5.
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1:20 pm
Era un medio día en sábado, y se encontraba arreglándose porque su novio y él saldrían a almorzar algo. Él iría a lugar donde jungkook se encontraba seguramente trabajando como siempre, y de ahí se irían a algún restaurante. Después de una semana agitada les urgía salir ya, necesitaban tiempo a solas.
¿Que había sucedido con el profesor Lee? Bueno, ese era un tema pendiente aún ya que todavía no habían hecho algo al respecto con el aparte de lo último, Lo tenía encerrado en un cuarto sin ventanas, obscuro, y con un colchón en malas condiciones como cama, y ahí se quedaría hasta qué taehyung decidiera. Tenía muchos planes en mente, pero antes de que sucediera lo peor, quería hacerlo sufrir un poco más.
Los últimos dos días en la preparatoria habían estado normales, si bien algunas personas, tanto como maestros como estudiantes preguntaban por el profesor, aún nadie sospechaba de que algo pudo haberle ocurrido, así que todo estaba bien por ahora, aún así cuando se den cuenta que el profesor Lee no volverá, nada ni nadie podrá hacer algo al respecto o en su contra, ya que jungkook se encargó de borrar cualquier evidencia de lo que paso esa tarde en los estacionamientos.
Pero bueno, ¿A quien le interesa ese viejo decrépito? A nadie, así que sigamos.
Taehyung colocó un poco de perfume en diferentes zonas de su cuerpo, era lo último antes de salir de su casa.
Al terminar, buscó su bolso dorado balenciaga, lo tomó y luego fue por sus lentes de aproximadamente 10 mil dólares, se los puso y salió de su habitación.
Para salir, se había puesto unos pantalones café claros holgados de abajo, pero ajustados de su cadera y cintura para marcar su bonita figura, junto con una blusa blanca de mangas largas, y un poco corta, dejando una pequeña parte de el abdomen a la vista. Igualmente se puso un collar dorado que le había regalado jungkook, la bolsa y los lentes lo hacían ver mucho mejor, se veía tan lindo.
Bajó las escaleras lentamente, viéndose tan elegante y delicado. Al caminar a la salida, buscó a una de sus sirvientes.
—¿Ya está el chofer afuera como te pedí?—. Preguntó.
—O-oh, lo olvide, lo siento mucho joven kim —. Tae la miró serio. Enserio detestaba la poca atención que le ponían al momento de pedir algo. Pero claro, si fuera Jungkook el que hubiera pedido el chofer hubiera sido diferente, par de zorras.
—¿Lo sientes? No se nota. —.
—Y-yo —.
—Tú nada. Te pedí algo hace veinte minutos, debiste de hacerlo en cuanto te lo pedí, pero quien sabe que es más importante que hacerle caso a la persona que te da de comer, inútil. —La señorita hizo dos reverencias seguidas, sin saber que más hacer.
—Lo lamento, no sucederá de nuevo, joven kim.—
—Claro que no sucederá otra vez, porque si vuelve a pasar, te saco a la calle, ¿De acuerdo? —. Esta asintió varias veces.
—Bien, ve y haz lo que te pedí entonces, y que sea rápido, ya me hiciste perder tiempo.—. La chica de 25 años corrió a hacer lo pedido por el adolescente.
—Estupida...—Susurró con un puchero.
***
El rubio bajó de su lujoso auto, y caminó tranquilamente a la entrada de la nueva mansión que habían comprado, la cual sería usada para guardar y organizar la droga que se llevarían a diferentes lugares. El lugar estaba lleno de hombres cuidando y vigilando los alrededores. Incluso, había cinco hombres armados en la entrada, Jungkook le había comentando que había algunos nuevos, ya que necesitaban más hombres para este tipo de cosas.
Al llegar a la entrada, los hombres se hicieron a un lado, sabían perfectamente quién era el rubio, es por eso que lo dejaron pasar. Si no lo hacían o le pedían que se quedara quieto para revisar que no tuviera armas, como todos los extraños que pasan, seguramente su jefe les arrancaría los ojos.
Tae caminó lentamente, mirando a sus alrededores para ver lo que es el jardín de su nueva casa. Era la primera vez que iba, y quería recorrer todo, pero sería después, ahorita quería ir a saludar a su hombre.
Al llegar a la entrada, había otros dos hombres, que al verlo se apartaron en menos de un segundo. Al rubio le encantaba eso, no tener que decir ni una palabra para que las personas supieran como debían de tratarlo. Le encantaba que todos al hablarle incluso duraban bastante en responder por el miedo de decir algo que lo haga enfadar y los fuera a condenar a la muerte.
