13. BLUE
BLUE
—¿Una mariposa?
La curiosidad no pasa desapercibida en el tono de Black. Estamos acostados en la cama, él observando el techo y yo sobre mi costado, enfrentándolo, él sigue desnudo y no parece importarle. Eso me gusta, la confianza de un chico es algo que me atrae mucho. La única iluminación en esta habitación es la luz amarilla de una pequeña lámpara detrás de la abandonada máquina de ejercicios. Me quedo viendo su perfil, lo llenos que son sus labios, lo definida que es su mandíbula, bajo a su pecho, a su abdomen y a...
—Blue.
Mi mirada vuelve a su rostro y lo ha girado para verme a los ojos.
—¿Por qué una mariposa? —repite su pregunta—. No pareces ser el tipo de persona que se hace un tatuaje por que sí.
—Entonces, ¿qué tipo de persona parezco?
Black solo me mira y esos ojos negros parecen devorarme de un solo bocado. Mi corazón se agita. Lo que acabamos de hacer solo ha intensificado la química entre nosotros, esta tensión... esto... lo que sea que pasa aquí no es simple, y no puedo negar que me asusta. Me aterra ver a los ojos a este chico de sonrisa encantadora en la semioscuridad y sentir que me puedo quedar aquí para siempre, que no necesito volver a la realidad, que no necesito nada mas.
—Deja de pensar tanto, Blue —Black se gira para quedar sobre su costado y estira la mano para acariciarme la mejilla—. ¿Sabes que tu mirada se apaga cuando estás perdida en tus pensamientos?
—¿Sabes que cierras los ojos cuando te vienes follando?
Black suelta una carcajada ronca y verlo reír en estos momentos hace estragos en mi pecho.
—¡Qué romántica! —se burla y me pellizca la mejilla—. Me cortaste la inspiración.
—No necesito palabras bonitas después de follar, Black, no soy tan frágil.
Black sacude la cabeza, fingiendo decepción y yo tengo curiosidad porque no ha respondido mi pregunta:
—No me has dicho que tipo de persona parezco.
Black suspira.
—No lo sé... quizás una persona que ha pasado por mucho.
Levanto una ceja.
—¿Cómo la mayoría de las personas en el mundo? —le respondo—. Guao, me siento súper original.
Black no dice más nada respecto a eso, sino que vuelve a su pregunta:
—¿Por qué la mariposa?
—Bueno, como ya sabes, no soy muy original. Las mariposas son bonitas —me encojo de hombros.
—Mentirosa.
—¿Disculpa?
—Si eso fuera todo detrás de tu tatuaje, te habrías tatuado una mariposa bonita y ya, y no fue así, ¿por qué tiene las alas rotas? ¿Por qué se está desvaneciendo?
Lo observo por unos segundos, y Black arquea una ceja, esperando.
—No sé si deba sentirme preocupada de que pudieras enfocarte y ver tanto detalle mientras teníamos sexo.
—Blue.
—Bien, eh, —tomo una pausa y vuelvo a acostarme sobre mi espalda, mi mirada en el techo—. Pocas cosas en la vida se mantienen bonitas y perfectas para siempre. La decadencia que resulta de cada golpe, cada dureza que se enfrenta se refleja en las alas de la mariposa, en su desvanecimiento. Y a pesar de todo, sigue ahí, moviendo sus alas, aunque duela, aunque unos días sean más difíciles que otros, es una vista dolorosa, pero creo que también hay una belleza implícita en ella porque no se rinde, y se mantiene ahí.
Silencio.
Giro el rostro para encontrar a Black mirándome con esa intensidad de siempre.
—O quizás es solo una mariposa y ya —bromeo.
Black estira la mano y toma la mía.
—Eso fue hermoso, Blue —me dice—. Y me alegra que a pesar de lo que sea que haya pasado, sigas aquí —él le da un apretón gentil a mi mano.
Yo no sé que decir así que me callo. Sé que no es difícil para él captar que yo me reflejo en mi tatuaje. A veces siento que me desvanezco justo como la mariposa, que ya he tenido suficiente.
—Ahora tienes que contarme algo profundo de ti para no sentirme mal.
Black deja salir un suspiro largo.
—Soy la persona más básica que conocerás en tu vida, Blue. No me tomo la vida muy en serio y así sobrevivo.
—Um, ¿tienes algún sueño? ¿Algo que quieras hacer?
—No, me gusta arreglar motos y eso es todo.
Yo sonrío.
—De verdad que eres básico —le digo con una risita.
