03 - MESSAGES + RL
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MICK'S PHONE
(23 mensajes de 4 chats)
Nate👑 (15 mensajes) Michaela Grace Lovelace más te vale darme una explicación completa y concisa, ¿qué es eso de "me enrollé con Tom" y después apagar el móvil...?
Briony (1 mensaje) Mick, llámame cuando salgas de clase
Dieguito🍫 (4 mensajes) A Nate le va a dar algo si no lo llamas, Mick 🤦♂️
Sir Tom (3 mensajes) Michaela, por favor, tenemos que hablar, no me ignores. No quiero dejar así lo de anoche
(9) LLAMADAS PERDIDAS
Sir Tom (5)
Nate (3)
Briony (1)
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TOM'S PHONE
(Private chat; Briony Lovelace & Tom Hiddleston)
Briony
Thomas William Hiddleston
¿Me explicas por qué mi hermana me ha dado una de tus camisas para que te la devuelva?
Tom
Iba a llamarte justo ahora
Espero que no pienses mal, Bri
No es exactamente lo que parece
Briony
No lo hago
Lo haría si se tratase de cualquier otro hombre
Pero siendo tú, estoy segura de que hay una explicación completamente lógica y plausible
Tom
Fui a recoger a Michaela a un club hace un par de noches
Le robaron la cartera y no se encontraba muy bien
Briony
Y no quiso que la trajeses a mi casa
🤦♀️
Tom
No te enfades, Bri
Michaela no quería preocuparte
Briony
No, no estoy enfadada
Es solo que no entiendo esa manía de pedir ayuda a todo el mundo menos a mí
Es mi hermana pequeña...
Gracias por echarle una mano, Tom
Eres demasiado bueno
Tom
No tienes que darlas
También es como una hermana para mí
Briony
Supongo que Mick pasó la noche en tu casa
De ahí la camisa, ¿no?
Tom
Exacto
De todos modos...
¿Puedes quedar hoy?
Me vendría bien una amiga para hablar
Briony
Para ti siempre puedo sacar un hueco
No se lo digas a Benedict 😏
Tom
Perfecto
No lo haré 😌
¿Qué tal tú?
¿Cómo fue la cena con Mackie?
Briony
No fue mal
Pero digamos que yo también podría usar un amigo
Tom
Nos vemos hoy entonces
En el sitio de siempre
Cuando salgas de trabajar
Briony
Ahí estaré 😘
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Tom tenía toda la intención de contarle a Briony lo sucedido entre él y Michaela un par de noches atrás.
Bri era su mejor amiga, y no podía ocultarle algo así. Además, necesitaba consejo; Mick lo ignoraba desde lo ocurrido, y ya no sabía qué hacer para ponerse en contacto con ella... Incluso se había planteado esperarla a la salida de su facultad, pero no quería quedar como un acosador.
Sin embargo, cuando Briony se reunió con él en el café frente a la Galería Nacional de Arte, supo que, en ese momento, ella lo necesitaba más a él que viceversa.
A pesar de que Briony no dijo nada que levantase sospechas, Tom la conocía bien, demasiado bien. Estaba seguro de que su mejor amiga no pasaba por un buen momento, algo la tenía preocupada... Sin embargo, ella no parecía animada a contar qué le sucedía, de modo que se limitó a darle conversación, para distraerla, confiando en que ella se abriese a él cuando se sintiese preparada.
Después de compartir una ración de pan de plátano y un té matcha, y tras conversar durante más de una hora sobre sus tiempos en la universidad, arte, música y trabajo, Tom la animó a hacer una visita rápida a la nueva exposición que esa misma mañana habían traído a la Galería de Nacional de Arte, invitación que, por supuesto, Bri no rechazó.
La sorpresa fue mayúscula para ambos cuando, en la tercera planta, frente a los frescos de inspiración barroca, se encontraron a Michaela... con Mackie. Juntos. Riendo, charlando y comentando una de las pinturas. Como si de una cita se tratase.
―Mick. ―Aún sorprendida, Briony fue la primera en acercarse a la chocante pareja―. Creía que tenías clase, ¿qué haces aquí?
