23. RED
RED
Siempre he tenido un carácter fuerte, dominante y silencioso.
Y por eso algunas personas me percibían como frío o antipático porque prefiero el silencio sobre cualquier comentario innecesario o incluso una conversación sin sentido. Las cosas me aburrían con facilidad y eso también me dio el título de amargado. Y la verdad no me importó mucho a lo largo de mis años de secundaria.
Sigue sin importarme.
Es increíble lo que puedes descubrir cuando observas a las personas, cuando eres el único en silencio en un grupo de amigos que charlan y hablan sin parar, llenando silencios inseguros con historias emocionantes, exageradas o simples mentiras.
Mamá lo llama la "maldición" de ver más allá de las cosas, de no conformarse con la simpleza de la vida. No le he puesto nombre porque eso tampoco me interesa. Mi forma de ser es extraña porque carece de explicación, ninguno de mis padres es así, y ellos han sido excelentes conmigo, entonces, ¿de donde salió este carácter tan fuerte? ¿Este cinismo con la vida? ¿O la necesidad de dominar para sentir placer?
Algunas cosas en la vida no tienen explicación como lo que hice con Blue hace un par de noches.
Suspiro y tomo un trago tan profundo de cerveza que me quedo sin aire y aparto la botella de mis labios. La música está a un volumen prudente, la casa de Gray se mantiene en una semioscuridad, unas luces led en las orillas de las paredes le dan un tono rojo a todo. Aprecio el gesto, pero ahora luce como un club nocturno donde pasan cosas ilícitas. Estoy sentado en el marco de la ventana de la sala que da a la calle, puedo ver la oscuridad y soledad de la calle y al mismo tiempo, puedo girarme y ver la fiesta en la sala, la gente charlando, bebiendo y bailando.
Mi cumpleaños.
Una sensación agridulce me recorre porque mi cumpleaños pasado lo pasé con Amber. Ella organizó un picnic en un lago, obligando a todos a hacer algo diferente. Su sonrisa ese día era tan bonita mientras pasaba la comida y las bebidas. Terminamos todos borrachos en el lago, ella y yo mojados besándonos bajo la luna reflejada en el agua. Clásica mierda romántica. No era mi tipo de ambiente ni de momento y aun pensándolo me parece muy cursi, sin embargo, no puedo olvidarlo. Ese estúpido momento romántico y cliché está grabado en mi cabeza con tanto detalle que me oprime el pecho cada vez que recuerdo.
Antes de Amber, no había tenido una relación seria con nadie. Y no lo planeé, con ella, todo simplemente sucedió. Lo que empezó como una follada apasionada en un baño diminuto de una fiesta, se convirtió en una relación.
Y me enamoré.
Y cuando estaba enterrado hasta el cuello en esos sentimientos, cuando sentía que la amaba demasiado, que me asustaba la magnitud de mis emociones.
Ella me dejó.
No lo vi venir. Un día estábamos bien y al otro, ella llora, se disculpa y me deja así como si nada. No dormí ni comí bien por semanas, todo fue tan repentino que mi mente no terminaba de asimilarlo. No asistí a fiestas o a reuniones donde estuviera ella porque cada vez que la veía, sentía que me atravesaban el pecho con un cuchillo afilado. Muchos del grupo de amigos lo notaron, pero no dijeron nada, no lo hablé con nadie. No tenía sentido hacerlo.
Pasó el tiempo y el dolor disminuyó, pude volver a pasar tiempo con ella como lo hacíamos antes de que estuviéramos juntos. Sin embargo, aún se me aceleraba un poco el corazón cuando ella me sonreía y me miraba a los ojos. Y estaba en ese proceso de sanación cuando llegó Blue al pueblo.
La noche que Blue me habló por primera vez, que me dijo con tanta frialdad que quería que me la follara me dejó intrigado. Parecía una chica que sabía exactamente lo que quería y no le daba miedo pedirlo y quizás habría considerado su proposición de no ser porque lo que vi en sus ojos.
Tristeza profunda, desesperación, soledad.
