3.- Arriesgar ★⳻
Respiré con fuerza sin saber muy bien lo que hacía, había parado de mi camino a la tienda para observar al monumento que desde hace años me traía perdido, y de igual forma, maravillado sin una razón exacta.
—Arroz... —susurré para recordarme lo mandado por mi madre—. Arroz blanco de grano corto. —Di un paso hacia atrás, buscando alejarme, y de algún modo me quedaba helado mirando, esperando. Mi corazón latía acelerado y yo no comprendía a lo que aguardaba, pero incluso sude frío.
Mis intuiciones eran extrañas, cero seguras y totalmente infantiles e ilusas. Asentí al recordarlo, exhalando para dar marcha a mi camino de vuelta.
—Mamá dijo a las cuatro, salí a las dos con treinta, hay tiempo de sobra, pero detesto salir con poco-
Chillé de forma ahogada al chocar con algo tras mi espalda, volteando y alzando los brazos en posición de defensa, tal cual había aprendido en mis cursos de las tardes entre semana.
—Estoy desarmado y sin intenciones —colocó ambos brazos a la altura de la cabeza, con las palmas extendidas en total sintonía con mi reacción, como si nos conociésemos de años. Pero eso no fue lo que me desconcertó.
Bajé la guardia, sintiendo a mi corazón extraño y una perspectiva demasiado inquietante, y no de mala forma, sino que era extraña, pues creí ver colores más vivos que en nuestro primer encuentro—. Tú... —susurré, sintiendo la garganta seca y los ojos humedecerse, y no por llanto.
Había ignorado el extraño hecho en nuestro primer encuentro fuera de la cafetería que nunca me había atrevido a pensar por miedo a desencajar, pero ahora no tenía sentido negarlo. Realmente había colores, se extendieron a su alrededor como lo hacen las olas al chocar contra la superficie rocosa bañando a la arena, e incluso entrecerré los ojos tras sentir el brillo del sol con más fuerza.
—¿Yo? —sonrió, divertido por mi actuar, y entonces sentí que algo se removió dentro al notar su boca extenderse por la expresión.
—El chico de esa vez —señalé cuando por fin me sentí dueño de mis reacciones a nueva cuenta—. El que me... ese... Tú.
Me sentía bobo tartamudeando, sin poder hablar, actuando groseramente al señalarlo como si fuésemos amigos de toda la vida, como si fuesen Yue y Eunji a quienes hablaba, y entonces cubrí mi boca al concientizar mi comportamiento, deseando disculparme con el extraño sujeto.
—Sí, soy el de ese día, "No-soy-Minhyuck". —Y al contrario de lo que creí, él no se vio afectado, y aquello me extrañó, pues aún siendo un joven, la gente solía exaltarse más pronto de lo que mi cerebro procesaba, y quedé embelesado por su sonrisa una vez más, sin siquiera notar lo que delataba mi futura vergüenza, y es que, él me había escuchado—. Soy Seong-su, Jeon Seong-su.
Extendió su mano hacia mí, y aún entre el estado de aturdes, la tomé, como si fuese una acción que hubiese esperado hace un rato, pues mi movimiento había sido frenético y ansioso, y por el choque entre pieles, me forcé a cerrar los ojos tras sentir mis labios temblar por copiar su gesto.
—Lamento eso —susurré, sin quererlo, maldiciendo al sentir su tacto alejarse y relamí mis labios, buscando mojarlos, sintiendo las grietas de la piel contra mi lengua. Joder—. Soy Dan. Jeon, también.
Eso último lo susurré, y aún así, fue extraña y cautivadora la forma en que el desconocido miró a mis labios por un segundo, como si los registrase y después los pensase. Miró detrás mío y sin mediar los minutos tragó saliva. Admito que me perdí en el movimiento de la carotídea sumiéndose y alzándose, y lo mismo me avergonzó.
—Sihyuck te espera adentro, por cierto. —El cambio de actitud me desconcertó, sin dejar de lado el tono suave y tranquilo en su voz, pareció ser alguien distinto, y aún así, mi cuerpo no se alertó—. Yo iba de camino...
