5.- Esperanza ★⳻

Agoté toda motivación al tercer día de la segunda semana, mi garganta dolía, seca, aún con el agua que había llevado en termo, que ahora estaba acabado y alejado de mi cuerpo sobre el suelo, reflejándose contra el espejo del salón de prácticas. Cerré los ojos, buscando relajarme y no pensar de más en el calor que escurría mi cuerpo, sudando agua salada y pegajosa, volví a tragar, mirando mi teléfono también en el suelo, y no había necesidad, sabía de mi horario.

Cada dos días me tocaba ensayar canto, el cual, se me había explicado, tenía buena afinación y gravedad, pero era mi nerviosismo el que lo detenía, haciéndome desafinar y trabar, temblar y deshacer los anclajes, incluso los más sencillos.

Suspiré agotado, enfocándome en los músculos que conformaban la estructura de carne y hueso, venas y nervios que creaban la humana. Dolían, contrayéndose y ardiendo, y no era de menos. Me la pasaba ensayando y practicando desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde, estiramientos, ejercicios, distintos ritmos y movimientos, así como agudizar mi oído para obedecer a los tiempos en canciones o melodías sincronizando mi cuerpo.

En conclusión, mi cuerpo ardía, y no estaba dispuesto a salir de ahí flaqueando, inclusive llegando a la idea de arrástrame. Yo no me atrevería a pasar semejante vergüenza, era un ser sin costumbre al ejercicio más allá de la caminata.

"Y mucho menos querría encontrarme a Seong-su por los pasillos."

Aunque, "¿por qué aquello me importaría?"...

Escuché la puerta abrir y gimoteé pensando en la idea de tener que moverme ante la llegada de otro grupo a practicar, pero fue la risa de Kwang-Sun la que me llevó a sentarme de vuelta aún si el chico que ingresaba no me miraba.

Y fue demasiado estremecedor mirar a quien por años me había devuelto la esperanza, mis ojos no evitaron observar sus movimientos, agraciados como en el baile y rígidos con fuerza, él sonreía con el teléfono en sus manos, hablando—: Sí, aquí la dejaste, bebé —avisó, y observé los objetos en su mano, una mochila verde militar y una botella de agua simple, reconocí el principal objeto como posesión de Tae-rae del día anterior—. No hay problema, Hyung te la llevará —rió, haciéndome notar la dulzura en su voz, y fruncí ambas cejas.

Kwang-Sun quedó en silencio mientras yo observaba el suelo, puchereando, y cuando menos me di cuenta, él ya había colgado y me miraba, pasmado. No evité removerme en mi lugar por el único ruido del aire colándose tranquilamente por el lugar.

—Dan... —mencionó, más como una sorpresa y recordatorio hacia sí mismo, que por mencionarme. Yo incliné la cabeza cual cachorro, analizando lo que hacía, y él carraspeó, nervioso—, ¿cuánto tiempo llevas aquí?

Tomé aire, pensando en decir alguna mentira que lo hiciese ver menos tenso de lo que se veía ahora, pero mi propia moral lo negó pronto—. Ya casi una hora, mi entrenador salió hace siete minutos, yo sólo descansaba.

Kwang-Sun pareció maldecir en voz baja, y asentí tranquilo buscando confirmárselo—. No escuchaste nada, ¿o sí?... ¿Qué digo? Claro que escuchaste.

Era la primera vez que escuchaba su tan nerviosa, casi como hacía en los episodios de entretenimiento con los demás chicos del grupo, y deseé reír, hasta que creí que lo mejor era tranquilizarlo—. Sí, escuché, Hyung. —Bien, eso no era un muy buen modo—. Pero fue una plática tranquila, ¿no? Algo normal.

"Sí, claro, si normal, o la lógica relacionaría del trato, fuese hablar de 'bebé' a todo el mundo, y con ese tono"

"Yo lo hago con todos", ni capaz era de mirar a alguien a los ojos...

Sacudí la cabeza. Estaba pensando de más, de nuevo, así que volví mi atención hacia Kwang-Sun, esperando a lo que fuese que me tuviera que enfrentar por el hecho de perderme en cosas sin importancia.

—Sí... —susurró, rascando su nuca, e intenté no verme afectado por las ansias de preguntarle por su relación con Tae-rae, pero que, entre menos fan me viese, más confianza podría generarles. Quería creer—. ¡Oh! Ya recordé, toma, Minnie-Jeon.