—No pierdo el tiempo aspirando cosas que sé que no podré lograr, me enfoco en lo que sí puedo hacer, así me ahorro complicaciones y perdida de tiempo.
—Suenas un poco... deprimente.
—Realista, es muy diferente.
—Entonces, si hay algo que te gustaría hacer, pero no lo dices porque ni siquiera lo intentarás.
—Ah, no. En eso sí fui honesto, no hay nada que me interese, solo arreglar motos.
Yo me sostengo la mandíbula como si pensara.
—¿Qué tal... tener tu propio taller de reparaciones?
Sus ojos adquieren un brillo ante la idea y eso me hace sonreír y continuo:
—¿Ves? Ya tienes algo a que aspirar. De nada.
Black suspira.
—¿Tú?
—¿Yo?
—Si me has insistido tanto para que tenga una aspiración, es porque debes tener muchas.
Es mi turno de suspirar y bajo la mirada.
—Te sonará extraño, pero el futuro no es algo en lo que piense... —pauso porque no quiero contarle toda mi vida a Black en una noche, pero él me sorprende diciendo:
—Porque has dudado de tener un futuro, ¿no es así?
Sorprendida, levanto la mirada para verlo.
—Estás sobreviviendo día a día, así que ni siquiera sabes como llegarás al futuro —termina.
Y yo no sé que decir así que él sigue:
—Conozco el sentimiento, Blue —me asegura—. No te preocupes, te lo digo yo, que no me tomo la vida muy en serio. Está bien no tener un plan completo o una aspiración fija justo ahora. Ya llegará el momento en el que puedas respirar y pensar en uno. Tú solo haz lo que tengas que hacer para seguir aquí día tras día.
Nos miramos a los ojos por unos segundos.
—¿Qué pasó con ser básico? —bromeo porque necesito aliviar el momento—. Eso no fue muy básico de tu parte.
Black me sigue el juego.
—Es que me pongo profundo después de follar.
—¿Ah sí?
—Es especial si es una follada así de buena.
—¿Gracias? Un cumplido muy romántico de tu parte.
—Oye, tengo mi lado romántico.
Yo me aguanto una sonrisa.
—A ver, sorpréndeme —le reto y le hago ojitos—. Lanza tu mejor línea romántica post-follar.
Black se lame los labios antes de apretarlos como si pensara.
—No te he podido sacar de mi cabeza desde el día de la gasolinera.
—Claro, eso ya me lo dijiste mientras follabamos, ¿no? Te masturbaste muchas veces pensando en mí.
—No.
Alzo una ceja.
—¿No? ¿Mentiste?
—Bueno sí, pero fue... es más que eso, Blue.
—¿Más?
—Me gustas mucho —suelta de pronto y yo cierro la boca de golpe.
<<¿Cómo dice algo así tan tranquilo?>>
—No soy de andar con rodeos —dice y se acerca a mí, su rostro a centímetros del mío—. Me gusta decir las cosas y tú me gustas mucho.
No sé que decir, nunca he sido buena con las palabras así que cierro el espacio entre nosotros y lo beso. Esta vez no es un beso cargado de lujuria, es un beso suave, nuestros labios presionados ligeramente antes de moverse en un ritmo suave que me acelera el corazón. Esto es peligroso... Black y yo estamos entrando en territorio minado así que detengo el beso y no me atrevo a mirarlo porque sé que me puedo perder en su mirada de nuevo.
Me separo, me siento en la cama y me aclaro la garganta.
—Debería irme.
Ojeo a Black, esperando que no haya notado mi cambio y él solo me sonríe.
—¿Me usas y te vas? Guao. Esperaba más de ti.
Su drama es sobreactuado y le devuelvo la sonrisa mientras me levanto. Agarro sus vaqueros del suelo y se los lanzo:
—Vístete.
Black se echa a reír y yo me uno. Él se viste e insiste en acompañarme a casa. Salimos con cuidado y la lluvia ha cesado finalmente, y ha dejado charcos por todos lados, el asfalto mojado brilla bajo el reflejo de las luces de la calle. Una brisa pasa entre nosotros y yo me estremezco un poco. Black pasa un brazo por detrás de mis hombros y me abraza de lado. Yo levanto la mirada para verlo.
—De verdad que eres un romántico.
—Si ya sabes como me pongo, ¿para qué me follas?
