NOCHE EN NEUQUÉN

(Continuación de ascensor)

A pesar de estar cansados y de que la protagonista este ausente, estaba asegurado que su primera noche de gira no seria para nada tranquila.

Pidieron autorización para hacer una "tranquila" fiesta en la gran pileta que tenia el hotel. Los dueños al tener hijos fans de la novela accedieron sin problema, con la condición de no provocar daños y no molestar al resto de los huespedes.

Eran las pasada doce de la noche, y la mayoria ya estaba completamente en estado de ebriedad. Especialmente Renato Quattordio, que ya estaba totalmente sacado, cantando, bailando y debido a su torpeza ya se habia caido varias veces al agua.

-Che, ¿por que no te lo llevas arriba? Esta realmente mal. Y además podrian terminar lo que interrumpí hoy - le aconsejó Gaston a Gabriel que no le habia quitado los ojos de encima en toda la noche.

-Ya le dije, pero no me hace caso. - respondió volviendolo a mirar. A pesar del estado, verlo tan feliz y libre lo volvía loco.

-Galliiiiiiiicchiooooooo - lo llamó acercandosle cuando lo vio solo.

-Estas muy mal boludo. Vamos al cuarto, dale. - le pidió agarrandolo de la mano intentando  arrastrarlo hacia el hotel.

-Noooo. No seas aburrido che. - le respondió girandolo rápidamente - tiremonos una ratito a la pileta - le pidió haciendo un pucherito.

-Hace frio ya, aparte mi traje de baño esta sucio. - se negó tratando de zafarse de agarre.

-Ay dale, un ratito. Y después si queres vamos al cuarto a terminar lo que empezamos hoy. - le susurró en el oido, logrando que toda la piel del rizado se erizara.

Con aquellas palabras, logro salirse con la suya y terminaron ambos tirandose a la pileta. Nadando y tirandose agua, como si  de niños de 5 años se tratase.

Aunque hayan acordado que seria solo un rato, se termino convirtiendo en horas, al punto de que eran los únicos que seguian alli.

-Dale Tato vamonos ya. Me estoy congelando.--le pidió Gabriel sentado en el borde la pileta.

-Fua, tan desesperado estas de irnos. ¿Para que queres que nos vayamos ya si aca también la podemos pasar bien? - lo cuestionó, dando vuelta por toda la pileta.

-¿Ah si? ¿Como? - preguntó curioso. Renato, parando con lo que estaba haciendo, se acercó ubicandose entre las piernas del mayor.

-Bajate y te digo. - Gabriel lo miró por varios segundos, no queria volver a caer en su trampa. Suspiró frustrado pero aún asi accedio.

Se bajó lentamente, quedando entre la pared y el chico que lo habia llevado a esta situación. El espacio personal casi ni existia en aquel momento. Espero unos segundos a que el otro hiciera algo, pero nada. Solo se dedicaron a mirarse el uno al otro.

-Bueno. ¿No vas a hacer na... - sin previo aviso, Renato metió su lengua en su boca, dandole comienzo asi a un beso de suma desesperación.

Gabriel siguiendole el juego, lo tomo por las piernas alzandolo a upa, provocando una risita divertida del más chico, abrazandolo complatemente por el cuello.

Estuvieron largos minutos asi, sintiendo sus cuerpos más cerca que nunca, explorando sus bocas con todas las ganas del mundo. Pero todo eso no bastaba.

-¿Estas seguro que no queres ir a la habitación ahora? - le preguntó Gabriel nuevamente, después de darse cuenta a donde conduciria todo esto.

Renato solo asintió, para volver a besarlo fuertemente. Enredó sus piernas en su cintura, para no caerse en el intento de Gabriel de salir de la pileta con el a upa.

Sin saber bien como fue posible, lograron llegar a la puerta de la pieza en la misma posición, separandose solo cuando el aire se los pedía.

Renato se bajó de Gabriel, luego de que se lo pidiera reiteradas veces para poder abrir la puerta. Al ingresar al lugar el mayor decidió tomar el control de la situación y lo acorralo contra la puerta.

Descendió sus labios hacia su cuello, dejando marcas y dulces besos. Renato mientras tanto cerraba los ojos, se mordia el labio y hundia sus largos dedos en los rizos del otro.

Habia querido este momento desde hace mucho tiempo, básicamente desde la primera vez que se besaron fuera de camaras. Esa vez se quedo con las ganas de más, mucho más.

Ambos sabian que la gira seria el escenario perfecto, donde podrian estar solos sin ninguna excusa y lejos de todo lo que les impiera estar asi.

-Da... Dale Gabriel. - le suplicó con la voz entrecortada, la excitacion lo estaba invadiendo por completo.

