Capítulo 13

"Esa persona lo hizo".

Las tres, esa misma noche, no habían podido dormir.

Zuleyka eligió una blusa negra, un pantalón de vestir para mujer negro y zapatos del mismo color, ese conjunto se veía muy bien en ella y hacia resaltar su cabellera pelirroja y sus ojos verdes oscuro.
El reloj marcaba las ocho con siete minutos, y ella íba de un lado a otro con los nervios al límite, faltaba mucho para el entierro a las tres pero el velorio comenzaría a las doce de la tarde; en cualquiera de los dos corrían el riesgo de que Kristen se entregara de una manera peligrosa muy a su manera.

El tiempo pasaba lento para ellas tres, pero finalmente habían avanzado a las once cincuenta. Zuleyka había enrollado su brazo con el de su padre. Padre e hija habían caminado algunas calles para llegar a la casa de los Mclouis, dónde sería el velorio de las dos chicas.
La gente llegaba y llegaba apenados, tristes y serios, unos hablaban entre sí y otros bebían café en vasos desechables, otros pasaban al lado de los dos ataúdes, los cuales se encontraban cerrados, el daño hecho por Kristen había sido horrible, cuando alguien muere cambia su cara por completo pero Kristen había puesto más ayuda a eso.

-Zuleyka-. Sara se acerca a ella tomando de la mano de Sean. Sus padres estaban sentados en un sofá de la sala.

-Con permiso, chicos-. Dice el señor Hodges. -Iré a dar el pésame.

Tayla había llegado con un vestido corto negro, y su cabello azabache estaba alzado en una coleta.
Su hermana vestía un vestido también y los señores Mitchell venían detrás de ellas. Todos se habían reunido, padres con padres y jóvenes con jóvenes; eso era un problema, ni Sara, ni Zuleyka o Tayla podían hablar sobre las cartas o las rosas, no delante de Crystal y Sean.

-¿Cómo has estado, Tay?-. Pregunta Sean.

-Bien, supongo...

-¿Ya vieron que cerraron los féretros?-. Crystal no dejaba de mirar el ataúd con la foto de la chica que estaba dentro. Julie en el de la derecha y Jessica en el de la izquierda.

-La policía tarda demasiado en dar respuesta, esto es una cacería de lobos-. Sean tuerce la boca.

-No me había dado cuenta...-. Crystal miraba detrás de todos.

-¿Qué cosa?-. Dice Sara.

-Hay polícias en la puerta, en la sala y dónde están los féretros.

Los cinco miraron, era verdad, policías custodiando el lugar.

-No quieren visitas inesperadas-. Zuleyka comenta.

-Eso tuvieron que haber hecho en el partido-. Crystal miró atentamente a los policías. -Necesito un café... ¿Alguien quiere uno?

Todos agradecieron pero ninguno quería café.

-Hola...-. Dijo alguien detrás de Tayla; era el chico apuesto que la ayudó a abrir la caja y a estar segura el día del supermercado.

-Hola-. Ella sonríe.

Sara y Zuleyka se miran entre sí una con una sonrisa.

-¿Cómo estás?-. Pregunta el cucos un poco serio.

-Muy bien, gracias-. Tayla no sabía que conversación iniciar con él puesto que la dejaba como idiota mirándo sus hermosos ojos y ese cuerpo marcado a través de la playera de vestir.

-Es la primera vez que nos encontramos sin chocar.

-Jajaja. Es verdad-.

-¿Cuál es tu nombre?-. Preguntó él sin rodeos.

-Tayla Mitchell.

-Mi nombre es Mason Martin-. Él sonríe de manera dulce. Tayla vuelve a caer en verlo de arriba abajo.

-¿Qué haces aquí? Perdón si suena muy brusco, digo... ¿Las conocías?-.

-Sus madres son viejas amigas de la familia. Cuando nos enteramos de la noticia quedamos en shock.

-Sí lo sé, es horrible-.

-¿Tú las conocías?-. Mason la mira fijamente.

-Sí, eran amigas nuestras-.

-Iré a hablar con la señora Hudson... Fue un gusto conocerte-.Mason se fue y desapareció en la cocina dónde estaban las dos mujeres con sus esposos.

Tayla estaba sonriendo, le gustaba en serio y era muy apuesto.

Tayla, Sara y Zuleyka se miraban en períodos de tiempo asustadas por cualquier cosa que pudiera suceder. Tras una hora y media nada había pasado hasta que cada uno se había perdido de vista, y la sorpresa ocurriría, las señoras Mclouis y Hudson comenzaron a gritar y maldecir. Todos corrieron a ver qué sucedía. La sorpresa eran dos enormes adornos de rosas negras encima de cada ataúd con un listón y una frase entre sí; "Festejo sus pérdidas" y "Tres menos, faltan seis" se dividían las cintas en los adornos.
-¿¡Quién hizo esto!?-. La señora Hudson gritaba histérica con lágrimas en los ojos.

