Capítulo 16: Marioneta humana.
"Mi tutor entreabre los labios para responder cuando..."
... oímos una sirena no muy lejos de nosotros. Un coche policial nos está persiguiendo y, dentro de él, van los dos agentes que nos han dejado ir junto con un tercero.
Me preparo para salir corriendo, pero Jack me detiene.
— Sé un poco más lista, novia cadáver — balbucea.
— ¡Deteneos! — grita el nuevo policía, quien acaba de abrir la ventanilla del vehículo.
Cuando alcanza nuestra posición, las autoridades salen del coche y la pareja de antes nos sujeta. Ni Jack ni yo oponemos resistencia.
— ¿Dónde crees que vas, Windsor? — pregunta el probablemente jefe del cuerpo. ¿Me conoce?
No contesto. Me limito a mirarle.
— ¿Sabes...? Eres igual de despreciable que tu padre — me mira de arriba abajo —. Andando, llevadla a su celda y de paso detened a su amigo — escupe las palabras cargadas de desprecio.
Definitivamente ha oído hablar de mí. Pero si uno de los agentes de la cárcel sabía quién era... ¿por qué me encerraron sabiendo que es ilegal meter menores en prisiones para adultos?
Algo huele mal, voy a tener que curiosear...
— Tus amigos han cometido un pequeño error y lo están corrigiendo. Hagamos como que no ha pasado nada y estamos en paz, ¿vale? — le reprocho con tono inocente.
— Eso no es asunto tuyo — responde.
Miro a Jack buscando ayuda, pero sólo me devuelve su ya conocida sonrisa pícara. Maldito... no va a hablar... Quiere ver cómo me las arreglo sola.
Pensaré en algo... Tengo que entretenerle mientras tanto.
— En realidad sí me incumbe — le llevo la contraria.
— No voy a molestarme en hablar contigo — se da media vuelta. No quiere contarme nada y parece bastante calmado.
《Calmado... 》
Entonces se me ocurre una idea...
— Cobarde — respondo desafiante.
— ¿Cómo has dicho? — vuelve a girarse.
— Lo que has oído — genial, está funcionando más rápido de lo que me esperaba.
— Cállate... Lleváosla ya... — se está enfadando, justo como quería.
— No intentes esconderte. Vamos, ¿por qué no quieres contarme nada? ¿Te da miedo que tus perros fieles descubran lo inútil que eres y te abandonen? — sonrío — ¡Cobarde! — digo susurrando alto y clavándole una acusadora mirada acompañada del brillo de mis dientes.
Está rojo. Lo he sacado de sus casillas. Ahora, si no me equivoco, me contará toda la verdad.
Se acerca hacia mí amenazadoramente, y yo procuro seguir sonriéndole. Sé que así le pondré más nervioso. Se pega a mí y comienza a regarme con su saliva.
— ¿Sabes lo que es cobarde? ¡Cobarde es arruinar a alguien conscientemente, destrozarle la vida! Despojarle de todo lo que tiene mientras te ríes delante suyo a sabiendas de que lo que estás haciendo no es honrado — no hace falta que me cuente más, creo que ya sé por dónde van los tiros —. Eso es lo que hacía el capullo de tu padre, ¡por su culpa me quedé sin nada y tuve que buscarme trabajo en una cárcel de mierda! Se merece estar muerto — hace una pausa. Me siento mal al no sentirme ofendida después de que un malnacido insulte a mi padre gratuitamente... —. Pero, ¿sabes qué? No me arrepiento. Ahora puedo encerrar a la zorra de su hija y hacerle pasar por todo lo que yo he tenido que sufrir.
Lo que imaginaba... otro ludópata ambicioso al que mi padre arruinó. Mi jugada ha ido mejor de lo que esperaba, los otros dos policías se miran sorprendidos. Los pobres inocentes no se esperaban tener un jefe tan ruin, que culpa a una pobre niña de sus errores del pasado...
— ¿Y qué vas a hacerme exactamente? — le digo lo más tranquila que puedo. Ver mi indiferencia lo enojará aún más si cabe.
— Voy a tenerte apresada el resto de tu vida. Y no me vengas con lo de que eres menor — se ríe histéricamente —. ¿Te crees que eso importa? No voy a registrarte en la lista de presos hasta que cumplas los dieciocho; entonces te acusaré de agresión, haré que te diagnostiquen esquizofrenia y terminarás amargada en algún manicomio fuera de la mano de Dios.
Y así es como el muy ingenuo me ha revelado todo su sucio plan de venganza. La cólera es el suero de la verdad más potente que existe. Perdemos el control de nosotros mismos, lo que nos hace soltar cualquier cosa y acabar desnudos ante el mundo...
Ahora recuerdo que Albin vino a verme cuando se supone que los policías no sabían quién era, por lo tanto tampoco podían ser conocedores de mi familia. Debió ser el jefe quien avisó a mi hermano de mi arresto...
Los dos agentes subordinados se miran entre ellos y nos liberan. Agarran al tipo vengativo, quien les grita y se resiste.
— ¡¿Qué cojones estáis haciendo?! — grita el jefe sin frenar el aspersor.
— Queda detenido por malversación de datos e intento de tráfico de menores. Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga podrá ser usada en su contra ante un tribunal. Tiene derecho a consultar a un abogado y a tener a uno presente cuando sea interrogado por la policía. Si no puede contratarlo, le será designado uno para representarlo — responde uno de ellos.
Están tan concentrados y decepcionados que se limitan a meter al detenido en el coche, esposado, y arrancan sin despedirse.
— Buen trabajo — dice Jack cuando se han alejado.
Asiento en signo de agradecimiento.
Estoy sonriendo, y me sorprendo al ver que es la primera vez en mucho tiempo que me siento orgullosa de mí misma.
Entonces me acuerdo de lo que me interesaba...
— Bueno, ibas a decirme algo — suelto atropelladamente —. ¿Por qué me has salvado? ¿Era sólo por trabajo?
— Te he salvado porque eres más importante de lo que crees.
Me río incrédula.
— ¿Ahora me quieres hacer creer que te importo lo más mínimo? — acuso.
— Te quiero hacer ver que pocas veces nacen personas como tú, y que los demás te necesitamos — demasiado misterioso.
— ¿A qué te refieres? — insisto.
— No tengas prisa por saber. Tiempo al tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top