Capítulo III

Realmente no comprendo lo que sucede en este momento, pareciera que hay un gran conflicto entre ambos, pero es todo lo contrario, es como si se conocieran de años.
—Zadquiel, me puedes explicar ¿por qué diablos le hablas como si nada a un demonio? —le pregunta Alice al ser de luz que tengo enfrente de mí.
—Perdonarme Alice, es que este demonio no es cualquier demonio, sino el que prestó su poder a Ains para pelear contra Belial. Así que ya nos conocemos desde hace un tiempo, pensé un momento que ese portador mágico tendría a un demonio como Paimon, pero solamente es Athatriel.
—Te recuerdo que ya no soy el mismo de ese entonces, mi sed de venganza contra cielo e infierno aún sigue Zadquiel.
—Alice, quisiera saber ¿Por qué nos invocaste? Ese hechizo que usaste solamente lo pueden hacer los druidas y por lo que sé, fueron llevados a la extinción en la época del Rey Arturo.
—Mi maestra de enseñanzas mágicas me enseñó el uso de la magia druida para así sacar a los espíritus ajenos del cuerpo, como quien dice, los invoqué como si fuera un ritual de pacto, pero para hablar cara a cara con ustedes dos.
¿Cómo es posible que Alice pueda usar una magia que dejo de existir hace más de 1,700 años? De verdad ella da miedo y no quiero en algún futuro volver a enfrentarla, si está en buena condición.
—No te preocupes, después de que puedas usar tu unión al 100 por ciento, este hechizo ya no te va a afectará —me dice Alice con desagrado.
El problema es que hasta ahora no puedo sobrepasar el límite de la unión, si usara más porcentaje en vez de beneficiarme, me descompensaría totalmente. Solamente en los demonios y ángeles las uniones deben mejorarse con el tiempo, al parecer los que tienen pactos con espíritus pueden hace uniones completas sin problema alguno.
—Pueden iniciar su explicación por favor.
—Como usted ordene. Athatriel y yo participamos en la guerra de hace 200 años como los espíritus que formaron pacto con Ains y Eulice, la verdad que sus muertes fueron demasiado trágicas.
—No se te olvide decir, si ellos dos no se hubieran sacrificado todo el mundo sería un Infierno ahora —añade Athatriel.
—Pudo ser como tú dices.
—¿Diferente? ¿Sería un Infierno? Pueden explicar ¿por qué las cosas terminarían así solo por enfrentarse a un demonio como ese —expresa Alice desconcertada.
—Al que ustedes llaman Amon, en realidad es otro ser fuera de la comprensión humana —menciona Zadquiel.
—¡Recuerda que no tenemos permitido hablar acerca del asunto! —exclama Athatriel
—Lo sé Athatriel, no puedo decir nada hasta que lo permita alguien de la corona, como el Rey o su heredero.
—En pocas palabras, si no hubieran tomado esa decisión el mundo hubiera sido invadido por demonios y destruirían todo a su paso —menciono pensando lo peor.
—Sería algo peor de lo que imaginas. Nosotros los Arcángeles hemos estado en conflicto con ellos desde que iniciaron los tiempos, algunos de los Siete Duques del Infierno eran anteriormente ángeles como nosotros y otros humanos, pero sus pecados al revelarse ante Dios fue lo que los convirtió en demonios; Lucifer representando la Soberbia, Mammón de la Avaricia, Leviatán de la Envidia, Belcebú de la Gula, Asmodeo de la Lujuria, Belfegor de la Pereza y Azazel de la Ira —explica Zadquiel.
—¿Estos son los demonios más fuertes del Infierno? —pregunto.
—Así es, entre la jerarquía demoníaca que existe en el Infierno ellos son los mas fuertes de todos los demonios —responde Athatriel.
—Si estos demonios hubieran sido liberados por Belial no habría forma de derrotarlos y sería la condena para el mundo mágico y el humano —comenta Zadquiel seriamente.
¡No puedo creer lo que estoy escuchando de ellos dos! pensar que el mundo que conocemos hubiera sido un infierno por culpa de esos demonios, miro hacia Alice para ver su reacción, pero ella también se ve tan sorprendida como yo.
—Aunque hace poco sentí la presencia de un demonio en el sur, pero después de unas horas su presencia ya había desaparecido completamente, si no me equivoco, un Espíritu Guardián lo derrotó —añade Zadquiel tocándose el mentón.
—Sí, hace poco, te refieres a 15 años, la verdad no entiendo cómo sientes el tiempo y fue impresionante cómo derrotó a ese demonio, aunque era lógico porque solamente era un comandante de legión —responde Athatriel con sarcasmo.