Al entrar, miró lo grande que era el lugar, era muy bonito, muy moderno, tal como le gustaba. Caminaba lentamente por el lujoso lugar, admirando todos los objetos que había en diferentes muebles, o los cuadros que había, muy lindos.
Hasta ahora la sola entrada le estaba gustando, el diseño de el lugar estaba muy bien, o bueno, casi todo, porque sus ojos vieron algo que no le agradó nada.
Un cuadro de una mujer semi desnuda en rojo y negro. ¿De quien fue la idea de poner ese espantoso garabato?.
El no lo quería en su casa, definitivamente no.
El rubio le hizo una seña a uno de los hombres que estaban en la entrada, y este al verlo, rápidamente fue hacia su dirección.
—¿En que le puedo ayudar, Joven Kim? —. Preguntó después de hacer una reverencia ante el adolescente.
—¿Quién puso ese cuadro ahí? No, espera, ¿quien fue el que lo compró y pensó que esa cosa se vería bien en mi casa?—. preguntó fastidiado.
—No lo sé, pero si quiere puedo averiguarlo y en cuanto lo sepa yo se lo hago saber.—
—Porfavor. Cuando sepas quien fue, no dejes que se vaya, me tiene que escuchar primero. —El hombre asintió.
—De acuerdo. ¿Necesita algo más? —.
—Si, que tiren esa porquería a la basura. —Él hombre asintió, dio una reverencia y fue a hacer lo pedido.
Tae se cruzó de brazos, con un puchero en sus labios siguió con su camino.
Jungkook le había comentado que estaría en un sótano de la mansión, donde sus hombres y él estarían contando y guardando los fajos de billetes en enormes cantidades.
Aprovecharía para tomar unos cuantos. Necesitaba efectivo, algo que casi nunca utilizaba, pero guardar algunos fajos de billetes no le vendría mal, y lo supo la vez en la que su novio le quitó sus tarjetas, y el al no usar efectivo no pudo comprar nada.
Al llegar, vió a una chica y un hombre cuidando la puerta. Eran muy pocas las veces en las que veía a mujeres haciendo este tipo de trabajos con jungkook, ya que su novio casi nunca aceptaba a mujeres, solo hombres.
La chica no pasaba de los treinta; era alta, pelinegra, y delgada. ¿Se supone que esta tipa estaba "cuidando" la entrada? Debía de ser un maldito chiste.
Al llegar, se paró enfrente de ellos, esperando a que se quitaran de su camino como los demás, pero no lo hicieron, simplemente lo miraron, examinándolo de pies a cabeza, algo que molesto mucho al rubio.
—¿No se van a quitar?—. Preguntó el rubio al darse cuenta que no tenía planes de dejarlo pasar.
—¿Y tú quien eres, perdón? —Preguntó la chica.
Tae río cortamente.
—En primera, ¿quien eres tú para hablarme así? Y segundo, no saber quién soy les va a traer bastantes problemas. —
—No importa quien seas, tenemos órdenes de no dejar entrar a nadie, sea quien sea. —Dijo sería.
Tae los miró.
—¿Si?, bueno, eso no aplica para mi, así que déjame pasar.—
—Nos dieron la orden de no dejar pasar a absolutamente nadie, así sea él mismísimo presidente.—
—Te lo dire de nuevo y espero que lo hagas antes de que enserio te metas en un gran problema. Déjame pasar.—
—Ya te he dicho que no.—
—Solo eres una portera de una tienda de comida, hazte a un lado —. Soltó el rubio, mirándola de arriba abajo.
La chica rio, y se cruzó de brazos.
—¿Y tú? disculpa pero no se qué haces en este lugar, deberías de regresarte a la primaria. —El hombre que estaba alado de ella, le dijo algo en voz baja, tratando de que se detuviera, ambos eran nuevos y no sabían quién era el rubio, es por eso que prefería evitar esto a meterse en un problema.
—Tú regrésate al asilo, no sé qué haces cuidando aquí si de un empujón te caes al suelo. Solo eres un intento de algo.—La mujer lo miró un poco ofendida.
—No sabes lo que dices, mocoso de quinta..—
—¿De quinta dijiste? Sabes, con solo vender una blusa mía te podrías mantener dos años.—Sonrío.
