5. Comunidad.
31 de Enero, 2015
La convivencia se les hacía cada vez más complicada. No sabían nada del otro grupo, no había visto ninguna radio para comunicarse con ellos y asegurarse de que se encontraban bien. Tanto como Hyungwon como los otros tres chicos querían salir de ese búnker, olvidar que aquella cosa que tenía el agua de lluvia era mortal para quien la tocara y vivir. ¿Hacía cuánto no disfrutaban de la naturaleza, de salir con los amigos y volver tarde a casa? Hyungwon echaba de menos a su familia. A su hermano, a su padre y a sus profesores. Incluso las peleas de Jooheon con los compañeros de clase.
"Vale, voy a salir".
"¿No quedó claro, Daniel?".
"Wonho, sabes perfectamente que estoy aguantando mucho y me va a superar la ansiedad como no salgamos de aquí de una puñetera vez. ¿A qué esperamos?. Si alguien estuviera ahí fuera ya nos hubiéramos dado cuenta, joder".
"Chang tiene razón. Tenemos que llegar al pueblo. Quizás allí encontremos a alguien que nos pueda ayudar" le defendió Jooheon levantándose del suelo.
Wonho suspiró con resignación y se metió en el baño. Encendió la ducha y se quitó la ropa. ¿Debería hacerles caso? Después de todo es el mayor de los cuatro y si les pasara algo, seria él quien respondiera por ellos?. El agua era fría. Tembló antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por el correr del agua.
"Joder, yo también quiero salir de esta mierda".
Apoyó su cuerpo en la pared y dejó que el agua recorriera su cuerpo. Mil escenarios posibles se le pasaron por la cabeza y ninguno de ellos era bueno. Por otro lado estaba la salud de Hyungwon.
"Mierda… . Ese niño…" .
No se había encariñado tanto y en tan poco tiempo con nadie. Hasta su amistad con el peli-morado había sido dura de roer. Hyungwon le preocupaba. Su salud, las pesadillas recurrentes.
"¡Esperar un segundo!"
Wonho abrió los ojos al oír que alguien más había entrado al baño.
"Oye, que está ocupado" dijo cerrando la llave del agua.
"¡Wonho!"
Era él.
" Lo siento, no había escuchado que estabas aquí. Y-yo…acabo de despertarme y los chicos estaban recogiendo y….bueno…no sabía que… lo siento ya salgo".
"No seas tonto, no pasa nada. La culpa es mía por tardar tanto".
Wonho cogió la toalla para secarse y se la ató en la cintura. Cuando salió de la ducha vio cómo Hyungwon miraba a todos lados menos a él. Le hizo gracia pero no quería que el menor sintiera que se estaba burlando de él.
"Entonces… ¿salimos hoy?".
"Sí. Changkyun no puede estar más tiempo encerrado y no quiero que le dé un ataque de ansiedad. Iremos al pueblo más cercano".
"Vale…".
Wonho miró a Hyungwon. Tenía las mejillas rosas y no dejaba de morderse el labio inferior. Se acercó un poco más a él. Mientras su cuerpo estaba frío por el agua el de Hyungwon lo sentía caliente.
"¿Has dormido bien?".
Él solo asintió.
"¿No has vuelto a tener pesadillas?".
Negó con la cabeza.
"Mírame cuando te hablo. Me estoy preocupando por ti".
"Lo siento es que…estás desnudo y yo no debería de estar aquí. El espacio es muy…pequeño".
"El perfecto para dos personas".
"Hay algo que quería preguntarte porque no quiero asustar a los demás. Bueno ni a ti pero ya que te preocupas tanto por mi…" le dio la mano a Wonho y le miró "¿las venas son negras?"
"¿Qué?" se puso serio y miró la mano del menor. Había finas líneas negras bajo la piel.
"Hace unos días empezó a picarme la piel pero no noté nada raro. Hasta ayer".
"¿Te duele?".
"No. Oye, no menciones nada de esto por favor. Apenas se ve y no quiero que nadie más esté al pendiente de mi. Solo tú".
"Si te encuentras bien y no te molesta, no debe de ser nada grave. Han pasado cinco días desde que encontramos este búnker" se miraron a los ojos "No se lo diré a nadie".
Pasaron unos segundos mirándose a los ojos. Wonho seguía acariciando la mano de Hyungwon, justo donde le habían salido esas líneas negras.
