🔺Extra 1.
El inicio...
10:20 pm.
—¡Esto será emocionante, te lo aseguro Tae! —. Dijo un jimin muy emocionado, dirigiéndose a su mejor amigo.
Taehyung lo miró con una mueca, no tan convencido.
—No se que tan buena idea sea esto... ¿Seguro que es buena idea ir a ese lugar? O más bien la pregunta es, ¿seguro que nos dejarán pasar...? –
Jimin asintió repetidamente, sonriéndole en grande a su mejor amigo.
—Ya te lo dije, mi padre es amigo del dueño del lugar, así que no tendremos problemas en entrar. —Respondió.
—¿Estás completamente seguro? ¿Y que tal si nos niegan la entrada por ser menores de edad y-
—!Deja de ser negativo! —pidió, poniendo los ojos en blanco por un segundo. —Solo tengo que decir el nombre de mi padre y de inmediato nos dejarán entrar. Deja de preocuparte. —le restó importancia.
Esta noche ambos irían a un club nocturno, pero no a cualquier... al lugar al que asistirían era uno donde mucha gente importante solía ir. Especialmente personas con una cantidad de ceros en sus cuentas bancarias enormes. La mayoría, gente no tan buena que digamos... personas con negocios retorcidos e ilegales. Es por eso que Taehyung estaba demasiado preocupado, y dudaba que fuese buena idea ir y meterse a la boca del lobo. Estaba demasiado nervioso.
Jimin insistía en que era buena idea que fuesen a ese lugar, decía que ahí era donde mejor ambiente había. También, aseguraba que a ese lugar iban demasiados hombres sumamente guapos, con el dinero suficiente para darte lo que sea que quisieses por tan solo bailar un rato con ellos. Según Jimin, ya había asistido a ese club nocturno dos veces con otros amigos. Le contó que se la pasaron súper bien, y que fue de las mejores noches de su vida.
Y bueno, ahora solo le quedaba confiar en las palabras de su mejor amigo, porque justo ahora se encontraban rumbo a ese lugar en una de las camionetas que era conducida por el chofer de Jimin.
***
Mientras entraban al enorme club nocturno, Taehyung observaba todo con asombro, mientras era sujetado de la mano por su mejor amigo, quien lo guiaba, pues él era quien conocía el lugar.
Las luces eran de colores rojos, algunas blancas parpadeantes. Había una pista de baile gigante llena de gente bailando en ésta. También, se podían ver algunos sillones en forma de "C" de color rojo, donde había hombres mayores con armas en las mesas frente a ellos, al igual que botellas de alcohol, con algunas mujeres casi desnudas sobre ellos. Algunos con chicos en las mismas condiciones, besándolos o tocándolos. Había más pisos, pues a los costados de cada pared había escaleras que daban hacia la zona vip, donde solo entraban personas realmente importantes.
Era la segunda vez que estaba en un lugar así, es por eso que se hallaba algo preocupado, especialmente porque este no era cualquier lugar al que iban personas normales. Aquí estaba lleno de criminales. Literalmente.
Taehyung se dejaba jalonear por Jimin, confiando en él. Un minuto después, llegaron a la grande y larga barra, donde había varios barman atendiendo a las demás personas. Tanto Jimin como Tae se sentaron en las sillas altas tan pronto llegaron. Taehyung soltó un suspiro, nervioso.
—¿Qué te parece? ¿No es increíble? —. Preguntó a su amigo, refiriéndose al lugar en donde estaban.
Taehyung asintió lentamente.
—Es... increíble, si. —se permitió suspirar, y reír segundos después. —Estoy algo nervioso, disculpa...
—No te preocupes, si yo fuera tu, estaría en las mismas condiciones. —trató de tranquilizarlo. —lo que necesitas en estos momentos es algo de alcohol, definitivamente. —Dijo Jimin.
—Supongo que si. Aún que, ¿no crees que es demasiado pronto para comenzar a beber? —lo miró con una ceja alzada.
—Tal vez, pero es por eso que comenzaremos con un shot, solo para soltarnos más y tomar confianza. Después podemos ir a bailar y más tarde pedimos más bebidas. ¿Suena bien? —sonríe.
Taehyung asiente. —Está bien. —le devuelve la sonrisa.
Jimin aplaude repetidamente como festejo, y procede a llamar la atención de uno de los barman. Éste rápidamente se acerca hacia el adolescente.