Me rio con él porque es imposible no hacerlo. Black irradia una energía muy alta de risas y comedia. Sin embargo, mi sonrisa se desvanece cuando llegamos al frente de mi casa porque la luz de la sala está encendida así que están despiertos, y eso no es bueno, nada bueno. Me quito el brazo de Black de los hombros con gentileza y puedo sentir su mirada sobre mí, pero yo sigo enfocada en mi casa.
—Gracias por acompañarme.
Black no dice nada así que solo empiezo mi camino a la puerta principal. Tomo la manilla de la puerta y suspiro sin hacer nada. Echo un vistazo por encima de mi hombro y Black sigue de pie ahí en la acera, él sacude la mano en el aire a modo de despedida y yo me esfuerzo por sonreír antes de meter la llave para abrir y entrar.
La alarma de la casa suelta la pequeña notificación de puerta abierta, y la cierro detrás de mí.
—Bea.
Me congelo.
Porque no es la voz de mi madre, sino la de mi padre la que viene de la sala y cada músculo se me tensa porque se suponía que él no volvería de la base militar hasta la próxima semana, por eso es que me he atrevido a llegar en estas fachas a mi casa, a estas horas. Trago con dificultad y me acerco al marco que divide la sala y el pasillo de entrada.
Papá está sentado en el mueble, aún con su uniforme puesto lo que quiere decir que llego hace poco. Mamá está sentada a su lado en silencio. Mi padre ojea mi atuendo, su expresión fría y cargada de molestia.
—Bienvenido a casa, papá.
—Son las 2 de la mañana, Bea, ¿dónde estabas?
—Fui a la feria de recaudación, ¿mamá no te dijo?
—Eso termino hace horas, ¿sabes como lo sé? Porque tu madre y yo fuimos a buscarte después de que no contestaras tu teléfono.
Mi teléfono...
Ah, mierda, estaba en los bolsillos de la ropa que dejé en casa de Red cuando me cambié.
—Perdí mi celular, lo recuperaré mañana, yo-
—¡Donde estabas! —El grito de mi padre hace eco por toda la sala y me hace brincar un poco.
—Cariño, vas a despertar a Ben —mamá trata de calmarlo, recordándole a mi hermanito.
—Desaparecerte así es inconcebible, Bea. ¿Tienes idea de lo preocupados que estábamos? —él se acerca a mí—. Por última vez, ¿dónde estabas?
Mamá sabe de todas mis noches en casa de Red, pero mi padre jamás debe saberlo.
—Estaba en casa... de una amiga, papá.
—¿Una amiga? La última vez que volví a casa dijiste que no tenías amigas aquí.
Y no las tengo o... ¿sí?
Recuerdo las bromas que hice con Amber y Violet en el pasto hace horas y como nos reímos juntas. Sí, no es suficiente para ser amigas, pero es suficiente para calmar a mi padre.
—Eso ha cambiado.
—¿Y esta amiga donde estabas, quién es?
—Se llama Amber y es la hija del alcalde.
Papá me observa como si quisiera captar las mentiras en mi expresión.
—Y Amber, ¿usa camisas de chicos? —él señala mi atuendo. La camisa de Red de Iron Maiden es muy obvia.
—¿Quién soy yo para criticar sus gustos? —me encojo de hombros porque, aunque esté nerviosa, no puedo demostrarlo jamás frente a papá, en especial, si estoy mintiendo.
—Bien, queremos conocer a esta Amber. Invítala a la casa a cenar mañana.
—John, —mamá comienza—, déjala tranquila, no espantes a la primera amiga que ha hecho.
—Si mi hija puede estar hasta las dos de la mañana en su casa, Amber puede permitirse venir a una cena aquí. Punto.
—Papá.
El rostro de papá se endurece.
—No vuelvas a desaparecer así, Bea. Es insensible de tu parte hacer algo así después de lo que pasó y lo sabes.
Siento un vacío en el estomago porque tiene razón y ese es el motivo porque el que escucho todo lo mi padre dice y lo respeto, sí, ya estoy grandecita y estoy en universidad, pero él sigue manteniendo esta casa, y sus regaños nunca vienen de un lugar malicioso sino lleno de preocupación, muy entendible después de lo que pasó.
Papá me dio tanta confianza, me soltó al mundo y yo lo único que hice fue tomar malas decisiones, una tras otra, no escuché sus consejos, no escuché nada. En ese tiempo, me creí invencible... fue como un espiral que estaba destinado a terminar mal y así fue. Papá ha estado muy sobreprotector después de eso.
—Tienes razón, lo siento, papá.
Él hace una mueca y suspira.
—No nos preocupes así, Bea.
—Lo siento.
