🔺30. FIN.

Esto es BLACK BLOOD, No se equivocaron y si están leyendo el fic. Conforme vayan leyendo, le van a entender.

4;30 pm. Paris Francia.

Un lugar grande, moderno y lujoso. Lleno de Luces por todos lados. Distintos tipos de personas sentadas admirando con atención lo que ya hacía frente a sus ojos.

Una canción especial y perfecta, hecha precisamente para esto.

Murmureos, sonrisas, halagos, miradas, asombro, fascinación, interés, preguntas.

El escenario grande y espacioso. Distintos tipos de modelos caminando con elegancia y seguridad por éste. Luciendo tan irreales ante los ojos ajenos. Luciendo conjuntos costosos y elegantes.

Una pasarela realmente increíble.

Los modelos siendo perfectos en cada paso que daban. La seguridad se notaba en toda su persona. Aún si tenían los ojos de gente muy importante sobre si. Aún si los nervios estaban encima. Aún si su corazón latía frenéticamente. Ellos se veían perfectos. Se veían como verdaderos profesionales.

El ruido de las cámaras resonaba, mezclándose con la canción de fondo.

En el escenario hizo presencia un chico de tez blanca, con cuerpo delgado y curvilíneo. Rostro delicado y aniñado, pero, con un toque de sensualidad. Cabellos azules, con ligeros rizos. Ojos color cielo que realmente resaltaban en él. Pestañas largas y nariz fina. Labios rosados y grandes.

Vestía un pantalón suelto color blanco, una pequeña blusa de ceda con botones, que caía ligeramente por sus hombros, y dejaba ver sus clavículas. Un collar plateado adornaba su cuello. Una pequeña cadena del mismo color se abrazaba a su estrecha cintura delgada. Un arete con pequeños diamantes colgaba de su oído izquierdo.

Todo en él estaba Perfecto, era muy Perfecto.

Las personas al rededor al mirarlo no pudieron evitar murmurar, y hacer algunos sonidos de asombro al tener frente a ellos a una persona que era demasiado hermosa. Una belleza increíble.

Tenían a un muñeco de porcelana desfilando frente a sus ojos.

El chico frente a ellos caminó con elegancia y seguridad por todo el escenario, sin prisa alguna. Lanzaba algunas miradas a ciertas personas, y sonreía ligeramente, dejando así a todos encantados. Distintas poses hacia, mostrando así el conjunto que tenía puesto. Tenía a las personas hipnotizadas, solamente por su belleza.

Se sentía casi imposible apartar sus ojos del precioso peliazul.

Con una última y radiante sonrisa se despidió de todos los presentes, y así, desapareció del escenario, dejando a algunos estáticos por el asombro. Y logrando así, que la siguiente modelo en pasar no recibiera la misma atención que él.

**
1 hora más tarde.

En el enorme camerino, algunas de las modelos terminaban de cambiarse, ya que hace no mucho que el desfile había terminado, y algunas tenían más cosas que hacer, u otras simplemente ya habían terminado con todo lo que tenían pendiente hoy, y se irían a casa.

Tres de ellas se hallaban sentadas en un bonito sillón blanco que había ahí dentro. Una de ellas guardaba sus cosas sin prisa. Mientras que la otra hablaba de algo que ni una de las otras dos escuchaba. Y la tercera, solo estaba entretenida en sus pensamientos, con un puchero adornando sus labios.

La chica que anteriormente hablaba; de nombre oliva, frunció el ceño al pecartarse que ninguna de sus dos amigas estaba escuchando lo que estaba diciendo. Se cruzó de brazos, y miró a las dos fijamente. Un bufido salió de ella.

—¿Acaso escucharon alguna de mis palabras? —cuestiona, alzando más su tono de voz. Las miró a ambas con una ceja alzada.

Las dos chicas miraron a Olivia de inmediato. Apenadas por haber estado ignorando a su amiga sin darse cuenta.

—Ouh, perdona. Estoy cansadísima, los tacones que use hoy en el desfile me estaban lastimando mucho. —se queja Ava, haciendo una mueca. —Seguramente me dejaron alguna marca dolorosa. Eran insoportables. Casi caigo al suelo...–Se cruza de brazos, quejumbrosa.

Oliva sonríe.

—Por suerte hoy no tuve ninguna desgracia como la vez pasada...—Mencionó, recordando la vez anterior en la que un tirante de la blusa que estaba usando para desfilar ese día, se rompió, y la blusa cayó un poco por su pecho. Revelando así partes de su cuerpo que claramente, no quería mostrar.

—Mejor olvida eso. Sin duda eso fue mucho peor. —Responde Ava, sintiendo pena por su amiga.

Ambas se sonríen. Después, al notar el silencio de su otra amiga, ambas llevan sus ojos a ella; quien seguía con un puchero en sus labios, y cabizbaja. Hundida en sus pensamientos.

—Oye, Erin. ¿Estás bien? —. Le pregunta Olivia, con preocupación al verla tan distraída.

Erin parpadea un par de veces, y mira a sus amigas. Se tarda algunos segundos en responder, pero al final termina asintiendo.

—Sí, eh... solo estoy pensado. Pero no se preocupen, esta todo bien. —suspira.

Ambas amigas fruncen el ceño.

—¿pensando en que? Cuéntanos. —Pide Ava.

Erin hace una mueca. No estaba segura en si debería de contarles. Porque si lo pensaba mejor, era una tontería.

—Es una tontería, así que...-

—Aún así, tengo curiosidad. Sea una tontería o no, yo quiero saber —. Dice oliva, sonriéndole ligeramente.

—Yo igual. —apoya Ava de la misma forma.

Erin aprieta los labios entre sí, y desvía su mirada algunos segundos. Suelta un suspiro y asiente con lentitud, mirandolas nuevamente. Ambas chicas sonriendo, y prestan toda su atención a su amiga sentada junto a ellas.

Erin se aclara un poco la garganta antes de comenzar a hablar. Aún insegura con lo que tenía para contarles.

—Bueno... ustedes saben lo mucho que me he estado preparando para estar al nivel de todos aquí. —comienza a contar. —Me he quedado hasta muy tarde practicando mi forma de caminar o mis expresiones. He cuidado mi alimentación, y físico. He hecho todo para que las personas al verme, estén de acuerdo en que yo sea parte de esto. Que me halaguen y me reconozcan. Saben que he hecho todo por lograrlo...—

Ambas chicas asienten, escuchándola con atención.

—Tú sabes que es así Erin, no comprendo. —Oliva frunce el ceño confundida.

Ésta suspira.

—¿Han visto al nuevo modelo que llegó hace poco a la agencia? —. Pregunta Erin.

—¿El chico asiático? Sin dudas. ¿Por qué preguntas? —cuestiona Ava.

—Hoy yo salí a desfilar después de él, y fue de lo peor. —bufo, recordando ese momento. —Cuando el término, salió como si nada, sin dirigirle una sola mirada a las y los demás. Como si fuera el mismo rey. ¿Saben que fue lo que me dijo cuando estaba apunto de salir? —preguntó hacia sus amigas. Ambas negaron, con duda reflejada en sus ojos. — el me dijo; "Despues de mi, no creo que noten cuando salgas tú, pero si quieres salir a ser ignorada adelante" y luego me sonrío como un maldito ángel. Y lo peor de todo es que tuvo razón. Nadie me miró. Todos estaban preguntado por él. Fue humillante. —

Cubrió su rostro con ambas manos. De verdad se sentía avergonzada.

Ambas chicas tenían en ceño fruncido.

—¿De verdad te dijo eso? —. Cuestiona Ava. —Que cruel. Es un estúpido, insensible y grosero. No le tomes importancia. —trata de animarla.

—Exacto. Aparte, si bien tengo entendido, el hace apenas un año comenzó en esto, no es ni la mitad de conocido como lo eres tú. Tú llevas en esto varios años, tienes más experiencia. Y sin duda eres mucho mejor que él. Solo ignóralo. —Le dijo Olivia.

—Quiero ignorarlo, pero ustedes realmente no saben como me miró. No puedo describirlo pero es realmente escalofriante. Físicamente esta irreal y es sorprendente por lo lindo que es, pero en sus ojos solo veo maldad. Como si estuviera acostumbrado a tener a las personas a sus pies. Tal cual como tenía a el público hoy. Y eso no es nada lindo....—cuenta.

—Tal vez es porque viene de familia rica. —dice Ava.

—¿A que te refieres exactamente? —. Olivia pregunta.

—Oh, es que según lo que se, y tengo entendido, él tiene una fortuna multimillonaria. —Responde, recordando haber escuchado a otras modelos hablar del peliazul en distintas ocasiones. —Tiene veintidós años, y se llama Taehyung. Su apellido no lo sé pero, lo que si se es que se casó hace poco con un hombre de treinta y dos años llamado Jung Junmin. Es dueño de una cadena de distintos hoteles y restaurantes cinco estrellas. De familia millonaria. Y otros cuantos negocios más. La cosa aquí es que nadie lo conoce. Muy poca gente, realmente muy poca... Entonces, por lo que nos acabas de contar, seguramente Taehyung es una persona que nunca se ha esforzado por algo en su vida, y que no tiene idea de lo que es la vida real. Seguramente si viene familia adinerada, y se casó con un hombre forrado en billetes, deben de darle todo a la mano. Ahí está el por qué de que sea así. Un mimando de primera. —resopla.