—¿Qué necesita? —le pregunta.
Taehyung no presta atención a su amigo quien pedía sus bebidas, y en cambio se dedica a observar a su alrededor. Su mirada recorre todo lo que se le permite desde su lugar. Había muchas personas, a su gusto. La música estaba altísima, y aún así podía escuchar a las personas cantando la canción que en ese momento sonaba.
Su vista subió, justo a donde están los balcones vip. Podía ver a hombres bebiendo, y riendo. Otros simplemente hablando. Y algunos besándose con chicos o chicas casi desnudas. Sus bonitos ojos azules se detuvieron específicamente en un hombre pelinegro, que le estaba dando la espada, recargado en el barandal del balcón. Se estaba besando con un chico, pues desde su lugar veía como ese chico pasaba las manos por sus hombros. Y aún si no podía verlo bien, debido a la posición, aún así, algo hacía que no pudiese dejar de mirarlos. Más bien, no podía dejar de ver al hombre que se hallaba de espaldas. Y aún que trataba, sus ojos se negaban a dejar de verlo.
Era estúpido porque había muchísimas personas besándose de esa forma, y a ellos ni siquiera les alcanzaba a ver el rostro, pero ahí estaba él, viéndolos de una forma indescriptible.
—!Taehyung! —
El rubio salió de su trance al escuchar a su mejor amigo gritar su nombre, llamándolo.
Taehyung lo miró. —¿ah...?
Jimin frunció el ceño. —¿Qué se supone que mirabas? Te llamé como tres veces pero no me respondiste en ninguna. —
¿Debía de decirle? ¿Pero decirle que? Ni siquiera él sabía que había sucedido. No sabía por que no podía apartar sus ojos del hombre que le daba la espalda. Era ridículo.
—Ah... lo siento. Es solo que creí ver a alguien conocido, es todo. —mintió. Le sonrió de forma despreocupada.
Jimin lo miró extrañado. —¿Estás seguro?
—Si, seguro. No te preocupes. —
Observó a su mejor amigo asentir, algo dudoso.
—Está bien, te creeré por esta vez. —sonrió hacia Tae. —Y bueno, mejor comencemos con lo que tenemos pendiente. —Le dijo, apuntando a los pequeños vasos de cristal frente a ellos.
***
11:20 pm.
La música retumbaba por todo el lugar. La gente estaba eufórica, bailando y cantando sin parar. El ambiente estaba demasiado alto. Jimin y Taehyung eran parte de todo esto. Ambos chicos se encontraban bailando en medio de la pista de baile. Ambos moviéndose al ritmo de la música. " All night " sonando de fondo. Taehyung balanceaba sus caderas hacia los lados, mostrando lo sensual que podía ser en ocasiones como estas. Sonreía en grande, y pasaba con lentitud sus manos por su cuerpo, de forma provocativa. Realmente se estaba dejando llevar por la música, por eso ni siquiera estaba prestando atención a su alrededor. Es por es que no se dio cuenta cuando las personas formaron un círculo a su alrededor, y comenzaron a mirarlo bailar. La mayoría de chicos casi babeando por ese precioso chico de cabello rubio, rostro bonito y aniñado, cuerpo curvilíneo pero a la vez, delicado.
Jimin era uno de los que lo observaban, sonriendo en grande y gritando varias cosas, animando a su amigo a que siguiese así. Y no era el único que hacía esto, porque casi la mayoría que estaba a su al rededor hacía lo mismo.
También, había algunos que se preguntan unos a otros, quien era él. ¿Quién era Kim Taehyung?
—" ¿quién es ese chico? "
—"¿es algún modelo?"
—" míralo "
—" Es precioso..."
—" ¿Es pareja de alguno de los vip?"
—" creo que me acabo de enamorar "
Y eso solo son algunas de las tantas cosas que en estos momentos, las personas hablan del pelirubio, quien no había parado de bailar aún.
Pero lo que ninguno de los amigos sabía, es que desde que ambos entraron al lugar, y Taehyung fue visto por los demás de adentro, había estado en boca de la mayoría. Su belleza dejando sin palabras a todos, razón por la cual lo llamaron " La joya de esta noche "
Y ahora que ya todos lo estaban viendo bailar de esa forma, y con ese físico irreal, pensaban que el apodo le quedaba corto a lo que realmente era.
