17.

**
4:40 pm

Taehyung se aferraba a su almohada, apresándola en sus brazos con fuerza. Lloriqueaba y soltaba pequeños bufidos. Se negaba rotundamente a levantarse de su cama. Era Domingo, !Domingo! Y no estaba en sus planes parase de su cama hoy.

Se supone que su día consistiría en estar todo el día en su habitación; específicamente en su grande, cómoda y caliente cama. 

—¡No quiero! —.

La almohada que estaba en sus brazos anteriormente, fue lanzada hacia dirección de un pelinegro que venía hacia donde ya hacia él.

Jeon la tomó sin problema alguno, y la arrojó hacia su lado izquierdo, importándole muy poco en donde cayó.

—Taehyung, o te paras de esta maldita cama, o te voy a llevar en pijama a la reunión. — amenazó.

Se paró frente de la cama, mirando con poca paciencia al mas pequeño.

—¡No quiero ir, no, no, no y no! —. Le sacó la lengua infantilmente para después cubrirse con las sábanas.

Jungkook apretó la mandíbula.

—No recuerdo haberte preguntado si querías ir. —Se inclinó un poco, y con ambas manos jaló con brusquedad la sábana, destapando al rubio.

Taehyung pataleó, molesto.

—¡Jungkook no quiero! —

—He dicho que te vistas, hazlo. —

—Pero-

—Taehyung... —Llamó con advertencia.

—Es que yo-

—Hazlo. —Volvía ordenarle, usando un tono duro.

Taehyung formó un puchero con sus labios, y de mala gana se puso de pie.

—Que ridiculo...—se quejó en voz baja, mientras caminaba hacia su closet.

Jeon suspiró pesadamente.

Hoy ambos irían a una reunión, donde solo asistirían gente importante de la organización de Jeon. Se llevaría acabo en casa de uno de los socios más importantes de Jungkook. Y era por esa misma razón por la que taehyung no quería ir. Ese hombre tenía dos hijas tan estúpidamente molestas.

No las soportaba. Era muy imprudentes y mimadas. Casi tanto como el mismo taehyung. Se podría decir que estaban en un mismo nivel, pues eran igual de consentidas como lo era Taehyung.

El padre de estas dos las trataba como unas reinas, completamente. Las dejaba hacer y decir lo que sea, nunca les negaba nada. Y para taehyung eran tan insoportables, enserio.

—No entiendo porque haces tanto berrinche. Si no te hubiera llevado aún así me hubieras hecho un drama enorme como el de la cena. —Bufó.

Se dio vuelta y caminó en dirección al closet de su novio, entrando a este y viendo al menor buscando que ponerse de mala gana.

Taehyung lo miró.

—Es diferente. —

—No lo es. —

—Si lo es. Ya no está la zorra de minje a tu alrededor. —Le recordó, sonriéndole.

Recordar que esa maldita mujer ya no estaba más en este mundo le hacía feliz. Podría hacer incluso una fiesta.

Jeon desvió la mirada. Se aclaró la garganta y asintió con lentitud.

—Como sea..–

Bueno..

—Aparte, cosa uno y cosa dos estarán ahí, y tú sabes que no las soporto. —Hizo una mueca al recordar a las hermanas.

Cosa uno y cosa dos, era el apodo que Taehyung les había puesto a ambas cuando las conoció, obvio que estas dos no sabían de que las llamaba de esa forma.

Jungkook rio.

—Yo pensé que se llevarían bien cuando se conocieran, son casi iguales. —Taehyung lo miró ofendido.

—¿Esas dos tipejas iguales a mi? Ya quisieran ellas parecerse a mi. —. Dijo engreído.

—Me refiero a que a son igual de mimadas y lloronas que tú. Son de la misma edad y tienen casi los mismos gustos. —

—Yo no soy mimado. —Frunció el ceño.

—¿No? —. Jeon lo miraba con una ceja alzada.

—Bueno, un poquitin. Pero nada que ver con esas. —Sonrió.

—Si, claro. —

—Y que sean de mi edad no tiene nada que ver, ellas son tontas, yo soy mimado pero muy inteligente. —Taehyung asintio para sí mismo.

Jeon no dijo nada, solo río cortamente.

Taehyung siguió revisando entre su ropa, buscando algo que lo convenciera para poder ponérselo. Jeon solo lo observaba en silencio, recargado en el marco de la puerta.

Un teléfono sonó por el lugar.

Jeon lo sacó de su bolsillo, y observo el nombre de la persona que lo llamaba.

—Ahora vuelvo, amor. No tardes. —pidió al menor, para después alejarse y contestar la llamada mientras caminaba con calma a la salida.

**

5:30 pm.

La pareja iba entrando a la grande y lujosa mansión de uno de los socios más importantes de Jeon; Seo JinDae.

Claro, obviamente iban con diez hombres más siguiéndolos, y cuidando las espaldas de la pareja. Cinco enfrente y cinco de tras. De estos diez sin contar a soobin, quien iba a lado de Jeon, a diferencia de los demás.

Mientras que Jeon iba callado mirando al frente sujetando con fuerza la pequeña mano del menor, Taehyung iba mirando a cada lado del lugar mientras caminaban. La verdad es que era... linda. Bueno, solo un poco.

Había algunas decoraciones algo feas a su criterio. O algunos cuadros de mal gusto.

No podía evitar hacer muecas al ver el objetos que no fueran de su agrado. Sin duda el jamás aceptaría cosas así de anticuadas como las que había en su gran mayoría en la entrada de la mansión.

—Que horror..—Se quejó en voz baja.

Jungkook llevó su vista hacia el menor, sin dejar de caminar.

—¿Que cosa? —. Preguntó.

—¿No viste? Había un jarrón marrón. Horrible sin duda. — Respondió, sin dejar de mirar a su alrededor.

Jeon río.

—¿Enserio estas viendo la decoración? Que estupidez, son detalles sin importancia. —Jeon regresó su vista al frente.

—¿Que tiene de malo? Sabes que odio estar rodeado de estás tipo de... baratijas. —Lo último lo soltó con desagrado, sin ocultar ni un poco lo mucho que le disgustaban estos objetos.

—Lo sé. ¿Pero que podemos hacer? ¿Quieres que queme la mansión solo porque no te gusta la decoración? —. Y aún que lo decía en broma, si el rubio se lo pedía era capaz de hacerlo.

