21.┊feelings that arise
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𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚅𝙴𝙸𝙽𝚃𝙸𝚄𝙽𝙾
🌓───"Sentimientos que surgen"
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—¡PETER! —Felicia gritó el nombre de su amigo mientras agitaba frenéticamente su mano en el aire, para hacerse notar entre multitud de personas.
Al notar a la rubia cerca de un árbol, Peter agarró nerviosamente su cámara alrededor de su cuello y caminó hacia ella. Desde la noche en que decidió ayudar a Felicia como la gata negra, no había dejado de pensar en el fuerte beso que ella le había dado en la comisura de la boca. Según lo acordado, fijó una tarde para la sesión de fotos que iba a hacer con ella para su trabajo de la universidad. Y, para ser honesto consigo mismo, Peter contaba los días que pasaban con sus dedos.
Cuando el castaño se detuvo frente a la rubia, pronto fue recibido por un reconfortante abrazo. Peter envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la mujer y apoyó la barbilla en su hombro, queriendo descansar allí mismo. Fue un abrazo largo, pero lo suficientemente seguro como para demostrar cuánto se extrañaban.
Mientras se alejaban, Felicia sonrió feliz y tiró del brazo de Peter hacia abajo, obligándolo a sentarse en el suelo con ella.
—¿Qué es? —Levantó una ceja.
—¡Te hice un pastel! —exclamó feliz, tomando el cuenco y entregándoselo a su amigo.
—¿Y por qué me hiciste un pastel? —Preguntó.
—Basta de preguntas, toma un poco. —Ella lo interrumpió tomando una cucharada del pastel y metiéndosela en la boca.
Peter estaba sorprendido por el acto, pero tan pronto como comenzó a masticar la receta, sus ojos se abrieron por lo bueno que estaba. Miró a Felicia y sacudió la cabeza, luego tomó otra cucharada de pastel.
—Fel, ¡Dios mío, esto es genial! —Dijo llevándose otro trozo a su boca.— La tía May me perdone, ¡pero este es el mejor pastel que he probado en mi vida!
Poco después, Peter gimió de satisfacción, haciendo que Felicia se sintiera orgullosa de sí misma.
—¡No te lo comas todo! ¡Deja algo para tu tía! —Le quitó la cuchara de la mano.
—Pero dijiste que era para mí... —Respondió indignado.
—¡Ten empatía! Por cierto, ¡soy una mujer educada! ¿Dónde te has visto alguna vez ir a la casa de la persona que te gusta sin llevar nada para agradecerle su hospitalidad? Llévale un poco a May y dile que le agradezco que me haya recibido tan bien en su casa ese día.
Peter sintió que su corazón se aceleraba cuando escuchó que le gustaba. Fue involuntario, le encantaba volver a tener ese sentimiento, sobre todo porque no había visto la adorable sonrisa de Felicia en días.
—Eso fue un poco específico. —Bromeó.
Los ojos de Felicia se abrieron como platos y soltó una risita torpe, luego cubrió el tazón con pastel y se puso de pie.
—¿Qué tal si empezamos ahora? —Preguntó mirando a su alrededor para no tener que mirarlo.
—Está bien. —Peter se levantó y ajustó su cámara.— Tenemos suerte de que el clima aún no ha cambiado para ese lado.
Se alejó de ella.
—¿Puedes dar tres pasos hacia atrás? Las mezclas veraniegas de las hojas del árbol te sentarán bien, ya que tienes un rostro hermoso y peculiar, además de que tu cabello da un... —Peter se detuvo al darse cuenta de lo que acababa de decir.
Felicia tenía una gran sonrisa en su rostro. Sorprendentemente, eso solo la animó más.
—Distráete, juega con tu creatividad. —Ella hizo lo que le pidió.— En 3... 2... 1... —Se escuchó un clic alertando que la foto fue registrada exitosamente.
Peter mirara la foto, sonriendo tontamente.
—¡Resultó genial, tomemos un poco más!
Permanecieron allí durante casi una hora tomando fotografías. Cuando menos lo notaron, el parque estaba menos lleno de gente que antes y las nubes grises ya cargaban el cielo en esa parte.
—Creo que es mejor que nos detengamos. —Felicia miró a Peter.— No quiero que llueva de camino a casa.
—Está bien. —Peter suspiró, quería pasar más tiempo con ella.— ¿Vas a hacer algo importante hoy? —preguntó de inmediato.
—Si, sentarme frente a la ventana viendo caer la lluvia... No lo creo. —Ella se encogió de hombros.
—¡Oh no! Por favor, no seas Isabella Swan y vayas cuatro meses con eso. —dijo Peter.
Felicia abrió la boca sorprendida, después de lo cual le dio a su amigo un ligero golpe en el hombro.
—¡¿Viste crepúsculo?!
—Sí. —Respondió con sencillez.— Quería entender tu broma de ese día, y para tu información, ser cien años mayor que tu pareja es bastante diferente a un año mayor.
Ese fue el punto culminante para Felicia, que se sonrojó violentamente mientras colocaba un mechón detrás de su cabello opaco. El hecho de que Peter viera una de sus películas favoritas y usara la palabra pareja la hizo sentir amada.
Aunque no tuvieran nada y fueran solo amigos, ninguno de ellos podía negar la pasión que crecía entre los dos cada vez que se veían. Felicia se sentía bien con él, y darse cuenta de eso era una razón más por la que quería seguir adelante. Querer a Peter era como dejar atrás todas las cosas malas, era liberador y reconfortante.
Para Peter, amar a Felicia cada vez más fue como dejar atrás su doloroso pasado. Pensó que después de Gwen, nunca amaría a alguien como ella, y tal vez tenía razón. Felicia era diferente a Gwen, tenía algo que lo hacía diferente entre gustarle. Tal vez fueron ellos dos los que tuvieron horribles experiencias de vida. Tal vez solo era él queriendo llenar el lugar que Gwen dejó en su corazón.
Pero no, no era eso. Felicia era la persona más increíble y misteriosa que jamás había conocido, fue la forma en que entró en su vida lo que lo cautivó, no fue solo que Tess los presentó, sino la sensación de paz que siempre tenía cuando estaba con ella, incluso en circunstancias difíciles.
Se gustaban porque una parte de ellos se sentía solo, y eso los hacía sentir completos cuando estaban juntos, dejando que los sentimientos crecieran y se intensificaran cada vez más. Gata Negra y Hombre Araña. Peter Parker y Felicia Hardy.
—¿Quieres cenar en casa? La tía May estaría feliz de verte. Quién sabe, después de comer podríamos ver algo como...
—¡Star Wars! —exclamó emocionada.
—No sabía que te gustaban esas películas. —Dijo sorprendido, pero aún con una pequeña sonrisa en su rostro.
—¿Olvidaste que soy más inteligente que tú? Que te guste Star Wars es parte del paquete geek. —Ella se rió.— Por cierto, es una gran idea.
Peter asintió y tomó su mochila para llevarla hasta su casa. Mientras caminaban, los dos se tocaron las manos y sin darse cuenta, sus manos terminaron entrelazadas. Los dos estuvieron hablando todo el camino y en algún momento, ella apoyó la cabeza en su hombro.
Cualquiera que lo viera de lejos podría adivinar fácilmente que se trataba de una pareja de enamorados. Todavía no se veían así, su amistad aún tenía mucho que evolucionar y mientras esto sucedía, actos así pasaban desapercibidos entre los dos, a pesar de que era tan evidente. Fue algo natural, y eran estos pequeños detalles los que hicieron que se enamoraran cada vez más el uno del otro.
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N/T: Definitivamente uno de mis capítulos favoritos
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