Era como si sus labios estuvieran pidiendo una cosa, y su mirada otra. Mientras su boca enunciaba pedidos de sexo desenfrenado, sus ojos pedían a gritos compañía, ayuda, ser escuchada. Así que le ofrecí mi amistad, y pensé que quizás me había equivocado mientras pasaba tiempo con ella porque parecía feliz.
Hasta que me contó lo que pasó con Soren. Y me di cuenta de que había estado en lo correcto, ella necesitaba apoyo, alguien que estuviera ahí para ella. En lo que sí me equivoqué fue en creer que eso sería suficiente para ella... ¿para mí?
Tomo otro sorbo de mi cerveza y bajo la mirada para ver la etiqueta, noto que es la misma marca de la que nos bebimos Blue y yo una de las veces que bebimos juntos mientras nos develábamos jugando videojuegos en mi cuarto.
—¿Verdad o reto? —pregunto Blue, era obvio que ya estaba borracha. Estábamos sentados en el suelo de mi habitación con la espalda contra la cama.
—Verdad.
Ella se lame los labios con torpeza.
—¿Por qué no me follaste la noche que nos conocimos?
Suspiré.
—Ya te lo he dicho, creí que necesitabas un amigo.
—¿Sigues pensando lo mismo? —Ella ladeo la cabeza, parpadeando lentamente y por un segundo, solo la observé. Su cabello azul desordenado, sus mejillas sonrojadas por el alcohol, sus labios entreabiertos y dudé al responder.
—No lo sé.
—Tomaste la decisión correcta —dijo sorprendiéndome con una sonrisa.
—¿Qué quieres decir?
Ella se pasó la mano por la cara y se enderezo como intentado ponerse seria.
—Necesito un amigo, te necesito a ti. No quiero arriesgar lo que tenemos, si pasa algo entre nosotros... si cruzamos la línea, no habrá vuelta atrás. He... —Su voz se rompió un poco—. He perdido muchas personas, me he despedido muchas veces. No quiero hacer nada que dañe esto. Así que necesito que me prometas algo, Red.
—Lo que sea.
—Soy una perra insistente, ¿de acuerdo? No me dejes cruzar la línea.
Abrí la boca para decir algo y la volví a cerrar, ella continuó:
—No estoy lista para querer a alguien de nuevo... quiero creer que sí y me lo repito todos los días, pero no es cierto. Soren... lo que pasó... —pausó, respiró profundo y siguió—. Necesito sanar. Ayúdame a sanar, siendo mi amigo.
—Lo prometo con una condición. —Ella asintió y esperó—. Un beso.
Necesitaba saber que sentiría, necesitaba entender la calidez que me invadía cada vez que pasamos el rato juntos, si la alegría y el bienestar que ella me causaba venían de algún lado... si sentía algo por ella o solo la veía como una amiga. O si solo intentaba reemplazar a Amber. Y fue egoísta de mi parte pedirle un beso, pero si iba a mantener mi promesa, necesitaba un primer y último beso para entender que pasaba entre nosotros.
—De acuerdo. —Ella se encogió de hombros.
Me incliné hacia ella, acuné su mejilla con una mano y presioné mis labios contra los suyos por unos segundos antes de que ella me respondiera el beso y comenzara a mover sus labios gentilmente, sabia a cerveza y a Skittles de fresa, mis favoritos. Moví mi cabeza a un lado, profundizando el beso y su intensidad. Metí mi lengua y ella ahogó un pequeño quejido que envió una corriente caliente a mi entrepierna. Ella bajó mi mano de su mejilla a su cuello y la enrosqué a su alrededor, apretando por instinto.
—Ah, sí. —Soltó con un gemido.
Dejé de besarla para verla a los ojos, mi mano aún sobre su cuello.
No me digas que...
Volví a apretar. Ella se mordió el labio inferior.
—Eso me gusta. —Admitió. Y subí la mano un poco hasta que mi pulgar rozó sus labios y ella lo lamió con deseo.
Era oficial, me había puesto duro como una roca. Ella parecía ansiosa de más y lo que había empezado como un beso exploratorio, se estaba convirtiendo en deseo peligroso y todo en mí quería ver hasta donde llegaba esto, pero no lo haría porque ella estaba borracha. Así que despegué la mano antes de ponerme de pie.