Tanto Olivia como Erin, asienten lentamente, dándose cuenta que todo tenía sentido.

—Ahora comprendo porque de repente apareció y entró a la agencia con tanta facilidad... Incluso si acaba de iniciar. Y nosotras nos esforzamos tanto para entrar. —Dice Olivia, soltando un bufido.

—Seguramente su familia pagó porque lo dejaran entrar aquí con un montón de dinero, es obvio. —Le sigue Erin.

—Seguramente fue un capricho, y se lo cumplieron sólo porque ya no lo soportaban y querían tenerlo lejos cuanto antes... totalmente comprensible. —bromeó Ava.

Las tres chicas rieron ligeramente.

Para ellas tenía sentido.

—¿Se la están pasando bien especulando acerca de mi vida? —. Una cuarta voz hace presencia.

Ambas chicas miran hacia enfrente, encontrándose con el precioso chico peliazul parado frente a ellas, mirándolas de forma inexplicable.

Las tres se miraron unas a otras. Las había tomando por sorpresa. No se dieron cuenta en el momento en que se paró frente a ellas.

—¿Ya se les olvidó cómo hablar? Les acabo de hacer una pregunta. —Vuelve a hablar.

Una de ellas, olvia, se aclara la garganta, y sus ojos chocan contra los ojos azules brillantes.

—Eh, si. Taehyung, ¿no? —pregunta. Éste asiente, esperando a que siguiese. —Solo estábamos intercambiando opiniones. Tenemos algunos pensamientos sobre ti acerca de tu comportamiento, y los estábamos comentando entre nosotras. Es todo. —Responde.

—Yo ni siquiera sé quienes son ustedes, pero veo que ustedes ya hasta bromean con mi supuesta familia multimillonaria. —Ríe, mirando a las tres. —Deben de estar muy aburridas, ¿no es así? –pregunta con un tono de burla, pero, sonriéndoles con falsa amabilidad.

—Nosotras tampoco sabemos quién eres tú, pero estos días han hablando muy mal de ti por aquí. Debe haber motivos, ¿cierto? Y creo que ya los estamos conociendo. —Ava le devuelve la falsa sonrisa amigable al peliazul. —Pensé que si te acercabas, iba a ser para pedirle disculpas a nuestra amiga. ¿No tienes vergüenza, acaso?

Taehyung ríe levemente.

—¿No saben quién soy? Que raro, porque yo claramente escuché como hablaban de hasta de cómo llegué aquí. De quien es mi esposo, o mi familia. Que no se nada de la vida y que soy un mimado que tiene todo a su alcance. —Repite las palabras de la chica, sonando tranquilo. —Y en cierta parte no se equivocan. Porque si, yo tengo el dinero suficiente como para hacer que las saquen de aquí en un parpadeo. —Sonríe.

Las tres chicas fruncen el ceño.

—¿Estás amenazándonos? — pregunta Erin con el ceño fruncido.

—Les estoy contando lo que tengo a mi alcance solamente. Es decir, ¿por que hablar de mi vida y de lo que soy, si mejor se las puedo contar yo? –les dice a las tres. —Y hablando de lo otro... Eso de pedir disculpas no se me da. Además, yo no dije ninguna mentira. ¿Acaso alguien te volteo a ver después de mi? —. Se dirige a Erin. Y tras su silencio, la pregunta de Taehyung fue respondida por si sola, logrando así que sonriera. —Si te sientes humillada, es por tu culpa. Yo te lo advertí. Es decir, mírame a mi, y después mírate a ti misma. Claro que yo iba a ser la sensación, como siempre. No podía esperar a que fuese diferente. Y yo que fui amable al advertirte para que te evitarás una vergüenza... Pero tú no me escuchaste, y ahora te sientes patética, y vienes a quejarte de mi con tus amigas. Eso es triste... pero yo no tengo la culpa. Así que les pido que me dejen fuera de sus conversaciones. Aún que seguramente, soy lo mejor que tiene como tema...—

Las tres chicas miraban con enojo al peliazul. En parte también asombradas por el nivel de malicia con el que decía cada una de sus palabras. La forma en la que lo decía era indescriptible. Llenas de egocentrismo. La mirada de superioridad, y llena de burla que les daba el peliazul era también responsable de que estuviesen insultándolo en su mente.

—No se les ocurra hablar de mi si no tiene ni la más mínima idea de quien soy yo. Y aún que no lo crean, yo sé más lo que es la vida real que ustedes, se, y he visto tantas cosas que ustedes no se imaginan...—les dice, más serio que antes. —y si yo estoy aquí, y tengo todo a mis manos, es porque me merezco absolutamente todo eso y más. Y ustedes, par de envidiosas, si siguen metiéndose y hablando sobre cosas de las que no tienen ni la más mínima idea, se van a arrepentir. Realmente no me conocen. Y yo les juro que no quieren hacerlo. Estoy siendo bueno al advertirles. Después no me echen la culpa de lo que suceda. —sonríe con falsedad hacia las tres. —Tengo cosas que hacer, así que dejemos aquí la conversación. Nos vemos, lindas. —Se despide con una sonrisa.

Las mira por última vez, y sin dejarlas decir algo más, se da la vuelta y camina hacia la salida. Ignorándolas completamente. Dejando a las tres sumamente ofendidas.

–¿Quien diablos se cree que es? —. Suelta después de algunos segundos Ava, viendo la silueta del peliazul desaparecer por la puerta al salir.

Taehyung por otro lado, sale del camerino con una sonrisita. Suelta un suspiro, y camina con seguridad hacia la salida del enorme edificio.

Esto de vivir en parís y ser un modelo le estaba gustando bastante. Eran aires distintos y se sentía muy bien. Pero claro, esa personalidad que tiene desde siempre, no se iba a ir. Y tampoco quería que se fuera.

Al salir del edificio, miró al cielo, notando como las nubes grises cubrían este por completo. El aire estaba fresco, y la brisa chocaba contra su rostro. Una paz inmensa invadió su cuerpo.

Desde que se casó, y vino desde Corea a hacer una nueva vida a parís y debutó como modelo profesionalmente, se sentía tranquilo y feliz. Merecía todo esto completamente. Después de todo lo que tuvo que pasar hace algunos años, le da gusto que esté fuera el resultado de todo eso. Él estaba bien. Su corazón estaba lleno de amor. Él se sentía seguro. Se sentía tranquilo.

Estaba todo perfectamente bien.

Sacó su teléfono de su bolso. Ingresó a la aplicación de los mensajes, y entró al chat con nombre " Amor "

—Amor... acabo de salir de la agencia. Y siendo sincero quiero llegar al spa antes de ir a casa, así que te pediré de favor que pases a recoger a yeontan de la veterinaria. Te lo compensaré esta noche, ¿si? Te amo. —termina en audio de voz y lo envía.

Suelta un suspiro, y una sonrisa feliz adorna su rostro. Y cuando algunas gotas de lluvia caen y chocan con su cuerpo, el sonríe en grande suelta una risita, y corre de prisa hacia su auto.

Sin hombres cuidándolo, sin peligro, sin preocupaciones.

Y después de mucho, solo es él.

Solo Taehyung.


La luz blanca y fría, el silencio, y el sentimiento de preocupación  y miedo envolvieron a Taehyung en menos de un segundo cuando la puerta del túnel fue cerrada.

Su corazón latía sin parar contra su pecho. Sentía todo su cuerpo temblar. Se sentía mareado. Se sentía débil. Estaba asustado.

Y se sintió peor cuando llevó su vista hacia enfrente; un larguísimo camino que parecía no tener fin. Pequeñas luces blancas colgadas en el techo hacían que éste estuviese iluminado. Hacía frío. Estaba congelado ahí abajo. Y completamente en silencio, tanto que estaba seguro que si se llegase a caer una aguja, sonaría demasiado fuerte y podría escucharlo a la perfección.

Éste ambiente no ayudaba en nada a cómo se sentía en estos momentos. Era horrible.

Estaba completamente solo, en un lugar que desconocía. Un lugar que a simple vista, le asustaba. Estaba sin tener idea de nada, con el corazón completamente roto, y el alma ardiendo. Odiaba todo esto, de verdad que lo hacía. 

Los ojos de Taehyung se cristalizaron. Tenía miedo. Se sentía desorientado. Confundido. Un millón de sentimientos malos en su interior había, que no podría distinguir a todos. Su garganta ardía. Y es que solo quería llorar. Quería gritar. Quería tumbarse al frío suelo y quedarse ahí.

Pero sabía que a pesar de todo lo que estaba sintiendo internamente, no podía ser así.

Soobin le había casi rogado que corriese lo más que pudiese sin parar. Se sentía muy débil y asustado como para hacerlo, no quería hacerlo. Pero sabía que no había otra solución, no tenía otro escape más que éste. Lo sabía.

Mientras más pronto acabase esto, mucho mejor
Y ahora, solo había una cosa que hacer.

Correr.

