~Año 2009~

Un Junior de 10 años esperaba ansioso el regreso a clases. No era muy fan de la escuela, ni tampoco de volver a ella, mucho menos luego de las espectaculares vacaciones que habia tenido. Solo una cosa lo emocionaba, o para ser más especifico, una persona.

Las primeras dos horas fueron de extremo aburrimiento, le tocaba lengua, materia que no entendia en lo absoluto. Esperaba ansiosamente que la bendita campana sonara, no solo para tomar aire y librarse de esa asignatura, sino también para poder verlo a el.

La campana sonó, dejando a ir a todo el alumnado como si de una manada se tratara. Junior a pesar de ser el último en salir, lo hizo velozmente. Se dirigió al lado del kiosco del colegio, sentandose en uno de sus bancos, su banco.

Espero varios minutos, sin éxito. Varios alumnos que se encontraban en el patio comenzaron a mirarlo de manera extraña, causando que el pequeño se sintiera avergonzado, y termine corriendo hacia el baño a llorar.

Pasó el resto del dia pensativo. Le parecia raro que aquel niño, el más responsable que habia conocido, con el cual habia compartido los ultimos 2 años todos los recreos, no se presentara el primer dia de clase.

Al llegar a casa, fue directo a su cuarto. No queria ver a nadie. Se sentía dolido, que la unica persona que tenia, en la que confiaba, le habia fallado.

El resto de los dias no fueron diferentes, lo unico que hacia era recordar momentos juntos, mientras que su subconsciente lo hacia escribir repetidamente su nombre en cada cuaderno que tenia.

Una lagrima no pudo evitar escaparse de su ojo al recordar uno de los momentos más importantes de su amistad y de su vida.

*Flashback*

Los dos chicos se encontraban en el patio del colegio, a pesar de que el frio invierno de mitad de año estaba haciendose presente, a ellos les encantaba.

Junior observaba como el resto de los chicos jugaban en el patio de adentro, y una duda que venia teniendo hace un tiempo volvio a presentarse, ya sin poder evitar no preguntarselo.

-Blas... - el de rizos se giró a verlo, sonriendo de ternura al ver al otro todo manchado por el alfajor de chocolate que estaba comiendo. - ¿Por que en vez de estar jugando con el resto de los nenes... te quedas aca conmigo? - el mayor se sorprendió ante esa pregunta, la cual se quedo analizando varios segundos.

-No se, con ellos comparto la mayor parte del tiempo. En cambio con vos, solo te veo en el recreo. Y en tu casa, pero siempre esta Dante y te termina echando y no me gusta. - confesó, medio sonrojando bajando la vista.

Junior solo sonrió, también sonrojado, dedicandose a terminar su alfajor, sin poder responder nada, debido a que el timbre avisando el fin de recreo habia sonado.
*Fin de Flashback*

Unas que otras lagrimas se deslizaron por su rostro, no entendia bien el porqué le afectaba tanto todo esto.

Llegó a su casa, dispuesto a hacer su tarea, aunque no la entendiera. Abrió sus cuadernos, encontrandose con hojas repletas con su nombre. "Blas" en todas las letras, colores y tamaños posibles. Aunque no quisiera hacerlo, terminaba escribiendo su nombre una y otra vez, casi sin poder controlarlo.

-¿Blas? - escuchó la voz de Dante atras suyo. Rápidamente cerró el cuaderno - ¿Por que decia Blas ahi? - Junior no sabía que responder, solo queria que se vaya antes de que comenzara a llorar otra vez.

-Ehh... Es una hoja que me dio el. Me la dio la última vez que nos vimos, como regalo de vacaciones. - mintió.

-Que raro. A mi no me dio nada. - respondió extrañado - ojala que cuando vuelva de su viaje me traiga algo. - finalizó causando que el menor abriera los ojos. - ¿Qué no sabias? - el menor negó - Los padres de Blas tuvieron que mudarse a otro pais por trabajo, y el va a terminar la primaria y empezar el secundaria alla. - finalizó para luego subir las escaleras hacia su cuarto.

Junior quedo en shook. Ahora entendia todo, y nada a la vez. Miles de preguntas invadieron su cabeza.¿Por qué no le conto? ¿Por qué no se despidio? ¿Se acordara de el? ¿Le habra importado su amistad?

Volvió a partir en llanto, girando a ver su cuaderno. Lo abrió, encontrandose con todas las hojas escritas con el nombre de el. Arrancó y destrozó una por una.

Sin pensarlo se deshizo de todo rastro de Blas en su vida. Sabia que luego se arrepentiria, pero en ese instante fue la unica solución que encontró para desahogar todo lo que sentia, que realmente no sabia que era.

Decidió que era mejor olvidarlo, hacer nuevos amigos, y seguir adelante con su vida, como hizo Blas con la suya. Estaba 100% que funcionaria, y de que el no regresaría.

~Año 2013~

Junior estaba completamente enojado. Su hermano lo habia mandado al frente al decirle a su tio que habia falsificado su firma, causando que este le prohiba ir al club donde jugaba, por meses.

Se dirigió al playroom de la casa, en busca de su hermano mayor. No se la perdonaría fácil y necesitaba descargarse con el. Al llegar lo encontró de espaldas, y no dudo ni un segundo en cobrarle lo que habia hecho.

-Sos un botón- le grito indignado, lanzandole uno de los almohadones que habia encontrado en el camino.

La persona en cuestión se giró sorprendido y asustado por el golpe que habia recidibido. Pero la sorpresa más grave se la llevó Junior, cuando vio que aquel sujeto no era su hermano.

Sus ojos se conectaron directamente con los del otro, sintiendo una conexión conocida con ellos. "No, no. No puede ser el" pensó el menor.

Años habian pasado desde la última vez que se vieron, años preguntándose el porqué se fue, y el porqué no se despidió. Y allí estaban, frente a frente nuevamente, justo cuando habia logrado olvidarlo. Donde nació un sentimiento mutuo, que en un futuro descubririan.