—¿Sabes que? no voy a ponerme a discutir con un niñito de doce años. Regrésate por donde viniste y no me causes problemas. —
—Tengo dieciocho, y créeme que tú ya estás en problemas desde que no te quitaste para poder pasar. —
La mujer río.
—Lo que digas.—
—No sabe a quien tienes enfrente, señora. —El guardia que estaba alado de la mujer, tocó su hombro, tratando de que no respondiera nada y simplemente pararan ya.
La mujer caminó unos pasos hasta quedar a menos de un metro de él rubio.
—Tú eres el que no sabe a quien tiene enfrente. Fui entrenada por siete años, se pelear de diferentes formas, usar todo tipo de armas, sé manejar distintos tipos de cosas, autos, aviones, camiones, trailer, helicópteros, hasta un tren. Se hacer tantas cosas que con solo hacer una terminarías humillado, mocoso. Así que mejor cierra la boca y vete porque no sabes de lo que soy capaz cuando se meten con mi trabajo. —
—Que tristeza que no se note todo lo que haz hecho, porque cuando te vi pensé que eras la de limpieza.—Soltó divertido.
La mujer ya harta, tomó el arma que tenía en la parte de atrás de su pantalón y le apuntó al rubio.
—Te he dicho que no vas a pasar niñato, me cansaste, y no voy a dejar que un mocoso malcriado venga a hacerme menos y a insultarme.—Lo miró fijamente mientras le apuntaba con el arma, pero el rubio ni se inmutó.
Solo río divertido. Le encantaba que la mujer se haya ofendido tanto con sus palabras hasta el punto de querer disparale.
—Yojin, tranquilízate , baja el arma..—Le pidió su compañero, nervioso por lo que podría pasar.
—¿Por que te asustas? Nisiquiera sabemos quien es, no es nadie importante más que un mocoso mimado que se cree el dueño de el mundo solo porque tiene dinero. —Dijo si dejar de apuntar al rubio.
—Aún así... Basta ya yojin.—
—Míralo, nisiquiera está asustado, seguramente ya está acostumbrado a molestar tanto a las personas hasta el punto donde todas lo quieren matar. —Tae sonrió más.
—La verdad es que no, ¿Pero sabes a qué si estoy muy acostumbrado? A pedirle a mi novio que mate a las personas incluso solo por mirarme mal. —La mujer que aún le apuntaba con el arma, río.
—¿A tu novio? ¿Quien? ¿Otro mocoso de tu escuelita? —Se burló.
—No linda, a mi novio llamado Jeon Jungkook.—La mujer al escuchar el nombre, se le borro la sonrisa burlona que tenía en el rostro y el brazo con el que le estaba apuntando al rubio fue bajando poco a poco.
—¿Jeon jungkook?..—
—¿Lo conoces? Claro que lo conoces, es tu jefe ¿Cierto? —Preguntó.
La mujer no respondió, y el compañero de esta sólo rogaba porque el bonito chico les estuviera haciendo una broma.
—¿Por que no te ríes ahora? ¿Sigo siendo un niñato?—Se burló.
La mujer lo miraba seria, estaba asustada, si era verdad que era el novio de su jefe, seguramente la mataría por hablarle así.
—Y-yo —.
—Yo te advertí que te estabas metiendo con la persona equivocada. —Sonrió.
—L-lo lamentó, de haberlo sabido yo n-
—No me interesan tus disculpas, hubiera sido más fácil si desde el principio me hubieran dejado pasar y ya. —
Antes de que la mujer dijera algo, la puerta que estaban "cuidando" se abrió bruscamente, y de ella salió un pelinegro con el ceño fruncido preocupado por lo que uno de sus hombres le comentó.
—¡¿Que mierda está pasando aquí?!—Grito hacia los dos que se supone que estaba ahí de guardias.
El rubio al ver a su novio, rápidamente hizo un puchero y sus ojos se pusieron llorosos.
—A-Amor —. Dijo con voz lastimera y corrió hacia su novio, abrazándolo por el cuello y enterrando su rostro en el pecho de jungkook.
El pelinegro envolvió su cintura con ambos brazos fuertes, y besó el suave cabello de su novio.
—¿Estás bien bebe? ¿Te lastimaron?—Se separó sólo un poco para verle el rostro a su chico y asegurarse de que estuviera bien.
El rubio lo miro con ojos grandes y un puchero en los labios.
—No me hicieron nada, pero ella me dijo mocoso de quinta y m-me apuntó con su pistola, no me quería dejar entrar k-kook...—Soltó una lágrima falsa.