Cualquier cosa que disgustara al rubio merecía un castigo. Eso Jungkook lo tenía bien presente.

—Si quemas esta pocilga con esas dos niñitas dentro sería mucho mejor. —Sonrió en dirección al mayor.

—Sabes que si lo haría, cielo. —Aseguró sonriéndole.

—Se que si, por eso te lo estoy diciendo. —Batió sus pestañas tiernamente, como cada vez lo hacía cuando sabía que estaba pidiendo más que otras veces. ( si, porque para Tae pedir un millón de dólares no era nada. )

Lo miró, y cuando notó la mirada entre coqueta y tierna que le estaba dando, detuvo sus pasos. Los hombres que venían con ellos también se detuvieron.

Jeon lo tomó de la cintura con ambas manos.

—Todo a su tiempo, Taehyung. —Le dijo, mirándolo a los ojos fijamente.

—Lo sé, lo sé. ¿Pero lo harás, no? —. Preguntó aniñando más su voz, y llevando sus manos al cuello del mayor, acariciando ahí con delicadeza.

—Que pregunta tan más estupida. Sabes que por ti mato a quien tú quieras, bebé. —Taehyung sonrió en grande, y asintió.

—Bien, entonces espérate con ansias el día en el que esas dos se van a morir junto con sus baratijas. —Le dijo, sin dejar de sonreír al imaginarse tal escena.

—Como ya te lo dije, todo a su tiempo. —Repitió.

Taehyung asintió.

El menor besó rápidamente los labios de Jeon, para después alejarse y sonreírle.

—Sigamos. —Taehyung dijo.

Jeon asintió. Soltó su cintura y volvió a tomar su mano, siguiendo con la dirección a la que iban al principio.

Estuvieron caminando por medio minuto más, hasta que llegaron a un living, donde había cinco hombres más sentados en los sillones blancos que había en el lugar. Estos al ver a la pareja entrar, y reconocer quien había llegado; no dudaron en pararse de su lugar con rapidez y hacer una reverencia hacia Jeon Jungkook.

Jeon nisiquiera los miró o le prestó atención a su saludo, solo se dirigió hacia un sillón individual que estaba claramente apartado específicamente para él.

Jungkook tomó asiento en este, y taehyung segundos después se sentó en sus muslos.

—Que gusto verlo después de mucho tiempo. A usted y p-por su puesto a su preciosa pareja. —Dijo uno de los hombres, algo nervioso por su presencia.

Jeon lo miró con seriedad, mientras que Taehyung al escuchar su mención lo miró también.

Lo escaneo con la mirada por unos segundos. Y de forma automática de su boca salió un:

—Tengo sed, tráeme agua helada, con dos cubos de hielo. —

El hombre parpadeó repetidamente, para después girara su cabeza hacia ambos lados, revisando que le estuviese hablando a él.

—¿Que perdón? —. Miró al menor con confusión

Taehyung bufó como si lo que le estuviera preguntando fuera una broma fastidiosa.

—He dicho que tengo sed y que quiero agua helada. ¿Eres sordo acaso? ¿O tú edad ya hace efecto en tus sentidos? —. El menor hizo una mueca de molestia hacia su dirección.

—Es que yo no-

—Te ha dicho que le traigas agua, ve por la jodida agua y cierra la boca. —Habló Jeon, callándolo al instante.

El hombre tragó grueso, y asintió rápidamente.

Taehyung observó como este casi corría por lo que le había pedido. Sonrió y recargó su espalda al pecho del mayor.

Los demás presentes se mantenían callados. Claro que todos sabían que Jeon le recordaría su lugar a cualquiera que hiciera disgustar o molestar de alguna manera a " su niño "; como lo conocían entre las personas del bajo mundo.

Sin duda hablar con el menor era algo bastante peligroso para cualquier persona, pues este con solo decir una palabra podía dejarte sepultado veinte metros bajo tierra.

Esa cara de ángel solo ocultaba al demonio que tenía dentro.

Kim Taehyung lo era, sin duda.

Un hombre de unos cincuenta años, alto, delgado y castaño entró al espacio; Seo JinDae.

Todos llevaron su vista al segundo más importante en el lugar, claro, después de Jeon.

—Jeon, qué gusto verte. —Saludó el hombre, sonriendo ligeramente hacia el pelinegro.

Jungkook lo miró sin expresión.

—Diría lo mismo pero no estamos aquí para mentir. —Respondió con tranquilidad.

Los cinco hombres solo sonriendo con falsedad, tratando de tomárselo con humor.

Mientras que JinDae río cortamente.

—Cierto, cierto. —El mayor llevó su vista hacia el pequeño rubio que estaba en las piernas de Jeon.

Muy lindo, casi como un muñeco de porcelana.

—Y veo que trajiste a tu muñeco contigo, eh. —Soltó sonriente.

Taehyung sonrió falsamente.

—Es un gusto verte también, Taehyung. —

—Si bueno, yo preferirá estar en mi casa en estos momentos pero me obligaron a venir aquí. —Hizo una mueca, mirando alrededor unos segundos para después volver a poner su mirada en el castaño.

—Lamentó eso. Esta es tu casa, siéntete libre de pasear por el lugar. —Le dijo con gentileza, claramente fingida, pero viéndose muy real a ojos de los demás.

Por supuesto que Jeon y Taehyung sabían esto.

—¿Mi casa? Créame que en mi casa jamás podría esas baratijas de decoración. —El menor le sonrió.

—¿A que te refieres, perdón? —preguntó el mayor con una ceja alzada, sin dejar de sonreírle al rubio.

El vaso de agua que había pedido Taehyung fue dejado en la mesita de vidrio frente a los sillones.

Jeon solo acariciaba la pequeña cintura de Taehyung.

—Cuando estábamos de camino hacia acá, noté algunas decoraciones bastante anticuadas y feas. —Comentó.

En hombre río con falsedad.

—Mis hijas fueron las encargadas de la decoración. —Mencionó, queriendo ver al menor retractarse a la mención de sus dos hijas.

Pues cada vez que alguien hacía algún comentario así, y se enteraba que estaba relacionado con sus hijas, se retractaban al instante porque sabían que ellas eran sus princesas, y que nadie podía ofenderlas de alguna manera.

Pero porfavor, estamos hablando de Taehyung. Todos sabemos que Taehyung no iba a hacerlo.

