28.- Opinión ☆⳻

⚠️ Contenido sensible es tratado, como: trauma, abuso sexual, negligencia parental y temas que podrían no ser del agrado de muchos lectores. Se es pedida discreción.

Intervención de la justicia con acciones y métodos que podrían no ser bien vistos por la mayoría, recuerdo ante todo que esto es una historia ficticia, con el único fin de entretener, no busco romantizar, señalar ni enseñar sobre ninguno de los temas a tratar.

Y sobre todo, recuerden, de ocupar ayuda, pueden llamar a los especialistas a la salud (mental, física, etc), a la seguridad y a los números de emergencia indicados en su comunidad. Y de no hacerlo, busquen apoyo, en familiares, amigos, especialistas e inclusive en sus mascotas, pero sobre todo, ustedes mismos.

No estás solo. ❤️‍🩹

Fue a las pocas horas bajo cuidado de Érica que dos uniformados entraron a la habitación estrictamente blanca.

—Umh —Érica se vio molesta con su llegada, dejando de lado las flores que había estado arreglando en mi mesa de noche para mirar a los oficiales, colocando sus brazos sobre su cintura, dando aspecto de una jarra—. Lo siento, pero no están permitidas las visitas hasta previo aviso.

Reconocí a la oficial que se había encontrado con papá y conmigo en la ambulancia antes de rendirme por el sueño y el cansancio de las lágrimas.

—Nosotros... —Ella buscó hablar, siendo bruscamente interrumpida por su compañero.

—No estamos aquí para una visita, señorita. Esto es parte del reglamento, el niño que tiene bajo su cuidado es sospechoso de homicidio en primer grado y potencial víctima de abuso sexual, así como consumo de droguería medicinal ocupada para suicidio.

Parpadee sorprendido, preguntando sobre mis padres aún si no pudiese hablar, y es que, ellos deberían estar conscientes de ello. O eso sabía en lo poco que leía y veía de cosas de ese estilo.

El golpe en la puerta de la habitación me sobresaltó, y las peticiones de que fuera abierta me indicaron que mis padres no había autorizado nada. Así que me vi en total permiso de mirar mal al hombre que había detenido a su compañera de ir a la puerta.

—Escuché bien, usted. Está acusando a un niño de cosas espantosas cuando estoy más que segura de que es un niño inocente, y no hay permiso alguno de sus padres ni papel en sus manos que me haga permitirle atormentar a mi paciente —Érica defendió, y sentí la mirada de mis amigos al mirar a ver sus cejas arrugadas y mentón elevado en decisión y protección.

—Hay una orden que lo autoriza, y no estoy aquí para discutir con una chiquilla que apenas si está comenzando a hacer su trabajo. Para informarla, el hombre asesinado era parte de trabajadores aliados con el gobierno y haremos lo posible...

Las palabras se desvanecieron, haciéndome fruncir el ceño. Aquello no iba con el trabajo de defender mis propios derechos, era para... ¿culparme?

Miles de veces había escuchado a papá quejarse de lo sucio que era el gobierno, y a mi propia madre decir que le aterraban sus propios jefes por su forma de tratar a delincuentes, pero en la mente de un niño, eso sonaba irreal, porque, se supone, ellos cuidaban.

Pero con lo ocurrido durante meses, ya no me parecía extraño que quienes dijesen cuidar no fuesen los verdaderos villanos.

—¿De qué está hablando, señor? —la voz de la oficial a su lado me hizo mirarla.

Ella mantenía ojeras un poco más marcadas en sus ojos, con un ligero maquillaje y delineado que sin duda hacía notar sus ojos, decididos y molestos con el que, había escuchado, era su jefe. Era linda, de preguntármelo, y también fuerte, así que, sabiendo aquello, no hice más que deslizarme en la cama hasta cubrirme por completo con las sábanas, excusando cualquier pregunta con estar dormido.

Confiaba en que ellas lo resolverían.

☾⇠ 🪐🦊 ⇢☽

Al despertar, froté mis ojos, estirándome y notando lo mullido de mi almohada, comprendiendo que Érica me había movido para acomodarme. Así que bostecé sin pena alguna hasta escuchar una ligera risa.

Me sobresalté encontrando a la misma policía, con el cabello oscuro en una dona, cayendo de forma despeinada sobre su piel tostada. Ella me sonrió, viéndose incluso más descuidada, y noté en su pecho que no había ya insignia alguna, eso me estremeció, detallándola, encontrando indicios de moretones en su cuello y tragué con fuerza.

