38.- Apóyame ★⳻
⚠️ El siguiente capítulo contiene temas de contenido sensible, tales como: suicidio, desconfianza y depresión. Se es pedida discreción.
Ninguno de los temas busca ser romantizado ni mal utilizado. De incomodar, es pedido que se retiren. No hay necesidad de hacer malos comentarios que denigren u ofendan a nadie.
—Dan. —No me inmuté ante la llegada de Yue, se sentó a mi lado, acariciándome el cabello y comenzando a usar la toalla sobre mis hombros para secarlo—. ¿En qué piensas, Dannie?
—En nada, y en todo al mismo tiempo... —murmuré, dejando caer la cabeza sobre mis manos, sintiendo a Yue separar las hebras con las manos y al encontrar un nudo, no jalar, sino que ir por el cepillo—. Según mis recuerdos, rechacé a mi primo... —mordí los labios, recordando que aquel tema podría incomodar a Yue, pero mi mejor amiga no hizo reacción alguna mientras se sentaba a mi lado, de nuevo—. Él... él llegó a advertirme de la extrañeza en mi tío, del hermano de mi padre, y- Y ahora entiendo porqué mi miedo a tantas cosas que In-su hacía.
Porque él hizo lo mismo hace años. Miré a Yue de soslayo, antes de ver al frente y aceptar las hebras del objeto sobre mi cabello, separando cada hilo oscuro y destiñéndose del rojo.
—Sabía yo que había algo mal con ese hombre —fue su única respuesta, hundiéndose de hombros—. Siempre pareció que tu abuela ocultaba sus fotos, incluso contó haber quemado un retrato suyo... era su hijo, pero me confesó un día que, de serlo, no estaba segura lo que hizo mal para que fuese así, contigo —temblé ligeramente. Ella había visto a mi abuela más de lo que recordaba desde que la invité a su casa por primera vez, SeoYeon siempre parecía cariñosa y cuidadosa con ella, y yo creí que era por ser mi primer amiga. Pero quizá había algo más en ese ofrecimiento de galletas y jugo... Mi abuela buscaba en Yue algo que la alertase, o al contrario, algo que la animara a confiarle cosas sobre el pasado—. Y siendo que tus recuerdos estaban volviendo como pesadillas con ese hombre. Entiendo a la pobre mujer.
—Fui abusado por él —susurré, y fue casi como una confesión.
Escuché a Yue titubear, dejando el peine en la mesa de noche para comenzar a trenzar mi cabello ahora un poco más largo—. ¿Por cuánto... tiempo?
Podía entenderla, ni yo mismo sabría que decirme después de soltar tal cosa. La miré por encima del hombro, disculpándome por lo dicho y logré que su cuerpo se relajara un poco.
—Según lo que recuerdo y lo que dijo el doctor a mis padres... fueron ocho meses. En el último intentó drogarme —me hundí de hombros, como si la mera realización de ese hecho no me asqueara ni hiciese temblar—. Estábamos en casa de la abuela, aquí, en Corea, y mamá salió, quizá para esas cosas de la mudanza que yo no sabía... —Ahora unir los puntos era incluso sorprendente, encontrando el sentido a todas esas cosas que antes no lo tenían —. Él llegó, y... ocurrió. Por lo que dijo, era un tipo de redención extraña para que "Dios" lo perdonara —rodé los ojos, sintiendo algo amargo en el pecho, como si desease vomitar, pero no algo alimenticio, sino algo más sentimental—. Y quizá no logró darme la dosis exagerada que creyó, pero después de eso creo que... que me asusté mucho al despertar con él muerto.
Yue me abrazó por la espalda, sobresaltándome un poco. Yo no había notado cuando decidió terminar con mi cabello, ni que mis manos habían estado entretenidas pellizcándose la una a la otra, lo suficientemente sumido en las cosas que parecían pesadillas y no lo eran.
—Voy a amenazar a papá, y a decirle que no deje que ningún hombre te vea a parte de él y tus compañeros —sorbió la nariz, haciéndome notar que la había hecho llorar—. No, ni ellos. Que te cuide de todos, es más, yo te cuidaré de él... Reforzaste mi idea de hacerte chiquitito y guardarte en una bolita de cristal con millones de etiquetas que digan "frágil", y de cuidarte de todo y de todos.