Acepté el objeto que me otorgaba, era una pulsera con cuencas moradas y negras, y un dije de zorro plateado al centro, la inscripción de mi nombre se veía detrás. Mis ojos se humedecieron, haciéndome ver borroso, y sentí el picor en mi rostro, ese común de cuando deseabas llorar—. Es muy linda... —susurré, sintiendo mi pecho cálido, y Kwang-Sun sonrió—, gracias.

—De qué, haz estado esforzándote mucho este tiempo —rio, pero no era burla, sino orgullo lo que noté en su voz, y lo miré fijo, sonriendo por su apoyo—, todos los chicos y yo lo hemos notado, eres bastante bueno en cada área, casi como Jeongade —señaló, haciéndome sentir avergonzado, hasta que chasqueo los dedos al recordar algo y me hizo erguirme—. Sólo no olvides cuidarte. Bang Si-hyuk nim ha visto en ti algo, y somos conscientes de ello.

—Entonces quizá lo están imaginando —no evité soltarlo, riendo, y Kwangsun frunció las cejas, negando.

—No es necesario que te estés matando para lograrlo, sólo comienza a observarte, tanto como nosotros lo hacemos. Eres increíble, sólo te hace falta verlo. —Enmudecí, notando su mano acercarse ofreciéndome la botella que había tomado—. Supongo que estás cansado.

Asentí, tomando el líquido tan pronto abrí el envase, agradeciendo la frescura y calma inmediata a mi cuerpo. No me había puesto a pensar en las veces que valoraba mi propio esfuerzo, y es que, no las contaba, ni siquiera las creía existentes...

"Vaya".

—¿Cómo lo haces? —fue lo único que pude decir, y su mirada me hizo entender que mi visión ante él fue la de un niño. Uno perdido y confundido—. ¿Cómo soportas estar aquí, rodearte de tantos olores y sentimientos, pensamientos?

Me estaba confundiendo, quizá un poco, o bastante. Pero había logrado soltar lo que creía carcomerme. Kwang-sin asintió, como si no importase mi pregunta tan extraña y sólo tuviese el objetivo a responder—. Bueno, sobre olores yo no sé mucho, eso se lo dejaríamos al más joven en mi grupo —rio con levedad, y no pude evitar inclinar mi cabeza y formar un puchero. Su risa no parecía juzgarme, ni burlarse, sólo... estar feliz—. Pero creo que, si he logrado tanto es porque hubo gente que me hizo poder confiar en mí después de hacerlo en ellos. Pienso que lo más importante es poder confiar, aventurarte a todo. Y creo que tú ya haz dado el primer paso, sólo te falta seguir avanzando.

Respiré con fuerza, casi maltratando a mis propios pulmones que, de tan rápido, desearon devolver lo ingerido.

"Tener en quienes confiar". No sólo hablaba de confiar en sus habilidades, sino, en ellos, en quiénes eran, en lo que me podrían hacer descubrir incluso de mí mismo.

No sería capaz...

Su teléfono vibró haciendo que alzara el rostro al percatarme que lo había ido bajando con lentitud. Él lo tomó y miró la pantalla, para después aparecer ese mismo brillo en su rostro como hace un rato—. Tengo que irme, fue bueno hablar contigo, Mini Jeon-Park. Recuerda no esforzarte tanto, lo estás haciendo bien.

Se fue con eso dicho, y fue cuando miré la pulsera en mis manos. Me la puse, apreciando dos de mis tantos colores favoritos y sonreí.

"Hubo gente que me hizo poder confiar". Había algo en sus palabras que me hizo pensar que no lo había dicho por decir.

☾⇠ 🪐🦊 ⇢☽

El ave que intentaba acariciar desde hace 10 minutos salió volando despavorida debido a los chillidos producidos por Min Yue, y de igual forma, no me sentí frustrado, mirándola con su habitual bolsita y cabello castaño corto hasta la altura de los hombros en forma de caída, alargando su frente más que la parte trasera del cabello.

—Dannie, ¿cómo estás hoy? —dijo, sonriente, luciendo los verdes colores pastel en su vestimenta de hoy y unos retenedores de dentadura por sobre los dientes—. Pregunté a Martina...

Yue venía tres veces por semana desde hace cuatro meses, ya fuese a la salida o encontrando la forma de colarse en mi escuela, tal y como hacían ...

Y fue por el hecho de compararla con algún animal que conectase con ella, que no entendí que ya no hablaba su boca, al menos, no únicamente, sino también sus manos.

—Me enseñó a comunicarme contigo, para que podamos hablar sin tanto problema. —No evité observarla maravillado, feliz de encontrar palabras que podía responder en definitiva, y entonces me pregunté...