—Oh, eso lo explica. Cosas simples, anticuadas y feas, ahora todo tiene sentido. —Soltó con malicia, pero su rostro mostrando falsa inocencia.

El hombre al escucharlo no pudo evitar fruncir ligeramente el ceño, algo molesto.

—Espero que no lo estés diciendo de mala manera. —Volvió a sonreírle.

—¿Yo? Oh, no. Para nada, si algo no me gusta lo digo, así como su decoración. —Le dijo con simpleza, mirando sus uñas desinteresadamente.

—Mis niñas lo eligieron, así que te pido que porfavor guardes tu comentarios. —Aún que su voz sonaba tranquila, Taehyung sabía que estaba muy, pero muy molesto.

Jeon al escuchar lo dicho por JinDae, rio cortamente y se acomodo mejor en su asiento. ¿Enserio se había atrevido a ordenarle algo a su rubio?

—Escucha, JinDae. —El mencionado ahora miró a Jeon.

—Si mi niño dice que tú decoración no le gusta, tú te callas y la cambias. En tu jodida vida vuelvas a pedirle que se calle o se guarde sus comentarios. —Lo miró fijamente.

—Lo lamento Jeon, pero el no puede-

—Silencio, estoy hablando yo. —Este guardó silencio, molesto, pero no demostrándolo.

—¿Que acaso a ti te gustaría que yo callara a tus hijas? No. Entonces tú no te atrevas a decirle a mi mocoso que deje de hablar, si él quiere va a hablar todo el jodido día, ¿entiendes? —. JinDae asintió, apretando la mandíbula.

—Bien, entonces espero que sea la última vez que tratas de esta manera a Taehyung, o me veré obligado a meterme con alguna de tus hijas, ¿y tú no quieres eso, cierto? —amenazó.

—No, Jeon. No sucederá de nuevo. —Aseguró.

JinDae estaba hirviendo por dentro. Con sus hijas nadie se podía meter, siempre lo había dejado claro, y que un niño como el rubio tuviera el valor de meterse con ellas en su cara lo molestaba. Pero le molestaba más no poder ponerlo en su lugar como quería, por supuesto que no se olvida quien era el menor.

Sabía que así como él defendía y prohibía que alguien molestara a sus niñas, Jeon lo hacía con el rubio. Es por eso que prefería evitarse un problema por culpa de un adolescente imprudente y mimado.

Aún que siendo sincero, él no dudaría ponerlo en su lugar si hubiese sido algo mucho más grande. Aún si se trataba del novio de Jeon Jungkook.

—Eso espero. —Fue lo único que dijo Jeon hacía JinDae, mientras le daba una palmada al menor en el muslo.

Taehyung miro con superioridad a JinDae, para después girar su cabeza, y ver a su novio.

—¿Si? —.

—Está reunión será tardada, y se que te vas a aburrir. ¿Por que no vas a caminar? —Sugirió.

—Mmm, no lo sé. ¿Hay algo demasiado bueno aquí para no aburrirme? —Le preguntó.

—No lo sé, amor. –Respondió.

Taehyung torció los ojos.

—Yo nisiquiera quería venir aquí, ¿no puedes pedirle a soobin que me lleve a casa? —pidió con ojitos grandes.

—No. Te quiero llevar a un lugar después de esto, es una sorpresa. —Taehyung sonrió.

—¿Una sorpresa? —. Preguntó.

Jeon asintió.

—La última sorpresa que me diste fue un Jet privado. ¿Es algo parecido? —. Lo miró curioso.

—No es nada así. Estoy seguro que te gustará mucho más. —

—¿No es un objeto? —.

—Solo te dire que amaras lo bien que la vamos a pasar tú y yo esta noche, mientras cumplo algo que me llevas pidiendo mucho... —Tae mordió su labio inferior.

—Creo que ya me hago una idea. —Le dijo sonriendo.

Lo que Taehyung pensaba que sucedería no se acercaba en nada a lo que Jeon tenía preparado...

**

Diez minutos después, Taehyung se encontraba caminando por la mansión buscando a Seo JiRa y Seo Jion. Hijas de Seo JinDae. Dos hermanas; Jira de diecisiete y Jion de dieciocho. Ambas pelinegras y de la misma altura del rubio.

De hecho, JinDae le había dicho que si se sentía aburrido, podía ir a donde estaban ambas chicas.

Se supone que estaban en jardín, específicamente en la piscina. JinDae también le había ofrecido conseguirle un traje de baño para que disfrutara con ambas chicas, pero este se negó.

No tenía ganas de estar dentro del agua, y menos a estas horas; eran como las seis y media de la tarde, y el clima estaba algo fresco. No le apetecía.

A unos metros de él venían tres hombres de Jeon siguiéndolo. Felix, bangchan y hyunjin. Estos tres estaban tras Taehyung por orden de Jungkook.

Claro que Jeon no iba a dejar que taehyung se paseara por la casa de una persona de la cual no confiaba al cien por ciento. Tenía que tener a alguien cuidando a Taehyung todo el tiempo por precaución.

Pero como dije, a unos metros, pues tampoco le gustaba que Taehyung se sintiera agobiado por tener a personas de tras de él todo el tiempo observándolo cada segundo. Claro que todo era con el fin de cuidarlo y asegurarse de que no lo lastimaran.

El pelirubio suspiró, y siguió caminando por un minuto más hasta que llegó a la salida que daba al jardín. Pudo observar una gran piscina, enserio, una muy grande.

Parecía ser más grande que la de su casa. Eso hizo que un sentimiento de molestia se instalara en su pecho. Definitivamente se va a encargar de conseguir una con el triple de grande que está. Parece que es hora de conseguir casa nueva, que divertido.

Mientras se acercaba, pudo observar a ambas chicas dentro de la piscina, recargadas y hablando entre ellas dos.

Una de ellas notó su presencia, así qué rápidamente le aviso a su hermana. Unos segundos después tenía la mirada de las dos encima.

Respira, Taehyung.

Se dijo a sí mismo, pues sabía que esa mirada que le estaban dando no era para nada amigable.

—Vaya, vaya. Mira quien nos vino a visitar, JiRa. —Jion puso los lentes arriba de su cabeza, mientras sonreía hacia el rubio.

—Que sorpresa. —Respondió JiRa, sonriéndole de la misma forma en la que lo hacía su hermana.