**

Soobin caminaba—corría— por toda la mansión. Sus fuertes pisadas resonaban por todo el lugar. Revisaba cada espacio de la enorme casa con rapidez, con la respiración agitada.

Después de cerrar la puerta del túnel, había tenido que enfrentarse a cinco de los hombres de Lee minho. Y aún que terminó ganando, aún así le dieron pelea. No tuvo tiempo de descansar porque al instante escuchó como los refuerzos que había pedido llegaban a la mansión. Rápidamente atacaron a la gente de Minho. Disparos, gritos, más disparos.

Hubo una masacre dentro de la mansión. Y claro, como era de esperarse, Lee minho al notar como estaban perdiendo, huyó.

Hace menos de diez minutos que minho y su gente habían escapado. Pero eso no significaba que ya todo estaba bien. Todo estaba mal. Completamente todo.

Había cuerpos sin vida tirados por todos lados. Sangre regada por todo el suelo. Muebles, ventanas, y objetos rotos. Los hombres de Jeon corrían de un lugar a otro al estar revisando cada rincón, por órdenes de Soobin.

Era un caos. ¿Y lo peor? Era que este caos tenían que resolverlo solos. Sin ayuda de Jeon, quien era la cabeza y cerebro de todos. Jeon era quien sabía cómo, cuándo y qué hacer en momentos como estos.

O bueno, no estaban completamente solos, porque tenían a Soobin, quien era la mano derecha de Jeon. Mismo que era parte de cada decisión que el mayor tomaba en distintas ocasiones.

Y bueno, ahora que Jeon no estaba en estos momentos, Soobin pasaba al mando. Y es por eso que ahora, todos seguían sin decir ni una sola palabra a cualquier orden dada por el peliblanco.

Pero no sabían que Soobin realmente estaba inseguro en sus decisiones. No confiaba ni es sí mismo para encargarse de algo tan grande como esto. No se sentía en total confianza para comenzar. No tenía idea de cómo hacerlo.

Era todo muy repentino.

—Van a ir por el joven Taehyung, hay que asegurarlo cuanto antes. Y seguramente volverán así hay que alertar a todos los encargados de la vigilancia en cada zona específica. También piensan quedarse con la organización ahora que Jeon no está, entonces que hay que movernos más rápido que ellos. Tenemos los barcos transportando los trescientos kilos de mercancía hacia Japón, como se acordó. Pero creo que ahora que les llegue la noticia, van a rechazarla, hay que hablar personalmente con los compradores. El negocio que Jeon había cerrado hace poco con Kim Namjoom se romperá por—

—Silencio. —pidió Soobin con voz dura. Casi sentía como su ojo izquierdo parpadeaba. Era demasiado.

Taemin, uno de los hombres de Jeon guardó silencio tan pronto como Soobin lo pidió. —Lo lamento señor pero, son demasiado asuntos realmente importantes de los cuales hay que encargarse antes de que sea imposible. Tiene que ser rápido...

—Yo me haré cargo, de eso no hay dudas. —respondió el peliblanco. —Solo que... —Soobin suspira, agobiado. —En estos momentos tengo demasiada presión, y no puedo hacerlo todo justo ahora aún que quisiera. —nuevamente suelta un suspiro. — Iré parte por parte... Trataré de resolver todo lo antes posible.

—¿Qué hará primero, señor? —cuestiona con preocupación.

—Primero tengo que asegurarme que de que Taehyung esté bien. Necesito seguir con las indicaciones que me dio el Jefe Jeon al pie de la letra. Eso es lo principal, y es algo que tengo que cumplir por sobre todo lo demás. —Responde. —Lo siguiente será matar a Lee minho, porque seguramente él será el responsable de si por alguna razón, la organización de los Jeon cae después de mucho... Eso no debe de suceder.  —Suspira con frustración.

—Lee minho querrá aprovecharse y absorber la organización. Le sacará ventaja a esto. O bueno, solo lo podrá hacer si todo el legado de los Jeon cae y se queda sin alguien que lo continúe. —Dice Taemin.

—Quede algún Jeon, o no, Minho no podrá obtener nada. De eso me encargo yo. La organización de Jeon no pasará a manos de Lee minho. –asegura Soobin.

—¿Y qué hay del hermano del Jefe? Es decir... si se supone que Jeon ha muerto, y Jeon Junho está vivo aún, ¿no tendría que pasar a manos suyas toda la organización Jeon? —. Pregunta con duda.

Soobin lo mira, negando con rapidez.

—¿Tú crees que el Jefe dejaría todo a manos de su hermano? —Suelta con incredulidad. —Dinero, autos, joyas, negocios, propiedades, el dinero de todas las cuentas bancarias de Jeon Jungkook se traspasarían a nada más y nada menos que Kim Taehyung. Algo que el mismo Jeon firmó. Todo quedaría a manos de Taehyung. Todo le pertenece al joven Taehyung, absolutamente todo. Hasta el último centavo. Todo. Y eso también incluye la organización...–Cuenta, observando a taemin alzar las cejas. Asombrado. — Jeon siempre se aseguró de que no quedará nada para nadie más que para Taehyung. Así que Jeon Junho puede estar vivo pero no obtendrá ni un solo centavo de todos los miles de millones que únicamente le corresponden a Taehyung. Es demasiado, que estoy casi seguro que ni el mismo Taehyung podrá terminarse toda esa fortuna. —

Taemin observó al mayor con asombro.

—¿y que pasará con Jeon Junho? —

—Lo que hizo fue traición. El mismo se condenó a la muerte al entregar al Joven Taehyung. Esté Jeon o no, Junho tiene que pagar. La traición es algo que en este negocio no se perdona, principalmente porque lo es todo cuando de esto se trata. No hay nada que él pueda hacer para librarse. —

—Aún que, de todas formas ya había más personas poniéndole precio a su cabeza, ¿no? —cuestiona Taemin. Soobin asiente.

—Exactamente. No importa que haga, el ya no podrá escapar. —

—¿Y que pasará con Taehyung?

—¿A que te refieres? —Lo mira con duda.

—¿Él lo sabe?

—¿sobre ésto? ¿La fortuna y la situación de Junho?Seguramente. Pero si te soy sincero, no creo que le interese mucho... Taehyung está muy mal. Dudo mucho que quiera saber de su fortuna en estos momentos, o del imbecil que lo vendió.

—Me lo imagino... —asiente con lentitud, para después mirar nuevamente a soobin. —pero, ¿que sucedería si por alguna razón el joven Taehyung se negara a continuar con el legado? ¿que pasaría? —.

—Jeon solo puso el nombre de Taehyung. Así que en todo caso que él se niegue, nadie más podría tomar el mando. O bueno, a menos que el decida darle ese puesto a otra persona. Pero no creo que el joven Taehyung se niegue, así que no hay que pensarlo demasiado.

—Hablando del joven Taehyung... ¿él esta bien? — cuestiona.

—Lo está. Y muy pronto tendré que ir por él, y cuando eso pase, tiempo es lo que no vamos a tener. Así que dejemos la charla y sigamos en lo que estábamos.

Taemin asiente, y cuando ambos estaban apunto de girarse hacia la dirección contraria para seguir con su trabajo; Félix llega corriendo hacia ellos, respirando con rapidez.

—!Soobin! —llama en voz alta, sonando agitado.

Éste lo observa de inmediato, al igual que Taemin, ambos con el ceño fruncido, miran con incertidumbre a felix.

—¿sucedió algo? ¿Están atracando de nuevo? —pregunta con confusión, con la impaciencia en su tono de voz, queriendo saber lo que ocurría de inmediato.

Félix niega con rapidez.

—Es el jefe...—dice

—¿Él....?

**

En cuanto sus ojo se abrieron, una luz blanca chocó contra su rostro. Sus ojos ardieron, y no pudo evitar entrecerrarlos. Su cabeza daba vueltas, y sentía como todo su cuerpo ardía. Se sentía desorientado, pero conforme pasaban los segundos, podía comprender la situación. Y casi al minuto de haber despertado, su cabeza recordó.

Taehyung.

El pánico lo invadió.

Sin importarle ni un poco que estaba pasando, se sentó en la camilla en la que estaba recostado en menos de un segundo. Su cuerpo dolía como nunca, y por el abrupto movimiento que hizo al sentarse, provocó que sintiera dolor, y soltara un quejido. Miró a su al rededor, buscando desesperadamente señales del rubio. Y con sus ojos, solo encontró a cuatro doctores que lo miraban también, asustados por la forma tan brusca en la que se levantó.

Sintió el pánico aumentar al no hallar rastro de su mocoso, porque recordaba muy bien cada maldita palabra que Minho le dijo. Que más bien, fueron amenazas, que espera con todas sus fuerzas que no se cumplirán.

Con ojos grandes, observó como uno de los doctores se acercaba hacia donde estaba él.

—¿D-Donde esta Taehyung? —. Pregunta con miedo, la voz sonando rasposa.

Todos los presentes se voltaron a ver unos a otros, dudando en su responder. El doctor cerca suyo, solo se aclaró la garganta. Soltó un suspiro y miró a Jeon.