-¿Que queres? - le preguntó un Gabriel con la voz ronca de placer.

-Llevame a la cama. Por favor - le pidió separandose de el para poder verlo a los ojos.

Gabriel le sonrió traviesamente para acto seguido tomarlo por las piernas, como hacen los principes con las princesas. - Para boludooo ¿que haceees?. Bajameee. - gritaba y golpeaba el pecho para que lo soltara.

-Queria ponerle un toque de romance al momento - le respondió luego de tirarlo a la cama y subirse encima de el.

-Aww miralo al conde romántico - se burló divertidamente, haciendo reir a ambos.

Se quedaron largos minutos asi, solo mirandose. Hasta que el menor decidió que era hora de  empezar con la acción. Lo agarró por el cuello incitándolo a que sus lenguas se vuelvan a encontrar.

La manos de Gabriel pasearon por todo el cuerpo de Renato, especialmente por esas piernas largas que tanto le marcan aquellos jeans ajustados que usa. Como ninguno de los dos tenia ropa puesta, solo el traje de baño, la cosa se les hizo muchisimo más facil.

Gabriel fue bajando por todo su pecho, dejando besos húmedos y concentrándose en las partes que hacian al otro temblar de placer. Cuando llegó al elastico del short de baño, lo miró con una sonrisa picara, para luego sacarlo de un tiron.

Se incorporó mejor para poder tomar la ereccion del otro con sus manos. Aunque era un inexperto en esto, verlo retrocerse y gemir su nombre le daba la señal de que lo estaba haciendo bien.

Luego unas cuantos masajes sobre este, y muchas suplicas poco descifrables que salian de la boca del menor, acercó su rostro a el miembro y lamio la punta.

Era su primera vez con un chico, pero que sea Tato lo hacia muchisimo más facil. Comenzó a pasear su lengua desde la base hasta la punta para después por fin envolverlo completamente con sus labios.

Succiono y sacó varias veces de su boca, con ayuda del otro que tenia sus manos sobre su cabeza, logrando una perfecta sincronizacion. Detuvo su trabajo antes de que Renato lograra acabas, ya que ambos, con la respiración totalmente agitada, sabian que eso era solo el principio.

Se levantó de donde estaba para volver a quedar a su altura. Lo besó lenta pero apasionadamente, debido a la abstinencia.

-Los forros y el lubricante estan en el bolsillo de mi bolso - el mayor lo miró sorprendido. - ay dale, ya se lo que queres hacer. No te hagas el boludo y anda a buscarlos.

Gabriel solo se limitó a reir y darle un corto beso para luego ir en busca de lo que necesitaba. Embardunandose 3 dedos, según las indicaciones que le iba dando Renato, se posicionó entre sus piernas.

Con un beso como aprobación introdujo el primero, apagando un grito en sus labios. Sin esperar a que se lo pidiera, introdujo el segundo, moviendolos profundamente llegando a un punto que dejaba mareado al más alto.

Sin necesidad de que el tercer dedo se una, le avisó que ya estaba preparado. Poniendose el preservativo de forma desesperada, fue entrando lentamente en el, esperando a que se acostumbrara.

Sabia que Renato ya tenia experiencia en el asunto, y no queria decepcionarlo. Asique cuando ya se dio cuenta que estaba listo, comenzo a moverse dentro de el. Con  ayuda de Renato que enredó sus piernas en su cintura, intensificando la unión.

Entre besos, embestidas, gemidos y caricias, ambos llegaron al maravilloso orgasmo, quedando ambos totalmente exhaustos.

-¿Estuvo bien Faustito al irse del cuarto no? -le preguntó Gabriel saliendo de el, recuperando el aire.

-Re si. Pobre si llegaba a encontrarnos asi. - le respondió Renato sonriendo de oreja a oreja.

-¿Y ahora que? - le salió preguntar. No tenia idea de como seguirian después de esto.

-Y... Ahora a dormir . Mañana tenemos función ¿te acordas? - le respondió haciendose el desentendido mientras le tocaba la nariz.

-Ya se tarado. Me refiero a nosotros - le explicó señalandolos a los dos. - Que vamos a hacer con lo que pasó? - preguntó tragando saliva.

-Y no se. Yo creo que lo mejor es aprovechar. Aprovechar todos los hoteles que seguramente vamos a compartir durante la gira. Y bueno después veremos que hacemos ¿si? - lo cuestionó para ver si entendía.

El mayor asintió volviendose a tirar sobre el. Aunque el menor recomendó dormir, ya que tendrian un largo dia, ninguno de los dos pudo evitar las ganas de volver a entregarse en cuerpo y alma una vez más. Ansiando a que más fechas lleguen, a qué más hoteles tengan que compartir y a que esta gira, dure para siempre.

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