—En realidad vine a la fuerza, no se emocionen. —Taehyung les sonrió de la misma forma a ambas hermanas.

Hipócritamente, claro.

—Estoy segura que si. —Sonrió con burla Jion.

Taehyung se cruzó de brazos, volteando a los lados para buscar donde sentarse.

Jion se dio cuenta.

—Oye, criada. —Llamó a una de las señoras de limpieza que se encontraban cerca para cualquier cosa que se pudiera ofrecer a las chicas.

Esta se acercó con rapidez.

—¿En que puedo ayudarla, señorita Jion? —. Preguntó.

—¿No es obvio? ¿No tienes educación, acaso? Desde que llegó debiste de preguntarle a Taehyung si necesitaba algo, es nuestro invitado. —Regañó a la de limpieza.

Su hermana, JiRa sonreía con malicia. Ambas disfrutaban molestar a las personas que trabajaban para ellas, era divertido a su parecer.

—Es cierto. ¿Acaso debería de decirle a mi papi que tratas mal a los invitados? —. La mujer negó rápidamente.

—No, no. Lo lamento mucho. —Se disculpó con ambas chicas.

Jion frunció el ceño.

—¿Por que te disculpas con nosotras? Discúlpate con Taehyung. —Dijo Jion.

—¿Eres estúpida? —. Preguntó JiRa con falsa molestia.

—Yo creo que si. —Completó Jion.

—Lamentó mucho las molestias, señoritas. Y lamento mucho mi falta de educación, Joven Taehyung. —Se disculpó ahora con ambos, apenada.

—¿No sería mejor que se disculpara de rodillas? —. Fingió pensar, preguntándole a su hermana.

Ambas sonriendo.

Para muchos esto puede ser molesto, y en su lugar seguramente le hubieran dicho a la mujer que no pasaba nada, que no había de que disculparse. Seguramente se hubieran molestado con ambas chicas por ser así de malas con las trabajadoras.

Pero como dije, los demás.

Ellas no eran muy diferentes a Taehyung en ciertas cosas. Y esta era una de ellas. Aún que siendo sincera, Taehyung era menos cruel en algunas ocasiones.

Pero si pensaban que el rubio iba a tener lastima e iba a defender a la mujer, se equivocaron.

A taehyung no le causaba nada ver como humillaban y trataban mal a otra persona, en especial a una de limpieza, por Dios.

Él había vivido cosas peores, peores humillaciones, no había espacio para la lastima en su pobre corazón. No le causaba absolutamente nada.

Tal vez un poco de gracia, porque por lo menos no era él al que estaba humillando como hace unos años. De igual forma el no la iba a defender. ¿Para que? Sería muy hipócrita de su parte hacerse el bueno frente a estas dos si el era aveces igual con las personas que trabajaban para él. Solo que él era una pizca menos malo.

—No me interesa. Solo quiero algo donde sentarme. —Fue lo único que dijo el rubio.

La mujer asintió y corrió a buscar el asiento del adolescente.

—Nisiquiera hizo una reverencia hacia sus amos. —Dijo con burla JiRa.

Jion río.

—¿Que esperabas? Una persona de su clase no sabe nisiquiera que hacer frente a gente de la nuestra. —Jion sonrió, asintiendo para sí misma.

Taehyung suspiró, desviando la mirada. Enserio que estás dos no le caían en lo más mínimo, solo quería irse de ahí lo más pronto posible.

No podía creer que había terminado pasando su domingo de sienta con dos de las tantas personas que no soportaba.

Una porquería de día.

Taehyung bufó inconsciente.

Ambas chicas llevaron su vista hacia el menor que tenía una mueca y estaba de brazos cruzados.

Las dos se miraron unos segundos y se sonrieron, para después mirarlo de nuevo.

—¿Por que esa cara, Taehyung? —Le preguntó JiRa.

Taehyung la miró.

—Es la única que tengo. ¿Algún problema? —. Ambas sonrieron al notar lo mal humorado que estaba el rubio.

–Tranquilizante, ¿quieres? —Jion río cortamente.

La señora de limpieza trajo la silla que le habían pedido y la acomodo para que el rubio pudiera tomar asiento en esta.

—Aquí tiene. —Se hizo a un lado para que pudiera acomodarse.

Taehyung miró la silla unos segundos, y después de sentó en esta con lentitud.

—Hay algo más en lo que pueda ayudarles? —preguntó hacia los tres.

Taehyung negó.

—Amm, si. ¿Puedes irte? Estábamos teniendo una conversación. —Le dijo JiRa.

—O-oh lo siento, ya mismo me voy. —se disculpó.

—Largo, vete a barrer o a hacer algo que hacen las de limpieza. —Jion, con su mano hizo un movimiento, lanzándole pequeñas gotas de agua a la mujer.

La mujer hizo una reverencia y rápidamente se fue de allí, dejando solos a los tres adolescentes.

Ambas chicas rieron al verla correr.

Mientras que Taehyung sentía que quería tomar el cabello de ambas y ahogarlas en el agua de la piscina. ¿Por que? Bueno, algunas gotas habían caído en su pantalón.

Y si se lo preguntaban, ese pantalón le costó cinco mil dólares.

—¿Es que acaso eres estupida? —. Dijo Taehyung de repente, haciendo que ambas dejasen de reír y lo miraran.

—¿Disculpa? —Jion lo miró con las cejas alzadas.

Casi nunca alguien la insultaba. A excepción de su hermana, claro.

—¿Acaso sabes cuánto cuenta este pantalón, Jion? No, estoy seguro de que no lo sabes. —La pelinegra lo miro con una sonrisa burlona.

—¿De que estás hablando? —.

—Sucede, chica, que le cayeron gotas de agua a mi pantalón. Seguramente el agua sucia de tu piscina lo arruinó. —Dijo con fastidio.

—¿Por eso llorar? La limpieza de esta piscina cuesta mucho más que tu pantalón. —Ambas chicas lo miraron con burla.

—Se nota que no tienes idea de la marca que es. —Dijo taehyung, sonriendo.

—Tal vez no. Pero puedo comprar incluso veinte de esos. —Presumió Jion.

—¿Ah, si? –. Preguntó taehyung, burlándose.

—Obvio. ¿Ya te conté que mi papi me compró una mansión en Tailandia? —Preguntó Jion, engreídamente.