—Necesito que se calme y-

—¿Donde mierda esta mi mocoso...? —Preguntó nuevamente, esta vez sonando más duro. Su corazón latió con más fuerza al no obtener una respuesta buena de inmediato.

Nadie le decían nada. Solo se miraban entre ellos. Como si no quisiesen responderle. Una de las doctoras bajó la mirada. Y otro, solo la desvió, evitando mirarlo a los ojos. Y todo eso solo hizo que Jeon entrara más en pánico.

Jungkook empezó a negar, y con rapidez comenzó a arrancarse algunos de los pequeños tubos pegados a su cuerpo de forma brusca. La respiración de Jeon se aceleró, y sintió como su cabeza daba vueltas. La garganta comenzó a arderle.

!¿por qué nadie le decía nada?!

—Señor, cálmese. No puede irse aún, no-

—¡¿Donde esta T-Taehyung?! ¡¿Donde esta?! —Gritó con fuerza. Sus ojos solo reflejando miedo y preocupación, porque no sabía absolutamente nada. —¡¿Donde e-está?!

Los ojos rojos y cansados de Jeon se cristalizaron. Su rostro preocupado estaba tan presente en él. Los doctores no sabían que hacer, o que decirle. Tenían órdenes muy claras, y no debían de hablar de cosas que no tenían permitido.

Jeon miraba a los doctores amenazante e impaciente. Sus puños estaban apretados a los costados de su cuerpo. Sus ojos amenazaban con dejar caer gotas de agua por ellos.

Una de las doctoras, quiso entenderlo. Seguramente estaba muy preocupado, pensado que pasó lo peor. Entendía muy bien a Jeon. Y sabía que no decirle lo que estaba pasando era mucho peor para él. Seguramente en su cabeza solo pasaban horribles escenarios imaginando por cuenta propia lo que sucedió. Se estaba atormentando.

—Señor Jeon. —Llamó al mayor. Éste la miró en un segundo. Se sentía desesperado. Necesita saber todo cuanto antes. La doctora, soltó un suspiro tembloroso, pensado la forma en la que iba a explicarle todo. ¿Debía de hacerlo? Sentía que si, y eso por eso que lo iba a hacer.  —N-Nosotros cuando llegamos no tuvimos noticias del Joven Taehyung. No creo que siga por aquí, el ya no está más. Lee minho escapó y no-

Ni siquiera dejó que ésta terminara de hablar, eso fue suficiente para alterar a Jeon por completo.

—¡¿Que puta mierda estás diciendo?! —se dirige a la chica, interrumpiéndola, mirándola con pánico. —¡¿Que quieres decir c-con que Taehyung no está más?! —cuestiona con desespero. Sus ojos asustados mirando a la chica.

La doctora negó con rapidez. —No quise decirlo así, y-yo no-

—¡¿Entonces de qué forma?! ¡¿Ah? —Siente sus ojos picar, advirtiéndole del llanto el cual había estado aguantando. —¡¿Donde m-mierda esta soobin?! Si algo le paso a mi mocoso, él va a pagarlo muy caro! ¡Incluyendo todas y cada una de las putas personas que estén bajo mi maldito mando! —Les dijo a todos, levantándose de la camilla con brusquedad. Una mueca de dolor apareciendo automáticamente en su rostro, porque su cuerpo dolía como la mierda.

Los presentes no sabían que hacer. Las palabras de Jeon logrando preocuparlos, porque sabían que hablaba muy en serio.

—Señor, tiene que c-calmarse...

—¡¿Se imaginan lo que va a pasar si me dicen que algo le paso a Taehyung?! ¡Todos van a morir! ¡Se van a arrepentir! ¡Los voy a m-matar! —grita Jeon totalmente alterado. —¡¡¿Donde putas e-esta mi mocoso?!!

**

Soobin llegó corriendo hacia la habitación en la que estaba Jeon siendo atendido por doctores. Con la respiración agitada por haber corrido lo más rápido que pudo cuando le dijeron que Jeon despertó. Agradecía demasiado el que Jeon estuviera bien. Cuando le dijeron que había despertado, sintió como le quitaban un peso enorme de los hombros. Era reconfortante. Sintió que al fin pudo respirar. Jeon era necesario al cien por ciento en está organización, sin él, no podían asegurar que todo funcionara y que nada fallase a futuro. De hecho, sin Jeon al mando, lo tenían demasiado difícil.

Y por eso cuando la noticia de que Jungkook había despertado llego a oídos de sus hombres, éstos sintieron un alivio enorme. Definitivamente. Especialmente soobin. Porque sin Jeon, soobin tendría que hacerse cargo de absolutamente todo, y no solo eso, también se tendría que hacer cargo de Taehyung. Un Taehyung que seguramente iba a a entrar en una depresión de la cual no creía poderlo sacar.

Pero ahora que se supone que Jeon despertó, decir que un enorme sentimiento de alivio no invadió a soobin era mentira.

—¿Donde esta...? —pregunta hacia uno de los doctores fuera de la habitación, quien anteriormente estaba anotando algo en una libreta, pero al escuchar la pregunta, llevó su mirada hacia soobin.

—Oh, si. El Señor se encuentra dentro. Despertó hace poco, pero a decir verdad, esta muy alterado. Mis demás compañeros están tratando de calmarlo un poco. —comenta, mirandolo.

—¿Como está él? ¿Como fue que despertó? Pensé que esta vez no iba a salvarse pero...

—La bala entró y salió, no comprometió a ningún órgano vital, así que sólo fue un rasguño. El impacto de la segunda bala en su pecho hizo que se desmayara. Gracias al chaleco que Jeon tenía puesto bajo la camisa y el saco, la bala no logró perforarlo. Esta todo bien. Solo fue un susto. —

Un sonoro suspiro de alivio salió de soobin.

Menos mal...

—Dios mío, en serio pensé que este sería el fin de todo. —Dijo soobin, sonriendo. —En serio que es la mejor noticia que pudieron darme en mucho tiempo.

—Me lo imagino. Pero no hay nada de que preocuparse, de verdad.

....

—¡No me toquen, suéltenme par de imbeciles! —Los doctores ignoraban completamente los gritos del pelinegro. No podían dejarlo irse. No aún.

—Señor, solo necesitamos que descanse un poco. Es necesario. Usted está herido. Puede relajarse un poco y–

—¡¿Quien te crees que eres para decirme a mi que hacer?! ¡Eres un simple doctor, y yo, si se me da la gana te puedo mandar a ti y a los demás al puto infierno! ¡Así que suéltenme! —volvió a exigir.

—¡Entienda que no podemos dejarlo irse aún! Es por su bien, de verdad. —

—¡Tengo que ir a buscar a mi mocoso, no voy a quedarme aquí a dormir tranquilamente solo porque unos putos doctores imbeciles me lo piden! ¡Y si no me sueltan, los voy a asesinar a todos de la forma más inhumana que se me ocurra! —gritó con fuerza. Quería golpearlos a todos. Los quería matar.

—señor, no pu-

La puerta de la habitación se abrió, y en medio de todo el alboroto, soobin hizo presencia; entrando en el caos que se había formado en tan solo unos minutos. Todos los presentes dentro de la habitación llevaron de forma abrupta su mirada hacia la persona recién llegada.

Los ojos oscuros de Jeon, se clavaron en el peliblanco. Y tan pronto lo tuvo en su campo de visión, estos parecieron encenderse en llamas ardientes. Su rostro se transformó de un momento a otro. Uno lleno de ira. Y sus puños comenzaron a cerrarse. Su mandíbula se apretó, y las ganas de asesinarlo aparecieron.

Soobin observó a Jeon, y soltó un suspiro de alivio al verlo ya despierto. Estaba agradecido de que fuera así.

—Jefe... de verdad me llena de alivio que se encuentre bien, no sabe cuanto nos asusto a todos... fue realmente ma-

De un momento a otro, el grande cuerpo de Jeon se abalanzó hacia el de soobin. Los gritos de los doctores resonaron en la habitación, sorprendidos por el inesperado y brusco movimiento de Jeon.

El cuerpo del menor chocó contra la fría pared de forma fuerte y brusca. Jungkook tomó con ambas manos el cuello del peliblanco, y apretó de este con toda la fuerza que poseía. Su rostro se veía más que molesto, y es que Jeon no iba a tener piedad con nadie cuando se trababa de Taehyung. Estaba ardiendo en ira pura. La mirada llena de rabia que le estaba dando Jeon a soobin lo tenía completamente confundido.

—¡¿Donde está Taehyung?! ¡¿Ah?! —apretó sus dientes, mientras sus manos tomaban aún el cuello ajeno con presión. —¡¿Que haces tú aquí en lugar de m-mi mocoso?! ¡¿Donde está él?! —pregunta nuevamente con desesperación por una respuesta. —¡Ten claro que si algo le paso a Taehyung, tú vas a ser el primero en pagarlo, cabron...!

Soobin tenía sus manos sobre las de Jeon, tratando de que lo soltase. No podía respirar. Su garganta ardía. Y sentía su rostro caliente. Los ojos estaban comenzando a ponerse borrosos.

—¡¿Por qué nadie quiere responder a mis preguntas?! ¿Es porque algo le sucedió a Taehyung?! ¡Es eso?!

