10. Blue
Black y Red regresaron después un rato como si nada hubiera pasado.
Dejamos de jugar, pero seguimos bebiendo, y me encuentro riéndome de algunas cosas que comparte Amber. Las primeras veces que la vi me dio un aire más frío, pero ahora que está en confianza, noto lo cálida y bromista que es. Es una chica llena de cualidades además de ser muy bonita. Suspiro, supongo que entiendo los sentimientos de Red al cual pillo varias veces mirándola cuando cree que nadie lo ve.
Violet por su lado ha estado más apagada desde que terminó el juego. Ser la nueva del grupo me deja muchos momentos donde solo los escucho hablar y me rio con ellos, pero no hablo. Así que puedo observar, y Violet se esfuerza por sonreír, pero cada vez que su mirada cae sobre Black, su expresión se ensombrece.
Black sigue sonriendo y bromeando como siempre, como si no hubiera tenido un arranque de no sé que hace un rato, lo que sea que fue que le dijo Red, lo calmó. Me doy un trago cuando escucho el ruido de un auto y todos levantamos las manos para cubrirnos la cara cuando las luces del auto nos iluminan.
—Ah, mierda —Amber maldice y se pone de pie mientras todos comienzan a recoger las cosas, y meter las latas y botellas en bolsas. Yo solo me levanto y me quedo parada ahí. ¿Qué pasa? Espero que no sea la policía, mis padres me matarían.
Alguien se baja del auto y no lo veo bien por la intensidad de las luces hasta que se nos acerca y se aclara la garganta.
—Buenas noches, jóvenes —¿El alcalde? Lo reconozco de una presentación hace semanas de su candidatura a la que mamá me obligó a acompañarla—. El parque cierra a las 10.
—Si, señor —Black le responde con esa sonrisa encantadora que estoy segura le ha salvado de problemas más de una vez—. Ya nos íbamos.
—Tienen 10 minutos, la patrulla de esta zona hará rondas en un rato.
¿Por qué nos haría el favor de alertarnos? Como si leyera mi mente, el alcalde se gira hacia Amber.
—Vamos, tu madre te está esperando.
Amber suspira. Y yo lo entiendo, oh, es su hija, cierto.
Nuestra diversión llega a su final y como si la naturaleza nos quisiera fuera del lugar, comienza a lloviznar de la nada.
—¿Qué mierda...? —murmura Gray y entiendo su confusión, el cielo estuvo despejado hasta hace un rato.
—Bueno —comienza Black—. Fue un placer para ustedes estar conmigo, pero ya es hora de irnos.
Amber y Violet se despiden antes de darse la vuelta e irse con el alcalde, y el resto de nosotros nos apresuramos al estacionamiento. Montar las motos en la camioneta de Red es mas difícil de lo que pensamos, agrégale lluvia y alcohol en nuestro sistema y se convierte en todo un reto. Cubrimos las motos con el plástico protector que Red siempre carga en su cajón. Cuando entramos en la camioneta, estamos todos bastante mojados. Por alguna razón, Gray y Black se montaron en la parte de atrás ya que es una camioneta doble cabina y me dejaron el puesto del copiloto.
Apenas Red enciende la camioneta, la música arranca y sonrío al escucha Nemo de Nightwish. Una de las tantas canciones que le recomendé y que siempre me decía incrédulo que no le gustaría.
—Pensé que no te gustaba ese 'rock ruidoso' —lo molesto, alzando una ceja.
Red tuerce los labios, pero se les escapa una sonrisa.
—No sé de que hablas.
Gray se mete un poco en el espacio entre mi asiento y el de Red para hablarnos.
—Ay no, Blue, estábamos bien con nuestro rap y nuestro perreo. No le metas ideas en la cabeza a Red.
—¿Yo? —me señalo—. No me voy a disculpar por ampliar su gusto musical.
Black jala a Gray del hombro y se mete él en ese espacio, tomándome por sorpresa al ver su cara demasiado cerca.
—¿Estamos hablando de Nightwish con Tarja o sin Tarja? —Pregunta como si fuera de vida o muerte. Y entiendo, Nightwish ha cambiado de vocalista dos veces y algunos aman a la nueva y otros siempre amaron a Tarja, la primera. Me cruzo de brazos.
—Con Tarja, obvio, es una Diosa.
—Así que eres de las que no puede pasar la pagina y darle la bienvenida a algo nuevo. Te resistes al cambio.
—¡Uhhhhh! —Gray anima desde la oscuridad de su lado.
Yo entrecierro los ojos.
—Tarja fue/es y será una Diosa, con o sin Nightwish.
—Anette y Floor también cantan muy bien —sé que Anette fue la que reemplazó a Tarja y luego llegó Floor, otra vocalista que es la actual de la banda—. Si eres fan de la banda, ¿por qué no puedes apoyar el cambio?
—No me da la gana —le digo y me encojo de hombros. —¿A ti que más te da?
—¡Qué madura, Blue! —acusa.
Yo le saco la lengua.
—No soy una fruta para madurar.
Ambos nos miramos y apretamos los labios antes de solarnos a reír abiertamente. Soné demasiado infantil. Gray se nos une y me molesta con eso mientras Red sacude su cabeza, sonriendo. Yo aprovecho para tener el apoyo del pelirrojo.
—Red, tú también prefieres a Tarja, ¿no? Ella es la que canta esta canción que estamos escuchando. —le digo.
Red se encoje de hombros mientras gira el volante para cruzar en una calle.
—Supongo.
—¿Ves? He ganado —me enderezo en el asiento y brinco cuando siento un pellizco en la cintura. Me giro indignada para encontrar a Black fingiendo demencia— ¿Acabas de...?
—Primera parada —anuncia Red, y Gray nos da un discurso de despedida. Y todos lo escuchamos con una expresión de aburrimiento.