Él pone la mano sobre el hombro y me da una palmadita.
—Ahora sí, a dormir.
Me despido para irme a mi habitación, me detengo en la puerta entreabierta del cuarto de mi hermano. Ben está dormido en la orilla de su cama, las sabanas en el suelo así que entro para arroparlo y le doy un beso en la frente antes de salir y cerrar la puerta.
Me sorprende encontrar a mamá en el pasillo.
—Intenté avisarte, pero no contestaste el celular, Bea.
—Lo sé, perdón, se me fue la noción del tiempo.
Y de todo...
Entre mi confesión a Red y lo que pasó con Black, me olvidé de todo por horas.
—¿Todo está bien?
Asiento y ella me acaricia la mejilla con gentileza.
—Descansa, nena.
—Buenas noches, mamá.
Después de bañarme y ponerme el pijama, vuelvo a mi habitación, secándome el cabello con una toalla. Las pequeñas luces azules en forma de estrellas y lunas decoran la pared donde está apoyada la cabecera de mi cama. Me copié la idea de Red, su temática roja me motivó a hacer lo mismo con el azul, es mi color favorito. Mi ordenador está en la esquina y lo enciendo para entrar al juego en línea y dejarle un mensaje privado a Red, de que pasaré por mi celular mañana.
Sin embargo, cuando entro, lo encuentro en línea. Tomo una respiración profunda porque ver su nombre, saber que está ahí me recuerda a como casi le rogué en su habitación, como dolió saber finalmente que todo esto había sido unilateral, que la película me la monté yo sola como una idiota.
<<Solo dile lo del celular y ya.>>
Me pongo los audífonos, entro al grupo usual de juego y ajusto el micrófono para hablarle.
—¿Red?
Silencio, pero puedo escuchar su respiración, está ahí.
—Mañana temprano pasaré por mi celular —digo porque está bien si él no quiere hablarme, yo tampoco quiero hablar con él ahora, pero necesito recuperar mi celular lo más temprano posible. Necesito encontrar una forma de que Amber venga a mi casa para la cena. Creo que eso será todo, y abro la boca para despedirme cuando Red habla, su voz fría:
—¿Te lo follaste?
Su pregunta me paraliza y me quedo sin aire unos segundos porque no me lo esperaba. ¿Cómo...?
—Solo entré a decirte lo del celular, no—
—No a contarme que te follaste a mi mejor amigo después de confesarme que yo te gustaba.
Su tono es casual como si estuviera hablando de cualquier cosa y yo aún no encuentro la cordura para entender de que va esto, me ha tomado desprevenida. Red continua:
—Puedes contarme, ¿no somos amigos?
Y eso me enoja así que le digo:
— ¿No dijiste que mi sexualidad era parte de mi intimidad? Que no tenías nada que comentar al respecto porque exactamente, solo somos amigos.
—Solo me dio curiosidad.
—¿Qué?
—Nada. Pasa mañana temprano, dejaré el celular con mamá.
—Eres un idiota —digo entre dientes.
—¿Por qué?
—¿Qué fue todo eso de hace un minuto?
—Solo fue una pregunta.
—¿Cómo lo supiste? —digo y de inmediato me arrepiento, acabo de confirmárselo.
Fuck!
Red no dice nada por unos segundos.
—Te seguí cuando saliste de casa, tenía que asegurarme de que llegaras bien... —explica—. Y no lo sabía con seguridad... hasta ahora.
—De igual forma, no es de tu incumbencia a quien me follo y a quien no.
—En eso estamos de acuerdo.
—¡Bien!
—Bien.
Silencio.
Y necesito que esta conversación se termine ya, así que me preparo para desearle buenas noches cuando escucho una voz femenina susurrarle algo a Red y la pregunta deja mi boca antes de que pueda contenerme:
—¿Estás con alguien?
—No eres la única que puede follarse a alguien después de una intensa confesión, Blue. Buenas noches.
Y se desconecta.
Me quedo viendo la pantalla y como su circulo de en línea ahora es gris porque se ha desconectado. Suelto una risita de indignación.
¡Este hijo de puta!
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Nota de la autora: ¡Feliz navidad y bueno, feliz año nuevo por adelantado!
Disfruté mucho este capítulo :D Espero que ustedes también.
Ahora al chisme:
Comentarios escena Black & Blue.
Comentarios Blue & Red.
Aquí los memes:
Y aquí un mini trailer que hizo la Ashley (things_of_wattpad de insta)
https://youtu.be/CMLunP1NM98
Muakatela,
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