—Y-yo no p-puedo r-respirar...—con dificultad dijo. Se estaba ahogando.

—Te pedí desde siempre que cuidaras por sobre todo a mi mocoso... Te lo pedí una y mil veces. A ti, y a todos. Solo el importaba, solo el importa. !Solamente él!–habló Jeon, observando el rostro ponerse cada vez más rojo por la asfixia. —¡¿Donde está mi novio?! ¡¿D-Donde esta?!—gritó nuevamente.

—S-Señor p-porfavor, se lo p-pido... s-suel-teme...

Jeon enterró con fuerza sus uñas en el cuello de soobin, dejando salir así toda la ira que sentía. Se estaba desquitando con él. Las ganas de matar a todos los presentes era enorme, en especial al peliblanco que tenía entre sus manos. Sentía un tornado dentro suyo. Sentía miedo y preocupación. Sentía ganas de destrozar todo.

Pero nada de lo anterior se podía comparar con lo que sentiría si le llegasen a decir que algo malo le sucedió a Taehyung. Definitivamente todo el mundo se le vendría abajo. Mataría a todos, y se mataría a sí mismo, él juraba que lo haría.

Soltó con brusquedad el cuerpo de soobin. Éste cayó rapidamente al suelo, a nada de desmayarse. Comenzó a toser y tomar aire lo más rápido que pudo con desesperación. Los doctores no tardaron en acercarse al cuerpo débil del peliblanco, con intenciones de revisarlo y ayudarlo.

La cabeza de Jeon daba vueltas. Nadie le decía nada. No sabía nada de Taehyung. Estaba desesperado por saber que mierda le ocurrió a su mocoso. Y es que nada más que eso le interesaba. Quería que le dijeran que Taehyung estaba bien. Solo quería eso. Pero nadie le decía anda aún. No había respuesta alguna, y eso ya había colmado con su paciencia.

Su corazón estaba acelerado, estaba asustado; Asustado por lo que sea que pudo haberle sucedido a su mocoso. La ansiedad y el pánico invadieron su cuerpo, el miedo y la incertidumbre también, la desesperación de no saber nada lo consumió. Sentía que no podía respirar, se sintió débil. Quería vomitar.

Su cuerpo de tambaleo cuando trató de caminar hacia la camilla donde estaba anteriormente. No tardó mucho en sentarse sobre ésta. Su cuerpo ardió. Sintió un pinchazo en el pecho. Trató de respirar, pero por alguna razón se le dificultó demasiado.

Todo en él dolía. No sabia que le estaba ocurriendo.

Y de un momento a otro, sintió como su garganta se cerraba, y como sus ojos dejaban caer gotas de lágrimas salinas de ellos. No podía respirar correctamente. Estaba desesperado. Así se sentía.

El nunca lloraba. De verdad esto ocurría casi nunca. La última vez que lloró fue el día en el que Taehyung le contó por todo lo que había pasado en el orfanato, lloró de rabia e impotencia. Y eso había sucedido hace bastante tiempo ya.

Y ahora, estaba aquí, sintiéndose débil. Llorando por no tener idea de nada. No sabía nada de Taehyung. Estaba a nada de volverse loco.

—Maldita s-sea... diganme donde e-esta mi niño p-porfavor... —pidio esta vez, con la voz rota. No sentía fuerzas de nada. Solo quería saber de Taehyung, solo eso.  —No sirve de nada que m-me retengan aqui para que me mejore, si lo primero que v-voy a hacer es m-mandar a la mierda todo en cuanto sepa que le sucedió a mi mocoso. N-Nada me interesa, sépanlo. —les dijo a todos los presentes.

Jeon Jungkook estaba llorando. Eso era realmente algo que jamás antes otros hayan visto. Pero lejos de sorprenderse, los demás presentes no mostraron reacción alguna, porque no era el momento, porque a pesar de todo, al final del día sabían que Jeon era un ser humano con sentimientos. Y aún si frente a los demás muestra una imagen seria e intimidante para hacerse respetar, el seguía siendo una persona; con sentimientos. Y justo ahora sólo era un hombre al borde de una crisis por no saber nada de la persona que lo es todo para él. De la persona que es su vida entera. De la persona a la cual ama por sobre todos y todas las cosas.

Ninguno tenía derecho de burlarse o reprocharlo por llorar. Nadie.

La mayoría lejos de enojarse o sorprenderse por verlo en un estado tan débil; sintieron pena por él. Se pusieron en su lugar. ¿Como hubieran reaccionado ellos? Tal vez de la misma forma, o tal vez no. Tal vez peor.

Jeon por otro lado, solo se dedicaba a llorar en silencio. Estaba frustrado, y desesperado. Las lágrimas caían con rapidez de sus ojos sin su permiso, pero simplemente no podía evitarlo. Todo lo que sentía dentro se acúmulo, y este era el resultado.

Por primera vez en su vida, no sabía que hacer. No tenía idea de que hacer.

Ni siquiera podía dejar de llorar, pues en su mente miles de imágenes de los sucesos que pudieron haberle ocurrido a Taehyung mientras él se hallaba inconsciente invadían su mente. Se reproducían automáticamente. Y no era difícil de imaginarlo, todo gracias a que él maldito de Minho le contó algunas de sus tantas ideas.

Cuando la cara de Minho aparecía en su mente, solo sentía unas ganas inmensas de matarlo de la forma más inhumana posible. Quería asesinarlo él mismo con sus propias manos. Deseaba tanto hacerlo, y estaba seguro que pasase lo que pasase, iba a hacerlo. Porque esto no iba a quedarse así, él iba a destrozarlo. Definitivamente.

—Se-eñor... yo t-tengo algo que d-decirle...

La voz entrecortada de soobin lo sacó que sus pensamientos. Levantó su cabeza, y rápidamente sus ojos negros fueron puestos en soobin. Solo con mirar al peliblanco, ya sentía ganas de lanzarse encima nuevamente y molerle la cara a golpes otra vez.

—No digas nada que v-vaya a alterarme mas, porque te juro que te mato... es lo único que quiero hacer ahora mismo, así q-que cierra la puta boca. —solto Jeon entre dientes con rabia, para después limpiar las lágrimas de su rostro con brusquedad. Apretó los puños a sus costados, y trató de mantenerse en control, porque todo lo que quería hacer en estos momentos era meterle diez tiros al peliblanco.

Soobin por otro lado, no sabía que hacer. Sabía que Jeon estaba más que molesto con él. Y a pesar de que hace unos momentos su Jefe estuvo apunto de matarlo, no estaba molesto con él. Porque Jeon estaba en su derecho de estar de esa forma con él. Se supone que la responsabilidad de soobin en situaciones como las que pasaron hace algunas horas era la seguridad de Taehyung por sobre todas las cosas. Y claro, Jeon no sabe nada y piensa que por su culpa algo malo le sucedió al rubio. Así que, Jeon tiene todo el derecho del mundo en asesinarlo si así lo desea. No podía decir nada para que esto fuera diferente.

O bueno, eso solo si todo lo anterior hubiese pasado. Pero la cosa aquí es que no fue así. Taehyung estaba bien, y el siguió cada una de las indicaciones de Jeon al pie de la letra. No había desobedecido en nada, y había cumplido con su trabajo, pero Jeon no lo sabía. Así que lo entendía. Entendía su reacción completamente.

Jeon solo daba indicios de no querer escuchar lo que tenía para decir, pero al menos tenía que intentar un poco más para que lo escuchase, porque de otra forma, seguramente iba a acabar muerto al terminar el día. Él y todos los que trabajasen para Jeon.

—Señor, y-yo...

—Te dije que cerraras la boca, imbecil. ¡Cierra la boca! —alzó la voz Jeon, mirandolo casi con llamas en los ojos, porque eso era lo que sentía. Sentía su cuerpo cubierto en llamas por todo lo que estaba sintiendo.

Los doctores presentes sólo se mantenían en completo silencio, no querían y no debían de involucrarse más.

El peliblanco se paró con dificultad del frío suelo. Recargó su espalda contra la pared tras él, y levantó la cabeza; mirando a su Jefe, quien a pesar de estar más que molesto, se veía de una forma indescriptible. Nunca lo había visto así.

Estaba sufriendo internamente, y se veía de inmediato. Era evidente que Jeon estaba más que mal. Seguramente estaba pensando lo peor.

Quería decirle a Jeon que Taehyung estaba bien, pero no sabía cómo, sentía que en cualquier segundo el pelinegro sacaría un arma y lo mataría cuando tratase de explicarle.

Y por largos minutos, pensó en que forma podía decírselo. Tanto Jeon como soobin, se quedaron quietos, metidos entre sus tantos pensamientos. En la habitación el silencio estuvo presente casi diez minutos. Ni siquiera los doctores se animaron a decir algo, porque sabían que no era de su incumbencia, así que simplemente tomaron asiento, y esperaron a que se les fuera ordenado algo, porque no podían irse de ahí sin órdenes de Jeon, y éste no parecía estarles prestando atención del todo.

El tiempo avanzaba, y nadie decía nada. O más bien no sabían como decirlo.