Ese chico que parecía muñeco. Era hermoso, sin dudas.
En uno de los pisos de arriba, donde se hallaba la zona vip; Jeon Jungkook se encontraba sentado, en medio de uno de los grandes sillones rojos. Tenía a un chico castaño bien acuerpado encima de él, sentado en su regazo. Lo besaba con intensidad, como si se lo quisiera comer. Las grandes manos de Jeon tomaron el culo del contrario con fuerza. Lo apresó entre sus manos, y después mordió el labio inferior del menor. El castaño encima de él sonrió sobre sus labios, y con sus manos acarició en cabello negro de su nuca, enredándose sus dedos en éste.
Jungkook azoto uno de sus glúteos con fuerza, para después darlo un ligero empujón. El castaño sonrió levemente, y se levantó de Jeon, sentándose a un lado. Un chico con cabello rojizo que tambien era compañía de Jeon, y que anteriormente estaba sentado a su lado esperando a que estos dos terminasen, se dio cuenta que era su turno con Jeon, así que en menos de un segundo se acercó al rostro del pelinegro, le sonrió con sensualidad, y chocó sus labios contra los del mayor, besándolo con hambre.
Jeon gruñó por sobre el beso, y lo jaló de sus caderas con fuerza para que se subiese sobre él, sentándolo como el anterior.
El de cabello rojizo jadeaba, acariciaba el duro pecho del contrario con lentitud; extasiado por lo bien que Jeon lo besaba, de una forma demandante y brusca. Sentía sus manos tocar todo su cuerpo, apretando algunos lugares con fuerza.
El de cabello castaño, se acerco al cuello de Jeon, y comenzó a besar en esa zona. Chupando y mordiendo también. Como pudo, metió su mano entre el cuerpo del pelirrojo y el pelinegro, y la puso sobre el miembro cubierto de Jeon. Comenzó dándole un apretón.
Jeon jadeo bajamente por lo bien que se sintió eso.
Tenía a dos chicos sumamente lindos, con un culo enorme, y con labios besables. Lo estaban tocando y besando de todos lados, ambos al mismo tiempo. Era el maldito paraíso.
Al separase de la boca del contrario, Jeon tiró su cabeza hacia atrás, y respiró con fuerza, tomando aire. Comenzó a soltar algunas risas cortas.
—Mierda... me van a volver loco. —les dijo sin aliento.
Ambos chicos sonrieron hacia Jeon, sin dejar de acariciarlo.
—Es un privilegio poder hacerlo. —Le dijo el de cabello rojizo.
Jeon llevó su mirada hacia éste. Y tal vez fue la primera vez en toda la noche que se dedicó a observar otra cosa que no fuera su culo, porque justo apenas veía su rostro con atención.
El chico de cabello rojizo, tenía algunas pecas en las mejillas y nariz. Sus ojos eran marrones. Tenía pestañas largas, y labios grandes y rosados. Notó que tenía algo de maquillaje en sus ojos, una sombra café. Era lindo, si. Pero nada sensacional. Aún que, tenía un cuerpo bastante lindo. Era delgado, pero con culo grande. Eso le gustaba, mucho. Solamente eso.
Después, llevo sus ojos hacia el castaño, quien al notar la mirada de Jeon en él, le guiñó uno de sus ojos.
Este era incluso más lindo que el otro. Tenía cabello café, con algunas ondas. Sus ojos eran mieles. Tenía nariz bonita y definida. Labios grandes y rojizos. Sus mejillas también estaban algo rojizas, pero nada exagerado. Tenía pestañas largas y negras. Y algo de sombra oscura en los costados de sus ojos mieles, dándoles más sensualidad. Él también era lindo, más que el anterior. Pero, tampoco era la gran cosa.
Y hablando en el cuerpo, este era más bajo que el otro. Tenía una cintura pequeña, y hombros pequeños. Muslos rellenitos y lindos. Lo único malo aquí era que él no tenía curvas en donde a Jeon más le gustaba. No había culo. O bueno, no tanto como para que Jungkook estuviese satisfecho. Una lástima.
Su rostro lo compensaba.
Ambos eran lindos. Pero ni uno era lo suficientemente lindo como para que Jeon quisiese llevárselo a su cama esta noche.
—¿Entonces, nos iremos a un lugar más privado, guapo...? —preguntó coquetamente el pelirrojo, acariciando su pecho, pues aún seguía encima de él.