—Ya cállate y bájate —lo empuja Black hasta que lo saca y cierra la puerta.
—¿Próxima parada? —pregunta Red.
—Es la misma calle así que da igual, ¿no? —Black se echa hacia atrás. Espera...
—¿Cómo sabes donde vivo? —le pregunto a Black.
—Red me dijo.
Y ¿por qué Red le diría algo así? ¿Han hablado de mí?
—Entonces, vamos a dejar a Blue primero —Red informa.
Y yo aprieto las manos sobre mi regazo, quiero hablar a solas con Red por unos minutos. Quiero preguntarle si él sabía que yo era una sumisa así que me invento algo. La canción llega a su fin dejándonos en silencio.
—¿Podemos dejar a Black primero? —ofrezco—. Es que no puedo llegar a la casa en estas fachas, necesito que me prestes algo de ropa.
Eso no era del todo mentira. Mamá no estaría muy feliz de verme así. Además, no es la primera vez que hago algo así, Red y yo tenemos mucha confianza, hasta he dormido con él sin que pase nada.
Black chasquea la lengua, pero no dice nada.
—De acuerdo —responde Red.
Y entonces, reina el silencio y de pronto, el ambiente cómodo y de risas que tuvimos se esfuma y solo queda incomodidad.
La lluvia se estampa incesante contra los vidrios de la camioneta. Y eso es todo lo que puedo escuchar por unos segundos, el parabrisas va a su máxima velocidad. Me abrazo en un intento de darme calor, he alcanzado a mojarme, lo suficiente para darme escalofríos.
Llegamos a la casa de Black y Red le ayuda a bajar su moto, los veo por el reflejo del espejo retrovisor derecho, se dan la mano y se despiden. Red vuelve a subirse y está aún más mojado que antes, su cabello goteando agua.
—Ah, tendré que lavar los asientos mañana.
Yo tiemblo un poco. Red le sube a la calefacción, sin mirarme.
—¿Cómo está la temperatura?
—Bien.
Aprieto los labios en una sonrisa un poco forzada y me siento estúpida porque él no puede verme, está concentrado manejando como debería ser con este clima. Me giro para mirarlo y es un grave error, su camisa empapada se pega a su cuerpo de una forma que debería estar prohibida. Su cabello luce oscuro en las partes que se ha mojado. Él se lame los labios y baja una de sus manos para hacer el cambio en la palanca, los músculos de su brazo tensándose como consecuencia. Y me imagino los músculos de su brazo tensándose así mientras su mano escabulle dentro de mi ropa interior. Sacudo la cabeza.
<<¿Qué mierda estoy pensando?>>
Al llegar a su casa, entramos por la puerta de atrás y Red me pasa una toalla para secarnos mientras subimos con cuidado a su habitación. Entramos y ese olor dulce impregna todo el lugar. Red no enciende las luces, solo una lámpara de lava que le da un toque de luz rojiza a su habitación. Tiemblo un poco mientras Red busca algo que pueda prestarme en sus gabinetes. Él me pasa una larga camiseta negra.
—Debería quedarte.
Bufo.
—¿Tú crees? —alzo una ceja—. Voltéate.
Red sonríe y levanta las manos para darme la espalda mientras me quito la ropa empapada, me quedo en ropa interior. Ojeo su espalda y el hecho de estar casi desnuda en el mismo cuarto que él, envía hilos de calor por todo mi cuerpo. Y no es que antes no hubiéramos tenido momentos así, pero es la primera vez sabiendo que él es un amo y que hay millones de escenarios en mi cabeza de lo que él podría hacerme para volverme loca.
Me pongo su camiseta por encima de la cabeza.
—Listo.
Red se voltea y estira la mano hacia mí.
—Dame tu ropa, la pondré en la secadora y así me cambio allá.
Se la paso y le veo salir con mucho cuidado de la habitación. Me siento en un cliché de película: mojados y a solas. Cansada, me dejo caer de espaldas sobre la cama y estiro la camisa para asegurar que cubre mis muslos. Red vuelve, vestido con una camiseta roja y pantalones de pijama. Él trae una toalla con la que se sacude su pelo, dejándolo hecho un desastre.
Red se lanza a mi lado, y observa el techo. Su pregunta llega de pronto:
—¿Te divertiste esta noche?
—Si, todos son muy agradables —digo con honestidad.
—¿Todos?
—Si.
—Ya.
Eso me hace arrugar las cejas. ¿Pasa algo? ¿Y por qué el hecho de que pase algo me emociona? Quizás una parte de mí quiere que él esté enojado, que esté celoso, que la aparición de Black le haya hecho darse cuenta de que en realidad sí le gusto. Giro el rostro para observar su expresión en busca de algo por más mínimo que sea, algún tipo de señal, pero me encuentro con la frialdad de siempre, con el mismo desinterés y desvío la mirada.
Me paso la mano por la cara porque el rastro de alcohol en mi sistema me está dando valor para preguntarle cosas que no debo.
<<Solo cállate, Blue>>. Me ordenó mentalmente.
—Tienes algo que decir, ¿no es así? —Su voz es reconfortante en medio del silencio y la semioscuridad.
Yo me lamo los labios y lo miro, él mantiene su vista en el techo. La pregunta que ha estado en mi cabeza desde que confirmé en el juego de yo nunca emerge de mí:
—¿Lo sabías?
Necesitaba saber si él sabía que yo era una sumisa. Red se queda en silencio y luego suspira antes de hablar:
—Sí.
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¡Doble actualización! Siga leyendo, bolita porque llegamos a los 2 millones de leídas (GRACIAS) y no se podía celebrar con un solo capítulo, vaya al siguiente :p Sé que quieres, no te resistas.
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