No es tanto el tiempo que pasamos juntos —intenté frenar mi emoción formando cada seña con cuidado y lentitud, por si se perdía—. ¿Qué buscas?

—Umh, que pruebes mis postres —señaló, como si fuese razón, y al notar mi confusión suspiró, como si el que no hubiera entendido hubiese sido yo—. Quiero que seamos amigos, ¿es suficiente?

"Amigos..."

Era verdad que yo me había convertido en su catador de postres, siendo las galletas de ese día mi primer registro, sumando los de las siguientes semanas, y no mediábamos palabra más que mi respuesta del postre anterior, una pregunta suya y la entrega de sus creaciones antes de irse con la palabra de "volver si no la encontraban." Y eso me hacía sentir curioso, deseando poder hablarle, pero... aquello no era razonable suficiente para llamarnos amigos.

¿Por qué querrías que fuésemos amigos?

Ella reaccionó de inmediato, quizá notando antes que yo la chispa de emoción que me invadió—. Porque eres interesante.

¿Y por qué eso te dice que seremos amigos?

—Porque eres bueno.

Fruncí las cejas nuevamente—. ¿Por qué piensas que soy bueno?

Ella suspiró, y creí que lo primero que haría sería decir que se arrepentía, porque yo hacía demasiadas preguntas, y contrario a ello—. Porque me ayudaste.

¿Por qué esa es razón suficiente?

—Porque ayudaste a una extraña, sin esperar nada.

¿Y entonces por qué me diste postres después?

—Porque quería agradecerte del modo en que sé, y ser tu amiga —ella rió, divertida, y yo sólo no pude ignorar a mi corazón palpitante y alegre en el pecho. Algo que hace tiempo no sentía.

¿Por qué querrás ser...?

—¡Porque sí! —dijo a carcajadas, sonrojándose por encima de la piel lechosa y blanca—. Sólo dame una oportunidad, sin razón.

Reí junto con ella, sin saber muy bien qué responderle, y titubee, entrelazando mis dedos entre sí, comenzando a morderme los labios.

Confiar significaba daño, ¿no es así?

"—Eres mi niño bueno, Dannie"

Cerré los ojos con fuerza, sin saber de dónde venía aquella voz, transformada en el rostro de mi tío Sadis, el hermano de mi padre. Pero eran sólo imaginaciones mías, entonces...

¿Por qué me costaba?

Mi piel estaba erizada, sintiendo como si el agua corriese ferozmente por ella, como una sustancia pegajosa y molesta.

—No... no quiero —me escuché susurrar, y fue la primera vez que escuché mi propia voz.

Abrí los ojos, y Yue me miraba aún desde su puesto, curiosa, y sabía bien que había escuchado también, y aún así, asintió tranquila—. Está bien, respira —recomendó, y tragué saliva—. Me quedaré aquí, ¿si? Y cuando ya no tengas miedo... puedes decidir si me quedo contigo o no.

Solté el aire, sintiendo a mi propio cuerpo relajarse, y es que Yue ni siquiera me miraba con lástima, era con paciencia y cariño.

Entonces sentí dudar a todo muro de defensa, porque ahí estaba ella, y mi corazón se sentía cálido bajo sus ojos, así que sin pensarlo más, extendí mi mano, tomando la suya para pedirle en silencio que me ayudara, no sólo a calmarme, sino a confiar.

Y ella lo hizo.

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"𝟎𝟓: 희망"
(Its Nice to Have a Friend - Taylor Swift)

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

Admito que este fue de los capítulos que más me costó escribir, y es que, el tema de la confianza es algo que quiero transmitir como foco de la historia, y aunque no sé si lo transmita como deseo, bueno, sigo aprendiendo... y quizá en un futuro estos temas los logré mejor(?

Al mismo tiempo, estoy de los nervios, puesto que ya esta semana tengo exámenes el viernes, y no sólo parciales, después tendré exámenes médicos, de sangre, que es de las cosas a las que más fobia le tengo, así que también estoy buscando tranquilizarme un poco... (⇀‸↼‶)

⭐️

De todas formas, espero que mi "proceso creativo" les haya gustado, que fue la primer versión de BE, y que este logré igualarlo. Aunque, de igual forma, a ambos los querré, pues fueron hechos con mucho amor en distintas etapas de mi vida.

Espero les haga gustado el capítulo. Nos vemos el próximo.

¡Sa-yo-na-ra!

ヾ(*'▽'*) 💜

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