V
No me predispuse a sentirme bienvenido. He cruzado con la mirada de Steve un par de veces; no se debe a una coincidencia. Después de todo, no tengo la certeza de si soy yo a quien aún persiguen. Desde que subimos al jet, imaginé mi acceso vendría con condiciones, o tal vez amenazas. Eso último quizá sería impropio viniendo del capitán, pero la seguridad de Peter es un privilegio para él, y yo no he dado razones suficientes para ser de fiar, al menos no ante ellos.
—Volveremos a casa —me recuerda Thor, obligándome a retirar la vista de la cabina, donde Steve se ha encargado de conducirnos.
Hasta el momento nadie está anunciando un plan y me inquieta no saber que vendrá a continuación, o quizá sea la posibilidad de no saber a dónde dirigirme al final de la misión. En mi encierro no lo pensé una vez renuncié a la venganza que, tras conocer a Peter, me pareció tan arcaica y sin sentido. No había esbozos de destrucción o de querer enfrentar a Stark; ese hombre daba lástima. Descubrí que mi única satisfacción era hacia la liberación del otro y que me consternaba más la imposibilidad de decidir mi siguiente acto, heroico o no.
—Creo que ahora con mayor razón no tengo un lugar a donde volver.
Mi sonrisa es amarga. No estoy de humor para ser optimista respecto a mí, porque no tengo idea de lo que vaya a ocurrir o de si habrá un después para Peter y yo. Miro al chico por detrás del hombro de Thor; conserva su alegría no por la pelea de su libertad, sino por las personas a su alrededor. Debe sentirse acompañado, y lo seguirá estando incluso si desaparezco y me convierto en un fugaz sueño para él. Por eso no importa que tan similares sean nuestras condiciones, jamás podríamos ser iguales ni encajar en la misma resolución.
—Has sido injuriado y hecho preso bajo ningún mandato oficial; nuestro padre lo entenderá —me tomó del cuello.
—Entenderá que no ha sido castigo suficiente y me volverá a encerrar. Thor, las cosas ya no son como antes —evité su agarre, pero me mantengo lo suficientemente fuerte para encarar con él—. Prefiero estar destinado al olvido que ser visto y recordado como alguien que seguirá fingiendo el resto de su vida porque no pudo salvarse a sí mismo.
—No tendrías que fingir, no a partir de ahora. Volverás a mi lado. Eso es lo que nuestra madre habría querido.
—¿Y quién mencionó que quiero volver?
Evite hablar más de nuestra madre. La noticia, momentos atrás, había sido bastante. No dejaría que me afectara. No me perdonaría si perdía a Peter por mi sentimentalismo. Eso es lo que Frigga habría querido: que cuidara de él.
—Hermano...
—Nunca comprenderías lo que es estar en mi lugar.
—Hermano, todo ese encierro te ha afectado.
—Me ha ayudado, eso te lo puedo asegurar.
—Si es así, ¿por qué no empezar de nuevo? Solo piensa en lo egoísta que es alejarte cuando hay personas que estarían dispuestas a apostar por ti —su voz siempre ha sido demasiado estridente como para que los susurros funcionaran en él.
—¿Tú y quién más?
Antes de que Thor pudiera replicar, Steve volvió de la cabina. Su sola presencia captó la atención del equipo, si acaso nos podríamos considerar como uno. Intercambió una mirada con Wanda y Visión. Steve descruzó sus brazos y en ningún momento su seriedad dio lugar a otra expresión.
—Stark espera que los entreguemos en la base aérea.
—Pero no sabe que estamos con ustedes —repuso Thor.
—Lo sabe —aseguró Steve—, yo me encargué de decirle.
—¿Qué? —Peter dio un paso adelante, confundido.
—Pensé que todos aquí contábamos con la misma iniciativa de proteger a mi hermano y al chico —Thor tensó sus puños.
—Solo a Peter —susurré, con la falsa esperanza de que Thor reaccionara a la realidad.
Ya sospechaba que la integridad de Peter estaba asegurada; en cuanto a la mía, pudiera ser que sirviera para hacer un intercambio, un trato por la paz. Las pistas ahí estaban: Stark podría soportar a Peter fuera de su alcance siempre y cuando estuviera con bien, pero no al tirano de sus delirios saliéndose con la suya. No los culparía por elegir esa opción, yo no era alguien por quien luchar después de todo. Me sorprendió más la decepción que llegue a sentir.
Atrapé a Peter buscando una respuesta de mi parte, sin embargo, nada tenía por decir si es que todos ya habían votado. Yo también estaba ahí por Peter, no por mí, lo que me hizo recordar que tiempo atrás nunca hubiera imaginado poner la vida de alguien más sobre la mía.