―Hola. ―Fue Mackie quien respondió, primero sonriéndole a ella, y luego dándole un apretón de manos a Tom, que respondió con sorpresa, pero afable.
―El profesor de estadística tuvo una emergencia familiar, y pudimos salir antes. ―Michaela se encogió de hombros, haciéndose el avión. Porque tenía muy claro que la confusión de su hermana no radicaba en que hubiese salido antes de la hora, sino en que su acompañante fuese Anthony Mackie.
―¿Habéis venido a ver la exposición nueva? ―preguntó Tom, con intención de restar algo de tensión a la situación. Al parecer, no solo él tenía algo sin resolver ahí; por las miradas que intercambiaban Mackie y Bri, entre ellos también estaba pasando algo que todavía desconocía.
―Mick me ha invitado ―asintió Mackie―. El otro día en la cena en casa de Briony hablamos de arte, yo dije que me gustaba la pintura, y hace un rato quedamos para venir a ver la exposición.
―Pero ya casi hemos terminado ―Michaela tomó el brazo de Anthony, con naturalidad―. Es muy... interesante, seguro que os gusta. En fin, os dejamos que la veáis...
Cuando decidió quedar con Mackie no era su intención darle celos a Tom. En realidad, llevaba un par de días tratando de pensar lo menos posible en el actor británico... La noche que había pasado en su casa estaba algo borrosa en su mente, pero recordaba a la perfección aquel beso, y cómo se había puesto en ridículo a sí misma...
¿En qué estaría pensando?
Por otro lado, Mackie le caía bien, muy bien en realidad. Habían congeniado de maravilla durante esa cena en casa de su hermana, tenían muchos gustos en común, y un sentido del humor bastante parecido, por eso lo había invitado a salir.
Solo se trataba de una quedada de amigos, pero ahora que tenía a Tom delante, esa estúpida parte de su mente que tomaba el control en las situaciones complicadas, volvió a jugársela... Y sin apenas percatarse, se vio a sí misma fingiendo que esa simple salida era algo más...
―O podemos verla todos juntos ―propuso Tom, con una pequeña sonrisa. No podía desperdiciar esa ocasión de hablar con Michaela.
Briony pareció algo incómoda, tan solo un fugaz segundo, Mackie enarcó una ceja, como si se oliese algo, y Mick frunció el ceño, adivinando las intenciones del británico, pero finalmente, la mayor de las Lovelace asintió, y los demás la siguieron...
Así a todo, la tensión en el ambiente fue más que evidente para todos los presentes.
Aunque los primeros minutos de paseo entre galerías fueron de lo más extraños, los cuatro sabían mucho de arte, y entre comentario y comentario, la atmósfera fue relajándose, hasta el punto en que, sin darse cuenta, Tom y Michaela se vieron solos frente a uno de los cuadros, mientras que Mackie y Briony se habían quedado atrás, al parecer de lo más inmersos en un debate sobre una escultura post renacentista.
―¿Qué opinas de este? ―le preguntó Tom a Mick, señalando una pintura donde un hombre vestido con ropajes medievales se arrodillaba frente a una mujer en una clásica estancia palaciega.
―Es una representación del amor cortés ―respondió Michaela encogiéndose de hombros―. El hombre declara su amor a través del vasallaje a la dama. Ella es su señora, pero es una relación platónica... Él cree que la belleza de su dama es un reflejo de la belleza divina de Dios, y solo mediante su contemplación podrá acceder al cielo... Ridículo ―chasqueó la lengua―. Pero los colores son bonitos.
―¿Ridículo? ―Tom levantó las cejas y sonrió, sin sorprenderse ante el análisis de la chica. Sabía que Michaela no solo era muy lista, sino que además se había criado en un chateau, rodeada de todo tipo de arte―. Yo creo que hay algo muy romántico en esas historias.
―Romántico, sí ―Mick sacudió una mano―. Absolutamente irreal, también. Esas cosas no pasan, no existen los hombres que declaran su amor de forma incondicional y lo mantienen. Lo mejor es ir por libre.
Con estas palabras, la más joven de las Lovelace se dio la vuelta, para salir a la terraza del museo. Ya estaba cansada de pinturas, necesitaba aire fresco
Aun así, fue muy consciente de la mirada de Tom atravesándole la nuca. Y no se sorprendió cuando él fue tras ella, alcanzándola ya en el exterior, en uno de los balcones con vistas a Trafalgar Square.
