Contrincantes 02
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La taza humeante de café hizo que olvidará por un segundo su desalineado vestuario y el montón de penas que invadían su cabeza. Sin esperar invitación para beber, se llevó la taza a la boca, bebió de un solo tragó su contenido.
—Esta delicioso, ¿podría tomar otro poco?
Asada no pudo evitar soltar un suspiro de asombro al notarlo tan ansioso y estresado. Durante todo el tiempo que llevaban de ser amigos nunca lo había visto pasar por esa etapa.
Luego de prácticamente acabarse la cafetera y los postres lo notó más relajado.
—Se supone soy yo la embarazada —bromeó. Pero Kazuto no siguió el hilo de su chiste.
—Creo que me volveré loco —dijo en cambio.
Ella se quedó callada, conocía tan bien a su amigo que lo mejor era no presionarlo, darle tiempo para que solo iniciará a contarle su problema.
Su cabello alborotado y su traje arrugado le daba una pista de lo que pasó. Era a causa de la joven que contrató, podía asegurarlo con los ojos cerrados.
—Sabes que desde siempre me gustan los juegos online —inició. —GGO y el torneo BoB se han vuelto mi pasión en los últimos años.
—Lo sé, fui yo quien te recomendó ese juego, estuve pendiente de la transmisión pero no participaste.
La ansiedad invadió al azabache que se desabotonó los primeros dos botones de su camisa.
—Ese es el problema, no pude porque estuve con Asuna. Comenzamos una relación y tuvimos una cita —informó. Pero Asada ya había predicho que terminarían juntos.
—Entonces, ¿estas arrepentido por no participar?
Negó con la cabeza, la cual le dolía, cómo si estuviera sufriendo de resaca.
—Mi rival, el Destello rojo, tampoco participó, una gran coincidencia ¿no crees?
—¿A dónde quieres llegar con esto? —Acarició su vientre al sentir el movimiento de su bebé.
Kazuto se contuvo de gritar al notar la expresión maternal de su amiga, por más alterado que estaba no quería arruinar un momento como ese.
—Para sorpresa, Asuna es mi rival ¡Ella es el Destello rojo!
—¿En serio? Es la anterior ganadora —no pudo esconder su asombro, quién diría que ella resultó ser una experta gamer.
—Es irreal, ¿sabes? Hubieron días que jure venganza contra ese jugador, ocasiones donde grite que le haría comer polvo, que lo destrozaría, ahora resulta que mi novia es él, bueno ella.
—Estas diciendo que la odias, ¿ahora que sabes de su pasatiempo?
Él se quedó estupefacto, no sabía que responder. Estaba tan confundido y necesitaba orientación que por eso vino a casa de su amiga. Se sentía incómodo, sí, pero no la odiaba.
—Kazuto ¿Qué es lo que no aceptas?
—No lo sé... —se llevó sus manos a la cabeza.
—Cómo fue que te enteraste, ¿ te lo dijo o...?
—Lo descubrí y ella lo confirmo.
Asada se tomó su tiempo, su amigo realmente sabía cómo ahogarse solo.
—¿No te dio una explicación? —cómo temió la expresión en el rostro de Kazuto hablaba por si mismo.
—Ni siquiera le permití hablar, estaba tan alterado que escape.
Dándose cuenta de su tremendo error agachó la cabeza, dejó a Asuna cómo la villana, quizás hasta su relación se hubo terminado. La amaba, estaba loco por ella, únicamente por su obsesión de traer a la realidad un juego la había perdido.
—Creo que deberías buscarla y remendar todo.
Ambos voltearon, Kouji, el esposo de su amiga apareció de la nada, se acercó a ella y le besó la frente, antes de alejarse le deseó los buenos días y le acarició el vientre.
—Si ella te ama, no dudara en perdonarte, así es el amor.
Sus palabras tocaron un cable fuerte, tenía un ejemplo claro delante de sus ojos, Asada y Kouji había pasado por mucho; peleas, descontentos, incluso se separaron un tiempo, para llegar hasta ese rincón de felicidad.
Con una luz de esperanza tomó una decisión.
. . .
El lunes por la mañana Asuna no tenía la energía usual que traía a diario, estaba deprimida. Ayer no comprendió esa lejanía en su novio, habían hecho el amor y luego, al descubrir que ya habían coincidido en el pasado. Preocupada lo llamó a su móvil pero no contestó.