Jeon rió cortamente.
—Aún es demasiado temprano como para irnos. Y la verdad es que, no me convencieron del todo. —Dijo, completamente sincero. Ambos chicos miraron a Jeon con una mueca, descontentos con lo que el pelinegro les acababa de decir. —Voy a divertirme un poco más con otras personas, pero por haber estado aquí conmigo un rato, su paga serán cuatro mil dolares. —
Ambos chicos miraron a Jeon con una leve sonrisa. Aún que la verdad era que ambos esperaban que las cosas llegasen a otra cosa con el mayor. Hubiera sido sumamente increíble.
Jeon Jungkook era la persona más importante de este lugar. Poder decir que ese hombre había estado entre tus piernas era ya un logro impresionante. Y todo porque éste solo se acostaba con chicos que a su parecer, eran más que lindos. Chicos que físicamente lo tuvieran todo.
Jeon venía a este lugar dos veces cada semana, y en un mes, solo dos chicos lograban captar la atención suficiente del mayor como para que éste aceptase llevárselos a su cama esa noche. O aveces incluso, solo una persona era la que en todo el mes lograba acercarse de esa forma a él.
Es por eso que Jeon cuando tenía ganas de tener sexo, llama a alguno de esos chicos con los que anteriormente se acostó. Y así no tenía que acostarse con cualquiera. No le molestaba repetir con una persona más de dos veces.
Y si hablamos de besos... Jeon adoraba comerle la boca a chicos lindos. Probarlos y pasar un rato con ellos. Los subía a la zona y disfrutaba por un corto tiempo de sus bocas. Aveces era uno, otras veces dos, o hasta tres chicos, incluso.
Pero casi nunca pasaba a mayores. Tal cual como era en estos momentos. Los chicos frente a él eran lindos pero nada sorprendente.
—¿De verdad no vas a querer probarnos esta noche? —preguntó el de cabello rojizo, con una sonrisa. —¿Serás tan estúpido como para no aprovechar todo esto..? —acarició con lentitud su propio cuerpo, queriendo persuadir a Jeon.
Y aún que no lo demostraban, ambos chicos estaban algo molestos con Jeon.
—Estuvimos contigo aquí bastante tiempo, ¿y me vas a decir que no nos vas a llevar a tu cama? Que estúpido. —se quejó ahora el castaño.
Jeon los miró a ambos, ladeando su cabeza, y segundos después chocó su lengua con su mejilla interna, empujándola levemente.
Eso lo había molestado.
—¿Estúpido, me llamaron? —. Cuestionó, después resopló. —No me voy a dar a dos chicos que no me gustan. Ni tú, ni él me gustan lo suficiente como para que se me pare. Tampoco son mi tipo. Mejor agradezcan que les di una buena cantidad de billetes por solo quince minutos que llevan aquí conmigo. —
—Pues yo prefiero tenerte entre las piernas que tú dinero, y según yo, si nos trajiste hasta aquí es porque esa era tu intención al inicio... —el de cabello rojizo le reprochó a Jeon.
—¿No vas a follarnos? Súper injusto. —El castaño soltó con molestia.
¿Acaso le estaban haciendo un berrinche?
Una mierda.
La mirada de Jeon cambió, a una más oscura. Él no estaba para soportar estas cosas. Odiaba que las personas hicieran este tipo de cosas. Lo detestaba.
—¿Quién putas se creen ustedes para hablarme así a mí? —Dijo con tono duro a ambos chicos. —Ustedes no son más que un maldito culo para mí. No quieran venir a chantajearme con sus quejas estúpidas. Dejen sus putos berrinches para sus padres. Conmigo no van a venir dos estúpidos a reprocharme cosas. —Dio un empujón al de cabello rojo, queriendo que se quitase de encima.
Éste se sobresaltó un poco por lo repentino que fue, pero rápidamente se bajó de Jeon y quedó de pie frente a él.
—No quieran pasarse de listos conmigo, porque en menos de un segundo hago que se arrepientan toda la vida, y creo que ya se hacen una idea de lo que hablo. —Amenazó a ambos chicos, quienes ahora miraban a Jeon algo asustados. —Muévanse.
Jeon se puso de pie, y chocó su hombro con el pelirrojo. Comenzó a caminar hacia el balcón donde estaban sus demás socios, dejando a los otros chicos detrás.