—Veo que descansaste —susurró, y quizá mi rostro asustado la hizo reír—. No te veas tan espantado, no te molestaré como ese tipo. Yo... yo de verdad quiero ayudarte, pedí permiso a tus padres luego de que... —remojó sus labios secos, mirando al suelo con ligera decepción—... de que corrieran a mi antiguo jefe de aquí —tomó de mi mano, deteniendo todo escrutinio que hiciese mi mente, así como cada teoría y discusión entre Kyle y esa nueva vida—. Quizá no soy más parte de ese cuadrante, pero encontraré otro, y prometo que el nombre de ese hombre quedará tachado de criminal. Mi nombre es Lenaia, y quiero ayudarlos, a tus padres y a ti.

Luz. Su nombre era luz.

—Viví algo similar a mis 15, y sé lo que es no detener a hombres como él, así que yo... —tragó saliva, y sonreí, confiando en ella aún si lo contado pareció haberse forzado en confesarlo. Y no era necesario, lo había entendido desde su estancia en la ambulancia...

Eché la cabeza sobre su regazo aprovechando su posición sobre mi cama, tocando mi garganta cuando ella me muró—. Lo sé, me comentó tu enfermera... ella es linda.

La escuché raspar su garganta, haciéndome mirarla y aplaudir por alguna razón que desconocía al ver que alguien más veía lo linda que era Érica.

—Te traje una libreta... ¿crees estar listo?, podemos tener pausas —me entregó el objeto junto a la pluma que tomó del bolsillo en su camisa—. Y descuida, no habrá policías corruptos al rededor.

Asentí, no muy seguro de revivir lo que ocurría a mi alrededor, ni lo que había sido. Pero cada vez las memorias iban haciéndose difusas, y entendía que mi mente estaba reviviendo todas las memorias de la forma más fuerte posible, porque las olvidaría.

Eso sentía. Y tal vez, Lenaia sería mi oportunidad de registrar parte de una historia que no quería, pero que al menos, cerraría de buena forma, para mis padres, para mí, teniendo aunque sea un conocimiento de lo que fue él...

No mi tío.

No un familiar.

No un hombre herido.

Sino mi abusador.

Me había sido permitido seguir explotando mi propia movilidad con el pasar de las semanas (seguían siendo tres, y apenas era la mañana siguiente de esa cita, pero se entendía), así que para ese día, sin encontrarse Seong-su cerca había probado con levantarme, gustando de que el cuerpo no doliese tanto en esa zona mientras el chico buscaba el resultado de mis exámenes.

Colocándome los audífonos, creí que quizá el significado estaba en lo mucho que me tensaba lo que ocurría, ¿y cuál era mi mejor forma de olvidarlo? Exacto, escuchando música. Reproduciendo la canción intenté levantarme, con el mismo mensaje: ya no estaba ocurriendo.

—Haz milagros... —pedí, ejerciendo fuerza en los brazos al tomar el mango de la silla de ruedas desde mi cama, concentrándome en la canción, en la voz de Kwang-sun junto a los demás chicos.

Porque una vez habían sido mi fuerza, convirtiéndose en inspiración para continuar, y no veía porqué no lo serían nuevamente.

Cerré los ojos, respirando y haciendo presión en la planta del pie, hasta que el mismo se movilizó, actuando en cada músculo, específicamente, en esos músculos. Y el recuerdo volvió a mi mente, no sólo el suyo, el de Sadis, el de Alonso. Grité de forma ahogada, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo cuando la silla de ruedas perdió del mismo modo su posición.

El golpe en el brazo derecho al voltearme dolió, raspando mi mano izquierda que había sido la única con posibilidades de retener el impacto.

Miré al techo en mi habitación, los rastros de pintura galáctica y las estrellas plásticas luminosas. Cubrí mi rostro al entender mis ganas de llorar, y no pasó mucho rato cuando mamá llegó corriendo, ayudándome a levantar.

—¡Dan! ¿Estás bien? —comenzó ella, observando mi brazo con el ligero rasguño tras arremangar la pijama verde pastel, y cerciorar todo—. ¿Qué planeabas hacer?

—Estoy bien —murmuré, limpiando el agua en mi rostro, y ella miró alrededores hasta llegar a mi diario, entregándomelo, como si dedujera que era aquello lo que quería—. Probaba qué tal va el trauma.