—Taehyung, ¿sabias que mi papi me compro un yate? —. Ahora fue el turno de JiRa de presumir.

Taehyung iba a responder, pero Jion lo interrumpió.

—¿Y sabias que mi papi compró un cine para mi? —.

—¿Sabias que mi papi compró un Jet privado para nosotras solas? —. JiRa lo miro con superioridad.

Taehyung se quiso reír.

—Hermana, no te olvides de las dos casas que compramos este año. Ambas mansiones, por cierto. —presumió Jion.

—Oh si, también el restaurante a nuestro nombre. Tan lindo nuestro papi. —continuó JiRa.

—Ah, y también los cíen mil dólares mensuales que nos da. —Miraron a Taehyung con burla. Sintiéndose mejor que el por todas esas cosas.

—Jion, no te olvides de los celulares último modelo que nos compro. —Sonrió hacia su hermana.

—¿Como olvidarlos? —. Le dijo, regresándole la sonrisa.

Ridiculas. Pensó Taehyung.

¿Eso era mucho? Ellas no tenían idea de nada.

—¿Todo eso les compro su papi? —. Ambas asintieron con superioridad.

—Por supuesto, nos trata como unas reinas. ¿que a ti no? —. Hizo un puchero, mirándolo con fingida lastima.

—Es una pena, TaeTae. A nosotras nos dan obsequios hasta por llorar. —Presumió Jion.

Taehyung río contarme.

—En realidad yo lo decía porque todo eso es una limosna para mi. —Soltó sin ningún tipo de pena.

Ambas fruncieron el ceño.

—¿Que? —. Preguntó JiRa.

—Pues... ¿Sabían que mi novio me compró tres mansiones en Tailandia, cuatro en Japón, dos en china y cinco en Tokio.? —Miró sus uñas desinteresadamente.

Ambas iban a hablar pero ahora fue el turno de Taehyung de interrumpirlas.

—Ah, y a ti te compraron un yate, mientras que a mi me compraron una colección de yates. ¿Increíble verdad? —Contó sonriente.

JiRa lo miraba seria.

—Oh, y recuerdo que dijeron que les compraron un cine privado. Yo tengo uno en cada una de mis tantas mansiones. —Presumió.

—Si, bueno. Mi Jet privado es mucho mejor que todo eso. —Soltó con superioridad.

—A mi también me compraron uno. Estaba triste y mi novio me lo regaló. Fue una sorpresa, pero aún lo tengo. ¿Que lindo de su parte, verdad? —Miró a ambas.

—Ustedes compraron dos mansiones este año, mientras que yo seis, o más bien dicho, siete. Tengo pensado comprar otra más tarde. —se corrigió.

—Y me parece lindo que su padre les comprara un restaurante con su nombre. A mi mi guapo y adinerado novio me compro nueve hoteles cinco estrellas, que están en Seúl. —Sonrió.

—Y siendo sincero, ¿Cien mil dólares mensuales? Eso es lo que gasto yo en un día después de clases. No es por presumir, pero a mi me dan seiscientos mil dólares cada dos semanas. —Dijo Taehyung.

Aún que la verdad, si era para presumir, por supuesto que lo era. Esas dos niñitas no eran nada a su lado. Él tenía que dejárselos claro.

¿Que pensaban? ¿Que su papi las consentía más que Jeon a él? Que risa.

—¿Es necesario que mencione otra cosa? Yo creo que no. Eso nisiquiera es la mitad de todo lo que mi novio me compra. —Suspiró, con una sonrisa adornando su rostro.

Ambas chicas lo miraban con una ceja alzada, y la mandíbula levemente apretada.

—Sucede que nosotras somos mucho más consideradas con el dinero de nuestro padre, no como ciertas personas. —JiRa le sonrió con falsedad a Taehyung.

—¿Lo son? Yo no. Mi novio tiene miles de veces mucho más dinero que su papi, por eso yo no tengo que preocuparme por la cantidad. —Respondió.

—Si tanto lo amas, deberías de ser considerado por lo menos. —Dijo Jion mirándolo con envida.

—La verdad es que él es quien me llena las manos de regalos así de costosos, y yo soy demasiado bueno como para rechazarlos. —

—¿No sabes que es la caridad? Puedes ayudar a gente necesitada. —

—Claro que lo se. Tenía pensado mandarles a ustedes algo de dinero hace tiempo, pero lo olvidé por estar de compras en New York. —puchereo.

Jion sentía su rostro caliente por lo molesta que estaba, mientras que JiRa tenía ganas de callar al pelirubio.

Después de eso se quedaron en silencio. O bueno, por lo menos Taehyung no volvió a decir algo por cinco minutos. Estuvo viendo sus redes sociales. Podía escuchar como ambas hermanas hablaban en voz baja entre ellas, pero no les tomó importancia, porque la verdad, ellas no le interesaban en lo más mínimo.

Jimin había subido una foto con lalisa. Ambos parecían estar en una cafetería. Puchereo.

Como deseaba poder estar con sus mejores amigos en vez de estar con estas brujas engreídas.

Ayer sus amigos lo habían invitado a la cafetería, pero él les había negado la invitación diciendo que quería estar en su cama todo el día. De haber sabido que terminaría en casa de estas dos, hubiera aceptado sin pensarlo dos veces.

En estos momentos estaría riendo con sus mejores amigos y comiendo algún postre dulce.

—Taehyung. —El rubio levantó la mirada al escuchar su nombre.

Ambas chicas estaban frente a el paradas, con batas de toalla, amarradas en la cintura.

—¿Si? —. Preguntó

—Iremos a sentarnos en la mesa de por allá. Pediremos algún postre. ¿Vienes? —JiRa le sonrió.

Taehyung llevó su vista hacia la dirección donde se suponía que estaba la mesa, a unos metros de ellos.

—Bien. —Aceptó, parándose de la silla, y guardando su teléfono en su bolsillo trasero.

Ambas hermanas se miraron.

—¿Gustas algo en específico? —. Preguntó Jion.

—No, lo que sea esta bien. —Dijo con simpleza.

Esta asintió.

Miró a su hermana por última vez, y pasó alado de taehyung.

Al momento de pasar por su lado, chocó su hombro muy fuerte contra el del rubio, empujándolo lévenme haciendo que retrocediera. Y hubiese podido detenerse de no haber sido que después de que Jion lo empujó con el hombro, JiRa le dio otro empujón con ambas manos, logrando así que un pequeño rubio cayera a la enorme piscina.