—Lo estamos —convino Visión y, debido a su establecida apariencia androide, su comentario careció de emoción, mas logró que la atención se posara en él por la confusión de su mensaje—. Le haremos creer a Stark que todavía tiene el control.
—Si sabe que no pensamos lo mismo, también estaría detrás de nosotros —aclaró la Bruja Escarlata con una sonrisa ingeniosa en sus labios.
—¿Es parte del plan? —sonrió Peter, buscando que alguien le explicara con exactitud lo que tramaban.
—Stark nos dio la orden de encontrarlos. No vamos a dejar que tenga la situación en sus manos y que vuelvas a ese lugar, Peter —Steve se dirigió al castaño y luego su vista cayó sobre mí—, y porque no permitiré más injusticias. Nuestro compromiso es Peter, y también es con Thor y su reino...
—Asgard —le interrumpió Thor.
Steve agradeció con una sonrisa antes de proseguir.
—Y para el reino de Asgard. No queremos iniciar una guerra interestelar, ¿cierto?
Satisfecho de hacia dónde se inclinaba el apoyo, Thor rió con gusto. Su carcajada resonó vacía mientras intentaba entender por qué estaban conmigo y no en mi contra, como ya había elaborado.
—¿Por qué? —murmuré, y fue más audible de lo que pensé.
—Porque hiciste lo que nadie se atrevió a hacer todos estos años: sacar a Peter de ahí. No tenemos tiempo de discutir cuales fueron tus intenciones, pero no nos debemos distraer: la verdadera amenaza es Stark. De haber sabido que él te mantenía preso, no lo hubiera permitido.
Steve sonó realmente sincero. Ni siquiera pude moverme; no era el trato que había esperado.
—¿Aún crees que nadie apostaría por ti? —me fastidió Thor, dándome una palmada en la espalda. Fingí no darle importancia para no otorgarle la razón.
—Agradezco su consideración —expresé hacia todos—, pero no lograremos nada sin un plan más específico. Engañar a Stark parece muy fácil en sus cabezas. Sería bueno que pudieran iluminarme con sus grandes ideas —me estaba regodeando un poco; no me permitiría perder esa esencia.
—¿Qué sugieres tú? Parte del plan es no prescindir de tu ayuda —dijo Steve.
No lo creí por un momento y sonreí mientras miraba al suelo. Me parecía irónica la forma en que antes nos habíamos enfrentado para ahora luchar juntos y aportar por una causa en común.
—Deben estar desesperados para pedir mi ayuda.
—Solo terriblemente enojados —Peter llegó a mi lado—, y no podemos hacerlo sin el dios del engaño.
Y entonces estuve de acuerdo en formar parte de algo por primera vez en mi vida.
Con el jet conduciéndose de manera automática hacia la base aérea, administramos el tiempo para establecer alguna estrategia.
—¿Debería suponer que el resto del equipo está con Stark? —preguntó Thor.
—La agente Romanoff y el doctor Banner están con él. El único problema es que no están al tanto de lo que planeamos —dijo Steve—, o si están a favor de mantener a Loki a salvo.
—Eso nos va a complicar un poco las cosas —observó Visión.
—Sé que podemos confiar en la agente Romanoff —afirmó Peter en su defensa.
—Creo que el problema no es por ella —advirtió Wanda.
—No quiero invocar al otro sujeto —por un instante consideré la oportunidad de marcharme a Asgard con Thor, llevándome a Peter conmigo; no estaba seguro de querer enfrentarme a esa bestia una segunda vez.
—Vamos, hermano, Hulk no es de temer si lo sabes tratar.
—Enfréntate a él una vez y regresa si cambias de opinión.
—Imposible, jamás peleo con mis amigos.
—Me temo que tendrás que hacer una excepción.
—¿Podemos concentrarnos en esto? —Wanda se encargó de centrarnos.
—Bien, ¿y qué hay de Barton? —inquirió Thor.
—No dudaría en apuntar una flecha hacia Loki, pero, para nuestro alivio, está gozando de un largo descanso con su familia —informó Steve.
—Alguien más o alguien menos; Tony aquí es el problema —dijo Peter, empezando a caminar de un lado para otro—. ¿Qué es lo más seguro que haga cuando vea Loki?
—Con Thor presente, matarlo no creo —dijo Wanda.
—Lo más probable es que busque encerrarlo —confirió Steve.
—No si lo enfrento con mi martillo.
—¿No creen que hablan como si no pudiera defenderme?
—Ahora somos un equipo, hermano, nos vamos a cuidar entre todos.
—Queremos evitar todo el caos que sea posible —puntualizó Steve, apoyando la idea de Thor de manera más objetiva y menos cariñosa.