No evité fruncir las cejas debido al alzar tímido de las comisuras en su boca, como si algún chiste interno le fuese contado, y me crucé de brazos.
—"Ibas de camino", ajá —burlé, rodando los ojos y me tensé, acordando que con quien hablaba no era un amigo, sólo un 'ser atractivo'. ¿Un qué?—. Y seguro el toparnos no era una casualidad planeada por Si-Hyuk.
Seong-su rio, negando divertido, y avanzó por mi lado de forma tranquila sin saber lo que el mismo gesto de su actitud confiada me provocaba el seguirle.
—Entonces, ten un dulce día, lindo.
Mi rostro ardió, sentí la sangre acumularse en mi rostro y entonces reprimí un chillido. ¿Con qué derecho me llamaba "lindo"? ¿Quién se lo había permitido? ¿Por qué yo no se lo negaba?
Y muy en contra de la rebeldía que quería transmitir a sus órdenes sin palabras, mis pies rotaron sobre sí mismos, siguiendo su andar, y mi corazón latió a gusto, sintiéndose correcto.
—Puede que te siga, pero sólo por curiosidad —anuncié, disfrutando de la risa ronca que profirió su garganta, sin saber de los ligeros saltos que había comenzado a dar a la par de mi andar, felicidad naciente de la razón de seguirlo.
Y de pronto negué a la idea, porque sentirme acomodado y tranquilo al lado de un extraño era inaudito e irreal.
Yo no lo conocía, y esa lección de dar mi entera confianza como un cachorro la había aprendido hace muchos años en el pasado.
No volvería a caer en el mismo error...
Interrumpir como "Juan por su casa" ¹ habría sido algo que, aún sin yo ser un superior, me habría enojado, pero por lo contrario, Si-Hyuk sonrió orgullosamente a la par del porte despreocupado y dominante de Seong-su... "Bien, debía de dejar de mirarlo".
—Y ese es, nuestro nuevo integrante; si es lo que quiere, por supuesto.
Me congelé en mi puesto, y Seong-su, al notarlo, tocó con delicadeza mi hombro, casi pidiendo permiso para ayudarme a moverme hacia adelante, contrastando demasiado con el aspecto desligado y serio que mantenía ante todos. Si hubiésemos sido separados de conocernos antes, mi cabeza habría dudado mucho de las emociones que captaba en el chico hasta ahora.
—Hola —susurré apenas ser mirado por todos, poniéndome de nervios—, soy Jeon Dan... —respiré hondo, encarando únicamente al CEO de la empresa—, ¿qué es eso del "nuevo integrante"? Yo ni siquiera-
Sihyuk sonrio, apresurándose a tomar mi brazo sin pensarlo mucho, haciéndome tensar—. Te presentó a los chicos, aunque a muchos los conoces, claro.
Observé a los rostros de todos, hasta que, tras la multitud de gente, logré entrever un par de ojitos brillantes y rasgados junto a una mota de cabello oscura. Lo conocía bien, helándome al saber de mi apariencia y las similitudes, y aún así, nadie dentro de esa sala pareció reparar mucho en ello, haciéndome relajar debido a eso.
Jeon Jeongdae fue el primero en acercarse cuando las presentaciones acabaron y los demás abandonaron la sala, y no entendí cómo no me desmayé habiéndole saludado tiempo atrás. Y entonces recordé porque su atractivo magnético no afectaba a mis hormonas adolescentes que veían a uno de sus ídolos: Seong-su estaba a mi lado, y estremecí por su toque en mi hombro, avisándome de ir a por unas cosas, pero que seguiría cerca. Constante.
Y fue bastante extraña la comodidad a la que mi cuerpo se acomodaba a los avisos sutiles, como si no fuesen sólo minutos los de conocernos, y parpadee aturdido al notar que mi mente estaba comenzando a pensar de más.
—¿Así que eres tú de quien todos hablaban anteayer? —Asentí aún sin comprender, intentando liberar a mi mente de la idea sobre buscar a Seong-su tras mío y verificar su palabra—. Como sea, no hagas caso a comentarios del estilo, eres joven, como muchos de nosotros lo fuimos, y comprendemos lo que será estar aquí dentro, así que, que no te preocupe mucho acudir con alguno de nosotros por reposos, tus hyungs te cuidarán a partir de ahora.