Yo me lancé a reír, y hacerlo fue extraño. Notando lo poco que lo había hecho en horas desde que Seong-su había llegado a recogerme de aquel puente y me había dicho que durmiera, antes de decidirme que no podía hacerlo y me fuese a bañar, dejándome caer sobre la cama como si fuese un "muerto viviente" que sólo observa a un punto sin sentido. Despertando a Yue y llegando a este momento.
—¿Planearías encerrarme? —burlé, escuchándola negar y reír al mismo tiempo.
—No haría eso, tonto —se alejó un poco, y entendí que sería para limpiar sus lágrimas antes de volver a abrazarme—. Además, no podría. No hay máquina en el mundo que te haga tan pequeño, así que esperaría hasta que eso ocurra.
La abracé antes de que decidiera soltarme, riendo y mordiendo un poco su mano, de forma ligera, sintiéndome algo ansioso antes de entrelazar sus dedos con los míos y que mis ojos comenzasen a aguarse.
—Gracias, Yu —murmuré—, realmente... realmente todo esto va siendo tan confuso para mí. Es que- Siento que estoy feliz, pero de pronto llegan estos pensamientos raros y no sé si me estoy despidiendo del mundo sin darme cuenta y- Y te agradezco... por estar aquí. Porque sin entender nada decidiste quedarte, por ser mi amiga. Porque sé que cansa tener a gente como yo que... que estará bien y al segundo sólo no podrá ni consigo, y se echará culpas de todo y serán una carga. Y sé que preferirías hacer otras cosas, sé que...
—No lo sabes. —Ella calmó, siendo un susurro mientras comenzaba a trenzar el flequillo largo que ya no era más que parte del cabello en mi rostro y cuello—. Lo estás pensando, que es distinto... Tu mente ahorita está cansada, creyendo que entonces lo que sientes lo sentirán los demás. Pero está bien, pasará. Siempre haz sabido cómo salir adelante aún con esas cosas, y yo estoy contigo, y Seong-su, y ahora los chicos también lo están para contradecir a tus pensamientos y mostrarte que no es así. No eres una carga, para ninguno de nosotros...
No evité acercarme más a ella, casi frotándome como si pidiese más cariño, y ella rio, porque sabía que entonces había dejado a mi mente sin argumentos y que entonces estaba más dócil a lo que dijese. Ella era ese ánimo que me faltaba, y siempre recordaba que yo era el suyo cuando la situación se intercambiaba.
—Te cuesta mucho ver que eres bueno y que ayudas a mucha gente, y lo entiendo. Tus padres te enseñaron eso, a ser bueno siguiendo ideas de un mesías —la vi sacar de sus manos unas ligas. Esas que siempre colocaba en sus dedos de diversos colores, como anillos diciendo que le daban suerte—, y tú lo eres, pero sin jactarte de ello, ¿y sabes qué es lo único malo en eso? Que provocan estas cosas... te sientes insuficiente por no estar sonriendo siempre o no querer abrazar a alguien cuando te sientes demasiado agotado, y entonces crees que eres malo. Pero no es así. Esta vez, y todas las anteriores, tienes, y tuviste derecho a "ser malo"... y ahora casi que te obligaré a serlo. —La sentí erguirse un poco, haciéndome mirarla cuando comenzaba una nueva trenza y ella la soltó, mirándome—. Soy tu enfermera, Y yo, Min Yue, ordeno a mi paciente que se dé días de reposo a su amor infinito.
Alzó una ceja, y yo habría tenido la fuerza suficiente de negar y refutar a su "receta" de no haber estado despierto desde las tres de la madrugada.
—Bien... pero, ¿podemos ver Cómo entrenar a tu dragón?
Ella sonrió, comenzando a decir que podríamos hacer lo que yo quisiera siendo mi cumpleaños, saltando y yendo a abrir la persiana para que el sol alumbrase el cuarto.
—Avisaré a los chicos si quieren ver algo en lo que te da hambre. Igual el día aún no termina y seguro están más ocupados descubriendo cómo hacer un pozole —retó importancia con la mano colorida en ligas mientras hablaba y abrió la puerta y señalarme—. ¿Palomitas o papitas? Tu amigo Xiu me ayudó a asaltar las tiendas antes de que cerraran antier para tener la despensa llena de todo.