—Prometo no dejarte cruzar la línea.
Ella hizo puchero y se subió a la cama torpemente antes de acomodarse de lado para dormir. Me le quedé viendo por un rato.
—Bea.
—Es Blue —murmuró con los ojos cerrados.
—¿Te puedo prometer otra cosa?
—Ujum.
—Te esperaré.
—Hmmm.
—Esperaré que sanes.
#
Ella no recordó nada al otro día.
Al principio, pensé que bromeaba, o que estaba fingiendo que no recordaba nada, pero mientras transcurrían los días y nada pasaba, me di cuenta de que ella de verdad no tenia ni idea de que habíamos tenido esa conversación. Y quizás por eso me hizo hacerle esa promesa, tal vez sabía que no recordaría nada y eso me ayudaría a mantener mi palabra sin que ella supiera.
Y luego llegó Black.
Blue y Black no se molestaron en ocultar lo que sentían el uno por el otro. Esa conversación con Blue en el salón de clases me entristeció:
—Black te gusta —afirmé.
—¿Y qué si me gusta?
—No tengo ningún problema con eso —digo—, pero ambos sabemos que no es lo que buscas. —Le doy un beso en la mejilla—. Buena suerte, Blue.
Eso no era lo que ella buscaba, ella quería sanar sola, y por alguna razón, la parte consciente de su cerebro no quería aceptarlo. Consideré en hablar con ella, en decirle lo de esa noche, pero...
Ella parecía feliz con Black, se reía más y su expresión se relajaba.
Así que decidí no ser egoísta, y hacerme a un lado. Blue necesitaba alguien como Black, no como yo. Ella venia de una relación con una persona dominante, alguien que la asfixió y le hizo tanto daño físico y mental. Y si bien, yo no era nada como ese bastardo de Soren, sí era dominante como él.
Y no podría soportar que algo que yo hiciera le recordara a esa escoria. Además, ¿he superado a Amber? Tengo días en los que pienso que sí y otros donde el recuerdo de ese amor tan intenso y fugaz me consumen. Y Blue no se merece eso, que la quieran como una segunda opción o como alguien para olvidar a otra persona.
Por eso la rechacé, una y otra vez.
Mantuve mi promesa.
Hasta que no pude más.
Hasta que la vi ahí a mi lado, acostada en la parte de atrás de mi camioneta. Su mirada perdida en el cielo y tuve que apretar los puños porque me moría por tocarla. Y mientras más avanzaba la conversación, más se agrietaba mi decisión, había resistido demasiado, la había tenido encima de mi en mi habitación y me había contenido, fue como si todo lo que había pasado me hubiera consumido en ese momento.
Y la toqué.
Y me aseguré de que ella no pudiera ver mi expresión, porque sabia lo que ella vería: deseo, desesperación, ganas de hacerla mía que han estado ahí todo este tiempo que la he rechazado. Por eso entendí su frustración y su negación cuando la invité a mi habitación.
Debía parecerle un indeciso, la había confundido. Y ella tomó la decisión correcta al alejarse, emergí de ese momento de debilidad y recordé mi promesa.
Como si leyera mi mente, Blue entra a la sala en sus vaqueros holgados y camiseta blanca con un nudo a la parte superior de la cintura que deja en descubierto la piel de su abdomen. Su cabello azul está en una coleta alta y desordenada, como si acababa de hacérsela antes de entrar. Nada de maquillaje, solo ese labial oscuro que se ha convertido en su favorito últimamente. Amber aparece atrás de ella y ambas se ríen de algo antes de comenzar a saludar a todos.
—Sonreír es gratis, ¿lo sabías? —La voz de Violet aparece a un lado, sorprendiéndome. Ella está afuera de la casa y descansa sus manos en la orilla de la ventana, debe acabar de llegar. Ella me mira antes de ver a las chicas—. Mira, ellas sonríen y ¿no se ven hermosas?
No digo nada y ella sube un pie por encima del marco de la ventana, luego una pierna y la otra para entrar, en vez de seguir adelante, se sienta a mi lado.