El recorrido de calorcito en mi pecho me llevó a gimotear con levedad al sentirme cálido. Era tal cual mostraban en cámaras, Jeongdae no sólo era juguetón y atractivo en su apariencia física, también era tan amable y considerado como se le veía.
—Gracias... —murmuré con el llanto en la garganta, sin siquiera reparar en la idea de que Jeongdae, como muchos en la empresa, pensaban que me quedaría como trainee.
Después de eso, la sonrisa de dientes sobresalientes y tiernos en Jeongdae se ensanchó, así como su cuerpo se relajó y su mano tatuada viajo tras suyo como buscando algo. Y mi duda se aclaró al notar una mano delgada y más pequeña aparecer, afianzándose a Jeongdae. Era Minhyuck, y estremecí de nuevo, culpando a sus ojos que siempre vi bellos.
Alejé mis ojos de las manos unidas en un gesto que no era propio de amigos y calmé a mi mente de generar ideas que de seguro me llevarían a chillar alegremente. Porque me lo había prometido: por más que adorase el concepto de relacionarlos románticamente, mucho más a ellos dos, no me quitaría de la cabeza la idea de tratarlos por quiénes eran, humanos.
—Es un gusto, Dan, ya me aburría ver siempre las mismas caras. —Quise reír por lo dicho, eso, hasta que Jeongdae dio un golpe juguetón al chico con su pie, y Minhyuck lo miró con reproche.
Tragué saliva con miedo a estorbar.
—¿Te aburres de ver mi cara? —Jeongdae reclamó casi ofendido, y al mismo tiempo juguetón. Yo aguardé sin saber a ciencia cierta qué hacer.
—No me refería a la tuya, además, te veo diario y tu rostro es demasiado lindo para aburrir.
Carraspeé después de segundos de miradas en las que mi cuerpo ofreció retroceder y alejarme a donde Seong-su se encontraba. Porque después de escucharlo reír, supe que estaba ahí, al rededor.
—Oh, Dan —fue Jeongdae el primero de reaccionar, alejando la mirada embobada y me negué a mostrar mi curiosidad por sus actitudes—, igual tenemos que irnos, fue un gusto.
¿Y así, nada más?
—Umh, Jeong-ie, tú ibas a decirle algo más —susurró Minhyuck en un tono extrañamente cariñoso e intercalé mi mirada entre ambos cuando volvieron a perderse en los ojos del otro.
—¡Ah, claro! —Jeongdae tronó los dedos, y el ruido fue capaz de despertarme hasta a mí que aún no me embobaba en ambos—. Evita meterte con la paciencia de los de seguridad. Son algo cascarrabias con los chistes y la comida rápida, también con las llamadas telefónicas en plena madrugada.
Sus ojos divertidos me hicieron notar que hablaba por experiencia propia, y sus explicaciones con detalle me hicieron saber que, más que una advertencia, era una sugerencia—. Lo tendré en cuenta —sonreí, agitando mi mano para despedirlos en cuanto Minhyuck dio los primeros pasos y Jeongdae le siguió, como lo haría cualquier cachorro—. Nos vemos, Jeongdae y Minhyuck hyung.
Ambos me miraron, sonrientes, antes de que Jeongdae abriese la puerta para Minhyuck y ambos se perdiesen entre conversaciones que, por lo poco que logré escuchar, refería a halagar la ternura en la estatura de Minhyuck, haciendo sobresalir las risas del chico mientras gritaba a Jeongdae callar...
No habría notado la sonrisa boba en mis labios, de no ser porque las comisuras dolieron, y relajé el gesto.
—Ni siquiera pienses en hacerlo. —La voz de Seong-su me trajo a la realidad de nuevo, volteando a verlo. El chico parecía revisar algunos aparatos, así como el movimiento de las cámaras intercalando en desplantes y sigilo—. Lo de molestarnos, me refiero.