Al final de tantos minutos pensando y pensando sin parar, soobin llegó a la conclusión de que de todas formas, si no decía nada, terminaría muerto al igual que si trataba de decirle y Jeon no quería escucharlo.

¿Que más daba ya?

Soltó un largo suspiro, y volvió a llevar sus ojos hacia Jeon que se hallaba a unos metros de él.

—Jefe, yo de verdad tengo algo que decirle...—trató de explicar nuevamente. Jeon no lo miró ni un segundo. Incluso pareció no haber escuchado sus palabras siquiera. —Jefe, está... ¿está escuchándome? —preguntó.

Jungkook si lo estaba escuchando pero, la cosa aquí era esa. Él ya no quería saber nada. No quería escuchar nada de lo que soobin tenía para decirle. Tenía miedo de lo que sea que fuera a salir de su boca. Ya no podía más con lo que sentía.

Cerró sus ojos con fuerza y los apretó entre sí. Agacho la cabeza, y suspiró con fuerza.

—Ya no puedo más... de v-verdad que no puedo más. —con cansancio soltó Jeon. Sus ojos ardían, y su garganta estaba apretándose. —No quiero saber más nada malo. No quiero saber que le sucedió a Taehyung. No voy a poder con eso. No puedo en estos momentos ni siquiera con lo que estoy sintiendo. Solo... solo necesito r-respirar...—

Era ahora o nunca. Antes de que el que termine muerto fuese Jeon. Porque si, a este punto ahora sospechaba que si llegase a sacar un arma, sería para dispararse a sí mismo. Lo creía muy capaz a estas alturas.

—Señor, tiene que escucharme. —Habló soobin, tratando de sonar firme. —Se que a este punto ya debió de haber imaginado lo peor, y no lo culpo, yo estaría igual que usted o peor en su lugar. Entiendo si más adelante decide castigarme por haberlo hecho pensar tantas cosas que lo hicieron atormentarse, fue mi error y aceptaré cualquier castigo que tenga hacia mi sin queja alguna, incluido la muerte... pero antes, debe de escuchar lo que tengo para decir. Así que porfavor, escúcheme. —

Los ojos llenos de rabia de Jeon se posaron en soobin de forma abrupta.

—Ten por seguro que te voy a hacer pagar por todo... habla de una jodida vez para así poder terminar con todo esto. Estoy harto. Habla ya antes de que me arrepienta.

Tomó una gran cantidad de aire antes de continuar. Debía de decirlo de la forma correcta. No podía soltar todo como algo cualquiera.

—Taehyung... él... verá...—trató de formular una oración pero debido a que no sabía cómo decirlo se le dificultó. —Lo que trató de decirle es que... Taehyung está... él está... —Se golpeó mentalmente, y trató de calmarse. Algunos segundos despues, con un Jeon mirandolo con impaciencia, aclaró su garganta, y siguió. —Taehyung está en perfecto estado, señor. Él está bien, sin un solo rasguño. –

Tan pronto como Jeon escuchó ésto, frunció el ceño y miró con rapidez a soobin. Su corazón latió con fuerza, y sus ojos se cristalizaron en menos de un segundo.

....

—¿Que...?

—Señor, Taehyung está vivo. Él está bien.

**


Dos horas habían pasado ya, y Jeon se encontraba afuera de donde se supone que se hallaba Lee minho. Después de saber que Taehyung estaba bien, la calma llego a él, pero la rabia hacia al de pelo castaño creció de forma inigualable. Lo que sintió al imaginar que Minho le había hecho daño a su novio hasta el punto de que no iba a volver a verlo jamás, hizo que sintiese algo que jamás en su miserable vida sintió.

Estaba furioso. Quería matarlo con sus propias manos.

Y claro que eso iba a hacer.

Justo ahora había mandado a una gran cantidad de hombres a invadir el lugar y matar a los hombres de minho para así tener el camino libre y poder entrar con facilidad cuando todo estuviese despejado. Iba a disfrutar mucho el asesinarlo a sangre fría.

Y bueno, ahora solo estaba esperando dentro de la camioneta a qué soobin le diese luz verde para que pudiese entrar. Hace diez minutos habían llegado, así que lo más probable es que en unos cuantos minutos más entrase.

Después de terminar con esto, iría por Taehyung a donde se supone que se encontraba. Después, se lo llevaría muy lejos. Esto le sirvió como una advertencia a las posibles consecuencias que tendría si no lo sacaba de Corea cuanto antes. Definitivamente iba a sacarlo de aquí. Esperaba no tener que volver a vivir esto nuevamente.

Taehyung aún no sabía nada. Soobin le contó de cómo se había puesto su mocoso al pensar en que había muerto, y se le partió el corazón al imaginarse lo mucho que debió de sufrir. Solo se tenían en uno al otro, y ellos lo sabían. Claro que ellos al pensar en que alguno de los dos había muerto, iban a sufrir bastante.

Ahora mismo solo quería ir con su novio y abrazarlo, que viese que él estaba bien, y que jamás iba a dejarlo solo cómo creyó. Quería que ese sentimiento de dolor y soledad se fuese de su corazón. Quería que Taehyung viese que aún estaba con él. Y que nadie pudo ni podrá alejarlo de su lado.

Solo quería consolarlo. Quería que estuviese bien.

El teléfono de Jeon comenzó a vibrar. Un mensaje de soobin había llegado a él, avisándole que ya podía entrar a la pequeña casa en donde Lee Minho se ocultaba.

Jeon soltó un suspiró, y de forma lenta se movió, saliendo de la camioneta negra.

Iba a desquitarse.

***

Diez de los hombres de Jeon se hallaban vigilando desde distintas zonas de la casa por seguridad, cuidando que nadie sospechoso se acercase. Otros diez se hallaban parados unos alado de otros, formando un círculo. Observando la escena frente a ellos; Jeon Jungkook encima del cuerpo de Lee minho sobre el suelo, golpeando sin parar su rostro.

Minho se reía una y otra vez, porque le hacía gracia lo molesto que estaba Jeon con él. Ver como su rostro reflejaba pura rabia hacia su persona. La fuerza con la que golpeaba su cuerpo y cara. Era con demasiada fuerza. Estaba sacando absolutamente todo lo que se tenía guardado. Todo el rencor y el odio.

Ya casi no sentía los golpes, pero aún así, no podía evitar reír. En serio que no podía.

Eso solo hacía enfadar más a Jungkook, porque al escucharlo y observarlo reír como un maldito loco, solo le daban más ganas de romperle la cara.

Con su puño derecho, golpeó cuatro veces sobre su mejilla derecha. Provocando que el castaño volteara con brusquedad su cabeza hacia el lado contrario.

Los puños de Jeon estaban cubiertos con gotas de sangre, al igual que su rostro y ropa. Lo golpeaba con todas sus fuerzas. Pero aún así, no se sentía satisfecho.

Dió un muy fuerte golpe sobre su nariz, escuchando como un crujido sonaba, haciendo que dejase de reír. Minho jadeó con fuerza de dolor, y llevó sus manos hacia su ahora nariz rota.

Jeon apretó la mandíbula, y se levantó de sobre Minho. Se puso de pie, y lo miró desde arriba quejarse de dolor.

—Jodido marica...—Soltó Jeon con desprecio hacia el que estaba tirado en el suelo. —Espero que sepas que esto no es ni siquiera el comienzo de todo lo que te haré ahora que te tengo en mis manos. Vas a sufrir mucho. Te voy a hacer sufrir hasta que me aburra de hacerlo. Te vas a arrepentir de haberte metido con mi novio, te lo juro que así será...

—Así q-que, ¿esto sigue siendo por Taehyung? —preguntó luego de largos segundos.

—Por supuesto que lo es. A mi no me interesa las cosas que hiciste en contra mía todos estos meses. No me interesa las veces que trataste de hundirme con tus planes fallidos. Me importa mil hectáreas de mierda. Pero, cuando se trata de Taehyung es diferente. Se supone que el problema es entre tú y yo. Y tú, pedazo de imbecil, decidiste meter a mi mocoso. Me amenazaste con hacerle una cantidad de cosas horribles por venganza, y trataste de matarme también para tener el camino libre y quedarte con todo lo mío, que al final del día, es de Taehyung. Te metiste con lo que más amo en la puta vida, y ahora te va a tocar sufrir las horribles consecuencias.

Minho sonrió, con la sangre escurriendo por las orillas de su boca.

—No pensé que fueras tan r-rencoroso Jeon... Si así te pones por algo que no hice, no me imagino como te hubieras puesto si mi plan hubiera funcionado. —río cortamente con dificultad. —Es una pena que la situación diera un giro tan grande. Pero el hecho de pensar en que te hice sentir miserable y sin ganas de vivir por un rato me llena de alegría...

—Me das tanto asco. Me repugnas. Miro tu rostro y solo siento nauseas. Hijo de puta imbecil.— le dijo Jeon con odio. —Se que afuera hay cabrones iguales a ti o peores, que intentarán algo parecido. Gracias a ti y a tu plan mediocre, me pusieron más alerta de todo, y me di cuenta que no importa que haga aquí, mi mocoso no está seguro. Pondré a salvo Taehyung otra vez, y nadie sabrá de él tampoco. Nadie va a saber nada. Lo voy a borrar completamente. A él, a mi, y todo lo relacionado con nosotros. Todo gracias a ti, minho. Ahora de verdad voy a eliminar todo rastro de Taehyung. No quedará nada.