Ella suspiró, quedándose en silencio, que bastó para recordarme lo incómodo que era estar con ella, teniendo la intervención de papá la mayoría de los veces entre los dos.

Interrumpió el ruido de MinJi sacando sus juguetes de la caja que compartía con Junnie, el ruido que aquello hizo en el suelo...

—Creo que alguien ya despertó —murmuré, notándola dudar al levantarse—, ve con ellas, anda. No me moveré más.

—No. —Ella se sentó, extendiendo el silencio incómodo, llevándome a acariciar el brazo herido sin tener idea de qué hacer—. Dan, yo... sé que hace tiempo no hablamos, al menos- no como deberíamos y...

—Y vas a culparme —murmuré, acostándome cuando ella no comentó nada—. Má, yo también me he cansado de discutir contigo, ¿no has pensado que quizá por eso ya he evitado responderte?

—¿Y crees que es la forma de tratarme? —Cerré los ojos, pidiendo porque esto pasará de vuelta, y encontrando que mi cabeza ya no ocuparía de lagunas para olvidara cada mal rato. En este tiempo, eran extraños el olvidarme de mis alrededores.

Ella suspiró, cubriendo su rostro y murmurando algo que no entendí, ni quise forzarme por escuchar, mirando al techo nuevamente tras abrir los ojos, agradeciendo escuchar a BND en mis audífonos, aún si era a bajo volumen.

—Si no hablaras creo que es mejor que volvamos a lo de antes. Ya entendí tu mensaje, no es necesario que lo repitas —rasqué mi cuello—. Soy el culpable.

Maya cerró sus ojos y volteó a verme, como si hubiese habido cierta realización en ella y suspiró.

—No venía para esto, yo sólo... Hace años, cuando todo esto ocurrió —apretó los labios, yo también—. Sé que es incómodo recordarlo...

No evité cerrarme.

—¿Incómodo? Para ti, yo fui al que golpearon.

Ella frunció el ceño—. ¡Dan!, sé más empático —reprendió.

—Sí... —susurré, alzando las cejas—. Lo seré cuando tus disculpas sean reales.

La hice perder la paciencia. De un momento ella se alzó de la cama, mirándome molesta desde arriba, yo sólo fijé mis ojos en ella, sin sentirme mal. Hace tiempo había dejado de afectarme lo que ella hiciera.

—¡No permitiré que me hables de ese modo! —"Siempre lo hago", fruncí las cejas, no gustando de la molestia que me recorría—. Soy tu madre, y gustes o no, me debes respeto. No creo que seas más miedoso de decir que te violaron que de ser un hijo indigno conmigo.

Apreté los dientes hasta que los mismos dolieron, tomando de mis sábanas aún si el peluche de MinJi situado en la orilla caía al suelo—. Suficiente. No voy a escucharte —Me cubrí hasta el rostro, encontrando a Simba bajo la sábana. El peluche de León devolviéndome la mirada, e hice una mueca, sintiendo las ganas de llorar acumularse—. Si te vas, deja la puerta abierta —pedí, hasta que sentí sus manos jalar de la tela que me cubría.

—¡Dan Black, no ha terminado esta conversación! —Desee chillar y patalear, pero me contuve. Acciones como esas las había frenado desde el momento en que me era repetido que eso no era lo correcto, con años cortos de vida entendiendo a golpes que actitudes así no eran de un 'buen niño' y lloré con fuerza rogando que ella se alejara, que no estuviera, que...— ¡Oh! Seong-su...

Ambos detuvimos todo conflicto, y no molestaron las lágrimas en mi rostro al salir de las mantas, encontrando a Seong-su en la puerta, y, a diferencia de su mirada hacia mi madre, sus ojos brillaron al verme, haciendo que de pronto me sintiera avergonzado de estar poco presentable.

Eso, hasta que la mano blanquecina y llena de pulseras de mi mejor amiga sobresalió de un salto tras la espalda del chico.

—¿Hay algún problema, Señora Jeon? —miré a mi madre destensarse, y de forma mansa caminar hacia los dos invitados. Pero notando de igual forma la extraña sumisión que todos mantenían hacia Seong-su.

—No... No ha pasado nada, hijo. Puedes... —al acercarse, quizá notó a mi mejor amiga, frunciendo con ligereza el ceño—. Yue... —desvió la mirada apretando los labios, notablemente molesta—. Pueden pasar. La comida estará en un momento.