—Ups. —Ambas cubrieron sus boca con sus manos. Ocultando la risa que salía de ella.

Unos segundos después taehyung salió a la superficie y comenzó a respirar rápidamente.

—¡¿Son estupidas acaso?! —. Alzó la voz taehyung desde la piscina, echando su cabello rubio hacía atrás.

—Lo siento Tae. Fue una accidente. —Dijo JiRa.

Tres hombres llegaron con rapidez hacia donde estaban. Uno de ellos se metió a la piscina incluso, y apesar de que el lugar en donde estaba taehyung no era profundo, aún así lo ayudó a salir.

Ambas chicas reían, mirando al rubio con burla.

—¿Se arruinó tu pantalón sumando costoso? Que pena. —Jion lo miró con lastima fingida.

Taehyung al salir de la piscina completamente empapado, y con las miradas llenas burla de ambas hermanas, sintió como un pequeño nudo en la garganta se formaba. Hace tiempo que alguien no se burlaba de esta forma de él.

Por un momento sintió que tenía catorce años de nuevo y que los que se estaban riendo de él eran Junseo y Hayun.

Sacudió su cabeza sin mucha fuerza, borrando esos recuerdos de inmediato. No podía ponerse a pensar en esos dos ahora. Pero a decir verdad, le era muy difícil no hacer cuando las hermanas eran algo parecías a ambos.

Suspiró, tratando de calmarse.

Desde que se había hecho la pareja de Jeon Jungkook nadie se había atrevido a tratarlo de estar forma. Estas dos eran las primeras.

—¿Por que no dices nada? ¿Te hicimos sentir mal? —. Se burló JiRa, para después soltar una carcajada.

—¿Está bien, Joven Kim? —. Le preguntó felix, mirándolo con preocupación.

Taehyung sintió, tratando de respirar.

Ese nudo en la garganta que tenia no se iba a convertir en llanto. No dejaría que estas dos mal nacidas lo hicieran llorar. Es por eso que se tomó su tiempo, respirando y tratando de clamarse para que ese nudo se fuera.

—Eres ridiculo. —JiRa se paró frente al rubio.

Felix seguía a su lado, ahora cuidando que no le volvieran a hacer algo al menor.

—Señorita, ¿Se puede apartar? —. Pidió felix lo más normal que pudo.

JiRa lo miró con desagrado.

—Tú no me hables, niñera. —Soltó con asco.

Este no dijo nada, no se iba a poner a discutir con una niñita. Su deber sólo era cuidar al rubio y ya.

Jion llegó unos segundos después, con un plato de pastel de chocolate en las manos.

—No había nada para ti de postre Taehyung, lo siento. —Le sonrió al rubio.

Tae la miró.

El enserio quería golpearla.

—Jion, al parecer lo hicimos sentir mal porque no habla. —Le contó a su hermana, quien masticaba un pedazo de la porción de pastel que se había llevado a la boca hace un momento.

Esta rio y mastico bien lo que tenía en la boca.

—¿Es así Tae? Ups, no fue intencional. —Río Jion.

—Pero al menos te enseñamos a ser más... ¿Humilde? —. JiRa asintió.

—Deberías de tener siempre en mente que no todas vamos a dejar que nos trates de esa forma. —Le dijo Jion.

—Exacto. Cuídate, porque nosotras no somos las demás personas. Nosotras si te vamos a poner en tu maldito lugar las veces que sean necesarias. —Amenazó JiRa.

—¿Lo entiendes? —. Ambas lo miraron con burla.

Taehyung las miró a ambas.

—Son patéticas. —soltó de la forma más seca que pudo.

—¿Ya hablas otras vez? —Las dos hermanas rieron.

—Si, me tiraron al agua y arruinaron mi ropa. ¿Y que más lograron? Nada. Siguió siendo muchísimo más millonario que ustedes dos juntas. Nada cambió. Solo me hicieron ver lo patéticas que son —.

JiRa apretó la mandíbula.

—Te hicimos conocer tu lugar, ¿Crees que la humillación fue en vano? —. Le dijo JiRa.

—Hay muchas mejores maneras de tratar de humillarme, pero ustedes solo me arrojaron al agua. Que poco ingeniosas. —Sonrío.

—¿Y quien te dice que nosotras ya terminamos, ah? —Jion lo miró amenazante.

—En realidad nada, solo que ahora es mi turno. —Dijo Taehyung.

Sin pensarlo demasiado, e importándole muy poco mancharse las manos, tomó con rapidez el pastel que estaba en el plató de Jion con ambas manos, y se lo arrojó a JiRa en la cara.

La cabeza de esta se inclinó ligeramente hacia atrás debido a la fuerza con la que Taehyung le embarró el pastel de chocolate en la cara.

—¡¿Quien te crees estupido?! —Le gritó JiRa.

Jion había salido corriendo a buscar algo para limpiar a su hermana.

—Te arroje pastel a la cara y sigo siendo mas millonario que tú, que lindo. —Se burló Taehyung.

Felix no pudo evitar reírse ante el comentario del rubio.

—La verdad es que deberían saber que yo tampoco dejo que nadie me trate así. ¿No saben la fama que tengo con castigar a quien yo considere que lo merezca? —.

Bangchan le tendió un trapo a Taehyung, mientras que hyunjin una botella de agua para que se pudiera quitar bien el pastel de las manos.

Un minuto después el pelirubio ya tenía las manos limpias. Mientras que JiRa aún tenía manchas de pastel en el rostro. Solo que ahora ya podía ver.

Se acercó a Taehyung amenazante, pero los hombres de Jeon no tardaron en interponerse en su paso.

—¡Muévanse imbeciles! —. Golpeó el pecho de Felix con un puño.

Este ni se inmutó.

—¿No saben quién soy? ¡He dicho que se muevan! —. Gritó de nuevo.

—Será mejor que se calme. —Le dijo bangchan.

Esta lo miró rápidamente.

—¿Tú me estás diciendo que me calme? ¡¿quien te crees para decirme que hacer a mi?! ¡¿Eh?! —Le gritó, furiosa.

—Oye, JiRa. El pastel en la cara te queda mucho mejor que tú maquillaje. —Taehyung no pudo evitar soltar una risita.