¡No puedo esconder mis emociones! No sé explicar lo que siento ahora: enojo, tristeza o nostalgia. Varias imágenes vienen a mi mente sobre aquellas horribles escenas de ese miserable día; la ciudad en llamas, explosiones y gritos de las personas tratando de huir por su vida.
Mi pasado es algo que trato de olvidar y superar hasta la fecha, durante mucho tiempo he dejado mis sentimientos negativos acerca de ese día.
—Pero Amon no era el demonio que provocó las muertes de Ains y Eulice —expresa Zadquiel mientras cambia su mirada hacia mí.
—¿Qué estás diciendo?
—¡Ahora si me sacan de juicio! —exclamo
—¿De verdad esperaban que eso dos perdieran la vida contra ese sucio demonio? —menciona Zadquiel en forma burlona.
—Esos dos estaban a la altura de un duque del infierno, morir por un demonio como él, solo sería ridículo, el verdadero ser que los mató es realmente aterrador, incluso para mí —añade Athatriel angustiado.
—Claramente en este momento tienen demasiadas dudas acerca de esto, pero no podemos decir mucho. Belial solo era una marioneta de todo lo que sucedió hace 200 años.
—Supongo que se acabo nuestro tiempo aquí, si quieren saber lo que realmente pasó en ese día deberían preguntarle al Rey August III —menciona Athatriel mientras se desvanece regresando a mi espada.
—Esperen...
—Es demasiado tarde Alice —expreso guardando mi espada.
Ahora tengo más dudas que nunca y puedo decir lo mismo de Alice, ella realmente tiene una cara de seriedad que me da un poco de risa.
—No es lo que esperaba saber, pero también cuenta como información valiosa.
—Concuerdo contigo Alice, aunque me gustaría saber ¿qué es lo quieres descubrir acerca de mí? —pregunto serenamente.
—El problema no es que tengas un demonio... ahora no es momento de que hagas preguntas, yo debería hacértelas a ti.
—¡Ay vamos de nuevo! —expreso apáticamente.
Esta mujer podrá ser demasiado hermosa, pero su personalidad es horrible a diferencia de su hermano Kaal. Ella podría ser la reina del Imperio sin problema alguno, deberían considerarla para sustituir a su hermano como heredera.
Tendrá algún pasado de importancia relacionado con los portadores demoníacos... ahora que lo recuerdo sí pasó algo hace 15, la muerte de la Reina Lilith; si le pregunto algo relacionado con eso, estoy totalmente seguro que ella se va a enojar de una manera que no podría imaginar…
Hay tantas maneras de la que ella puede torturarme, desde quitarme a Athatriel y usarme como maniquí para golpearme con su espada, hasta dejarme sin comer.
Por cierto, no he comido nada el día de hoy, desde los hot cakes de la mañana, creí que posiblemente después del evento podría comer algo, pero ahora son las cinco de la tarde, en verdad pasó tan rápido el tiempo.
—¿Qué piensas Tristán?
—Estoy pensando que no he comido nada desde la mañana —respondo desmotivado.
—¡Es en serio lo que estas diciendo! Acabamos de recibir una información que cambia todo lo que creemos y tú piensas en que no has comido —exclama alterada.
En verdad no tiene consideración conmigo, soy un adulto, pero también soy humano y tengo la necesidad de comer y por venir aquí, no tuve la chance de comprar algo para comer.
—No entiendo ¿por qué razón enmascararon a ese ser con el nombre de un demonio.
—En eso concuerdo contigo, hay algo que la Asociación Mundial de la Magia no quiere que nadie se entere —respondo a la vez guardando mi espada.
—La Asociación Mundial de Magia decidió tomar esa decisión para así evitar conmoción en la nueva sociedad que se estaba construyendo. Además, tratamos de ocultar el nombre de ese demonio para que así nadie intentara hacer un pacto con él o mejor dicho, ser manipulado por él.
Al escuchar eso, los dos volteamos bruscamente y enfrente tenemos al Rey que viene acercándose hacia nosotros.
—Padre, entonces realmente… ¿el demonio que apareció hace 200 años no es Amon?
—Así es Alice, de hecho, tu hermano lo derrotó hace 15 años y creo que es hora que sepan la verdadera historia de lo que sucedió hace 200 años en esa batalla.
—Quisiera preguntar algo su majestad —interrumpo
—Sé que tienen demasiadas dudas y más por la conversación que tuvieron con sus espíritus, pero aquí no es el momento para hablar.
—Un momento, cómo sabes eso...
—Tu hermano me informó.
—Ese Kaal de verdad...
—Ya les resolveré todo en un lugar privado, síganme —añade el Rey dándonos la espalda.
No sé lo que hablaremos con el Rey, pero no tengo duda alguna que será algo de suma importancia tanto para mí como para Alice.

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