—¡Señ-ñor puedo e-explicárselo!—
—Tú cierra la boca, me importa una puta mierda que tengas para decir. —La miro fijamente, completamente molesto.
—N-no, escúcheme porfavor—.
El rubio tomó el rostro de un novio con ambas manos, evitando que su novio siguiera dándole atención a esa.
—La verdad es que yo también la insulte pero fue porque no querían dejarme pasar.. ¿Estás molesto por eso? —Le preguntó con voz aniñada.
—No corazón, no lo estoy. Incluso si tú fuiste quien empezó, esa perra no tiene porque hablarte a ti así, o intentar matarte...—Al recordar lo que esa tipa quería hacerle a su niñito, su mirada oscureció más.
¿Que hubiera pasado si hubiera disparado? El no podría vivir sin su niño, su vida no sería nada sin su mocoso mimado, incluso juraba que si a su novio le pasaba algo, el se mataría, porque su vida sin él no vale nada.
Y le jodia mas que una tipa cualquiera fuera la que pudo haber causado el dolor más grande de su vida. No le importaba si Taehyung fue el que la humillo o la insultó, para el Taehyung podía hacer y decir lo que quisiera a quien sea, porque su niño merecía tener a sus pies a todo el mundo, por eso aún si ella le daba una razón buena, no serviría de nada porque con solo mirar mal a su chico se merecía la muerte, nadie podía tratar así a su príncipe. Nadie.
Y muchísimo menos tratar de disparale.
El pelinegro soltó al rubio, no sin antes dejar un beso en los bonitos labios de este, y se acercó a la chica que temblaba parada en su lugar.
Tenía la cabeza agachada, los brazos a los costados de su cuerpo y estaba sudando frío.
Jungkook al tenerla enfrente, sostuvo con fuerza su cabello, el cual estaba suelto.
—¡¿Quien putas te crees para si quiera mirar mal a mi chico, eh?!—Tenia el cabello de la mujer hecho puño, lo tomaba con todas sus fuerzas, toda la ira en el ante la imagen de lo pudo haber sucedido, lo que pudo ser el motivo de su miseria eterna.
El compañero de la mujer, miraba todo paralizado, estaba asustado por lo que le harían a su compañera por un error, y aún que quisiera ayudarla, sabía que lo matarían si se metía o decía algo.
—¡P-perdóneme! —Suplicó aterrada
—¡Lo peor que alguien puede hacerme es tratar de dañar a mi niño, el es intocable! ¡¿Entendiste perra maldita?!— soltó el cabello de la chica tan fuerte que está retrocedió casi cayendo al suelo, pero logró sostenerse de la pared, evitando caer.
—¡L-lo lamentó t-tanto s-señor jeon, se lo j-juro! — lloraba sin parar, no quería morir, no hoy.
—Agarrenla.— Los hombres de jeon no dudaron en hacer lo pedido por su jefe, la mujer gritaba y suplicaba, pero ninguno le hacía caso a sus palabras.
Jeon la miro sin una pizca de lastima.
El rubio miraba todo con una sonrisita, se acercó a pasitos con su novio y tomó su brazo derecho para que lo mirase.
El pelinegro al sentir las manitas de su chico en su fuerte brazo, le dio toda su atención.
—¿Por que no dejas que tus hombre se encarguen de ella? Tú me prometiste salir a almorzar algo.~ —Dijo mimosamente.
—Lo se, lo se. Aún no termino aquí adentro, dejaré que ellos se encarguen de ella, mientras que termino lo demás y así nos vamos más rápido tú y yo, ¿Esta bien?.—El rubio asintió.
—De acuerdo, entonces, ustedes llévense a la perra, diviértanse con ella pero no la maten, porque eso quiero hacerlo yo.—Ordenó sin más, tomando la manita de su chico para irse adentro de nuevo.
Al cerra la puerta, se podía escuchar un poco los gritos de la mujer que rogaba por el perdón.
**
Media hora había pasado apenas y la verdad era que el rubio ya tenía bastante hambre, quería irse ya.
En el sótano en el que estaban, había mesas muy largaras, y habían unos treinta hombres contando fajos de billetes sin parar, mientras que jeon tenía un escritorio propio donde hacía lo mismo que ellos.
El rubio estaba sentando en un sillón que había ahi, usando su teléfono, y ya estaba aburrido, es por eso que se negaba a seguir ahí esperando.