—Me recuerdas a los chicos fríos de mis doramas favoritos. —Suspira—. Todo ese sufrimiento silencioso, tan frustrante.
—No hay sufrimiento. —Ojeo a Bea que ya ha tomado un vaso plástico rojo y se está vertiendo bebida—. Solo silencio.
—¿Y no te cansas de eso, Red?
Sí.
—¿Por qué no has venido con las chicas? —Cambio el tema, como siempre.
—Porque vino con el terror del barrio —susurra Black en mi oído y me giro para apartar su cara con la mano. Black está al otro lado de la ventana, afuera, con esa sonrisa idiota de siempre—. Y ¿tú por qué estás bebiendo solo aquí como un exnovio abandonado?
Bufo.
—Una buena cerveza no necesita compañía.
Black y Violet comparten una mirada.
—Eso es lo que un exnovio abandonado diría —comenta Black y Violet asiente y chocan su puñito entre risas. Y yo solo los observo. Estos dos...
Violet se da la vuelta y va a saludar a las chicas. Black entra y toma su lugar a mi lado, sentado en el marco. Violet nos señala y Blue se gira en nuestra dirección. Sin embargo, cuando sus ojos encuentran los míos, ella aparta la mirada y sigue hablando con Violet.
¿Ni siquiera vas a felicitar al cumpleañero? Qué fría, Blue.
—¿Pasa algo? —Black me observa como si intentara descifrar algo en mi cara. No encontrara nada.
—¿Cómo vas con Blue?
La pregunta lo toma desprevenido y su silencio dice más que cualquier respuesta. Porque lo he visto pegado a Violet como un chicle de nuevo, porque pensé que eso se había quedado atrás, pero al parecer mi mejor amigo sigue atascado en esa confusión que es él y Violet. Y como lo he dicho antes, Blue no se merece ser la número dos de nadie.
Me tomo el ultimo trago de cerveza, y pongo la botella en el marco antes de levantarme. Black sigue mis movimientos con su mirada, descanso la mano sobre su hombro.
—Te di luz verde con ella porque pensé que de verdad te gustaba.
—Red.
—Pero si ese no es el caso, —pausé y lo miré a los ojos con determinación—. No veo razón para que no sepas que ella me gusta, mucho, quizás mucho más de lo que jamás te va a gustar a ti. Y la única razón que me mantiene alejado es su bienestar, nada más.
Le doy una palmada en el hombro y sonrío:
—Pero todo bien, bro.
Y me alejo de él para dirigirme al grupo de las chicas. Blue se gira en el momento en el que empiezo a caminar hacia ellas y me mira a los ojos, tomando un sorbo de su vaso plástico rojo.
Prometo no dejarte cruzar la línea.
Mis propias palabras llenan mi mente con cada paso, sin despegar mi mirada de la suya.
—¿Te puedo prometer otra cosa?
—Ujum.
—Te esperaré.
Esta espera me está consumiendo, Bea. ¿Qué es lo que de verdad necesitas? Desearía saberlo, desearía poder leer esos ojos llenos de tristeza, desearía saber que siento exactamente porque no necesitamos apuestas al aire o arriesgarnos sin nada.
Al llegar, ella baja el vaso de su boca y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello en un abrazo que me obliga a abrazar la piel desnuda de su espalda y costado. Ella se amolda tan bien a mi cuerpo y por un segundo, me permito disfrutarlo. Ella besa un lado de mi cara antes de susurrar en oído.
—Feliz cumpleaños, amo.
#
Nota de la autora: Red intenso entrando al chat.
Wenas wenas, ¿cómo me los trata la vida? Llegó por quien lloraban que diría Black. Jajajaja terminando este capítulo, vi el número de palabras y volví a recordar cuando empecé esta historia diciendo que era corta JAJAJAJAJA VAMOS A REIRNOS JUNTOS. Y apenas vemos un poco las motivaciones de Red.
Aquí sus opiniones del capítulo, siempre respetuosas nunca irrespetuosas.
Y por acá otra canción de Eden, pero está va para Red, chequeto.
https://youtu.be/xblkfQMY1PQ
Se les quiso,
Cuidado por ahí, pecadoras coloridas.
Muakatela,
Ariana G.
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