Capítulo 43: Hasta nunca.

No recuerdo cuándo fue la última vez que me senté con esta gente y teníamos cubiertos. No recuerdo la última vez que reímos como ahora. No recuerdo la última vez que me sentí tan segura, sin que me doliese el corazón de tanto latir. Tan lejano está todo eso que hoy es como si lo viviera por primera vez.

Hasta parecemos una familia normal.

Cuando me voy, les digo que mañana regreso a Vilnuk pero que volveré algún día. No puedo evitar sentir dolor cuando dejo atrás la calidez con la que acabo de reencontrarme para tirarme de cabeza al abismo donde se encuentra mi prisión.

Cuando camino por la calle, al atardecer, completamente desierta, en seguida noto que me siguen. ¿Dago me ha descubierto? No. Estoy extrañamente tranquila. Es alguien inofensivo.

- Dime cuándo vas a volver ­- La voz seca de Albin suena en cuanto se percata de que les he descubierto. Ada también está.

- No lo sé ­- contesto con lástima -. En el trabajo son muy exigentes y...

- A mamá y Freddy puedes engañarles, pero a nosotros no ­- interrumpe -. Sira, ¿quién eres y qué haces en realidad?

- Lo que os he dicho.

- No tengo tres años - insiste.

Ya odio lo suficiente el tener que mentirles para protegerles como para encima soportar esto. Ya está, se acabó, no puedo seguir...

Cojo aire.

《¡Cállate! 》 Me digo.

- Asesina a sueldo.

Permanezco seria y con el corazón a punto de atravesarme el pecho. No me contestan.

- Ahora fuera de aquí antes de que descubran que he ido a visitaros y os maten.

Ada me mira sorprendida, Albin furioso.

- Adiós, Sira. No quiero una hermana con las manos manchadas de sangre - Con los ojos empañados de decepción y voz sólida se da la vuelta. No puedo obligarle a aceptarlo.

Miro a Ada, impotente.

- ¿Por qué? - pregunta.

- Tenía que sacaros de ese infierno como fuese.

- ¿Y te ha merecido la pena acabar en uno peor?

- Sí - trago saliva.

Ada se acerca corriendo y me abraza. Sonrío a la nada. Ada...

- Di lo que quieras, pero no eres una asesina y tarde o temprano te darás cuenta - susurra.

- ¿Crees que Albin me perdonará? ­- pregunto con tristeza.

- No lo sé... - suspira.

Voy a abrir la boca de nuevo cuando Ada deja de abrazarme y da media vuelta.

- Por cierto, siempre he sabido que papá no se suicidó. No tengo ni idea de cuál es la verdad, pero estoy segura de que no nos abandonó - sonríe.

- Yo...

- No me lo cuentes, prefiero no saberlo. Buena suerte, Sira.

Esta niñata cada día me sorprende más. Nunca he sabido cómo es capaz de llegar a ese tipo de deducciones ella sola ni cómo consigue calcular el momento exacto para soltarlas...

Debería estar triste por haber perdido a Albin, pero algo me dice que no lo he hecho del todo... Puede que algún día consiga recuperarlo.

Miro lo que queda de los lejanos rizos rojos que rebotan en el horizonte. Sólo puedo sonreír y agradecerle toda esa confianza que me da y no merezco.

《Volveremos a vernos, pequeña Ada.》

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top