—Señora... —Seongsu llamó su atención, y ella lo miró, tan rígida como elevar señor del restaurante de ttaekbokki—, su hijo tiene algo que decirle tras la comida. Es algo de lo que hemos estado hablando... y esperamos que ustedes estén de acuerdo a escucharlo.

—Oh... —ella susurró, y creí notar su iniciativa a exigir que le hablásemos cuando me miró, pero de nuevo, mirando a mi guardaespaldas, sólo agachó la mirada y asintió—. Está bien.

Y sin más, sólo se alejó. Haciéndome sonreír sin poder evitarlo cuando Seong-su dio paso a Yue en mi habitación con tan sólo hacerse a un lado y elevar su brazo.

Aunque era una notable burla sobre su altura esa "entrada", mi mejor amiga pasó encantada mirando mal hacia el lugar por el que pasó mi madre—. Me mira como si la hubiera empujado por las escaleras, por Dios —despotricó. Luego, Seong-su cerró la puerta, y ella me miró con una sonrisa. Abrazándome—. Ahora, ya estando aquí tu novio y tu mejor amiga, ¿nos cuentas por qué la "señora" te hizo llorar?

—¡Yu! —chillé, sonrojándome y Seong-su rio a carcajadas—. No es mi novio.

—Ya, ya —me calmó—, lo sé. Es tu "estamos saliendo". Sé del año de prueba, recuerda que me contaste anoche... Pero dime que no es bueno ya shipearlos. "SeonDan" —aclamó, con las manos al aire como si dibujase un arcoíris en el mismo—. O... ¡oh! ¿DanSu?

Negó poco convencida, aun si intentaba silenciarla con la mirada que Seong-su interrumpió al sentarse en la orilla que mi mejor amiga ya no ocupaba, acostada a mi lado.

—Me gusta "SeonDan" —opinó él y Yue chilló encantada.

—¡Adóptenme! —cubrí mi rostro, avergonzado cuando escuché a Seong-su decirle sin vergüenza alguna que "estaba bien".

Los dos me iban a enloquecer.

—¿Vinieron a ayudarme a empacar, o a decidirme hijos y esposo? —los interrumpí en su extraña conversación de una boda imaginaria, y rieron como si mi rostro enrojecido fuese algún chiste—. Los corro, ahora, largo.

Seong-su y mi mejor amiga rieron, la última levantándose y yendo a sacar las pocas cajas ocultas en mi armario, tomando la que aclamaba "ropa" de forma estridente con el montón de colores y comenzando a esculcar la ropa.

Yo estaba tranquilo con ello, no ocupaba verificar que tomase mis cosas, pues conocía –como yo a ella– respetar mis límites y mis comodidades.

Ejemplo claro, que dejase de burlarse tan pronto le demostré que más que divertirme, estaba cohibido.

Aunque, no era del todo malo... sólo, era vergonzoso lo rápido que mi corazón había comenzado a latir escuchando las ideas a futuro de los dos. Mucho más que él estuviese de acuerdo y...

—Ya tengo los resultados —susurró, mostrando de forma disimulada el papel perfectamente doblado; seguramente para guardarlo en el bolsillo y agradecí que lo considerara—. No sé si te es cómodo que tu amiga lo vea, así que...

—Te agradezco —susurré de vuelta, tomando el papel—. La verdad me gustaría decírselo de camino al apartamento, estaría más cómodo, pero... —acaricie su rostro, deteniendo mi pulgar en la mancha más oscura, acariciando en su mejilla mientras él se recargaba a mi tacto—, ¿de verdad llegó el día? ¿Tengo que decírselo a mis padres?

—Estaré contigo... en todo momento —murmuró, besando mi dorso y haciéndome sonreír por su atención a cada momento. Tanto física, emocional y afirmativamente.

—¡Hey, tórtolos! —ambos miramos a mi amiga, arrodillada y fulminante, no a mí, al chico a mi lado—. Te estoy vigilando, ven ahora a ayudar. —Seongsu rio, levantándose y yendo a su lado, cargando las cajas llenas—. Mi mejor amigo te está poniendo a prueba, pero no olvides que mi decisión también le importa, así que también debes de ganarme. No ayudarme es como si...

—¡Yue! —la interrumpí, a carcajadas, y ella sonrió feliz de ver aquello logrado.