-¿¡Por qué se burlan de nuestro dolor!? ¡Qué salga el o la cobarde que lo hizo!-. La señora Mclouis agregó colérica.

Todo se miraron entre sí. Mason estaba sin palabras y enojado viendo los adornos.

Los oficiales de policía trataban de calmarlas mientras la gente comenzaba a dispersarse, irían al entierro hasta las tres. Sara y las chicas veían el triste espectáculo, cómo otra vez, las dos mujeres trataban de sostenerse en pie mientras las consumía el dolor.

-Ven, Sara-. Su madre pasó su brazo por el hombro de Sara.

Todos se dirigían al cementerio.

-¿Kristen estuvo aquí?-. Zuleyka susurra a Sara. -¿Quién dejó las flores?

-Es imposible que alguien del velorio lo hiciera, era demasiada gente, alguien tuvo que haber visto algo-. Sara miró la casa McLouis.

-Ya debe de estar entre nosotras-.

-¿De qué hablan, chicas?-. Dijo Sean inclinándose sobre ellas.

-Sí... ¿De qué hablan?-. Crystal las miró a cada una.

-¿Ustedes cómo creen que dejaron las rosas? La casa estaba llena desde la entrada hasta la parte trasera de la casa.

-Kristen es ágil- . Crystal comenta.

-La perra es peligrosamente sigilosa.

-¿Alguna de ustedes la ha visto? Me refiero a una imagen de ella o cómo sea.

-Nadie. Mi padre dijo que los archivos de ese año se quemaron por completo.

-Zuleyka tiene razón; dicen que unos días después de los homicidios, la biblioteca del pueblo ardió en llamas.

-Ni los asesinos de las películas tienen historias tan revueltas-.

-El pueblo se enfrenta a una especie de Michael Myers.

El cementerio comenzaba a verse, el aire soplaba y el ánimo se sentía aún más recaído.

-Deberíamos después del funeral ver a Melissa.

-Sí, conseguirle flores.

-Wow. ¡Vaya que quieren evitar otra visita!-. Crystal miraba atónita la sección donde las chicas serían enterradas; llena de policías con armas dándo rondines alrededor
Las carrozas fúnebres habían llegado, las señoras Mclouis y Hudson bajaron de ellas con sus esposos.

-Vamos a sentarnos-. Dijo Sara caminando a las sillas de madera frente al panel del padre.

Los ataúdes fueron puestos en bases para la última ceremonia, el lugar se había vuelto a llenar.

-Éste es el momento-. Dijo Zuleyka nerviosa a Tayla y a Sara en sus oídos.
-Estén atentas, chicas-. Sara dice en tono bajo. La ceremonia había comenzado.

Cuando el padre estaba hablando se escuchó el grito de un hombre. Todos se quedaron en silencio. Los oficiales de policía habían preparado sus armas.

Sara sentía que su corazón se salía de su pecho. Zuleyka y Tayla se miraban entre sí.

Un disparo se escuchó a lo lejos, detrás de una pared de arbustos en otra sección del cementerio. Todos se levantaron y comenzaron a correr asustados.

-Es hora-. Sara comenzó a correr en dirección al sonido y tras ella íba Tayla y Zuleyka. Sean trataba de alcanzar a Sara pero era inútil sus esfuerzos.

Las tres rodearon el lugar para ver lo qué sea que hubiera pasado. Sus miradas se fijaron en la tumba de Melissa, había alguien allí tirado. Las tres corrían. La policía trataban de seguirles el paso.

-No puede ser...-. Las tres sentían su mundo en giro de ciento ochenta grados.

La persona que estaba tirada sin vida, con un tiro en la cabeza era Zachary, el hermano menor de Melissa. Al lado del cuerpo se encontraba una rosa negra y una nota que decía: "Se cruzó en mi camino".

La policía hablaba por sus wokie tokies a más unidades. Las tres lloraban a gracias de mares; trataron de sacarlas de ese lugar.

-¡Nooo!-. Gritaban en el funeral con mucha fuerza. La policía soltó a las chicas y corrieron a ver qué sucedía. Sean trataba de calmar a Sara, pero él también estaba sin palabras, Crystal abrazaba a su hermana y Zuleyka no hablaba, sólo lloraba.

Los cinco corrieron a ver qué sucedía ahora en el entierro. Cuando estaban a nada de ver, la policía corría a sus autos, uno con wokie tokie en mano decía histérico: "Hubo un homicidio y dos cuerpos han desaparecido".

Los cinco, con las emociones sobre-pasándoles, para ver el espectáculo retorcido. Los cuerpos no estaban, en su lugar, habían enormes ramos de rosas negras y hojas de papel con los nombres de Melissa, Julie, Jessica y Zachary tachados mientras los otros nombres pertenecían a las familias de Sara, Zuleyka, Tayla, Sean, Melissa, Julie y Jessica. Las hojas llevaban por título "Lista de la Perfección".

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