuando este lo hizo, el menor se acurruco entre sus brazos en calido abrazo.
-Che, siempre que lo hacemos yo te termino cuidado ¿Asique no tendria que ser al reves ahora? - le reclamó acariciandole la espalda desnuda, causando un suspiró y sonrisita de parte del menor.
-Si, si tenes razón, pero esta vez fue una excepción. Vos siempre vas a tener que cuidarme, aunque yo sea el que te lo haga. - le respondió levantando la vista.
-¿Eso significa que lo repetirias? - le preguntó provocativamente acercandose a el.
-Eso si vos me dejas. Y con la condición de que me vas a seguir cuidando igual - le pidió beboteandole acercandose más a el.
-Siempre - le respondió Blas sonriente para volver a besar esos labios que lo volvian loco.
Allí se quedaron el resto de la tarde, "festejando" de la mejor foema en la que podian hacerlo. Amandose.
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