Se levanto de su lugar, y camino hasta su novio, este al verlo recargo su espalda en el asiento y miro a su niño que tenía un puchero y el ceño fruncido, se miraba muy tierno.
—¿Que sucede? —. Pregunto mientras su novio tomaba asiento en su regazo, importándole muy poco el lugar donde estaban y sentándose encima de su novio, con los brazos alrededor de su cuello y su trasero pegado a la pelvis de el pelinegro.
Este por costumbre, puso sus manos en las caderas de su chico, mirándolo.
—¿Te falta mucho? Estoy hambriento kook.— se quejó.
—¿Tienes mucha hambre ya? Puedo pedirle a alguien que prepare algo para ti, amor.—Tae negó.
—No, quiero almorzar contigo, no aquí con todos estos. —Jungkook sonrió.
—Bien, entonces espera un poco más, tampoco ha pasado tanto.—
—Estar aquí es horrible, por eso siento que eh estado aquí años. —
—¿Por que no vas a ver la casa? En muy grande y moderna como te gustan, por eso la elegí. —Tae sonrió.
—¿ah, sí?—Jungkook asintió.
—¿Muy, muy, grande? ¿Cuantas habitaciones tiene? —Pregunto.
—Creo que doce, no estoy seguro, no la recorrido aun. —
—¿Y por que no vienes tú conmigo? Dices qué hay muchas habitaciones ¿No? Porque no vamos y nos quedamos en una un rato..—Sugirió juguetonamente.
Jungkook sonrió.
—Si que tienes hambre eh. —Le dijo divertido.
—Mucha. —Se acercó al rostro de su novio, quedando a unos centímetros.
—Bebé, espera un poco más y hacemos lo que tú quieras, ¿Si? —Le dijo rápidamente, sabía que tener el rostro de su chico cerca era demasiado para el.
—No quiero esperar, quiero que me folles ya.—Se quejó con esa vocecita mimada que tiene.
—Amor, solo te pido una hora más, solo una y después te follo las veces que quieras y donde quieras. —Apretó los muslos de su novio.
—Una hora es mucho tiempo, no quiero. —
—Amor porfavor. —
—Te he dicho que no quiero esperar. —Lloriqueó
—Taehyung...—Dijo con tono de advertencia.
—Por lo menos déjame chupártela un poquito—pidió con un puchero.
—Joder Tae, ¿Enserio no puedes esperarte?—Soltó divertido, le causaba gracia que su niño estuviera tan necesitando.
Aún que el no lo iba a negar, él estaba igual o peor, no habían tenido sexo en cuatro dias y eso los estaba matando, el rubio había estaba ocupado con la preparatoria, levantándose temprano a diario y encargándose de el tema de el profesor. Y el pelinegro había estando ocupado igual que siempre, solo que esta semana un poco más porque iban a transportar la mercancía a china y tenía que asegurarse todo el tiempo que todo estuviera saliendo bien.
Por eso no había hecho nada, porque ambos tenían sueño todo el tiempo, en especial jungkook quién llegaba agotado todos los días. Y el rubio solo lo abrazaba, dormían pegados y calientitos, pero eso ya no era suficiente, porque su manera de sacar todo el estrés era teniendo sexo sin parar.
Es por eso que incluso el estar hablando de follar hacia que se pusiera duro de solo pensar en cogerselo tan bien en alguna de todas las habitaciones.
—Nadie está viendo hacia acá, déjame hacerte un oral aquí. —Jungkook miró unos segundos a sus hombres, quienes nisiquiera le prestaban a atención, todos concentrados y estresados por estar contando sin parar.
Sintió a su novio mover sus caderas ligeramente sobre el, así que puso su mirada en el.
—¿Que haces? Amor, aquí no. —Trató de detener los movimientos de su chico poniendo sus manos en las caderas contrarias para detenerlo, pero el rubio tomó sus manos y las colocó en ambos glúteos.
—Tú también quieres, puedo sentir lo duro que estás abajo de mi..—Jungkook apretó la mandíbula, tratando de contenerse.
—Por supuesto que quiero, no sabes las ganas que tengo de darte durísimo, pero necesito terminar esto primero. —Apretó el culo de el rubio con ambas manos.
—¿Tú eres el jefe, no? Que lo hagan ellos, para algo les pagas. —Jungkook suspiró.
El rubio bajo la mano que tenía en el cuello lentamente por todo su pecho, abdomen, hasta llegar a la pelvis, donde jugueteó un poco con el cinturón de su novio, observando como la respiración de este aumentaba un poco más.