"Será mejor que ayude a los chicos a recoger y tú te…vistas".
Decididos, se soltaron de las manos e hicieron lo dicho. Con mucho calor, Hyungwon fue hasta la cocina donde estaban Jooheon y Changkyun para ayudarlos mientras el mayor se vestía conteniendo la ira y el deseo por culpa del menor.
A la hora siguiente y con todo listo, se apresuraron a salir del búnker. Todos sonrieron cuando se abrió la puerta y ver que no estaba lloviendo, por lo que podían caminar con tranquilidad sin ponerse esos trajes tan pesados nucleares. Cómo cada vez que salían, Hyungwon llevaba la delantera y Wonho detrás de la fila para proteger las espaldas. Changkyun se aguantaba las ganas de gritar y saltar de alegría porque podían ser descubiertos y lo que menos querían ahora era que los desconocidos les encontraran. Seguían a Hyungwon con cautela, él no hablaba mucho para no desviarse del camino y Wonho mantenía el arma en su mano.
"Mirar allí".
Hyungwon señaló una casa a lo lejos. En su mapa mental, no recordaba que eso se encontrara señalado.
"¿Por qué hay en medio de un bosque, una casa tan grande?"
"No nos salgamos del camino".
"El pueblo se encuentra en esa dirección, si o si pasamos en frente de esa casa" dijo Hyungwon.
"No pararemos a mirar, y es una orden".
Los tres asintieron un poco asustados por la actitud del mayor pero entendían la situación.
Continuaron el camino hasta que llegaron a las puertas de la casa. Era más grande que las casa de la ciudad y las luces estaban encendidas. Las vallas que la rodeaban era de alambre y se podía ver lo que parecía ser un invernadero detrás de la casa. Jooheon y Changkyun se dieron la mano y se acercaron a Wonho.
"Muy bien, seguir a Hyungwon en silencio. Si las luces están encendidas es posibles que se encuentre alguien ahí dentro".
Le hicieron caso. Hyungwon seguía dirigiendo al grupo mirando a todas partes para no caer en alguna trampa. Todo era posible. Pero la suerte no les acompañaba y dejaron de andar cuando vieron a solo unos pasos, a un señor de edad avanzada vestido de blanco.
"No digáis nada".
El señor se acercó a ellos con una sonrisa amable, lo que confundió al grupo.
"Ya pensábamos que estábamos solos en la Tierra".
Rió él. Wonho se puso delante de los chicos y le apuntó con la pistola.
"Tranquilos. No soy uno de ellos, aquí solo estamos los que se salvaron del virus".
"Apártese y déjenos en paz".
"Vamos, quieres proteger a tus amigos a punta de pistola sin pararte a pensar en si soy de confiar o no. Eso no es de ser buena persona. Puedes ponerlos en peligro también".
" ¿Quien coño eres?".
"Uno más, como vosotros. Se os ve cansados. Pasar, y os ayudaremos".
"Prefiero continuar hasta el pueblo, gracias".
"¿El pueblo? ¿No lo sabéis? Esta infestado de gente muerta y otra mucha que matan para comer cualquier cosa que encuentren. No es un lugar seguro".
Wonho iba a hablar pero Hyungwon le interrumpió tocándole el hombro. Le cogió de la mano y caminaron un poco más lejos para hablar.
"Está apunto de llover y no creo que esta gente sea mala… Le has amenazado con una pistola y nadie a salido para atacarnos" susurró "Además, a lo mejor sabe algo de todo esto".
"No es buena idea".
"Wonho, por favor".
Mirando al pequeño y a sus ojitos, asintió y volvió para hablar con el señor de blanco.
"Solo una noche".
"Perfecto pero, las armas no están permitidas".
Wonho sonrió con burla.
"Estoy dispuesto a dejar que nos deje hospedarnos en su casa pero no le voy a entregar mi arma. No estoy tan loco".
"Con arma, no hay refugio. Deberías pensarlo más detenidamente ya que la tormenta se acerca y no querrás que tus amigos mueran por tu insensatez".
"Wonho, dale la pistola. Mañana la recoges y listo" le dijo Jooheon impaciente.
Terminó aceptando. Le tiró la pistola al señor de blanco y él les dejó entrar en su casa. Cuando estuvieron dentro, muchas otras personas vestidas de blanco y con sonrisas en sus rostros que pasaban por ahí, les saludaron amigables. Para Wonho, todo esto era demasiado extraño.