Yo sabía que su palabrería tenía parte de verdad, pero era más para lograrme alegrar.

—Tienes razón. —Aunque Seong-su pareció notar la verdad—. Estoy a prueba en el amor y evaluado por su persona más importante, así que lo tendré en cuanta.

Y sin más, camino hacia la puerta anteriormente cerrada, y Yue y yo nos miramos fijo.

—En serio, ¿de dónde salió? —susurró ella, doblando otra de las camisas que me había regalado.

Yo me hundí de hombros, notando que Yue estaba tan contenta como yo. Y aquello me daba seguridad, porque tras tantas cosas, sabía que Yue era mi único soporte de verdad y confianza, y que estuviese fiándose de Seong-su, no hacía más que asegurarme que él no era un mal chico.

Además de que, verlos juntos, no hacía más que hacerme sentir que quería esa imagen para eventos futuros.

Mi mejor amiga, y a mi pareja.

—Tonto... —me murmuré, en español, sintiendo mi rostro caliente y sonriendo de forma tímida.

Porque lo había notado, realmente estaba enamorado de Seong-su.

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"𝟐𝟖: 미래"
(Ally Ahren - Sirens)

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

(Lo que fue encontrar esta canción...)

Mi mejor amiga siempre estará presente jsjsjs Es mi primer amor, y no necesariamente de forma romántica. <3
Ridiculous_and_blue

Por otro lado, la desaparición de Eunji (a los que la conocen de la versión original) ha ocurrido debido a los cambios que he decidido para esta nueva versión, que espero y les gusten, aun si la historia se hace más larga. xd

De igual forma, ya pronto hablaré de otra de las "amistades imaginarias" de Dan, y es que, en total son cuatro (Elena, Dori, Kyle y Daniel), basadas en mis "personalidades creativas" –al menos a mí me da más comodidad llamarlas de esa forma más que como "otros"–, son lados que me hacen ver de formas distintas al mundo, pero no dejan de ser yo...
Y de algún modo u otro, he querido contar esto en la historia. Así que, quien crea que ya la locura está a su máximo, sin problema, pueden irse.

Recuerdo ya haberlo mencionado, pero lo repito: además de escribir para entretener, lo hago para expresarme y liberar mi mente. So 🤷 sorry not sorry, babes.

⭐️✨

A todo esto, quizá ya no haya segundo capítulo hoy, pero bueno, les escribí 3 000 palabras, algo es algo.

Y aunque ya he dado demasiadas locuciones verbales, esto es algo que he querido decir a partir de una reseña que he visto a un libro, que está bien, son opiniones, pero no cuando parecen estar atracando y obligando a los demás a pensar igual:

El mundo es diverso, la gente piensa distinto y de ahí la creatividad fluye de muchas formas. Yo no obligaré a alguien que está cómodo poniendo en su libro a protagonistas sin problemas, con la vida color de rosa y realmente con una vida perfecta. Así como no juzgaré al autor que te de un mundo demacrado, un protagonista lleno de traumas y cosas cuestionables ocurriendo en la trauma, que, aunque horrendas, ciertas.
Estos dos ejemplos son perspectivas muy alejadas entre sí, y está bien. Que alguien no escriba problemas, o alegrías en su historia, no significa que lo mismo no exista, pero tampoco es algo que no pueda evitarse con las decisiones de los personajes.

Así que, por favor, dejen de dar críticas del modo en que lo hacen. No hablen mal de un autor por utilizar el aspecto más cliché en su primer historia, son los caminos que te llevan a crear historias hermosas, y los mismos que critican, deberían saberlo, son quienes comienzan con los mismos libros clichés y de ahí se enamoraron de la lectura. Está bien, tus conocimientos van cambiando, pero imagino que aquello los debería volver más maduros para entender que NO TODO será como ustedes gusten.

Si a un autor le gusta poner problemas, mundos "infantiles" o clichés en sus historias, creo que es parte de su expresión, y de a uno no gustarle... pues, se puede dejar una opinión, por lo menos, educada.

Pero no pareciendo que quieres alejar aquel amor a la escritura del autor...

Así como tú te expresas, deja a los demás hacerlo, que de todas formas, como muchos, apenas si están aprendiendo, o ya es algo que les gusta... y está bien.

¿A quién lastiman siendo felices?, la respuesta: a nadie.

🦊💜

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