Kazuto era el jugador que frecuentaba a retarla, no pensó que Kirito, estaría jugando a una puerta de ella. Aún si eso la sorprendió, la manera que él reaccionó la dejó con un bache enorme en su pecho. No estaba segura si debía presentarse a trabajar, cabía la posibilidad que la echara, después de todo la forma en que reaccionó ayer...
Cerró los ojos y trató de calmarse, no podía ponerse a llorar, aunque le dolía, debía estar fuerte para hablar con él.
En medio de recuperar los estribos se encontraba cuando escuchó pasos acercándose. Inmediatamente se paró al notar su llegada. Kazuto no estaba tensó, ni enfadado, traía un aura de seguridad que la dejó muda, él paso a la par y sin decir palabra ingresó a su oficina.
Asuna no pudo hacer más que dejarse caer en la silla, las ganas de llorar le atacaron, no sabía el, ¿porque? Pero se sintió frágil.
El líquido caliente estaba por salir de sus ojos cuando la puerta se abrió con brusquedad, por lo que se vio obligada a girarse.
Kazuto traía consigo su laptop, la cual colocó en la esquina del escritorio.
—Te reto a un duelo.
Las palabras que dijo la dejaron con la boca semiabierta.
. . .
Eso fue lo más loco que se le ocurrió, en vez de solucionar ese problema con palabras o explicaciones pacíficas le propuso pelear, no frente a frente, sino a través de avatares, un enfrentamiento en el juego.
No era un hombre detallista o el Romeo de la vida real, era un experto gamer que deseaba solucionar ese problema de juego, jugando.
—Si ganó —continuó al notar la perplejidad de ella. —No protestaras y se hará lo que yo diga.
—Eso no tiene sentido...
—Lo tiene —le interrumpió. —Si me derrotas, tú decidirás que pasara ente nosotros.
Asuna no aceptaba la descabellada propuesta, se le notaba insegura de hacerlo.
—Tenemos que hablar, debo explicarte, viví un par de años en América y ahí yo...
Fue interrumpida nuevamente, está vez por las manos de él quien le tomó del mentón.
—No necesitas explicar nada Destello rojo —con su mirada le señaló la computadora. —Hoy yo, Kirito de derrotare, ¿aceptas el duelo?
Después de tanta opresión Asuna sonrió.
—No se que tramas pero, no perderé mi récord —se liberó de su tacto y fue a la pc.
Kazuto copió sus acciones y se enfocó en su laptop, ya tenía el juego listo, por enésima vez reviso sus stad, dándole tiempo para que ella se conectara. Cuando estuvo listo para retarla un cuadro de diálogo apareció en la pantalla.
[ Destello rojo, le reta a un duelo.
ACEPTAR
Si No ]
Arqueó las cejas, se supone que él la retó, no al revés, además, era la primera vez que ella lo hacía. Levantó la mirada para apreciarla, Asuna se puso sus lentes y le hizo una seña para que aceptara.
Sin más rodeó presionó si, la cuenta regresiva inicio desde diez.
Colocó sus dedos en las guías y esperó pacientemente la eternidad que duraba el conteo.
El escenario fue elegido al azar, para fortuna y porque ambos eran jugadores de corto alcance, el encuentro sería en las dunas. Nada más que ellos y sus espadas estarían en una vasta extensión de arena.
Cuando al fin, la palabra "start" relució, sin titubear sus dedos se movieron con rapidez. Chispas violetas y rojas resaltaron ante el primer golpe, sus armas ejercían un empuje igual. No tardaron tanto en mantener el choque, se separaron, solo para volver a impactar otra habilidad de espada.
Luego de un par de ataques más guardaron distancia, momento que Kazuto aprovechó para mover sus dedos de las teclas que había estado utilizando, al parecer Asuna hizo lo mismo.
Las barras de hp estaban intactas, más las de energía yacían a la mitad, al menos la suya se estaba vaciando rápido, necesitaba un poco de tiempo para que se llenara. El avatar de Asuna, poseía un aspecto masculino, no el típico que una chica elegiría, dado que en cualquier juego, a las jugadoras mujeres no se les tomaba en serio, entendía el porqué eligió ese avatar. Además que en los datos, referentes a los que se muestra a los oponentes, no especifica de que generó era cada jugador, fue normal que todo ese tiempo creyera que era hombre.
Su dedo índice presionó la "x" que iniciaría una habilidad y al mismo tiempo la flecha izquierda para desplazarse. Ante la velocidad que Kirito atacó, Asuna no pudo hacer mucho, no fue un golpe crítico, pero al menos le hizo perder varios puntos de vida.