Es por eso que no se metía con cualquiera.
Suspiró con fastidio. Uno de sus socios, y amigos que también estaban en el balcón, recargados en el barandal, lo miró, y rápidamente lo llamó.
Jeon se acercó con lentitud, y al llegar se recargó de la misma forma que su amigo sobre el barandal. Tenía vista hacia la pista de baile. Y hacía todo el lugar en sí.
—¡Jeon! ¿Qué tal te la estás pasando, eh? —preguntó su socio, Sunho; quien tenía un vaso de cristal con alguna bebida en ella.
—Mal. —Dijo sin más, suspirando.
El contrario rio. —¿Y eso por qué, eh? ¿Vas a asesinar alguien hoy? —dijo como broma, aún que más bien era porque era algo que casi siempre pasaba.
—Tal vez, no lo sé. —resopló. —Traje a dos estúpidos y no me gustaron al final. Les dije que no me los iba a dar, y se pusieron de una forma que no te imaginas...—con fastidio contó. —¿quienes se creen? Los conozco hace menos de una hora. Yo solo me fijé todo ese tiempo en su culo y ahora vienen y actúan como si fuesen mis novios. Esos putos berrinches que hicieron los dos me jodieron. Odio que las personas sean así. —
Sunho rio con ganas, y negó repetidamente.
—Vaya problemas que tienes eh... –dijo con gracia. —Deberías de dártelos y ya. Después ahora si los mandas a la mierda. —sugirió, para después darle un sorbo a su bebida.
Jeon chasqueó la lengua.
—No gracias. Eso también es darle el gusto a esos estúpidos. No pienso perder mi tiempo con esas putas. —con sequedad dijo. —Además, dudo que se me pare ahora. Una mierda. —
—¿No tienen nada que llame tu atención? —
—No. —Respondió. —O más bien, si. El de cabello rojo tenía un culo riquísimo. Pero, aún así no me dan ganas de dármelo. —
Sunho rio cortamente, y asintió, comprendiendo a Jeon.
Estuvo apunto de decirle algo de una persona que hasta ahora era la sensación de la noche en ese lugar, la cual desconocía, pero que creía que tal vez, iba a interesarle. Cuando estuvo apunto de hablar, una llamada llegó a su teléfono.
—Disculpa, tengo que atender.
Jeon asintió sin prestarle atención, y este se alejó de ahí para contestar la llamada.
Era temprano y ya estaba de mal humor. Cuando recién llegó al club nocturno, había iniciado bien. Había estado bebiendo, después estuvo platicando de algunos negocios que tenía con personas que se hallaban donde mismo. Después eligió a dos de los tantos chicos que hacían fila por subir un rato con él. Y hasta ahí todo bien.
Después pasó lo que pasó y todo se arruinó. Esos dos estúpidos lo habían puesto de malas. Vaya forma de arruinarle la noche.
¿Quién mierda se creían?
Apretó el barandal entre sus dedos con fuerza. Estaba molesto.
Al inicio venía con el plan de llevarse a algún chico para follarselo en alguna de sus mansiones, o tal vez incluso en la camioneta de regreso. La verdad es que estaba necesitado de sexo. Pero ahora, las ganas se le habían ido completamente.
Cada vez era más difícil esto de tener sexo. Y aún que tenía una vida sexual activa, era algo molesto para él tener que repetir con chicos más de una vez. No le disgustaba del todo pero no le encantaba.
Después los estúpidos creían cosas que no son.
Él solo los miraba como un culo, nada más.
Pero ya le había pasado que uno que otro se confundía, y todo porque los llamaba por segunda vez para cogerselos. Se ilusionaban. Y después cuando los trataba como lo que son; un objeto para su propio placer, estos se lo tomaban tan mal y actuaban como si se estuviesen divorciando.
¿Pero por qué siquiera lloraban si jamás hubo algo más allá que ganas de meterles la polla?
Era fastidioso. Estaba harto.
Solo de recordarlo, su mal humor aumentó.
Se dijo a sí mismo que debía de relajarse. Tenía que dejar de pensar en todo eso, o iba a terminar mal.
Con tal de distraerse, se dedicó a mirar a su alrededor, pues donde estaba tenía vista de todo el amplio lugar. Recorrió su mirada por las zonas vip frente a él; no encontró nada que no haya visto ya. Bajó sus ojos, notó que la barra estaba llena. Y agradecía que él no tenía que ir hasta allá si quería tomar algo. Aún que sin dudas sí tuviera que hacerlo, los amenazaría con matarlos si no se quitaban de su camino.