Decidí alzar la mano y señalar la segunda opción para ver a mi mejor amiga salir disparada. Era increíble lo mucho que ahora se llevaba con mi grupo y aquello me hacía sentir feliz de que los aprobara.
Sonreí levemente, abrazando mis rodillas y decidiendo que, por hoy, no estaría mal si no quería hablar a elección aún con las facultades para hacerlo.
Toc Toc. Alcé la mirada, observando a Seong-su vistiendo completamente de azul, recargado en la puerta y mirándome como siempre lo hacía: haciéndome sentir capaz de adueñarme de todo por sólo decirle.
Yo desvié la mirada, avergonzado de casi idolatrarlo y él avanzó aún sin mi permiso. Pero no lo necesitaba, yo lo quería.
—¿Dormiste un poco? —tomó de mi cabello, acariciando mi frente y haciéndome mirarlo. Él pareció inspeccionarme antes de suspirar y decidir que no le había hecho caso—. Debiste hacerlo... Tu amiga me dijo que harán un no-sé-qué de películas aquí en tu cuarto y me miró mal, ¿hice algo?
Apreté los labios, deseando reírme por las ocurrencias de Yue, y lo señalé, después a la puerta y luego a mí mismo antes de que apuntar a mis ojos con dos dedos y verlo a él. Seong-su pareció confundido unos segundos y antes de que tomara mi rostro, agarré su mano.
—Estoy bien —susurré, no tan seguro de eso, pero notando a Seong-si relajarse tras escucharme—, pero decidí que me cansa un poco hablar y quiero guardármelo un poquito.
Él pareció entender, comprendiendo entonces mis señas infantiles, y es que yo aún no estaba muy seguro de hablarle con señas al no saber si él las conocería.
—Oh... Entonces me parece bien —murmuró, antes de asentir—. Sí, hizo ese gesto al verme, ¿pasó algo? ¿Estás bien, o por qué quiere vigilarme?
Reí sin evitarlo, echándome sobre su pecho en un balanceo, y entonces decidí que no me gustaba no hablarle. No me robaba energía susurrar con él.
—Estoy bien, o no... Sólo estoy cansado, de todo —me hundí de hombros, sintiéndome repetitivo y casi ronroneando cuando colocó una mano sobre mi espalda—. He comenzado a recordar muchas cosas hace días, pero no sé porque ahorita son como... como todo ese cansancio mental. Siento que empeoro en lugar de mejorar y ya no sé si alguien como yo deba de estar aquí.
No había pensado en algo así realmente, pero estar a su lado era como soltar las cosas como si fuesen mantequilla.
Seong-su acaricio mi cabeza y suspiró—. No soy muy bueno en dar consuelo, bebé. —Apreté los labios, evitando reír y me froté en su pecho—. De hecho... yo venía, yo ni siquiera creí que dirías algo así. Es decir, sí. Lo que quiero decir... –carraspeó, y lo miré con calma—. Te quería llevar a una cita, otra- Al cine.
—¿Uhm? —Lo miré, ni siquiera importaban la de veces que había ido al cine en mi vida, mis ojos se sintieron brillar tan pronto lo dijo, como si hubiese deseado aquello desde siempre—. Vaya... Las citas sí que son variadas, ¿eh?
Él rio, y dejé un besito en su mejilla. Casi que no había tiempo para que pensase que Seong-su me dejaba de lado, porque de repente estaba ahí recordándome que pensaba siempre en mí. Me levanté antes de decidir cepillar mejor mi cabello casi seco, y lo miré por mientras, sonriendo con ligereza al encontrarle sonrojado mirando al techo.
—Podemos... Podemos ver la película que quieras. Digo, sé que es de lo más normal, y que quizá no es tan trabajado como cuando bromeé en que tuviéramos una cita en el carro mientras te mudabas, yo- Quiero decir...