"Molestar-nos"
—Eres... ¿Perteneces a la seguridad de la empresa? —Fue incluso extraño pensarlo, notándolo mucho más joven que todos ahí, pero cuando el chico notándolo dio ningún signo de burlas, acepté que, quizá, hasta podría ser mayor—. ¿Cuantos años tienes?
—¿Eres investigador o algo? —sonrió burlón al tiempo en que abría uno de los que, ahora captaba, eran comunicadores, y verificaba cada cable de forma minuciosa—. Antes de preocuparte por cosas burdas como mi edad, deberías de pensar en lo que estás haciendo aquí. Porque no planeas quedarte, ¿o sí?
El cambio en su voz fue incluso agrio, pero en lugar de doler, fue capaz de encender todo instinto de contrariedad en mi mente, irguiéndome y caminando hacia su figura con total sigilo cuando él dejó de moverse y decidió que las cámaras estaban en condiciones.
—¿Y qué tiene de malo que me interese tu edad? —miré sus manos, y aunque cuidadas, estaban heridas, con pequeñas cicatrices alrededor de las manos, haciéndome recordar las propias sobre las mías—. Estás confundiendo uno de los cables, su tono debería ser más oscuro, de otro modo, se apagaría después de unos minutos... —Señalé, y el chico me miró confundido.
—¿Tienes más talentos? —burló tras haber inspeccionado lo que decía, y sentí ruborizarme.
—Me gusta investigar... —susurré, mirando los artefactos sobre la mesa, y fue incluso extraño que confiara tan fácil en la palabra de un desconocido—. Quiero conocer todo lo que me sea posible en vida, y-... Y no vería mal estar aquí.
El chico rio, y sentí mi piel erizar al notar un tono distinto a los anteriores, mirándolo de reojo para objetar, hasta que habló.
—Pide un contrato temporal, hay pruebas de dos meses, con exclusividad de tener a tres compañeros, o ser uno solo —tomó los aparatos entre sus manos y logré observarlos de mejor forma, cámaras con chips incrustados adheridos a un collar y algunos camuflados como botones...— Son las tres con quince, iré a revisar esto. Nos veremos, lindo.
Tragué para refrescar mi garganta, sintiéndola doler debido al movimiento y comprendí su aviso.
—El arroz... —murmuré casi con un chillido, adelantándome sobre Seong-su para salir de la sala—. Lo pensaré, tú revisa cada color.
Por poco tropiezo con mis propios pies, pero conseguí avanzar sin caer aún con zapatos de un tacón más alto, y me despedí de los guardias que reforzaban las puertas, ninguno me miró, pero no importó, y es que, mi mente descansó en preguntas que mantuve durante ese rato.
¿Quién era Jeon Seong-su, qué importancia tenía en el lugar, y qué ocurría conmigo respecto a él?
Y aún así, de algo estaba bastante seguro, quería probar lo que podía hacer de estar ahí.
Aunque quizá sería la peor decisión en mi vida.
★⳺ Ɖ₳₦ ɃⱠ₳€Ԟ ⳻★
"𝟎𝟑: 위험"
(DNA- BTS)
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
¹ se refiere a la familiaridad o confianza que alguien muestra hacia un lugar o personas que desconoce, y también a la seguridad con la que una persona se desenvuelve en un ámbito desconocido. Y aunque mayormente parezca algo positivo, la misma frase es utilizada para señalar el exceso de confianza o impertinencia de alguien.
*se hizo popular en México, con el nombre "Juan", pero su origen viene de España como: "como Pedro por su casa".
A quien lo haya o no notado, esto es como la reedición de la edición, hay muchas cosas que sí estuvieron antes y otras que no, y el hecho de por fin colocar las ideas que antes tenía, me agrada, puesto que es incluso más cómodo para mí trayéndoles muchos más capítulos.
⭐️✨
En dos semanas más no sólo serán mis exámenes parciales, sino que también algunos de sangre, así que, por aquí aviso que estaré intentando todo lo posible por abastecer los capítulos que no puedan ser entregados cuando ese tiempo llegué.
Sin más, ¡les quiero! 🦊💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top