Apenas estaba saboreando ese avance cuando haciendo uso de su nombre, el Destello, lo mando a volar. Dejó escapar un bufido, quitó la mirada de la pantalla para ver la sonrisa divertida en el rostro de Asuna, desviándose del encuentro pensó, si con esa misma alegría estuvo disfrutando las peleas que debatieron en el pasado.
—¿Continuaras o desertaras? —aventuró divertida.
—Apenas estoy calentando.
Regresó su atención al juego, sus manos le temblaron, pero no dudó en realizar varías combinaciones, las que llevaron al encuentro a otro nivel, uno como nunca antes se hubieron debatido.
Varios segundos después, el cansancio, transformado en sudor recorrió su rostro, hasta caer en una abundante gota. Su barra de vida dejó de ser verde, ahora, el rojo escarlata le alertaba que el encuentro decisivo estaba por llegar. No había tiempo de una estrategia más, su oponente estaba igual de cansada, quién tuviera más determinación sería el ganador.
Se enfocó únicamente en eso, no sólo su orgullo como jugador estaba en juego, en realidad, la patética venganza quedó en el olvido, ya no le interesaba superarla, solo quería ganar para...
Presionó tantas veces las teclas que pareció que estás se saldrían del teclado cuando logró esquivar el golpe que le traería la derrota, obvio la forma ruda con que trataba su laptop y, atacó con todo lo que tenía, era la única abertura que Asuna le dejó durante toda la pelea. Sintió cómo si estuviera encerrado en su avatar, como si Kirito y él fueran lo mismo, ya no Kazuto la persona que presionaba teclas, sino, se vio reflejado así mismo en el avatar vestido de negro.
Ese par de segundos, le supo a eternidad, todo ese tiempo creía que eran dos, pero resultó que siempre fueron uno.
Sus dedos presionaron tres teclas al mismo tiempo..., su sable púrpura dejó un pincelazo morado en el aire, el hp de Asuna fue disminuyendo con rapidez y,... las palabras que deseó leer desde hace no mucho aparecieron en su pantalla, más no le prestó atención.
El ruido de su laptop partiéndose en dos, al ser empujada al suelo cubrió el sonido de cómo se abalanzó sobre el escritorio para llegar a donde Asuna y robarle un beso; rudo y duradero, hasta dejarla sin aliento.
—He ganado —anunció de manera tonta, cómo si no hubiera quedado claro ya.
A pesar que perdió Asuna no parecía triste, sonreía, estaba radiando en felicidad. Desde el principio se dio cuenta, ella se lo tomó en serio, no perdió a propósito.
—Felicidades... —respondió aún con su respiración agitada. —Ahora, debo aceptar lo que dicte Kazuto.
Aprovechando su cercanía volvió a unir sus labios, disfrutaba cada parte de ellos.
—Lo único que deseo es que seas mía para siempre... —susurró sobre sus labios.
—¿Eso incluye que debo dejar de jugar? —inquirió al acariciarle la mejilla.
Kazuto lo pensó detenidamente, ya tenía claro las respuestas a sus preguntas pero, se tomó unos segundos para estudiar nuevamente las posibilidades que traerían sus palabras.
—Si mi rival se retira, ¿que pasará conmigo? No soy un Dios, ni nadie que te dé prohibiciones, conque estés a mi lado será suficiente.
Asuna le regaló una expresión angelical bañada en llanto, ese fue su premio mayor.
—Seguiremos jugando GGO, quizás ahora como equipo —dijo para luego continuar saciándose con la boca de su novia..., a quien amaba y estaba seguro amaría por el resto de sus días y duelos.
Al menos ese día, no tuvo un game over.
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Fue una idea extraña, si notan incoherencias en la narración del juego, soy inexperta en todo sentido.
Pero bueno, así la idea que tenía y, si, agregue a Sinon y Kouji, porque claro, ellos fueron parte fundamental en el arco de GGO.
Perdon que cuelgo esto tan tarde cuando ya lo tenía listo en la mañana. Sin más gracias por leer.
<<Bueno, aqui cumpliendo amiga, disfruta reviviendo esta historia es una que me costo escribir en su entonces, pero me gusto el resultado. Gracias por los regaños , creo recordar porque la tenia en borrador. En cuanto a la otra, esa si seguira guardada un tiempo mas>>
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