"Vuestras habitaciones están arriba. Hay duchas, cocina, salón, una sala de entretenimiento ¡claro! nada electrónico. Aquí se fomenta La Paz y el bienestar. No permitimos los lujos de fuera ni la hostilidad. También debéis cambiaros de ropa, esa está toda sucia. Lucía, os acompañará. Estáis en vuestra casa".
El grupo, menos Wonho, miró con asombro el lugar. No era para nada la casa embrujada o la gente aterradora que se habían imaginado.
Lucía, una señora esbelta y de cincuenta años, guió al grupo hasta su habitación. Estarían los cuatro juntos tal y como se lo dijo Wonho. Una vez instalados, cerró la puerta con cerrrojo y se acercó a los chicos.
"Antes de que amanezca, nos largamos de aquí".
"¡Pero si es increíble!" saltó Changkyun.
"Está gente está loca. No me fío".
"Wonho, ¿podemos hablar?… A solas" se dirigió Hyungwon a los otros dos.
Ellos salieron de la habitación dejándoles solos.
"¿Qué te pasa? Pareces histérico…"
"Es todo demasiado bonito".
"¿Y no es eso mejor que estar en un búnker sucio y apestoso sin tener noticias de nadie?" Wonho chistó la lengua y negó con la cabeza.
"Pero es imposible que después de lo que nos ha dicho, ellos sean gente que tiene buenas intenciones".
"No saques conclusiones precipitadas".
"Si veo o escucho algo raro, nos vamos". Hyungwon iba a hablar pero le agarró por las mejillas para impedírselo. "Y si tengo que sacaros a rastras, lo hago. No confío en esta gente".
"Confías en mi desde el primer segundo, ¿por qué en ellos no?".
" Es diferente".
" ¿Por qué? ".
¿Por qué? Wonho no lo tenía del todo claro. ¿Cómo debía responder esa pregunta? Aún tenía el rostro del menor en su mano y ninguno de los dos era capaz de apartar la mirada. Controlando su fuerza, soltó a Hyungwon y dio media vuelta hacia la puerta. No podía seguir esa conversación.
"No te quedes solo mucho tiempo y procura que no te coman la cabeza".
Salió dando un portazo. Hyungwon se quedó mirando la puerta. El corazón le latía demasiado rápido. Era la primera vez que tenía ese comportamiento con alguien mayor que él. Se sentía eufórico y extasiado. ¿Quería saber la respuesta?
"Disculpa, hijo. Estamos preparando la sala para la cena".
Una de las señoras que vivía en la casa, entró en la habitación sin llamar a la puerta. Eso asustó a Hyungwon pero le restó importancia.
"Oh, las puertas tienen pestillo pero esta prohibido usarlos. En esta casa no hay secretos ¿está bien?" sonrió de oreja a oreja.
Hyungwon asintió sin saber que decir.
El momento de la cena había llegado. El grupo se sentó en una de las mesas principales compartida con tres hombres más mayores. Una de las mujeres, sirvió la comida. Tenía mejor pinta que todas las reservas que habían estado consumiendo todos estos años. Era un filete a medio hacer, ensalada de tomate y pan tostado.
"Hermanos, un minuto de silencio. Hoy han llegado a nuestra comunidad, cuatro jóvenes. Estamos muy felices y agradecidos con el Señor que más personas sigan vivas y sanas en la Tierra".
Ricardo, que así se llamaba el señor que les acogió, alzó las manos para que todos los presentes aplaudieran.
"Joder, ni en el Instituto me recibían así" masculló Jooheon.
"No es necesario que nos ponga en el punto de mira. Total, mañana ya nos iremos" dijo Wonho con una pizca de irritabilidad en su voz.
"Hahaha... Ya. Bueno, que comience el festín". Ricardo se sentó y todos comenzarón a comer y a beber.
" ¿Vais a comer?" preguntó nervioso Changkyun.
"Ni de coña".
"¡Wonho, por favor! No seas así. Todos están comiendo, no podemos hacerles ese feo. La cena es por nosotros".
Hyungwon cogió el tenedor y el cuchillo y partió el filete. El grupo le miraba atento. Cuando se tragó ese pequeño trozo de carne, sonrió.
"Podéis comer".
Pero sólo uno se contuvo. Wonho prefería morir de hambre a comer algo preparado por «la comunidad» . Y por ende, fue el único del grupo que no enfermó esa noche.
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