Tanto minho como los hombres de Jeon lo miraron con confusión. Entre ellos soobin, quien tampoco estaba al tanto de lo que su jefe estaba diciendo.

Jeon se aclaró la garganta antes de comenzar a hablar.

—Escuchen todos... esto es algo que yo tenía pensado desde hace ya tiempo. Han pasado muchas cosas, y en su mayoría son sucesos que pudieron haber terminado con la vida de mi novio. El no está seguro aquí. El ya no está cómodo así, y yo mucho menos al saber que está harto de todas estas situaciones que también lo involucran por el simple hecho de ser mi pareja. Me ha confesado en innumerables veces lo harto que está de estar siendo vigilado todo el tiempo. Lo mucho que detesta no poder sentirse tranquilo, porque desde siempre ha habido personas que lo han atormentado, incluso desde antes de estar conmigo. Ya me canse de no poder cuidarlo al cien por ciento porque siempre hay un cabron tratando de secuestrarlo o asesinarlo. Tiene apenas diesiocho años y por seguridad no puede siquiera salir. Su vida corre riesgo cada segundo del dia. Y el hecho de que el cabron de aquí debajo se atreviera a intentar lastimarlo en mi presencia me hizo darme cuenta de muchas cosas. Me hizo sobrepensar mucho, y ahora se que no puedo seguir así. No puedo abandonar el mando en esto, aún si quisiera porque así no funciona. Pero puedo encargarme de todo desde muy lejos sin que nadie lo sepa. Con una historia distorsionada, tal vez.

Nadie entendía nada. Lo que Jeon estaba tratando de decir era confuso, porque podía significar muchas cosas. ¿Que es lo que Jeon quería decir?

—Jeon Jungkook y Kim Taehyung han muerto. ¿Como sucedió? Hace meses habían estado sucediendo cosas malas hacia la organización de Jeon, esto levantaba sospechas de que alguien estuvo tratando de hundirlo por mucho tiempo, arruinando cada negocio que podía. Jodiendolo. Jeon investigó por meses y meses, más no halló nada, pues buscó respuestas en las personas incorrectas sin saber que la persona responsable de todo esto era su mano derecha, su hombre más confiable; Choi soobin, quien asesinó a sangre fría a Jeon Jungkook y Kim Taehyung. Al igual que al hermano de éste, para así quedarse con toda la organización. Tras el suceso, se enteró que había una persona específica que estaba tratando de absorber parte de la organización que ahora le pertenecían y este era Lee minho, así que lo asesinó tambien, incluyendo a todo aquel que trabajase para él. Ahora choi soobin es quien liderea todo. —

Soobin y los demás presentes miraban a Jeon con una mueca de confusión. Especialmente soobin, quien estaba sorprendido ante sus palabras.

—Pero señor, yo no-

—Esa es la historia que van a contar de ahora en adelante. No saben nada más. Taehyung y yo estamos muertos. ¿Les quedó claro? —. Cuestiona con voz alta.

Y apesar de que seguían confundidos, todos asintieron a las palabras de Jeon.

—No comprendo nada, señor. —Admite soobin. —¿Que es lo que haré?

—Lo mismo que haces siempre. Yo seguiré siendo el Jefe, y encargándome de todo desde muy lejos, con otra identidad. Pero ante los ojos de los demás, lo serás tú, y yo estaré muerto. Así será todo ahora. Me llevaré a Taehyung muy lejos de aquí, y borraré cada evidencia que haya. Nadie sabrá nada porque no habrá evidencia alguna. Taehyung aún es pequeño, su rostro se modificará con los años, se volverá más maduro. Haré que se haga algo distinto y ya. Después me haré cargo de su apellido. Ya sin información de él acerca de su pasado, nadie podrá jamás descubrir absolutamente nada aún que quiera. ¿Comprendes?

—De acuerdo, Jefe. Comprendo. Será como usted diga.

—Claro que será como yo diga, y eso por eso que al cabron de aquí lo voy a matar cuanto antes porque es capaz de tratar de escaparse como la rata que es. Y teniendo ya tanta información puede hechar a perder todo. —Dice Jeon con fastidio. —Dime minho, ¿prefieres que te meta a la jaula con mi pantera desnudo o te corte cada extremidad yo mismo por partes? Te daré la opción de elegir.

Minho lo miró con desprecio. —De todas formas me vas a matar... haz lo que quieras. Pero, ¿te digo algo? No me arrepiento de nada. Y si hubiera podido cumplir con lo que te dije acerca de tu noviesito, lo hubiera hecho, créeme . —

Jeon apretó los puños con fuerza, al igual que su mandíbula.

—Bien, lo segundo sera. ¿Y sabes que será mejor? Que haré que mi mocoso disfrute tanto de todo esto conmigo. — Minho apretó los dientes con rabia. Jamás iba a odiar tanto a una persona como lo hace con Jeon Jungkook. Jeon llevó su vista hacia sus hombres —Vamos por Taehyung. Ambos tenemos que disfrutar de esta basura de aquí juntos. No puede comenzar la diversión sin él presente.

**



6:30 pm. Paris Francia.

La puerta del lujoso departamento fue abierta; de ella entró un peliazul de ahora veintidós años. Cerró la puerta tras él, y se sacó los zapatos de forma automática. Tiró su saco al suelo con rapidez. Y comenzó a caminar hacia la sala de estar, mientras estiraba su cuerpo.

—!Amor, ya llegue! —Avisó a su pareja, quien seguramente se hallaba en algún lugar del grande departamento.

Escuchó las pequeñas pisadas de alguien, y algunos chillidos y ladridos. De pronto observó a un bonito y tierno perrito de nombre Yeontan corriendo hacia él; feliz de verlo mientras movía su colita peluda hacia los lados.

Una sonrisa grande se dibujó en su rostro tan pronto lo miró.

—¡Ay! Pero mira a quien tenemos aquí... ¡a mi pequeño bebé! —. Le habló con voz tierna a su mascota. —¡¿me extrañaste?! Que tierno eres.... También te extrañe. Mucho, mucho.

El perrito no paraba de mover su colita hacia los lados. Feliz de ver a Taehyung nuevamente.

—¿En donde esta tu papá? ¿Salió? —. Le preguntó, aún si sabía que el animal no podía responderle.

Al final, se había casado con él hombre del cual se dio cuenta que era para él por sobre todas las cosas. Un hombre que lo hacía feliz en todos los sentidos de la palabra, y con el cual quería pasar su vida todo lo que le queda, como lo planeo en el pasado. Estaba enamorado, y de él y de su nueva vida. La vida que ahora tenía gracias a él. Lo amaba.

El de pelo azul comenzó a caminar por el departamento, con yeontan siguiéndolo. Primero se dirigió a la sala de esta, buscando señales de su pareja, y al no hallarlas, frunció el ceño. Después, echó un vistazo en la cocina, y tampoco encontró nada. Se cruzó de brazos, y un puchero se formó en sus labios.

Caminó por los pasillos, hasta que llegó a la que era su habitación. Entró en esta con lentitud, y llevó su vista a todos lados de lugar, hasta que se detuvo cuando encontró a quien buscaba. Observó como el hombre se hallaba sentado en uno de los muy costosos sofás dentro de su habitación, hablando por teléfono. Tenía la espalda recargada contra el sillón, y las piernas abiertas para mayor comodidad. Su ceño estaba fruncido, y su voz sonaba molesta.

Cuando éste se percató de la presencia del menor, le hizo una ligera seña para que se acercase hacia donde estaba. Taehyung obedeció de inmediato.

Con cuidado se acercó hacia donde estaba él, y sin prisa alguna se sentó encima del mayor; con cada pierna alado de la cadera del otro, a horcajadas. Tan pronto se sentó encima suyo, sintió la grande mano del contrario sobre su cadera izquierda mientras seguía en medio de la llamada.

El peliazul se dedicó a observar y esperar pacientemente a que el mayor terminase la llamada. Al parecer, no era una buena porque se veía molesto. Lo escuchó suspirar con fastidio varias veces.

Taehyung acarició sus hombros con lentitud, tratando de calmarlo.

Después de casi diez minutos de continuar con la llamada, el mayor terminó colgando, completamente molesto y harto.

—Ese idiota no sabe hacer nada sin mi... solo hace que me salgan canas verdes. —Se quejó en voz baja, bufando a lo últimó.

—Así que.. —comenzó a hablar Taehyung. —¿Jung Junmin tiene problemas, ah? ¿De trabajo, tal vez? —cuestionó con una sonrisita divertida. Observó como el rostro fruncía el ceño de inmediato.

—¿Cuantas putas veces te voy a pedir que no me llames así? —con fastidio dirigió su pregunta al menor.

—¿Entonces como debería de llamarte? Así te llamas. ¿O no? —se burló del contrario.