Al pensar, Jeon sonrió, pues a su parecer, sería algo divertido de hacer.
Lentamente sus ojos recorrieron la pista de baile, la cual también estaba repleta de personas. Chicos y chicas. Adultos en especial. Bailaban sin parar, y al mismo tiempo cantaban la canción de fondo.
El casi nunca bajaba a bailar. No es que no le gustara, todo se debe a que nunca ha conocido a alguien con quien le den ganas de bailar junto a él. Todos eran aburridos. Solo servían para quitarle las ganas y ya. Tampoco es como que esos chicos le sugieran bajar a bailar, siempre que subían, estaba ahí con el propósito de que Jeon se los follara. Y claro, sabían que éste daba una gran cantidad de dinero también por eso.
Así eran las cosas.
Estuvo observando un rato más la grande pista de baile, hasta que notó algo en ella. O más bien, a alguien.
Desde donde estaba pudo ver un círculo de personas gritando, animando, y rodeando a una en específico, dejándolo en el centro. Cuando sus ojos pudieron distinguir al chico que era centro de atención dentro de todas esas personas; sus pupilas se dilataron. Casi sintió que dejó de respirar cuando lo vió.
Era un chico de cabello rubio, con ligeros rizos en las puntas. Su piel era blanca, y se veía perfecta. Con nariz fina y pequeña. Mejillas rosadas, y labios levemente rojos; se veían brillantes incluso desde ahí. Pestañas largas y rizadas. Y tenía unos ojos... Azules, tan azules como el cielo. Gracias a su rostro, supo que era joven, porque se veía aniñado. No exagerado. Era tierno. Era lindo. Era delicado. Rasgos preciosos.
Solamente había observado su rostro, y hasta ahora Jeon estaba realmente fascinado con eso. Era hermoso. No podía dejar de verlo.
Y al parecer el chico no se había dado cuenta que lo estaban viendo tantas personas fijamente de esa forma, porque lo observó abrir los ojos después de haberse dejado llevar por la música. Vió como una expresión de sorpresa decoró su rostro, y después de unos segundos notó como volteó a ver a un chico alado suyo. Posteriormente se hecho a reír con ganas, junto al que parecía ser su amigo.
Los ojos de Jeon se iluminaron cuando alcanzó a ver como su sonrisa era casi la forma de un maldito corazon.
—Mierda, que lindo es... —habló en voz baja Jeon, sin quitar la mirada del precioso chico rubio.
Éste volvió a retomar el baile, moviendo su cuerpo al ritmo de la música, ya consciente de la atención que estaba recibiendo.
Ahí fue cuando Jeon se permitió bajar la mirada hacia su cuerpo.
Tenía hombros y espalda pequeña. Era delgado, con una cintura pequeña y estrecha. Caderas ni muy pequeñas ni muy grandes. Piernas largas, con los muslos rellenitos. Y cuando se dio la vuelta al estar bailando, Jeon casi dejó caer la boca al suelo. Tenía el culo enorme. Lo tenía todo.
Tenía rostro lindo, más que lindo, era precioso.
Su cuerpo estaba lleno de curvas. Y tenía la curva que más le gustaba del tamaño que al él le gustaba. Era completamente perfecto para él.
Había estado con muchos chicos lindos, muy, muy lindos. Pero ninguno de ellos le llegaban a los talones al chico rubio que tenía a unos metros. Parecía un maldito muñeco.
Uno que a él le encantaría usar esta noche.
¡no se olvide de vOTAAAAAAR !
Escribí esto hoy. Está cortito, son 4k de palabras, y los caps normales son de 8-9k.
Es el primer extra. El segundo ya sería la continuación de este. Ese no se cuando lo vaya a subir. Por ejemplo, este extra yo nomas lo hice pq no tenía q hacer JAJAJAJ. Ando con ganas de escribir. Lo voy a aprovechar.
Perdón si hay errores, como les dije, esto lo escribí hoy, todo lo hice hoy, y yo casi siempre me tomo días haciendo uno. Pero bueno, igual mañana lo corrijo.
Bueno, nos vemosss antes sabe cuando, esperemos pronto.
Chauuu
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