JiRa lo miró con mucha, pero mucha molestia.

—¿Tú de que te ríes, rubio estupido?, ¿te divierte? —.

Taehyung sin mucha pena, asintió.

—Me alegra. ¡Veremos si te sigue dando risa cuando le diga a mi papi lo que me hiciste! —Y con la sangre ardiéndole a mil, se dio la vuelta dando pisotones.

Jion asintió, siguiendo a su hermana de la misma forma.

El rubio se quedó en su lugar. Ya no había sol, estaba empapado y aún se sentía algo humillado. Pero, sabía que tenía que ir con ellas.

¿Ellas lo acusarían con JinDae? Bien. El haría exactamente lo mismo. Las acusaría con su novio.

***

JiRa y Jion entraron al livin, interrumpiendo la plática que estaban teniendo los adultos. Todos los presentes llevaron su vista hacia las menores, y no pudieron evitar preguntarle a JiRa que le había sucedido en la cara.

—¡¿Que que me pasó?! —. Gritó la menor. Las lágrimas comenzando a salir de sus ojos.

Jungkook por alguna razón ya se hacía una idea de que había pasado. Conocía a su novio, y sabía que era una posibilidad muy grande que él haya sido en responsable de lo que sea que tenía en la cara JiRa.

JinDae se paró de su asiento y se acercó a sus dos hijas.

—¿Que pasó?, ¿estás bien? —. Preguntó con preocupación al ver a una de sus hijas con el rostro manchado y los ojos llenos de lágrimas.

—Papi...–JiRa hizo un puchero y negó.

—Papi, sucede que, el- —. Trató de contar Jion.

—Primero que nada cálmese, así no puedo entenderlas. —Pidió JinDae.

—¡Me arrojo el trozo de pastel que está Tonta se estaba comiendo! —. Contó.

Jion asintió, pero después frunció el ceño al escuchar a su hermana insultarla.

—¡¿Tonta?! —

–¡Fue tu culpa!, ¡Tonta, tonta, tonta! —.

Jeon suspiró con fuerza. Tantos gritos estaban haciendo que le doliese la cabeza.

Y cuando estuvo apunto de decirle que se callaran, vio a su pequeño rubio entrar al lugar, completamente empapado y con una toalla cubriéndolo.

Se levanto de su lugar de inmediato y caminó con rapidez hacia el menor. Apretó su mandíbula al verlo temblar debido al frío.

—¿Que mierda paso? Amor, ¿por qué estás mojado? —. Preguntó, frunciendo el ceño.

Taehyung vio como la estupida de JiRa estaba llorándole a su papi.

Oh, el podía hacer lo mismo, o incluso mejor.

Jeon notó como los bonitos ojos azules del menor se inundaban de lágrimas.

—Ellas m-me empujaron a la piscina, y s-se burlaron de mi...—Contó con la voz quebrada.

Una lágrima gruesa cayó por su mejilla izquierda.

—Me quisieron golpear p-pero no pudieron porque tus hombres n-no la dejaron pasar. Me humillaron, me h-hicieron sentir como los chicos del o-orfanato. —Un puchero se formó en sus labios, y más lágrimas cayeron de sus ojos. Sus mejillas se tiñeron rojas al igual que su nariz y ojos. Su cuerpo temblaba debido al frío, y sus sollozos se hicieron más altos con el pasar de lo segundos.

—Me amenazaron y-y —Un sollozo lo interrumpió.

—Yo solo le arroje el p-pastel porque me e-estaba defendiendo d-de ellas dos. P-pero ellas primero me arrojaron al agua helada k-kook y y-yo solo me e-estaba p-protegiendo. —Miró a su novio con ojitos grandes.

Jeon sentía como las ganas de matar a esas dos mocosas aparecían de la nada.

Apretó los los puños con fuerza. Se dio vuelta con intención de ir hacia esas dos mocosas, pero al ver como JinDae venía de forma amenazante mirando a su rubio, se puso frente a él.

—¿Adonde mierda crees que vas? —Preguntó Jeon, haciendo que JinDae dejase de mirar al pequeño rubio que temblaba y mirara a Jeon.

—¿Sabes lo que hizo ese mocoso? ¿Sabes lo que le hizo a mi princesa, Jeon? —. Apuntó a Taehyung.

Jeon lo miró serio.

—¿Crees que me interesa que hizo? Seguramente la perra de tu hija se lo merecía. —Oh, pospuesto que Jeon no iba a permitir que JinDae llamara " mocoso " a su niño.

—¿Como te atreves a llamar a mi hija de esa forma sabiendo de lo que soy capaz? —. Se acercó más a Jeon.

—Yo se de lo que tu eres capaz, y no se comprara en nada a lo que yo te haría a ti si te atreves a ponerle un dedo encima a mi novio. —Habló.

—La verdadera pregunta aquí es, ¿Como te atreves tu hablarme así sabiendo quien soy? —. Le dijo Jeon, mirándolo con seriendad.

Todos los hombres de Jeon miraban todo atentamente, con una mano en su arma por si las dudas, estaban preparados para lo que sea.

En especial soobin.

—Cuando se trata de mis hijas, hago lo que sea. Nisiquiera me importa que seas Jeon Jungkook. Yo te mato si es para defender a mis hijas, Jeon. — Apretó la mandíbula.

—Vamos a ver si te atreves. Porque en cuanto esas niñitas estén solas un jodido segundo les meto una bala en el craneo. —

—¿Es una amenaza? —. Preguntó molesto.

—¿Amenaza? No, es una advertencia. —

JinDae respiro con fuerza, mirando a Jeon con rabia.

—Tú les haces algo a mis niñas y yo te mato a ti y a mocoso que tienes atrás. —Amenazó ahora él.

—Eso mismo va para ti. Tú le tocas un solo cabello a mi niño, y yo te juro que esas dos perras que tienes como hijas la van a pasar muy mal. —

Jeon era unos centímetros más alto que JinDae. Y mientras que el castaño era delgado, Jeon era fornido y grande. Intimidante.

—¿Y que se supone que haga después de lo que tú estupido le hizo a mi hija? —. Preguntó, mirando al menor.

—¿Que debería de hacerle yo a esa malcriada estupida por haber tirado a mi novio al agua helada? —. Preguntó también.

Jeon observó a JiRa acercarse a JinDae.

—Papi, f-fue un accidente, yo n-no quería empujarlo.  —Tomó el brazo de su padre.