—Tú sabes que no es así. Cierra la boca, mocoso de mierda. Suficiente tengo con que los demás no sepan hacer su trabajo sin mi ahí. No vengas queriendo hacerme enfadar con tus chitesitos. —

—¿Hacerte enfadar? Creo que me sale naturalmente, no es mi intención. —Lo miró con fingida lastima. —Eres un ogro, ¿lo sabías? —

—¿Que no lo haces apropósito? Me hiciste recoger a tu puto perro de la veterinaria solo porque querías ir al jodido spa. Y tú sabes que tengo cosas mucho más importantes que atender. Eres un dolor de cabeza. —Con fastidio le dijo al menor.

—Te dije que te lo compensaría esta noche...—formó un puchero con sus labios, y acarició de forma lenta los hombros del mayor. —A demás, hoy tuve muchísimo trabajo, estaba agotado, merecía tiempo en el spa. —se justificó.

—¿tuviste problemas? –

—Algo así... —suspiró. —La verdad en la pasarela de hoy me fue muy bien, como siempre, ya sabes. —comenzó a contar. —Pero hoy unas estúpidas modelos de la agencia se ofendieron conmigo solo porque les dije sus verdades. O bueno, solo fue a una, pero sus amigas las entrometidas se metieron en el asunto después de que ella fuera a acusarme. —se quejó el menor, sintiendo molestia al recordarlo.

El mayor ya se imaginaba que había sucedido, porque conocía suficiente a Taehyung como para imaginarlo.

—¿Que le pudo decir mi amable y lindo amor a esa chica para que le causara problemas hoy? —le pregunto sarcásticamente.

—Solo le dije que después de mi excelente pasarela, nadie iba a mirarla, y que era mejor que no saliera al escenario. La tonta me desobedeció, y sufrió las consecuencias que predije. Y claro, ella se sintió tan ofendida que les dijo a sus amigas que yo había sido grosero con ella. ¡Pero no es así! Yo no tengo la culpa de ser tan lindo y perfecto, no es mi culpa haber deslumbrado a todos con mi belleza y que las demás se vean como nada después de mi. Las encontré especulando acerca de mi vida, insinuaron muchas cosas acerca de mi. Son unas estúpidas. No se como se atreven siquiera a mencionar mi nombre en su boca. ¿Con que privilegio se sienten? —bufó.

El mayor sonrió, y lo miró con gracia. Verlo hablar con ese egocentrismo le era divertido. Aún que, de todas formas no estaba mintiendo en sus palabras. Su mocoso era perfecto.

—Tienes toda la razón, amor. Nadie está a tu altura, y ella no lo comprendió, y es por eso que pensó que podía igualar tu belleza.

—Exacto. Es una estúpida. ¿Quien se cree? me ofende muchismo que pensara que podía igualarme. —puchereo.

—Pero ya vió que no es así. Ni ella ni nadie podrá ser tan precioso como tú. Lo sabes muy bien. —Acarició su cadera con ambas manos de forma lenta. —No le tomes mucha importancia, no pierdas tu tiempo. Deja que sigan hablando lo que quieran. De igual forma, sabes que si llegan a colmar con tu paciencia, me haré cargo de ella y sus amigas...—Sonrió de una forma indescriptible hacia el menor.

Este sonrió de la misma forma, y asintió varias veces.

—Me gustaría que te hicieras cargo, pero... me gustaría más verlas morirse de celos al verme siendo muchismo más exitoso que ellas. ¿Puedes hacer algo por mi? —preguntó con voz tierna, una que utilizaba cada que quería pedirle algo al contrario.

—¿Que quieres que haga?

—Puede que sea mucho mas lindo que ellas, pero ellas siguen siendo mucho más conocidas que yo, así que quiero que muevas tus influencias para hacerme un modelo realmente conocido. ¿Puedes? —pidió, con ojitos grandes.

El mayor soltó algunas risas por lo que le estaba pidiendo.

—¿Solo eso? Creí que sería Algo distinto. —Dijo como si lo que él menor le estuviese pidiendo fuese nada. —No te preocupes amor, tendrás lo que quieres.

—¿En serio? —soltó un chillido con felicidad, sonriendo en grande, mostrando su preciosa sonrisa de corazón.

—Voy a hacer todo lo que pueda para que en menos de dos meses, seas el modelo más reconocido. Vas a tener a todas las marcas de lujo rogando porque trabajes con ellas. Ya lo verás. —

—¡Oh por Dios! ¡Te amo! —. Soltó con felicidad, besando repetidamente los labios del contrario con pequeños besitos. El mayor solo sonreía, complacido de verlo así. —Siempre cumples con cada cosa que pido. Me consientes demasiado... me encanta. —Besó nuevamente sus labios.

—Por supuesto que te doy todo lo que quieres, porque siempre ha sido así. Esta vez no será la excepción. Y yo te lo dije cuando te propuse ser mi novio hace años ya. Te dije que ya jamás iba a faltarte nada. Tengo que cumplir con mi palabra, ¿o no? —habló encima de los labios contrarios, casi chocando. Taehyung dejó escapar una risita y asintió. —Mi mocoso caprichoso y mimado jamás va a quedarse con las ganas de algo...

—Tú me hiciste ser así... —reprochó con diversión.

—Yo solo te di todo lo que me pediste. Tú mismo te volviste así. Cuando tenías dieciocho eras un consentido de mierda engreído. Y a tus veintidós eres peor que antes. No vas a cambiar nunca —el de cabello negro río.

—Y con eso de que ahora seré famoso, lo seré más. ¿Vas a soportarme? —preguntó con una sonrisita.

—Claro que lo haré, ya lo he hecho por años. Además, así me gustas. Así me encantas y fascinas. Así te amo, y así podría estar cuarenta años contigo incluso. Eres un puto dolor de cabeza insoportable que solo sabe lloriquear por todo y hacer los problemas muy grandes. Un niñato imbecil consentido que se la pasa exigiendo cosas. Eres un maldito fastidio. Aveces no te soporto, incluso. Pero te amo, y se que no puedo vivir sin ti, así que cierra la puta boca y dejar de preguntar cosas como esas. — torció los ojos.

Taehyung rió tiernamente.

—Yo también te amo, Jungkook. Por eso me case contigo.

—De todas formas, si no aceptabas te iba a obligar. Si o si ibas a estar a mi lado. Quisieras o no. No tenías otra elección.

—Por supuesto que iba a aceptar. Te amo y estoy enamorado de ti, por algo ahora soy... ¿Jung Taehyung? —Pregunto con diversión, observando como al instante un gesto de desagrado se formaba en el rostro de Jeon.

—Mocoso imbecil... ya te dije que no lo digas. —suspiró con fastidio.

—Ya... es broma. Obviamente ahora soy Jeon Taehyung. Eso lo tengo más que claro. Me encanta como suena ahora mi nombre. Es bonito.

—Ahora ya eres más mío que nada. No puedes alejarte de mí jamás. Si pudiera te amarraría a mi lado. Lo haría si decidieras separarte de mi lado, con cadenas incluso. Te lo juro que si. Buscaría cualquier cosa para mantenerte junto a mi. —confesó Jeon. —Jamás en tu vida vas a dejarme. Eres mío, Taehyung. Jamás en un tu maldita vida dejarás de serlo.

—Siempre lo fui, amor. Tú y yo vamos a estar juntos hasta que la muerte nos separe, como dijimos ¿no?

Jeon sonrió de lado.

—Exacto. Hasta que la maldita muerte nos separe. O hasta que te mate yo si me engañas, o tal vez cuando todo esté teatrito que hemos hecho con el pasar de los años se nos vaya a la mierda. Aún que lo dudo. Estoy seguro que vamos a estar juntos toda la vida. Jamás te vas a ir de mi lado. Jamás te vas a deshacer de mi.  Jamás, Jeon Taehyung.



Fin.


Voten, aún si es el ultimo, TIENEN QUE VOTAR PQ PUES SI

La verdad no estoy conforme pero ya quería terminar este fanfic así que pues x.

Buenooo, aquí termina Black blood oficialmente. Les agradezco enormemente a las personas que leyeron cada actualización que hice este año. ( lit este mes se cumple un año que publique el fic. ) Es mi primer fanfic, y el apoyo con el que fue recibido es realmente sorpréndete para mi. Muy, muy lindo.

Y bueno, la verdad no tengo mucho que decir, solo que, este no será mi último fanfic. Tengo planeado hacer más, y tal vez más adelante otro parecido a este pero también, diferente, obviamenteeee.

Mi segundo fanfic será "in secret", que se tratara de 2 hermanastros con una relación más allá de lo que conlleva la misma palabra. Ambos adolescentes. Y bueno, ya está publicada. También agradezco el apoyo en ese fic pq apenas subí el preludio y vaya que lo recibieron muy bien. ( por si gustan leerlo, yo se que les va a gustar. )

Mil gracias nuevamente por leer de inicio a fin Black blood.

Tal vez me mantenga lejos de Wattpad por algún tiempo, pero voy a regresar. Solo quería acabar este fic antes de irme unos meses.

Créanme que terminar este fic me duele mas a mi que a ustedes JAJAJAHAH.

Si no me siguen pues síganme, duh 🙄 JAJSJAHS

Nos vemosssssss en el posible extra.🤍🙌🏻

*desaparece 201738 años*

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