Y al darse cuenta que este no lo detenía, acaricio él pene sobre la tela del pantalón. Estaba duro, sentía la polla palpitar un poco cuando la acariciaba.
dios.. Tenía tantas ganas de metérsela en la boca y ahogarse con ella mientras jeon le penetraba la garganta.
Jungkook hecho la cabeza sólo un poco a un lado, respirando un poco más rápido debido a las caricias que le estaba dando su niño.
El rubio tomó una mano de su novio ( aún sin dejar de masturbarlo sobre el pantalón) y se metió dos de los dedos a la boca, chupándolos descaradamente.
Y el pelinegro sintió como se le endurecía más la polla, ver a su niño chupándole los dedos como si fuera su pene, con esa carita de niño bueno que tiene, era una belleza.
Jungkook comenzó a sacar y meter los dedos de la boquita caliente de su niño, rápido y duro, sintiendo como el rubio los absorbía más. Y al mismo tiempo sintiendo como el rubio le masajeaba el pene más duro y rápido.
—Eres un sucio mi amor..—Soltó con voz ronca, más caliente que antes.
El rubio no dijo nada y siguió chupando los largos dedos de su novio.
El pelinegro sostuvo el cuello a su chico con una mano para dejarlo quieto, y con la otra metió más profundo sus dedos, e incluso más rápido y duro, queriendo ver cómo se ahogaba con estos.
Algo que logró después de unos segundos, ya que el rubio dejo de acariciarle la polla y trato de hacer que se detuviera.
Y este al verlo con la carita roja y los ojos llorosos lo soltó.
Es rubio tosió un poco y lo miro con una sonrisa, para acercarse al rostro de su novio y besarlo.
Jungkook al sentir los labios de su novio, puso sus grande y fuertes manos en el culo de su novio, apretándolo a su antojo.
Beso con dureza los labios de su chico, lo cálida que era su boca y lo dulce que sabía debido al labial de cereza que tenía puesto el rubio lo hacía más delicioso.
Metió su lengua segundos después, tocando todo lo que podía, quería comérselo, tenía tantas ganas de azotarlo contra el escritorio y hacerlo llorar de lo bien que lo follaba hasta quedarse sin fuerzas.
En el beso escuchaban los bajos jadeos de su chico. Ambos perdidos y calientes, ahí es cuando jeon recordó que no estaban solos, y que había más personas con ellos.
Se separó del rubio lentamente, quien se quejó y quiso volver a besarlo, pero lo volvió a alejar.
—¡N-no! !Quiero besarte más!– Lloriqueo, ido por lo caliente que se sentía.
—No me hagas un berrinche, si vamos a seguir pero no aquí. —Le dijo, para después hacer que se levantara de el. El rubio se levantó con un puchero en los labios, molesto.
El peligro después hizo lo mismo, tomó a su novio de la cintura e hizo que pegara su espalda a su pecho, para que así pudiera cubrir la muy notable erección que tenía.
Jeon le pidió a uno de sus hombres que llamara a los demás para que le prestaran atención. Este hizo lo pedido de inmediato y segundos después ambos tenían las miradas de todos encima.
—Escuchen idiotas, voy irme y soobin se quedará a cargo, me llego a enterar que alguien trato de hacer algo mientras yo no estaba y les juro que los mato. —Los miro con una mirada totalmente oscura.
Y todos estaban nerviosos, claro que si, pero era porque estaban tratando de no mirar al precioso chico rubio de ojos azules que parecía un muñequito de porcelana.
Y el rubio, nisiquiera les prestaba atención, ya que estaba más concentrado en lo bien que se sentía pegarle el culo a su novio y sentirle toda la dura erección.
Y jungkook al sentir como su polla dura se enterraba un poco en el culo de su novio porque este se pegaba a él tanto, lo hacía pensar en lo necesitado que estaba el jodido mocoso.
Pero ya verá, se lo va a follar en tantas pociones que no va poder pararse de la jodida cama un mes.
***
Me tardé , ya se, y miren q yo no pensaba escribir pq no tenía ganas pero ya era muchooo JAJSJAJA
Ah, y jk tiene 28 años 🤭 (la edad fue cambiada por precaución. )
¿Le sigo con la follada o prefieren q le siga con lo de el profesor?
Y ya me voy q mE QUEDA 3% 😭
ya saben bebés, si NO VOTAN, NO hay cap. 🥰
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