―Tenemos que hablar, Michaela. No puedes seguir ignorándome eternamente.
―Yo no te ignoro ―repuso ella, apoyándose en la baranda―. ¿Acaso no he estado contigo las últimas dos horas?
Tom exhaló un suspiro y se recargó al lado de la chica.
―Sabes a qué me refiero ―añadió, suavizando el tono―. Lo de la otra noche.
―No recuerdo mucho de la otra noche ―se apresuró a interrumpirlo ella.
―Estoy seguro de que recuerdas lo suficiente ―aclaró él, enarcando una ceja, dejando claro que no lo engañaba.
Mick dejó escapar un pequeño bufido, al tiempo que se enderezaba y se cruzaba de brazos. Clavó la vista en la enorme plaza del centro de Londres, intentando poner sus pensamientos en orden, antes de volver a mirar al jodidamente guapo y perfecto actor.
―¿Qué quieres que te diga, Tom? ―ladeó la cabeza, preparándose para soltar su mejor sarta de mentiras, algo a lo que, desgraciadamente, estaba muy acostumbrada―. Tenías razón, estaba muy borracha, y actué sin pensar. Siento haberte puesto en esa situación. No volverá a suceder. Eres el mejor amigo de mi hermana. Eso es todo.
El aludido no dijo nada durante unos segundos. Aunque esas palabras implicaban cierto alivio, ¿era eso lo que en verdad esperaba escuchar? Una parte de sí mismo agradecía que Mick pusiese las cosas en orden, facilitándole volver a su anterior relación... La otra, una parte que desconocía, se sintió decepcionada.
―También soy tu amigo, no solo de Bri ―respondió al final, extendiendo una mano para acariciar la mejilla de la chica―. Y quiero seguir siéndolo. No quiero que una tontería nos aleje, Mick.
Michaela tuvo que contenerse para no cerrar los ojos y dejarse llevar por ese gesto aparentemente fraternal.
―Yo tampoco ―confesó. Porque por mucho orgullo que tuviese, Tom era demasiado importante en su vida.
Se sentía como si ella fuese el caballero de la pintura medieval, platónicamente enamorada, consciente de que nunca sería correspondida, pero, al mismo tiempo, incapaz de renunciar a ese amor que poco a poco la consumía...
―Bien ―Él sonrió y, por un segundo, Mick casi creyó ver cierta duda en su semblante.
―Pero me debes una ―añadió ella, recuperando el gesto altivo y una mueca divertida.
―¿Sí? ―Tom ladeó la cabeza, confuso.
―Pues claro, llevé tu camisa a la tintorería, no lo hago ni con mis vestidos de alta costura ―repuso ella, guiñándole un ojo.
―Está bien ―El actor se echó a reír―. Avísame cuando te venga bien, y haremos lo que tú quieras, como si quieres llevarme a uno de esos retiros de yoga o a hacer rafting en un acantilado...
―¿Qué concepto tienes de mí? ―Ella se unió a la carcajada, consciente de que Tom no iba nada desencaminado; ambas eran actividades que practicaba con frecuencia―. Ya pensaré algo. Mejor volvemos dentro. Bri se pone rara cuando está con Mackie ―añadió, más para sí misma que para el hombre.
Tom la siguió, con la duda rondándole la cabeza, ¿qué insinuaba?
En cualquier caso, se sintió mucho más relajado sabiendo que su relación con Michaela estaba sana y salva...
Pero por mucho que quisiese, no podía obviar lo sucedido unas noches atrás. Ahora que estaba todo aclarado, ¿era eso lo que en verdad quería?
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Hello, amores
Poquito a poco, pero estos Social Media van avanzando, últimamente me cuesta centrarme para ponerme a escribir, pero que actualizo, seguro.
Si a alguien le sorprende la aparición del sexy Mackie, se explica en su Social Media con Bri (CUPBOARD LOVE) en la que también ha aparecido ya Mick, y ha hecho muy buenas migas con Mackie 💁
Muchos besos y mil gracias por leer 😘
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