—Sunnie —reí, colocando dos dedos sobre sus labios—. No me importa que sea extravagante... de hecho, me gusta que sea así. Que tú seas así, espontáneo, que no haya planes completos y que sólo quieras hacer las cosas... conmigo. —Ahora era yo quien sentía a sus mejillas calentarse bajo sus ojos café—. Y me gustaría elegir la película, pero, no por mi cuenta por completo. ¿Hay algún género que te guste?
Él no tardo mucho, vagó un momento para tomar mi mano y jugar con mis dedos para sonreír con levedad—. El terror.
Jadeé un poco antes de hacer una mueca pequeña. Yo no era de llevarme con esos géneros, al menos, no fuera de los libros. No toleraba videojuegos ni nada del tema, no por los acontecimientos, eran los efectos, y en los cines la sensación era peor.
Pero por alguna razón...
—Creo que sé de una película que acaba de salir —murmuré, notando su sonrisa. Un niño. Eso se veía, tan sólo un niño, y a mi modo, era lindo amarlo por quien era—. Y quiero aún esa cita en el carro.
Seong-su apretó los labios antes de lamerlos y asintió, como si el simple hecho de consentirlo lo hiciese sentir más dócil. Como un cachorro.
—¡Papás! —Ambos miramos a Yue.
La chica entró con palomitas y papas en dos platos hondos; una golosina en sus labios y otras más en los brazos, se notaba contenta mientras dejaba las cosas sobre la cama.
—Deja te ayudo, Yu —tomé el plato y Seong-su siguió mi acción—. La computadora está en el escritorio, desconéctala y guarda el cargador en el cajón de la izquierda.
Ella hizo lo indicado, no sin antes sonreír con burla, y lo sabía. Después me estaría comenzando a jugar con el hecho de que obedecimos al "papás".
—Miu trae la bebida, pero dijeron que si no mejor movíamos las cosas allá en la sala. Una cama con los sillones... Yo traje las cosas por si decías que no, pero no hay bronca con que digas que lo hagamos.
Noté la mueca de Seong-su y el español de mi mejor amiga. Del tipo de jerga, Yue adoro la de "barrios" que mostraba La Rosa de Guadalupe. Y pensando en ello... tal vez me gustaría que los demás conocieran ese tipo de programas, como hice con Yue.
—Me parece bien que lo hagamos allá. ¿Crees que les gustaría estar un rato más además de con la peli? Quiero que conozcan mis programas.
Sonreí y Yue hizo lo mismo, emocionada, ella casi que adoraba todas esas cosas, decía que eran graciosas y al mismo tiempo impactantes. Yo sólo amaba que le gustara y yo poder hacer bromas con ella sobre eso.
—¡Déjame le digo a Miu! —Yue tomó su celular, con mi computadora en su brazo y llevándose de nuevo algunas golosinas. Yo reí antes de pedirle a Seong-su que la ayudase y recoger las otras cosas.
—Oh... Sunnie. —El chico me miró, y sonreí—. Me gustaría que estuvieras con nosotros... ¿crees que... no estarías incómodo?
—No —respondió tan rápido que por poco no entendí a qué, y él lo entendió—. No estaría incómodo. Y me... a mí también me gustaría estar contigo. Con ellos... ¡Con ustedes!
Él apretó los labios, antes de asentir para sí mismo como si se diese un alto, y salió del cuarto. Yo reí, comenzando a recoger las demás golosinas para ir a seguirle el paso, y un poco más librado de las emociones que casi nunca evaluaba...
Además de feliz, porque quizá, y sólo quizá, confiar no había estado tan mal.
Al menos, no con ellos.
★⳺ Ɖ₳₦ ɃⱠ₳€Ԟ ⳻★
"𝟑𝟖: 낭비하는"
(NF & Sasha Sloan - Only)
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¿Qué estoy escribiendo? A veces ni yo sé; mentira, nomas a veces no lo sobrepienso lo suficiente. Ahr
Hubo ausencia de capítulo, i know, pero tengo excusa: hubo recaída emocional. Pero ya he vuelto, jeje Con la mente algo perdida, pero aquí estoy. :D
⭐️✨
Espero les haya gustado el capítulo.
Casi no tengo mucho que decir más que: ¡feliz año!, y que espero se cuiden, y que todos les vaya bien. <3
Byeeee
💜🦊
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