—¡No fue así, retrasada mental! —Gritó taehyung quien estaba atrás de Jungkook.

—¡Cállate estupido! —Le gritó de vuelta Jion.

—Cierren la boca las dos, par de mocosas imbeciles. —Ordenó Jeon.

Estas dos miraron a su padre, esperando que le dijera algo a Jeon.

—Jeon, te voy a pedir que dejes de insultar a mis dos niñas. —Pidió, molesto.

—Lo menos que puedo hacer en insultarlas, justo ahora deseo apuñalarlas. —Miró a ambas chicas.

—¿No crees que tu novio merece el mismo castigo, ah? —. Dijo JinDae.

—No, resulta que mi chico puede hacer y decir lo que se le dé la puta gana. En especial, tiene permitido arrojarle pasteles en la cara a perras que se lo merezcan. —Contó Jeon.

—¿Ah si?, pues entonces las mías tienen permitido arrojarlo las veces que quieran al agua como el gato que es. —Jeon al escuchar por el apodo que llamó a Taehyung, río cortamente.

—¿Como acabas de llamar a mi novio, cabron? —.

La mirada dura y fría que le lanzó Jeon logró intimidar a JinDae, no lo iba a negar.

—Como l-lo que es. Un gato. —Y apesar de que dudó en decirlo, al final lo hizo.

Mala decisión.

JinDae sintió la punta de un arma detrás de su espalda.

Los hombres de JinDae comenzaron a apuntar a dirección a los hombres de Jeon, otros apuntaban a Taehyung, y otros a Jeon.

Ninguno disparaba, porque si lo hacían, soobin, quien tenía la pistola en la espalda de JinDae, iba a jalar del gatillo. Con una sola bala podía matarlo.

No podían hacer nada al menos de que esto sucediera.

—Si este imbecil me dispara, dispárenle a Taehyung. —Ordenó JinDae a sus hombres.

—Soobin, si alguno de estos cabrones le dispara a Taehyung, matas a JinDae y a sus mocosas. —Ordenó Jeon, sin una pizca de preocupación.

Sabía que nadie se atrevería a disparar.

Aparte, ¿Recuerdan que dije que soobin en especial era el que más estaba preparado? Bueno, para este tipo de situaciones, con solo hacer una llamada, sin necesidad de decir algo, solo llamar a un numero en específico, los hombres de Jeon sabían a qué lugar tenían que ir. Es por eso que en estos momentos fuera de la mansión de JinDae, había muchos de los hombres de Jeon esperando alguna señal para entrar.

Soobin había hecho esta llamada desde que escuchó a la señorita JiRa mencionar a Taehyung. Conocía a JinDae, y sabía que este iba a defender a sus hijas, incluso si tenía que hacerlo de Jeon.

Jungkook no era tan estupido como para empezar una pelea en un lugar donde estaba lleno de hombres de otra persona. Mucho menos si Taehyung estaba con él. Jamás lo arriesgaría de esa forma.

—Escúchame bien, JinDae. Si alguien de tus hombres dispara, te mueres tu, se mueren tus estupidas hijas, todo tu dinero y poder, y lo que has logrado estos años se va a ir a la mierda. ¿Y todo porque tu hija se puso a llorar porque le aventaron un pastel? —Se burló Jeon.

Taehyung estaba aún atrás de su novio. Estaba algo nervioso, sabía que no ocurriría nada malo, pero aún así le generaba algo de miedo que le apuntaran con un arma cargada.

—Nuestro trato de billones se va a la mierda. ¿Y todo por un berrinche? —. JinDae apretó la mandíbula.

Incluso él sabía que era estupido.

—Solo tú vas a perder, créeme. Con una señal, muchísimos de mis hombres van a entrar aquí y van a matar a todos. ¿Eso quieres? —. El castaño abrió los ojos en grande, entrando en pánico.

—¿Q-Que? —. Jeon río.

—No soy un imbecil para hacerte una guerra en tu territorio. —

Las hijas de JinDae comenzaron a llorar, ahora de verdad estaban asustadas. Nadie había tratado de esta forma a su padre, menos a ellas.

—Todo se va a ir a la mierda y todo por los berrinches de tus hijas. —

JinDae apretó los ojos con fuerza.

—¡Bien! ¡Ganaste Jeon! —. Dijo finalmente el castaño.

—Diles que tiren sus armas al suelo. —. Ordenó Jeon. El no iba a creerle al menos que cumplirá con lo que le estaba pidiendo.

Algo dudoso, terminó asintiendo.

—B-Bajen sus armas. —Le ordenó a sus hombres.

Estos se miraron entre sí, pero casi medio segundo después, hicieron lo que les fue ordenado.

Jeon sonrió.

—Muy bien, así me gusta. ¿Ves que no era tan difícil?—Dijo Jeon.

Jeon le dio una última mirada, y se dio la vuelta. Observó al menor que estaba atrás de él, temblando aún por el frío que tenía.

—¿Aún tienes frío, amor? —. Taehyung asintió puchereando.

Jungkook suspiró.

—¿Gustas irte subiendo al auto? Iré en unos minutos. —Le preguntó.

Taehyung estaba algo inseguro, y aún que sabía que Jeon se podía cuidar solo, le daba algo de miedo dejarlo aquí dentro después de ver a varias personas apuntarle.

Segundos después el rubio negó.

—Puedo esperarte aquí. —Dijo.

—¿Seguro, muñeco? insisto en que es mejor que vayas al auto. —Volvió a repetir.

Taehyung asintió.

—Te espero. —

Jeon sonrió, y se acercó al menor para besar sus labios por unos segundos.

***
Ya se la saben, vótenle. 💪🏻

No tengo nada para decir, solo que lamento la tardanza.

Este cap está dedicado a @Kim_ggukiee_01 Pq desde que la agregue a insta y a whats y se hizo mi amiguita me estuvo presionando todos los días, cada hora y segundo para que actualizara. 🤬

En el siguiente capítulo ya sería el coito mientras matan a alguien.

Ah, y OMG QUE ESTÁ COSA YA VA A LLEGAR A 100k DE VISTASSSSS. 😭😭

Cabe aclarar que esto yo solo lo escribí por aburrimiento, no tenia ni la más mínima idea que a tanta gente le iba a gustar. 💟

Bueno ya, CHAUU.

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