—Pero esto sigue sin ser realista, ¿cómo sabemos que no tiene algo en mente? —intervine—. No sabemos si planea montar un espectáculo para quedar bien frente a todos; ese hombre es un genio y ha sabido esconder sus secretos. No sucumbirá a la crisis, no cuando sus siguientes acciones determinen si puede contar con Peter en un futuro. Él también estará elaborando su mentira para protegerse y nuestra tarea aquí es exponerlo; tenemos que dejarlo sin salidas.
—¿Y si...? —Peter se detuvo a nuestro lado, pero lo pensó dos veces antes de hablar y siguió caminando.
—¿Peter? —Steve notó algo en la expresión del chico que le causó intriga.
—¿Y si no todo es lo que parece?
—Explícate, Chico Araña —exigió Thor.
Peter buscó mi mirada, acercándose con una discreta sonrisa. Le dio forma al plan, eso deduje, pero si esperaba que lo adivinara, tenía que hacer un mayor trabajo porque no entendía a donde quería llegar, al igual que el resto de los presentes que esperaban ansiosos por las ideas de un joven ingenioso, y cuya voz había sido callada hasta ahora.
—¿Y si Loki no es exactamente Loki? Entonces no lo estaríamos entregando a Stark.
Las apariencias engañan: Peter demostró haber aprendido algo de nuestros encuentros.
☁
Trataron de convencer a Peter de no hacerlo. Su opción también implicaba riesgos, como cualquier acción que realizáramos dentro de la base, donde el territorio le pertenecería a Stark. Si me preguntaran, estaba encantado de intentarlo, más por el fin que más tarde utilizó Peter para persuadirlos.
—Es mi pelea. Necesito demostrarle a Stark...
—No le debes nada, Peter —le recordó con suavidad Wanda.
El castaño suspiró.
—Lo sé, pero quiero encararlo primero. Después de todo... tratar de convencerlo de que se equivoca.
—Deberían escucharlo. No es como si el chico quisiera asesinar a todos a bordo —agregué.
—Cállate, Loki, solo quieres desempolvar tus trucos. Y no pienses en asesinar a nadie, estás advertido. Tienes que estar limpio a partir de ahora —me reprendió Thor.
Rodé los ojos y me alejé del semicírculo para meditarlo un poco. Volví de inmediato y en segundos adopté la apariencia de Peter. Me pareció muy divertido.
—¿Vamos a hacerlo o no?
Steve nos juzgó con la mirada.
—Tendremos que tener mucho cuidado —o en otras palabras: hagámoslo, de todos modos podemos arreglarlo si el truco sale mal.
—Es raro mirarme a mí mismo —me observó Peter, arreglando mi cabello, que prácticamente es su cabello.
—Lo sé, no eres tan agraciado.
—Ja, ja. Muy gracioso. En ese caso, lamento no ser tu tipo —murmuró eso último, así que solo yo lo pude escuchar mientras los demás discutían cosas más técnicas.
Usé la misma ilusión en Peter y ahora él era yo.
—Definitivamente ahora eres mi tipo —me aseguré de que me representara de la manera más impecable.
—Si algo sale mal...
Lo interrumpí tomándolo de los hombros, y me tocó mirarlo desde abajo debido a mi nueva altura. Fue raro encarar conmigo mismo.
—Nada va a salir mal —el estar diciéndoselo a una representación mía me ayudó introyectar el mensaje—. ¿Qué es lo peor que podría hacer Stark? Si se mata estaría haciéndonos un favor. Ugh, cómo no te incomodan estas mallas.
Peter no se vio muy feliz por alguno de los dos últimos comentarios. No quería preguntar por cuál.
—Solo se trata de la peor discusión familiar que hayas tenido en tu vida —proseguí—. Sobrevivirás, y luego volverás con tu tía. Eso es un extra de motivación.
—¿Y tú volverás a Asgard?
Mis labios se sellaron después de mi primer intento por responder a esa pregunta.
—No lo sé —suspiré—, pero esta no será la última vez que nos veamos.
—¿Lo prometes?
Asentí.
—¿Estamos listos? —Steve volvía a la cabina.
La base aérea se veía al frente. Unas enormes puertas se abrieron para permitirnos aterrizar en el interior.
Thor se acercó a nosotros y esposó a Peter. Fue un asunto gracioso. Por primera vez no me tocaba a mí ser el encadenado.
—¿Deberíamos usar esto? —Thor señaló el bozal.
Si íbamos a actuar, tendríamos que montar un escenario realista.
—Hazlo —conferí, riendo justo cuando a Peter se le negó protestar con eso en la boca. Me miró molesto—. Sí, casi estás actuando igual que yo —dije justo cuando la puerta del jet se desplegó.
No sabía que nos esperaba allá afuera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top